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Pampa (Santa Fe)

versión On-line ISSN 2314-0208

Pampa  no.23 Santa Fe ene. 2021

http://dx.doi.org/https://doi.org/10.14409/pampa.2021.23.e0036 

Reseñas

El Sujeto Necesitado. Una crítica sustantiva al sentido y alcance del concepto económico de necesidad

Mahuén Gallo1  mahuengallo@gmail.com

1CURZA-UNCo – CONICET

Arancibia, Inés. Sujeto Necesitado. Una crítica sustantiva al sentido y alcance del concepto económico de necesidad. 2020. Ediciones UNGS, Argentina: 136p. ISBN: 9789876304924.

Discutir cómo interpretamos las necesidades, resulta de un orden fundamental en un contexto donde entra en el debate público político de qué manera se abordan (si individual o socialmente) las mismas. Esto, sin embargo, supone una revisión más profunda respecto a qué entendemos por necesidad, cómo se define y cuál es el rol de las mismas en un sistema económico.

Inés Arancibia, nos propone un recorrido profundo sobre los orígenes de este debate y la relación entre la economía y las necesidades. De qué manera se han visto institucionalizadas ciertas necesidades, así como también la mercantilización de cómo son resueltas las mismas y el que parece el inevitable medio para satisfacerlas que termina siendo, una vez más, el mercado.

La autora desafía esta mirada ortodoxa de lo económico y recupera debates propuestos hace ya tiempo atrás, pero dejados de lado por las corrientes económicas más hegemónicas. De esta manera, resulta más que provechoso recuperar los cuestionamientos a la mirada formalista de la economía y recuperar propuestas planteadas por autores como Polanyi, Mora y Hinkelammert o el mismo José Luis Coraggio, que plantean una mirada amplia respecto a la satisfacción de necesidades en particular, pero de la economía en general.

A su vez, es de destacar el carácter político que la autora recupera a la hora de pensar tanto lo económico, como la definición e institucionalización de las necesidades. Esto pone en tensión la idea de pensar necesidades universales o, en tal caso, generalizables. Qué es lo que necesita ese sujeto que se toma como representante de una sociedad y cómo resuelve satisfacer sus necesidades, tiene abordajes distintos posibles.

¿Son competencia de resolución individual o hay que pensar las necesidades como un asunto colectivo? Volver a pensar la economía encastrada en la sociedad propone ampliar la mirada de cómo se discuten estos aspectos y Arancibia plantea un recorrido contraponiendo las distintas posturas de pensadores que abordaron esta temática, especificando en cómo se traduce pensar la necesidad en nuestras lecturas económicas y sociales.

La vinculación entre cómo se interpretan y homogeinizan las necesidades, y de qué manera esto se traduce a la hora de lecturas sociodemográficas, se interpela en las lecturas sobre la pobreza y en cómo se define esta. ¿De qué manera? Este libro realiza un recorrido sistemático de cómo la interpretación ortodoxa de la economía plantea necesidades unívocas (desconociendo particularidades territoriales, sociales, históricas o de hábitos) para plantear una línea de corte por ingresos, trazando así quienes son considerados pobres y quienes no. ¿Resulta entonces como única característica para definir la pobreza el ingreso? ¿qué necesidades estamos priorizando sobre otras? Quienes se encuentran debajo de esa línea arbitraria de pobreza ¿son pobres según qué definición de necesidades?

Problematizar cuáles son las necesidades “aceptadas” y las que no tienen lugar, amplía la discusión sobre el tipo de mirada económica ¿qué se puede necesitar de forma aceptada y qué necesidad es “excesiva”?

El cuestionamiento que surge entonces, y que es contrapuesto por quienes hacen una lectura subjetiva de la economía, discute si efectivamente son esas las únicas necesidades a tener presentes, si todas son resueltas en el mercado desde el intercambio o si efectivamente existen otras maneras de resolver, como plantean autores como Polanyi.

Arancibia luego de profundizar en los primeros capítulos sobre las discusiones más técnicas de la postura ortodoxa sobre las implicancias que tiene la interpretación de las necesidades, propone un aporte conceptual sumamente interesante para la economía política y las ciencias sociales a la hora de pensar al sujeto necesitado.

La autora recupera la propuesta de Mora y Hinkelammert que apuestan a una economía para la vida, para pensar las necesidades desde una perspectiva amplia y sustantiva. La idea de incorporar las necesidades antropológicas y subjetivas como parte de aquellas a tener presente en la complejidad que implica la reproducción de la vida ampliada, permite correrse de la relación lineal con el mercado como único abastecedor de los satisfactores las necesidades básicas o naturales.

La propuesta de ampliar la mirada sobre las necesidades también incluye a Max-Neef y Elizalde, cuando discutían complementar la necesidad de la supervivencia con otras ocho más, para evaluar así si una escala de necesidades que contemple las distintas dimensiones del sujeto necesitado.

Resulta muy fructífero contar con estas herramientas de análisis conceptual, donde la autora nos propone el ejercicio de estudiar bien al oponente en tanto mirada formalista de la economía, discutir las alternativas y proponer una mirada superadora. La histórica mirada utilitarista de la economía, su desarrollo e implementación, suponen a su vez un abordaje muy técnico y hasta deshumanizante de cómo leemos las características de una sociedad. Cómo podemos entender las necesidades de un colectivo si estamos midiendo únicamente una ingesta calórica sin importar si vive en una localidad urbana o rural, si cuenta con una producción propia de alimentos o si debe comprar todo.

El aporte que realiza la autora, nos permite ahondar en el debate entre las necesidades individuales y las (no menos importantes) necesidades colectivas, de un modo tal que ve reflejadas las tensiones propias de la vida en comunidad. Sin embargo, esto también va de la mano de una conceptualización de la economía y de quién es ese sujeto necesitado que está analizando esta propuesta.

Pensar al sujeto necesitado en tanto trabajador o trabajadora plantea una postura distinta respecto a quien es ese sujeto y de qué manera se vincula con su entorno y su comunidad. Propone recuperar la perspectiva de la economía del trabajo y ampliar de este modo la capacidad reflexiva a la hora de pensar los desarrollos sociales. Sabiendo que unificar criterios resulta necesario de modo analítico, hay que tener el recaudo de no soslayar en función de unificar, las particularidades de cada espacio.

A su vez, las tensiones propias de cuáles son consideradas necesidades básicas o primordiales, recuperan y cuestionan los acuerdos tácitos hegemonizados sobre cómo entendemos al sujeto en tanto supervivencia o como un sujeto con necesidades, cuyos satisfactores se van a ir adaptando a cada cultura y sociedad en particular.

La potencialidad de insistir en pensar la economía desde otra mirada, obliga a revisar las propias prácticas, así como también a entender que las discusiones sobre políticas públicas y las propuestas de horizontes posibles deben de poder aggiornarse a entender a este sujeto en sus múltiples dimensiones y a la sociedad que lo contempla, que no es una sociedad de mercado.

Limitar el análisis de las necesidades a los ya conocidos planteos hegemónicos, plantea una relación lineal y utilitarista frente a una realidad que es profundamente lo contrario. Poder repensar necesidades sustantivas, situadas, territorializadas y politizadas, nos dará herramientas para encontrar mejores estrategias a la hora de abordar las problemáticas y cuestiones sociales que transitan nuestras comunidades.

Los aportes de Arancibia resultan necesarios de revisar para quienes se dedican a pensar otras economías posibles, así como también a quienes comprenden que el análisis social y económico no es una tarea estática. En El Sujeto Necesitado encontraran nuevas posibilidades de análisis y una apertura de estrategias para pensarnos como sujetos colectivos y necesitados.

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