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Revista argentina de cirugía

versión impresa ISSN 2250-639Xversión On-line ISSN 2250-639X

Rev. argent. cir. vol.116 no.2 Cap. Fed. jun. 2024  Epub 01-Jun-2024

http://dx.doi.org/10.25132/raac.v116.n2.1742 

Carta científica

Hidatidosis esplénica única

1Servicio de Cirugía General Hospital Cosme Argerich. Ciudad de Buenos Aires. Argentina

RESUMEN

La hidatidosis es una parasitosis endémica en la Argentina. Los órganos más afectados son hígado y pulmón, pero la afectación esplénica única es infrecuente. El objetivo del trabajo es presentar 2 casos de hidatidosis esplénica única. Su diagnóstico presuntivo se realizó mediante el antecedente epidemiológico y los estudios por imágenes. Las serologías resultaron negativas en ambos casos. El tratamiento fue quirúrgico: se realizó esplenectomía laparoscópica total. Esta patología debe sospecharse en zonas endémicas ante la aparición de quistes esplénicos a pesar de presentar serologías negativas. La esplenectomía total evita la recidiva local y cavidades residuales; se prefiere el abordaje laparoscópico al disminuir la estadía hospitalaria y las complicaciones de la pared abdominal.

Palabras clave: quiste hidatídico; esplenectomía; laparoscopía

La hidatidosis es una parasitosis endémica en la Argentina y el ser humano adquiere la infección luego de la ingesta de alimentos contaminados con huevos del parásito. El desarrollo en el organismo corresponde a la fase larvaria de Echinococcus granulosus.

Los órganos más afectados son hígado (50-80%) y pulmón (25%). La afectación esplénica se observa en áreas endémicas y representa el 50-80% de todos los quistes esplénicos. Los quistes hidatídicos extrahepáticos primarios son infrecuentes y, dentro de ellos, la hidatidosis esplénica única representa el 2 al 3,5%1.

El objetivo de este trabajo es presentar dos casos de hidatidosis esplénica única.

Caso 1

Mujer de 60 años con índice de masa corporal (IMC) de 35 kg/m2, residente en zona rural, consulta por dolor abdominal en hipocondrio izquierdo asociado a vómitos y pérdida de peso (11 kg en 1 mes). La ecografía abdominal muestra una imagen redondeada hipoecogénica de 15 cm (Gharbi tipo V). La tomografía de abdomen con contraste intravenoso muestra una imagen quística calcificada, en contacto con diafragma y estómago (Fig. 1A). Se realizaron estudios serológicos ELISA y Western Blot que resultaron negativos para hidatidosis. Se decide conducta quirúrgica y se realiza esplenectomía laparoscópica. Evoluciona favorablemente y se externa el 3.er día posoperatorio. El estudio anatomopatológico informa lesión de 15×13×11 cm, peso 895 gramos con hallazgos compatibles con quiste hidatídico (Fig. 1B).

FIGURA 1 A y B, C y D: Imagen tomográfica y espécimen patológico de caso 1 y 2, respectivamente 

Caso 2

Mujer de 41 años, con IMC de 37 kg/m2, residente en región rural, consulta por dolor en hipocondrio izquierdo. Se realiza ecografía que informa lesión quística esplénica de 20×16 cm (Gharbi 1). Se realizan tomografía de abdomen (Fig. 1C) y estudios serológicos (ELISA y Western Blot), que resultan negativos para hidatidosis. Se decide conducta quirúrgica mediante esplenectomía laparoscópica. Evoluciona favorablemente y se la externa al 4.o día posoperatorio. El estudio anatomopatológico informó lesión de 20×16×10 cm, con peso de 2410 gramos y hallazgos morfológicos e histopatológicos compatibles con quiste hidatídico, con presencia de microorganismos viables (Fig. 1D).

Las dos pacientes recibieron el mismo tratamiento en sus distintas etapas. La preparación perioperatoria constó de vacunación contra microorganismos encapsulados y tratamiento con albenzadol 15 mg/kg/ día durante 30 días previos y 90 días posteriores a la intervención. En ambas pacientes se realizó una esplenectomía total laparoscópica por vía anterior en decúbito lateral derecho; el control de los vasos cortos se efectuó con bisturí armónico y el hilio esplénico con Hem-o-lok™. Se preparó una solución escolicida ante la posibilidad de rotura, y se logró completar la esplenectomía total sin rotura. La pieza se extrajo a través de una incisión de Pfannenstiel con protección del campo quirúrgico con solución salina hipertónica al 20%. Ambas pacientes completaron el tratamiento antiparasitario posoperatorio durante 3 meses. No se observaron complicaciones ni recurrencia de enfermedad con un seguimiento de 20 y 36 semanas en cada caso.

La afectación esplénica de la hidatidosis sin lesiones hepáticas o pulmonares es excepcional y su presentación clínica es inespecífica. Sin embargo, en zonas endémicas, debe considerarse como un diagnóstico diferencial ante la aparición de cualquier quiste esplénico (Tabla 1).

TABLA 1 Clasificación de quistes esplénicos no parasitarios 

Congénitos Epiteliales. Epidermoides. Mesoteliales Sin celularidad demostrable
Neoplásico Neoplasia de origen endotelial Linfangioma Hemangioma Tumores quísticos primarios Tumores metastásicos
Traumáticos Con claro antecedente traumático Secundarios, sobre todo a hematoma subcapsular
Necróticos Tras infección con esplenitis: antecedente de endocarditis, fiebre tifoidea, linfadenopatías generalizadas infecciosas, mononucleosis infecciosa, etc.
Degenerativas Infartos esplénicos quistificados

Tomada de Morgenstern L. Nonparasitic splenic cysts: Pathogenesis, classification, and treatment. J Am Coll Surg. 2002; 194:306-14.

El primer caso de quiste hidatídico esplénico fue informado por Berlot en 1790 a partir de una autopsia, mientras que Sabadini, en 1991, presentó el primer informe acumulativo con una revisión de la literatura de 300 casos1.

El diagnóstico se basa en la epidemiologia y los estudios por imágenes, puesto que la clínica es inespecífica y los estudios serológicos presentan una elevada tasa de falsos negativos. En nuestras pacientes, el diagnóstico se realizó mediante el antecedente epidemiológico, y estudios por imágenes, y se confirmó por anatomía patológica.

La ecografía, debido a su bajo costo y elevada sensibilidad y especificidad (100% y 97%, respectivamente), es el estudio de imagen inicial2. La especificidad en el diagnóstico de hidatidosis esplénica es, a su vez, 3 veces superior a la serología2. Otra utilidad es que permite clasificar los quistes según la escala de Gharbi3.

La tomografía agrega datos estructurales del quiste, como su calcificación o signos de complicación (sangrado e infección). Asimismo, permite establecer la relación del quiste con los vasos sanguíneos y con órganos vecinos, pudiendo orientar el diagnostico diferencial con otras lesiones, como quiste epidermoide, absceso esplénico y neoplasia quística del bazo2.

Las serologías resultaron negativas en ambas pacientes. Sin embargo, esto no descarta el diagnóstico, ya que ‒como describen Mejri y colaboradores4‒ esto puede observarse hasta en un 62,5% cuando la ubicación es esplénica única, aun con microorganismos viables como en nuestro caso 2.

El tratamiento farmacológico se realiza con antiparasitarios (albendazol) en pacientes asintomáticos, como profilaxis prequirúrgica, o en pacientes que tienen contraindicación quirúrgica. El uso prequirúrgico se realiza con una dosis 10-15 mg/kg/día durante 30 días y 90 días posteriores a la intervención5. En caso de rotura del quiste con volcado de su contenido en la cavidad, la dosis es de 15 mg/kg/día cada 12 horas5.

El tratamiento quirúrgico variará de acuerdo con la edad del paciente, la localización, tamaño y cantidad de quistes, porcentaje de parénquima esplénico residual, comorbilidades y estado general del paciente. Las opciones pueden ser el drenaje percutáneo, el destechamiento con omentoplastia y la esplenectomía conservadora o radical.

El drenaje percutáneo y el destechamiento con omentoplastia cuentan con la ventaja de la mininvasividad, pero exponen a un riesgo de recidiva y potencial formación de abscesos en la cavidad residual. De acuerdo con algunos autores podría además prolongar la estadía hospitalaria4.

La esplenectomía parcial y la enucleación de la lesión tienen un elevado riesgo de sangrado6 y solo estarían indicadas en casos selectos como el de pacientes con comorbilidades mayores, quistes pequeños o en población pediátrica en los que se intente preservar el órgano.

En nuestro trabajo, ambos quistes eran mayores de 15 cm y ocupaban más del 75% del parénquima esplénico, por lo que se eligió la esplenectomía total. Esta intervención evita las cavidades residuales con su posible reinfección, es técnicamente más sencilla, posee menor riesgo de sangrado, y la recidiva es infrecuente.

Algunos autores aconsejan la cirugía convencional para quistes de gran tamaño aduciendo que la movilización y liberación de estructuras vecinas puede ser dificultosa4. En nuestra opinión, la laparoscopia es útil ya que, una vez controlado el pedículo esplénico, la esplenectomía suele ser segura. Este abordaje mejora la recuperación posoperatoria, la reinserción laboral temprana y la disminución de complicaciones de la pared abdominal.

El quiste hidatídico esplénico único es infrecuente; sin embargo, debe ser considerado en la evaluación inicial de lesiones quísticas esplénicas, especialmente en áreas endémicas. Su diagnóstico presuntivo se realiza mediante epidemiologia y estudios por imágenes. La serología negativa no debe descartar la sospecha, debido a la elevada incidencia de falsos negativos. La confirmación se obtiene por resultado anatomopatológico. La esplenectomía total laparoscópica debería ser el abordaje de elección, incluso ante bazos de gran tamaño porque logra la eliminación del parásito, con bajo riesgo de morbimortalidad y recurrencia.

Agradecimientos

Agradecemos la colaboración de Leandro M. Danze, del Servicio de Anatomía Patológica

Referencias bibliográficas /References

1. Prieto M, Marquina T, Mifsut P, Moreno T. Hidatidosis esplénica: 5 casos de esta rara localización. Enferm Infec Micr Cl. 2011;29(8):634-5. https://doi.org/10.1016/j.eimc.2011.04.003Links ]

2. Tévez-Craise L, Daiana-Vaccaro R, De Luca PA, Vásquez-Guillén ME, Calaramo OA, Logioco F. Hidatidosis: Clasificación clínica-imagenológica según Gharbi y la Organización Mundial de la Salud. Rev Argent Radiol. 2022;86(1). https://doi.org/10.24875/rar.m22000010Links ]

3. Gharbi HA, Hassine W, Brauner, M. W., Dupuch, K. Ultrasound examination of the hydatic liver. Radiology. 1981;139(2):459-63. https://doi.org/10.1148/radiology.139.2.7220891Links ]

4. Mejri A, Arfaoui K, Ayadi MF, Aloui B, Yaakoubi J. Primitive isolated hydatid cyst of the spleen: total splenectomy versus spleen saving surgical modalities. BMC Surgery. 2021; 21(1), 46. https://doi. org/10.1186/s12893-020-01036-8Links ]

5. Guía para el equipo de salud N.o 11: Enfermedades Infecciosas-Hidatidosis. (2012). Ministerio de Salud. ISSN 1852-1819 / en línea: ISSN 1852-219X https://bancos.salud.gob.ar/sites/default/files/2018-10/0000000797cnt-2012-03-29_hidatidosis-guia-medica.pdfLinks ]

6. Cai H, An Y, Wu D, Chen X, Zhang Y, Zhu F, et al. Laparoscopic partial splenectomy: A preferred method for select patients. J Laparoendosc Adv Surg Tech A. 2016;26(12): 1010-4. https://doi.org/10.1089/lap.2016.0150Links ]

Recibido: 06 de Marzo de 2023; Aprobado: 03 de Mayo de 2023

Correspondencia: José R. Varela E-mail: jose.varela932@gmail.com

Los autores declaran no tener conflictos de interés.

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