INTRODUCCIÓN
El síndrome de Takotsubo (ST), o miocardiopatía por estrés, es una miocardiopatía reversible que se puede presentar como un síndrome coronario agudo (SCA), como un síndrome de insuficiencia cardíaca aguda o como una embolia sistémica. (1-(2) Aunque su mecanismo no se conoce con certeza; la hipótesis más aceptada está vinculada con una descarga de catecolaminas endógenas o exógenas.(3-5) Si bien se reconocen desencadenantes o gatillos emocionales o físicos para su desarrollo, en ocasiones se presenta en ausencia de ellos. (1)
Actualmente, para su diagnóstico, están difundidos los criterios diagnósticos de la Clínica Mayo modificados, dentro de los cuales se menciona la ausencia de accidente de placa y de lesión severa de una arteria coronaria epicárdica. (6) En la actualidad no existe un tratamiento específico para este síndrome, salvo el sostén hemodinámico en casos de colapso circulatorio, manejo de la insuficiencia cardíaca y anticoagulación en casos de embolia. Varios registros en el mundo han evaluado la evolución del ST durante la estadía hospitalaria
y alejada e, incluso la han comparado con la evolución del SCA. (1, 2, 7, 8)
Hasta el momento, en nuestro medio estos aspectos no han sido aún explorados. Es posible que tanto las características clínicas del ST: edad, prevalencia de enfermedad
coronaria (EC), desencadenantes y evolutivas (mortalidad, recurrencias) difieran de las reportadas por otros autores. El propósito de este estudio es describir
las características clínicas y evolutivas de pacientes internados con ST en un hospital universitario.
MATERIAL Y MÉTODOS
Población en estudio
Desde enero de 2005 a junio de 2016 se incluyeron en forma consecutiva a pacientes internados en el Hospital Italiano de Buenos Aires, con diagnóstico primario de ST (diagnóstico
principal de egreso) o secundario (diagnóstico principal de egreso distinto de ST). Se tomó como fuente de datos la historia clínica electrónica de la institución. Para ello se utilizó
como criterio de búsqueda en las epicrisis las siguientes palabras clave: “síndrome de Takotsubo” o “miocardiopatía por estrés”. Se excluyeron a los pacientes con feocromocitoma, miocarditis o lesión coronaria grave correspondiente al mismo territorio del trastorno de motilidad regional ventricular.
Análisis estadístico
Las variables continuas se reportaron como media y desvío estándar
en caso de presentar distribución normal, o como mediana
y rango intercuartilo, en caso contrario. Las variables categóricas se expresaron como frecuencia absoluta y relativa. Se realizó un análisis univariado para identificar variables asociadas a mortalidad hospitalaria. Se confeccionó una curva
ROC tomando los valores de NT-pro-BNP máximos para determinar el mejor punto de corte que permitiera identificar a los pacientes que tuvieron mortalidad intrahospitalaria.
El análisis estadístico se llevó a cabo con el programa STATA 13, todo valor de p < 0.05 fue considerado como significativo.
Consideraciones éticas
El estudio fue aprobado por el comité de ética del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Definiciones del estudio
Para el diagnóstico de ST se aplicaran los criterios de la clínica de Mayo modificados, salvo en casos de ST secundarios. (6)
Se consignaron datos referentes a factores de riesgo cardiovasculares, tipo de desencadenantes (emocional vs. físico), tipo de ST (primario vs. secundario) (1), antecedentes neurológicos o psiquiátricos, datos del electrocardiograma, ecocardiograma, resonancia magnética cardíaca (RMC) y coronariografía (CCG).
Con relación a los biomarcadores cardíacos se reportó el máximo valor de NT-pro-BNP, de troponina ultrasensible (TUS), y la relación NT-pro-BNP/TUS.
Fig. 2. Niveles de NT-pro-BNP máximo según mortalidad hospitalaria.
Fig. 3. Capacidad de discriminación del NT-pro-BNP máximo sobre mortalidad hospitalaria.
RESULTADOS
La mediana de edad de la población fue de 78 años, RIC (64-84) y el 90% fueron mujeres. Se realizó CCG en el 87% de la población y, de ellos el 22% presentó enfermedad coronaria asociada. (Tabla 1)
El síndrome de presentación fue como: shock 9%, insuficiencia cardíaca 12%, “tipo” SCA 70%, accidente cerebrovascular/embolia periférica 5% y arritmias 4%. El 57% fueron ST primarios, 31% tuvieron un gatillo emocional y 44%, físico. En la tabla 2 se detallan los distintos gatillos que se han identificado durante la internación.
Los hallazgos electrocardiográficos más frecuentes
al ingreso y antes del alta hospitalaria fueron: la presencia de ondas T negativas en 67% y 97% de los pacientes, respectivamente y la ausencia de cualquier alteración en la derivación V1 en el 85% y el 88% de los pacientes, respectivamente. El resto de los hallazgos se presentan en la figura 1.
La mediana de fracción de eyección (Fey) al ingreso fue del 40 %, RIC (36-50). El 20% de los pacientes tuvieron deterioro gravede la función ventricular, y su recuperación
durante el periodo de internación fue del 20%, p<0.001. En relación con los biomarcadores, la mediana de TUS máxima fue de 353 pg/ml, RIC (130-700), la de NT-pro-BNP de 5.000 pg/ml, RIC (1.800-12.000) y la relación de NT-pro-BNP/TUS fue 15, RIC (5-55).
La mortalidad hospitalaria fue de 4/115 (3,48%) y la mediana de estadía hospitalaria fue de 4 días (3-8). En el análisis univariado, las variables asociadas a mayor mortalidad fueron: el shock respecto a otras formas de presentación (p = 0.0035) y ST secundario 4/50 (8%) vs. ST primario 0/65, p = 0.020. Además, existió una relación directa entre mortalidad y niveles de NT-pro-BNP máximo: OR 1.12, IC 95% (1.02-1.22), p = 0.0082, cada 1.000 ng/l; y entre mortalidad y glóbulos blancos: OR 1.15 (IC 95% 1.01-1.30, p = 0.0101) cada 1.000 mm3. (Figura 1)
Asimismo, la mortalidad hospitalaria mostró una relación inversa con el hematocrito: OR 0.79 (IC 95 % 0.65-0.96, p = 0.0084) y con las alteraciones en el ECG de ingreso, es decir que los pacientes que fallecieron durante la internación, tuvieron con mayor frecuencia
ECG normal al ingreso: 29% vs.1,85%, p < 0.001. Los pacientes que mantuvieron microvoltaje en el ECG durante la internación tuvieron una tendencia a mayor mortalidad, p = 0.066. De todas las variables exploradas, el NT-pro-BNP fue el que mejor identificó a los pacientes que fallecieron durante la internación. (Figura 3)
Un punto de corte ≥ 12000 ng/l, tuvo una sensibilidad del 100%, especificidad del 76%, L + de 4,23 y LR- de 0 para identificar a los pacientes que fallecieron durante la internación.
Las variables ecocardiográficas (Fey), de la RMC (presencia de edema y gadolinio) y la TUS máxima no se asociaron a mayor mortalidad hospitalaria.
Con respecto al uso de CCG diagnóstica, los pacientes que no se realizaron este procedimiento tuvieron menor prevalencia de diabetes (p = 0.004), de ECG patológico de ingreso (p = 0.016), de shock (p = 0.004), de TK primario (p < 0.001), menos uso de RMC (p = 0.018), mayor recuento de glóbulos blancos (p = 0.032) y mayor mortalidad hospitalaria (p < 0.001).
Se realizó RMC en el 24 % de los pacientes; de ellos el 89% presentó edema miocárdico y el 32%, realce tardío con gadolinio. (Tabla 2) La tasa de uso de la misma fue del 46% en los pacientes con ST primario y, del 2% en los pacientes con ST secundario, p < 0.001. Los pacientes que presentaron edema tuvieron mayor recuento de GB respecto a los que no tuvieron edema: 9.660 mm3 (7.665-11.000) vs. 6.000 mm3 (5.790-7.500), p = 0.030. Los pacientes que tuvieron realce tardío de gadolinio presentaron menor fracción de eyección al ingreso en relación con los que no tuvieron realce: 36% (35-40) vs. 40%(40-55), p = 0.040.
DISCUSIÓN
Este registro llevado a cabo en un único centro refleja la práctica habitual del ST en un hospital de alta complejidad.
Algunos hallazgos merecen ser comentados en detalle.
Con relación a los registros internacionales, los pacientes de esta muestra fueron aproximadamente 12 años más añosos y tuvieron más enfermedad coronaria asociada. (1, 2, 8) Estos dos aspectos plantean mayores dificultades en el diagnóstico de ST y además, tienen implicancia terapéutica. En los casos en que no se realizó CCG diagnóstica, los pacientes mostraron recuperación
de la función ventricular. En este subgrupo, la mayor proporción de TK secundarios (shock séptico, hemorragia subaracnoidea, cirugía mayor reciente) explica que la CCG puede no aportar beneficio e incluso
puede agregar morbilidad. En otros estudios se ha realizado diagnóstico de ST omitiendo el uso de CCG en estas poblaciones. (9,10)
Por otro lado, los pacientes que tuvieron hallazgo de enfermedad coronaria (2 con lesiones mayores al 70%), no presentaron mayor mortalidad hospitalaria que el resto. Tanto en pacientes que no se considera la realización de CCG (comorbilidades o presentación tardía), como en aquellos que presentan EC asociada, una relación NT-pro-BNP/TUS elevada y la presencia de edema miocárdico en la RMC pueden favorecer el diagnóstico de ST.
En comparación con una muestra de pacientes, también del Hospital Italiano, con IAM de (datos no publicados) donde la relación NT-pro-BNP/TUS fue de 0.60, en esta población de pacientes con ST fue de 15. Asimismo, la mayoría de los pacientes a los que se realizaron RMC tuvieron edema miocárdico difuso. Varios estudios han reportado que la relación BNP/TUS es mucho mayor en el ST que en el SCA, pero la mayoría de ellos han utilizado troponinas no ultrasensibles.
(11-14)
Al igual que otros registros, el shock y el TK secundario
se asociaron a mayor mortalidad hospitalaria. (1, 15, 16) Asimismo, los pacientes con ST secundario presentaron mayor recuento de glóbulos blancos y menor
hematocrito (datos no mostrados). El NT-pro-BNP no solo se asoció a mayor mortalidad en este registro, sino que además un documento de posición de la Sociedad
Europea propone incorporarlo como un criterio diagnóstico y como un marcador de riesgo elevado. (17)
Llama la atención, la falta de asociación de la troponina
con la mortalidad; sin embargo, hasta ahora hay poca información con troponina ultrasensible en esta patología. En relación con el ECG, los hallazgos observados son similares a los descriptos en la bibliografía
(1, 18, 19 ). La asociación entre ECG normal de ingreso y mayor mortalidad, hay que tomarla con precaución
dado que no presenta plausibilidad biológica y posiblemente esté confundida por alguna otra variable no analizada o no medida.
Dentro de las limitaciones cabe mencionar que el escaso tamaño muestral y la tasa baja de eventos no ha permitido efectuar un modelo multivariable para identificar predictores de mala evolución. Además, dada la naturaleza retrospectiva, no fue posible establecer con precisión el tiempo a las recuperacion mecánica y eléctrica. Por último, los gatillos neurológicos y psiquiátricos
no fueron codificados por un especialista neurólogo o psiquiatra.
CONCLUSIÓN
En este registro unicéntrico se observó que los pacientes
tuvieron más comorbilidades y mortalidad similar respecto a los registros internacionales.
BIBLIOGRAFÍA
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