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Estudios de filosofía práctica e historia de las ideas

versión On-line ISSN 1851-9490

Estud. filos. práct. hist. ideas vol.22 no.1 Mendoza jun. 2020

 

DOSIER

Activismo y academia: la conversación feminista

Activism and Academia: the Feminist Conversation

 

Valeria Fernández Hasan

Universidad Nacional de Cuyo

 

Recibido: 10/01/2020
Aceptado: 27/02/2020 


Resumen

El año 2018 marcó para el movimiento de mujeres/feministas argentino una bisagra. Luego de la enorme visibilidad conseguida, producto de la exposición durante el debate por la ley de interrupción voluntaria del embarazo, 2019 se presentó como una oportunidad de repliegue y reflexión. En diversos ámbitos, activistas y académicas, se reunieron a lo largo de los meses bajo la misma consigna: repensar sobre la precipitación de sentidos y prácticas de la marea verde y diseñar estrategias hacia delante en torno a algunos núcleos políticos y teóricos comunes. Analizamos aquí dos encuentros realizados en los extremos del año 2019 con la intención de recoger las marcas de la conversación feminista como gesto político de construcción de acuerdos y de conocimiento colectivo de organización horizontal, circulando, esparciéndose, derramando en grupos heterogéneos de jóvenes recién llegadas al movimiento, pioneras de extensa trayectoria y militantes de distintas tradiciones.

Palabras clave: Activismo/academia; Agenda feminista; Conversación; Núcleos de sentido.

Abstract: The year 2018 marked a hinge for the Argentine women's / feminist movement. After the enormous visibility achieved, as a result of the exhibition during the debate on the voluntary termination of pregnancy law, 2019 was presented as an opportunity for withdrawal and reflection. In various fields, activists and academics, met throughout the months under the same slogan: rethink about the precipitation of meanings and practices of the green tide and design strategies forward around some common political and theoretical issue. We analyze here two meetings held at the ends of the year 2019 with the intention of collecting the marks of the feminist conversation as a political gesture of construction of agreements and collective knowledge of horizontal organization, circulating, spreading, spilling into heterogeneous groups of young people newly arrived at movement, pioneers of extensive experience and militants of different traditions.

Keywords. Activism/academy; Feminist agenda; Conversation; Sense cores.


 

Estamos en las calles y en las redes (Laudano, 2019).
Si nunca más genocidio, entonces ni una menos por feminicidios (Korol, 2019).
El feminismo ilumina (Ciriza, 2019).

 

Los ejes de la conversación en la cresta de la ola

El año de los “pañuelazos”, marcó para el movimiento de mujeres/feministas argentino una bisagra. El ensanchamiento del movimiento, la incorporación de las pibas, fuertemente interpeladas por la lucha por la despenalización y legalización del aborto; el ingreso masivo desde 2015 de mujeres de todas las edades, sensibilizadas por la problemática de la violencia machista; la transformación de las formas de comunicación de la agenda del movimiento a través de la agenda mediática y del uso estratégico de las redes de la mano del ciberactivismo, resultaron de los años de acumulación de acciones constantes que cuajaron en 2018.

En este escenario, medios, política, academia y activismo feministas entablaron una conversación donde la agenda del movimiento fue el centro del intercambio: una cordada que anudó los aportes de las académicas feministas cuyos objetos teóricos se construyen a partir del objeto real movimiento de mujeres (del que ellas son parte); las reflexiones/producciones de las activistas feministas cuyos discursos y testimonios recogen el calor de la militancia; los medios, que volvieron “rating al feminismo” y que, atravesados por múltiples intereses, sirvieron de mediadores entre los feminismos (la política) y las audiencias (actores/as sociales interpelados desde lugares otros por el feminismo popular) y la política feminista (ciberactivismo y militancia callejera) que creció exponencialmente durante los meses de la discusión parlamentaria por la ley de despenalización y legalización del aborto.

Dora Barrancos señala que el feminismo que vemos hoy no estaba previsto.

Los feminismos eran muy de capilla, muy de ghetto. Lo que ocurrió ahora es un desbaratamiento de aquellas fórmulas de asociación de capilla que tenían los feminismos […] En alguna medida tiene que ver con cómo sacudir el orden patriarcal desde todos los ángulos (Barrancos, D. en Kemelmajer, C. 2019).

Ese desbaratamiento del que habla Barrancos está relacionado, sin dudas, con dos hechos. Por un lado, como ella misma indica, por el gran vector actual de los derechos de las mujeres: la violencia. “La violencia que nos hacen ha sido vertebrador de este estallido de las subjetividades” (Barrancos, D. en Kemelmajer, C. 2019).

Por otro lado, con el ingreso de las “hijas” al movimiento. Las hijas y su irreverencia, su desorden, sus prácticas y estéticas de época, la generación glitter, su ruidosa participación callejera de performances de pañuelos verdes y su definida defensa generacional de la legalización del aborto. Silvia Elizalde explica que las jóvenes imprimen un sello temático, estético-expresivo y generacional específico a los activismos de género que protagonizan recuperando temas históricos del feminismo como el aborto y la autodeterminación de los cuerpos de las mujeres, las violencias machistas y los femicidios e incluyendo tópicos propios de su experiencia vital como el acoso sexual y callejero, los micromachismos o el lenguaje inclusivo (Elizalde, S. 2019, 90).

Elizalde señala como una novedad teórico-política el hecho de que las genealogías políticas que se configuran entre las pibas y las históricas del feminismo local, donde aparecen también otras mujeres adultas empoderadas, “instalan algo del orden de un reconocimiento recíproco, alejado así de la inmutabilidad de lugares, las diferencias infranqueables y la unidireccionalidad de la agencia” (Elizalde, S. 2019, 91). En esta nueva configuración que articula Hijas/Madres1; Nietas/Brujas, las pioneras estarían aportando la estrategia, persistencia y argumentación; y las jóvenes, la potencia movilizadora y expresiva, la masividad de la lucha y la visibilidad mediática y viral (Elizalde, S. 2019, 91).

De los temas/tópicos de la agenda política en conversación en 2018 algunos correspondieron a problemáticas de larga data y otros emergieron como consecuencia de lo que hemos llamado condensación o acumulación de sentidos y prácticas. De este modo, las demandas por el derecho al aborto, por una vida libre de violencias machistas, las discusiones en torno al internacionalismo del movimiento o el debate sobre las genealogías pertenecen al primer grupo. En cambio, las denuncias sobre abuso, las discusiones en relación a los escraches, las distintas posiciones alrededor del lenguaje inclusivo, el uso de las redes para el ciberactivismo, las actrices o estrellas del mundo del espectáculo devenidas en íconos de la lucha feminista o las narrativas sobre afectividades, aparecen en el segundo grupo.

El 28 de mayo de 2019 la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito (la Campaña) presentó el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo, por octava vez consecutiva, en el Congreso de la Nación. El ancho espacio entre agosto de 2018, momento en que el Senado de la Nación rechazó la legalización del aborto y el período que le siguió, abrió un intervalo de toma de la palabra y escucha, de repliegue mediático, de repaso de consignas, de revisión pausada luego de los álgidos meses de la marea verde. Reunidas en diversos lugares, más físicos y reales que virtuales y distantes, algunas de las referentas recurrieron este tiempo sobre algunos núcleos de sentido que, entrelazados, hacen nudos en el pensamiento y la acción política de los feminismos locales.

Activismos y academia: reunidas para conversar

Luego de la alta exposición pública alcanzada en 2018, producto del debate por la despenalización y legalización del aborto de la mano del crecimiento exponencial del movimiento, las feministas argentinas se dieron durante 2019 diferentes instancias de discusión dirigidas a retomar fuerzas, pensar juntas y rearmar colectivamente las estrategias de cara a los próximos desafíos para enfrentar los temas pendientes. De esta manera, el año transcurrió más como un tiempo de balance, reencuentro y revisión que como ventana de publicidad o intercambios con otros/as actores. De algún modo, fue una vuelta al ghetto, bajo las nuevas condiciones.

En variados ámbitos y espacios físicos diversos, activistas y académicas, se reunieron a lo largo de los meses, en fechas clave del calendario feminista unas veces, en respuesta a convocatorias de la militancia o la academia, otras veces. En todos las casos, se repitió la misma consigna: reflexionar sobre la precipitación de sentidos y prácticas de la marea verde y diseñar estrategias hacia delante en torno a algunos núcleos políticos y teóricos comunes.

Las ocasiones de encuentro y discusión se repitieron por decenas a lo largo del país, superponiendo convocatorias y replicando formatos: conversatorios, conferencias, charlas-debate, foros de discusión, entrevistas abiertas, etc. El factor común fue la necesidad de poner en palabras la experiencia colectiva del crecimiento del movimiento local, los temas de debate, las viejas y nuevas formas de activismo, el ingreso de las pibas y las demandas diferenciales que significó la marea verde para los feminismos en Argentina. Otra característica insoslayable fue que muy poco de todo este intercambio tuvo visibilidad en los medios. Se produjo un repliegue hacia espacios físicos más acotados, propios de la militancia feminista y del intercambio académico, donde activismos y academia confluyeron para pensarse y leer el momento actual y el (por) venir. Solamente la prensa gráfica especializada en estos temas reprodujo, en parte, los debates que se sucedieron a lo largo de la geografía nacional. Así, la prensa feminista se ocupó de la circulación de algunos momentos claves a través de entrevistas, ensayos cortos o podcasts. En todos los casos, la lógica que prevaleció fue la de la construcción y reproducción de discursos y narrativas para este ghetto de límites ensanchados2.

En “Feminismos del Sur: Academia/activismo, núcleos de sentido en tránsito” (Fernández Hasan, V. 2018) trabajamos las categorías academia/activismo a partir deuna serie de conjeturas en relación al silenciamiento de las voces, pensares y decires de las mujeres de Latinoamérica y El Caribe; a las prácticas del activismo como experiencias/saberes de pensamiento de la Región y a las narrativas testimoniales feministas cuyos rasgos hacen nudo en lo referido al vínculo experiencia/lenguaje. Lo más disruptivo del estudio resultó la observación del vínculo que se genera entre la experiencia política feminista y las feministas académicas. La doble pertenencia -militancia feminista/mundo de la academia- presenta fronteras difusas y complejas para quienes, por un lado, son estigmatizadas en la militancia por portar las marcas de la academia con sus huellas andro-euro-hetero-centradas y, por otro, desacatan las normas establecidas de esas mismas lógicas, propias del conocimiento científico, por las que son señaladas en el activismo feminista. En el otro extremo, las activistas feministas producen un tipo de conocimiento que la academia apertura entre lo establecido/reglado y lo itinerante/marginal validando esos aportes a través de las articulaciones posibles entre unas y otras en una trama que juntas denominan la agenda del movimiento. Gilda Luongo define esta relación como de una conexión intermitente entre un adentro institucional y un afuera de la intemperie donde es posible coexistir sólo fugazmente (Luongo, G. 2018). La tensión entre activismo y academia, de acuerdo con Luongo, suele aparecer en los contextos de la lucha feminista.

Los tópicos de la conversación: Campos semánticos y estrategias políticas

Hemos seleccionado para nuestro análisis dos encuentros entre activistas feministas y feministas académicas realizados en los extremos del año 2019 con la intención de recoger las marcas de esa conversación3 que fue extendiéndose por diversos espacios, circulando, esparciéndose, derramando, comunicando núcleos de sentido, de manera horizontal y colectiva, en grupos heterogéneos conformados por jóvenes recién llegadas al movimiento, pioneras de extensa trayectoria y militantes de distintas tradiciones4.

El primero de esos encuentros se produjo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo con motivo del cierre del mes de las mujeres, celebrado en torno al 8 de marzo, “Día Internacional de la Mujer”, a fines de ese mes. La exposición central estuvo a cargo de la periodista y educadora popular Claudia Korol y la docente, investigadora y filósofa feminista Alejandra Ciriza, quienes realizaron un balance acerca de las acciones feministas de 2018.

El segundo fue organizado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito Regional Mendoza bajo el nombre “Foro por la Interrupción Voluntaria del Embarazo. A un año del debate en el Congreso”, a fines de noviembre. Tomamos aquí las intervenciones de dos de las expositoras, la comunicadora, docente e investigadora feminista Claudia Laudano y la abogada feminista Mabel Gabarra, una de las fundadoras de “la Campaña”.

Un primer barrido de los intercambios de ambos encuentros muestra la reaparición de tópicos históricos dentro de la discusión del movimiento y la emergencia de otros tópicos propios de este momento histórico particular.

Del lado de los tópicos históricos, el internacionalismo del movimiento, el aborto y las genealogías destacan como recurrentes en las dos conversaciones. Entre los emergentes aparece la discusión por un movimiento plurinacional, los paros de mujeres, las denuncias por abuso, los escraches y las estrategias del activismo feminista.

El internacionalismo destaca como primer núcleo de sentido fuerte retomando una problemática largamente trabajada por los feminismos. En este caso, Ciriza cuestiona un internacionalismo de redes, de grandes organizaciones no gubernamentales financiadas por organismos internacionales y el Fondo Monetario Internacional, pensado de arriba hacia abajo (Ciriza, A. 2019). En diálogo con lo expresado por Ciriza en su alocución, Verónica Gago ha señalado que la dimensión del internacionalismo articulada a los feminismos está reconceptualizando qué entendemos por internacionalismo, abriendo ese interrogante desde las prácticas. Este internacionalismo así entendido tendría dos planos: uno con cierta repercusión donde se comparten imágenes, textos, consignas, y se produce un fenómeno que podríamos ubicar dentro del orden del efecto de reconocimiento, “algo de otra lucha que te habla a vos [...] un tipo de conexión por afectación” (Gago, V. en Hernández, J. 2019). El otro plano tendría que ver con las formas en que este internacionalismo se va estructurando. Aquí aparecen los lazos, la acumulación de saber y de poder y las modalidades propias de hacer política del feminismo.

El campo semántico del tópico internacionalismo, tal como Ciriza lo presenta en el diálogo abierto con Korol, se encuentra conformado por otros núcleos de sentido que emergen en la conversación en el marco de este momento histórico determinado: paro, trabajo y capitalismo. Ciriza los articula para contextualizar los debates actuales:

Cuando nosotras hablamos de un paro plurinacional e internacionalista de mujeres estamos haciendo referencia a dejar de trabajar, lo que implica pensar también el asunto de qué estamos entendiendo como trabajo, y yo creo que eso tiene que ver con los aportes fundamentalmente de los feminismos; poder pensar esta idea en los efectos sexuales del trabajo, de la forma bajo la cual a medida que el capitalismo ha ido avanzando se fue borrando que el trabajo reproductivo no es amor sino trabajo; una forma de trabajo invisibilizada, una forma de trabajo impaga, una forma de trabajo feminizada y una forma de trabajo racializada (Ciriza, A. 2019).

Korol (2019) señala los obstáculos concretos con los que las mujeres se encuentran para poder parar: junto al no reconocimiento del trabajo doméstico y su extensión del trabajo campesino, el peligro de la deportación para el caso de las migrantes, la problemática del trabajo sexual y la confrontación de las ideas de lo plurinacional con lo internacionalista.

El tópico emergente de lo plurinacional aparece en la voz de Claudia Korol (2019) asociado al error de creer que el tema plurinacional es una reivindicación de las hermanas originarias. “Nosotras habitamos territorios plurinacionales, este lugar está habitado por compañeras de distintas experiencias, también nacionales y culturales” (Korol, C. 2019). Su argumentación insiste sobre la inconveniencia de convalidar un feminismo racista, esencialista o biologicista que niegue la presencia de otras identidades.

La intervención de Korol propicia la aparición de uno de los tópicos históricos de los feminismos: la construcción de genealogías feministas que recuperen las experiencias y trayectorias de las pioneras del movimiento, rescatándolas del silencio y la invisibilidad propios del andro-euro-etno-logocentrismo. De este modo, el núcleo significante genealogías cobra un peso fundamental en esta primera conversación al articular pasado y presente de las luchas y resignificando la mirada hacia delante.

Korol (2019) propone una noción de lo plurinacional en clave genealógica. Señala la importancia de lo plurinacional como forma de reconocimiento del genocidio sufrido en nuestro continente, genocidio que no tiene origen en 1976 sino que hace referencia a los múltiples genocidios a los pueblos indígenas y pueblos negros, los primeros genocidios del continente. Al mismo tiempo, hacia el futuro, es un reconocimiento a los territorios de los múltiples pueblos y naciones por vivir, en cualquier territorio.

La noción de genealogía5 circula de una pensadora a otra hegemonizando la conversación, mostrando hasta dónde es una construcción viva que se va modelando con nuestras creencias, trayectorias y experiencias compartidas, incluso si éstas se van modificando. La coyuntura actual, de gran expansión y apertura del movimiento, de enorme visibilidad y permeabilidad ante temas largamente negados nos permite repensarnos, volver a definirnos y así inscribirnos en genealogías que nos nombran y nos comprenden. En este sentido, Korol explica que discusión

…el enlazamiento del "Ni una Menos" y del "Nunca Más", además porque las organizaciones Madres o Abuelas son organizaciones con una presencia fundamentalmente de mujeres, construye una experiencia de lucha contra la impunidad retomada por el feminismo: si nunca más genocidio, entonces ni una menos por feminicidios, y es parte de una misma lucha contra la impunidad que viene fortaleciéndose y siendo parte "revolución feminista (Korol, C. 2019).

Las denuncias por abuso y los escraches aparecen como pendientes inevitables en la agenda actual de nuestros feminismos y como tópicos emergentes se hicieron presentes en esta conversación. Las voces, que a lo largo del año se elevaron dispares respecto a su eficacia, pertinencia, finalidad, mantuvieron, sin embargo, el acuerdo común de sostener a las compañeras, de cuidar y creer en gesto de sororidad.

El debate sobre punitivismo en el feminismo atravesó estos meses la problemática puntual de las denuncias por acoso y abuso. Voces diversas, con diferentes grados de representatividad, intervinieron en la escena pública, se expresaron en conversaciones variadas con distintos grados de repercusión sin llegar a un acuerdo frente a una problemática donde lo personal anuda de formas inefables con lo político y donde la experiencia subjetiva es redefinida a través de la experiencia colectiva.

Claudia Korol, aquellos días de finales de marzo, es contundente al decir que podemos discutir la eficacia del escrache, pero lo que se ha producido, más allá del escrache, es el rompimiento del pacto de silencio y las historias de familia que cubren la violencia sexual que vivimos o que vivieron nuestras hijas (Korol, C. 2019).

La constitución de los estados de Nación se hizo sobre la base de la violencia sexual contras las mujeres indígenas y negras, la apropiación de sus hijos y de los cuerpos. Hay una historia ahí que ha generado ese mandato de no decir, de no contar y ya llegando más a la actualidad, o acaso no nos educan en el abuso sexual infantil que no se cuenta porque eso rompe la familia (Korol, C. 2019).

El lugar de los feminismos es el tópico que abre y cierra esta conversación de balance en el mes de las mujeres. Ciriza es contundente. El feminismo ilumina y problematiza. Con el feminismo podemos pensar los desafíos abiertos con la visibilización de la violencia y los abusos. El feminismo ilumina las consecuencias de la división sexual del trabajo. Ilumina también las consecuencias de que otros, otras, otres decidan sobre nuestros cuerpos. Ilumina también el carácter de la violencia sexista tan naturalizada (Ciriza, A. 2019).

El foro organizado por la Campaña giró en torno a dos núcleos de sentido: las genealogías feministas y el aborto. Las expositoras organizaron sus intervenciones priorizando experticias y trayectorias de manera de configurar una sola cartografía acerca de la interrupción del embarazo en Argentina utilizando campos semánticos diversos en razón de los recorridos temáticos de cada una.

Laudano se concentró fundamentalmente en las estrategias del activismo para la instalación de los temas de agenda del movimiento, en la relación con los medios de comunicación, el uso de las redes y la recuperación de una genealogía de los Encuentros Nacionales de Mujeres por lo que significaron en la construcción de un espacio para la discusión sobre la despenalización y legalización del aborto en Argentina.

…a partir del 87 y el 88, cuando se conforma la comisión por el derecho al aborto, las comisiones productoras de noticias con su movilizaciones, con sus hechos y acciones es lo que genera que los medios también le presten más atención a la temática […] no es que los medios son los que visibilizan la temática o ponen la discusión en la agenda, que en parte lo es, pero también es porque hay una discusión de parte del movimiento de mujeres y del feminismo que instala ese tema, y me parece importante porque si no se pierden las agentes de esas acciones que permiten que haya ese tipo de noticias (Laudano, 2019).

Laudano va articulando campos semánticos anudados a la genealogía del movimiento desplegando así diferentes problemáticas teórico-políticos: análisis de imágenes de fetos en la escena pública, genealogía de géneros y formatos televisivos donde el tema del aborto fue tratado, representaciones y discursos mediáticos sobre el aborto, blogosfera y redes, ciberactivismo, espacio público on line, líneas de ayuda y socorrismo, twitter y estrategias de apropiación de las redes.

Su hipótesis sostiene que estamos en un ecosistema donde existe una interacción de medios de comunicación y redes sociales íntimamente vinculada: lo que ocurre en alguna de estas instancias tiene repercusión en la otra. La intensa experiencia de 2018 ha dejado un movimiento en las calles y en las redes: “nos apropiamos del espacio público, nos movilizamos en la calle y nos movilizamos en las redes y demostramos ser exitosas en esta capitalización tan importante” (Laudano, C. 2019).

Mabel Gabarra organizó también su exposición en clave genealógica, rescatando momentos de la historia de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Coincidió con Laudano en que el primer hito se produjo en el III Tercer Encuentro Nacional de Mujeres en 1988, en Mendoza, donde se organizó el primer taller de aborto autoconvocado. El año 2003 aparece como la segunda fecha destacada en su relato. Ese año el Encuentro Nacional de Mujeres se realizó en Rosario donde se produjeron tres cuestiones fundamentales en la lucha por el derecho al aborto: la primera fue la Asamblea por el derecho al aborto en la Facultad de Ciencias Económicas de Rosario donde se propone un plan de lucha nacional. La segunda cuestión fue la realización, por primera vez, del taller de estrategia para el acceso al aborto legal seguro y gratuito en respuesta estratégica a las agresiones sufridas el año anterior en Salta. Finalmente, la tercera, surgieron los pañuelos verdes. Fueron las Católicas por el Derecho a Decidir de Córdoba quienes llevaron los pañuelos por primera vez en la marcha del encuentro en Rosario (Gabarra, M. 2019).

El campo semántico de la exposición de Gabarra articula con tópicos emergentes como nuevos vínculos, autonomía de los cuerpos, salud sexual o derechos humanos y justicia social, nociones pilares de la “Campaña”. Al mismo tiempo, el eje vertebrador de su relato, la historia del movimiento entrelazado con la historia de la Campaña, permite comprender el rol que jugaron algunas pioneras como Dora Coledesky o Martha Rosenberg; tomar dimensión de la condensación de sentidos y acumulación de experiencias que culminaron en las jornadas de debate en el Congreso en 2018 y volver a poner en valor, a la luz del tiempo recorrido, cada una de las estrategias implementadas: horizontalidad, construcción de consensos, plenarias, recuperación de experiencias.

La conversación como gesto: consideraciones finales

Luego de la marea verde en las calles durante 2018, 2019 se presentó como un espacio de reflexión y escucha donde diferentes referentas del movimiento, pertenecientes a espacios diversos (academia, activismo o la juntura de ambos) pusieron en debate temas de la agenda de larga data y temas emergentes. El resultado fue una cordada donde las pioneras e históricas del movimiento aportaron la argumentación y la capacidad de reflexión y las más jóvenes se congregaron a escuchar la transmisión de la herencia, en reuniones intergeneracionales inéditas hasta hace muy poco tiempo, para potenciar la crítica y la subversión del orden en un rito de legado y linaje.

Los encuentros articulados aquí entre Alejandra Ciriza, Claudia Korol, Claudia Laudano y Mabel Gabarra recrean la conversación feminista en clave harawayana de parentescos voluntarios donde lo que prevalece es el trabajo colectivo, los objetivos compartidos, el cuidado, los mundos posibles. Esta construcción de acuerdos y horizonte común para el debate como base de la conversación cobra, entonces, la forma de gesto político en torno a núcleos fuertes de sentido que nuestros feminismos están pensando de cara a lo que viene: el internacionalismo, lo plurinacional, el aborto, el paro internacional de mujeres, las genealogías de nuestros feminismos, las estrategias del activismo, las denuncias por abuso y los escraches, las violencias, el lugar de los feminismos.

Notas

1. En este sentido, Elizalde recupera la genealogía de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo tantas veces referenciadas en la política argentina. En este caso, la autora muestra cómo Madres y Abuelas usaron la marca del género para recrear el sentido de la maternidad y provocar una inversión simbólica de impacto político. El hecho de sobrevivir a sus hijos e hijas transmutó el carácter y significación de hecho privado y devino dimensión pública. Estas Madres y Abuelas son reinscriptas, ahora, en una genealogía política de mujeres que comparte complicidad combativa con las jóvenes (Elizalde, S. 2019, 88-89).

2. Para ilustrar lo dicho puede visitarse http://revistaanfibia.com/ensayo/escuela-ante-el-reclamo-de-las-pibas/?fbclid=IwAR12grYoO5QsT27AWrCBrjAjYYs9P2yevFYqRoMpmwEUjOXc5jP9dCvTZm8 en alusión a educación sexual integral, adolescencia y escraches; http://latfem.org/por-una-pedagogia-del-cuidado-el-acuerdo-y-la-responsabilidad-afectiva/?fbclid=IwAR2tnJIoQJEIEKkLg9JhV6XFU8GsELQSsRfdfsc7pgsh3gZemndJXVaUAxc sobre nuevos vínculos, responsabilidad afectiva y consentimiento; https://www.ivoox.com/autoenvoltura-audios-mp3_rf_35760929_1.html?fbclid=IwAR2dTwZwEm16neHVctRnLMof5PvAjCIOkHDQ5IEwsPn6_C0LMDxe1dicHJI podcast sobre violencias patriarcarles y organización feminista.

3. En el artículo “Narrativas feministas en los medios: notas acerca de la construcción de los temas de agenda del movimiento a través de los discursos de académicas y activistas” (Fernández Hasan, V. 2019) la noción de conversación se articula a indagaciones previas relativas a la relación entre la agenda política del movimiento de mujeres/feminismos y la agenda mediática. Allí se sostiene, como hipótesis, que la marea verde mediatizada produjo, durante 2018, lo que denominamos una conversación, entre medios, política, academia y activistas feministas que tuvo como eje central el ingreso de la agenda feminista a los medios y las redes. En continuidad con “Narrativas feministas en los medios…” aquí reflexiono sobre la idea de conversación como conversación feminista tras las pistas de Donna Haraway, en un ejercicio de conocimiento situado “como conocimientos críticos, parciales y localizables que mantienen la posibilidad de redes de conexiones, llamadas solidaridad en política y conversaciones comunes en epistemología” (Haraway, D. 1991, 191). Más recientemente Haraway desarrolla la idea de parentesco y pariente que podemos asociar a la de conversación cuando pensamos en conversación feminista. La autora habla de parentescos voluntarios sin relación con la biología, basados en modelos de solidaridad y unidad donde primen la amistad, el trabajo, los objetivos parcialmente compartidos. Su intención es darle nuevos sentidos a la idea de pariente, sentidos que superen los nexos ancestrales y genéticos. “Hacerse pariente y hacerse gentil (como categoría, cuidado, pariente sin lazos de sangre, parientes paralelos y muchos otros) expande la imaginación y puede transformar el mundo” (Haraway, D. 2016, 8). Su invitación, entonces, es un parentesco que no tiene que ver con la herencia sino un lazo que se construye y un método para el trabajo intelectual, una tecnología para hacer lo común y conocerlo. Parentesco, es para Haraway, un método de trabajo, una tecnología para construir conexiones a través del pensamiento colectivo.

4. Horizontalidad, consenso, autonomía, desjerarquización y carácter asambleario son pilares del movimiento de mujeres/feminista posibles de ser rastreados a lo largo de su devenir histórico y su fortalecimiento como movimiento social que brega por un tipo de organización política alternativa a las lógicas patriarcales. En este sentido los Encuentros Feministas Latinoamericanos y del Caribe (EFLAC) y los Encuentros Nacionales de Mujeres (ENM) en Argentina representan cada uno en sus particularidades experiencias fundantes en prácticas concretas relativas a horizontalidad, consenso y organización asamblearia. “Desde el primero (1986) se aprovecha esta oportunidad para reafirmar los principios de autogestión, autonomía, horizontalidad, democracia, autoconvocatoria y autofinanciamiento de los ENM […] la importancia de escuchar la ‘voz de todas’” (Alma y Lorenzo, 2009: 42). “No se vota, las conclusiones son una síntesis de lo debatido en búsqueda de consensos […] no hay otro movimiento que convoque esa diversidad en un periodo largo de tiempo” (Alma y Lorenzo, 2009: 45). En la actualidad las asambleas de organización de los paros internacionales de mujeres/feministas, la campaña nacional por el aborto legal, seguro y gratuito, las formas de organización de los diferentes NUM (Ni Una Menos) a lo ancho del país así como las muchas colectivas feministas que trabajan en el territorio sostienen una forma de hacer política que replica los principios de horizontalidad, consenso, autonomía, desjerarquización y carácter asambleario. En los últimos años, de 2015 a esta parte, fundamentalmente a partir de 2018 con motivo de la lucha por la legalización del aborto, se agrega la variable intergeneracional al darse el ingreso de las pibas al movimiento en una convivencia experiencial con feministas de larga trayectoria en la lucha por los derechos de las mujeres. Diana Maffía y Mabel Bianco resaltan que antes de esta irrupción masiva, el feminismo era más académico e intelectual, organizado en torno a discusiones teóricas. Los feminismos de las generaciones más jóvenes traen otras formas de intervención. Aparece una nueva forma de habitar el espacio público bajo una “disrupción generacional” (Ruiz Tena y D’Alessandro, 2018).

5. Alejandra Ciriza ha dedicado parte de su obra al trabajo en torno a la construcción y recuperación de genealogías feministas. Desde ese lugar ha señalado la dificultad de hilvanar las historias de “nuestras ancestras, […] tensadas por asuntos como el de las lenguas, la ubicación, la racialización de la población nativa y de las personas afro, la clase social, los procesos de occidentalización de nuestra cultura, las selecciones narrativas operadas sobre nuestra historia, las dificultades para disponer de documentos” (Ciriza, A. 2015, 84). Su aporte más interesante a la polémica sobre los orígenes del feminismo tiene que ver con sus múltiples y contradictorias raíces posibles de localizar en el terreno de nuestra propia historia, con sus experiencias de explotación y dominación, y también en los combates y resistencias donde las mujeres y feministas formaron parte (Ciriza, A. 2015). En debate teórico (y político) con la filósofa española Celia Amorós, Ciriza argumenta hasta qué punto para quienes “habitamos al Sur, más que una ‘posición teórica encuadrada en un proyecto normativo’, los feminismos han sido una práctica de transgresión o resistencia ante los dispositivos y reglas patriarcales, heterosexistas, racistas y capitalistas” (Ciriza, A. 2015, 94). La discusión muestra cabalmente el eurocentrismo de quienes establecen el canon definiendo qué temas pueden ingresar a la comunidad científica, y cuáles no, desde el Norte, consolidando así diferentes procesos que Ciriza ha definido como tráfico, traslado o traducción de teorías según el caso (Ciriza, A. 2009). En cuanto a la discusión sobre la Ilustración como momento de origen de los feminismos, Ciriza señala que la historia permite percibir la compleja trama entre modernidad ilustrada y proyectos emancipatorios. En el ciclo abierto por las revoluciones de mediados del siglo XVIII, inicios del siglo XIX, participaron mujeres ilustradas y también mujeres cuyas formas de concebir la emancipación están imbricadas con significaciones elaboradas en el interior de sus culturas, donde las ideas de contrato, individualidad, desencantamiento de la naturaleza no se siguen necesariamente, tal como señala Ciriza (2015).

Bibliografía

1. Alma, Amanda y Lorenzo, Paula. 2009. Mujeres que se encuentran. Una recuperación histórica de los Encuentros Nacionales de Mujeres en Argentina (1986-2005). Buenos Aires. Feminaria.         [ Links ]

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