Introducción
Los árboles urbanos forman parte de la infraestructura verde y son esenciales por brindar servicios ecosistémicos. Conocer la cobertura arbórea presente en las ciudades permite cuantificar y valorar los servicios ecosistémicos que brindan (Martínez Sánchez, Vanegas Casas y Serrato Suárez, 2021). Entre ellos se destaca el secuestro de Carbono (C) por parte de los ejemplares arbóreos que contribuye a mitigar el calentamiento de la atmósfera terrestre. Este proceso se debe a la captura de las emisiones de Dióxido de Carbono (CO2) por parte de los árboles. El CO2 es uno de los Gases del Efecto Invernadero (GEI) que se encuentra de forma natural en la atmósfera, no obstante su incremento se ha visto acelerado por la actividad antropogénica. En las ciudades, su cantidad e intensidad dependerá de los hábitos de los ciudadanos, de la economía que se desarrolle en estos espacios y del clima local (Fares et al., 2017).
El CO2 es absorbido por los árboles y es utilizado para la elaboración de los carbohidratos, durante el proceso de la fotosíntesis, con la ayuda del agua y de la luz solar (Nowak y Crane, 2002). De esta forma almacenan el C tanto en su biomasa aérea (troncos, tallos, ramas y hojas) como en su biomasa subterránea (raíces), generando oxígeno como subproducto (Graham, 2019). Por otra parte, la captura de C en los árboles es diferenciada según la especie. Esta cantidad varía según la densidad y el peso de la madera, siendo aquellas especies con mayor densidad las que secuestren mayor cantidad de C (Chamorro Meza y Falconi Romero, 2019). Finalmente, hay una parte de ese CO2 que no es retenido y regresa a la atmósfera a través de la respiración (Chamorro Meza y Falconi Romero, 2019).
La presencia de cobertura arbórea, en las ciudades de gran tamaño, es clave en la reducción de la concentración de CO2 en la atmósfera. Está comprobado que los espacios urbanos son responsables de generar más del 80 % de este GEI (Hoornweg, Sugar y Trejos-Gomez, 2011). Por lo tanto, una ciudad que posee una cobertura verde elevada y una distribución compacta de esta vegetación, tiene mayor potencial para almacenar y secuestrar C, que aquella cuya cobertura es baja y su distribución es dispersa. Es necesario destacar que el análisis de este tema en el ámbito urbano es complejo ya que la vegetación está implantada, es decir ha sido plantada con un propósito en función del espacio en el cual se encuentra. Para ello se seleccionan las especies a colocar y se realizan actividades de manejo sobre ellas. Junto con ello, existe una alta variabilidad en la cantidad, distribución de los ejemplares y diversidad de las especies (Fares et al., 2017).
A nivel mundial, la temática ha sido analizada por diversos investigadores (Nowak, Greenfield, Hoehn y Lapoint, 2013; Zhao y Sander, 2015; Pache, Abrudan y Niță, 2021), aplicando fórmulas que permiten estimar el secuestro de carbono por parte de los árboles. Entre algunos resultados se destaca el rol de los árboles urbanos en la captura y almacenamiento del carbono, función vinculada con la adaptación al cambio climático; la importancia de generar distintos métodos que permitan cuantificar y modelar el secuestro de carbono y el establecimiento del valor económico.
En América Latina, la mayoría de los estudios se abocan a la captura, almacenamiento y fijación de carbono en los bosques y en sistemas agroforestales (Patiño Forero, Suárez, Andrade Castañeda y Segura, 2018; Segura-Madrigal, Andrade y Sierra-Ramírez, 2020; Clemente-Arenas, 2021). En estos se analiza la captura de carbono en distintas especies arbóreas y la diferencia de secuestro en distintas partes del árbol (madera, copa, raíces). También se realizan investigaciones en el espacio urbano aunque son más reducidos en cantidad (López-López, Martínez-Trinidad, Benavides-Meza, García-Nieto y Ángeles-Pérez, 2018; Farinango Carlosama, 2020; Acuña-Simbaqueva, 2021). En estos se aborda la captura de carbono de un barrio o de los espacios verdes con la finalidad última de conocer el potencial que poseen en la mitigación de los GEI.
En Argentina, esta temática ha tenido poco desarrollo y se aplica principalmente en ecosistemas forestales como por ejemplo el bosque del Chaco Semiárido (Pan y Barrionuevo, 2009) y el bosque de Neltuma caldenia (Risio Allione, 2012; Duval y Cámara Artigas, 2021; Ledesma, Sione, Oszust, Rosenberger, 2021)- antes Prosopis caldenia- nombre científico que aún está en revisión por el Comité Internacional de Nomenclatura (Hughes, Ringelberg, Lewis y Catalano, 2022). En estos casos se resalta la importancia de conservar los bosques nativos debido a que son un gran reservorio de carbono y de estimar las emisiones de CO2 a la atmósfera que generaría la deforestación y degradación de la masa forestal. En el espacio urbano, se reconoce el trabajo de Pitola, Castagnani, Coronel y Feldman (2012) sobre el arbolado de Rosario (Santa Fe), en el cual se comprobó la diferencia en la capacidad de captura de CO2 según la especie. Esto con el objetivo de que la selección de las especies se realice considerando las más recomendables para la reducción del CO2.
En este contexto, el presente trabajo plantea como objetivo comparar el valor de secuestro de carbono en los árboles presentes en dos sectores de la localidad de Bahía Blanca. Este análisis permite no solo ampliar el conocimiento sobre el arbolado público y privado de estas áreas de la ciudad sino que a la vez proporciona una estimación del servicio ecosistémico de secuestro de CO2. Esta información resulta valiosa para los tomadores de decisión en la gestión del arbolado urbano.
Área de estudio
Bahía Blanca es una ciudad intermedia localizada en el suroeste de la provincia de Buenos Aires, Argentina (Figura 1). Según el INDEC (2010), tiene una cantidad de 301.572 habitantes. Esta localidad se destaca a nivel regional, según Urriza y Garriz (2014), por ser un nodo de servicios (de salud y educación), de comunicaciones y de transporte. El puerto de Ingeniero White, caracterizado por ser de aguas profundas, junto con el polo petroquímico le concede reconocimiento como ciudad en el suroeste bonaerense.
Su clima es templado de transición y se caracteriza por una marcada estacionalidad térmica, cuya temperatura media anual es de 15,3ºC (Capelli de Steffens, Piccolo y Campo de Ferreras, 2005). La precipitación media anual es de 650 mm concentrándose durante la primavera (Servicio Meteorológico Nacional, 2022). Los vientos predominantes provienen del sector Noroeste y Oeste, con una velocidad media de 20 km/h (Campo, Fernández y Gentili, 2017). Bahía Blanca forma parte de una planicie que presenta valores altimétricos que varían entre los 8 y los 74 m.s.n.m (Leguizamón, Gil y Gil, 2018). Por otro lado, la localidad está inserta en la llanura pampeana y está representada principalmente por las ecorregiones Pampa y Espinal (Morello, Matteuci, Rodríguez y Silva, 2012). La primera está compuesta por pastizales de gramíneas donde predominan los géneros Stipa, Piptochaetium y Aristida mientras la segunda se caracteriza por un bosque xerófilo de un solo estrato arbóreo, acompañado por arbustivas y herbáceas. De esta vegetación natural solo se pueden reconocer algunos árboles o sitios como relictos. La vegetación en el interior de la ciudad es en su mayoría implantada y de origen exótico.
Para este estudio se consideraron dos zonas dentro de la ciudad: el barrio Patagonia y el Macrocentro (Figura 2). El barrio Patagonia se encuentra ubicado en el noroeste de la ciudad y se caracteriza por ser una zona tipo parque con terrenos amplios. Se creó en la década de 1950 como parte de un loteo en el área periurbana de la localidad destinadas a ser segundas residencias (Urriza y Garriz, 2014). El Código de Planeamiento de Bahía Blanca establece que esta zona es de tipo Residencial Parque (RP1), constituido por viviendas unifamiliares de baja densidad con tipología de barrio parque y usos recreativos de esparcimiento (Ordenanza Municipal Nº 5691, 1991).La construcción del barrio tuvo dos etapas, la parte más antigua tiene un trazado radioconcéntrico y el nuevo sector es tipo damero. Para este estudio se consideró el primer sector que tiene una superficie de 1,5 km2. Desde el punto de vista socioeconómico, Prieto (2016) establece que el nivel es medio-alto basado en la calidad de los materiales de las edificaciones.
Fuente: elaborado por Valeria Duval sobre la base del Plano de Catastro de la Municipalidad de Bahía Blanca, 2022
Según Duval, Benedetti y Baudis (2020), esta área pertenece a la clasificación 6B de la Zona Climática Local (ZCL). Esta se caracteriza por contener edificaciones bajas (de 1 a 3 pisos), con una presencia media de cobertura vegetal arbórea y suelo de tipo permeable (Stewart y Oke, 2016). Por otro lado, esta área presenta una gran variedad de especies arbóreas y arbustivas pertenecientes a los géneros Pinus, Cupressus, Cedrus, Eucalyptus, entre otros.
El Macrocentro se emplaza en la zona central de la ciudad y tiene una superficie de 1,5 km2 (Duval, Benedetti y Baudis, 2022). Posee una densidad poblacional elevada y según el Código de Planeamiento de Bahía Blanca, esta zona pertenece al Área Central - Microcentro Direccional (C1) donde se concentran los usos de suelo administrativo, financiero, comercial y de servicio (Ordenanza Municipal Nº 5691, 1991). El trazado es de tipo damero y pertenece a LCZ-1 (Duval, Benedetti y Baudis, 2020) que se vincula con edificaciones en altura y superficies impermeables. Desde el punto de vista socioeconómico, Prieto (2016) estableció que en este sector la vulnerabilidad social es baja, es decir se registró un valor bajo de carencias por capital social.
Metodología
Censo del arbolado urbano
Los dos sectores de la ciudad fueron seleccionados en función de la vegetación que se observa a través de imágenes satelitales de alta resolución provistas por el programa Google Earth Pro® y también por la percepción visual en el campo. En el sector del barrio Patagonia se contabilizó la cantidad de árboles de alineación en las 86 manzanas y en el Macrocentro se relevaron 70 manzanas. El dato sobre la cantidad de árboles presentes en la vereda se pudo comprobar a través de trabajo de campo y se obtuvo de esta forma el número exacto. Mientras que el valor de árboles situados en espacios privados, fueron contabilizados a través de las copas de los ejemplares que se visualizaron mediante el Google Earth Pro®. Este valor es una aproximación al dato real.
Cobertura vegetal y secuestro de CO2 anual del arbolado urbano
Se determinó la cobertura arbórea de los barrios Macrocentro y del sector del barrio Patagonia de la ciudad de Bahía Blanca, mediante el uso del programa i-Tree Canopy v 6.1 que fue desarrollado por el Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA Forest Service, 2006). Es una herramienta web que realiza la estimación de cobertura en el área de interés por medio de un estimativo estadístico, ya que el usuario cuenta con la posibilidad de determinar una clasificación de cobertura (por ejemplo: árboles, áreas impermeables, agua, arbustos, pastos, entre otros). El programa crea una serie de puntos aleatorios sobre imágenes satelitales de Google Maps, a través de los cuales el usuario identifica el tipo de cobertura, de forma manual (Celemín y Arias, 2021). Se pueden seleccionar distintas categorías en función del objetivo del estudio, en este caso se seleccionaron dos categorías: árboles y sin árboles, a partir de la clasificación de 500 puntos en cada uno de los sitios seleccionados.
Previamente al proceso de estimación de la cobertura arbórea de los sectores Macrocentro y Patagonia, se especificó en el programa i-Tree Canopy la ubicación de una ciudad de los Estados Unidos con la misma clasificación climática de Bahía Blanca. Particularmente se escogió el condado de Houston perteneciente al estado de Texas, Estados Unidos, debido a que tiene un clima templado cálido (Cfa), según la clasificación climática de Köppen-Gueiger. Tal configuración fue necesaria para la posterior estimación del beneficio ambiental de secuestro de C. Cabe mencionar que teniendo en cuenta las sugerencias proporcionadas por personal del Servicio Forestal de Estados Unidos, se procedió a seleccionar una localidad de los Estados Unidos con similares características climáticas del área de interés. De esta manera, el software puede ser aplicado para varias ciudades de Argentina.
Para estimar el beneficio de secuestro de C por parte del arbolado de los sectores Macrocentro y Patagonia, se emplearon dos metodologías. En ambas se consideró dos factores fundamentales mencionados por Fares et al. (2017) para el estudio de secuestro de C en árboles urbanos, el número de árboles y su cobertura espacial. En primer lugar, se estimó el secuestro de CO2 anual a partir de la superficie de cobertura arbórea del área de estudio proporcionada por el programa antes mencionado. Se tomaron en cuenta los valores arrojados por el reporte, en el que se indica la cantidad estimada de C secuestrado anualmente: toneladas de CO2 equivalentes por año. El software calcula los valores de este beneficio ambiental, mediante algoritmos basados en ecuaciones de biomasa de los árboles de distintas ciudades de los Estados Unidos, Reino Unido y Suecia.
En la otra metodología, se realizó la estimación del valor total de secuestro de CO2 de los individuos arbóreos presentes en ambos sectores según lo establecido por el Departamento de Agronomía de los Estados Unidos (USDA) (https://www.usda.gov/). Según la USDA, un árbol maduro absorbe aproximadamente 22 kg de CO2 de la atmósfera en un año y a cambio libera oxígeno”.
Resultados
Cantidad de arbolado viario en el sector del barrio Patagonia
El sector del barrio Patagonia posee una plaza central que se denomina como el barrio, tres plazoletas localizadas en la periferia y un boulevard en la Av. Amancay, que está integrada con la plaza central (Figura 3A). El total de árboles en estos espacios verdes es de 277 árboles. Por otra parte, la cantidad de árboles en el resto del sector, integrada por 86 manzanas, es de aproximadamente 6929 individuos. De ellos, 3526 son árboles viarios y 3505 se encuentran en el interior de las manzanas (Figura 3B). El valor medio de árboles viarios por manzana es de 41 y oscilan entre 9 y 85 ejemplares, considerando además la diferencia en el tamaño entre las manzanas. Los valores más bajos se observan en las manzanas que aún poseen terrenos baldíos o sin construir. En la imagen Google Earth Pro® se comprobó que los árboles privados se encuentran en mayor cobertura que los de la vereda.
Cantidad de arbolado viario en el Macrocentro
El Macrocentro posee dos espacios verdes, la Plaza Rivadavia y la Plaza Ricardo Lavalle, siendo la primera de mayor tamaño en toda la ciudad (Figura 4A). El total de árboles en estos espacios verdes es de 381 árboles. Por otra parte, la cantidad de árboles en el resto del sector, integrada por 70 manzanas, es de aproximadamente 3835 individuos. De ellos, 2880 son árboles viarios y 955 se encuentran en el interior de las manzanas (Figura 4B). El valor medio de árboles viarios por manzana es de 40 y oscilan entre 6 y 85 ejemplares. En las veredas de uso comercial, el árbol está ausente es por esto que es reducido el número de árboles por manzana. Por la densidad de edificaciones en una misma manzana, el Macrocentro posee menor cantidad de árboles privados que en el barrio Patagonia.
Secuestro de carbono del área de estudio
La cobertura vegetal del Macrocentro fue de 9 % con un error estándar de +-1,28. De los 500 puntos solo 45 fueron clasificados como “árboles”. El área total fue de 14,09 ha de las 156,59 ha totales. En el caso del sector del barrio Patagonia, el porcentaje de cobertura vegetal fue de 26 %, con un error estándar de +-1,96. De los 500 puntos, 130 fueron detectados como “árboles” ocupando un área de 39,73 ha de las 152,82 ha totales. Este resultado muestra que dos espacios de la ciudad con superficies similares presentan cobertura vegetal distinta. Si bien ambas áreas tienen un uso residencial, se diferencian en el tamaño de los lotes, la densidad de las construcciones y la presencia de infraestructura verde. En la Figura 5 se muestran los puntos aleatorios que determinan la presencia de árboles y su ausencia en estos dos sectores de la ciudad.
Asimismo, es importante considerar uno de los elementos de la regla guía 3-30-300 para la silvicultura urbana propuesta por Konijnendijk (2022), que establece un porcentaje mínimo del 30 % de cobertura del dosel arbóreo para garantizar que los residentes se beneficien en términos de salud y bienestar. La aplicación de esta regla puede contribuir a mejorar y expandir el bosque urbano local en las ciudades y también a escala de barrio (Bosch, 2021). En base a este indicador, se evidencia un pobre porcentaje de cobertura del dosel en el sector del Macrocentro. Mientras que en el sector del barrio Patagonia el porcentaje de cobertura arbórea del 26 % es más cercano al umbral que establece esta regla. Es decir que este último presenta una buena cobertura del dosel de árboles.
El resultado del reporte referido a las estimaciones del beneficio ambiental de secuestro de Carbono registró que en el Macrocentro el secuestro de dióxido de carbono es de 190,17 t o 190.170 kg CO2 Equivalente al año. Por otro lado, en el sector del barrio Patagonia, el secuestro de dióxido de carbono fue mayor, de 445,82 t o 445.820 Kg CO2 Equivalente al año. Cabe mencionar que de los valores presentados por el reporte, siempre se consideran las toneladas de CO2 Equivalente, porque esa es la manera en que se mide la huella de carbono. Es decir, que las emisiones de Carbono a la atmósfera se miden en toneladas de CO2 Equivalente.
De acuerdo a la otra metodología, el valor total de secuestro de CO2 por parte de los individuos arbóreos presentes en el sector del barrio Patagonia es de 158.532 kg CO2. Mientras que el CO2 total secuestrado por parte de todos los ejemplares -árboles y arbustos- presentes en el sector Macrocentro, es de 92.752 kg de dióxido de carbono. En base a los resultados obtenidos, se evidencia que el sector con mayor porcentaje de cobertura arbórea y mayor número de individuos, presenta una mayor capacidad de secuestro de dióxido de carbono. Por ello, será necesario incrementar la cantidad de individuos y su cubierta arbórea en el sector del Macrocentro a los fines de aumentar el potencial de captura de CO2 de su arbolado urbano.
Conclusiones
La aplicación de ambas metodologías ayuda a profundizar sobre este servicio ecosistémico del arbolado, temática no investigada previamente. A través de herramientas informáticas libres y de fácil manejo como el programa i-Tree Canopy, es posible obtener información sobre la cobertura arbórea y el beneficio ambiental de secuestro de CO2. Es posible estimar el servicio ecosistémico de secuestro de Carbono basado en los valores promedios generados para distintas ciudades de Estados Unidos, Reino Unido y Suecia. Es decir, la metodología permite realizar estudios del arbolado urbano en otros países, teniendo en cuenta alguna de las ciudades mencionadas con similares características climáticas del área de estudio a considerar. Es una buena opción utilizar esta herramienta informática para estimar la capacidad de secuestro de CO2por parte del arbolado, en otras ciudades de Argentina.
Por otro lado, teniendo en cuenta el número total de individuos arbóreos presentes en el área de estudio, también se puede estimar el beneficio ambiental de secuestro de CO2. Es importante aclarar que la información obtenida es un dato aproximado, pues en este caso no fueron consideradas ciertas características obtenidas de un inventario forestal urbano tales como: tipo de especie, edad y estado sanitario. De todas formas, estos valores obtenidos pueden ser contrastados posteriormente, con aquellos obtenidos mediante otros métodos, con la finalidad de ajustar el valor de secuestro de CO2.
A través de este trabajo se pudo establecer que los valores de secuestro de CO2, por parte de los individuos arbóreos de estos sectores de la ciudad de Bahía Blanca, son estimativos y permiten evaluar su papel real y potencial en la reducción del dióxido de carbono atmosférico. Tomando en consideración uno de los elementos de la regla 3-30-300, se recomienda incrementar la cobertura del dosel en el sector del Macrocentro y también en el sector del barrio Patagonia. El objetivo debe ser alcanzar el 30 % de cobertura arbórea propendiendo a crear ciudades más verdes, mejores y más biofílicas.
Se destaca la importancia de realizar este tipo de estudio en localidades del hemisferio sur, donde se constituye como una investigación base sobre esta temática. Conocer el potencial que posee el arbolado urbano contribuye a conservarlo y a establecer estrategias para incrementar y mantener la cobertura vegetal.