Introducción
El estudio de los movimientos universitarios como fenómeno de representación social en los inicios del siglo XXI permite valorar el estado actual del sistema educativo, configurando una aproximación histórica al impacto que suelen tener en las sociedades modernas y posmodernas. Desde ese punto de vista, observar y analizar el movimiento universitario gestado en dictadura en una corporación estatal del país, como es la Universidad de Talca, ofrece dimensionar los logros y contribuciones que los movimientos estudiantiles realizaron a las diferentes casas de estudios para el mejoramiento de las políticas públicas para la educación superior.
En este artículo se propone realizar una descripción del desempeño organizativo y la acción colectiva de los estudiantes universitarios de 1983 de la ciudad de Talca, posibilitando la instalación de sus demandas en el espacio y agenda pública, en un momento en la cual la dictadura instaló la idea de un dialogo nacional, cambiando a ciertos interlocutores, pero que incrementó la represión, ampliando la dotación militar en los espacios públicos del país a una década del golpe de Estado en septiembre de 1983.
Respecto de tales hechos en Talca, no existe mayor información disponible, salvo la tesis doctoral que involucra a los autores de éste estudio; por tanto, desde ya tiene esta investigación un asomo de originalidad; más aún en una ciudad caracterizada por la elevada ruralidad, empero también, pudiera ser algo novedosa pues adiciona un contexto, causales, universidad y perspectiva diferentes; sin embargo, aplica la misma teoría de recursos (Mc Carthy y Zald 1977, McCarthy, Mayer y Zald, 2001), y preguntas de estudio: ¿Cuáles fueron las estrategias y recursos utilizados por el movimiento estudiantil en Talca para obtener adhesión y apoyo de estudiantes y ciudadanos durante el 1983? y ¿Cuáles son los aportes y límites de la perspectiva de movilización de recursos para entender este proceso organizativo?.
I. Panorámica general del problema: El sistema universitario en la década del ´80
Chile desde la instalación de la dictadura militar en septiembre de 1973 hasta 1990 experimentó de manera forzosa profundas transformaciones, instalando un modelo neoliberal continuado por gobiernos de centroizquierdas, proceso caracterizado por privatizaciones de empresas estatales, mercantilizando diversos derechos sociales que la ciudadanía había reivindicado durante gran parte del siglo XX (Salazar y Pinto, 1999), en palabras de Goicovic (2006), se trata de una “refundación de Chile” liderada por militares, intelectuales neoliberales y el sector empresarial, proclives a un modelo económico experimental, impuesto de forma violenta por los denominados ChicagoBoys que pronto va a consolidarse a nivel mundial, a fines del siglo XX (Valdés, 2021). En este contexto, el sistema de educación superior también fue severamente intervenido desde inicios del régimen militar y trastocado en los comienzos de la década del ’80. (Basulto G, Oscar; Segovia L, Pablo Y Jullian S, Cristián, 2020) vivenciando un proceso de tensiones y desmovilización en la década siguiente.
El sistema universitario chileno incesantemente intervenido durante el siglo XX, habiendo sido el más contundente el instaurado en la dictadura militar, vivió largos episodios de reivindicaciones a partir de los movimientos estudiantiles siendo las más recordadas las décadas de los ´60 en democracia, y principios de los ´80. Dichos movimientos, han sido bastante estudiados para el caso de las grandes ciudades tales como Santiago, Valparaíso y Concepción (Garcés, 2012). Sin embargo, los estudios para otras ciudades intermedias son escasos o inexistentes, tal es el caso de la Universidad de Talca, enclavada en la urbe del mismo nombre, ciudad provincial equidistante entre Santiago y Concepción. Esta institución, nacida de la fragmentación de dos universidades regionales -la Universidad de Chile y Universidad Técnica del Estado- en 1981. Talca y la comunidad universitaria, se vio a inicios de los ´80, perturbada cuando se derogan las dos universidades nacionales antes señalada, donde se estableció como reemplazo el Instituto Profesional de Talca, alejada de la aspiración ciudadana de poseer una Universidad estatal.
II. Aspectos metodológicos del estudio
Los antecedentes y datos obtenidos para la investigación fueron recopilados durante el periodo de 2019-2021 y se desarrolla bajo un paradigma cualitativo e interpretativo. Se analiza la experiencia de movilización social de estudiantes de la Universidad en 1983, desde la perspectiva de los propios jóvenes de esa época -hoy adultos- movilizados, también de actores sociales, políticos y culturales extramurales a la universidad, recurriendo a sus semblanzas personales, entrevistas estructuradas en años 2020 y 2021 y de la prensa escrita exclusivamente oficialista del año en estudio, considerando la censura de información que existía en el periodo de estudio. Durante el trabajo de campo se realizaron 22 entrevistas en profundidad.
La revisión documental, entendidas como fuentes primarias de la prensa de la época, se llevó a efecto en la biblioteca de la Universidad de Talca, institución que dispone de los ejemplares donados por el mismo pasquín local Diario La Mañana. Losfocus group se desarrollaron el año 2021 vía plataforma zoom en el marco de la pandemia imperante.
La selección de la muestra de las personas que participaron en las entrevistas semi estructuradas y en los focus group, tanto de intra como de extramuros, fueron en base a tres criterios: a) participación activa de las acciones colectivas del movimiento en el año 1983; b) participación activa como dirigente, estudiante o simpatizante; yc) Tener disponibilidad para reconstruir el recuerdo de la acción.
El procesamiento de documentos se realizó a través del análisis de contenido pertinentes plasmados en el marco teórico de este estudio, principalmente; mientras que, para el análisis de los cuestionarios, reseñas y focus group se utilizó la técnica ad-hoc Kvale (2007), que consiste en la combinación de diversas formas de análisis según las características de cada uno: interpretación, categorización u otras técnicas.
Las categorías de análisis fueron establecidas en su mayoría de manera emergente, basado en similar estudio -antes mencionado- y a partir de la revisión de las fuentes disponibles. Estas categorías de análisis orientan complementariamente la presentación de los resultados obtenidos de las fuentes primarias, a través de un ejercicio descriptivo y analítico que se expondrán consiguientemente. Las categorías se presentan en el siguiente cuadro:
Coherente con el cuadro anterior, la descripción y asociación de respuestas entre los entrevistados(as), y los resultados, se ordenaron en función de los propósitos del presente estudio.
III. De movimiento estudiantil a movimiento social universitario
La raíz de este movimiento es evolutiva, nace en el ámbito estudiantil para constituirse en movimiento social como señala Tarrow (1997). Las fuentes documentadas del movimiento son elocuentes, fundamentalmente la prensa oficialista de la época, tal como el periódico local Diario La Mañana, lo evidencia en sus páginas e imágenes habituales. La Estructura de Oportunidades políticas en el país y Talca, fueron propicia para la génesis y desarrollo del movimiento tal como lo describen Garretón (2009) y Pinedo (2012) entre otros.
Coincidentemente con las ideas de Tarrow (2011) el movimiento estudiantil en la Universidad de Talca, es producto de la fragmentación de las antes mencionadas universidades. Este movimiento, se entronca en un inédito proceso nacional de acción colectiva que disputaba simultáneamente la democratización de su federación y del país (Garcés, 2012). Caracterizado por peculiaridades y matices propios debido a la actitud de la autoridad académica local, y al contexto regional en el Maule, zona predominantemente rural, contrario a lo tradicional, estos movimientos suelen desarrollarse en territorios caracterizados por grandes urbes o reconocidas conurbaciones. Así, la fragmentación de la Universidad de Chile y Técnica del Estado para dar paso al Instituto Profesional de Talca, fue para algunos una amputación al sistema universitario local como describe Pinedo Castro (2012):
“La dictadura afectó la administración de las sedes regionales… fue el caso de la Universidad de Chile, Pedro De Aguirre impuso represión…. obligaba a los académicos a marchar por las calles manifestando su adhesión a Pinochet. El que no lo hacía era expulsado (…)la reforma de educación superior significó que las sedes regionales de la Universidad de Chile y Técnica del Estado, dieran origen a universidades regionales” (pp.71-72).
Desde esa primera causal, el movimiento estudiantil avanza progresivamente como social, en la medida que se vincula paulatinamente con sindicatos, dirigentes poblacionales, organizaciones religiosas y laicas, e incluso reconstruyendo hasta partidos políticos que habían sido desmantelados y prohibidos mediante la Carta Fundamental de 1980. (Errázuriz Tagle, 2018, p.350). Este proceso no fue mecánico o inmediato, sino que se gesta en la medida que la estructura de oportunidades, los recursos y las estrategias lo posibilitan, como la toma de conciencia de los estudiantes partícipes del movimiento.
El punto de inflexión desde lo estudiantil a lo social, se desarrolla paralelamente con la huelga de los trabajadores de la construcción de la Central Hidroeléctrica Colbún Machicura. Dicho suceso generó solidaridad en Talca, como señala Araya (2017, p.199)ocasión en la que se generaron “Ollas Comunes”, una de ellas instalada en casa del sacerdote Guido Lebret con quien se vincularon líderes estudiantiles de la Universidad de Talca.
Este movimiento universitario y social desplegó un variado repertorio de acciones colectivas entre marzo y diciembre de 1983, evidenciado a través de la prensa regional y diversos testimonios. El inicio se gestó en reuniones estudiantiles fuera de la academia, dando paso a manifestaciones al interior de la casa de estudios. Posteriormente se van construyendo alianzas con organizaciones sociales y que contribuyeron a la reconstrucción de colectividades políticas desmanteladas por la dictadura. Simultáneamente, se convocan a diferentes acciones colectivas en el espacio público a 10 años de la instalación de la dictadura militar.
Los entrevistados concuerdan que se trató de un colectivo universitario con una edad promedio aproximado de 21 años; un 82% varones y 8% mujeres; un 70% fue el primer miembro de la familia en ingresar a la universidad, un 20% el 2º y un 10% afirmó ser el 3º; un 35% estudió con pago diferenciado y un 65% con crédito fiscal o universitario impuesto por la dictadura; un 82% estudiaba carreras de educación, y un 8% carreras de ingeniería y de servicio social; 82% cursaba en los dos últimos años de sus respectivas carreras, y un 8% en los dos primeros años; un 50% provenía de sectores sociales vulnerables y el otro 50% de los sectores medios; un 55% provenía de fuera de la región del Maule, y un 63% fuera de Talca.
Asimismo, se constató que el 60% de los universitarios no tenía pertenencia a partidos políticos específicos, aunque un 30% se reconocía de izquierda y un 10% de centro. A su vez el 70% participaba por vez primera en un movimiento social con acciones colectivas en pos de la democracia. El otro 30% lo hicieron por sentirse agravado por la dictadura, para ser reconocidos en su dignidad o contribuir a la historia local o nacional.
El proceso de participación en las protestas de acuerdo a las fuentes periodísticas de la época, reconocen un sostenido aumento. Así tenemos que en la segunda protesta nacional (abril de 1983) participaron alrededor de 30 universitarios en la plaza de armas de la ciudad; tres meses después participaron sobre 3000 estudiantes en el mismo lugar. En esa primera movilización local participaron sólo estudiantes de la Universidad de Talca y posteriormente se incorporaron estudiantes de la Universidad Católica y estudiantes secundarios que fundaron la Federación secundaria talquina. Como efecto de este proceso de protesta estudiantil, en la segunda mitad de 1983, se incorporaron nuevos actores sociales: pobladores, trabajadores de los sindicatos Compañía Cervecerías Unidas (CCU), Calzados YARZA y Cía., obreros de la Construcción, los Pensionados, Coordinadora Feminista (MUDECHI), Comités Pro retorno de Exiliados, Asociación Gremial de Educadores de Chile(AGECH), y ciudadanos en general.
IV. Estrategia y movilización de recursos del movimiento estudiantil y social de la universidad de Talca
McCarthy y Zald (1977, 2002), indagan respecto a las determinantes que inciden en toda movilización, resolviendo que tres son las esenciales. En primer lugar, el apoyo social de los fundantes que establecen los objetivos del movimiento y de la movilización, y de los simpatizantes que aportan a la movilización con recursos de diversa índole. En segundo lugar, los recursos diversos a ser utilizados en los discursos y estrategias de movilización, y que pueden ser organizacionales y de acceso a los medios de comunicación. En tercer lugar, las redes o alianzas con organizaciones e individuos extramuros al movimiento, como las autoridades públicas o los medios de comunicación, cuyo accionar puede fortalecer o debilitar la acción colectiva.
En el caso del movimiento universitario de Talca en 1983, tales determinantes constituyen una condición necesaria pero no suficiente, aproximándose a lo estudiado por la teoría del reconocimiento de la Escuela de Frankfurt con Habermas (2010) y Axel Honneth (2010). Precisamente Habermas (2010) expone la noción de reconocimiento mutuo como núcleo del Estado de derecho democrático; para este autor solamente la igualdad de condiciones garantiza el respeto o reconocimiento mutuo. Dicho de otra manera, en la lucha por el reconocimiento, se articulan experiencias colectivas de integridad vulnerada Habermas (1999, p.190).
Bajo una óptica sociológica Tarrow (1997, p.19) plantea como medula del movimiento social el concepto de contencioso, explicando que en su mayor parte la acción colectiva de ellos se convierte en contenciosa cuando es utilizada por gente que carece de acceso regular a las instituciones, actuando en nombre de reivindicaciones nuevas o no aceptadas y que se conducen de un modo que constituye una amenaza fundamental para otros, especialmente a quienes detentan un poder.
Desde este enfoque la existencia de factores subjetivos del movimiento en 1983, tendrían cabida; es decir, no aplica la teoría de la elección racional de Mancur Olson (1965), pues en esta movilización, los universitarios trascendieron al simple cálculos de costo y beneficio para determinar sus acciones, toda vez que ponderaron su praxis bajo principios democráticos, inclusivos, fraternales y solidarios, tal se evidenció en las entrevistas.
En suma, al analizar el movimiento social universitario de Talca en 1983,se asume la teoría del reconocimiento (Hubermas y Honneth) de los movimientos sociales (Tarrow 2011) y de los recursos (McCarthy y Zald), para sugerir un relacionado piso conceptual de análisis de enfoques sobre los movimientos sociales, donde en el decir de Tarrow (1997, p.59), adquiere preponderancia el “concepto estructural y cultural” que incluye no sólo lo que los contendientes "hacen” …sino que "saben hacer" y lo que los otros "esperan que hagan".
En el caso del movimiento social universitario por la democracia en Talca (1983), los estudiantes carecían de experiencias similares después de una década de dictadura; donde el dialogo local era prácticamente imposible, así el repertorio de acción fue escalando hacia lo insurreccional. Así, expresaba el primer presidente de la Unión de Estudiantes Democráticos de la Universidad de Talca:
… “¿Cómo podía un grupo de estudiantes sin preparación partidista, desarticulado de organizaciones sociales, hacer frente a la estructura orgánica de una de las dictaduras más férreas que registra la historia? La estrategia, fluyó de modo natural. No fue el resultado de cónclaves.” …IUTALCA1
El enfoque teórico expuesto, establece una clasificación de las estructuras de movilización, dividiendo a la organización formal de la informal, Tal división es para analizar cómo es que redes de amigos o vecinos se unen a un movimiento, entre otras opciones.
El siguiente cuadro presenta ello:
Fuente: John D. McCarty. “Adoptar, adaptar…”, p.211
Precisamente, en el caso del movimiento social universitario en 1983 se inicia con estudiantes de la Universidad de Talca unidos con los de la Católica, sede Talca. A poco andar se adhirieron los sindicatos, colegios profesionales, las iglesias y miembros de la masonería local, y simultáneamente, se sumaron “informales” como pobladores o vecinos, y redes de amigos, entre otros.
Por otra parte, es necesario considerar que el modo en que se conforman los movimientos sociales se circunscriben, según Rutch (1999 p. 266), al menos con tres tipos estructurales básicos de movimiento: el modelo de bases, el modelo de grupo de interés y el modelo de partidos políticos, los cuales inciden respectivamente en la forma que se organiza internamente los respectivos movimientos sociales, en su carácter, objetivos y en su probable repertorio de acción colectiva.
Coherente con esos estructurales tipos básicos, el movimiento social en Talca de 1983evidencia coincidencias. En efecto, según miembros del movimiento entrevistados, la base del movimiento social y universitario se componía por entre 50 y 70 estudiantes; asimismo, el carácter organizativo del movimiento, inicialmente estudiantil fue de disciplina consciente, organizado, tenía una directiva, comisiones y representación de la mayoría de las carreras profesionales. La totalidad de los entrevistados reconoce que el movimiento estudiado evidenció conciencia de meta y rigurosidad para identificar y elegir el lugar de operación, con el firme propósito de aportar a la recuperación de la democracia.
Respecto de los recursos con que contaba la organización para implementar su estrategia y lograr sus objetivos, está el conocimiento, dinero, medios, trabajo, solidaridad, legitimidad y apoyo interno y externo. Así, tal como sostiene McCarthy (1977, p.5) los movimientos sociales se desarrollan cuando los individuos no reconocidos o vulnerados pueden movilizar suficientes recursos para actuar. En ese mismo tenor, Gamson (1974) plantea que la movilización de recursos considera la actividad del movimiento social como "la política por otros medios", donde un esfuerzo racional y estratégico de la gente común para cambiar la sociedad o la política. En otras palabras, los recursos son factores y/o variables que operativizan los movimientos sociales en función de sus objetivos, entendiendo que usualmente los principales recursos los constituyen los propios miembros de la organización, complementados con recursos materiales y simbólicos tales como la disciplina consciente, la solidaridad, credibilidad, el sentido de pertenencia identidad colectiva que es a su vez, fruto de la participación de cada miembro del movimiento en el diseño e implementación del repertorio de acción colectiva.
V. Estrategias y acciones colectivas del movimiento
El movimiento estudiantil a inicios de 1983 debió buscar estrategias de penetración orientadas a ampliar el movimiento hacia los propios jóvenes universitarios y hacia la comunidad local, como también a proveer de información diligente de relación para ligar territorial y filosóficamente el movimiento con nuevas praxis políticas, tendientes a la integración dispuestas a cultivar un movimiento inclusivo que trascendiera a las propias entidades estudiantiles, condición propia de los movimientos estudiantiles como ejemplifica Montero, Picazo& Muñoz (2017).
a. Extensión y expansión del movimiento: De la universidad a la comunidad local
En el contexto, era prioritario extender el movimiento más allá de la Unión de Estudiantes de la Universidad de Talca. Se requería ensanchar las bases de apoyo del movimiento universitario que habían vivido la incertidumbre de pertenecer por varios meses a un instituto más que a una universidad. Estaban indignados con el sistema de financiamiento conocido como crédito fiscal, agraviados por la inexistencia de derechos cívicos y libertades públicas como académicas, el contexto social y político, aparecía como coyuntura para la ampliación del movimiento. Rodríguez (1985) señala que las cifras oficiales notificaban que la pobreza bordeaba el 50% de la población, es decir, sobre 4 millones de pobres, y la extrema pobreza sobre un 30%; y el desempleo en la región superaba el 30%,(Araya, 2017, p.199). La convocatoria de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) sería el detonante que movilizaría a escala nacional como local a las fuerzas democráticas incluyendo la universidad y ciudadanía de Talca.
De manera que la Estructura de Oportunidades Políticas (EOP) locales, presentaba condiciones favorables para la génesis de movimiento estudiantil en la Universidad de Talca, con la consiguiente movilización universitaria que ampliará su cobertura estudiantil, construirá alianzas, fortalecerá a las agrupaciones y partidos políticos democráticos, politizará a un segmento importante la ciudadanía talquina usando el espacio público y, en definitiva, establecerá retos a las elites y autoridades locales con perspectiva nacional, descubriendo el velo de su vulnerabilidad (Tarrow, 1997, p.46). Así, la EOP motiva a unirse a los estudiantes de la Universidad de Talca con sus homólogos de la Universidad Católica de Talca, con quienes conformaron una confederación de universitarios.
Este contexto de implementar el repertorio de acciones colectivas en extramuros, se debió principalmente a que en la Universidad de Talca no concebían que el rector Manuel Tosso Giudice, aun siendo delegado de la dictadura, pudiese siquiera ser reemplazado por el ex vicerrector Pedro Félix de Aguirre, de deplorable recuerdo entre los protagonistas consultados(Pinedo, 2012).Es decir, la estrategia de los estudiantes consistió en contribuir a la remoción del poder a Pinochet más que directamente a su rector delegado, por añadidura se desplomarían todos los otros rectores delegados en el país.
Coherente con lo anterior, surgen también reuniones entre estudiantes de la Universidad de Talca y los estudiantes secundarios, especialmente con las alumnas del Instituto Superior de Comercio (INSUCO), Liceo Marta Donoso Espejo y Liceo Abate Ignacio Molina gestando a los pocos días las Federación de Estudiantes Secundarios en Talca (FESES) que había sido prohibida desde el golpe de estado en 1973.
Así lo expresa una de las dirigentes de estudiantiles secundarias en 1983:
“…los estudiantes crearon su propia Federación y nos fuimos acercando para que nosotros -como estudiantes secundarios- construyéramos nuestra organización. Yo, estudiaba en el Liceo Comercial junto a otros creamos el AEM “Agrupación de Estudiantes Medios tomando contacto con estudiantes de liceos y creamos la Federación de Estudiantes Secundarios …” ES4
Lo anterior respecto del mundo estudiantil. Sin embargo, los universitarios comprendían que tales alianzas eran una condición necesaria, pero no suficiente. Por tanto, para el accionar en el espacio público, los universitarios, buscaron vínculos en el entorno social, empezando con los familiares y vecinos de los trabajadores de Colbún radicados en las poblaciones de la ciudad.
Asimismo, era necesario relevar redes con organizaciones pro Derechos Humanos, tales como Comité Pro Retorno de Exiliados (COPROREX) y Mujeres de Chile (MUDECHI) y también con entidades religiosas y filosóficas potenciando lo que sería ya un movimiento social. Para ello se llevaron a efecto diversas reuniones con la convicción de pluralismo moral que ya líderes del movimiento cultivaban. Consecuente con ello se realizaron conversaciones con el Obispo de Talca, Monseñor Carlos González Cruchaga y con el Pastor Evangélico Luis García Merino; también con los líderes de la Francmasonería Luis Vergara Ramírez y Jorge Venegas.
Por tanto, se conformaron alianzas sociales y políticas que fortalecerían el movimiento social que inicialmente fue universitario, haciendo sentido las ideas planteadas por Tarrow (1997, p.156) respecto a que los cambios más destacados en la estructura de las oportunidades son la apertura del acceso a la participación, los cambios en los alineamientos de los gobiernos, la disponibilidad de aliados influyentes mismas y las divisiones entre las élites y en el seno de las mismas. Efectivamente, en los cuestionarios a los entrevistados queda de manifiesto que los fundadores y protagonistas del movimiento de 1983 se constituyeron en “madrugadores”, en función de la Estructura de Oportunidades Política imperante.
En suma, tal estrategia de ejercer acciones colectivas en el espacio público a la universidad, sustentado en una solidaridad recíproca entre universitarios y las referidas redes de apoyo, sugiere en el decir de Mc Carthy y Zald (1977), el uso de diferenciados recursos organizacionales y materiales como todo lo antes se ha evidenciado, y como lo reafirma el siguiente testimonio:
“…...organizamos protestas con marchas por el centro y la periferia, con barricadas en los puentes…. Mi labor era contactarme con las organizaciones sociales y algunos militantes de partidos políticos, estudiantes de Enseñanza media. Otra labor, era confeccionar panfletos en mimeógrafo, cortarlos y entregarlos en la U. para su distribución” …IUTALCA 5.
Tales acciones significaron tiempo, principalmente para “ganarse la confianza” y luego por el riesgo que implicaba asumir la lucha social. En definitiva, el movimiento social logró cierta visibilidad nacional tal como lo evidencia De La Maza & Garcés (1985, p.32), evidenciado por un dirigente del sindicato de la construcción de la época quien rememora algunos de esos episodios:
“Estuve con ustedes muchas veces… en casa del cura Guido Lebret, por la Huelga de Colbún… siempre les reconocía estando apoyándonos igual sacaban sus carreras profesionales… luchaban para echar a la dictadura… teníamos mucha fe en lograr ese objetivo”. ES2.
Para lograr la ampliación, se realizaron reuniones “bilaterales” con los partidos políticos en la clandestinidad, inicialmente con las juventudes Socialistas, Demócrata Cristianas, Izquierda Cristiana, Movimientos de Acción Popular Unitaria(MAPU), Comunistas (JJCC) y luego con la colectividad propiamente tal. A su vez con iglesias Presbiteriana y Católica, como la Francmasonería local; organizaciones gremiales y de derechos humanos como AGECH, SINTRACAP (Sindicato trabajadoras de casas particulares), COPROREX, Unión de Pensionados de Talca, Sindicato de FFCC de Talca, entre otras entidades territoriales, extendiendo el movimiento en el espacio local.
Por otra parte, la expansión hacia la sociedad local del año 1983, buscaba alcanzar el apoyo de la ciudadanía talquina por parte del movimiento social en estudio. Asimismo, es imposible desconocer que ello se enmarcó en EOP sistémica, antes descritas; por tanto, el movimiento inicialmente universitario en Talca no fue producto de la improvisación o del azar, o de la casualidad, ni siquiera de sofisticada racionalidad, sino que surgió cuando maduraron las condiciones objetivas y subjetivas para enfrentar al régimen autoritario. En ese tenor Tarrow (2004, p. 23) sostiene que la acción colectiva, adopta diversas formas que se hace contenciosa, cuando la gente carece de accesos regulares a las instituciones y por tanto las reivindicaciones se transforman en una amenaza para las autoridades.
Así lo describe quién fuera uno de los principales líderes del movimiento en 1983, el estudiante de pedagogía en castellano, hoy profesor en ejercicio:
… Nuestro accionar nació desde el arte, desde la cultura, desde el pensamiento…los organismos represivos poco o nada podían hacer, no lo hicieron…y no porque no quisieran, simplemente no pudieron (…)en esa concepción rebelde e idealista, se encuentra la génesis de este movimiento estudiantil…”.IUTALCA1.
Se desprende en este párrafo un sentimiento de agravio generalizado que permitió desplegarse hacia otras esferas de la sociedad. Asimismo, el diacono belga Guido Gossens, evoca de la siguiente manera su primer encuentro con los universitarios a mediados de los años ´80:
“En 1983 vivía en una población de Talca, y encontrar a un estudiante universitario proveniente de ese sector era muy difícil. Pero dentro de la Comunidad Cristiana encontré con representantes del Movimiento Estudiantil…. Sus cantos eran herramientas de concientización, iban creando unión entre jóvenes y adultos, obreros e intelectuales, hombres y mujeres, integrantes de partidos y organizaciones sociales.ES3.
El pastor Luis García Merino, hijo ilustre de Talca, recuerda esos tiempos en la memoria de su esposa:
“Recuerdo la huelga de hambre de algunos estudiantes, cuya acción no se realizó en la Planta baja del Templo, puesto que la Escuela Especial, con más de 80 estudiantes no podía suspender sus clases”ES7.
b. Uso de mecanismos tradicionales de información
Al surgir el movimiento social y universitario de Talca en 1983 no estaban garantías para el resguardo de los derechos fundamentales asociados a la libertad. Por tanto, la información y la mensajería como en otras experiencias de protesta social, de coordinación, convocatorias y organización de las acciones colectivas (Tilly, 2009) eran principalmente en base a los que se llamaba agitación y propaganda física, principalmente vía papel, panfletos y rayados de muros con consignas, boca a boca en los debates de confianza, discursos de los dirigentes llamados “públicos” en la asamblea.
La prensa escrita, defendía al régimen militar pronunciándose sobre la movilización democrática de forma negativa, y principalmente en páginas interiores, salvo cuando cambia el ciclo de protesta, como fueron las ocupaciones más beligerantes del espacio público: Protesta de septiembre en Talca(Diario la Mañana 13 septiembre 1983, p.1);toma de la Catedral de Talca para Huelga de Hambre indefinida (Diario La mañana. documento público (24 noviembre 1983, p.5); manifestaciones en la Corte de Apelaciones de la ciudad a raíz de la detención de un estudiante, tal como demostró el fallo de la instancia en comento (Diario La Mañana. Detalle: 24 noviembre 1983).
Imagen: Diario La mañana, detalle. jueves 24de noviembre 1983. Intendente Coronel Guido Riquelme Andaúr se reúne con líderes sindicales.
En definitiva, los medios talquinos fueron reactivos respecto del movimiento social desplegado en el espacio público, de ningún modo se mostraron interesados por conocer el movimiento desde adentro. Por tanto, el movimiento difundió sus acción esa través de asambleas y panfletos, dando cuenta de su ideario y repertorio de acción colectiva, e inclusive con un efímero boletín, tal como se expresa en el testimonio siguiente:
“Recuerdo en 1983, utilizando una máquina de escribir mi hermano con un universitario escribieron el pasquín “El Aguijón” se imprimió en esténcil y se distribuyó entre los estudiantes, quienes por su número limitado lo leían y circulaban de mano en mano” …ES10
En definitiva, la prensa escrita de 1983, coincide en causa y efecto con lo postulado por Monckeberg (2009) al señalar cómo los medios masivos que han ejercido y ejercen una influencia determinante sobre la opinión pública, más aún cuando no existe prensa disidente.
c. Trascendencia y despersonalización del movimiento
El movimiento social por la democracia en Talca (1983), parece haberse adelantado a la época, pronto trascendió la personalización cupular de la organización. Es decir, implementó una estrategia en la que se que ejercían liderazgos transversales u horizontales, lo que mostraba ciertos retos simbólicos.
Ello tiene raíz en el hecho que se cauteló la seguridad de los líderes del movimiento universitario primero, con el propósito de restringir al máximo la represión, por ejemplo, la aplicación de torturas, perder la carrera, perder la libertad o la vida misma. Por tal razón se acordó la alternancia cada tres meses del presidente de la “Unión de Estudiantes Democráticos de la Universidad de Talca” (UEDT),3con la incorporación de los universitarios de la PUC, sede Talca, pasó a denominarse Unión de Universitarios Democráticos de Talca, tal como lo evidencia la prensa escrita Diario La mañana (24 de noviembre 1983. p.5). Huelga de hambre indefinida en Talca.
La alternancia a la presidencia empezó con el estudiante de lengua castellana, Héctor Zamorano, y luego le sucedió el estudiante de la PUC, sede Talca, más precisamente de la carrera de kinesiología, Roberto Reynaud. El movimiento superaba liderazgos cupulares y perpetuos, estrategia aceptada en los ampliados realizados fuera de la universidad, usualmente en parroquias de la ciudad o sedes poblacionales, lugar e instancias donde con menos riesgos se desplegaba la discusión y se resolvía democráticamente el repertorio de acciones colectivas.
“…formaban parte, las asambleas, reuniones intensas donde se discutía contenidos y estrategias…, relacionadas con protestas, cacerolazos, corte de calles, exposiciones con expertos con temas específicos, visitas y solidaridad con los presos políticas de Talca y otras localidades, ¡No había jerarquías, había un respeto transversal!”.ES1
Paradojalmente, tal estrategia de alternancia en la presidencia y horizontalidad en la toma de decisiones se enmarcó en la vocación de “unidad en la diversidad”, logrando agilizar el despliegue de redes y la participación de las bases en las distintas instancias y ámbitos. Ello lo explicita 38 años después la académica entrevistada de la siguiente manera:
… “Fue motivante encontrarme con estudiantes de diferentes formaciones y realidades unidos por un sueño profundo (…) La organización, la conciencia que fue creciendo a partir de las experiencias dolorosas que comenzamos a vivir (…)ES4
d. Promover nuevas prácticas de acción colectiva en el espacio público
Los movimientos sociales, incluyendo los universitarios, son distintos a los movimientos políticos, tal como propone Melucci (1998, p.38) quien considera que los movimientos políticos son acciones colectivas que tienden a ampliar la participación y a mejorar la posición relativa del actor en el proceso de toma de decisiones. Sin embargo, entre ambos existe interacción permanente. En efecto, si se comparan los movimientos sociales con los políticos quedará claro que los segundos son variantes de los primeros; en otras palabras, los movimientos políticos son una especie de sub movimientos sociales. Asimismo, si se compara el concepto de movimiento político con el de partido político, se notará que los partidos son una forma del movimiento político; por lo tanto, todo partido político es un movimiento, pero no todo movimiento político es un partido.
En Talca, en 1983, los universitarios del movimiento social en estudio, apostaban a activar a los partidos políticos desmantelados, con el propósito de lograr las reivindicaciones democráticas y de derechos sociales vulnerados. En realidad, en esos años se admiraba a la clase política, pues habían arriesgado su integridad física, psíquica y emocional por tales valores y derechos. Es decir, más que tensiones entre ambos, hubo intensiones de luchar unidos por nuevos estadios de desarrollo para Chile. Los entrevistados en este estudio, un 30% se reconocían de izquierda y un 10% de centro. Por consiguiente, la acción colectiva del movimiento social universitario de 1983 en Talca, fue notorio para la mayoría de la ciudadanía, incluso inicialmente fue sorpresiva en el centro y periferia sur de la ciudad.
Una entrevistada, estudiante de pedagogía en castellano protagonista del movimiento, describe su vivencia y repertorio de acciones colectivas en esa época:
“Las protestas más organizadas se hacían en las tardes en la población “brilla el sol, se producían enfrentamientos con pobladores, estudiantes y algunas organizaciones de trabajadores (…).se realizó la primera la marcha, recorrimos gran parte del centro y la alameda (…) tomaron a estudiantes y pobladores detenidos, recuerdo haber viajado a Santiago a denunciar los hechos” IUTALCA 6.
e. Responder a los emplazamientos e intentos de desmovilización de la dictadura
Para Tarrow (1997) los movimientos sociales son desafíos colectivos planteados por personas que comparten objetivos comunes y solidaridad en una interacción mantenida con las élites, los oponentes y las autoridades. Así, la autoridad dictatorial nunca se apartó del itinerario establecido en la Constitución Política de 1980, que establecía un país bajo estado de excepción, sin padrón electoral, sin libertad de prensa, sin partidos políticos, sin libertades públicas. No había intensión de dialogo, por lo que sólo quedaba el camino de la movilización social que modifica el ciclo de protesta” (Tarrow, 1997 p. 202). Así, los protagonistas del movimiento social y estudiantil de 1983, reconocen en la entrevista que enfrentaron una autoridad poderosa, entre un 60% y 70% aseveraron que los estudiantes y dirigentes sociales, “hicieron lo que tenían que hacer”; “hicieron lo que sabían hacer” e “hicieron lo que esperábamos que hicieran,”no sólo fue visible el movimiento social, sino que fue efectivo su accionar.
Así explicita el ya citado dirigente sindical y poblacional de la época:
“De primera fue de corazón luchar en lo que creían, después se fue afianzando, mejorando el movimiento y sabían lo que tenían que hacer… después nos fuimos juntando y transitando en hacer bien las cosas”… ES2.
Es decir, se logró tensionar al poder local. Así lo evidencia la prensa de la ciudad, informando reuniones de la máxima autoridad regional el Intendente con sindicalistas; y luego, con quienes debían velar por la seguridad interior, los gobernadores.4
Imagen: Diario La mañana, detalle. Intendente y trabajadores miércoles 20 julio 1983. Intendente Coronel Guido Riquelme Andaúr se reúne con líderes sindicales.
En definitiva, hubo un espacio artificioso de diálogo en la que la máxima autoridad regional se reunía con actores estratégicos para mitigar su incorporación a las movilizaciones por la democracia. Sin embargo, dichos diálogos no fueron eficaces, pues hacia fines de 1983 el conflicto se agudiza, finalizando con una importante concentración política en contra del régimen tal como se evidencia en fotografías de la época.
Imagen: Diario La mañana, detalle. Concentración Política en Talca. Miércoles 21diciembre 1983. Intendente Coronel Guido Riquelme Andaúr se reúne con líderes sindicales.
Así las expectativas del movimiento estudiantil a largo plazo, no disminuyeron y fueron asumidas por nuevas cohortes universitarias, por organizaciones sociales maduradas y por partidos políticos mejor estructurados.
Consideraciones finales
El movimiento universitario y social en Talca de 1983, no había sido estudiado antes -salvo en tesis doctoral inédita5 que sustenta este artículo, por tanto, entender su génesis, sus demandas, sus prácticas, sus impactos, entre otros, tiene relevancia.
Por tanto, esta labor esencialmente descriptiva, se enfoca en comprender la discusión por el reconocimiento del movimiento estudiantil y social generado desde las bases de la Universidad de Talca y su estructura organizativa, estrategias, repertorios de acción colectiva, como también de los aliados extramurales, las circunstancias simbólicas, prácticas internas, y la relación con la ciudadanía y autoridad, desde la perspectiva teórica de la movilización de recursos, desde lo simbólico, la emotividad, y lo identitario. Es decir, se ha intentado concatenar armoniosamente tres teorías a nuestro parecer valiosas: la teoría de la lucha por el reconocimiento, la teoría de los movimientos sociales y la teoría de movilización de recursos.
De lo expuesto en este estudio, tanto la integridad vulnerada como el no reconocimiento e inexistencia de derechos estudiantiles, se generó la conformación de un movimiento universitario, el que, dadas las favorables Estructuras de Oportunidades Políticas, se planificó la praxis en el espacio público, con un repertorio de acción colectiva cuyo ciclo de protestas logró un valioso dinamismo que terminó por tensionar a la autoridad local.
Por consiguiente, el movimiento aplicó distintas estrategias para captar la adhesión y apoyo de distintos actores sociales y políticos: estudiantes, trabajadores sindicalizados, jubilados, pobladores, profesionales, militantes de partidos políticos, religiosos, francmasones, familiares de víctimas de la dictadura, en términos simples la ciudadanía en general.
En el primer caso, los estudiantes de la Universidad de Talca, emplearon la estrategia de la unidad, inicialmente con los de la Pontificia Universidad Católica, sede Talca y, un par de meses después, con los estudiantes secundarios de Talca o Agrupación de Estudiantes Medios.
Destacar que aquellos estudiantes que no eran de la Universidad de Talca, o no militaban en una juventud política democrática -todas en clandestinidad- se les investigaba informalmente antes de invitarlos, y luego se les interpelaba personalmente en función de la información obtenida; ello, salvo que lideraran una entidad con ideales similares a los de la organización. Por cierto, si tenía un destacado liderazgo se le reconocía e incorporaba al movimiento a participar de la toma de decisiones colectivas dado la horizontalidad de la misma.
En el segundo caso, la estrategia fue direccionada hacia sindicatos, pobladores, gremios, religiones, instituciones filosóficas, partidos políticos, organizaciones de derechos humanos, con el propósito de politizar a la ciudadanía, ampliar la base de apoyo, y lograr que se sumarán a la protesta; es decir, se trataba de ganarse su apoyo para que la causa de la democracia, en sus diversas facetas y ámbitos, fuera asumida en la agenda pública de la autoridad. Para ello, el relato simbólico y emocional -más que cartesiano- el despliegue de acciones colectivas por parte del movimiento que escaló con ello desde el carácter universitario a social, con trascendentales expresiones en el espacio público, fue conducente a lograr primero, la pérdida del temor, promover la participación callejera, en la barriada, en las fábricas, en las iglesias, en las recurrentes peñas folclóricas, en las asambleas.
En definitiva, el carácter autocrático de la autoridad, y su permanente intento por silenciar a los universitarios y a la ciudadanía paralizándola con represión y reinstalando el temor, fulminó toda posibilidad de dialogo sustentado en el fundamentalismo de la doctrina de la seguridad nacional, el neo liberalismo, integrismo religioso asociado con el discurso del Cardenal Medina y el Nuncio Apostólico Ángelo Sodano, quienes trastocaron regresivamente los avances de la progresista Conferencia Episcopal y su opción por los pobres, enarbolada por el Cardenal Raúl Silva Henriquez y el Obispo Carlos Gonzalez Cruchaga en Talca.
Ante el autoritarismo señalado, la reacción de la ciudadanía de Talca fue elocuente, el ciclo de protesta se agudizó, hubo ocupación y toma de la catedral de la ciudad para dar paso a una masiva huelga de hambre, en la que se unieron los estudiantes con la comunidad, tensionando así a los tribunales de justicia y a las autoridades locales. Posteriormente, se suscitó una tensa calma que terminó por organizar una Concentración a orillas del río Piduco, al lado de las poblaciones más combativas, sentando las bases también en Talca para la recuperación de la democracia en Chile.