Introducción
La leishmaniosis visceral canina es considerada como una importante zoonosis global, caracterizada por ser una enfermedad multisistémica con signos clínicos variables 4. Engloba un amplio espectro de procesos patológicos que pueden ir desde cuadros cutáneos autorresolutivos a procesos graves que involucran varios órganos 3. La infestación puede ser subclínica o manifestarse como una enfermedad autolimitante a severa 5. Las afecciones comunes que aparecen en la clínica incluyen pérdida de peso con apetito normal o aumentado, poliuria, polidipsia, atrofia muscular, depresión y vómitos 8. Como consecuencias de la enfermedad se presentan lesiones en los órganos internos tales como esplenomegalia, hepatomegalia, linfadenopatías y glomerulonefritis, alteraciones que son el resultado de la infestación y reacción parcialmente inmunomediada que se produce 3. Los valores hematológicos y bioquímicos también muestran modificaciones generadas por la enfermedad, siendo frecuente la presentación de anemia asociada a una hiperproteinemia, constituyendo un dato de valor orientativo. La leishmaniosis es prácticamente la única enfermedad en la que las variaciones del proteinograma son particularmente indicativas, precediendo siempre a la aparición de los síntomas clínicos 1. Las principales alteraciones clínico-patológicas son hiperglobulinemia, hipoalbuminemia, proteinuria, aumento de actividad de enzimas hepáticas, azoemia, linfopenia y leucocitosis con desviación a la izquierda 8. Como método complementario, la ecografía aporta datos sobre las alteraciones morfológicas y estructurales de los órganos contenidos en la cavidad abdominal 10. El objetivo del presente trabajo fue evaluar las lesiones visibles mediante la ecografía de los órganos abdominales afectados por la leishmaniosis visceral, así como establecer si existen relaciones con los resultados de los análisis de laboratorio a partir de muestras de sangre.
Material y Métodos
Se trabajó con 10 pacientes caninos machos y hembras, con edades entre dos y nueve años, positivos a leishmaniosis, que ingresaron al Hospital Escuela de la Facultad de Ciencias Veterinarias (Corrientes, Argentina), durante los meses de febrero a noviembre de 2018. Para la detección de Leishmania sp, se utilizó el diagnóstico serológico indirecto a través de la prueba inmunocromatográfica rápida (Kalazar detect canine rK 39) y el diagnóstico directo parasitológico basado en la identificación microscópica del parásito en su forma amastigote. La exploración ecográfica se realizó indistintamente en bipedestación o en decúbito, según la movilidad del animal. Para la evaluación ecográfica se utilizaron dos transductores, uno de 7,5 MHz para perros de razas pequeñas y otro de 5 MHz para animales de mayor tamaño. Los parámetros ecográficos considerados para la evaluación de los órganos abdominales fueron forma, tamaño, estructura y ecogenicidad. En los riñones se incluyó la relación corteza-médula. Se extrajeron muestras de sangre de cada paciente, las cuáles fueron enviadas al laboratorio del hospital con el objeto de obtener información sobre el hemograma completo y la bioquímica sanguínea de cada paciente. El hemograma incluyó la evaluación de hematocrito, hemoglobina y recuento leucocitario. Los parámetros bioquímicos de interés fueron: proteínas totales, albúminas, globulinas, relación albúmina/globulinas y enzimas hepáticas como fosfatasa alcalina (ALP), glutámico-pirúvico transaminasa (GPT) y glutámico-oxalacético transaminasa (GOT). Se incluyeron también valores de urea y creatinina, de gran relevancia para evaluar la funcionalidad renal. Los valores fueron registrados en fichas y los animales fueron sometidos a exploración clínica. Con los datos recolectados, se efectuó la estadificación clínica considerando los estadios: 1-leve, 2-moderado, 3-grave y 4-muy grave 8.
Resultados y Discusión
Del total de animales evaluados según su sintomatología y teniendo en cuenta una clasificación basada en el estado clínico 9, se realizó la estadificación de los pacientes, ubicándose el 50% en estadio moderado, 40% grave y 10% muy grave. En el presente estudio, todos los caninos incluidos en la prueba presentaron alteraciones ecográficas, lo cual podría estar relacionado con el estadio de la enfermedad en el que se encontraban. Dentro de los órganos afectados, el hígado se encontró alterado en el 80% de los pacientes, los riñones en el 60%, los linfonódulos en el 50% y el bazo en el 20% de los casos (Tabla 1).Estas lesiones pueden ser clasificadas en focales y difusas, observándose en este caso predominio de las difusas. La hepatomegalia observada puede ser atribuida a la congestión pasiva y hepatitis crónica que se genera en el órgano durante el curso de la enfermedad 2, 3, 6.
Según distintos autores las alteraciones presentes en el bazo deben imputarse a la reacción inflamatoria de tipo proliferativa, como consecuencia de la infestación del parásito 2, 3. El depósito de complejos inmunes en los glomérulos es la principal causa de glomerulonefritis en los caninos con leishmaniosis 3, siendo esta lesión en muchos casos la causa del desenlace fatal de la enfermedad 7. Los linfonódulos más afectados fueron los ilíacos y mesentéricos, encontrándose también comprometidos en algunos casos los portales, esplénicos y renales, que en general se afectan en forma múltiple en el abdomen. El aumento de tamaño de estas estructuras se evidencia ecográficamente en enfermedades infecciosas, inflamatorias y neoplásicas 2. Los resultados del análisis sanguíneo de laboratorio (Tabla 2) arrojaron valores indicativos de anemia en el 90% de los pacientes evaluados, acompañada de hiperproteinemia en el 40%, alteración hallada frecuentemente en la enfermedad 1, 8. La hiperproteinemia fue acompañada de hiperglobulinemia e hipoalbuminemia, invirtiéndose de esta manera la relación normal entre ellas en la mayor parte de los casos, en coincidencia con lo establecido en la bibliografía 1, 8. Por su parte, las enzimas hepáticas evaluadas estuvieron aumentadas en todos los casos, indicando lesión hepática, lo cual podría estar relacionado con la hepatomegalia observada. En algunos casos (Tabla 3) la anemia fue evidente (hematocrito 9%, hemoglobina 2,8 g/dl) y la elevación de los neutrófilos (92%) coincidió en algunos casos con la disminución de los linfocitos (6%). La neutrofilia acompañada por linfopenia en seis casos, fue coincidente con los hallazgos de otros investigadores 8. En el presente trabajo, algunos animales asumieron el elevado monto de 26.000 glóbulos blancos por mm3 y otros la reducida cantidad de 2.500 leucocitos/mm3. Los valores de urea y creatinina (Tabla 4) se encontraron elevados en aquellos pacientes con el estadio más grave de la enfermedad, indicando posible relación entre las lesiones renales con la progresión de la afección. En conclusión, surge que la ecografía ayuda a evaluar la severidad de las lesiones en los órganos abdominales. Para que las alteraciones puedan ser observadas, el animal debe padecer la enfermedad en un estadio de moderado a severo, dado que las afecciones leves no podrán ser evidenciadas. La determinación de la gravedad de la enfermedad se verá favorecida con datos objetivos para la toma de decisiones correctas y la instauración del tratamiento adecuado.