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Estudios - Centro de Estudios Avanzados. Universidad Nacional de Córdoba

On-line version ISSN 1852-1568

Estud. - Cent. Estud. Av., Univ. Nac. Córdoba  no.48 Córdoba July 2022

 

BIBLIOGRAFICAS

Russo, J (Ed.). (2022). A marchas forzadas. Mecanismos sociales y democracia en épocas de pandemia. Buenos Aires: Prometeo.

Tania Zapatero Romero 1

A marchas forzadas se compone de doce capítulos elaborados por diversos investigadores de Europa y América Latina que se proponen, desde diferentes ángulos, discernir sobre los efectos y desequilibrios tanto políticos como sociales que se produjeron o se agudizaron a raíz de la pandemia de Covid 19 y que hoy, a pesar de los notorios avances en su mitigación, no acaba de sofocarse.

En este comentario bibliográfico voy a recoger el argumento central del editor de este libro para luego describir lo que cada uno de los doce capítulos plantea y finalizar con un comentario crítico de la totalidad de la obra centrado en dos preguntas: ¿Qué nos aporta este texto teórica y conceptualmente? ¿En dónde radica su originalidad si nos atenemos a la idea de que los intentos de reflexión sobre este fenómeno se han incrementado en buena medida?

En la introducción escrita por Juan Russo se destaca muy claramente el objeto de esta obra. El libro trata sobre como la emergencia sanitaria ha impactado sobre la política, específicamente en la agenda y en los procesos políticos de las democracias de América Latina. De aquí se deriva la tarea de escudriñar las formas como los actores gubernamentales y sociales han actuado frente a esta contingencia inesperada. Russo y más adelante otros colaboradores como Leonardo Morlino, comulgan con la idea de que estos efectos han marcado fuertes desafíos para las democracias, afectando notoriamente las libertades e incrementando las desigualdades. Tomemos en consideración que la concreción de libertades y la búsqueda de la igualdad son dos componentes esenciales de todo sistema democrático que, bajo las circunstancias marcadas por este fenómeno, obviamente dependiendo de cada caso, terminaron siendo perjudicadas en diferentes grados e intensidades. Este planteamiento general debe por ello alimentarse de un análisis de las singularidades expresadas por cada caso para poder delimitar el orden de tensiones y gestiones que se produjo por lo menos en cada uno de los países o poblaciones específicas que se indagan dentro de los capítulos que conforman el libro.

En esta obra además se acentúa la importancia de poner en evidencia los tipos de mecanismos sociales que se activan con crisis como la de la Covid 19. De acuerdo con el sociólogo Robert Merton los mecanismos sociales son: «los procesos sociales que tienen consecuencias específicas para partes específicas de la estructura social…» (Merton citado por Russo, 2022, p. 20). Este enfoque intenta explicar los fenómenos sociales fuera del modelo nomológico-deductivo que identificamos con autores de línea neopositivista de Carl Hempel. De forma casi unívoca Hempel consideraba que el explanandum o el fenómeno a explicar se deduce del explanans o de una serie de condiciones antecedentes, estamos entonces bajo un esquema de causa-efecto regido por leyes generales deducibles mecánicamente de las regularidades de un fenómeno observado. De forma alternativa en esta obra a través de los mecanismos sociales se hace referencia a la complejidad misma de los fenómenos remitiéndonos a una constelación de elementos y de actividades organizadas espacio temporalmente, de tal modo, que estas producen de forma variada y diferenciada el fenómeno que se intenta explicar. En este caso, una contingencia imprevista que se fue prolongando, poniendo de relieve de manera simultánea profundos y acumulados rezagos sociales, así como novedosos condicionamientos que incitaron la adaptación a marchas forzadas de los distintos países. El estatuto de la explicación no queda aquí asociado a la inferencia causal predictiva sino al discernimiento de un proceso y sus fases, reconociendo sus condicionamientos, conexiones e impactos en forma de secuencias.

En la obra se consideran cuatro tipos de mecanismos sociales: El primero es el mecanismo social de la destrucción creadora postulado por el economista austriaco Josep Schumpeter que además cuenta con claros antecedentes marxistas. Este mecanismo social se refiere a procesos que revolucionan de modo incesante la estructura, produciendo dislocamientos institucionales y generando condiciones de disrupción social y política. Un ejemplo histórico es el New Deal (1933-1938) un proceso de crisis-renacimiento resaltado en el capítulo escrito por Juan Russo que trajo consigo la destrucción de una concepción política de la economía y que derivó en la instauración de una nueva política fundada en la intervención estatal en la economía. La crisis también entraña un impulso de renovación.

El segundo mecanismo social es la catálisis. En esencia un efecto catalítico, como lo explica Leonardo Morlino en el capítulo que da apertura al texto, se refiere a una transformación química en la que una determinada sustancia produce una reacción sobre otra y cuyo efecto puede ser acelerado o ralentizado, sin embargo, siempre inducirá un cambio. En el marco de una interpretación política esta analogía ya había sido empleada por el politólogo italiano para referirse al proceso que desencadenó la crisis económica del 2008 donde se ensanchó la distancia entre la ciudadanía y los partidos políticos. La pandemia es actualmente el catalizador que introduce las condiciones de incertidumbre necesarias para motivar la mutación política. En este entorno de confinamiento y en algunos casos de estado de excepción parecen dar fruto nuevamente a las tentaciones autocráticas que bajo la necesidad de mayor seguridad van ocasionando un efecto de negación de libertades y derechos.

El tercer mecanismo social es el de la erosión política. Como sugiere el editor de la obra en algunos casos: «La pandemia habría operado como un ácido que deteriora las bases de sustentación de un orden político» (Russo, 2022, p. 10). En este mecanismo priva el desgaste de las instituciones políticas y los valores democráticos. Como ya lo había sostenido el sociólo Ralf Dahrendorf, el ascenso del nacional socialismo fue la consecuencia de un notable deterioro de las estructuras del viejo régimen prusiano, la decadencia del nacional socialismo trajo consigo una mayor disposición democrática en la Alemania contemporánea. Este texto sugiere que se han atestiguado un conjunto de procesos erosionantes que han minado las bases de la cultura política neoliberal en varios contextos nacionales como lo testimonia el caso de Chile.

Por último, encontramos el mecanismo social de la resiliencia, que se refiere a la capacidad de respuesta social e institucional frente a la emergencia sanitaria y a los riesgos y vulnerabilidades desatados por ella. Aquí resulta importante destacar las distintas gestiones operadas tanto por actores sociales como institucionales, los escudos securitarios que de modo formal o informal se establecieron dentro de diferentes gobiernos, así como las «acciones correctoras» que algunos países implementaron durante la pandemia para disminuir sus efectos catastróficos.

La descripción de estos mecanismos sociales opera como modelo analítico que cumple la función de organizar conceptualmente las secuencias que integran un proceso complejo. Sin embargo se reconoce que, para los casos expuestos, persisten mecanismos mixtos o las interrelaciones con otros procesos que se magnificaron a partir y a través de la emergencia sanitaria.

De ese modo, en el primer capítulo escrito por Leonardo Morlino se ponen de relieve los efectos catalíticos de la pandemia y la aceleración de los deterioros iniciados con la crisis de 2008 que se traducen en costos en libertad, igualdad y sobre la estructura económico-industrial, los cuales de acuerdo con el autor serán los principales desafíos de las democracias contemporáneas. Morlino, evitando las tentaciones proféticas, deja emplazado el predicamento: ¿Qué es lo que las secuelas de esta pandemia deparan para las democracias?

En el capítulo 2, Juan Russo presenta en una primera parte los riesgos de los desequilibrios políticos atendiendo a las reacciones políticas en etapas específicas de la pandemia (emergencia y confinamiento, crisis y medidas de recuperación). De acuerdo con el autor estas darán lugar a tres tipos de mecanismos sociales: la negación, la búsqueda de desequilibrios y la búsqueda de equilibrios. La segunda parte del trabajo se ocupa de analizar los efectos de desequilibrios políticos, tomando como caso de análisis a la Argentina del actual gobierno de Alberto Fernández.

En el siguiente capítulo, Marcelo Cavarozzi analiza cómo la gestión de la pandemia en Latinoamérica ha visibilizado «fallas geológicas» como la fragilidad y dificultades de la democracia política, así como las dificultades en las cuales las capacidades estatales quedaron sumergidas, en particular de infraestructura para hacer frente a la emergencia sanitaria. En este contexto atiende a la re-emergencia de la centralidad presidencial frente a la crisis y a los nuevos componentes de la contestación ciudadana.

En el capítulo 4, Javier Saldaña Almazán examina los costos de la pandemia sobre el sistema educativo en la región que, de acuerdo con el análisis del autor, ha agravado tendencias hacia la disparidad de oportunidades. Pero también, la pandemia habría evidenciado el rol crucial de la familia, los costos del rezago, las brechas en materia de acceso a las tecnologías en la población, y el impacto sobre el empleo y pobreza.

En el capítulo 5, a cargo de Alejandro Klein, se aborda la pandemia no solo cómo un problema sanitario sino como un dispositivo social y político, cuyo alcance y capacidad subjetivizante incluye formas de identidad, estrategias culturales, prácticas axiológicas y estrategias de delimitación y exclusión o inclusión. Al respecto el autor se centra en un protagonista trágico de la pandemia: los adultos mayores. Después de señalar aspectos epocales como la modernidad y la inserción de las fake news como forma de alienación persecutoria, presta atención a los cambios demográficos que tendencialmente dan mayor protagonismo y nuevos roles a los adultos mayores. En tal sentido, la pandemia permite vislumbrar cuan frágiles y precarios son los recursos de ciudadanía, democracia y aún más: el contacto y la interacción social, cuyos efectos regresivos se acentuaron. Visualizamos aquí con mucha claridad un mecanismo de erosión.

Maurício Domingues, en el capítulo 6, examina las principales estrategias y problemas enfrentados durante el brote de la Covid-19 en Brasil deteniéndose de manera particular en la crisis política que se desarrolló junto con la emergencia sanitaria. El autor denomina el contexto brasileño como un caso atípico donde el mecanismo de resiliencia funcionó para disminuir los efectos adversos de la pandemia, mediante el funcionamiento del sistema federal, del Sistema Unificado de Salud (SUS), y de una tradición sanitaria fuerte y epidemiológica arraigada en el país. Al respecto, se evidencia que a pesar de las desigualdades que imperan, estos aspectos brindaron al menos parcialmente los medios y la capacidad de enfrentamiento de los efectos erosionantes de la política negacionista librada por el presidente Jair Bolsonaro.

En el capítulo 7, Hugo Quiroga muestra cómo la emergencia sanitaria a nivel mundial no es solo una crisis de la salud pública, sino también una crisis política que visibilizó las disfunciones del orden político liberal y reforzó procesos de erosión democrática. Esto se evidencia en el caso de Argentina, que ha implicado una disminución de «espesor constitucional, consistencia republicana y calidad deliberativa» afectando la calidad de la democracia argentina e insertada, desde hace varias décadas, en situación de emergencia permanente.

En el siguiente capítulo, Francisco Gutiérrez Sanin observa el caso colombiano acentuando los efectos degradantes en la democracia de este país, el incremento de la violencia y la implementación de políticas públicas excluyentes que recrudecieron la desigualdad social. El capítulo igualmente explora los mecanismos de debilitamiento de equilibrios, en particular pesos y contrapesos políticos, visibilidad y movilidad reducidas durante el confinamiento, así como los incentivos que acrecentaron la violencia convirtiéndola en un medio de disciplinamiento social.

En el capítulo 9, Rafael Archondo analiza las relaciones de la pandemia con la coyuntura política boliviana. Da un repaso sobre la débil legitimidad del gobierno de Jeanine Áñez que se acentuó con la llegada de esta situación de emergencia, obstaculizando la eficacia y logro de consenso político, dando lugar a la combinación de mecanismos de catálisis y erosión en el proceso político de esta nación sudamericana, resultado de la disociación entre resolución de crisis sanitaria y crisis política.

En el capítulo siguiente Stephanie Alenda, Antoine Fauré y Damien Larrouqué muestran cómo para el caso chileno la pandemia develó tres debilidades estructurales, a saber, la mercantilización del sistema de salud que consagró una concepción lucrativa de la salud, la informalidad y la precariedad laboral y una última debilidad consustancial de orden presupuestario. Estas debilidades tuvieron un efecto de aceleración y erosión de la legitimidad de un orden político de desigualdades y de rigidez ante los cambios. Tal como se observa, el modelo de democracia limitada como la chilena, terminaron por ser rebasadas por movimientos políticos y sociales situados en los márgenes e incitando el proceso de la nueva constituyente que se desarrollo durante gran parte de la pandemia.

En el capítulo 11, Federico Sandoval y Marco Polo Calderón Arellanes prestan atención al panorama nacional e internacional. En el plano internacional se atiende a los grupos de interés y sus interacciones con la emergencia sanitaria. En el plano nacional, insertan la discusión de la emergencia sanitaria en el contexto político de la dinámica histórica de confrontación entre liberales y conservadores. Luego analizan particularmente las políticas públicas adoptadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Para los autores, la pandemia habría tenido un efecto erosionante sobre la ciudadanía y la democracia mexicana.

En el último capítulo, Justino Lozano concentra el análisis en las dimensiones socioantropológicas de esta contingencia, pone énfasis en los saberes de las comunidades originarias, uno de los ejes esenciales para afrontar esta crisis sanitaria en esos contextos específicos. El autor parte de la idea de que, aunque la ciudadanía cultural en contextos democráticos adquiere un mayor reconocimiento internacional, esta no logra plenamente asentarse en el caso mexicano en términos del acceso a derechos y modos de inclusión. Este estudio de caso destaca la experiencia de los pueblos indígenas del estado de Guerrero. Comunidades que han hecho frente a inveterados problemas de violencia. Un caso paradigmático es la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias CRAC-PC organizaciones en las que quedan emplazados los mecanismos de resiliencia de estos grupos, ya sea enfrentando problemas como la inseguridad que el Estado no logra dar solución o bien por medio de la creación de opciones sanitarias y de prevención alternativos con métodos curativos tradicionales que se habilitaron durante la pandemia.

Este texto nos recuerda que, frente a esta emergencia sanitaria, a pesar de que muchos países parecen estar ya lejos del pánico y la incertidumbre inicial, las secuelas o los efectos ocasionados por esta contingencia continuarán cobrando forma. Así pues, nos seguirá haciendo falta reflexionar sobre estos procesos y las direcciones que sus inercias están tomando. De aquí se colige la originalidad de esta obra que radica en su aporte teórico y conceptual, la tarea de describir los mecanismos sociales de este fenómeno: sus condicionamientos más plausibles y la retahíla de efectos inmediatos y retardados ocasionados en distintos contextos políticos. Sin duda vendrán próximas pandemias que pondrán nuevamente en vilo a la humanidad, sin embargo, puede resultar inadecuado buscar predecir ese nuevo suceso sin antes contemplar las condiciones que en épocas de pandemia se generan en los distintos sistemas y órdenes sociales. Por eso se agradece que en estos tiempos fatídicos se evite renunciar al discernimiento y sobre todo al intento de producir explicaciones multicausales de lo que ha acontecido. Una clara reacción del espíritu de investigación que debe regir en este tiempo de turbulencias.

Notas:
1 Universidad de Guanajuato, México. Contacto: tm.zapateroromero@ugto.mx

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