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Cuadernos del CILHA

versión On-line ISSN 1852-9615

Cuad. CILHA vol.25 no.1 Mendoza abr. 2024  Epub 15-Abr-2024

http://dx.doi.org/10.48162/rev.34.082 

Dossier

Guillermo Cabrera Álvarez y la literatura de familia. Una columna periodística como vórtice de gestión cultural

Guillermo Cabrera Álvarez and family literature. A newspaper column as a vortex of cultural management

Jesús Arencibia Lorenzo1 
http://orcid.org/0000-0002-8775-722X

1Universidad de Concepción. Becario de la ANID (Doctorado Nacional/2021- 21210051). Chile. arencibialorenzo@gmail.com

Resumen:

El presente artículo explora desde dimensiones periodísticas, comunicológicas y literarias el singular caso de la columna “Tecla Ocurrente”, concebida por el escritor Guillermo Cabrera Álvarez (1943-2007), en el diario cubano Juventud Rebelde, desde 2001 hasta 2007. A partir de una original estrategia de vínculos y sentidos con sus públicos, este espacio de prensa de frecuencia semanal activó redes humanas en función del disfrute literario y de la solidaridad, burlando las barreras entre las estereotipadas nociones de lo "culto" y lo "popular". Textos seminales de Pablo Neruda, Alfonsina Storni, Alejo Carpentier y otros autores e iniciativas como la lectura y escritura colectivas, sirvieron al periodista/gestor cultural como ejes articuladores de tertulias, concursos y propuestas/performances grupales en diversas ciudades de la Isla. El artículo toma como base la tesis de maestría del autor en Ciencias de la Comunicación (El borrador del futuro…, Universidad de La Habana, 2012) y su libro en proceso de escritura En el ojo de una hormiga. Andares y azares de un escritor ocurrente. Los métodos investigativos empleados son el análisis de contenido cualitativo, la entrevista semiestructurada y en profundidad, y el análisis de textos.

Palabras clave: Tecla ocurrente; columna; periodismo; literatura; gestión cultural

Abstract:

The article explores from journalistic, communicological and literary dimensions the singular case of the column “Tecla Ocurrente”, conceived by writer Guillermo Cabrera Álvarez (1943-2007) in the Cuban newspaper Juventud Rebelde, from 2001 to 2007. Based on an original strategy of links and with its audiences, this weekly press space activated human networks based on the terms of literary enjoyment and solidarity, mocking the barriers between the stereotyped notions of "cultured" and "popular". Seminal texts by Pablo Neruda, Alfonsina Storni, Alejo Carpentier and others authors, and initiatives such as collective reading and writing, served the journalist/cultural manager as articulating axes for gatherings, competitions and contests and group proposals/performances in various cities of the island. The article is based on the author's master's thesis on Communication Sciences (El borrador del futuro..., University of Havana, 2012) and his book in process of writing En el ojo de una hormiga. Andares y azares de un escritor ocurrente. The research methods used are qualitative content analysis, semi-structured and in-depth interviews, and text analysis.

Keywords: Witty key; column; journalism; literature; cultural management

Introducción

La columna “Tecla Ocurrente” publicada en el diario cubano Juventud Rebelde (JR) entre 2001 y 2007 constituyó un fenómeno comunicacional sui generis. Periodismo, literatura, gestión cultural y redes humanas se articularon de tal forma en torno al citado espacio de frecuencia semanal que el medio desarrolló una singular conexión con sus públicos, inédita para la ortodoxa prensa de la Isla caribeña y acaso muy relevante más allá de las fronteras nacionales.

La sección fue fundada y conducida por el avezado articulista y editor Guillermo Cabrera Álvarez (1943-2007), director hasta su muerte del Instituto Internacional de Periodismo José Martí (IIPJM)1. Circulaba los jueves y se distinguió por generar una diversidad de iniciativas, concursos, tertulias y acciones/performances grupales en varias provincias cubanas. Lo cual resulta aun más llamativo, pues sucedió en un contexto en el que la conectividad a redes digitales y las posibilidades tecnológicas en el país estaban notablemente limitadas. Téngase en cuenta que no fue hasta 2018 cuando la conexión a internet masiva pudo lograrse en las líneas telefónicas celulares de Cuba.

En un entorno casi analógico, de prensa tradicional, el columnista comenzó a armar su sección de estilo mixto con poemas, fábulas, cuentos, chistes, y “ocurrencias” disímiles enviadas por los lectores; y transitó prácticamente de autor a editor y moderador de un diálogo multicéntrico y solidario con los seguidores de la columna. En “La Tecla” (como comenzó a ser conocida de inmediato) encontraron lugar de realización necesidades públicas de entretenimiento y espiritualidad poco cubiertas por los medios y espacios de socialización nacionales. Su creador se transformó en ídolo para una gama de lectores -quienes adoptaron el gentilicio "tecleros"-, que abarcó un muy plural compendio de edades, creencias, profesiones y niveles económico-sociales. Hasta su muerte, en una gigantesca tertulia en el centro geográfico de Cuba, fue un símbolo más de unión para el diario y sus seguidores.

La tesis de maestría en Ciencias de la Comunicación El borrador del Futuro. Un acercamiento comunicológico a la sección Tecla Ocurrente… (Universidad de La Habana, 2012)2, y el libro que de ella se derivó: En el ojo de una hormiga. Andares y azares de un escritor ocurrente (en proceso editorial) indagaron en torno a la estrategia de vínculos y sentidos con el público3 desarrollada por el insólito espacio periodístico. Ambos materiales sirven de base a este artículo.

La hipótesis de trabajo que se manejó fue la siguiente: en la sección “Tecla Ocurrente” (Juventud Rebelde, 2001-2007) se observan rasgos de participación pública y marcas genéricas de la crónica periodística, en tanto narrativa del encuentro (Reguillo, 2000). El espacio puso en práctica una estrategia de vínculos y sentidos que impulsó y diversificó el nexo del medio con la audiencia, y sentó pautas estilísticas para implementar una política editorial de rasgos singulares. La columna potenció las funciones informativo-educativas de la prensa mediante su carácter lúdico. En torno a valores y sentimientos universales de crecimiento humano, y con la asistencia de caudales literarios disímiles -entre ellos las obras de Alejo Carpentier, Pablo Neruda y Alfonsina Storni-, el periodista a cargo desarrolló recursos imaginativos, persuasivos, políticos y logró empatía hacia y desde sus textos. El proceso comunicativo gestado por el columnista y sus interlocutores, cruzando las artificiales fronteras entre distintas creaciones y percepciones humanas, apostó por un concepto de cultura inclusivo y expansivo, aquel que hace referencia “tanto a la inteligencia y a la racionalidad como a las emociones, tanto a sus dimensiones creativas e innovadoras como a las rutinas cotidianas, tanto a las formas artísticas clásicas como a las artesanías populares” (Moragas, 2012, p. 124).

Metodología empleada

Ante un espacio y un proceso comunicacionales complejos, la metodología aplicada para su estudio también acudió a la combinación de diversas técnicas, en aras de un enfoque lo más integral posible. De las ciencias sociales (comunicología, periodismo) se tomó el Análisis de Contenido cualitativo y la Entrevista semiestructurada y en profundidad. De los estudios literarios se acudió al Análisis textual.

Fueron examinadas 328 columnas (para un total de 432 textos, pues algunas contenían más de una pieza independiente), la totalidad de las aparecidas en la sección, entendiendo el corpus general como un caso único de estudio, dada la unicidad y la forma peculiar e irrepetible del conjunto de textos y las relaciones humanas en torno a ellos. En cuanto a los diálogos, se definieron 52 entrevistados, con los que se conversó en 44 entrevistas individuales y 2 colectivas. Estos se agruparon de la siguiente manera: a) Directivos, periodistas y otros trabajadores de JR en el periodo en que se publicó la sección (12). b) Escritores e investigadores de las ciencias sociales vinculados al espacio (4). c) Otros periodistas destacados por el ejercicio del periodismo literario (7). d) Académicos relacionados con la enseñanza de los géneros periodísticos y las hibridaciones Periodismo-Literatura (5). e) Lectores de la columna (en una muestra de intencional diversidad, que abarcó disímiles edades, géneros, procedencias geográficas, profesiones y roles asumidos en las actividades colectivas de la columna) (24).

Entre los rasgos de la investigación cualitativa que potenció el estudio estuvieron el “énfasis en los contextos y prácticas culturales en que se realiza la acción social. La cultura -en su sentido más amplio- constituye el eje”; el abordaje del caso investigado “desde una perspectiva integral” y la atención al “lenguaje humano en tanto expresión de los conceptos de la experiencia cotidiana” (Alonso y Saladrigas, 2000, p. 49).

Primer asombro: cuando un autor cede su trono

Dígase columnismo, columnista y ya se nombra una categoría, un rango de comunicación con los lectores, un cheque en blanco que casi siempre será llenado con sumas elevadas de interés y fulgores literarios. Investigadores y teóricos como Manuel Buendía (1996), Luisa Santamaría y Harold Evans (como se citó en Martínez Albertos, 2007) destacan lo primordial del sello personalísimo, la nombradía o el genio que debe distinguir a estos espacios, que suelen rastrearse más por su firma que por titulares o temáticas.

Y he aquí la primera singularidad del espacio que nos ocupa. De los 432 textos revisados, solo 188 pertenecen a la autoría del periodista: los otros 244 pasaron por sus manos y sensibilidad de editor, pero fueron redactados originalmente por otros. El proyecto creciente de comunión fue ganando a la soledad de la firma personal. Comenzó y siguió siendo un sitio del columnista, pero mediante, desde y con sus lectores. Baste para ilustrarlo que si en 2001, año inicial de la sección, salieron 38 textos de creación de Cabrera Álvarez y 9 pertenecientes a otros; en 2004 esta relación se invierte: el periodista publicó 20 entregas de su puño y letra y 42 de redactores ajenos. Siempre, no obstante, el hombre de prensa dedicaba unas líneas de la columna a presentar el texto, a veces incluía alguna dedicatoria especial o referencia particular a quien se lo había enviado. De tal suerte que modulaba las voces que iban sumándose al sitio, en sintonía con la línea editorial de este. ¿Cuáles eran los objetivos programáticos evidenciados en la sección? ¿Qué elementos esgrimía el redactor a cargo como filtro para publicar los envíos de sus lectores?

No por gusto uno de los pocos títulos que repitió en sus siete años de existencia fue: “Encuentro4. Encuentro como confluencia, unidad, puente, abrazo. Pero también como hallazgo, detalle revelador, ingenio luminiscente, ocurrencia. “Y realmente eso es lo que haré con este espacio: encontrarme con ustedes” (Cabrera, 2001, p. 8)5, prometió el cronista en su primera aparición. El santo y seña era, precisamente, la ocurrencia; siempre apegada a la visión espiritual del mundo, a lo que sucede sin que lo predeterminen las solemnidades, a lo sensible sin llegar a sensiblero; a lo político, que no politiquero; a la gente ocurrente, que hace que las cosas ocurran.

Muchas veces vuelve sobre este término, y lo asocia al verbo regalar, que no solo se materializaba en la subsección Regalo de jueves -sobre la que nos detendremos más adelante-, sino en el afán todo de la sección. Veamos algunas citas que así lo ilustran: “La amiga Lourdes Albo envía estos límites. Lo tomó de Internet y quiso repartirlo. Tuve la ocurrencia de regalarlo a los lectores” (Límites, 29/08/2002); “cuando leí este relato se me ocurrió regalárselo a todos ustedes” (Lección, 19/09/2002); “los lectores se adueñan de la Tecla, y cada cual envía como colaboración lo que considera Ocurrente [sic] y pueda gustar a los demás” (Solo en E.E. U.U., 06/06/2003).

Por supuesto que la espontaneidad, quizá rozando la improvisación, a que invitaba la columna, no dejaba fuera el rol tradicional de quien está a cargo de una sección fija en la prensa. En reiteradas ocasiones el periodista alude al deber de sintetizar, de “podar sin mutilar”, para que lo esencial cupiese en las 60 líneas asignadas y se respetara, sobre todo, la belleza6. O sea, que la pluralidad estaba signada por la sencillez. Aquí sencillo no parece representar únicamente el mandato formal de deontología periodística, sino esencia de la comunicación que no renuncia a lo complejo. “¿Escribir para el pueblo? ¡Qué más quisiera yo!”, dijo Antonio Machado (como se cita en Marinello, 1998, p. 17). Tal acierto lírico y ético pudiera quizá resumir la obra que se condensa en “La Tecla”.

“Sencillez para narrar lo sencillo, he ahí la hondura” (Camilo, 1/11/2001), enarboló el columnista. Y también: “El periodista está obligado a ser sencillo y modesto porque todo su trabajo depende de otros” (Aprenderás, 05/09/2002). Así lo sentían, igualmente, quienes fueron articulando lazos con la sección, de acuerdo con las entrevistas efectuadas. Refiere Dayani Castro, lectora que llegaría a coordinar la tertulia de seguidores de la sección en la provincia de Villa Clara:

Utilizó palabras que sabían hacerse entender, sin mucho rebuscamiento, pero siempre consciente del tema. Sin perder el hilo, con magia, a la cubana. […] Iba más allá de reproducir una reflexión o citar un poeta. Daba su opinión y llamaba a las cosas por su nombre (Comunicación personal, 10 de septiembre de 2011)7.

Similar observación hace Sonia Navarro, bibliotecaria y promotora cultural:

Me admiraba el lenguaje coloquial, sencillo, fácil de entender por todo tipo de lector. Desde muchachos de 5to y 6to grados o secundaria, hasta profesores e intelectuales o amas de casa, jubilados. Además, Guillermo se las arreglaba para siempre tener una sorpresa en lo que escribía, un detalle que te hacía saltar o estremecerte (CP, 20/11/2011).

A esa misma intimidad dialogante se refiere la editora y periodista Mileyda Menéndez cuando asegura: “Era como si te estuviera hablando un amigo, como si te estuviera contando por teléfono una cosa que había acabado de leer, o acabado de descubrir” (CP, 27/10/2011). “Y el mérito está en que, con un mínimo de palabras, de adjetivos, se logre transmitir la esencia humana, es realmente un arte. Era un estilo sobrio, no era barroco, adornado, sino totalmente directo, preciso, sin divagaciones, donde nada sobraba”, condensa Herminio Camacho, editor y subdirector editorial de JR en la etapa analizada (CP, 1/11/2011).

Otro de los aspectos que continuamente aparecen en la sección es el culto a lo ingenioso, simpático, desalmidonado, que muchas veces se encapsulaba en adagios, coincidencias numéricas, juegos verbales. “La vida la rigen los números más que las palabras. Desde el carné de identidad, el teléfono, la casa, el piso, la puerta, el calzado, la talla de la ropa, el salario y las cuentas para que alcance, todo sigue el rigor numérico”, comentó el columnista en la sección titulada “Dos mil dos” (10/01/2002). Precisamente el titular respondía a que el año 2002 se podía leer lo mismo al derecho que al revés: era como los palíndromos o capicúas. Cabrera Álvarez llegó a sugerir hasta un slogan rimado para llevar durante los doce meses que se avecinaban entonces: "En el año capicúa, actúa, actúa y actúa" (Dos mil dos, 10/01/2002).

Quienes perseguían con avidez la columna destacan la variedad y el color que ponía su hacedor en cada entrega. Como si aquel principio de que nada humano nos es ajeno, fuera acimut constante. La diversidad, opina la catedrática y Premio Nacional de Periodismo en Cuba, Miriam Rodríguez Betancourt (CP, 1/09/2011), contribuyó a sorprender a los lectores, a revelar y revelarles las potencialidades expresivas de todos para abordar los temas propuestos. Y esta amalgama hizo de la sección lo que pudiéramos catalogar, de acuerdo con la catedrática Milagros Acevedo Cruz (1996), como columna “revoltillo” o “mixta” espacio sin marcos rígidos que potenciaba lo lúdico, el entretenimiento, sin llegar a la banalidad. Así la vio el profesor y decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, Julio García Luis, como un sitio de prensa que admitía: “[…] un poco de todo: elementos de crónica, glosas breves, comentarios, contribuciones de los lectores. Estaba concebida como una ventana a la que el lector se pudiera asomar y verse allí, de forma ágil, imaginativa, cómplice" (CP, 24/11/2011).

No en balde, Cabrera Álvarez se confiesa amante de los cadáveres exquisitos: creación poética a muchas manos, regida, al decir de Crevel por “el Dios de los encuentros” (Cadáver exquisito, 29/11/2001). Según explica el columnista, esta forma de hacer arte tenía como fin “relegar la personalidad a un segundo plano, y promover que en la obra artística predominara lo colectivo, y también el subconsciente” (Ídem). La política editorial de “Tecla Ocurrente” tendía toda a un cadáver exquisito, con ansias de elevarse a la belleza del mundo.

Relaciones humanas y sentimientos: el megatema

"Quiero detenerme en el amor, porque esta columna es eso", afirmó Guillermo en una de sus entregas (El Cabo, 08/12/2005). Si consideramos que el más universal de los sentimientos como compendio de las actitudes y relaciones humanas, podríamos aseverar que ahí se halla el megatema de la columna. De los 432 textos analizados, 228, más del 50 por ciento, pueden incluirse en el gran espectro que definimos como: Sentimientos, actitudes y relaciones humanas. La amistad, las esperanzas, los fracasos emocionales, las dudas, la envidia, el perdón, las ilusiones, los desgarramientos, la vida en los múltiples matices que el ser humano le imprime, hallaban expresión en la columna mediante historias, fábulas, anécdotas, poemas, chistes. De tal forma que sin ser una típica consultoría sentimental -como las que refiere el teórico Juan Gargurevich (2006) han triunfado históricamente en muchos medios de prensa-, los lectores acudían al espacio para verse, sentirse y enrumbar sus actitudes. Y como la mayoría de los textos publicados eran a su vez de otros lectores y diversos autores, las orientaciones, la "guía espiritual", no venía impuesta por la voz del periodista-gurú, sino como un consejo al paso, un cuento dicho por otras voces, en el cual se podía hallar la lección necesaria sin didácticas moralejas.

Un día el columnista comienza sus sesenta líneas hablando del agradecimiento, que es, en su escala, "la primera virtud humana" (Gracias, 21/03/2002), y a continuación comparte un escrito enviado por Elemary, profesora de Computación. Los párrafos que siguen reflexionan sobre el empeño de las aves en reconstruir su nido después de la tormenta:

Seguramente los pájaros habrán callado un momento por su nido roto, pero solo un momento, ellos saben que no sirve llorar frente a las ruinas más de lo aceptable. ¡Hay que empezar de nuevo! Pronto el nuevo nido estará, y, si otra tormenta llegara a derribarlo, una y mil veces volverán a construirlo […] ¿Qué otra cosa es la esperanza sino negarnos a los embates de la adversidad? (Gracias, 21/03/2002).

De este modo, habla del desprendimiento y del odio, recomienda caminos para llegar a las esencias y no perderse en lo aparente; reparte "leyes" humorísticas de la existencia; encuentra a una abuela sabichosa, a un niño que le sale al paso con preguntas sencillas y hondísimas; y le queda tiempo para criticar, en clave de humor, la excesiva prisa:

Un Emir demandó a su edecán ir al harén y buscar a una de sus esposas y de regreso traer una botella de vino. El siervo corrió por los pasillos del palacio, buscó ambos encargos y los entregó. Durante toda la noche el poderoso Señor ordenó: Una mujer, una botella. El edecán corría de las habitaciones del monarca al harén, del harén a la despensa y de la despensa otra vez a la puerta del Emir. Al amanecer el edecán murió infartado. Moraleja: No matan ni el vino ni las mujeres, lo que mata es la prisa (La prisa, 09/03/2006).

Para la entonces subdirectora editorial de JR, Rosa Miriam Elizalde, el periodista, "sin meterse en los grandes asuntos, aunque lo hizo también, trató de que hubiera allí una válvula de escape sentimental, donde la prensa sirviera para profundizar en el mundo interior, y crearse una especie de anticuerpo ante una circunstancia exterior que era dura" (CP, 8/10/2011). Señala la profesora de Periodismo Iraida Calzadilla:

La Tecla llegaba para decirnos: se puede amar, se puede tener amigos, se puede ser cursi, naif, no importa que se rían de tu romanticismo, está permitido ser humano, reír, llorar, vencer o ser vencido. Pero, como Hemingway: nos proponía no ser derrotados porque teníamos el dominio del yo y el puente a los otros (CP, 8/10/2011).

El segundo grupo temático de relevancia en la columna (73 apariciones) fue el que incluyó a los espacios participativos de la propia sección, el periódico Juventud Rebelde, o cuestiones vinculadas con el ejercicio periodístico en general. De tal suerte que hay una metarreferencialidad notable en el espacio, lo cual, seguramente, contribuyó a afianzar los nexos y sentidos compartidos con el público. "El tema también somos nosotros mismos" podrían decir para sí los lectores que fueron nucleándose en torno al espacio. Y saber, por las alusiones y explicaciones del periodista, que el mundo de la prensa no era una galaxia distante de privilegiados intelectuales, sino algo tangible.

Los temas histórico-patrióticos y políticos mantienen igualmente una presencia destacada en la columna (65 apariciones). El periodista, en la mayoría de las ocasiones, logra librarse de los clichés y grisuras con que habitualmente solían (y suelen) presentarse estos en los medios nacionales. Antes que lo solemne en abstracto, le interesaba el vínculo humano con la patria: el hombre y sus afectos como escala de pertenencia a un lugar, a un país, a una militancia. Muchos de los entrevistados para esta investigación se refieren a esa cualidad de subrayar inteligentemente los resortes del pasado heroico y de la política evadiendo el panfletarismo.

"Demostró que era posible abordar la historia desde una visión no anquilosada, no de mausoleos, sino a veces herética, y tocar el lado humano de las personalidades", apunta Rogelio Polanco, director de JR en aquellos momentos (CP, 21/12/11). Cada tópico de resonancia política es enlazado por el periodista a los condicionantes personales, al costado sentimental de lo colectivo. En este sentido describe el estado de sitio en el Paraguay de julio de 2002 mediante un correo electrónico de su amiga Perla (Paraguay, 18/07/2002) o encumbra la figura de Evo Morales, aún en lucha por la presidencia boliviana, "mientras conversa como todo hijo de buen vecino" (Evo, 28/11/2002). Un articulista con probada destreza, entrenado en la polémica del periodismo político8, prefiere el enfoque oblicuo, incluso con textos ajenos, para abordar una realidad. Y ahí, tal vez, radica su gran pegada.

También hubo espacio en la columna para otros conjuntos temáticos como la Literatura y cultura artística (18 veces), que incluyó secciones dedicadas a la obra de escritores como Fina García Marruz, Pablo Neruda, Ernest Hemingway, Alfonsina Storni o Vargas Vila; grupos musicales como Moncada o canciones populares del folclor latinoamericano; o al arte como defensa ante las adversidades. Sin embargo, lo cultural, en un sentido más abarcador y no solo temático de "bellas artes", atravesaba prácticamente la mayoría de las propuestas de una u otra forma y se erigía en eje articulador de acciones (iniciativas, concursos) de las que más adelante se hará análisis.

Sobre la Naturaleza y su cuidado escribió el columnista en 12 ocasiones, mientras que a los asuntos científicos y curiosidades numéricas dedicó 9 textos. Igualmente, sus líneas discurrieron en torno a saberes generales (9 escritos) como la historia de El bañador, los epitafios famosos o las sillas; hizo crítica de problemas sociales (7) como la burocracia, el deficiente transporte o la chapucería de ciertos servicios; disertó sobre costumbres y tradiciones (6) y abordó curiosidades del idioma (5).

Por supuesto, esta separación entre grupos de temas solo funciona químicamente pura a los fines investigativos, pues en la escritura -y en la vida-, los asuntos se mezclaban armónicamente. Y en esa hibridación, a su vez, se conectaba lo local con lo universal, al estilo glocalize que refieren Mattelart y Mattelart (2008) como tendencia comunicativa del mundo hiperconectado.

Útil, culto, bello… Intersticios del estilo

¿En qué moldes creativos se vertía tal riqueza temática? ¿Cuáles fueron los caminos de estilo y lenguaje, géneros y tono que se transitaron? Lo primero que destaca estilísticamente del conjunto de textos analizados es la capacidad de síntesis, no solo como precepto obligatorio para un apartado de sesenta líneas en un periódico nacional de apenas 8 páginas tipo tabloide, sino como resultado coherente de un razonamiento emocional e intelectivo. "Sin apelar a recursos fáciles como la frivolidad, la nota tonta con adjetivaciones abundantes, sino a pura idea, a pura originalidad de la idea", destaca el multipremiado cronista cubano Enrique Milanés (CP, 16/07/2011). El columnista avanza en sus escritos, muchas veces con un estilo cortado, que hace elipsis de posibles interpretaciones o conexiones y sigue indetenible al faro de la meta. Sin moralina en los comentarios. Apretando los conceptos como balas en una cartuchera.

Hace unos días me pidieron enseñara síntesis a seis amigos. Acepté el reto. Una profunda máxima filosófica tiene una sola palabra: ¡Conócete! Durante la charla los invité a sintetizar el cuento más corto del mundo escrito por Monterroso: "Cuando despertó el dinosaurio todavía estaba allí". De las siete palabras, eliminamos dos: "Despertó. El dinosaurio todavía estaba" (Síntesis, 24/03/05).

Los renglones que armaba cada jueves el periodista llegaban "con gran fineza y sencillez, con una redacción bien cuidada que brindaba como un manantial la cultura y sabiduría", apunta el catedrático Roger Ricardo (CP, 22/09/2011). Y entre los recursos que solían resaltar en la columna, evoca el Dr. Julio García Luis "las narraciones y descripciones breves, el uso del lenguaje figurado en forma de metáforas e imágenes, el sentido intimista y poético en ocasiones, y la exclusión de todo tratamiento formal a los asuntos" (CP, 24/11/2011).

A mitad de camino entre el espectro de la opinión (editorializante) y lo folletinesco -textos de prensa cuya envoltura y contenido apuntan a un deleite espiritual antes que un aprendizaje informativo; aquí entrarían desde el folletín o novela por entregas pasando por los poemas hasta las tiras cómicas del periódico (Dovifat, como se cita en Martínez Albertos, 2007)-, la columna potenció, a juicio del avezado periodista e investigador Enrique Ojito (CP, 16/07/2011), el sentido lúdico, ameno de la prensa. Tecla Ocurrente se especializó en lo que Herminio Camacho califica como "transmitir vibraciones", con elegancia y sobriedad. Aquí, claro, transmitir tiene más de una saeta: es, cuando menos, bidireccional.

En las teclas fluyeron con armonía las figuras retóricas. Pueden apreciarse estas elegancias en los cuatro niveles de la lengua que refiere la profesora Helena Beristáin: fónico fonológico (metaplasmos), morfo-sintáctico (metataxas), léxico-semántico (metasememas); como a nivel de figuras de pensamiento (metalogismos). El periodista las aplicaba -como recomiendan las preceptivas- de manera natural, orgánica, sin fórceps mentales. Por ejemplo: a) "A barrerla, a borrarla, a sustituirla, dicen los perezosos manipuladores de las maquinitas, solo porque la ñ da un poco de trabajo" (Similicadencia, Metaplasmo), (La eñe 21/10/2002). b) "Tiene que ser un día para ternuras tiernas" (Pleonasmo, Metataxa), (Día del Abuelo, 22/09/2005). c) "Las palabras viajan, viajan sin pasaportes, cruzan sin detenerse por las aduanas de la vida, y se van a visitar otras miradas, regiones incógnitas del alma, inesperados paisajes" (Prosopopeya, Metasemema), (Dos, 27/02/2003). d) "La luz del texto es de fuego firme, azulado. Es libro bueno por dos razones: oficio y bomba, y la bomba, es lo que late a la izquierda" (Metáfora, Metasemema), (El Cabo, 08/12/2005).

La ironía y el humor -metalogismos- asistieron como cartas naturales en el juego verbal del columnista:

Weekly World News, reporta el "plan diabólico" de Cuba de entrenar tiburones para atacar a los bañistas floridanos [Florida, EEUU]. […] Agregan serpientes venenosas marinas y delfines con explosivos. ¡Qué pobreza de imaginación! […] Algo se saca en claro: el tiburón está en problemas. Desde que aparecieron sobre la tierra (bueno, debajo del agua), en el período Devoniano (300 millones de años atrás) nunca han estado tan amenazados como ahora: los acusan de comunistas acuáticos... (Zoociedad, 13/09/2001).

Con oficio poético, el cronista solía resemantizar frases y hacer malabares idiomáticos con las palabras comunes, darles un toque distintivo para romper los automatismos de emisión y recepción en que habitualmente cae el uso del idioma. En sus textos encontramos expresiones como: "Contar con los dedos del pie derecho"; "Ahorra o nunca"; "El homenaje a Neruda quedó sencillo, estelar. Amenazaba lluvia. No fue al aire libre, sino al aire esclavo"; "¿Me acusa de tener las ocurrencias en brazos de Morfeo? (en mi caso es Morlinda)"; "el Desorden del Día será sencillo"; "Genocida fue el fascismo; genocida es el bushismo [aludiendo al presidente de EE. UU.: George. W. Bush]"; "No solo asalta cunas, también asalta bocas; jóvenes cuya declaración amorosa fue un beso sorpresivo"…

En esa búsqueda del detalle revelador viajó Cabrera Álvarez a contracorriente de ciertas opiniones estereotipadas para señalar esencias e historias de los fenómenos y los seres. Si para alguien pudiera resultar grosero o hasta vulgar comer con los dedos; él se remonta a la época romana,

[…] cuando las personas de buena crianza se distinguían porque tocaban los alimentos solo con tres dedos, dejando libres el anular y el meñique […] Cuando el tenedor apareció en la mesa en la Toscana del siglo XI, la iglesia condenó su uso, porque solo los dedos creados por Dios, eran dignos instrumentos para manipular los alimentos proporcionados por el Señor (Dedos, 28/06/2007).

La sección era humanista, resume Haydée Guillot, una lectora de La Habana, estudiante entonces de Ciencias de la Computación (CP, 1/10/2011). Al ser preguntada sobre los recursos de estilo y lenguaje del espacio, la Dra. Miriam Rodríguez Betancourt, resume lapidariamente: "Todos los que necesitaba para hacer un periodismo útil, culto, bello" (CP, 1/09/2011).

Crónico afán al coloquio (géneros y tono)

Para no llevar a menos su halo de originalidad, hay que decir con justeza que ninguno de los géneros periodísticos tradicionales predomina en las teclas ocurrentes. Quizá no podía ser de otra forma si el periodista asumió como mandato creativo romper cánones y enlazar voluntades. A 193 de los 432 textos analizados hubo que clasificarlos con el raro membrete de "Mixtos", para cobijar fábulas, historias, fragmentos de canciones, listas de consejos, convocatorias, reflexiones, invitaciones… De tal forma que si hubiese que ponerles la camisa de fuerza de una sola nomenclatura, la que mejor encajaría sería la de "conversaciones", con todo el "desorden" y la variopinta espontaneidad que pueden desarrollarse en una conversación. Con un lente investigativo rígido resultaría imposible hallar un hilo conductor claro en las sesenta líneas de algunas de las ediciones. El aparente caos es tal que a veces parece como si el sentido rector fuera, únicamente, la comunicación del escritor con sus lectores/amigos y de estos con los nuevos amigos/lectores que él les presentaba, hasta hacer una interesantísima red de afecto.

El periodista Ricardo Ronquillo, subdirector editorial de JR, narra cómo mucha gente llegó a creer que aquello no tenía nada que ver con los clásicos conceptos de la prensa. "Estoy hablando de grandes periodistas que la criticaron y decían que eso no era Periodismo. Creo que si la vamos a encajar en algo, se acerca mucho a lo que podría ser la crónica, y a sus características, al entramado emocional de la crónica” (CP, 8/11/2011). Otros tantos entrevistados señalaron igualmente a la crónica como el continente más probable de aquellos textos. Después de los moldes híbridos que señorean en el espacio, es precisamente este género, "el ornitorrinco de la prosa", como la bautizaría el escritor mexicano Juan Villoro (2006), la forma creativa de más presencia en la sección (132 contabilizadas); por supuesto, no crónicas en extenso despliegue narrativo, sino capsulares, de acuerdo con el espacio del que disponía el redactor. Veamos, como botón de muestra, cómo el periodista aborda su estancia en el aula de La Higuera, en Bolivia, donde asesinaron a Ernesto Guevara:

Estoy en el sitio de su muerte. Las paredes no son las mismas. Aquellas estuvieron durante años traspasadas por las balas, porque aquel día también el adobe fue asesinado. Hoy es una posta médica, hasta donde llega, de tarde en tarde, un doctor para consultas. Estoy sentado en el mismo lugar donde esperó la muerte y se me hiela el alma. […] Este lugar sin él no tendría ni rastro en el mapa ni en la historia. Salgo a caminar por el polvoriento camino de una aldea donde solo quedan diez familias. Por este recodo subió arrastrando la pierna herida. El pueblo está seco, como aquella higuera que maldijo Jesús (El aula, 20/06/2002).

De una atmósfera, como la de un día lluvioso; de un nexo familiar, como el de los abuelos; de la mirada y el miedo de una muchacha; del nacimiento de un amigo; de un dulce; de una canción… el redactor extrae combustible de imaginería para cronicar. Recordemos cómo la catedrática Rossana Reguillo (2000) enarbola a la crónica cual "memoria colectiva" de la sociedad, "lenguaje del encuentro" entre universos disímiles. El escritor que analizamos sabe catapultar lo aparentemente intrascendente hasta la cumbre; lo fenoménico a las leyes constantes; lo microscópico al ancho universo. Pero si bien su hacer en la columna muchas veces transitó "técnicamente" por este género; a juicio de varios entrevistados, también lo trascendió...

Ese pedazo del periódico era una especie de pañuelo, esa cosa que tienes en tus emociones, tanto de alegría como de tristeza, y que te acompaña, era un espacio muy personal, muy cercano a la gente. A veces hemos perdido el sentido del periodismo como servicio público, y lo hemos convertido en un espacio donde solo se reconocen los intereses propagandísticos de las instituciones, y eso te enajena mucho (Rosa Miriam Elizalde, CP, 8/10/2011).

Y ese "pañuelo", versátil al fin, también se trasfiguró en estilete cuando el periodista encapsulaba sus ideas en otro molde de crítica agudeza: el comentario (56 entregas). Al filo de esta forma periodística, de por sí breve, Guillermo le añade aún más brevedad, y redacta pequeñas piezas macizas, que quizá también pudieran catalogarse de viñetas o glosas. Acaso ojeadas de un caminante que -aunque estuviera más interesado en darles espacio a ligeras joyas del espíritu- no renuncia a su olfato de opinador incisivo.

Una amiga estudiante de Periodismo cuenta esta historia de tontocracia. Tuvo la idea de escribir -para una prueba de curso-, acerca de los barberos de árboles, esos magistrales topiarios (oficio de dar forma artificial a los árboles), y llamó a la oficina pertinente donde, muy amable, el funcionario le informó que debía traer una carta "del Presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular". "Chica -le dije-, tu trabajo comienza ahí, el bobócrata acaba de darte la noticia... (Tontócrata, 22/03/2007).

El otro cuerpo genérico con presencia significativa en la columna (27 ocasiones) es el epistolar, ya sea a través de cartas postales, emails o simples mensajes o dedicatorias al paso. Curiosamente, Guillermo, consideraba a las cartas, el más difícil de los moldes creativos, "por encima del rey de los géneros, reportaje, y la princesa, la crónica" (Impactos, 08/04/04). Evocan quienes bien lo conocieron, entre ellos varios entrevistados, que podía verse precisado a dedicar decenas de sus libros luego de una extensa tertulia, y siempre se esforzaba por escribir algo singular para cada persona. También aparecen entre los textos diseccionados: poemas (10), artículos (7) y cuentos (7). En el caso de los poemas, nos referimos a cuando se publican íntegramente; porque los versos sueltos son presencia constante en la mayoría de las ediciones.

En cada una de las vasijas donde el autor vertía las ocurrencias, dejaba trazos coherentes de su biografía y su personalísima manera de ver el mundo. No solo por aquello -tan de moda- de que toda escritura es de cierta manera autobiográfica, sino porque la hechura de los materiales tendía notablemente a esa confesionalidad. Así, la persona gramatical predominante es la primera del singular, aunque el periodista transita hábilmente a la tercera -ojo "impersonal" de la prensa- cuando el contenido y la armazón del escrito lo necesitan.

El tono de las columnas, para envolver semejante cercanía, no podía ser otro que el coloquial o conversacional , matizado, en muchas ocasiones, por lo reflexivo; que no catedrático ni tribunicio. Coinciden casi todos los entrevistados en que más que escribir, Guillermo conversaba con sus lectores y esto, obviamente, los desinhibía a ellos para charlar con él. "Era un espacio muy coloquial, muy cercano, que le permitía a la gente leer y sentirse parte. Esto que está escrito ahí me funciona a mí o al otro, sin distinciones de edad o de género", opina la periodista Nyliam Vázquez (CP, 27/10/2011). Enfoque similar mantiene Oscar Padilla, fundador de la tertulia de “La Tecla” en Sancti Spiritus: "No había nada que pusiera Guillermo que no le llegara a alguien. Siempre, aunque fuera un pedacito de párrafo te llegaba a ti que lo estabas leyendo" (CP, 27/10/2011).

Un abrazo a Pepe y María (personalización de los vínculos)

Aparte de lo expuesto, ¿qué otras claves desarrolló el espacio para un nexo tan sistemático y creciente con sus lectores? La primera fórmula, tal vez la más infalible que empleó, fue precisamente no sentirlos como "lectores", "público", "audiencia" o comoquiera que pueda denominarse de forma impersonal, amorfa, a quienes reciben el mensaje. Logra el redactor/editor, y así se corroboran en las secciones, personalizar el vínculo con sus interlocutores. Los llama por sus nombres y juega con ellos en franco espíritu camaraderil, sin que esto implique irrespeto o burla. Desde quien le envía alguno de los textos que comparte en el espacio -al que rigurosamente asigna el crédito-, hasta quien lo interpela en una tertulia o se cruza con él en una calle, menciona a cada uno y hace alusión afectuosa de sus cualidades, de sus motivaciones, es un "presentador de amigos", como lo definió la periodista Mileyda Menéndez (CP, 27/10/2011).

En la sección que titula "Caricias" (26/10/2006), se refiere el columnista a los hipocorísticos y apodos. Los primeros, apunta, achican cariñosamente el nombre; los otros lo sustituyen teniendo en cuenta características físicas o espirituales de las personas. En esa entrega, el autor mezcla, ocurrentemente, apodos ilustres de la historia y la literatura con algunos de los que llevaban quienes le escribían habitualmente a la sección. "Escribo algunos [apodos] famosos o que lo serán en un futuro: Isabel la Católica, Lluviecita, el Manco de Lepanto, D de B, El Greco, Gota de Rocío, y tantos más"… Así, no solo "eleva" a sus receptores a las cumbres de los insignes, sino que entreteje referencias culturales de varios estratos, con la naturalidad de una simple charla. Y esto nos remite a un acertado criterio de Rosa Miriam Elizalde, en cuya opinión, la columna despliega "varias capas de lectura, para esa persona que no tiene una gran cultura [letrada], que a lo mejor se acerca por primera vez, y para los que buscan más allá otros referentes culturales" (CP, 8/10/2011). Entre estas capas cabían muchos estilos y sentires que el periodista iba moldeando sin imposiciones drásticas.

A veces las colaboraciones no tenían toda la calidad literaria que uno hubiese deseado, pero la grandeza de Guillermo es que sabía colocar esos textos e ir compensándolos con otros de más alcance poético y así llegaba a los más y a los menos preparados. Y les proporcionaba alegrías a las personas, algo tan necesario en este mundo gris (Sonia Navarro, CP, 20/11/2011).

También en su afán por "desacralizar" pasajes de cultura artístico-literaria y conocimientos históricos, y ponerlos a vibrar junto a las relaciones personales; el cronista aprovecha cada oportunidad, sobre todo las efemérides, para potenciar el espíritu lúdico-festivo. Aniversarios de Alejo Carpentier, Pablo Neruda, o de hechos vinculados con héroes populares como Camilo Cienfuegos o Ernesto (Che) Guevara son momentos que convierte en auténticos motivos de fiesta. Las frecuentes alusiones al "cake", centro tradicional de los cumpleaños; la idea de regalar bombones como premios; la sorpresa como envoltura de lo más alegre… no son elementos lanzados al azar en el espacio. Cada uno aporta a la visión mayor de hermanar, que sostenía el creador. Destaca el catedrático García Luis:

La relación con los lectores estaba basada en una especie de asociación de seguidores, o tribu, que estableciera una relación continuada con la sección y no un contacto ocasional; en este sentido, a mi juicio, Guillermo se propuso captar a personas para un proyecto de rescate de la sensibilidad humana y mantener con ellas un vínculo de influencia continuado. Fue algo inédito no sólo para la época, sino yo diría que para toda la historia de la prensa cubana (CP, 24/11/2011).

El periodista alimentó la traviesa complicidad con el espacio. Lo mismo dedicaba la sección a alguien en particular, que colocaba mensajes "cifrados" para que solo algunos de los muchos que escribían o llamaban, se vieran reflejados. Puede decirse, asimismo, que el autor, con tacto casi "médico", "tocaba", uno a uno a sus interlocutores. Rememoran varios entrevistados, entre ellos el profesor Ricardo Luis, por entonces subdirector docente del Instituto Internacional de Periodismo José Martí (IIPJM), que "le dedicaba mucho tiempo a leer los mensajes y a recibir personas. Clasificaba esos mensajes y les daba una prioridad. Sabía combinar el sentido profesional y político con el factor oportunidad como su brújula" (CP, 22/09/2011). Cuenta Flor Aida Sánchez, especialista del equipo de Atención a Lectores de JR, que los lectores hacían llegar un verdadero aluvión de consultas personales a "su" periodista:

Muchas personas sin haberlo visto nunca le confiaban sus tristezas, sus alegrías, le pedían consejos como al más sabihondo de los hombres, le contaban cómo leyendo su página habían cambiado para bien. Muchas personas no recibían el periódico y lo pedían prestado. Yo lloré muchas veces conmovida por cartas hermosísimas (CP, 12/09/2011).

Amistad , esta es a juicio de Carlos Alejandro Rodríguez, el joven fundador de una tertulia de seguidores en Guaracabulla (Placetas, Villa Clara), la llave maestra del lazo del escritor con quienes lo leían (CP, 10/07/2011). El periodista José Aurelio Paz, añade otra, no menos relevante: la fantasía . "Pienso que vino a llenar un espacio imprescindible, pues el cubano de estas últimas generaciones creció sin fantasía. Acuérdense que las brujas, los duendes y las hadas fueron quemados en una hoguera, y todos los pioneritos con la pañoleta marcial", opina. Y añade: "Motivó a la gente a buscar en los baúles: […] logró rescatar historias, poemas, frases […] Creo que era más que una sección, un acto de generosidad" (CP, 16/07/2011).

Llegó el periodista hasta usar su espacio cual plaza pública para tomar decisiones, al estilo de un ágora democrática. Resulta que varios estudiantes de Periodismo, para poder realizar una actividad cultural durante una jornada lluviosa, pidieron a Cabrera Álvarez un aula del Instituto que él dirigía. Él accedió, pero decidió de todas maneras pasar por el aula para verificar cómo iba todo. Había tres muchachas sentadas en las paletas de los pupitres. Muy disgustado les llamó la atención y…

Una de ellas le responde: "Es que estaba emocionada", y usted no sabe qué relación tiene la emoción con el maltrato de la propiedad social. Imagine que su disgusto crece con la respuesta y decide: Esa peña no ocupa un aula aunque llueva. Imagine que días después -y por otro motivo-, tres muchachas solicitan verlo y una de ellas resulta ser -tal como confiesa-, la misma persona a la cual usted llamó la atención, y le pide que no castigue a los demás por su culpa. Tiene usted que tomar dos decisiones: a) corre el riesgo de que le rompan un pupitre y luego le digan: "Perdón, fue sin querer" o, b) les da otra oportunidad a estas personas. Necesito que al menos diez lectores me den su opinión, pues en mi caso no tuve que imaginarlo y no quiero ser injusto (Apuntes, 29/01/2004).

En la sección de la semana siguiente, se dilucidó el asunto: "A la consulta respondieron 74 lectores. La Peña continúa. El experimento de pedir opinión fue maravilloso. La profesora Magalys González, recordó al Maestro: 'Un error no borra de mis ojos la virtud'. José Martí" (Caramelo, 05/02/2004). De acuerdo con los niveles de participación social propuestos por los investigadores Linares, Mora y Correa (2006), esta acción se inscribiría en el apartado de "Consulta, discusión y/o conciliación". Sin embargo, de acuerdo con lo narrado en textos por el cronista y a los testimonios y valoraciones de los entrevistados, podría decirse que el espacio transitó con sus interlocutores, progresivamente, por las cuatro tipologías posibles de participación. A saber, aparte de la mencionada: "Movilizativo y de consumo", "Delegación y control" y "Responsabilidad compartida y co-determinación". Hubo subespacios y propuestas en torno a la columna que jalonaron particularmente esta interconexión periodista-medio-públicos. El "Regalo de jueves", los "Graffitis" (sic), los concursos y tertulias y el libro9 que compiló una parte de los textos publicados en la sección, fueron hitos de relevancia comunicativa.

Cápsulas de sabiduría (subsección Regalo de Jueves)

Desde que dirigía la revista Somos Jóvenes (1977-1987), pasando por la minisección que tuvo al regresar como diario el JR --"20 líneas y…", que apenas duró unos meses durante 1999- a Guillermo Cabrera Álvarez le interesaba particularmente obsequiar a sus lectores frases, pequeñas cápsulas de sabiduría para que la gente guardara en "el bolsillo de la memoria", como solía repetir. “La Tecla”, hechura semanal a la que dedicó los últimos siete años de su vida, fue también un espacio en el que este afán por compartir enseñanzas breves, tuvo un empleo eficaz. "Cuida tus palabras no sea que malogren tus actos", con esta máxima de William Shakespeare aparece, desde la primera entrega (El Nombre, 15/02/2001) la subsección "Regalo de Jueves". En la estructura visual de la columna esta representaba la base, lo último que se leía, pero gráficamente lo que sostenía el conjunto. De las 328 teclas publicadas, aparecen en todas, excepto en cinco.

¿A qué voces recurría el columnista para compartir conocimientos? ¿Solamente a los grandes autores de la Literatura? Pues no. Fiel a la vocación genuinamente popular de su columna, el autor que más cita Guillermo en la subsección (47 ocasiones) es este señor "fuenteovejúnico" llamado Anónimo o, como equivalente, el espacio en blanco. La poesía y los saberes de los pueblos pasan de boca en boca a través de los siglos; por el camino, de tanto transmigrar de oídos, los autores se pierden, se transforman en nada o, mejor dicho, en todos. Al parecer, el escritor sabía esto, y entregó a sus lectores, en primer lugar, el saber del cual ellos mismos podrían ser autores.

Todo lo que sobrevive en literatura ha sido escrito desde el habla, tal y como hizo Dante, que empezó escribiendo La Divina Comedia en el áureo latín y terminó redactándola en el vulgar toscano, decisión tan reflexiva de su parte que sus compatriotas lo consideraron y consideran el poeta nacional de Italia (Lindísimo, 26/04/2001).

La otra fuente que contó con más apariciones en el Regalo… fue Miguel de Cervantes, de quien el columnista seleccionó 8 pensamientos. Aquí también, adviértase, se apega el periodista a la veta del juicio autóctono de las muchedumbres: ¿qué son, si no eso, los dichos que El Quijote y Sancho despliegan por los andurriales? Completan el conjunto de autores más citados en la pequeña ventana ocurrente el francés Víctor Hugo y el indio Rabindranath Tagore, con 7 frases seleccionadas de cada uno de ellos. A esta pareja de clásicos puede encontrárseles igualmente la ligadura sencilla e imperecedera con los sentimientos de muchos: de ahí su trascendencia. En el caso de Tagore, es una cátedra en la parábola, en las historias que encierran enseñanzas. Con 5 frases de cada uno le siguen Marco Tulio Cicerón, Concepción Arenal y Johann Wolfgang von Goethe10.

La frase regalada a veces funcionaba como condensación o resumen del tema de la columna. En otras, la crónica quedaba encima con un semicierre y el verdadero colofón estaba en la "píldora" añadida. También se daba el caso en que, cuando el columnista incluía textos que pudieran "bajar" el nivel expositivo hasta la casualidad forzada o la especulación, con este toque final ponía en solfa lo dicho anteriormente, lanzaba una alerta en forma de guiño para que los lectores miraran otro ángulo del mismo asunto.

Así, por ejemplo, en la columna titulada Once (11/09/2003), con motivo del segundo aniversario del derrumbe de las Torres Gemelas estadounidenses, Cabrera Álvarez publica un material tomado de internet que reparaba en las casualidades numéricas de tan fatídico suceso, entre ellas, el hecho de que New York City y Afghanistan tenían once letras, al igual que la suma de los dígitos de la fecha (9 + 1 + 1), o los nombres del presidente norteamericano y del terrorista que ejecutó la masacre. Ese día, la frase final fue esta: "Uno es escribir como poeta, y otro como historiador: el poeta puede contar o cantar las cosas no como fueron, sino como debían ser, y el historiador las ha de escribir no como debían ser, sino como fueron, sin añadir ni quitar a la verdad cosa alguna (Miguel de Cervantes, El Quijote)".

Asimismo, debe señalarse que muchos de los obsequios concluyentes de la sección eran versos, con lo cual ratifica el autor su predilección por la poesía y la utilidad de esta para condensar la propuesta de fraternidad del espacio. Recordemos que, como apunta Dalmaroni (2009, p. 67) : "La poesía, pero en última instancia la misma poeticidad (o lo poético) es uno de los principales territorios culturales con registro transmisible donde se producen las perturbaciones y fugas más severas de la condición histórica moderna, es decir de la subjetividad o del 'sujeto'”.

El muro de las declaraciones (subsección Graffiti)

Si arraigó entre lectores la dádiva final de la columna, no menos atrayente, tal vez por osado, fue el sitio que el periodista dedicó a los grafitis, con lo cual convirtió parte de su sección en una verdadera "pared de papel" para que declarasen sus sentimientos quienes disfrutaban el espacio. El 11 de diciembre de 2003, la columna adoptó el título: "S.O.S.", código internacionalmente reconocido para pedir ayuda. Guillermo accede ese día a publicar la siguiente solicitud del lector Alejandro Hernández Cepero:

Hace hoy diez meses que conozco su columna porque me la enseñó la mujer que cambió mi vida, y ahora la he perdido. ¡Cómo me arrepiento! Como sé que ella lo lee, le digo ante todos: "No me avergüenza pedirte perdón ante miles de lectores, por lo estúpido que he sido. Necesito tu perdón porque no vivo desde que nos peleamos hace 17 días. Te amo hasta el tuétano. Dame una oportunidad, te necesito para seguir viviendo.

Al parecer, la carta de petición de auxilio repercutió entre los lectores, porque el próximo jueves tuvo continuidad. "Si siguen los llamados de amor, tendré que abrir una sección de graffiti. Una reconciliación vale la pena, y si ayudamos con una piedrecita, nos enriquecemos como humanos" (Aeropuerto, 18/12/03). Y a partir del 25 de diciembre de ese año, quedó bautizado el "Graffiti" (sic) como una subsección dentro de la columna. Desde entonces hasta el 28 de junio de 2007, última salida de “Tecla Ocurrente”, vieron la luz en el espacio 725 de estos peculiares mensajes.

Si consideramos que cada uno de ellos al menos implicaba a dos personas: quien lo remitía y el destinatario; 1450 lectores tuvieron un motivo especial para recordar y guardar la sección al menos una vez. Pero a esto habría que sumarle que a veces los grafitis eran dedicados o remitidos por varias personas: un padre para varios hijos; una estudiante para su brigada; un grupo de amigos para otro que estuviese atravesando un mal momento. Igualmente, el verse reflejados en un espacio público constituía motivo para que el fragmento de periódico fuese mostrado a familiares y compañeros… Por este camino reflexivo podemos llegar a suponer que fueron muchos más: tal vez decenas de miles, quienes se sintieron atados sentimentalmente al espacio tan solo por esta "microscópica" ventana.

"Creo que los graffiti eran un vínculo fundamental con los lectores. Cuando yo llegaba a su oficina, me enseñaba páginas y páginas de grafittis, y yo le preguntaba cómo era posible que tanta gente le escribiera. Y él me decía que le mandaban decenas de esos cada día, y que los iba poniendo en cola", refiere el comunicador social Oscar Padilla (CP, 27/10/2011). Pero la cola crecía, crecía, y el periodista, obligado también a filtrar las declaraciones amorosas y "subir el listón", para que entre la savia popular no se colara lo pedestre o vulgar, no hallaba respuesta justa a la demanda. Solía repetir entonces, apelando al santo y seña de la columna, que debían portar "ocurrencia", y ni aún así se resolvía el dilema…

La solución pareció llegar a través de un jurado permanente que convocó el columnista para que los grafitis estuvieran a partir de entonces sometidos a concurso. Lo integrarían dos amigos poetas, periodistas y narradores -cubana y colombiano- de meritoria obra. "Celima Bernal y José Luis Díaz Granados analizaron 420 textos. Buscaron originalidad, imaginación, chispa, síntesis, ingeniosidad. Los lectores sigan enviando sus graffitis que el jurado permanece", informó el columnista (Gracias, 05/05/2005). A partir del 5 de mayo de 2005 comenzaron a publicarse en la columna bajo el rótulo de "Graffitis premiados"; pero después la salida con esta indicación se tornó irregular hasta desaparecer, lo cual indica que la rutina de recibir, clasificar y enviar al jurado, más el trabajo de este de seleccionar constantemente entre tantos mensajes, desbordó las posibilidades del columnista y sus colaboradores. No obstante, con el apelativo de "premiados" o sin él, los mensajes personalizados continuaron saliendo cada jueves.

Recordemos que este tipo de inscripción, que habitualmente se establece de forma anónima o clandestina en los muros de las ciudades, representa una subcultura callejera, espontánea, conectada con la irreverencia de la música rap, el break dance y el hip-hop. Nace como lucha contra el status quo, guerrilla, combate por la libertad plena. No son pocos los detractores que tiene esta manifestación, mirada por muchos solamente como algo marginal, violento, irrespetuoso. Sin embargo, el columnista rescata de la tradición un costado que, si bien mantenía la frescura e irreverencia, no se anclaba en la denuncia política o social, sino en los nexos amorosos. Mientras algunos comentaristas de medios nacionales solo atinaban a regañar a quienes dejaban sus declaraciones pasionales en baños, puertas, asientos de las ciudades cubanas, Guillermo buscó captarlos para un empeño de ternura, les brindó un pedazo de su columna. E invitó, eso sí, a ser elegantes, insólitos, amables. a) Yenny: Con tu sonrisa basta para quererte, dámela todos los días. Pablito (Pagos, 29/07/2004). b) Ángel: ¿Sabes cuántos besos se pueden perder por no saber decir "te necesito"? Adel (El 14, 12/05/2005). c) Gatica: Aunque ronronees en otras azoteas siempre serás mi preferida. Ariel (Vacíos y llenos, 19/01/2006) d) Pupi: El hombre es como el vino, mientras más viejo más divino. Tú sabes (Tuyísima, 17/05/2007).

A juicio del cronista José Aurelio Paz, este pequeño sitio dentro de la sección "te demostraba la originalidad de la gente. Es decir, en breves palabras ser tan sugerentes, con una pizca de humor, ser romántico" (CP, 16/07/2011). Otro elemento que no descuidó el periodista fue la dosis de "conspiración" y "misterio" que esto añadía al ajiaco de la columna: ¿cuántos lectores no intentarían descifrar el código de solo dos y saber quiénes eran los que confesaban públicamente sus sentimientos? Pero podemos ir más allá incluso: ¿Acaso destinar un espacio periodístico a esta expresión no fue en cierto modo adelantarse a lo que sería la explosión digital de las redes sociales, cuando ni se soñaba con ello en Cuba?

Fábrica de inolvidables (iniciativas/performances)

De la letra a la acción, del ingenio o la curiosidad individual al performance colectivo, y al corrrespondiente aprendizaje grupal, el cronista fue un constante generador de iniciativas-invitaciones. Muchas de ellas, como se ha mencionado, asociadas a detalles/coincidencias numéricas.

Dos mil dos es capicúa. Ivette dice: un patico adelante, otro detrás. El último año capicúa del siglo XX fue 1991. Este el primero del XXI, y no se repetirá hasta el 2112, ¡110 años! […] Este año irrepetiblemente hermoso, imborrable, debe ser disfrutado con total intensidad. Los invito a vivirlo minuto a minuto, de una manera intensa, productiva, apasionada (Dos mil dos, 10/01/2002).

En otras dos ocasiones invitaría a sus lectores a latir con ímpetu en momentos que, en los cronómetros y el calendario, resultaban singulares. El primero fue el jueves 4 de mayo de 2006, a los dos minutos y tres segundos de la una de la madrugada. En ese instante la hora y la fecha formarían la irrepetible secuencia: 01:02:03-04/05/06.

Estemos en compañía de la novia, la esposa, la amante, la amiga (las mujeres pongan las o donde yo las a), y quienes tengan su pareja ausente, ajusten el huso horario y piensen uno en el otro intensamente. […] La vida son momentos. Haga una amistad nueva. ¡Dónese! Otra propuesta: bésense en ese minuto, pero un beso en la mirada. Si besas las pupilas de una persona, te pensará mientras dure la sensación del beso en sus ojos. Luego me cuentan… (¡1, 2, 3, 4, 5, 6!, 27/04/06).

El tercer hito temporal que invita a marcar con el hierro de la imaginación es el 20 de junio de 2006, a las 20 horas con 06 minutos. Se repetirían entonces, tres veces, las cifras "2006". "¿No les parece formidable para prepararnos a nosotros mismos una sorpresa? Y también al "parejo" y a la pareja" (2006-2006-2006 Tertulia: Sábado 17, 15/06/2006). Nótese que en las tres ocasiones el periodista titula la sección con la coincidencia numérica, o sea, que desde el propio título realza la intención de juego colectivo a la que daría rienda. Al ser preguntada sobre las columnas que recordaba de manera singular, la profesora Tania Pérez Valladares, quien llegaría a conducir la tertulia de “La Tecla” en La Habana, evocó, entre otras, estas dos: "¡1, 2, 3, 4, 5, 6!" y "2006-2006-2006"… pues ambas convertían en "mágico" un instante común. "Yo besé a mi esposo, jamás olvidaré la ternura de ese beso", rememora Tania (CP, 24/12/2011).

Otra de las ocurrencias participativas que se promovió desde la columna fue la de compilar declaraciones de amor de los cubanos. El escritor pretendía unirlas a una antología que tenía preparada con las de clásicos de la literatura. Nuevamente los referentes más cotidianos de las relaciones humanas entreverados con la cultura artístico literaria canónica…

¿Cómo amamos los cubanos?, me pregunto. Hace unos años armé una antología sobre la declaración de amor en la literatura universal -todavía inédita11-, y coleccioné con mucho cariño el momento en que Romeo confesaba a Julieta sus tiernos deseos. Los grandes desfilaron: Isolda y Tristán, Claudia Chawchaw y Hans Castorp, Dulcinea y Don Quijote, Aglaia Epanchina y el Príncipe Misckin. Y tantos más. Y ahora me pregunto: ¿cómo amamos nosotros, […]? Les propongo me ayuden a saberlo. ¿Cómo? Pues mándenme sus reales declaraciones de amor. […] Del mismo modo pueden enviar sus recuerdos aquellas parejas que acumulen 50 años de casados. ¡Un siglo entre dos!... (Cómo, 02/06/2005).

Todo parece indicar que las narraciones que arribaron no fueron suficientes o que el periodista postergó este empeño para otro momento, porque la única referencia al tema que se hace posteriormente en la columna fue el 23 de junio del propio 2005: "Llegan también las declaraciones de amor para conocer cómo aman los cubanos. He leído textos magníficos. Espero más" (Tolteca). En cualquier caso, ya para ese momento se habían desatado desde la columna otras acciones y espacios, como las tertulias, que absorbían igualmente la atención del escritor y su tribu.

Otra iniciativa que se impulsó fue la elección colectiva del final para un cuento. Una vez más exploraba el periodista los vericuetos sentimentales en los que día a día pueden verse las personas y los unía a la creación literaria.

Mi amiga Gretell envía un cuento con dos finales. Tal vez exista un tercero, en el que estoy pensando. En la vida, a cada instante se toman decisiones difíciles, muchas veces, dañan a quienes menos deseamos. Lo peor es que nunca llegarás a saber ¿qué hubiera pasado si?… De eso se trata. Toma una alternativa y el próximo jueves sabrás cómo concluye… (Latas, 14/09/2006).

A continuación, se publicaba el cuento, una historia sencilla, con solo dos personajes, titulada "Refugio". Al cierre de esta, un joven debía: "1) Seguir su camino; 2) Volver y luchar por ella"… En la tecla siguiente, Cabrera Álvarez desplegó los dos finales posibles, primero el que menos partidarios tuvo y después el que fue más apoyado por los lectores, el número dos. De todas formas, para el periodista era imperativo constante retar a la imaginación, así que también propuso: "¿Alguien se embulla para escribir un tercer final? ¿Creen que si nos ponemos a escuchar al corazón, nos dé otra solución? Piensen y escriban" (GreteTell, 21/09/2006). Precisamente "Tercer final" (28/09/2006) se tituló la columna el jueves siguiente. El columnista, luego de confesar que había leído excelentes finales, decidió por el de Dawuyessi Sánchez Cala, de Morón, Ciego de Ávila.

Pero sin duda las ingeniosidades que más eco tuvieron dentro del espacio fueron las propuestas de romper el récord guinness de beso simultáneo y la de instaurar un día dedicado especialmente a los abuelos. "Guinness", así se titulaba la sección del jueves 27 de noviembre de 2003. En ella, el redactor hacía un breve recorrido noticioso por las marcas que se habían implantado en el famoso libro en tono a besos simultáneos. Finalmente invitaba…

¿Seríamos los cubanos capaces de batir ese récord y establecer uno que no sea posible alcanzar en lo que resta del siglo XXI? […] Sería un homenaje al amor, a la paz, a la solidaridad entre los humanos y podríamos vernos a una hora exacta -¿a las 20 horas les parece bien?-, un día preciso -¿el próximo 14 de febrero de 2004 será apropiado? […] Por ahora es solo una ocurrencia de este tecleador. Los colectivos que se sumen a esta idea pues se dirigen a la sección y si aprecio que tiene acogida y podemos batir el récord, le pedimos a Juventud Rebelde que nos apadrine. ¿Qué les parece?

El alud de llamadas, cartas postales, emails, recados que se desató al respecto fue impresionante -apuntan los entrevistados-, y el periodista, con sentido de la oportunidad, lo fue reseñando en la sección a medida que iba poco a poco añadiendo detalles organizativos a la iniciativa. Colectivos de empresas, fábricas, escuelas, barriadas, hacían saber al periódico que contaran con ellos para la insólita idea. Por primera vez la columna se tituló dos semanas seguidas con la misma palabra: "Guinness", en alusión directa al empeño propuesto.

Durante las 10 entregas que se extienden del 27 de noviembre de 2003 hasta el 5 de febrero de 2004, el cronista alienta, de maneras diversas y creativas, las conexiones y saberes en torno al récord "besucón". Comenta la historia de los célebres libros de marcas mundiales; da paso a mensajes de grupos o parejas independientes que se alistaban para el beso gigante; publica versos de poemas y canciones en torno a los besos; informa de sus contactos con los especialistas que autenticarían la hazaña; precisa que la hora sería 8 y 30 de la noche, para invitar a los periodistas de la televisión y que se darían cita solo los mayores de 16 años… El profesor Roger Ricardo Luis, rememora:

Fue una idea genial, muy hermosa, pionera, desacralizadora. Nos pasamos semanas trabajando en aquello, viendo sus pro y sus contras, rompiendo muros y prejuicios, ya estaba todo planeado, la cita del beso tendría entre miles de escenarios, la Plaza de la Revolución. Hasta Guille [Guillermo] se quitaba los espejuelos vislumbrando tan fabuloso espectáculo de amor (CP, 22/09/2011).

Pero en la columna del 12 de febrero de aquel 2004, justo dos días antes de la cita convocada, al movimiento inmenso armado con la idea del periodista y el padrinazgo del periódico se le lanzó "un cubo de agua fría". Se disculpaba entonces, sin hacerlo, el incitador a la "proeza":

Invité a los lectores a ser "un tilín mejores" y darnos un beso simultáneo el 14 de febrero a las ocho y treinta de la noche. Soy testigo del entusiasmo que despertó la ocurrencia. […] Este redactor solo quiso que un país entero se besara y seguro se besará de una punta a la otra, sin testigos, sin registros, sin Guinness y por tanto, sin grandes despliegues (Tilín, 12/02/2004).

El "Regalo de Jueves" de ese día, cerraba la columna al estilo del famoso "Y sin embargo, se mueve", atribuido a Galileo Galilei. Con la sabiduría de Tagore, advertía Guillermo:

Quien se aleja del rosal por temor a las espinas, jamás obsequiará una bella rosa. Quien se sienta sobre la grama, acobardado ante la montaña, no sabrá la plenitud que se goza en la cumbre. Quien no enciende el fuego por temor a quemarse, morirá temblando de frío (Tilín, 12/02/2004).

¿Qué pasó con el beso simultáneo? ¿Qué, quién o quiénes lo impidieron? ¿A quién o a qué podía afectar una ilusión performática12 tan noble e inofensiva? Ricardo Luis explica: "Cuando todo parecía que se produciría el acontecimiento, el proyecto fue a parar en manos de un alto decisor [del Gobierno] y gran burócrata que en su mente prejuiciada y retorcida solo adivinó a ver dos homosexuales besándose frente a la estatua de Martí [de la Plaza de la Revolución], y ahí murió tan bella idea" (CP, 22/09/2011). Dora Pérez Sáez, a la sazón periodista de Nacionales de JR , apostilla: "Yo pensé: pobre Guillermo, ni siquiera él, con sus buenas intenciones y su romanticismo, puede con la burocracia absurda y rígida de este país" (CP, 15/10/2011).

Otra "guillermada" de extensa acogida fue la convocatoria a conciliar y festejar un Día de los Abuelos en la nación:

En Cuba disponemos del segundo domingo de mayo para las madres y del tercero de junio para los padres, ¿por qué no dedicamos el primer domingo de abril a las abuelas y los abuelos? […] Un solo día para ellos dos, sin separarlos como han hecho con mamá y papá con fines comerciales. Si aceptan esta idea nacida de un cálido encuentro, la despojamos de regalos materiales. […] El primer domingo de abril de 2006 cae 2. ¡Ojalá podamos hacerlo un día nacional! […] Opinen sobre esta propuesta (Día del Abuelo, 22/09/2005).

En las columnas posteriores, se refirió varias veces a la idea y publicó criterios de lectores y amigos que la apoyaban. Casi cerrando diciembre aseguró a sus interlocutores que estaba acopiando información al respecto, que "volvería a la carga" en el año nuevo. En efecto, volvió, añadiéndole un plus a la invitación. Ya no solo sería una propuesta, sino también el proyecto de un libro a muchas manos. ¿Cómo se haría? Mediante otro de los canales comunicativos que enlazó afectivamente a la columna y al periódico con su público: el concurso.

Volquemos sobre el papel recuerdos y emociones para evocar a la abuela y el abuelo. Concurso Abuelos míos: no más de dos páginas a máquina, donde se narre de manera libre lo que nos han enseñado, las razones para quererlos y se nos suelte el cariño del pecho. Los resultados del concurso los daremos a conocer el primer domingo de abril, Día de los Abuelos (Aniversarios, 09/02/2006).

El impacto que tuvo esta competencia entre los públicos se hizo sentir de múltiples maneras. Personalidades como la publicista y académica cubana Mirta Muñiz Egea o el médico Eugenio Selman Hussein, presidente del Club cubano de los 120 años, enviaron mensajes al respecto que el escritor glosó en su espacio. También se refirió en varios momentos a cómo iba creciendo el libro que encontraría, afirmaba, alguna editorial que lo acogiese. Pero otra vez una propuesta de tanto arraigo popular, a la que enviaron sus letras más de un centenar de lectores, encontró dificultades demasiado recias para materializarse. El 6 de abril de 2006, jornadas después del domingo señalado, tuvo el creador que volver a dar explicaciones públicas de una frustración, sin explicitar demasiado la censura:

Nadie decreta emociones. Y mucho menos este periodista. Las ideas inesperadas que nacen y seguirán naciendo bajo este logotipo, son solo válidas para los lectores de la Tecla de Juventud Rebelde, y para aquellos que la sientan suya, para nadie más. La Tertulia dedicada a los abuelos de los tecleros estuvo cargada de escenas inolvidables. Volveremos a traer a los padres de nuestros padres el primer domingo de abril de 2007. Para entonces, tal vez esté el libro de los nietos Abuelos míos que tiene sus páginas abiertas hasta el 30 de abril (Compartir, 06/04/2006).

La opinión del escritor e investigador Luis Sexto, Premio Nacional de Periodismo en Cuba, puede dar luces sobre lo sucedido con esta otra prohibición al popular cronista:

Los decisores políticos sí se dieron cuenta de que Guillermo Cabrera era un periodista que arrastraba quizás más personas detrás de él que cualquier Secretario del Partido de cualquier provincia. De eso estoy convencido, con toda honradez. […] Porque era un hombre con una capacidad de convocatoria y de aglutinación que lamentablemente muchos de nuestros políticos, o los que nosotros llamamos nuestros políticos, no tienen (CP, 25/10/2011).

Todos somos escritores (concursos)

Fueron 10 los concursos convocados durante los años de la Tecla Ocurrente; de los cuales, en aras del espacio de este artículo, no nos referiremos a todos. Dichas lides, donde prevaleció -como en la columna en general- el culto a lo singular, a lo ingenioso, movilizaron a cientos de lectores a escribir y competir por premios cuyo valor se alejaba del simple objeto material para anclarse en lo espiritual, en lo afectivo. ¿Qué resortes movió el periodista para activar las competencias? ¿Con qué ánimos lo siguieron? ¿De qué manera referentes de la literatura y la cultura universales se entrelazaron a las sencillas historias de la gente de pueblo?

El 11 de marzo de 2004 convocó a la primera lid. Jugando con el rótulo de la sección, de forma autorreferencial, la tituló: LA MEJOR OCURRENCIA OCURRIDA EN SU OCURRENTE VIDA, así, con destaque gráfico de mayúsculas y una mezcla de pleonasmo y aliteración. Afirmaba Guillermo que muchos lectores llamaban o escribían para solicitar el libro Regalo de Jueves , compilación de columnas que JR había preparado con la Editora Abril. Por tanto, él pediría al director destinar unos diez ejemplares para premiar a los lectores más ocurrentes. El galardón sería doble: publicar el texto (no mayor de 30 líneas) y obtener el libro. Otros columnistas del diario constituirían el jurado. "Quién sabe si estaríamos cosechando otro libro escrito por los lectores. Para dar igualdad de oportunidades a quienes usan el correo ordinario o el electrónico, tendríamos unas semanas de plazo, digamos hasta el jueves 16 de abril" (Encuentro, 11/03/2004).

Jueves tras jueves, el autor reseña la marcha del concurso, la constitución del jurado, aclara que las historias debían partir de vivencias personales y, finalmente, informa que pasaron de 80 los participantes. El 20 de mayo de 2004, la sección incluye la mejor ocurrencia seleccionada por el trío de escritores/periodistas. Las otras 19 -pues fueron 20 los premiados- verían la luz en una doble página de la próxima edición dominical del diario, es decir el día 23. Cabrera Álvarez utiliza palabras de Rosa Miriam Elizalde, miembro del jurado, para resumir la opinión en torno a los textos en competencia: "He disfrutado mucho este concurso. La bondad y la humildad de nuestra gente me han conmovido. Algunas historias, a veces sin cuidado ortográfico, pero con pasión y naturalidad, están escritas como quisiéramos hacerlo quienes sabemos poner la “c” y el acento donde van" (La mejor, 20/05/2004). María Elena Martínez Rodríguez, de Fomento, Sancti Spíritus fue la ganadora principal en esta primera competencia. Su historia evocaba, sin grandes artificios literarios, los delirios de su padre, convaleciente, sobre la Campaña de Alfabetización en la que participó, mientras en el mismo hospital, en la cama de enfrente, un ex guardia rural del régimen de Fulgencio Batista alucinaba con agarrar una pistola para matar a alguien. La gran Historia, de una nación, a través de la historia y vivencia íntima de dos familias.

Singulares entre los concursos fueron los que honraron los centenarios de Pablo Neruda y Alejo Carpentier: "Veinte Ocurrencias de Amor y una Declaración Desesperada" se tituló el primero, parafraseando el célebre libro nerudiano y otra vez en alusión autorreferencial al nombre y la política editorial de la sección. "Habrá dos modalidades; una: escribir una situación amorosa ya vivida; dos: redactar una declaración de amor o contar la que le hicieron. Habrá 20 premios y uno para la declaración de amor… desesperada. Quisiera premiar con bombones o flores" (Neruda, 03/06/2004). Además de la competencia, se invitaba a los lectores a leerse el lunes 12 de julio, a cualquier hora, versos del Premio Nobel chileno, para lo cual el periódico publicaría una selección de sus poemas. En la entrega de la semana siguiente, quedó convocada la cita para el Salón de los Espejos del Museo de la Revolución. Guillermo mixtura con habilidad casi de prestidigitador el homenaje literario, las historias personales y la épica política.

Cualquier rincón del museo es magnífico. Imagino leer poemas a la sombra del tanque que tronó en Girón o que los versos tengan como fondo la silueta del Granma. Hasta ahora he leído declaraciones de amor que dan ganas de decir que sí sin pensarlo dos veces. Prepárense a disfrutar de un buen rato de lectura cuando publiquemos los resultados (Nerudianos, 10/06/2004).

Los participantes en la justa amorosa llegaron a 206. El poeta y novelista colombiano José Luis Díaz Granados, junto al propio periodista integraron el tribunal que seleccionó los 21 galardonados. La premiación constituyó la primera tertulia con los lectores, el propio día 12, a las cinco de la tarde, en El Hueco (especie de anfiteatro natural) del IIPJM. "La Fiesta Sorprendente del Amor", así tituló el autor la selección de trabajos ganadores que vio la luz en el diario, el viernes 16 de julio. La "declaración desesperada" fue incluida en la columna del jueves siguiente. Otra vez se conectaba un suceso del entramado sentimental más íntimo con una causa política. "Cinco hombres me amaron", tituló su trabajo Mailyn Vázquez García. Ni la concursante mencionaba -ni el columnista aclaraba- directamente los nombres de los cinco cubanos presos en Estados Unidos -espías según los tribunales norteamericanos, héroes de acuerdo con la narrativa oficial cubana-. La armazón del texto, con términos y frases alusivas, lo sugería. Así se daba otro enfoque a un tema que llenaba entonces los medios de prensa de la Isla en aires de campaña propagandística.

Con el aniversario cien de Alejo Carpentier, Guillermo procede de igual forma, invitando a conectar la gran figura, el ícono literario cubano y universal con las historias del día a día, el sentir de la gente común.

¿QUÉ ES LO MÁS REAL-MARAVILLOSO QUE TE HA SUCEDIDO? Traten de apretar las palabras. No escriban mucho. No voy a decir premios pero acaricio una idea… Si logramos reunir un buen número de recuerdos y anécdotas reales y maravillosas, puede que algún editor se embulle a publicarlas (Alejo, 23/09/2004).

Nótese la recurrencia en armar un libro con las historias de los lectores. En un contexto donde las posibilidades editoriales han sido realmente escasas en las últimas décadas, el periodista sueña con poder regalarles a sus lectores un volumen redactado por ellos mismos: convertirlos en la privilegiada figura de "autores".

112 concursantes enviaron sus textos. La ensayista y profesora Nuria Nuiry, junto a Roger Ricardo y el propio Cabrera Álvarez seleccionaron 15 ganadores, tantos como las letras contenidas en el nombre y primer apellido del Premio Cervantes (una vez más el juego con los números). El nacimiento de unos jimaguas; un sobrino salvado por la ciencia; las vivencias de tres años en un instituto preuniversitario; la amistad con el escritor Herminio Almendros y el orgullo de vivir en Cuba fueron algunos de los temas que conquistaron lauros, contados como historias "maravillosas" en la vida de sus protagonistas. La premiación también devino tertulia y paseo junto a los ganadores por sitios de La Habana Vieja relacionados con la vida del autor de El reino de este mundo.

De cada peripecia personal o de sus lecturas y preocupaciones intelectuales, el columnista inventaba un motivo de unión con su público y posibles narraciones para la sección. Así sucedió cuando asistió a la III Cumbre de los Pueblos (paralela a la IV Cumbre de las Américas) de Mar de Plata, Argentina, en noviembre de 2005; escenario de lucha política donde se defendió la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), en contraposición con el ALCA (Área de Libre Comercio para las Américas), representada en la nación suramericana por la presencia del presidente estadounidense George. W. Bush. Además de cronicar las resonancias políticas del encuentro, Cabrera Álvarez aprovechó para irse hasta la playa La Perla, donde abandonó la vida la insigne poetisa Alfonsina Storni, y se las ingenió para implicar a sus colegas…

Recluté a la sensible Rosa Miriam, al cabal José Pertierra y a la admirada Nancy Morejón… (y a todos ustedes), y escapamos por un ratito de la vorágine de los debates. Fue un homenaje de la delegación cubana a una mujer cumbre. Recogí caracoles de la arena, porque los imagino testigos de aquella noche en que ella entró a la mar vestida de espuma y con bolsas de arena como sobrepeso para no arrepentirse. Traje tres conchas para premiar a los lectores que mejor escriban veinte líneas sobre esta mujer que estuvo por encima de su época y de las convenciones. Pediré a Nancy, Rosa y Herminia, que sean el jurado (La Playa, 10/11/2005).

No es un dato irrelevante el hecho de que la Premio Nacional de Literatura de Cuba Nancy Morejón, quien encabezaba esta "aventura" de la sección, fungía simultáneamente como miembro del jurado del concurso literario internacional Casa de las Américas. El columnista colocaba a sus lectores -desde jóvenes estudiantes hasta amas de casa, obreros o doctores en ciencias- a ser leídos por quien también evaluaba a grandes escritores del continente. Dignificaba a quienes lo seguían y borraba las tradicionales delimitaciones entre las llamadas "alta" y "baja" cultura, o entre lo "culto" y lo "popular". Las tres conchas fueron montadas en un estuche artesanal en el que se leía:

PREMIO Lugar donde Alfonsina se unió a la espuma Playa La Perla Mar del Plata. Cuando los lectores demandaban más claridad en las bases de la lid, el columnista solo se limitaba a decir: "unas 20 líneas sobre ella, en poesía o prosa. Lo que sientas (Alfajores, 24/11/2005).

En abril de 2007 lanzó al vuelo el columnista el concurso que sería el de mayor participación de todos cuanto convocara. Aquel año se cumplían cuatro décadas de la muerte de Ernesto Guevara en Bolivia; pero Guillermo, siempre mirando el costado original y optimista de los temas, comentó a sus lectores que también se conmemoraban los 50 años de un suceso menos conocido en la vida del guerrillero: su ascenso a Comandante en Llanos del Infierno, un recóndito sitio de la oriental Sierra Maestra, mientras se combatía contra la dictadura de Batista. Con palabras del propio Che, el periodista recordó que aquel día del ascenso, Guevara se había sentido "el hombre más orgulloso de la tierra".

Hace años visité […] aquel lugar en lo intrincado de la Sierra. Todavía quedaba un horcón de la casa campesina. Sueño con volver, y este año sería formidable hacerlo junto a lectores y tecleros de Juventud Rebelde. Propongo este concurso para ganar 30 plazas, de un total de 50, para quienes respondan esta pregunta: ¿En qué te acompaña Che en tu vida cotidiana? (Che, 26/04/2007).

Quienes escribían o llamaban al cronista para que aclarara más las bases del concurso recibían respuestas como esta: "No busquen en libros, la respuesta está dentro de cada uno" (Alzado en almas, 03/05/2007). No era el habitual recorrido biográfico que en cualquier folleto o mural de la propaganda cubana al uso podía hallarse lo que pretendía incentivar la lid, sino el afecto más personal -cabe decir, poético- por el hombre/héroe de carne y hueso. Mediante el último mensaje de Guillermo a JR , reproducido póstumamente por el diario (Ronquillo, 2007), se supo que la cifra de concursantes arribó a los 344, con envíos de casi todas las provincias cubanas e incluso desde otros países: Puerto Rico, Argentina y Panamá. Quienes ascendieron finalmente a Llanos del Infierno llevaron en una mochila las cenizas del periodista que los había convocado.

Terapias del alma (tertulias)

El amasijo de nexos humanos que impulsó “Tecla Ocurrente” tuvo otra vía singular de contacto presencial más allá de la experiencia de escritura/lectura: las tertulias o peñas que "nacieron" a partir de febrero de 2005. Si los grafitis, iniciativas y concursos marcaron cotas de participación e intercambio muy altas, en torno a estos encuentros se generó una unión que dio sentido de pertenencia grupal a quienes seguían la columna. Con los homenajes a Neruda y Carpentier en sus respectivos centenarios el periodista tanteó hasta qué punto la sección podía trascender la ya notable acción de compartir textos para llegar al vínculo físico directo con sus lectores. Una de las participantes en el recorrido por sitios de La Habana Vieja vinculados con el autor de El siglo de las luces, la joven habanera Deyanira Dorta, escribió al columnista, en fecha próxima al 14 de febrero de 2005, que las ocurrencias de la columna se habían "quedado dormidas". Él devolvió la afectuosa provocación...

¿Qué les parece si el próximo sábado 12 de febrero, a las dos de la tarde, hacemos el Primer Encuentro de Ocurrentes? El Desorden del Día será sencillo: Deyanira -la tímida del grupo-, vendrá a leernos pasajes de [Manuel] Cofiño. Todo el que tenga algo hermoso que repartir vendrá con él. Están invitados poetas y trovadores, artistas. No será un encuentro de habaneros. Los tecleros del mundo podrán enviar sus textos -propios o de quienes admiran-, para ser leídos. Por arte del cariño será nacional. También pueden juntarse en cualquier lado (Encuentro, 03/02/2005).

Evocan algunos de los entrevistados para esta investigación, asistentes a aquella primera peña, que se les entregó a los participantes un grupo de frases, chistes, reflexiones, para que cada quien, al presentarse, si no traía algún texto propio, tuviera al menos algo motivador que compartir. Guillermo invitó a poetas, trovadores, artistas, pero no centró en ellos el encuentro, sino en la gente, los que no tenían aparentemente más títulos de presentación que ser lectores de la columna. Alrededor de 80 personas se juntaron en El Hueco del IIPJM. En la próxima sección, aparte de la reseña de la cita, el cronista subía la parada, refrendaba el "acuerdo" de reunirse todos los segundos sábados de mes, a las dos de la tarde, y elucubraba sobre cómo extender la experiencia a quienes vivían en otras provincias del país (Acuerdos, 17/02/2005).

En la siguiente tertulia -12 de marzo- comienza el periodista lo que sería una constante: la invitación a colegas y colaboradores del diario -y de otros medios- para que compartieran con los participantes. El primero en asistir fue el avezado narrador Ciro Bianchi, quien presentó su libro de artículos periodístico-literarios Así como lo cuento, compilación de textos aparecidos en las páginas dominicales de JR.

El carácter lúdico, la curiosidad idiomática y numerológica, la mixtura de géneros, la intimidad dialogante… todos los rasgos formales de la sección hallaron espacio vital en las tertulias, y estas, a su vez, nutrieron de temas el pequeño espacio de papel. De tal forma que la columna reseñaba un vínculo creciente que ella misma, hecha tertulia, fomentaba. El engranaje de empatías y sentidos compartidos se potenciaba en espíritu de comunidad. Era un surtidor periodístico en la proximidad, como demandan tendencias actuales del oficio: Periodismo cívico, de servicio, participativo, etc. Solo que en aquel momento, para las condiciones tecnológicas de Cuba, se trataba de un paso gigante y futurista a lo inexplorado.

"Fue una especie de oasis", reflexiona el hoy Premio Nacional de Periodismo Enrique Ojito (CP, 16/07/2011). Y agrega: "Fue lograr un proyecto comunitario a gran escala. Si ves a la Isla como una comunidad, que él movilizó, y no solamente a los jóvenes…". Recuérdese que, según Muñiz Sodré (como se cita en Pena de Oliveira, 2006), es a nivel comunitario donde se genera una participación más auténtica. Los temas, propuestos por Guillermo o por algunos de los participantes en cada peña, iban "sazonando" la complicidad. Se hablaba de la esperanza, de los consejos, del poema preferido, de los epitafios, del libro de cabecera…El espacio se diferenciaba de las reuniones habituales en Cuba en que no tenía reglas rígidas, ni cotizaciones, ni planillas, ni actas de asistencia partidista. Eran, al parecer, por amor al arte… de la fraternidad.

Vanessa -desde Santa Clara-, saluda la idea de la teclera habanera [Deyanira Dorta], y agrega: "También los del centro deseamos ponernos en contacto y hacer un primer encuentro". Y me ofrece -tal vez sin saberlo-, la solución que estaba buscando, al decir: "si tiene las direcciones de correo, podemos establecer redes de comunicación entre todos. Le pido que nos ponga en contacto a unos con otros" (Ciro, 17/03/2005).

Precisamente la noción de red, de movimiento, de pertenencia a un grupo diverso comienza a armarse desde la columna cuando el periodista interconecta a lectores que querían fundar sus propios espacios de cita mensual apadrinados por la sección. El columnista proponía, alentaba y brindaba como centro de enlace nacional su apartado escrito de los jueves, pero en los distintos sitios de la Isla donde las ideas "tecleras" iban floreciendo cada quien ponía rostro a su comunidad lectora.

A un año de fundada, la peña de La Tecla ya había "parido" cuatro tertulias similares en las provincias de Villa Clara (21/05/2005); Holguín (18/06/2005); Cienfuegos (15/10/2005) y Matanzas (21/01/2006). Para festejarlo, y como un motivo más de unidad, Guillermo propuso que el domingo 12 de febrero de 2006, a las 10:00 de la mañana, se reunieran simultáneamente en los habituales lugares de cita en las cinco sedes. En La Habana, por primera vez, no condujo él, sino que dejó a Tania Pérez, una de las fundadoras, que coordinara el encuentro. ¿Qué características definían estas reuniones? ¿Cómo las evocan quienes regularmente asistían? Espontaneidad, esa es a juicio de muchos de los entrevistados para esta investigación, una de las llaves maestras de las tertulias tecleras. No quería decir esto desorden, ni barullo, sino jovial camaradería para no ajustarse a un guión prefijado. "Era como una terapia del alma, sí, porque la gente estaba necesitada de que la escucharan. Puede parecer cómico y era muy serio a la vez, porque las personas tenían sus problemas y aquellos encuentros eran el momento de despejarse y hacer una parada en esa cotidianidad que tanto nos agobia", refiere la holguinera Alicia Durañona (CP, 1/11/2011).

"Los que escribían leían sus creaciones sin pena de crítica, el que pintaba pasaba sus obras, el que cantaba interpretaba hasta a puro pulmón y así, había varios que se pasaban las dos horas en la lucha por el primer lugar de tiempo hablado, una gran familia, diferente y heterogénea, pero unida", recuerda la entonces estudiante de Ciencias de la Computación Betty Lezcano (CP, 3/11/2011). Los coordinadores que espontáneamente les iban surgiendo a las peñas de las diversas provincias mantenían un diálogo fluido, como de corresponsales, con el columnista: informaban de las acciones que emprenderían y él daba cuenta de ello, oportunamente, en la sección. También se iban enlazando unas tertulias con otras y planificando nuevas ocurrencias en grupos mayores. Para alimentar la comunidad, el periodista organizaba visitas desde La Habana a las demás tertulias del país. Siempre que las condiciones logísticas se lo permitían llevaba, además de periodistas y fotorreporteros, un grupo de tecleros de los que más asiduamente participaban en las actividades. Varios de ellos integraban una especie de grupo de consulta que Cabrera Álvarez citaba para tomar decisiones en torno a cuestiones de los concursos, iniciativas, temáticas de la columna.

Había hasta tecleros que, por sus medios, sin transporte, ni hospedaje "perseguían" a Guillermo y su "banda" por todos los rincones de la Isla. El caso del actor popular y zapatero Iván Luis Pérez Sera lo ejemplifica a la perfección: "Después de que lo conocí en Santa Clara, él empezó a fundar otras tertulias y yo lo seguía a todas partes. Así fundé con él la de Matanzas, la de Pinar del Río, la de Santiago de Cuba, donde me bautizó como Cañón13, el Teclero Andante" (CP, 23/07/2011). Muchos de los apasionados a estas citas se convertían en multiplicadores de las ideas y valores que promovía el espacio. La asesora literaria Sonia Navarro (CP, 20/11/2011), que fundó la peña de San Juan y Martínez, en Pinar del Río, cuenta que iba junto a otros amigos a hacer lectura de tabaquería en centros laborales de su municipio; y la profesora Tania Pérez se trazó como meta traer siempre algún amigo nuevo a cada cita mensual (CP, 24/12/2011).

Animados por ingeniosidades de este cariz se siguieron fundando tertulias en varias regiones de Cuba a un ritmo realmente impresionante si tenemos en cuenta que no contaban con más patrocinio ni apoyo logístico que el que pudieran brindarles sus propios integrantes; y que ni el columnista ni el diario forzaron nunca su aparición. Así nacieron otras peñas en Pinar del Río (25/03/2006), Santiago de Cuba (27/05/2006), Sancti Spiritus (1/07/2006); la Universidad de Ciencias Informáticas (2/11/2006) y San Juan y Martínez (21/02/2007). Igualmente, colectivos de centros de trabajo, de otras escuelas, y hasta de instituciones en el exterior, como la embajada de Cuba en la India, organizaron sus peñas, aunque algunas de ellas no lograran sistematizar los encuentros y terminaran disolviéndose.

Precisamente motivado por este creciente movimiento que tomó dimensiones de país, el columnista convocó a una megatertulia nacional, en el recóndito pueblito campestre de Guaracabulla (Placetas, Villa Clara), centro geográfico de la Isla. Tomando como leit motiv un poema del escritor y pedagogo cubano Raúl Ferrer ("Parada en Guaracabulla"), el cronista invitó a todos los lectores a reunirse el día 1ro de julio (centro del año), a las 12:00 meridiano (centro del día), para conversar sobre las cosas centrales en la vida de las personas. De acuerdo con reportes de prensa, entrevistas y testimonios, más de 200 lectores se dieron cita ese día en el apartado lugar, lo cual si tenemos en cuenta la crisis de transporte público que atravesaba (y aún atraviesa) Cuba era una cifra notable. Al terminar la tertulia, rodeado de su gran familia lectora, el periodista, escritor y promotor cultural cayó fulminado por un infarto. Su muerte, en circunstancias tan singulares, trasciende lo puramente noticioso, para caer en el franco terreno de la fábula. De la poesía.

Conclusiones

Si tuviéramos que resumir en un verbo la estrategia de vínculos y sentidos que desarrolló la columna con sus lectores, este sería: humanizar . A partir de las acciones periodísticas y extraperiodísticas -o mejor, mediante una visión transformadora del periodismo, la literatura y los procesos culturales- que promovió la sección durante sus siete años de existencia, el diario se humanizó: esto es, tomó rostro, cuerpo, sentimientos ante sus lectores, y los lectores se humanizaron, dejaron de ser la masa amorfa a la que los periodistas lanzan como puros emisores sus mensajes de prensa.

Muchos de los entrevistados para este estudio, procedentes de diversas provincias, grupos etáreos y profesiones, afirman que a partir de su nexo con la sección comenzaron a mirar de una manera diferente al periódico, y a relacionarse de forma mucho más desenfadada y creativa con la lectura y escritura, a la par que incorporaban referentes culturales que difícilmente hubieran conocido en otras circunstancias. Desde la narrativa de Alejo Carpentier o la poesía de Alfonsina Storni hasta las manualidades que muchas artesanas, como Raysa Ramírez, una lectora de Ciego de Ávila, donaban para las tertulias de la columna. "Por primera vez -acota la periodista Nilyam Vázquez- el periódico se hizo de carne y hueso... Un diario andante, que se mueve con su gente, que sabe sus preocupaciones, y sufre con o se alegra con su gente" (CP, 27/10/2011). Así, cavila Rogelio Polanco (CP, 21/12/2011), "se fue gestando un canal expedito, directo, desenfadado para sintonizar los intereses del diario con los de sus interlocutores. Los periodistas comenzaron a distinguir rostros dentro de los términos abstractos de público o audiencia y los lectores entraron -literalmente- al periódico".

"Creo que esa columna le aportó a Juventud Rebelde una comunión con los lectores", resume el profesor Luis Sexto (CP, 25/10/2011). Y resulta oportuno detenerse en la carga de espiritualidad que puede implicar el término comunión, porque precisamente fue comunicación desde los preceptos del diálogo más espiritual lo que propuso y desarrolló La Tecla. Al estilo del pedagogo brasileño Paulo Freire (2010), y a tono con las musas de un periodismo sensual, útil, ágil y fantástico, como pedía el catedrático y realizador José Ignacio López Vigil (1993), Guillermo encontró la esencia del diálogo en la confianza, el respeto mutuo, el ingenio y, aunque suene cursi, el amor como eje creativo en su praxis. JR -Tecla y tecleros mediante- salió a una cruzada de rescate de muchos jóvenes que prácticamente no leían nada, sectores que, al decir del editor Ricardo Ronquillo, "se habían desconectado de los periódicos y de los medios de comunicación, precisamente por esa enorme dosis de propaganda política y económica que muchas veces derretíamos a pulso en estilos que a la gente no les interesan" (CP, 8/11/2011).

El columnista "te ponía un grafiti de 'María te amo', pero después te colocaba algo de Cortázar o de Lezama Lima, y probablemente esa era la primera vez que muchos jóvenes que lo leían, o gente de una cultura más bien elemental, empezaban a descubrir a esos escritores", medita Rosa Miriam Elizalde (CP, 8/10/2011). Para García Luis, el principal sentido compartido era el siguiente: "soy un ser humano con sentimientos, una criatura única e irrepetible, tengo algo que decir y no me disuelvo en una masa amorfa, puedo sufrir por equis razón, pero sigo creyendo en la belleza y en la justicia" (CP, 24/11/2011).

Guillermo Cabrera Álvarez se adelantó en Cuba a ciertos mecanismos de las redes sociales, de Facebook, Twitter y demás artilugios interactivos, solo volviendo al origen de la comunicación: communis, poner en común; o mejor aún, al sentido primigenio de la palabra compañero: compartir el pan. "El pan del alma", que, al decir del poeta venezolano Andrés Eloy Blanco, es "el mejor pan del mundo peregrino" (2005, p. 140). Preguntado sobre cómo definiría el ejercicio periodístico del columnista, el comunicador Oscar Padilla respondió: "Un Periodismo de familia" (CP, 27/10/2011). Esa es, a nuestro juicio, la mejor definición de su ejercicio literario y de gestión cultural. Poema a muchas voces. Fábula de muchos héroes. Belleza compartida.

Referencias

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1 Con anterioridad Cabrera Álvarez había fundado y dirigido (1977-1987) la revista Somos Jóvenes, medio en el que desarrolló notablemente la comunicación con las audiencias y del que fue sustituido tras la publicación de un reportaje investigativo sobre prostitución en Cuba, titulado: "El Caso Sandra". Además, había colaborado u ocupado cargos directivos en otras publicaciones como Mella, La Calle y Granma. Asimismo, había publicado los libros testimoniales Hablar de Camilo (1970); Protagonistas del Realengo (1972) y Camilo Cienfuegos. El hombre de las mil anécdotas (1984). Fue miembro del Comité Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba y colaborador cercano de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

2En dicha tesis fungieron como tutora la Dra. Miriam Rodríguez Betancourt y como consultante la Dra. Iraida Calzadilla Rodríguez, a quienes el autor expresa su más profunda gratitud.

3Esta categoría analítica parte de un concepto esbozado por el Dr. Gabriel Kaplún en entrevista concedida al autor y a la periodista Sonia Regla Pérez Sosa y publicada en la Revista Cubana de Pensamiento Socioteológico, Caminos (No. 49, 2008, pp. 66-71). Decía entonces el comunicólogo uruguayo: “Para mí la comunicación es la producción de vínculos y sentidos. Esa definición tan corta es bastante compleja porque me parece que durante mucho tiempo se ha puesto el acento en pensarla solo desde los contenidos y desde cómo estos viajan, por así decir, de unos a otros. Hay que pensarla más como vínculo entre personas, entre grupos, entre sociedades, entre culturas. Hay que pensar más si es horizontal, si es autoritaria, si es un vínculo fraterno-amoroso, cariñoso o, por el contrario, es duro, violento”. “Y junto con eso hay que pensar los sentidos, el doble sentido -valga el juego de palabras- del significado y la dirección hacia la cual caminamos. El sentido no se produce solo desde quien emite, sino que se completa y termina siempre donde el otro puede responder, puede interactuar". Por lo antes expuesto es que se decide enfocar científicamente la estrategia "con" el público, no para, desde, o hacia este” (Kaplún, 2008, p.66).

4Las cursivas de énfasis, salvo se indique lo contrario, pertenecen al autor de este artículo.

5Cabrera, G. (15 de febrero de 2001). El nombre. Juventud Rebelde, p.8. En lo adelante, cada texto publicado en la sección “Tecla Ocurrente” se referirá únicamente por el título y la fecha.

6Véanse al respecto, por ejemplo, las columnas: Tres Noblezas (13/12/2001), Aprenderás (05/09/2002), Difícil (10/04/2003) y Katrina (15/09/2005).

7En lo adelante, las entrevistas -comunicaciones personales- se referirán, de forma abreviada, como "CP", junto a la fecha, también abreviada, en formato dd/mm/aa.

8"Era muy difícil discutir con Guillermo, porque tenía armas para la polémica, y sabía hacerlo, sabía utilizarlas. La cultura en él no era un diploma, era un modo de ser, de actuar, de ver las cosas, de asociarlas", recuerda el académico cubano Luis Sexto (CP, 25/10/2011).

9Cabrera, G. (2004). Regalo de jueves. Editora Juventud Rebelde y Editora Abril.

10Los otros autores más citados en Regalo de Jueves: Jacinto Benavente (4), José Martí (4), Oscar Wilde (4), William Shakespeare (4); el propio Guillermo Cabrera (4), Alejandro Casona (3), Ramón de Campoamor (3), Gabriela Mistral (3), Gibrán Jalil (3); Mahatma Ghandi (3), Mario Benedetti (3), Mark Twain (3) y Silvio Rodríguez (3). Predominan, en este conjunto, como puede observarse, los poetas.

11100 veces Sí, así se titulaba -según contó Cabrera Álvarez a varios de sus amigos- esta antología que quedó inédita en su papelería.

12De acuerdo con Zeca Ligiéro, el performance es "un territorio sin fronteras", reservado no solo a artistas, sino también al "hombre de la calle, el vendedor o el profesor" (como se cita en Taylor, 2012, p.167). En sus ritualidades y representaciones, en la conjunción de acciones colectivas donde lo artístico y lo cotidiano se entrelazaban armónicamente, creo que varias de las iniciativas propuestas por la columna Tecla Ocurrente podrían calificarse de performáticas.

13En alusión a unas décimas que escenificaba este artista callejero en cada tertulia y cuyo último verso siempre era: "Me siento como un cañón".

Recibido: 29 de Octubre de 2023; Aprobado: 23 de Febrero de 2024

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