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Revista argentina de cardiología

versión On-line ISSN 1850-3748

Rev. argent. cardiol. vol.84 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires abr. 2016

 

IN MEMORIAM


Dr. Horacio Eugenio Cingolani

El Dr. Cingolani nació en Las Flores, provincia de Buenos Aires, el 25 de noviembre de 1934. De muy joven se traslada a la ciudad de La Plata para comenzar la carrera de Medicina, graduándose de Doctor en Medicina en 1961. En el año 1964 obtiene una beca internacional para trabajar en los Institutos Nacionales de la Salud de los Estados Unidos (NIH), más específicamente en el prestigioso laboratorio del Dr. Stanley Sarnoff. A su regreso a la Argentina en 1966 se reincorpora a la Cátedra de Fisiología con Biofísica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata, donde realizó toda su carrera académica y científica, alcanzando el cargo de Profesor Adjunto en 1970 y Titular en 1972. En el año 2009 es nombrado Profesor Emérito de la Universidad Nacional de La Plata. Paralelamente desarrolla una ascendente carrera en el CONICET, donde alcanza la designación de Investigador Superior en 1981. Si consideramos solamente los diferentes cargos y posiciones alcanzadas, se podría concluir que su carrera profesional fue simplemente "brillante"; sin embargo, los que hemos tenido la oportunidad de conocerlo y convivir con él durante muchos años sabemos que su mayor logro no fueron los títulos o posiciones alcanzadas. Su mayor logro fue, sin ninguna duda, la generación de nuevo conocimiento en diferentes áreas de la Fisiología y Fisiopatología Cardiovascular, motivado por su gran pasión por la investigación científica. Defendió con vehemencia la importancia del conocimiento de la fisiopatología, a la que definía como "la poesía de la medicina", como herramienta fundamental en la formación de los jóvenes cardiólogos, como también bregó para que la investigación básica y la aplicada no sean dos compartimientos estancos, sino que estén integradas. Insistía en que lo más indicado es lograr el trípode Asistencia - Docencia - Investigación, concepto que era ampliamente compartido por su entrañable amigo y compañero de muchos años, el Dr. Carlos Bertolasi. De un reportaje realizado en 2009 por un importante diario nacional, en oportunidad de recibir el Premio Bernardo Houssay a la trayectoria, la distinción científica más importante

de nuestro país, tomo los párrafos siguientes que lo definen a Cingolani por sí mismo: "... nosotros somos investigadores básicos, no perseguimos para nada la aplicación inmediata, la utilidad y el mercantilismo. Nos han enseñado que si lo que hacemos está bien, si es excelente, va a tener aplicación en el futuro. Para eso hay que creer en lo que uno hace.", y terminaba en ese reportaje citando a Julius H. Comroe: "En medicina, los dos tercios de los mayores aportes los hicieron quienes no pretendían solucionar problemas prácticos inmediatos, solo buscaban la verdad ante un mecanismo desconocido". En 1976 crea el Centro de Investigaciones Cardiovasculares en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata, lugar en el que tuve el honor y el privilegio de trabajar bajo su dirección durante muchos años. Allí llegué a conocerlo en profundidad. De carácter difícil, duro, a veces quizás en exceso, pero al mismo tiempo noble y leal con sus principios y convicciones, siempre preocupado para que a su gente no le faltara una beca o un cargo docente que le permitiera trabajar, y de esa forma, sin egoísmos, contribuyó a la formación de varias generaciones de becarios e investigadores. Con el primero que era exigente era consigo mismo, lo cual para los que nos estábamos formando era un mensaje muy fuerte y positivo. Lamentablemente, el 18 de marzo de este año, esa vida infatigable y excepcional se extinguió. No va a ser fácil reemplazarlo en toda su magnitud, especialmente porque su vida transcurrió con valores humanos y profesionales que hoy, por diferentes razones, que no viene al caso discutir, son cada vez más difíciles de encontrar. No puedo terminar, sin explicitar mi respeto, agradecimiento y cariño para quien ha sido ejemplo motivador de varias generaciones de investigadores cardiovasculares básicos o clínicos, y que hoy, algunos de ellos, intentamos continuar con su ejemplo.

Prof. Dr. Ricardo J. GelpiMTSAC

Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires

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