En su interesante Comentario, el Dr. De Vito1 nos muestra la preocupación actual sobre los recortes de presupuestos en ciencia proyectados para Argentina, destacando que la disminución del financiamiento para ciencia no mejorará la economía del país. Lo anterior, basado en una editorial de la prestigiosa revista científica Na ture, del 9 de noviembre 20232, que argumenta que la economía argentina no se beneficiará de los recortes en la financiamiento para la cien cia, el medioambiente, la salud y la educación, propuestos por uno de los entonces candidatos a la presidencia (actual Presidente), con el obje tivo de reducir el gasto del gobierno en un 15% del Producto Interno Bruto (PBI). Esta Carta al Director tiene como objetivo destacar que, al igual que la economía argentina, la economía chilena tampoco mejorará con recortes al financiamien to de ciencia.
La llegada de un nuevo Presidente en Chile en el año 2022 generó esperanzas y expectativas en varios miembros de la comunidad científica del país3. Sus anuncios de campaña relaciona dos con la inversión en investigación, así como el hecho de que hubiese reclutado a científicos para su campaña electoral y que, además, los in cluyese en cargos de su administración, fue vis to como una señal esperanzadora por parte de un grupo significativo investigadores3. Esta ex pectativa se justificaba puesto que Chile desde hacía unos 5 años venía potenciando el impul so para el desarrollo de las ciencias. En primer lugar, con la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación - MCT CI, en el año 2018 (aunque empezó a operar a finales del 2019), cuya función es formular pro gramas que fomenten y fortalezcan el sistema nacional de ciencia para el desarrollo sostenible del país (Ley Nº 21.105). Por otra parte, se venía fortaleciendo en el país el sistema universita rio; reflejado esto, por ejemplo, en un grupo de universidades que se han consolidado a nivel latinoamericano como instituciones de educa ción superior de reconocido prestigio en varios rankings internacionales4. A su vez, los investiga dores y académicos chilenos venían acrecentan do su producción de artículos científicos en los últimos años. De acuerdo a Ramírez y Salcedo5, en el país se ha aumentado un 68.8% el porcen taje de publicaciones durante el período 2015- 2021, ubicando a Chile en el tercer lugar a nivel latinoamericano en el número de publicaciones científicas anuales, solamente detrás de Brasil y México.
Sin embargo, este panorama auspicioso no se ha visto reflejado en el ámbito presupuestario referido a las partidas del MCTCI de los recientes gobiernos. Desde su origen el presupuesto se ha mantenido siempre entre un 0.3% y un 0.4% del PIB6. Estos números están muy por debajo del promedio de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico - OCDE que, según datos del Banco Mundial, gastan en Ciencia y Tecnología un 3.0% del PIB. Dos años después de la llegada de la actual administra ción, y con dos procesos de cambio constitu cional rechazados, estos bajos números en el área de la ciencia no se han modificado para el recientemente anunciado presupuesto 2024. Si bien, el presupuesto para el MCTCI consigna un aumento real del 1.6% de lo presupuestado en 2023, esto ha sido considerado como insuficiente por la Academia Chilena de Ciencias7, puesto que Chile sigue destinando menos recursos para el desarrollo de las ciencias y la tecnología que paí ses de la región, tales como Brasil y Argentina8.
En el caso del presupuesto 2024 para la par tida del MCTCI de Chile, el ítem relacionado con la Formación de Capital Humano es el que se ha visto más perjudicado ya que cae en un 10.2% respecto a lo presupuestado para 20236, año en que ya se había realizado un recorte pre supuestario a este ítem. La Formación de Capi tal Humano es una subdirección de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo - ANID (continuadora de CONICYT), que tiene por mi sión contribuir al capital humano avanzado para el desarrollo científico y tecnológico del país a través del financiamiento de becas de postgra do tanto en Chile como en el extranjero. En par ticular, este recorte presupuestario solamente ha afectado las becas de postgrado para el ex tranjero (Becas Chile), las cuales disminuyeron en cerca de un 40% la tasa de adjudicación para el año 2023 en comparación con el año 2020 y se espera que sigan disminuyendo para el año 2024. Esto genera una dicotomía entre las becas de postgrado nacionales y las Becas Chile, ya que los recortes no han afectado la tasa de adjudicación de las becas nacionales. Estos recortes en las tasas de adjudicación de las Becas Chile vienen a poner en duda el anhelo de muchos investigadores de replantear, flexibilizar y ampliar la política de asignación de becas de estudio en el extranjero, para dar mayores oportunidades a científicos y profesionales que desean perfeccio narse en otros países en ámbitos donde en Chile no hay postgrados de calidad en su especialidad. Esta medida, sin duda atentaría contra la propia misión del MCTCI de fortalecer el conocimiento científico y tecnológico en beneficio del país.
Argentina y Chile, países hermanos separados por la majestuosa cordillera de los Andes, deben comprender que la investigación y la innovación son contribuyentes relevantes al crecimiento y desarrollo económico de ambas naciones. Es al tamente probable que el gasto (visto como una inversión) en esta área conduzca al crecimien to y desarrollo a través de su efecto positivo sobre la innovación y la productividad total de los factores (PTF)9. En particular, la investigación científica de vanguardia puede generar, a su, vez innovaciones tecnológicas que son determinan tes clave para la PTF. Para la prosperidad futura de ambos países es necesario, entonces, invertir adecuadamente en investigación, innovación y desarrollo. Es oportuno recordar que la relevan cia de la investigación y la innovación con sus resultados han permitido que a nivel mundial haya surgido la denominada “Sociedad del Co nocimiento”, que es base en la estructura social del futuro y cuyos impactos ya se están viendo claramente en las economías más avanzadas del planeta. De esta forma, como también lo ha mencionado Santelices10, a los tradicionales motores de producción económica -i.e., tierra (materias primas), trabajo y capital- ha veni do a sumarse el conocimiento (generado por la investigación), siendo uno de los factores más significativos, hoy en día, que impulsa el entra mado productivo (el ya mencionado efecto sobre la PTF9), perfilándose como una fuente relevante de bienestar social10. Hoy en día, la Sociedad de Conocimiento ha venido a potenciarse aún más con el conocimiento originado (y requerido) por la tecnología.
Finalmente, concluimos que las políticas pú blicas y los tomadores de decisiones deben con siderar necesariamente que si no se aumenta -o, por el contrario, se disminuye el presupuesto para ciencia- se corre un serio riesgo de que los países latinoamericanos ralenticen significati vamente su avance hacia alcanzar el tan anhe lado desarrollo.