RESEÑAS

MÁS ALLÁ DEL CAPITALISMO SENIL. POR UN SIGLO XXI NO NORTEAMERICANO
Samir Amin, Paidós, Buenos Aires, 2003, 296 páginas.

En su trabajo SamirAmin se propone abrir el debate sobre el futuro del sistema capitalista mundial ante sus evidentes señales de crisis profunda. La pregunta central radica en determinar si esa crisis implica solamente un fenómeno de carácter transitorio o si se trata de la propia senilidad del sistema capitalista. La tesis del autor es que decididamente nos encontramos frente a síntomas de senilidad de un sistema que hoy se hace imperativo superar para asegurar la supervivencia de la civilización humana. Para el autor "el capitalismo es sólo un paréntesis en la historia y no su fin (...) si no se lo supera mediante la construcción de un sistema que termine con la polarización mundial y la alienación economicista, sólo puede conducir a la autodestrucción de la humanidad" (13).

En la búsqueda de reflexiones acerca del futuro del sistema capitalista mundial resulta esencial para el autor un examen de ese sistema a lo largo del siglo XX. En oposición a las actuales lecturas dominantes que no ponen en tela de juicio a la esencia misma del capitalismo, el autor advierte sobre la necesidad de una mirada diferente en la que el desarrollo no implique "alcanzar una meta" sino un proyecto social basado en un concepto crítico del capitalismo definido mediante un doble objetivo: liberar a la humanidad de la alienación economicista y hacer desaparecer la herencia de la polarización a escala mundial. Para SamirAmin este proyecto social no puede ser sino universal y debe transformarse en el proyecto de toda la humanidad.

A partir del objetivo precedente el autor revisa el devenir de la economía política a lo largo del siglo XX llegando hasta la crisis de fin de siglo. Asimismo revisa ciertos instrumentos de análisis y de acción a partir de un recorrido por el marxismo y el keynesianismo históricos, y un examen de la democracia a la que define como un instrumento insoslayable del combate social y político. Su análisis incluye tanto la financierización y la revolución tecnológica, como elementos netamente políticos vinculados al imperialismo en su manifestación actual y a la militarización de lo que él denomina "el nuevo imperialisrno colectivo".

Como resultado de su análisis el autor asegura la presencia de graves signos de envejecimiento en el sistema capitalista. Para Samir Amin "ese envejecimiento implica que el sistema se instale en un caos permanente que conducirá, o bien -en el mejor de los casos- a que se lo supere mediante el comienzo de una larga transición hacia el socialismo, o bien -en la peor de las hipótesis- a la catástrofe y al suicidio de la humanidad (155). Así, la crisis estructural por la que atraviesa el capitalismo contemporáneo no es para el autor una transición a ser superada por una nueva fase de expansión capitalista mundializada. Los rasgos claros de esta senilidad son el alcance en el largo plazo de la revolución científica y tecnológica en curso gracias a las cuales las relaciones sociales capitalistas ya no permiten perseguir una acumulación continua; y el imperialismo colectivo de la tríada que opera sobre el conjunto del sistema mundial no permitiendo la prosecución del desarrollo capitalista dependiente de las periferias. Más aún, de acuerdo al autor, "la senilidad del capitalismo no se expresa exclusivamente en las esferas de su reproducción económica y social. También se manifiesta en los ámbitos de la práctica política y del discurso ideológico" (160).

Así, frente a la estrategia desplegada por la tríada con la dirección de los Estados Unidos con el objetivo de construir un mundo unipolar (basado en dos principios: la dictadura unilateral del capital dominante de las empresas transnacionales y el despliegue de un imperio militar norteamericano), Samir Amin advierte sobre la necesidad de oponer otra visión: la de una mundialización multipolar. En términos del autor, "el proyecto de una respuesta humanista al desafío de la mundialización inaugurada por el capitalismo no es «utópico». Por el contrario, es el único proyecto realista posible, por cuanto el comienzo de una evolución en este sentido inmediatamente debería atraer a poderosas fuerzas sociales de todas las regiones del mundo, capaces de imponer su lógica" (219). De acuerdo a Samir Amin, la construcción de un mundo multipolar pasa por la regionalización, como único medio razonable y eficaz para combatir los efectos polarizantes.

Así, para el autor el debate entre capitalismo y socialismo se hace más necesario que nunca: "el sistema mundial pluricéntrico y democrático preconizado no constituye «el fin de la historia», sino solamente una etapa en la larga transición hacia el socialismo mundial" (232). Ante el desafío emergente Samir Amin plantea la necesidad de repolitizar los movimientos y las luchas porque "politizar las luchas es construir los puentes necesarios para que esas fuerzas puedan crear juntas, tanto en el interior de cada nación como en los diferentes planos regionales y mundiales, la convergencia necesaria que defina así los objetivos de etapas locales e internacionales creíbles, lo cual contribuirá a cristalizar alternativas sociales verdaderas" (234).

Mariana Souto Zabaleta