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Revista de la Asociación Argentina de Sedimentología

versión impresa ISSN 1853-6360

Rev. Asoc. Argent. Sedimentol. vol.4 no.2 La Plata dic. 1997

 

ARTÍCULOS

Sedimentología de debritas volcaniclásticas en la Formación Yacimiento Los Reyunos (Pérmico). Sierra Pintada de San Rafael, Mendoza

 

Mario Martín Mazzoni * y Juan Carlos Meza**

* Centro de Investigaciones Geológicas (UNLP-CONICET). Calle 1 N° 644, 1900 La Plata, República Argentina.
** Comisión Nacional de Energía Atómica. Casilla Postal 527, 5600 San Rafael, Mendoza, República Argentina.


Resumen

Se describen, como objetivo central del estudio, depósitos continentales con el nombre de Debritas Vieja Gorda (DVG), íntimamente asociadas con ignimbritas dacíticas del miembro Toba Vieja Gorda (tobáceo), y con arenitas eólicas del miembro Areniscas Atigradas (psamítico), de la Formación Yacimiento Los Reyunos. El estudio se ha localizado en los paraconglomerados ubicados entre los dos últimos episodios ignimbríticos, aunque cuerpos semejantes de menor potencia yacen entre otros ciclos, especialmente entre los más jóvenes.
Las DVG presentan caracteres que las asemejan tanto al psamítico por un extremo, como especialmente al tobáceo por el otro. Su escala a menudo más reducida que la del resto de los miembros, su parecida coloración y resistencia a la meteorización con las ignimbritas, las hacen poco conspicuas, motivo por el cual hasta el presente no se reconoció con identidad propia.
Los espesores de la DVG pueden alcanzar hasta 50 metros, pero disminuyen sensiblemente hacia el este. La unidad es de carácter masivo y muchas veces con gradación inversa basal, con base y techo generalmente planos. Localmente se ha detectado la presencia de lentes con bordes difusos, diferenciables por mayor contenido de fenoclastos que en el resto del depósito, donde sin embargo la cantidad de matriz es considerable. En posición proximal las DVG rellenan canalizaciones en el techo de las unidades de enfriamiento ignimbríticas.
La textura matriz-soportada de las DVG se asemeja a la ignimbrítica. Sin embargo, un examen más detallado, demuestra que contienen mayor abundancia de litoclastos (entre un 5 y 50%), y fenoclastos más gruesos (pueden alcanzar hasta 50 cm, con una media entre los 5 y 12 cm). Si bien las ignimbritas de TVG también portan litoclastos que llegan a tamaños psefíticos, los contenidos de estos materiales rara vez exceden el 5%, y excepcionalmente sobrepasan los 5 cm. Otras diferencias son la predominancia de líticos procedentes de la sexta unidad de enfriamiento, y la exigua cantidad de pómez en las DVG. La matriz de las debritas, muchas veces pigmentada con hematita, está integrada por cristaloclastos de cuarzo, feldespato, biotita, opacos, argilominerales, vitroclastos, y abundantes reemplazos con calcita esparítica. Los fragmentos líticos y pumíceos son escasos por debajo de los 2 mm.
El análisis composicional y granulométrico en la fracción arena de las DVG, y su comparación con los correspondientes a los psamítico y tobáceo, ha tenido como objetivo principal analizar la relación genética entre los miembros. En este sentido, se ha valorado el tamaño máximo de grano (Tmx) en los componentes más abundantes (feldespato y cuarzo), y se ha analizado ese parámetro en relación con los contenidos modales petrográficos en las mismas muestras.
Las relaciones de Tmx entre cuarzo y feldespato indican que el primero es sistemáticamente más grande, y que esta diferencia es máxima en las arenitas, intermedia en las debritas, y mínima en las ignimbritas, donde los diámetros son casi iguales. Consideramos en base a las diferentes geometricidades entre cuarzo y feldespato, que esta diferencia es mucho mayor que la expresada por nuestra medición.
Las características composicionales, texturales, faciales y estratigráficas de las DVG, indican que se trata de unidades originadas por la erosión y principalmente por depositación en masa demateriales piroclásticos (DVG), que en etapas de mayor reelaboración constituyen el psamítico, y cuya presencia denotaimportantes hiatus de la actividad volcánica. Los tipos litológicosy su vinculación témporo-espacialson compatibles conla depositación de asociaciones faciales de extracaldera bajo condiciones climáticas áridas, o de gran estacionalidad, que han sido típicas para los tiempos de su acumulación.

Palabras clave: Estratigrafía; Petrografía; Litofacies; Tobas.

Extended abstract

Matrix-supported breccia deposits (Debrita Vieja Gorda -DVG-) associated with Permian ignimbrites in the Sierra Pintada de San Rafael (MTVG) are first described(Figs. 1 and 2). A field study reveals that DVG deposits appear at the boundary between ignimbrite cooling units (c.u.), and are specially conspicuous among the younger units (Fig. 3). The identification of the DVG in previous field studies has been probably hampered by its ressemblance with the ignimbrites (i.e. apparent lack of stratification surfaces, and similar color, texture, massive interior, see wackes, Table 1, Fig. 4). A detailed field work of the DVG indicates however that the breccias are not primary but the result of mass-wasting processes acting upon degraded ignimbrites.
Thickness of DVG depositsis generally less than a few meters, withplanar and non-erosive contacts in most localities (Fig. 5). However those in proximal settings,as the stacked units infilling channelized surfaces on top of the c.u. 6 unit (Fig. 7), are up to 50 m thick. The DVG deposits are massive (Fig. 8) and approximately half of the observed units show inversely graded bases. They are often interfingered with eolian arkosic arenites (MAA)and ignimbrites (Figs. 3, 4, 5, 6 and 7)
Typical deposits include isolated subrounded blocks up to 50 cm (Figs. 6 and 8). Average abundance of pebblesize clasts (5-12 cm) is about 20%,varying generally between 5% in wackes to 50% in paraconglomerates. Larger and abundant lithic fragments are a useful field characteristic to distinguish DVGfrom primary ignimbritic deposits, which generally contains less than 5% of pebbles.
Quantitative petrography and determination of maximum and mean grain-size in thin sections of MAA, wackes (matrix of DVG units) and ignimbrites has been aimed to analyze provenance and genetic processes involved in the generation of DVG deposits, and also to test the sensitivity of hand estimations.
Columns A and B of table 2 represent mean grain-size eye determinations, to be compared with thin section determinations (columns C, D, and E). Column C is a semiquantitive mean grain-size mainly based in the mode, but modified by values in the coarse and fine grain-size tails found in each thin section. Eye and hand-lens determinations of the average grain-size by mean of comparison with grain-size charts aredisplaced towards coarser sizes in columns A and B, as a result of the visual bias imposed by larger clasts.
Columns D and E (Table 2), representing the averageof the largestfive clasts, show that minimum and maximum sizes of quartz and feldspar are in MAA (arenites) and MTVG (ignimbrites) respectively, and are intermediate for DVG (wackes). Ratios D/E show that quartz is systematically bigger and that the mean size difference is higherin arenites and intermediate in wackes.
Thin section petrography was performed in the same samples as in textural analysis. No major differences in mineralogical components have been detected. Conspicuous crystals of feldspar, quartz and biotite are clearly recognized in the ignimbrites, ignimbritic lithics, and also in the matrix (wackes) of DVG.
Feldspars -mainly plagioclase and scarce sanidine- are the more abundant components (Tables 3 and 4). They are often engulfed and zoned and exhibit different degrees of alteration. They are a common matrix component of ignimbrites and paraconglomerates, and also as phenocrysts phase in pumice fragments. Authigenic feldspar overgrowths are common in thin sections of arenites, wackes and pumice (Fig. 9). Syntaxial cementation develops in cases sand-crystals up to several centimeters, that often weather in strikingly big, sometimes Carlsbad twinned, euhedral crystals.
Quartz is remarkably equant, euhedral or subhedral, non-ondulatory, and frequently engulfed. Bipyramidal quartz, several millimeters long is frequent in the MTVG ignimbrites. All these features, attenuated by abrasion, can also be recognized in the wackes (DVG) and, to a lesser extent, in the MAA, specially in the coarser ones. Brown basal sections of biotite are conspicuos in hand and this section specimens. It is common as a phenocryst phase in the ignimbrites and asa matrix component of the DVG units where is oftenaltered to chlorite. Magnetite is abundant whereas zircon and piroxene arescarce.
The composition of lithic fragments ordered by abundance are welded ignimbrites (specially from c.u. unit 6 in DVG), acidic volcanic fragments, andesites,and lesser amounts of sedimentary rocks (siltstones, quartz arenites and shales). The matrix of the DVG (in part pseudomatrix), generally deeply dyed with hematite,is composed of clay minerals(chlorite and illite), biotite, feldspar, quartz, and isotropic glass fragments. Calcite is common as cement, usually as a penetrative and massive replacement in feldspars and also as patchy replacements in lithics and matrix. Argillic alteration showssimilar characteristics.
Rhyodacitic calcalkaline ignimbrites of the MTVG are crystal-rich and pumice-poor (below 10% in volume). Pumice is very scarce or absent in DVG unitswhere recognition is difficult due to diagenetic compaction and alteration.
Volumetric relationships of metastable components to quartz (Table 4) are coherent with the hypotesis that MTVG is the source rock of DVG and MAA units, the latter representing the highest degree of weathering and/ or reworking.
The origin of the DVG depositsinferred from the geological features, fabric and compositional data is depicted in figure 10. The main source of sediments is connected with recurrent and intermitent episodes of explosive volcanism, resulting in the production of voluminous primary pyroclastics (MTVG, mainly ignimbrites) and discontinuous interbeds, represented by paraconglomerates-wackes (DVG), and eolian arkosic sandstones (MAA), or both.
The combined evidence indicate that the DVG deposits are the result of geomorphic en masse agents, mostly debris flows and lahars, and mudflows for the wackes, which areenvisagedas distal and more hydrated facies. These flows have mobilized weathered ignimbrite outcrops and/or redeposited pyroclastic rocks of MTVG, and that the same has happened through the action of more fluid agents depositing the arenites ofthe MAA units. The following observations support this hypothesis and lead to the conclusionthat the interbeds are redeposits of the ignimbrites:
1) Similar color due to the same components in matrix, gradational to paler hues in MAA.
2) Predominance of lithic fragments belonging to the sixth cooling unit.
3) Crystal clasts with similar morphological and optical features, and the same mean abundance (F>QZ>BT) relationships.
4) Relative increase in quartz content in the sequence MTVG ÔDVG ÔMAA, result of diminishing content of metastable feldspar and biotite in the exogenous cycle (mainly weathering and abrasion).
5) Decrease ofthemaximum diameter of feldspar and quartz in the sequence of point 4, which is interpreted in the same way.
6) Greater reduction in the maximum size of feldspar compared to quartz in the point 4 sequence, here attributed to lesser abrasive resistance of feldspar.
The occurrence of these volcaniclastic debris flowsmakes more coherent the association of ignimbrites and eolian sandstones previously known for this stragraphic unit. DVG units are envisaged as an intermediate group between the source pyroclastic rocks, and the more mature reworked deposits of turbulent and fluid flows (MAA). Mass-wasting deposits like those of DVG are compatible with general arid conditions, mentioned locally and regionally for the interval of time represented when special regimes of pluvial precipitation have been invoked in relation to unusual continental masses. Finally, and though more detailed and regional studies will be needed, it is consideredthe association of MTGV, DVG and MAA deposits represents the accumulation in intermediate to distal settings of extracaldera facies.

Key words: Stratigraphy; Petrography; Lithofacies; Tuffs. 


 

INTRODUCCIÓN

La presente contribución tiene por finalidad la caracterización sedimentológica y el análisis del significado geológico de depósitos de debritas (DVG) recientemente descriptas (Meza & Mazzoni, 1996) en la Formación Yacimiento Los Reyunos (Rodríguez & Valdiviezo, 1970), íntercaladas con ignimbritas dacíticas del Miembro Toba Vieja Gorda y con arenitas eólicas del miembro Areniscas Atigradas en la Sierra Pintada de San Rafael (Figs. 1 y 2), que de aquí en adelante por razones de espaciose aludirán como tobáceo y psamítico respectivamente.


Figura 1
. Cuadro estratigráfico del Bloque de San Rafael. Modificado de Llambías et al. (1993).
Figure 1. Stratigraphy of the Bloque de San Rafael. Modified fromLlambías et al. (1993).


Figura 2
. Mapa geológico y de ubicación con las localidades más importantes que han sido revisadas.
Figure 2. Simplified geologic map and localities mentioned in the text.

El carácter “brechoso” de los depósitos que aquí se describen hace asimismo propicio un análisis de sus rasgos distintivos, y de sus relaciones con los ignimbríticos del tobáceo. Sobre este particular, debemos señalar que existen variados tipos de concentraciones de materiales gruesos en secuencias volcánicas, por lo general difíciles de interpretar genéticamente. En efecto, las rocas con características “brechosas”, dejando de lado las tectónicas, más fácilmente reconocibles, pueden generarse por muy variados procesos en asociacioneslitológicas del tipo de la unidad estratigráfica aquí considerada (Fisher, 1958; Teruggi et al., 1978). Entre ellos, por las características de yacencia de las DVG, por los rasgos que se describirán más adelante en esta contribución, descartamos los que podrían corresponder a fenómenos tectónicos,hidrotermales (Hulen & Nielson, 1988), y brechamientos autoclásticos de flujos lávicos.
Debe destacarse aquí que en los últimos años ha habido un fuerte crecimiento de la información respecto a psefitas asociadas genéticamente con depósitos de flujo piroclásticos, las que al menos en parte, reúnen caracteres en común con nuestras observaciones, tales como su íntima asociación espacial, semejanza composicional, y presentación en las cercanías de los planos de estratificación que limitan las unidades sedimentarias del tobáceo. Así, los cuerpos brechosos encontrados son a priori compatibles con brechas piroclásticas, tales como las originadas porflujos piroclásticos (de bloques y ceniza, Mazzoni, 1986) , con procesosde segregación en flujos piroclásticos (Walker, 1985; Druitt & Sparks, 1982; Druitt & Bacon, 1986; Fisher, 1990; Fisher et al., 1993), y con transformaciones de flujos piroclásticos (Roobol et al., 1987; Carey & Sigurdsson, 1980). Pero estos rasgos son también compartidos con depósitos volcaniclásticos gruesos sinsedimentarios o volcanogénicos en el sentido de Mc Phie et al. (1993), depositados en masa, tales como lahares y/o flujos de detritos (Fisher, 1960; Riggs & Busby-Spera, 1990), y aún conbrechas de colapso (Lipman, 1976).
Creemos que la identificación y reconocimiento como materiales primarios o reelaborados que propone la duda anteriormente comentada resulta crítico y sumamente expresivo en la mejor interpretación geológico-estratigráfica de la Formación Yacimientos los Reyunos, y aún de las condiciones paleoambientales particulares (Retallack et al., 1996) del período involucrado. Por estas razones hemos considerado valioso desarrollar un análisis detallado de la unidad, que básicamente pretende definir las características de las acumulaciones e interpretar su origen. Creemos que la información aportada en este trabajo puede resultar interesante a los fines de enmarcar las condiciones ambientales que regularon las diferentes facies que configuran el Grupo Cochicó (Rodríguez & Valdiviezo, 1970), que aloja la mineralización de uranio más importante del país.

ESTRATIGRAFÍA - GEOLOGÍA REGIONAL

Los resultados que aquí se dan a conocer son el producto de tareas de campo realizadas en diferentes localidades del denominado Bloque de San Rafael (Criado Roque, 1969), precisamente en Sierra Pintada (Fig. 2), 40 kilómetros al oeste de la ciudad de San Rafael, provincia de Mendoza. El área de estudio ocupa alrededor de 200 km2 del flanco oriental de un complejo volcánico y volcaniclástico del Pérmico Inferior, cuyas unidades estratigráficas -Formación Yacimiento Los Reyunos y Formación Arroyo Punta del Agua- conforman el Grupo Cochicó (Fig. 1). Información general sobre las características regionales, tectónicas y estratigráficas del Grupo, y de otras unidades presentes en el Bloque de San Rafael pueden consultarse en Llambías et al. (1993).
Debemos señalar que debido a la antigüedad de las rocas aquí estudiadas, continuos encapados de variada edad, e intenso tectonismo, han hecho dificultosa su localización y estudio en el terreno. Por este motivo, la mayor parte de los trabajos en superficie han debido efectuarse sobre afloramientos aislados y/o pequeños, los que han sido localizados en las figuras 2 y 3.


Figura 3. Perfil esquemático oeste-este de la Formación Yacimiento Los Reyunos.
Figure 3. Schematic west-east profile ofYacimiento Los Reyunos Formation.

La Formación Yacimiento Los Reyunos constituye la parte inferior del Grupo Cochicó. Es una unidad clástica con importante contribución piroclástica (Spalletti & Mazzoni, 1972; Meza, 1990), y como aquí  se  demuestra, tanto de naturaleza primaria como secundaria o reelaborada.
Estudios recientes de Meza (1989, 1990), Meza et al.
(1991), han permitido una mejor comprensión de las relaciones espaciales y temporales de los diferentes miembros que constituyen la unidad formacionalenestudio(Fig. 1). Esta unidad está constituida por la interdigitación de diferentes unidades litológicas (Lardone, 1984; Meza, 1990) cuyas relaciones mutuas se ilustran en la figura 3, las que formalmente se corresponderían con los siguientes Miembros:

Psefitico(Conglomerádico, según Lardone, 1984).
Conglomerados polimícticos de la figura 3, constituidopor conglomerados y depósitos de flujos de detritosepiclásticos de composiciónpolimíctica.

Areniscas atigradas (Psamítico).
Está representado fundamentalmente por arenitas arcósicas bien seleccionadas (arenitas de la tabla 1), con frecuentes estructuras entrecruzadas. Esta unidad corresponde con el denominado Miembro Medio de Spalletti & Mazzoni (1972), quienes le asignan origen fundamentalmente eólico. Este miembro es particularmente interesante para nuestro análisis, ya que se encuentra íntimamente asociado con los materiales que aquí estudiamos, y es portador de la mineralización de uranio (Yacimiento Dr. Baulíes-Los Reyunos) anteriormente mencionada.

Tabla 1. Características estratigráficas y rasgos mayores de las muestras analizadas. N: norte; C. Ch.: color chart; Lam.: laminación;eued.: euedral;Selecc.: seleccionada; P: puesto; nar.: naranja; Qz.: cuarzo.
Table 1. Major stratigraphic and physical features of studied samples. N: north; C. Ch.: color chart; Lam.: lamination; eued.: euedral;Selecc.: well sorted; P: puesto; nar.: orange; Qz.: quartz.

Miembro Andesítico. Denominación con la que se alude a brechas poligénicas y lavas de esa composición, aún no conocidas con suficiente detalle (brechas andesíticas de la figura 2).

Toba Vieja Gorda (Tobáceo).
Es una entidad compuesta por rocas ignimbríticas, que según sus relaciones temporales y espaciales configuran 7 ciclos, los que en general coinciden con grandes unidades de enfriamiento (Meza, 1989). Se considera que estas rocas han sido las proveedoras del uranio que se ha almacenado en los depósitos del Psamítico (Meza et al., 1991).
Las características composicionales de estas rocas permiten clasificarlasmayormente como dacitas y riodacitas, que corresponden a una asociación calcoalcalina de arco volcánico, con una edad K/Ar de 276 ± 5 Ma. (Kleiman, 1993). Todas las unidades, y en especial los tobáceo y psamítico, constituyen litosomas fácilmente diferenciables (Lardone, 1984). Sin embargo, un examen más detallado de laestratigrafía, y la certificación de la existencia de tipos litológicos diferentes, nos han permitido reconocer la existencia de otra unidad, que aquí proponemos denominar Miembro Debritas Vieja Gorda (DVG). Esta denominación ha sido escogida por su íntima asociación con las ignimbritas, su parecida coloración, y también por su origen, del que mayormente se ocupa estainvestigación.

DEBRITAS VIEJA GORDA (DVG)

Vinculadas por yacencia al tobáceo, y especialmente a las ignimbritas del denominado Ciclo 6 (Fig. 3), se han detectado estas unidades litológicas, diferenciables de los miembros ya conocidos (Meza & Mazzoni, 1996). Los depósitos bajo estudio son poco conspicuos en el terreno, fundamentalmente porque reúnen caracteres que los asemejan tanto al psamítico por un lado, como especialmente al tobáceo por el otro. Esta característica, su escala general, por lo común más reducida que la del resto de los miembros, y su similar resistencia a la meteorización, han motivado que hasta el presente no se lo haya reconocido con identidad propia. Sobre este particular, debemos advertir que nuestras observaciones se han limitado a los depósitos ubicados entre los Ciclos 6 y 7, aunque cuerpos rocosos idénticos también han sido reconocidos hacia los términos más antiguosde la secuencia (Fig. 3).
En el tabla 1 se han incluido diferentes características de campo que corresponden a las debritas aquí descriptas para la Formación Yacimiento lo Reyunos, allí agrupadas como wackes. Ese agrupamiento bajo diferentes nombres al de los miembros responde a la naturaleza dirigida de los estudios texturo-composicionales, que no reflejan las características generales de los miembros, sino de aquellosmateriales de granulometría equivalente (entre 0,062 y 2 mm). También en ese cuadro figuran, a los efectos de su comparación y diferenciación, los caracteres físicos de los materiales pertenecientes a los miembros con los que se vincula espacialmente en el terreno, esto es el psamítico (arenitas) y tobáceo (ignimbritas)

Color.
Debemos señalar que si bien la coloración general rojizade las debritas (ver wackes, Tabla 1) se parece al de las ignimbritas, son más claras que las partes más soldadas de los depósitos de flujos piroclásticos, pero semejantes a los sectores menos soldados (Figs. 4 y 5). Esta circunstancia obliga a una revisión pormenorizada en el terreno, a los efectos de verificar que esos cambios de coloración correspondan con diferentes grados de soldamiento del mismo depósito de flujo piroclástico, o con una debrita, como sucede en muchos casos.


Figura 4
. DVG en primer plano y abajo. Por encima (más oscuro) el ciclo 7, cuya coloración se hace más pálida hacia el techo al disminuir el soldamiento. La base del ciclo 7 apoya sobre una superficie erosiva irregular, que en el extremo derecho de la foto apoya sobre arenitas estratificadas.
Figure 4. DVG in lower foreground. Above (darker) cooling unit 7, becoming lighter to the top as a result of lesser welding. Base of unit 7 lies on an irregular surface carved on sandstone beds to the right of the photo.


Figura 5
. Puesto El Gaucho. Techo de uno de los depósitos de flujos piroclásticos del ciclo 6, poco soldado, con concentración de pómez. Por encima, depósito de flujo de detrito (más oscuro), con plano recto y neto de separación entre ambos. El espesor total mostrado por la fotografía es de 1,6 m.
Figure 5. Puesto El Gaucho. Top of an unwelded pyroclastic flow deposit (unit 6) with pumice concentration. On top darker debris flow deposit lying on a non erosive planar surface. Exposed thickness about 1.6 m.

En cambio, sus tonalidades son más oscuras que las correspondientes al psamítico, cuya coloración naranja no sólo es característica en la Sierra Pintada, sino en general típica de las eolianitas de Pangea (Dubiel & Smoot, 1994), las que además portan abundantes estructuras planares (Tabla 1, Fig. 6). Estos rasgos las hacen más fácilmente diferenciables del psamítico que del tobáceo, a pesar de la existencia de tipos intermedios entre las arenitas y las rocas que aquí describimos.


Figura 6
. Intercalaciones de arenitas sabulíticas con estratificación fina entre debritas (por encima y por debajo). Norte Presa El Tigre.
Figure 6. Finely stratified, granule and coarse sand-sizedarenites between debris flow deposits. North of El Tigre Dam.

Yacencia y estructuras sedimentarias.
Los mayores espesores (50 m., Presa El Tigre) de las DVG se presentan frecuentemente como relleno pasivo de canales previamente labrados sobre el techo de las unidades de enfriamiento ignimbríticos (Fig. 7). En otras localidades también se han registrado espesores significativos (Media Luna, 20 m, Cerro Blanco de los Mesones, 15 m.), donde asimismo se han podido reconocer al menos tres mantos de debritas superpuestas, que reúnen idénticas características texturales y composicionales. También parece producirse una rápida y progresiva disminución de su potencia hacia el este (Fig. 3). Sin embargo, en la mayoría de las localidades restantes, aparecen como cuerpos que no superan unos pocos decímetros y menos de 3 m de espesor.


Figura 7
. Contacto entre ciclos 6 y 7 ocupado por arenitas que rellenan canal hacia el sector central-izquierdo de la fotografía. Cerro de Las Cabras.
Figure 7. Arenitesbetween units 6 and 7, forming a channel-fill towards the left. Cerro de Las Cabras.

Como fuera anteriormente señalado, su identificación es particularmente crítica cuando están ausentes los depósitos arenosos del psamítico, que por sus coloraciones más claras son marcadores de los límites entre los ciclos (Fig. 3), y facilitan su búsqueda y eventual localización en el terreno (Figs. 6 y 7).
Otro rasgo que poco ayuda a su diferenciación de las ignimbritas es la ausencia de estructuras internas, característica en común con los depósitos de flujos piroclásticos densos (Figs. 3 y 4). En cambio, por esta misma característica, son fácilmente reconocibless del psamítico, que presenta típicamente estructuras internas planares (Figs. 6 y 8). Aproximadamente la mitad de los depósitos revisados muestran gradación inversa en los primeros decímetros de su base.


Figura 8. a) DVG, detalle de bloques subredondeados y de la matriz. Predominan fragmentos de entre 5 y 15 cm. Observese el poco contraste entre litoclastos y matriz. Zona de El Gaucho. b) DVG ubicadas entre los ciclos 6 y 7. S. Detalle de bloques redondeados y de la textura matriz-sostén. El sector corresponde a zonas lenticulares con mayor concentración de fenoclastos. Zona de La Pintada.
Figure 8. a) Subrounded blocks in DVG. Modal grain size of lithics ranges between 5 and 15 cm. See little contrast between matrix and lithic fragments. El Gaucho. b) Lenticular (not shown) concentration of rounded blocks within deposits of DVG (between units 6 and 7). La Pintada area.

Tanto su asociación con las arenitas, como su presentación hacia el techo y/o la base de las ignimbritas, indican la existencia deepisodios sedimentarios entre losvolcánicos, representados al menos por cada uno de los Ciclos (Figs. 3 y 7). Esta característica es sugestiva de un origen independiente de la dinámica de transporte y depositación (segregaciones) de los flujos piroclásticos, y cuyo origen trata de precisar esta investigación. Normalmente el contacto de base es plano, no erosivo sobre el Ciclo 6 (Fig. 5), a veces con ligeras irregularidades. También el techo de las debritas es plano, aunque localmente, y en especial donde han sido fuertemente canalizadas (base del Ciclo 7) se asocian con arenitas estratificadas (Figs. 6 y 7). A este respecto, debemos señalar que depósitos semejantes, pero ubicados entre el los ciclos 3 y 4 en las cercanías del Puesto Generoso, alcanzan hasta 20 m de potencia.

Características texturales generales.
Los depósitos de las DVA son difíciles de reconocer a distancia, ya que por el alto grado de diagénesis que las ha afectado, presentan resistencia mecánica alta, semejante a la de las ignimbritas. Una de las características más salientes para su reconocimiento es la vinculada con la fracción granulométrica gruesa. Así, uno de los rasgos más diagnósticos es la frecuente, aunque aislada presencia de bloques, que pueden alcanzar tamaños de hasta 50 cm, generalmente subredondeados. Estos bloques, y el resto de la fracciónpsefítica, alcanzan porcentajes cercanos al 20% del depósito (Fig. 8a). Si bien los porcentajes de variación de la fracción gruesa son variables -entre 5 y 50%-,son más abundantes (Fig. 8a y 8b) que en las ignimbritas del tobáceo (Fig. 4). Por lo general la media granulométrica de los fenoclastos más comunes varía entre los 5 y los 12 cm., los que se encuentran dispersos, sin agruparse en capas y /o lentes, por lo que constituyen la típica textura matriz-soportada. Sólo en contadas ocasiones ha sido posible verificar localmente concentraciones lenticulares difusas de rodados, que se diferencian por un mayor contenido y mayor tamaño máximo. (Figs. 8a y 8b). En el tobáceo, en cambio, los contenidos de estos materiales son más bajos, rara vez exceden el 5%, y excepcionalmente sobrepasan los 5 cm de tamaño máximo.

Tamaño máximo (Tmx) y tamaño medio (Tmd).
Dada la reconocida dificultad de analizar granulométricamente especímenes altamente diagenizadosy soldados como los que caracterizan a las rocas de la unidad en cuestión, ha sido necesario recurrir a un parámetro de sencilla medición para evaluar el tamaño de los depósitos, que a su vez resultara potencialmente diagnóstico sobre el origen de los depósitos.
En este sentido, se consideró quela valoración del tamaño máximo de grano (Tmx), por su sencillez de cálculo y potencial sensibilidad a los procesos generadores era el más adecuado. Debemos mencionar que este parámetro ha sido empleado frecuentemente con esta finalidad, ya que las mediciones estadísticas conven-cionales requieren trabajosas tareas de laboratorio, y el procesamiento de volúmenes considerables de muestra. Asimismo, el Tmx es particularmente crítico para la diferenciación entre flujos piroclásticos y de detritos (Fisher & Schmincke, 1984), problemática también planteada por las características de los depósitos que aquí estudiamos.
Nuestras observaciones en el terreno corresponden con lo anteriormente señalado, ya que ha podido comprobarse que la presencia de abundantes bloques y/o fracción psefítica es el rasgo textural más distintivo de la unidad que aquí describimos. Por lo tanto, dado el reconocido mayor Tmx de los depósitos volcaniclásticos asociados adepósitos de flujos piroclásticos (Fisher & Schmincke, 1984), coincidente con la clara relación que hemos valorado para este parámetro (DVG > tobáceo) en la zona estudiada, hemos desechado su medición, por considerar superflua esta laboriosa tarea en virtud de la obviedad del resultado a obtener.
Debemos advertir que los litosomas con rasgos semejantes a las debritas, pero con escasos y pequeños litoclastos, han sido considerados como equivalentes finos de las debritas gruesas, e indistinguibles de la matriz de estas últimas. Por lo tanto, consideramosque el término genérico más adecuado según sus rasgos texturaleses el de wackes (Tablas 2, 3 y 4).

Tabla 2. Tamaño de los componentes (en mm). Tmx: tamaño máximo, Tmd: tamaño medio.
Table 2. Grain-size of major components (in mm). Tmx: maximum size, Tmd: mean size.

Tabla 3. Petrografía micoscópica. Componentes y abundancia. X: % < 0,1. x: % < 0,01. &: en parte cemento arcilloso. P: en parte pseudomatriz.
Table 3. Microscopic petrography. Components and abundance. X: % < 0,1. x: % < 0,01. &: argillaceous cement in part. P: pseudomatrix in part.

Tabla 4. Relaciones composicionales.
Table 4. Compositional ratios.

Granulometría en secciones delgadas.
La determinación microscópica refleja la intención de valorar su eficiencia en secuencias antiguas como las aquí estudiadas, donde no siempre es posible encontrar afloramientos extensos que permitan la localización de los fragmentos mayores, especialmente cuando la matriz es muy abundante. En general en este análisis, como en los restantes de este estudio, nuestra intención fue la de comparar diferentes aspectos de las litofacies en iguales intervalos granulométicos.
Las medidas microscópicas han podido compararse con las efectuadas a ojo desnudo, ya que corresponden al mismo especimen rocoso en cada uno de los casos (Tabla 2), como así también confrontar los parámetros texturales con los composicionales por este mismo motivo (Tablas 3 y 4). Esta metodologíaposibilita el análisis de las relaciones mutuas, como así tambiénla sugerida dependencia (Spalletti & Mazzoni, 1972) de la composición con el tamaño de grano en las sedimentitas involucradas en el estudio. Debemos señalar que las columnas A y B del tabla 2 corresponden con las mediciones del Tmx y Tmd en muestras de mano, mediante medición directa sobre los clastos y/o por confrontación con plantillas graduadas. Esta tarea tuvo por finalidad valorar la precisión de esta metodología.
Respecto a los Tmx (Tabla 2, columna A), el promedio máximo corresponde con las wackes y el mínimo con las arenitas (psamítico). El tamaño más grueso en las arenitas (a excepción de la muestra SP5) corresponde a clastos de cuarzo, mientras en todas las restantes representan mediciones efectuadas sobre litoclastos.
Las columnas C, D y E (Tabla 2) incluyen las determinaciones microscópicas efectuadas sobre las distintas secciones delgadas. El tamaño medio de cada muestra (columna C) es un valor semicuantitativo que ha resultado de la estimación visual, especialmente teniendo en cuenta las modas y los extremos de la distribución de tamaños. Tal determinación tuvo por objetivo secundario cotejar esta evaluación con la ya comentada por cartilla en muestra de mano (columna B). Sobre el particular, se ha encontrado en todos los casos que la valoración por cartilla difiere por exceso, y que el valor de la diferencia es considerable y máximo en las muestras menos seleccionadas (wackes, ignimbritas). Evidentemente la desviación hacia valores más gruesos en la apreciación de mano responde a la mayor influencia visual de los fragmentos mayores (Teruggi et al., 1978).
Las columnas D y E del mismo cuadro incluyen el promedio de los ejes mayores aparentes de los cinco clastos mayores de cuarzo y de feldespato por cada sección delgada. Los litoclastos no han sido representados dado que su abundancia en el intervalo de tamaño escogido no cuenta con suficientes individuos para una valoración confiable.
Los promedios por grupos litológicos indican tanto para cuarzo como para feldespato, que los valores mínimos y máximos de Tmx coinciden con las arenitas y las ignimbritas respectivamente, y son intermedios para el grupo de las debritas finas o wackes.
Los cocientes de Tmx entre esos dos minerales (D/E), prueban que el cuarzo es sistem áticamente más grande, y que la diferencia de diámetros es en promedio máxima (valores D/E pequeños) en las arenitas, y mínima en las ignimbritas, donde son casi iguales. Consideramos que la relación entre estas especies es en realidad mayor que la expresada por los ejes máximos aparentes, por cuanto la geometricidad de los cristales de cuarzo es mucho más ecuante que la correspondiente a los feldespatos (tabulares) en la Formación Yacimiento los Reyunos, y por lo tanto esa diferencia sería mayor si se expresara
como masa o volumen.

Composición.
Los fenoclastos de las debritas están mayormente constituidos por litoclastos de ignimbritas soldadas, de lavas porfíricas ácidas, y en menor grado por fragmentos de rocas que constituyen el basamento de la unidad, representados en forma dominante por limolitas y areniscas finas cuarzosas y lutitas con biotita (Fig. 1).
Es pertinente mencionar que en las debritas ubicadas entre los Ciclos 6 y 7 (Fig. 3), predominan los litoclastos de ignimbritas, y específicamente los que proceden de ignimbritas del Ciclo 6. Esta característica ayuda a su reconocimiento, ya que algunas de las ignimbritas del tobáceo -por ejemplo Ciclo 3- contienen también abundantes litoclastos, en proporciones parecidas a las del DVG, pero con clara predominancia de fenoclastos silicoclásticos.
En la matriz de estos depósitos son fácilmente reconocibles cristales de feldespato, cuarzo y biotita, por lo que tanto la matriz de la debritas (y wackes), son difíciles de diferenciar de la matriz ignimbrítica, que también presenta la misma coloracióny cristaloclastos.

Petrografía microscópica.
En el tabla 3 se han cuantificado los componentes que hemos considerado más abundantes e importantes a los fines de esta contribución. Los valores modales allí incluidos han resultado de valoraciones efectuadas con contador de puntos Swift, sobre un total superior a los 500, y en su mayoría a 1000 puntos.
Mayor detalle sobre las características composicionales de lasarenitas han sido suministrados por Saulnier et al. (1989), y por Kleiman (1993) sobre las ignimbritas. Sobre este particular señalamos que no hemos encontrado diferencias significativas respecto a las especies minerales que constituyen los tres grupos de rocas , por lo que la descripción que a continuación se detalla es también común a debritas, arenitas e ignimbritas de la Formación Yacimiento los Reyunos.

Feldespatos.
Están constituidos principalmente por plagioclasas tabulares, zonadas, con diferentes grados de alteración, y escasa sanidina. En muchas muestras se advierte un fuerte reemplazo por calcita, que puede llegar a ser total, con formación de pseudomorfos de calcita. En otras, la alteración es de tipo sericítico, o caolinítico. La presencia de frecuentes reemplazos en materiales arcillosos ha dificultado en muchos casos su identificación y cuantificación. Esta circunstancia ha motivado que parte del feldespato alterado, y deformado por compactación, constituya pseudomatriz (Dickinson, 1970) y haya sido cuantificado como matriz, situación que ha sido comprobada en las muestras SP5 y TGC 95 (Tabla 3).
Debe señalarse que en las ignimbritas, donde alternan individuos frescos con alterados, aparecen frecuentemente cristales bastante ecuantes y de bordes redondeados, como resultado de fenómenos de disolución por desequilibrios magmáticos, y no por la acción de procesos abrasivos exógenos. Es, en promedio, el componente más abundante en todos los grupos, aún en el de las arenitas, motivo por el cual la mayoría de las muestras del psamítico son arenitas feldespáticas o arcósicas (Spalletti & Mazzoni, 1979; Saulnier et al., 1989).
Es común que los cristaloclastos de feldespato incluyan biotita, y que desarrollen crecimientos secundarios, particularmente evidentes en los cortes delgados del psamítico. Si bien este aspecto no ha sido considerado aquí en detalle, es llamativa la frecuente presencia de cristales gruesos, mayores al centímetro en las pumitas (Fig. 9), que atribuimos a cementación sintaxial. En efecto, cristales euhedrales, aún con maclas de Carlsbad de tipo penetrativa, exhiben textura del tipo cristal de arena.


Figura 9. Feldespatos en pómez dentro de debritas ubicadas entre los ciclos 6 y 7. Capuchón de bolígrafo como escala (6 cm.). Abundantes feldespatos (blanquecinos) en la matriz. Puesto Generoso.
Figure 9. Feldspar crystals in pumice within debris flow deposits. Cap of pen for scale (6 cm). Abundant feldspars (whitish) in matrix. Puesto Generoso.

Cuarzo.
En el grupo de las ignimbritas (tobáceo) predominan los fragmentos euhedrales o subhedrales con frecuentes extremos piramidales y contornos hexagonales. Son comunes las formas ecuantes y engolfadas, de extinción siempre normal. También, aunque en menor proporción, son frecuentes los cristales de cuarzo con forma de esquirlas o cuña. Todos los rasgos morfológicos citados, con señales de modificación por abrasión, son también reconocibles en las debritas, y en menor proporción en las arenitas. Asimismo, debe señalarse que el carácter bipiramidal o subhedral se puede comprobar aún a ojo desnudo en el grupo de las arenitas gruesas (p. ej. muestra SP1, Tabla 1), en el que también son frecuentes los crecimientos secundarios.
En las arenitas se observa mayor participación relativa del cuarzo en relación con el feldespato (Tabla 3), fenómeno fácilmente perceptible a ojo desnudo en las areniscas gruesas y sabulíticas (muestra SP1, Tabla 1), característica ya observada por Spalletti & Mazzoni (1979, p. 81).

Biotita.
Podemos agregar a las descripciones de Kleiman et al. (1992), que está mayormente representada por individuos con las formas típicas laminares, frecuentemente pseudohexagonales. Predominan los individuos castaños con pleocroismo al castaño oscuro, rojizo, o verdoso. En las muestras de debritas y de arenitas están más alterados, y por lo tanto su coloración es generalmente verde pálida hasta casi incolora. Constituye clastos de hasta algunos milímetros en las ignimbritas y las debritas, y en estas últimas es un componente importante de la matriz. Los clastos mayores aparecen fuertemente deformados entre los fragmentos más rígidos, como resultado de la compactación diagenética. En las ignimbritas, donde su abundancia es ligeramente mayor (Tabla 3), aparece fuertemente orientada, paralela a los planos de estratificación. También se encuentra como inclusión tanto en cuarzo como en plagioclasa.

Minerales accesorios.
Se han cuantificado (Tabla 3), sin discriminar en diferentes especies.En las ignimbritas alcanzan los mayores contenidos. Sin embargo su cantidad es máxima en una de las muestras (SP92-2) del grupo de las arenitas. El mineral más común es la magnetita, representada por granos ecuantes, con fuerte redondeamiento en el caso de las arenitas. En las ignimbritas también han sido reconocidos circón y piroxeno, en muy bajas proporciones.

Litoclastos.
No se han valorado diferentes variedades por la ya citada escasez de este componente en la fracción granulométrica arena. La mayoría de ellos corresponden tanto a lavas como a ignimbritas de composición semejante (riodacítica, Kleiman, 1993). Están repre-sentados por individuos con texturas porfíricas (cristales de feldespato y biotita generalmente) en pastas vítreas o más raramente felsíticas.
Los litoclastos son más abundantes en las debritas, y superan generalmente el máximo contenido de las ignimbritas, que fuera establecido en el 12% por Kleiman (1993). Sin embargo, de acuerdo con los contenidos totales (Tabla 3 y 4), su participación es máxima en las arenitas. En las debritas, los líticos más abundantes corresponden a fragmentos de ignimbritas, con caracteres que reflejan su procedencia en el tobáceo (cristales de cuarzo, feldespato y biotita, y trizas vítreas con diferentes grados de soldamiento y de deformación). La fuerte preponderancia de la procedencia piroclástica (ignimbrítica) constituye una diferencia significativa, aparte del tamaño y abundancia de los fragmentos líticos, en la identificación de las DVG.
Algunos litoclastos son casi totalmente vítreos y otros se encuentran fuertemente argillizados. Poreste motivo es probable que su cuantificación en este trabajo sea inferior a la cantidad original, ya que pueden haber sido contados como feldespatos (alterados) o como matriz (pseudomatriz). De acuerdo con los valores presentados en el tabla 3, el contenido agrupado indica un máximo en las arenitas y un mínimo en las ignimbritas.

Pómez.
Los fragmentos pumíceos son bastante escasos en casi todas las ignimbritas y sólo excepcionalmente pueden alcanzar concentraciones superiores al 10% (Fig. 5). Son aún más raros - no superan el 1% - o faltan en los depósitos de flujos de detritos. Debido a su labilidad diagenética su reconocimiento microscópico es muy dificultoso, por lo que por estas circunstancias, es muy probable que en buena proporción hayan sido contabilizados como parte de la matriz (vitroclástica) en las ignimbritas (Tabla 3).

Matriz.
Es abundante en las debritas (Tabla 3) donde
aparece generalmente teñida con hematita. En su masa es posible identificar fragmentos de cuarzo, feldespato, biotita, y materiales arcillosos, con una gran variabilidad de tamaños (gradacionales entre los más finos y los fenoclastos). El carácter isótropo en muchas de ellas indica la abundante presencia de pequeños vitroclastos, producto del redepósito de materiales piroclásticos primarios. Debemos agregar, como fuera anteriormente comentado, que en parte, el material intersticial sea pseudomatriz. Por otro lado, la matriz de las ignimbritas de la TVG está constituida por un agregado fino de vitroclastos con diferentes grados de soldamiento y deformación, como es característico en la mayoría de los depósitos de flujo piroclástico.

Calcita y cementos.
La calcita es abundante en el grupo de las arenitas, donde forma grandes cristales entre los granos del esqueleto. En algunos casos también se observan cementaciones con calcedonia y argilominerales, que por sus características ópticas corresponden mayormente con caolinita e illita. A su vez, en las debritas y en las ignimbritas la calcita aparece como reemplazo localizado a modo de parches, afectando porciones de la matriz, como así también de litoclastos yfeldespatos. A este último respecto, debe señalarse que los granos de feldespato y de líticos fueron contabilizados como tales cuando la calcitización era parcial y era posible el reconocimiento del componente original por los restos inalterados,y/o por el hábito de los pseudomorfos en el caso de los feldes-patos. Por este motivo, el porcentaje real de calcita en las muestras es mayor que el que se detalla en la tabla 3.

Relaciones composicionales.
En el tabla 4 hemos considerado adecuado incluir diferentes relaciones composicionales que pudieran ser expresivas de los procesos involucrados en el origen de los depósitos,y especialmente en lo que atañe a las procedencia de los materiales de la unidad litoestratigráfica. Entre ellas, se ha analizado la relación de algunos componentes de la tabla 3 en relación al cuarzo, que como es conocido, es una de las especies con mayor resistencia físico-química en el dominio exógeno.
El propósito ha sido evaluar la hipótesis sugerida por otras evidencias descriptas en este trabajo, que las ignimbritas (tobáceo) constituyen la roca madre de los materiales sedimentarios ubicados entre las unidades de enfriamiento ignimbríticas.
Los resultados del tabla 4 son coherentes con esa hipótesis, puesto que los componentes metaestables (feldes-patos, biotitas) disminuyen su participación en las arenitas y las debritas, que representarían así la reelaboracion de depósitos piroclásticos primarios. En ese mismo cuadro hemos incluido la relación biotita/feldespato, a los efectos de comparar la estabilidad mutua. Los valores promedio indican, aunque las diferencias son pequeñas, que la biotita disminuye a casi la mitad del feldespato en los materiales derivados (wackes, arenitas). Si bien no existen referencias precisas respecto al comportamiento de estos minerales, consideramos que por las características físicas de las micas, sin tomar en cuenta su estabilidad, son sensiblemente disminuidas en los procesos externos, al ser fácilmente desmenuzadas, y de esta manera pasan a integrar fracciones más finas (matriz), siendo en tal caso más fácilmente alterables.
En el tabla 4 se han incluido los tres componentes principales (cuarzo, feldespatos y líticos) recalculados al 100%, a los efectos de analizar sus variaciones, independientemente del resto de los componentes. Losporcentajes indican una clara disminución del feldespato en relación con las ignimbritas, que es máxima en las arenitas. Esta característica es también coherente con la hipótesis del tobáceo como roca madre, ya que las arenitas han sufrido con mayor rigor que las debritas la acción de los agentes sedimentarios. A la observación microscópica, los contenidos de litoclastos crecen en los materiales reelaborados y alcanzan promedios mayores en las arenitas.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Es oportuno señalar que según nuestras primeras interpretaciones basadas en observaciones parciales en el terreno, y especialmente en la aparente ausencia de planos de estratificación conspicuos con las ignimbritas, consideramos a estos depósitos como sectores de concentración de litoclastos dentro de los depósitos de flujos piroclásticos del tobáceo. Esta primera evaluación respondió a su aparente similitud con ejemplos citados en la literatura especializada (Walker, 1985; Druitt, 1985; Fisher, 1990) cuyo origen responde a diferentes mecanismos de transporte y/o depositación de los flujos piroclásticos.
Esta impresión inicial quedó rápidamente descartada por una observación simple pero diagnóstica, cual es la frecuente asociación interestratificada de debritas finas y tabulares con areniscas bien seleccionadas (psamítico) en algunas localidades (Figs. 3 y 6). Esta asociación indicó su origen intereruptivo sedimentario, a modo de conjunto de intercapas ignimbríticas, y ha permitido descartar que estas brechas correspondan a concentraciones de materiales gruesos dentro de los depósitos de flujos piroclásticos (segregaciones).
Nuestra interpretación de la información hasta aquí obtenida ha sido esquematizada en la figura 10, cuyo sector superior señala que la  Formación Yacimiento los Reyunos está mayormente integrada por la depositación recurrente e intermitente de ignimbritas voluminosas (ciclos, unidades de enfriamiento), cuyas características generales y significado sonmotivo de otro trabajo en desarrollo (Meza, en preparación), y de intercapas (entre ignimbritas) discontinuas y de espesor variable, integradas por paraconglomerados y wackes (DVG), y/o por arenitas feldespáticas mayormente eólicas.


Figura 10. Representación esquematizada del origen de las debritas y de los miembros de la Fm. Yacimiento los Reyunos.
Figure 10. Schematic representation of the origin of debris flow deposits and other lithofacies of Yacimiento los Reyunos Fm.

Todos los rasgos de yacencia descriptos, a los que deben agregarse el carácter poco erosivo, masividad, textura matriz-sostén, gradación inversa basal, y concentraciones difusas de rodados, son típicas de flujos laminares y/o con poca deformación interna (Fisher, 1971; Mazzoni, 1987). Por estas características hemos considerado que su acumulación ha resultado de la depositación de movimientos de remoción en masa, principalmente del tipo de flujos de detritos (lahares), y de barro para el caso de las debritas más finas (wackes), que consideramos como facies distales o más hidratadas que las gruesas (Fig. 10).
Nuestra información textural y composicional indica que estos flujos han movilizado en forma poco selectiva los detritos procedentes de la propia meteorización del tobáceo, y que lo propio ha acontecido, a través de agentes más fluidos, para los del psamítico (Fig. 10). En otras palabras, que la roca madre de ambos miembros son las ignimbritas fenodacíticas con biotita. Esta afirmación sobre la procedencia volcaniclástica de las debritas se basa en los siguientes argumentos:
1) Coloración semejante a los depósitos de flujos piroclásticos del tobáceo, consecuencia de la semejanza composicional y textural de la matriz de debritas e ignimbritas. La coloración es a veces transicional con la del psamítico.
2) Predominancia en la fracción psefítica de las debritas de litoclastos del tobáceo, especialmente de los que corresponden al Ciclo 6.
3) Cristaloclastos con características morfológicas y ópticas semejantes en las tobas, debritas y arenitas, con las mismasrelaciones de abundancia (F>QZ>Bt) en los tres miembros (Tabla 4).
4) Aumento relativo del contenido de cuarzo en la secuencia tobáceoÔDVGÔpsamítico, como resultado del decrecimiento del feldespato y de biotita (componentes metaestables), que valoramos como efectos de grado creciente de intemperismo, y eventualmente de desgaste mecánico en el transporte (Tabla 4).
5) Disminución del Tmx de feldespatos y de cuarzo tobáceoÔDVGÔpsamítico, variación que es interpretada de la misma manera que en el punto anterior (Tabla 2).
6) Disminución creciente del Tmx del feldespato en relación con el cuarzo en la serie tobáceoÔDVGÔpsamítico. Interpretamos que esta relación responde principalmente a la menor resistencia abrasiva de los feldespatos.
La existencia de episodios intereruptivos en la Formación Yacimiento los Reyunos, ya reconocida por Meza (1988), estaba basada en la existencia de arenitas sospechadas de proceder del aporte de las ignimbritas del tobáceo. Las características texturales y composicionales de las debritas, intermedias entre tobas y arenitas, refuerzan notablemente esa interpretación, y a su vez documentan que al menos entre los ciclos 6 y 7, existieron períodos importantes de inactividad volcánica. Esos intervalos fueron suficientemente extendidos y/o efectivos para desintegrar, alterar parcialmente, y erosionar el tobáceo, cuyos materiales -disminuidos en componentes metaestables- fueron redepositados como debritas yarenitas.Debemos señalar que las debritas alcanzan localmente varias decenas de metros de espesor, rellenando canales labrados en las ignimbritas. Estas incisiones denotan procesos erosivos significativos previos a su generación, y refuerzan la evidencia de importantes hiatos entre las erupciones ignimbríticas.
Creemos que el reconocimiento de las debritas y la interpretación sobre su naturaleza volcaniclástica, hace más claramente comprensible la asociación de facies contrastadas de la unidad hasta ahora conocida -ignimbritas y arenitas feldespáticas eólicas-. En efecto, las DVG, configuran el tipo textural y composicional intermedio entre la roca madre piroclástica y los productos más reelaborados por los agentes de transporte de flujo turbulento representados por el psamítico, que si bien mejor seleccionados y algo más maduros, reconocen la misma procedencia en el tobáceo.
Debemos también mencionar que la presencia de depósitos de remoción en masa como los aquí descriptos es compatible con las condiciones climáticas áridas en general (Riggs & Busby-Spera, 1990), locales (Spalletti & Mazzoni, 1972) y regionales (Limarino & Spalletti, 1986), para los tiempos de acumulación de la Formación, en los que se mencionan regímenes de precipitaciones especiales, controlados por la existencia de extensas e inusuales masas continentales (Dubiel & Smoot, 1994). Asimismo, los episodios volcánicos y los productos originados provocan desequilibrios geomórficos y la aceleración de procesos degradacionales (Kuenzi et al., 1979), incrementando dramáticamente la relación erosión/meteorización, patentizada por la abundancia de feldespatos y especialmente plagioclasas en las DVG, que según Nesbitt et al. (1997) condiciona la composición de los depósitos de remoción en masa y de los sedimentos que de ellos derivan.
Finalmente consideramos pertinente señalar que, si bien nuestro estudio no cuenta con información exhaustiva, los elementos reunidos permiten establecer que la asociación de litofacies descripta para la Formación Yacimiento los Reyunos corresponde en general con las facies intermedias y distales de centros volcánicos. La escasa presencia de cuerpos de rocas efusivas y de lavaclastos en las psefitas, laabundancia de líticos de ignimbritas en las DVG, la modestia general de los depósitos de flujos de detritos, y las relaciones estratigráficas descriptas en este trabajo, son mucho más diagnósticas de su asociación con calderas que con estrato-volcanes. Por todas las características citadas consideramos que las DVG y los depósitos wáckicos descriptos están integrando una asociación litofacial de extracaldera en situación intermedia a distal.

Agradecimientos

Los autores desear expresar su reconocimiento a la Gerencia de Exploración de la Regional Cuyo de CNEA por las facilidades y el apoyo brindados durante los trabajos de campo. Al Lic. Julio Salvarredi por por su valiosa participación y ayuda en el terreno y al Licenciado Gonzalo Veiga por su ayuda en la presentación del trabajo. Se agradecen especialmente las laboriosa y acertadas observaciones de los árbitros que contribuyeron a la mejor organización y más clara redacción del trabajo. 

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Recibido: 28 de abril de 1997.
Aceptado: 25 de agosto de 1997.

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