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Estudios - Centro de Estudios Avanzados. Universidad Nacional de Córdoba

On-line version ISSN 1852-1568

Estud. - Cent. Estud. Av., Univ. Nac. Córdoba  no.48 Córdoba July 2022

 

ARTICULOS ORIGINALES

Respirando Dignidad. Mujeres, Madre Tierra, pueblos originarios y organización1
Breathing Dignity. Women, Mother Earth, native peoples and organization

Diana Itzu Luna2

Resumen:
Nuestro desafío está en acercarnos a comprender y reflexionar la imagen-fuerza del tejido de la vida, tramado y nutrido por mujeres, pueblos originarios y Madre Tierra. Nos situamos en el momento actual de colapso sistémico global. Procuramos repensar la política como energía vital y materia sensible de re-existencia para la elaboración de otras formas de estar, en relación y acción, en cuidado/resguardo de la filosofía maya tseltal del Iche'el ta muk' y el lekil kuxlejal (la grandeza de la/o otro/a para la vida digna). Pretendemos dar cuenta de la potencia de lo colectivo y comunitario para la organización, planteando la necesidad de generar conciencia desde la ética del uno y el todo para proponer repensar la Vida a partir de las Autonomías en tanto: 1) útero de espacios-tiempos de contención, para lo común pero principalmente para las mujeres, 2) como horizonte para la libertad de los pueblos originarios y expresiones organizativas no indígenas , y 3) como casa común en interdependencia/co-responsabilidad con la Madre Tierra.
Palabras clave: autonomías; colapso sistémico global; Ixchel Tamuk/dignidad; territorios no patriarcales; Lekil Kuxlejal/buen vivir.

Abstract
Our challenge is to get closer to understanding and reflecting on the image-force of the fabric of life, weaved and nurtured by women, indigenous peoples and Mother Earth. We are in the current moment of global systemic collapse. We try to rethink politics as vital energy and sensitive matter of re-existence for the elaboration of other ways of being, in relationship and action, in care/ protection of the Tseltal Mayan philosophy of the Iche'el ta muk' and the lekil kuxlejal (the greatness of the other for a dignified life). We intend to account for the power of the collective and community for the organization, raising the need to generate awareness from the ethics of the one and the whole to propose rethinking Life from the Autonomies as: 1) womb of spaces-times of containment, for the common but mainly for women, 2) as a horizon for the freedom of native peoples and non-indigenous organizational expressions, and 3) as a common home in interdependence/co-responsibility with Mother Earth.
Keywords: autonomies; global systemic collapse; Ixchel Tamuk/dignity; non-patriarchal territories; Lekil Kuxlejal/good living.

Introducción3

Abrigar lo común y mantenerse desde la temple del estar-hacersentir; respirar en dignidad es la base de la vida cotidiana que ensayan diversos pueblos en Chiapas, México: tseltal, tsotsil, ch'ol, tojolabal, mam, zoque; organizados desde el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Quienes desde hace más de treinta años ensayan las Autonomías de manera integral, como proyecto/horizonte ético-político y como espiralada expresión territorial desde 31 Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MARZ) y 12 Caracoles/Juntas de Buen Gobierno (JBG)4 . Dichas expresiones/formas de diversidad en espacios-tiempos articulados se mantienen, al menos, con tres hilos fundantes que a nuestro modo de ver son potencia del ejercicio de las autonomías: 1) ejerce el derecho de autogobernarse desde las JBG; 2) el ejercicio de mantener y re-crear el sustento de la vida de forma colectiva y comunitaria en lo material e inmaterial: alimentar el cuerpo y espíritu; y 3) el derecho a la autodefensa desde actos de no guerra donde la resistencia-rebeldía organizada desde el trabajo colectivo permite procurar el autosustento como respuesta creativa5 .

Dicha hilaza está siendo tramada y resguardada principalmente por el hacer-sentir-pensar de las mujeres desde la energía vital y materia sensible que aportan al tejido de la vida. Si bien es una manifestación organizada de procesos de re-existencia desde algunos pueblos originarios en Chiapas, México, es necesario / importante recalcar el hacer de las mujeres y los/las jóvenes quienes han ocupado un lugar central y han asumido crear, tejer y mantener la potencia de elaboración de otras formas del ejercicio de la política: a partir del ejercicio de la horizontalidad (no lineal sino como las montañas), lo que implica reconocer las diferencias como potencia y no como obstáculo. Así como el ejercicio constante tanto en lo personal como en lo colectivo de ciertos principios éticopolíticos, por ejemplo: «proponer y no imponer», dónde quién propone es quién asume la responsabilidad de impulsar e insistir en la realización y ejecución de la propuesta, que se vuelve una responsabilidad alcanzar lo que se presenta/expone y, por tanto, se hace conciencia en el hacer desde lo colectivo para que, si no funciona, se corrija de manera común. Otro ejemplo es el «convencer y no vencer»; desde donde quién convence lo hace desde la materia sensible de enamorar, y ésta es una acción/ práctica concreta y no solo un «decir» sino un «hacer para convencer y/o convencer haciendo».

Lo anteriormente expuesto, nos lleva a reflexionar hasta qué punto nos responsabilizamos de la realidad que vivimos, identificando el momento actual de colapso sistémico global (Taibo, 2018), que es resultado de lo que venimos nombrando como el «molino satánico» al que refirió Karl Polanyi (1979) y que se sigue presentando en tanto sistema patriarcalista hegemónico: «devorador insaciable de singularidades culturales, de mundos y modos de vida, de materia sensible femenina, de energía vital de personas y pueblos» (Gutiérrez Luna, 2015, p. 85). Dicha expresión metafórica nos ha llevado a referir a la similitud de «las cuatro ruedas» del sistema patriarcalista a las que refieren los pueblos zapatistas del EZLN: despojo, explotación, desprecio/racismo y represión6 . Y que a nuestra manera de ver toma vigor con la idea-fuerza de «desarrollo y progreso» (Sachs, 2001), y adquiere forma y ritmo feroz y acelerado en dicho momento global de colapso desde el «dominio instrumental machista técnico-maquinal sobre la vida» (Von Werlhof, 2015). En tanto lo «técnico-patriarcal» implica el desgarramiento fundante sobre la materia sensible y energía vital que será tragada por el capital en su condición de despojo, especulación y financiarización sobre la tierra y territorios. Como nos advierte Vandana Shiva (1988) con respecto a la crítica al «crecimiento económico», a la «ciencia masculina occidental», al «modelo masculinista de progreso», y al «hombre industrial» que viene imponiendo la noción de más dinero y más capital sobre la base de la destrucción de lo creado/producido por la Madre Tierra, pueblos no occidentalizados y las mujeres.

Generando el sometimiento de los viviente y por tanto de los ámbitos de comunidad (Esteva, G y Gutiérrez, D, 2016) que son el fundamento de sociedades matriarcales/ no-patriarcales y matristicas que abrigan lo común (Scott, 2009; Goettner-Abendroth, 2017) y por tanto éstas se convierten en un punto de tensión con el Estado territorial moderno (Scott, 2009) en tanto sociedades políticamente organizadas que resisten a ser capturadas por los mandatos del «sistema-capitalista moderno-patriarcal-capitalista».

Lo que nos posiciona en considerar cómo están re-existiendo dicha multiplicidad de «mundos de vida» y comprender el porqué de la decisión radical de proponer construir «un mundo donde quepan muchos mundos» desde la reinvención de nuevas territorialidades no patriarcalistas. Esto nos arroja a re-pensar, lo urgente e importante, para generar conciencia de la extrema violencia de matanza y desprecio hacia las mujeres, los Pueblos originarios y la Madre Tierra. Por lo que planteamos en un primer momento del escrito reflexionar la forma de elaboración de la política para caminar las autonomías como expresión éticoterritorial, esto frente a la crisis de «lo político y la política» en su manifestación más clara: la democracia liberal moderna. En un segundo apartado nos aproximamos a analizar las Autonomías como úteros de contención para re-crear el Ich'el ta muk' para el Likil Kuxlejal, en tanto representan filosofías de vida donde adquiere importancia la propuesta de recuperar “sentido de vida” en tiempos de crisis civilizatoria. Por último, hacemos un cierre que invita a interpelar-nos como humanidad y repensar expresiones organizativas que intenten colocar la potencia de la vida en la organización y apego con la Madre Tierra y dar un salto cuántico a re-pensar: 1) nuestro estar-hacer-sentir en este momento de vida; 2) qué cuota de energía colocamos al tejido por la vida; ·3) desde dónde colocamos dicha energía vital.

La política como materia sensible y energía vital

Nuestro enfoque de la política recupera el estar cotidiano de familias, comunidades y pueblos zapatistas, pero sobre todo el aporte central de la energía vital y materia sensible que han colocado las mujeres para la elaboración de la política desde el «estar-hacer-sentir-pensar». Como entramado y despertar de la conciencia en tanto dignidad personal-colectiva-comunitaria. Concebimos la dignidad como memoria viva, es decir como materia sensible que mantiene como impulso/fuerza aquella mezcla tremenda de dolor-amor hecha cuerpo-corazón y es por tanto energía vital para mantener la esperanza (Bloch, 2004).

La política es el modo y forma, es decir: el desde dónde del «hacer», relacionado con la imagen-fuerza de la metáfora maya del Caracol (P'uy) y Corazón (O'tan). Hay un movimiento “hacia afuera y hacia adentro” y hay una multiescalaridad y multidemensionalidad: escalas desde la noción de proporcionalidad en tanto potencialidad del “desde dónde lo hacemos” en lo personal, familiar, colectivo, comunitario, regional, municipal y por zona. Así también desde las dimensiones material, espiritual, emocional y construcciones éticas-filosóficas. La complejidad se interpela desde el impulso vital, coraje, voluntad, vibración, energía colectiva de un trabajo interno y de un trabajo externo que genera consciencia y búsqueda de impecabilidad (Ch'ulel, en maya tseltal). Para justamente forjar la dignidad como materia sensible en lo personal-común. Asumiendo que la energía femenina está en hombres, mujeres, otroas, en la naturaleza y puriverso”.7

Para el activista, defensor, pensador tseltal Juan López Intzín (2013, 2015), todas las personas así como los entes del pluriverso tienen O'tanCorazón, pero no todas las personas proyectan el p'ijil o'tan (grandeza del Corazón) que representa el saber vivir en el reconocimiento nosotrico, saber escuchar, saber estar despierto, saber corresponder. Asume que hay quienes “ya no miran hacia adentro sino hacia arriba” alimentando una especie de suicidio cultural, de indolencia y amnesia sociocultural e histórica. Por tanto, dice, toca: “hacer volver nuestro corazón para que se fortalezca su espíritu y re-in-surgir desde adentro con rabia” (2013; 76) para hacer llegar el ch'ulel colectivo (2015), en tanto proceso de adquirir “conciencia común”.

Política y dignidad caminan y se tejen de manera conjunta para dar materialidad y maternar la forma de organización, relación social y acción familiar, colectiva y comunitaria junto con la Madre primera. Entonces, consideramos que la política-dignidad como ecuación ética por la vida, comprende el ejercicio dialéctico del Caracol-Corazón para la Conciencia común. En lengua tsotsil el sna'el, (snopel pensar-hacer-sentir) la Madre Tierra en su grandeza para junto con ella generar el Iche'el ta muk' en tanto respeto-dignidad de lo uno y el todo.

A nuestro modo de comprender, a partir de aproximaciones hacia esa otra forma de elaboración de la política que han aportado los pueblos zapatistas, venimos proponiendo re-pensar y re-elaborar la política en tanto:

1) La política y su relación con la Madre Tierra como útero común, extensivo y profundo que apunta a construir y organizar-nos por el Lekil Kuxlejal (vida diga-justa-libre en maya tseltal) más allá del modelo societal patriacalista-colonial.

2) La política y su relación dialéctica/espiralada desde el P'uy (Caracol) y Ot'an (Corazón). Desde donde considero retomar los siete principios ético-políticos zapatistas como siete desafíos del hacer común y como parte del acto creativo de esta otra forma de elaboración de la política. Y, también desde donde propongo retomar la metáfora de la «batalla florida» de la filosofía maya, olmeca, tolteca como el arte/ejercicio espiritual de «la guerra interior» para descubrir-nos desde dentro, ser espejo y florecer con la persona otra en nuestra luz y sombra.

A partir de aquí, propongo reflexionar la política-conciencia en dichos términos y analizar los siete principios ético-políticos zapatistas para ensayar la materia sensible y la energía vital que se genera dentro de esa “batalla florida” en tanto ejercicio ético-espiritual de otra forma de hacer política: 1. Bajar y no subir; 2. construir y no destruir; 3. convencer y no vencer; 4. proponer y no imponer; 5. representar y no suplantar; 6. servir y no servirse; 7. mandar obedeciendo.

Frente a lo anterior, vengo sugiriendo (Gutiérrez Luna, 2022b), la interrogante del ¿cómo nos posicionamos y ubicamos en el gran tejido de la vida que no solo es social y político, sino energía y materia viva enlazada con lo no humano? Es decir, ¿cómo generamos conciencia desde la singularidad que vivimos en lo espiritual-energético? ¿Como totalidad y singularidad no solo material sino también sensible? Proyectando enlazar los siete principios junto con las siete direcciones de los pueblos originarios: el arriba y el abajo, el delante y el detrás, el uno y el otro lado, y el centro (EZLN, 2007) ¿Podríamos traducirlo a siete puntos cardinales? norte, sur, este, oeste, el centro, el arriba y el abajo. Para aproximarnos a la forma de hacer política-dignidad-conciencia nos interesa la comprensión del “centro” como potencia “desde el corazón” y desde donde se equilibra la templanza, en frecuencia con lo extensivo y lo profundo del arriba y abajo. Y a su vez, desde cada una de las siete direcciones nacen rizomas (Guattari y Rolnik, 2006) que tienen la función de ser los puentes que unen o generan inflexiones o descontinúan la raíz de las múltiples escalas y dimensiones en integralidad-totalidad. El rizoma, como imagen-fuerza metafórica de la raíz cuyos brotes se ramifican y expande en suelo y cielo, a los lados, y para cualquier punto, sin importar su posición en la figura, en el disenÞo, sino que hacen tejido, enramado donde no hay un solo punto central. Donde el movimiento es irreversible y por tanto en devenir creativo y constante.

El “centro” es corazón colectivo, potencia de templanza y latir consciente que expande el arriba y el abajo, el delante y el detrás, el uno y el otro lado desde la Madre Tierra y el Multiverso. Y como parte consciente de cada uno de los siete rumbos del movimiento constante- flexible, de relación vida-muerte y por tanto de transformación, de conexiones transversales sin centralizar en un solo punto del Caracol-Corazón. Estimo que el zapatismo evoca el estar-nosotras desde dicha conexión. Siendo las rutas rizomáticas la dirección que muestra múltiples posibilidades en tanto integralidad como totalidad. Por tanto, “el centro” no es el “Yo individual, y “lo otro una periferia» (EZLN, 2007).

El acto ético de la política-dignidad-conciencia sucede una vez que la «batalla florida» se ejerce en la dialéctica del Caracol/Corazón, posicionados desde los siete principios y colocándonos en aquel «centro» que es integralidad de los siete rumbos; la potencia de la materia sensible generada por personas, colectivos, pueblos y expresiones organizativas permite el impulso, valor/coraje y confianza por florecer la concienciadignidad para poner un límite a quien decide disponer, controlar y someter la libertad desde el obligar/forzar/violentar la voluntad. Esto que podemos definir como una corriente energética de subjetividad-sensibilidad del cuerpo-corazón-territorios para invocar Iche' el ta muk' en tanto respeto desde el reconocimiento-dignidad y como fuerza vital antisistémica y liberadora de consciencia. La cual propone otra forma de elaboración de la política desde y para la vida-libertad.

En suma; la ecuación de la política está territorializada desde la dialéctica del Caracol-Corazón- Conciencia en tanto movimiento constante del “hacia adentro y hacia afuera” como materia sensible y ética consecuente del “estar-hacer-sentir-pensar” que tiene su potencia en la multiplicidad integral de las dimensiones material, espiritual, filosófica, emocional. Impulso vital y latir colectivo, expresado en cuotas de energía-fuerza organizada para la vida digna y desde las Autonomías y donde las mujeres y jóvenes tienen un lugar central. Procurando lo elemental (alimento, salud, educación) desde la proyección política de horizontes posibles; de realidades societales libres. Dicha pulsión de diversidad de nichos societales, autónomos, entrelazados y en co-responsabilidad evocan y materializan la posibilidad de integralidad y totalidad de la existencia humana desde el estar con la Madre Tierra desde el Iche' el ta muk. Y lo hacen, respetando las formas que atraviesan escalas y dimensiones.

Desde aquí concebimos que la política es acto de libertad para caminar las autonomías. Y, construir expresiones autonómicas en su integralidad para posibilitar aquella constelación de otros muchos mundos de vida-libertades en tanto tejido de mundos indígenas-campesinos desde las filosofías de vida tseltal, tsotsil, ch'ol, tojolabal, mam y mestiza. Esto en sí representa la hipótesis de territorialidades no-patriarcales, reconociendo la energía-fuerza de lo femenino y generando materia sensible para concebir la Matria en tanto relación de respeto con/desde la Madre Tierra cual útero común, extensivo y profundo, para generar otras realidades posibles que no rindan culto a la matanza, el crimen y sometimiento. Hago referencia a la Matria (Gutierrez Luna, 2021, 2022b), desde y más allá de Luis González y Gonzáles (1986) quien elabora la categoría para sustituirla por la de Patria en tanto “el poderoso y racional mundo del padre”. Nuestra apuesta también cuestiona dicha etimología (pater, patris/padre-patria) por su gran carga patriarcal, y nos inspira a una construcción político-filosófica anti-sistémica para generar formas otras de territorialidad. De esta manera, consideramos que desde diversos mundos de vida autónomos, las mujeres son reconocidas y respetadas por su papel político-creativo en el tejido de la vida.

Las Autonomías/útero de contención en medio de la Guerra

Nos colocamos desde el posicionamiento de asumir la guerra como momento histórico permanente de despojo, destrucción y matanza con- 131 Diana Itzu Luna / Respirando Dignidad. Mujeres, Madre Tierra, pueblos originarios ... tra los mundos de vida indígenas, contra las mujeres y contra la Madre naturaleza. La pensadora feminista Claudia Von Werlhof (2010) posiciona la guerra patriarcal de hace 5000 u 8000 anÞos en su insaciable empenÞo por arrancar y desgarrar a hombres, mujeres y otroas del vínculo con/hacia/desde la Madre Tierra. A nuestro modo de ver, es este momento histórico permanente desde donde se abre una herida fundante donde penetra la imagen-fuerza del despojo y desprecio permanente hacia pueblos originarios, Madre Tierra y mujeres (Gutiérrez, 2021)

Para quienes vivimos el momento actual de despojo y muerte hacia los mundos de vida indígenas-campesinos a partir del entramado de megaproyectos, narcotráfico y militarización, así como la matanza hacia las mujeres que hoy se expresa desde la violencia feminicida, la guerra adquiere una configuración en ciertos lugares puntuales, como Chiapas/ México, con la llamada guerra integral de desgaste contra quienes ejercen el derecho legítimo a las autonomías. Dicha guerra, desde la perspectiva crítica de la contrainsurgencia (CENCOS, 2007), es un modelo bélico aplicado por el poder criminal para someter, controlar y exterminar las rebeliones, revoluciones, resistencias y rebeldías de organizaciones inconformes con el sistema dominante. No es una “guerra de baja intensidad” pues el epistemicidio, cultiricidio y terricidio, términos surgidos por la misma colectividad que resisten dicha guerra, termina de raíz con población, cultura, territorios, tejidos de vida propia. Y aquí su fuerza patriarcal al desplazar el lugar central que tienen las mujeres y la Madre Tierra para ocupar un lugar marginal y desvalorizado por la propia comunidad/sociedad.

La realidad que vivimos en Chiapas, desde esta modalidad de guerra se caracteriza por el intento de territorializar al menos cinco frentes de desgaste como lo viene registrando la Red de Resistencias y Rebeldías AJMAQ (Gutiérrez, 2022)8 :

1. Agraria. A través de maniobras jurídicas de posesión sobre la propiedad de la tierra, generando disputas para presentarlas como «conflictos intercomunitarios», cuando en realidad son formas de despojo legal con fines al saqueo de derechos agrarios de las comunidades autónomas;

2. Económica. El uso de programas y políticas asistenciales/gubernamentales, en tanto dispositivos de control social y de transformación de los hábitos culturales de la población: alimentación versus productos procesados. Educación versus escolarización; salud versus control sanitario;

3. Política. División desde adentro de las comunidades, al generar grupos afines a diferentes partidos políticos y religiones, de forma a incentivar disputas de poder interno;

4. Mediática. Campañas cotidianas por parte de los medios de comunicación para difamar, calumniar y criminalizar a las personas, organizaciones y pueblos que defienden sus espacios vitales/territorios;

5. Psicosocioemocional. Suscitar intimidación a través de la vigilancia permanente, genera desgaste físico, mental y emocional para colocar en mayor vulnerabilidad, fundamentalmente a jóvenes, mujeres, niños y niñas. Violencia a los derechos a libre tránsito, al acceso a agua y cosechas, al cuidado de los animales y cultivos afectando la integridad personal, familiar, social y económica en general;

6. Militar, paramilitar y narcoparamilitar: Implementación de un cerco geográfico castrense de cuarteles, campamentos y soldados del Ejército mexicano, junto con la fuerza armada de la Guardia Nacional. Articuladas con el accionar de grupos paramilitares, y/o de hombres armados y propietarios de tierras, financiados y entrenados con la permisividad y apoyo logístico del Estado y del Ejército mexicano para ejecutar acciones criminales desde adentro de las comunidades.

Dichos frentes tienen como base el ideal de progreso y desarrollo. Y actúan como dispositivo de control territorial y psico-socio-emocional que penetra en la singularidad del hacer-estar-sentir-pensar de cada persona y poco a poco en cada uno de los mundos de vida indígenas y campesinos para transformarlos.

De aquí la necesidad de recuperar la imagen-fuerza-metáfora del Caracol-Corazón-Conciencia desde el disenÞo de tejidos territoriales nopatriarcales teniendo en la mirada el aporte de lo femenino a la territorialidad zapatista. Nos referimos a ésta como la energía-fuerza política desde lo femenino. Las zapatistas han logrado construir, mantener y defender su estar-hacer-sentir en los territorios. Defender la libertad de elegir el suelo y cielo que quieren las cobije y poner límites a las diferentes formas de violencias, siendo la dignidad, la materia sensible y energía vital que mantiene la fuerza y templanza. Son ellas quienes nos vienen mostrando la posibilidad de nacer nuevas formas de hacer política, y no reproducir las mismas que generan muerte, como las instituciones gubernamentales y no gubernamentales de burocracias utilitarias, los partidos políticos, la democracia liberal moderna, y las violencias de la familia heteropatriarcal. Nos hacen replantear al Estado Territorial que forjó sus cimientos a costa de la matanza y crimen. Y, además lo hacen reconociendo que dicha forma patriarcal se ha ido zambullendo en nuestros cuerpos, corazones, relaciones, sensibilidades hasta que de repente somos patriarcales y no nos reconocemos así. Hasta que vemos cómo estamos desgarradas desde los úteros, lastimadas y enfermas, anuladas desde la libertad de elegir cómo y desde dónde queremos existir sin violencia.

La experiencia de las mujeres zapatistas ha sido fundamental para entender cómo se viene forjando la dignidad. Ellas mismas han reconocido lo difícil de liberarse del finquero, del patrón capitalista, pero paralelamente de sus maridos, maridas, hijes. Reconocemos esa honestidad cuando ellas mismas nos comparten “aquí también pasa y ha sido difícil pero desde la organización ha habido respuestas para despatriarcalizar nuestras vidas”.9

A mi modo de ver, y a partir de la experiencia de trabajar como defensora, la situación de las mujeres zapatistas que están viviendo la guerra integral de desgaste expresa lo siguiente: Las autonomías en tanto expresión ético-político y territorial representa un útero de contención común que posibilita mantener la continuidad de la dignidad como/ entre/desde mujeres para impulsar el trabajo colectivo. Y es éste trabajo colectivo una respuesta en tanto actos de no guerra. Generando energía vital y materia sensible para alimentar la esperanza y seguir con el autosustento en tanto autodeterminación material-espiritual. Generando una mayor participación política para proponer en sus comunidades actos creativos, así como denunciar a los grupos armados afines al mal gobierno potenciando su palabra como mujeres en tanto semillas que echa raíces en la conciencia de más mujeres y sobre todo de las jóvenas y ninÞas. Generando y abrazando el acto de la defensa del territorio desde el mantener el cuidado, respeto y apego hacia la Madre Tierra en tanto compromiso por la humanidad y ejercicio de libertad de los pueblos.

¿Cómo construir autonomías en medio de La Guerra? ¿cómo se van bosquejando las territorialidades no-patriarcales?

Hace 27 años que el EZLN decidió recuperar el vínculo con la Madre Tierra como acto fundante y contundente en los primeros días del levantamiento armado de 1994. Miles de hectáreas que estaban en manos de los finqueros y hacendados, y que dentro de la expresión zapatista se conoce como “tierra recuperada”, serán el suelo y cielo que cobijen la actual experiencia autónoma, no desde la idea de propiedad sino de ser guardianes y guardianas de lo común. A partir de diciembre de 1994 los pueblos zapatistas nombran una nueva forma de territorialidad como: Municipios Auónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ). Esto sucede once meses después del levantamiento armado del 1 de enero de 1994. El acto heroico estará en la búsqueda de generar otra forma de hacer política desde los pueblos en la búsqueda de las autonomías como acto de libertad. Por lo que se decide la re-significación territorial, desde la dinámica de los Caracoles Zapatistas. La imagen como significado de irrupción. Fuerza creativa del espiral de la vida en su secuencia micro y macro por desafiar la trama de la vida. Desde donde el estar-hacer-pensar-sentir de expresiones societales indígenas adquiere una mezcla del ejercicio de los autogobiernos junto con el significante de apego y respeto hacia-con-desde la Madre Tierra para procurar el autosustento material y espiritual. En suma, la recuperación, reconfiguración y resignificación territorial se entretejen hasta lograr expresar una forma territorial que sostiene formas de libertad sincronizadas desde un ritmo/latir constante (Gutiérrez Luna, 2017). Enramado vinculado a la Madre Tierra, en tanto conciencia del existente útero común de vida digna desde las autonomías.

Los tres hilos de las Autonomías: a) El derecho a ejercer sus propias formas de autogoberbarse desde la Juntas de Buen Gobierno, b) autosustento material desde las filosofías de vida indígenas zapatistas, c) autodefensa, generando formas de resistencias-rebeldías con actos de no guerra. Estarán manteniendo el fortalecimiento constante de un hacerestar-sentir Madre Tierra.

La resistencia-rebeldía son la energía-fuerza para materializar lo que conocemos como las “13 semillas” que vienen forjando la posibilidad de que florezca la vida digna para las familias y comunidades zapatistas: tierra, techo, trabajo, educación, salud, alimentación, comunicación, cultura, libertad, democracia, justicia, paz y autonomías. Resistencia desde “qué No queremos”, y “qué Sí proponemos”. Para lo cual es necesario hacer el ejercicio para hilar los siete principios ético-políticozapatistas. Y ensayar, esa otra forma de hacer política.

El EZLN nos está planteando resignificar la guerra desde responder con actos de no guerra y en defensa de la vida en tanto una batalla contra el olvido y por la dignidad que refiere a impulsar a promotoras de salud, alimentación, educación desde las autonomías, y no reclutar y preparar soldados para enfilar escuadrones que hagan culto a la muerte.

Si bien la premisa fundante del EZLN fue declarar la guerra al mal gobierno, ésta fue eligiendo el derecho legítimo de enfrentar a los de arriba para poner un límite al único destino que hasta ahora les habían ofrecido: la muerte. Es decir, se preguntaron ¿morir o vivir como único destino? Y eligieron la vida; el ¡Ya Basta! de 1994 fue elegir la vida frente a la muerte.

En pleno siglo XXI y, dentro del contexto del sexenio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), la dinámica de la guerra integral de desgaste se presenta en su fase de meganegocio transnacional: Las Muerteforas (Gutiérrez Luna, 2020). Las metáforas referidas al progreso que viene proponiendo el gobierno de la IV Transformación dicotomizan los dos elementos que instalan con los Megaproyectos y políticas de asistencialismo (vida-muerte/bienestar-progreso), hacia un sentido único y cerrado, capturado por la única alternativa de existencia que nos queda, “aceptar las reglas del mundo que viene”. La muertefora aniquila el imaginario colectivo presentando como único destino la muerte; ya no actúa como figura retórica del lenguaje cuya función siempre ha sido la de liberarnos de un único sentido. El zapatismo, y otras expresiones de organización autónoma, vienen a perforar las muerteforas incorporándose a ellas como tercer elemento gravitatorio y desestabilizante. Quiebran la dialéctica del poder, ya que actúan como el caracol; saltan la linealidad ya que construyen como el fractal; y tienen la fuerza de lo vivo porque se lanzan a la espiral cuántica, como la mayor potencia de movimiento que existe. Básicamente mantienen vivas las metáforas, y no permiten su transformación en alegorías; aquello que nos propone el poder. Es por esto que las muerteforas son utilizadas por el mal gobierno para generar tensión en el lenguaje de los pueblos originarios.

En otros escritos hemos referido a las muerteforas como aquella más explícita del denominado “Tren Maya”. Todos conocemos el sentido de la palabra Maya. Esta guarda una relación con lo ancestral, con un reconocido respeto por la vida, por la Madre Tierra, que en este caso va asociada a la palabra Tren, palabra que nos evoca; desarrollo, industrialización, avance, urbanización, mercantilización y otros. Es clara la traslación que el mal gobierno intenta hacer del sentido de la palabra Maya hacia el del progreso insoslayable. Los pueblos originarios nos muestran que esa metáfora solo traerá muerte y destrucción, y que para seguir manteniendo vivo un devenir de apego y respeto hacia la Madre Tierra es fundamental desarmar el entramado de sentido dialéctico que la racionalidad instrumental sigue buscando imponer, incluso a merced de su propia continuidad, el del beneficio y la acumulación económica. En Chiapas, la figura de la muertefora aparece también con los programas asistenciales; el mal llamado “Sembrando Vida”. Un programa gubernamental que funciona como dispositivo de control para privatizar las tierras comunales. Estableciendo una relación de dinero con el objetivo de instalar el consumo a través de la monetización y bancarización de la vida campesina con cajeros rurales del Banco Bienestar, los cuales custodia la Guardia Nacional. Dicho programa está vinculado a la forma/composición y despliegue de la Guardia Nacional junto con las posiciones donde está territorializado el programa “Sembrando Vida”. Esta es una forma de articulación de lo que se conoce en el lenguaje de guerra como “inteligencia militar”, una táctica de ingeniería militar que se conjuga con reclutar jóvenes dentro de las mismas comunidades y desde un programa asistencial de entrega de dinero, como los nuevos informantes que entregan datos y testimonios a los militares para así tener una diagnóstico de avanzada del territorio. Esta muertefora permite que a los 79 ya existentes cuarteles generales del ejército federal en la Zona Selva, Altos, Frontera y Norte, 65 en la zona de confluencia zapatista, se sume en Chiapas una renovada reconfiguración de la ingeniería militar con la Guardia Nacional, la cual incluye 12 Nuevas Coordinaciones Generales, que serán las redes de una fuerza armada única que multiplicará y extenderá los nodos de regimientos militares. Los cuales están ya posicionados teniendo como referencia al crimen organizado junto con el escenario de las disputas de partidos políticos. Todo esto se sitúa más complejo en contexto de pandemia/Covid-19.

Esta muertefora, probablemente la más rápida y efectiva de todas, por lo menos en el caso del estado de Chiapas, a través del poder económico y re-militarización potencia la forma masculina patriarcal desde múltiples escalas y dimensiones: a partir del cambio de uso de suelo y el sometimiento de la población como forma de control político. Esto nos permite identificar y desnudar el disenÞo de avanzada con pretensión de aniquilación. La existente indumentaria machistizada del programa “Sembrando Control”, su vínculo con la Guardia Nacional (remilitarización) y la territorialización de variados y múltiples proyectos de destrucción (megaproyectos) territorializan: individualismo- consumismo y alcoholismo específicamente para los varones jóvenes y adultos quienes ejercen el control e invisibilización de la explotación doméstica de las mujeres, aumentando las violencias físicas, emocionales hacia mujeres, ninÞas y ninÞos; competencia entre varones adultos y jóvenes; divisiones comunitarias, odio a quienes no aceptan los proyectos, apatía por la forma organizativa comunitaria. Y paralelamente todos quedan controlados en su propia tierra a través de dicho programa, los megaproyectos y la presencia de la Guardia Nacional.

Las Autonomías como útero de contención y posibilidades de “sentidos de vida” estaría reflejando sociedades no patriarcales en tanto expresión de aquella multiplicidad de espacios-tiempos de resguardo de la vida comunitaria” (Gutiérrez Luna, 2018: 130). Siendo el útero común la matriz partera de multiformes tejidos de vida que procuran el cuidado, la ensenÞanza/educación, sanación/salud, abrazo-contención de resguardo de la vida y las mujeres. El sentido de la vida, construido desde otra forma de elaboración de lo político, donde lo ético y ecológico posibiliten mundos pequenÞos y sencillos, según lo preciso y adecuado en tanto principio de lo común, la contención amorosa y de la conciencia colectiva. Esta iniciativa cuestiona la forma del Estado y sus instituciones patriarcales, porqué busca el no-dominio hacia la vida, sino su extensión y potencia en el devenir constante vida-muerte (Ibid, 2018).

Vivir la vida desde la memoria viva; estar viviendo en libertad, que es lo mismo que estar viviendo en dignidad organizada. Donde lo común es potencia si hay esperanza/dignidad, consecuencia y conciencia personal. Donde lo común y personal es potencia si está con y desde la tierra, Madre Naturaleza. Traer la metáfora, la imagen del caracol-corazón para potenciar memoria viva desde las huellas, ecos, latir de cada tejido y ramificación del espacio-tiempo de la vida. Personas, familias zapatistas, comunidades, Municipios Autónomos, Caracoles, Juntas de Buen Gobierno y Junta de Resistencia y Rebeldía Zapatista (JRRZ), ensayan modos y formas de estar-hacer-sentir como conciencia desde el corazóncuerpo “enramado” al territorio colectivo-comunitario de sus pueblos, Madre Tierra y Multiverso.

Conclusiones

En México, es innegable y, por tanto, es vital, reconocer la emergencia de proyectos societales de autonomías integrales sembradas y sostenidas por pueblos originarios. Posicionando el lugar central que ocupan las mujeres y jóvenes. Invitamos a reflexionar el actual Colapso civilizatorio desde el ejercicio de repensar la posibilidad de «territorialidades no-patriarcales» a partir de aproximarnos a aquellas expresiones societales que evocan la posibilidad de integralidad y totalidad de existencia humana como potencia y parte de la Madre Tierra en el Pluriverso. Expanden diversidad de nichos societales, autónomos y entrelazados y en co-responsabilidad. Lo que nos lleva a la hipótesis de la emergencia de la consciencia colectiva como construcción de diversas singularidades que activan mundos de vida autónomos desde el respeto al útero común/ Madre Tierra. Dicha forma atraviesa escalas de sensibilidades del cuerpo-corazón-territorios para invocar el Ich'el ta muk' como fuerza vital anti-sistémica y liberadora de emergencia de consciencia. La cual propone otra forma de elaboración de la política desde la imagen caracol y corazón para: arrojarse a la aventura organizada, honrar y ofrendar vidamuerte con dignidad, habitar el presente como potencia de la templanza, celebrar las diferencias sin sometimientos, aceptar errores para corregirlos, generar del miedo-sombras la potencia de voluntad, creatividad y devenir.

Posicionarnos y reconocer (para responsabilizarnos) de la degradación de lo humano a partir de la relación hacia la Madre Tierra y lo femenino desde la invasión, despojo, sojuzgamiento, desprecio, maltrato y abuso. Nos invitan a arrojarnos a la aventura organizada, habitar el presente como potencia de la templanza, locura audaz, celebrar las diferencias sin sometimientos, aceptar errores para corregirlos, generar del miedo-sombras la potencia de voluntad, creatividad y devenir constante y generar interrogantes cómo ¿Es posible que emerja una consciencia colectiva como construcción de diversas singularidades que activan mundos de vida autónomos desde el respeto al útero nutricio/Madre Tierra?

¿Es posible repensar y reelaborar actos creativos para la construcción de «territorialidades no-patriarcales»; algo así como matrias: espacios vitales que nos contienen y contenemos? El momento de matanza amanÞada e impuesta por los malos gobiernos nos abre un rumbo al derecho de elegir la vida frente a la muerte, de ahí la integridad espiritual, física, mental, emocional como sanación consciente que potencie la conciencia por construir, tejer y defender las autonomías desde la dignidad de elegir vivir la vida que merecemos. Con dignidad, con humor, alegría y desde la sanación y organización colectiva.

Por tanto, y desde aquí invito al ejercicio de adentrarnos al movimiento cíclico del “hacia adentro y hacia afuera”. Evocando el latir constante, como vibración para estar-presente desde el Ich'el ta muk'. ¿Nos atrevemos a dar una cuota de energía-fuerza de lo femenino para construir territorialidades no patriarcales? Propuesta que nos sitúa como humanidad en tanto materia sensible para integrarnos a una iniciativa político-filosófica de vida. Para lo cual es indispensable intentar ser impecables en el compromiso por generar consciencia en tanto sincronía integral y total del hacer-estar-pensar-sentir, no como cronología sino como metodología que invita a generar energía constante y por tanto flexible e incierta que -muchas de las veces- resulta en acto creativo. Y esta mezcla de singularidad en sinergia, en el enramado de caracol-corazón-consciencia y en la potencia de su relación-conexión-coexistencia con la Madre Tierra, como parte de una totalidad. Es suelo y cielo que abraza y contiene. Estar desde el hacer-sentir-pensar para evocar una energía vital que expande y trasciende el dolor, al mismo tiempo, hacia un objetivo/proyección común de liberación consciente, en este caso un proyecto político común de vida desde la construcción de autonomías y territorialidades no patriarcales.

El carácter del EZLN como expresión político-territorial rechazó desde su nacimiento y proceso la lucha/toma del Poder. Y decidió tejer la democracia radical como forma del ejercicio de la libertad y justicia. Según el reconocimiento de las necesidades, los principios y rumbos elegidos y sostenidos por los pueblos. Desde el reconocimiento del Iche'el ta muk'a partir de la potencia de la dialéctica del caracol-corazón, que expresa articulación de diversas singularidades, de forma abierta y flexible. De tal modo que en la expresión resultante hay un espectro amplio de formas organizativas; de propuestas de autogobierno; de autosustentos alimentario: de autodefensa. La efectividad de cada Caracol ha permitido que exista una resistencia multiescalar y multidimensional que aumenta su fuerza y eficacia, en vez de debilitarla. La rebelión y más tarde la rebeldía-resistencia indígena-campesina maya zapatista del EZLN fue poco a poco adquiriendo energía-fuerza femenina que se posicionó en lo parejo con la masculina. Fue la vida-libertad anclada en el apego a la Madre Tierra y en la renovada creatividad lo que da singularidad y materia sensible a dicha expresión de vida que respira dignidad.

Notas:

1. Trabajo recibido el 27/03/2022. Aceptado el 30/06/2022.
2. Movimiento de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra. Espacio de Lucha contra el Olvido y la Represión. Red AJMAQ/Chiapas (México). Contacto: dianaitzuluna@gmail.com
3. Adhiero al proyecto ético-político zapatista como defensora y activista desde hace veintitrés años. Puntualmente en comunidades zapatistas acompañamos en la documentación, difusión y denuncia de las violaciones a derechos hacia las autonomías de los pueblos originarios en Chiapas.
4. Las Juntas de Buen Gobierno se ubican en lo que se conoce como Caracoles Zapatistas, actualmente existen 12 instancias políticas de autogobierno con rotación de tres años y desde donde se ejerce el “mandar obedeciendo” desde los principios ético-político zapatistas. Están constituidas por mujeres, hombres y otroas de diversas edades que son elegidos a través de asambleas comunitarias, regionales y municipales. Las personas se van rotando por periodos de 15 días o una semana para ir a su comunidad, estar y trabajar la tierra junto con su familia. Después vuelven al Caracol correspondiente para hacer actividades y responder a las funciones, necesidades y tareas designadas por sus pueblos. No perciben salarios al ser un servicio derivado de la cuota de energía dada para mantener el tejido de las autonomías con sus respectivas formas de gobierno.
5. Referimos tanto al trabajo de las diferentes coOperativas de telares, miel, alfarería, carpintería, etc. Así como a procurar las áreas de salud, educación, agroecología, justicia, comunicación/radios comunitarias, etc.
6. Para mayor información ir a: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2021/07/25/por-que-sia-la-consulta-y-si-a-la-pregunta/, consultado: 14 marzo del 2022.
7. Retomamos el concepto de Pluriverso desde la perspectiva de Arturo Escobar (2017), quien elabora un análisis a partir de la inspiración de la frase «un mundo de muchos, de todos, de diversos mundos» del EZLN.
8. Para mayor información de cómo se vive la Guerra Integral y de Desgaste, consultar los últimos informesde la Red de Resistencias y Rebeldías AJMAQ, en: https://redajmaq.org/
9. Palabras expresadas a la autora durante el «Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan» llevado a cabo del 26 al 29 de diciembre del 2019, en el Caracol de Morelia, Chiapas, México. Donde estuvieron presentes 3, 259 mujeres zapatistas, muchas de ellas dispuestas a compartir charlas, baile, comida, pintada de murales.

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