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Delito y sociedad

Print version ISSN 0328-0101On-line version ISSN 2468-9963

Delito soc. vol.31 no.54 Santa Fé Dec. 2022

http://dx.doi.org/https://doi.org/10.14409/dys.2022.54.e0077 

Comentarios de libros

Comentario a Roxana Pessoa Cavalcanti: “A Southern Criminology of Violence, Youth and Policing: Governing Insecurity in Urban Brasil”

1Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales del Litoral (IHuCSo Litoral) / Universidad Nacional del Litoral - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (UNL-CONICET)

Pessoa Cavalcanti, Roxana. A Southern Criminology of Violence, Youth and Policing: Governing Insecurity in Urban Brasil. 2020. Routledge, Inglaterra: 176 p. ISBN: 9781032264585.

Un posicionamiento político y epistemológico recorre las páginas de este libro: Cavalcanti se propone analizar los impactos de ciertas políticas de seguridad en espacios que conoce muy bien; el noreste brasilero es un territorio que habitó durante muchos años y, como nos relata, donde transitó una serie de experiencias personales que se vinculan directamente con la forma en la que se acerca a la problemática estudiada. En ese sentido, la adopción de un marco teórico feminista es visible tanto en su adopción explícita del lema «lo personal es político» como en el vínculo que se establece entre quién conoce y aquello que desea conocer; la autora desafía constantemente las ideas de una producción científica libre de compromisos políticos y desapegada emocionalmente de aquellos contextos que se pretende analizar.

Las primeras páginas del libro profundizan su impronta crítica, quedando establecida desde el inicio la afiliación teórica de la investigadora con producciones académicas ligadas a las Criminologías del Sur Global, como proyecto académico que forma parte de un movimiento más amplio por la decolonización del saber. De esta manera, se propondrá develar los factores históricos, sociales y políticos que privilegiaron las producciones criminológicas de hombres blancos del Norte Global y devolver autoridad epistémica a los trabajos de académicos latinoamericanos, generalmente devaluados, con los que dialoga durante todo su trabajo. En ese sentido, el libro resulta un insumo fundamental para quienes deseen acceder a las producciones críticas del campo académico brasilero sobre la violencia y el control social.

Esta definición inicial implica también un profundo compromiso con las voces que se desea privilegiar a lo largo del texto, con fuertes críticas a las emulaciones de políticas penales pensadas en países del Norte —y sus efectos complejos en los territorios del Sur— y con cuestionamientos a la invisibilización de realidades poscoloniales, con desigualdades estructurales, por parte de algunos académicos que trabajan estas temáticas.

El libro se estructura en siete capítulos, allí se expondrán los resultados de un análisis etnográfico que navega por una cantidad extraordinaria de información. Los objetivos fundamentales se organizaron en torno a una búsqueda de explicaciones sobre las ideas que informaron un plan de securitización en el Estado de Pernambuco, particularmente en su capital, Recife, durante los primeros años de los 2000. Tratándose de una de las regiones con mayor cantidad de hombres negros muertos en situaciones de violencia letal, Cavalcanti se preguntará por el rol del Estado en la distribución desigual de estos hechos y, en ese sentido, indagará sobre el diseño y los efectos que el programa denominado «Pacto Por la Vida» (Pacto pela vida en Portugues o PPV) ha tenido en las favelas nordestinas como una de las iniciativas públicas más destacadas política y mediáticamente, dirigidas formalmente a impactar en el fenómeno de la violencia.

El recorrido metodológico que realiza la autora se corresponde perfectamente con el logro de los objetivos que se propone. En este sentido, el fenómeno es abordado desde una gran cantidad de aristas: a partir de su establecimiento en los territorios seleccionados, y de configurar una serie de contactos claves, se realizaron una gran cantidad de observaciones y entrevistas en profundidad, tanto con los funcionarios que participaron del diseño y la implementación de la política como con los habitantes de comunidades informales. El trabajo de campo presenta una importante combinación de técnicas y demuestra una habilidad singular para tejer relaciones con una amplia red de actores diversos.

Con el propósito de localizar su estudio, pero también de disputar sentidos, la investigadora realiza una historización detallada de las favelas brasileras que estudiará y se remonta a tiempos coloniales. Los primeros capítulos del libro nos brindan una enorme cantidad de información demográfica, política y económica que permite deconstruir una serie de estereotipos que se han construido en torno a estos territorios, tanto por quienes habitan otras zonas de la ciudad como por académicos distantes de estas realidades e incapaces de comprender su complejidad. En esta línea, la información desmonta una serie de premisas muy difundidas que definen a las favelas como guetos raciales, periféricos, habitados por personas alejadas del mercado laboral y particularmente violentos. A diferencia de estas interpretaciones, se presentan aquí una serie de datos que evidencian la existencia de territorios altamente organizados y heterogéneos en su composición que, lejos de encontrarse aislados, tienen una gran cantidad de lazos con el resto del sistema económico, social y cultural de la ciudad.

Ahora bien, el Siglo XXI se presenta en el noreste brasilero con una tasa de homicidios que parece configurar uno de los problemas sociales centrales de la época. En ese sentido, la gestión gubernamental de Recife, durante esos años, decide implementar un programa de securitización que inicialmente incluía un abanico bastante amplio de intervenciones dirigidas a disminuir las tasas de violencia en los territorios considerados más problemáticos: las favelas. Estas iniciativas iban desde ideas vinculadas a la reforma policial y el control de armas de fuego hasta estrategias más relacionadas con proyectos sociales y educativos en los territorios intervenidos. La autora se preguntará, entonces, cuáles fueron las estrategias que se implementaron efectivamente, de dónde provenían las ideologías que informaban estos diseños institucionales y qué percepciones tienen al respecto las personas que integran las comunidades destinatarias, más allá de las ideas de «éxito» que circularon en los medios de comunicación y entre algunos académicos ligados al programa.

En esa profundización del estudio sobre lo que el plan de securitización de Recife implicó, más allá de la difusión de una estadística que parecería indicar a primera vista una disminución de la tasa de homicidios, nos encontraremos en este trabajo con una brecha sorprendente entre las vivencias de los habitantes de estas comunidades y aquellos discursos de éxito dominantes. La autora pone en cuestión una de las bases fundamentales del programa: las estadísticas que se utilizaron para delimitar y evaluar el fenómeno tienen serios problemas para demostrarse confiables y dejaron afuera una gran cantidad de variables que constituyen la cuestión de la violencia en estos territorios. Es que, las ideas que integran el PPV tienen, en general, demasiadas similitudes con programas estadounidenses de reducción de homicidios, con propuestas políticas gerencialistas de control del crimen, que ya han sido cuestionadas y relativizadas en su éxito en sus propios territorios.

En este sentido, Cavalcanti se propone demostrarnos a lo largo de las páginas de este libro cuáles son los peligros de hacer malas interpretaciones e intentar emular experiencias de políticas de seguridad pensadas para otros contextos. Si bien el programa que estudia presentaba inicialmente una serie diversa de estrategias para disminuir la violencia, pudo observarse luego la focalización en reforzar el policiamiento y gestionar información proveniente de la institución policial. A partir de entrevistas con diversos funcionarios que integraron la experiencia fue posible comprender cómo ideas vinculadas a la prevención situacional del delito y a la criminología gerencial ganaron terreno en lo que parecía ser un plan integral de abordaje de la criminalidad.

El clima de época parece anunciar las derivas de este programa, se trata de un momento histórico donde la inclusión social creciente presenta una tensión constante con las estrategias de control penal: la humanización no parece ser una característica posible en las políticas de seguridad. Las dificultades de pensar una reforma policial profunda, un anclaje de la seguridad en aspectos que vayan más allá de la institución policial y un abordaje integral del encarcelamiento creciente se presentan como objetivos inalcanzables a la luz de problemas estructurales del sistema penal brasilero.

Las entrevistas con funcionarios policiales que integraron el programa estudiado y que caminan los territorios de la exclusión refuerzan estas afirmaciones, quienes pertenecen a los rangos más bajos de las fuerzas relatan con crudeza el clasismo, racismo y brutalidad con que se maneja la institución. Los relatos de los habitantes más jóvenes de las favelas no son una excepción: las estrategias de securitización con su énfasis en mayor policiamiento han profundizado la conflictividad y la falta de comunicación entre los ciudadanos y la policía. Los números de homicidios son fluctuantes, las relaciones problemáticas de las comunidades de bajos ingresos con las fuerzas policiales, en cambio, parecen sostenerse. Se trata de una evidencia fundamental de las limitaciones de las políticas públicas informadas por una criminología mainstream alejada de los factores históricos, sociales y culturales más complejos que constituyen la cuestión criminal.

Los desafíos de pensar la violencia en sociedades latinoamericanas poscoloniales han sido invisibilizados en el marco de una política de securitización que priorizó una mejora, a cualquier costo, de los indicadores estadísticos, pasando por alto los límites de estas herramientas para capturar las problemáticas complejas que aquejan a las comunidades a las que se dirigen. Por lo tanto, es posible encontrar en este trabajo una reivindicación fundamental de los discursos de aquellos ciudadanos y organizaciones que habitan cotidianamente las favelas y que, en general, se sienten muy distantes del «éxito» que reivindican los discursos oficiales.

Lejos de presentarnos territorios ausentes de intervención estatal, la investigación nos muestra un Estado presente de manera selectiva en estos territorios, generalmente a partir de intervenciones que refuerzan procesos de criminalización de sus habitantes. Aunque con algunos intentos que parecerían interesantes, las estrategias no presentan reformas profundas en las políticas de seguridad y pendulan entre la falta de respuesta a la comunidad o respuestas que agravan los problemas de discriminación y marginación que las impactan desde hace mucho tiempo.

La conclusión de este trabajo es una contribución fundamental al campo y a quienes deseen elaborar o investigar políticas de seguridad en el Sur Global; distante de un cierre pesimista las páginas finales de este libro son un manifiesto de alternativas posibles. Encontramos allí una reivindicación de elementos que podrían colaborar en democratizar las políticas de seguridad y desmilitarizar las intervenciones, además de recuperar las voces y necesidades de aquellos sectores marginados que están reclamando otras soluciones.

Es allí, entonces, donde aparece una de las contribuciones más destacadas de este análisis: cualquier reforma profunda solo será posible si logramos construir una teoría social que la respalde y que se encuentre alejada de exportaciones acríticas que no contemplan las violencias estructurales que atraviesan las regiones latinoamericanas poscoloniales, sus localismos y diversidades culturales, así como sus riquezas y sus luchas. La seguridad es un terreno en disputa y aprovechar su versatilidad en pos de una agenda más progresista y humana será posible, también, si la investigación criminológica se compromete con los saberes regionales, el diálogo con actores locales y la reivindicación de las necesidades de aquellos que habitan las comunidades históricamente castigadas por el sistema penal.

Recibido: 10 de Agosto de 2022; Aprobado: 19 de Septiembre de 2022