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Relaciones internacionales

versión On-line ISSN 2314-2766

Relac. int. vol.24 no.49 La Plata jun. 2015

 

ESTUDIOS

Las relaciones entre América Latina e India en un contexto Brics: el papel de Brasil*

Relations Between Latin America and India in The Brics Context: The role of Brazil

Ignacio Bartesaghi**

 


Resumen: Los estudios académicos sobre América Latina e India han ganado terreno en los últimos años, si bien en menor medida que los dedicados a China, los que siguen acaparando el foco de atención. Aun así, en los últimos años existe cierto consenso en que es de vital importancia expandir el análisis de las relaciones con Asia Pacífico más allá de China. Es por eso que adquieren cada vez mayor relevancia en el análisis académico, gubernamental y empresarial los estudios focalizados en India y otros países de Asia Pacífico e incluso sobre los miembros de la ASEAN, por tratarse de un país y una región que muestran importantes transformaciones. Las relaciones comerciales entre América Latina e India han aumentado considerablemente en los últimos años, aunque en menor medida que con China. Resulta vital que América Latina no se descanse en la relación con China y reconozca el enorme potencial de otros países asiáticos, dedicando similares esfuerzos y análisis al otro gran jugador, la India. Este país comparte intereses y objetivos estratégicos con la mayor economía de América Latina, Brasil, a través de foros como el IBSA y el ya conocido grupo BRICS. Es indudable que ambos actores ocupan un sitial de privilegio en términos geopolíticos y resulta interesante explorar de qué manera Brasil puede utilizar esta plataforma de economías emergentes para profundizar su relación con India en todos los niveles, no solo el económico, lo que probablemente sea un beneficio para toda la región.

Palabras clave: BRICS ; América Latina ; India ; Brasil ; Asia Pacífico.

Abstract: Academic studies on Latin America and India have gained ground in recent years, although less so than those devoted to China, which still hogging the spotlight. Still, in recent years there is some consensus that is vital to expand the analysis of relations with Asia Pacific beyond China. That's why they gain increasing importance in the academic, government and business studies focused on India analysis and other Asia Pacific countries and even on ASEAN members, because it is a country and a region that displays important transformations. Trade relations between Latin America and India have increased significantly in recent years, although less so than with China. It is vital that Latin America will not rest in the relationship with China and recognize the enormous potential of other Asian countries, devoting efforts and analysis similar to another great player, India. This country shared strategic interests and objectives with the largest economy in Latin America, Brazil, through forums such as IBSA and BRICS already known. Undoubtedly, both actors occupy a privileged place in geopolitical terms, so it is interesting to explore how Brazil can use this platform of emerging economies to deepen their relationship with India at all levels, not only economic, which may be will benefit throughout the region.

Key words: BRICS ; Latin America ; India ; Brazil ; Asia Pacific.

* Fecha de recepción: 16 de enero de 2015. Fecha de aprobación: 26 de octubre de 2015.

** Director Asociado del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica del Uruguay. Dr. en Relaciones Internacionales (UNLP) integra el Sistema Nacional de Investigadores del Uruguay. ibartesa@ucu.edu.uy El artículo contó con la colaboración de la Lic. María Eugenia Pereira como asistente de investigación.


 

1. Introducción

Los últimos acontecimientos vinculados con el grupo BRICS, tanto los positivos en términos institucionales, como aquellos negativos vinculados con el estancamiento económico de algunos de sus miembros, en conjunto con los cambios suscitados a nivel internacional en los últimos años en claves geopolíticas (pérdida de influencia de las potencias occidentales), llevan a la necesidad de profundizar el estudio del grupo BRICS. El análisis no se justifica sólo desde el punto de vista de las características de sus miembros o del papel que dicho grupo jugará en la gobernanza global, sino también en cómo se posiciona América Latina frente a la dinámica impuesta por los BRICS, la cual, cabe reconocer, aún está por conformar un nuevo escenario que se visualiza incierto para gran parte de los analistas en relaciones internacionales. En cuanto a la estructura del documento, inicialmente se atiende a la importancia de los BRICS en el escenario internacional, análisis necesario para evidenciar las diferencias entre los integrantes del grupo, las que además se han profundizado en los últimos tiempos. En un segundo capítulo se estudia la importancia de India en la economía y el comercio mundial. Un tercer capítulo contextualiza las relaciones entre India y América Latina que, como es sabido, se encuentran muy por debajo de su potencial, para luego tratar el caso de Brasil e India, dos potencias que han demostrado un número importante de coincidencias en relación con los otros socios del grupo, en especial con China y Rusia, y que podrían actuar como un vehículo para la profundización de las relaciones entre América Latina y Asia Pacífico desde el punto de vista político, económico y comercial.

2. Importancia de los BRICS en el escenario internacional

2.1 Los BRICS en el escenario internacional

La sigla BRICS (representa a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) fue acuñada por Goldman Sachs a partir de un ejercicio de prospectiva económica que permitió identificar cuáles serían las potencias para el año 2050. El estudio logró un fuerte impacto internacional especialmente a partir de un nuevo informe publicado por el economista Jim O' Neill en el año 2003 (Goldman Sachs, 2003). La sigla llevó a una generalización del uso del término economías emergentes, concepto que es un poco más amplio que el enfoque económico y comercial del acrónimo BRICS, ya que naturalmente se trata de países que tienen una importancia global en términos geopolíticos. Desde su conformación era esperable que el bloque se afiance como un referente en temas tanto políticos como económicos y comerciales, por lo que se espera una participación activa de sus integrantes en los asuntos internacionales (González, 2010). En los hechos, con el paso de los años el bloque se fue consolidando como un posible marco para la definición de políticas comunes que lo transformen en un interlocutor de suma importancia en la gobernanza global. Desde su conformación, se han realizado seis Cumbres Presidenciales, de las cuales han surgido varios acuerdos. De cualquier forma, los avances de mayor relevancia se dieron en la VI Cumbre celebrada entre el 14 y el 16 de julio del corriente año en Fortaleza y Brasilia, en Brasil, reunión que los analistas consideraron como un punto de inflexión en el accionar del grupo. Entre los resultados más destacados se consolidó la formación del "New Development Bank" (NDB), posibilidad que había sido planteada en la IV Cumbre efectuada en Nueva Delhi, pero que no logró los consensos necesarios hasta la VI Cumbre. Se prevé que, además de la conformación del NDB, se cree un fondo de reserva (Observatorio América Latina – Asia Pacífico, 2014)1.
De acuerdo a la teoría clásica de las relaciones internacionales, entre las naciones que integran los BRICS existen Estados que pueden asociarse con el Realismo o Neorrealismo (Morgenthau y Waltz), lo que se asocia con el "hard power", o también con la teoría del neoliberalismo o interdependencia de Nye y Keohane, que se asocia con el "soft power". Autores como Robert Keohane plantean que existe una jerarquización internacional de los Estados, distinguiendo entre grandes potencias, que son las que actúan solas y cuyas decisiones impactan en el sistema internacional; potencias secundarias, que actúan solas pero tienen un impacto acotado en el sistema internacional y, por último, las potencias medianas, que actúan con otros Estados a través de foros internacionales (Gratius, 2007). Dichos países han impulsado un nuevo orden mundial que ya no está reglado por la unipolaridad o bipolaridad (Estados Unidos y Europa), sino que ha dado paso a lo que ha sido denominado como "G – 0", nuevo escenario internacional aún en proceso de consolidación (Bremmer, 2012). Las economías BRICS, quizás con la única excepción de Sudáfrica, ocupan lugares de privilegio en las variables mayormente utilizadas para medir "el poder real" de dichos Estados en términos de la teoría clásica de las relaciones internacionales. En efecto, se trata del 43% de la población mundial, 21% del PIB mundial, en el entorno del 20% de las inversiones, cerca del 20% del comercio mundial y en conjunto han sido responsables de cerca del 60% del crecimiento de los últimos años (importancia que continuará en los próximos años más allá de la desaceleración económica de sus miembros, en particular de China). Desde la perspectiva de los realistas en clave de la teoría de las relaciones internacionales, si bien Estados Unidos sigue siendo la potencia indiscutida desde el punto de vista militar (cerca del 50% del presupuesto mundial2), todos los miembros de los BRICS han otorgado importancia al gasto militar, aumentando la participación frente al PIB. Es muy contundente el ejemplo de China, en donde se ha visto un notable crecimiento de su gasto militar en los últimos años.

2.2 Una perspectiva desde algunos indicadores3

Como puede observarse en el cuadro presentado a continuación, China explica cerca del 60% del PIB del grupo (frente al 2,1% de Sudáfrica), si bien junto con India presenta el ingreso per cápita más bajo calculado por Paridad de Poder de Compra (PPC).4

Si se atiende al ranking internacional ocupado por los BRICS, salvo para el caso de Sudáfrica5, todas las economías se encuentran en las primeras 10 posiciones en variables como población, territorio y PIB. Además de los desafíos en los ingresos per cápita en comparación con los promedios de la Organización de Cooperación de Desarrollo Económico (OCDE), los magros registros también se repiten en el Índice de Desarrollo Humano, ocupando Brasil y Rusia mejores posiciones que las del resto de los BRICS

En cuanto al PIB, otra de las diferencias evidentes se observa en el desempeño económico. Como lo muestra el cuadro presentado seguidamente, el crecimiento de China e India es muy superior al resto de los miembros, siendo las dos únicas economías que superan la media de crecimiento del PIB de los BRICS esperada para el período 2011 – 2014 (Silva et. al, 2012). Este hecho adquiere importancia desde el momento en que la definición realizada en 2003 preveía que todos los miembros crecerían a tasas superiores a las registradas a la postre por algunos de sus miembros, particularmente en el caso de Rusia, Brasil y Sudáfrica. En contrapartida, economías

que no fueron consideradas (al menos inicialmente), como algunos miembros de la ASEAN, algunos países de Medio Oriente y África, crecen robustamente y a tasas que en algunos casos duplican o triplican las de algunos integrantes de los BRICS. Como se observa en el cuadro 3, hay una clara diferenciación entre el desempeño de China e India con relación al resto de los BRICS, lo que posiciona a dichas economías como las más dinámicas en cuanto a IED, innovación tecnológica y fuente de recursos financieros, si bien debe reconocerse que las distancias entre China e India aún son sustanciales (Rosales y Kuwayama, 2007). Otras mediciones, como el Índice de Capacidades Nacionales de la National Material Capabilities Dataset, indican que China es el único país a nivel global que compite con Estados Unidos en dicho indicador, lo que otorga espacio a la tesis del G – 2 anteriormente comentada (Bergsten, 2009)6.
El crecimiento económico de los BRICS en los últimos años ha estado fundamentalmente explicado por la evolución del comercio exterior, modelo de desarrollo seguido por China en los últimos 20 años, si bien actualmente el mencionado país está cambiando hacia un modelo de desarrollo basado en la expansión del consumo interno (Observatorio América Latina – Asia Pacífico, 2014).

En ese sentido, si se toma el período 2001 – 2012, las exportaciones de bienes de los BRICS computadas en conjunto crecieron a una tasa anualizada del 18% frente al 10% registrado a nivel internacional. Este desempeño le permitió a los BRICS pasar de explicar el 8% de las exportaciones mundiales en 2001 al 18% en 2012. La importancia presentada por China en el grupo también se refleja en el comercio exterior, ya que alcanzó a representar el 64% del total colocado por el bloque y un guarismo algo menor en el caso de las importaciones. Como puede observarse, China es el país de los BRICS con mayor participación en el comercio mundial y el que registró un mayor salto entre los años 2001 – 2012 (en la actualidad se trata del primer exportador mundial). Rusia llegó a representar el 16,5% del total exportado por el grupo, pero a diferencia de China y como también se evidencia en el caso de Brasil y Sudáfrica, perdió importancia en el total colocado por los BRICS, lo que permite confirmar que China ha logrado una mayor especialización hacia las exportaciones que el resto de los miembros (India aumentó levemente la importancia), lo que se encuentra relacionado con su estructura productiva (exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial). Sin embargo, respecto a la importancia frente a las exportaciones mundiales, cabe resaltar que Rusia, Brasil y Sudáfrica aumentaron su participación.

En el caso de las importaciones, Rusia explicó el 17% de las compras externas del bloque, aumentado de forma importante su participación respecto al año 2001. En volumen le sigue India, que también aumentó su aportación, mientras que Brasil y Sudáfrica perdieron relevancia en las compras totales, siempre comparando entre los años 2001 – 2012.

En cuanto al tipo de productos exportados, si se computa a todos los países conjuntamente (incluye el comercio intrazona), los BRICS presentan un comercio bastante concentrado, ya que tanto para el caso de las exportaciones como para el de las importaciones, tres productos (combustibles minerales, máquinas y herramientas mecánicas y máquinas eléctricas, explican cerca del 50% del total comerciado). Atendiendo al dinamismo de las exportaciones, entre los años 2001 2012, los registros más elevados se registraron en los productos de navegación marítima o fluvial, seguido de los minerales escorias y cenizas y muebles, mobiliario médico quirúrgico, artículos de cama y similares (con tasas anualizadas superiores al 22% en el período). Replicando el análisis con las importaciones, los productos que crecieron a esas tasas fueron los minerales escorias y cenizas, los combustibles minerales, las semillas y frutos olea-ginosos (soja) y el cobre y sus manufacturas, todos productos importados fundamentalmente por China, el motor económico y comercial del bloque. En cuanto a la estructura productiva de los miembros, las diferencias son muy importantes entre los integrantes, especialmente entre China y el resto de los países BRICS. La balanza comercial del grupo medido en su conjunto ha sido históricamente favorable, si bien se ha visto acrecentada notablemente en el período 2001 – 2012 por la explosión de China en el comercio internacional, así como por la evolución de los precios internacionales de los productos básicos (minerales y alimentos), lo que también favoreció a los otros integrantes. Cabe precisar que todos los miembros presentaron un saldo comercial positivo en bienes durante 2012. Si se tiene en cuenta el nivel de contenido tecnológico de las exportaciones, se observa que China es el país que cuenta con una mayor participación de productos con contenido tecnológico, alcanzando el 87% del total. En el caso de Brasil, dicho guarismo no alcanza el 30%, mientras que el nivel de Rusia es aún inferior (11,5%)7.
Otra de las características de los BRICS tiene que ver con la importancia de los servicios, registrando en esta categoría un muy buen desempeño en términos de comercio internacional. En ese sentido, todos los integrantes de los BRICS crecieron por encima de las importaciones y exportaciones mundiales de servicios (6% y 7% respectivamente). Al interior de los BRICS, sólo China registró tasas de crecimiento superiores al promedio del grupo en el caso de las importaciones, mientras que en el caso de las exportaciones es India, país que ha adquirido una importante especialización en las colocaciones internacionales de servicios, especialmente en software y otros servicios de ingeniería (India es el principal exportador mundial en estas categorías). La especialización que han adquirido los miembros de BRICS en el comercio internacional de servicios, tiene importancia en términos de desarrollo, ya que se espera que dicha categoría siga ocupando un sitial de suma importancia en las economías emergentes, dada la vinculación cada vez más estrecha entre el comercio de bienes y los servicios que ha dado el impulso de los saltos tecnológicos (OMC, 2014). En suma, podría decirse que si bien se trata de potencias de acuerdo a algunos indicadores (especialmente los considerados para la clasificación de potencias de acuerdo a la teoría clásica de las relaciones internacionales), en cuanto al desarrollo alcanzado los desafíos son todavía enormes.

2.3 Las asimetrías en el grupo BRICS

El procesamiento estadístico presentado en el apartado anterior refleja las asimetrías que existen entre los miembros de los BRICS, lo que ha generado críticas sobre las proyecciones inicialmente realizadas acerca de la importancia económica de sus miembros, emergiendo como contrapartida un importante número de nuevos grupos con países que no integraron el análisis inicialmente presentado por el economista O'Neill (2003). Se trata de Estados bien diferentes desde el punto de vista de sus políticas públicas, sus modelos de desarrollo, su visión de la política internacional, la disponibilidad de recursos energéticos, la estructura social, entre otros tantos aspectos. Las diferencias entre los países son tan profundas que incluso algunos autores plantean si es posible considerar a dicho grupo como marco analítico, pareciendo que dicha definición es algo forzada (Armijo, 2007)8.
Además de las diferencias estructurales, los avances alcanzados en la agenda del grupo, más allá de la reciente conformación del NDB, indicarían la imposibilidad de sostener posiciones comunes, como por ejemplo frente a la reforma de las Naciones Unidas, donde no hay acuerdo respecto a las demandas de Brasil e India de ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En ese sentido, el grupo parece ser más una suma de intereses nacionales entre potencias de diferente orden, donde cabe preguntarse cuál es el objetivo de cada uno de sus miembros frente a lo que es considerado un nuevo orden internacional. Naturalmente, esta realidad no quiere decir que no existan beneficios para sus miembros por formar parte del grupo, especialmente para los de menor poder relativo, caso de Brasil, pero especialmente de Sudáfrica (Turzi, 2010). Lo que sí parece claro y es de suma relevancia para el objeto de estudio es que algunos países poseen un nivel de afinidad mayor y han avanzado en una alianza estratégica de forma bilateral o trilateral, especialmente en las posiciones internacionales adoptadas en las Naciones Unidas y otros foros internacionales. Caso de China con Rusia por un lado, y de India, Brasil y Sudáfrica por otro (IBSA).

3. Importancia de la India como actor global

Como es sabido, se trata del segundo país más poblado del mundo, pero con proyecciones de destronar a China de la primera posición. India cuenta con la mayor fuerza laboral del mundo y una ventaja respecto a otros BRICS en cuanto a su proyección de crecimiento y el uso generalizado del idioma inglés, lo que le permitió especializarse en la comercialización internacional de servicios (a diferencia de China, que no ha logrado tal especialización en dicha categoría). Al respecto de la importancia del idioma, debe tenerse en cuenta que India es, luego de Estados Unidos, el país con más titulados en lengua inglesa (Cardozo, 2008). Un aspecto a resaltar de India es su sistema de gobierno, con una democracia que puede ser definida como elástica y consolidada en relación a los otros países vecinos (Pakistán, Afganistán o Myanmar, por ejemplo) y es capaz, por tanto, de enfrentar conatos de insurrección de manera más ajustada a la filosofía occidental que por ejemplo el tradicional autoritarismo de China (Kaplan, 2011). Es en este punto donde existe un mayor encuentro entre Brasil e India, dos democracias constituidas pero que hasta la fecha todavía enfrentan importantes desafíos en cuanto a los niveles de desarrollo. A su vez, a diferencia de China, tanto India como Brasil son además Estados federales, lo que afecta la rápida implementación de las reformas económicas, las que en el caso de China pudieron llevarse adelante en velocidades bien distintas. Desde el punto de vista social se trata de un país con una estructura muy rígida, con importante tradición y variedad de religiones, así como de lenguas. La potencia emergente debe enfrentar importantísimos desafíos, destacándose la situación sanitaria, donde enfermedades como la malaria lo posicionan en situaciones similares a la africana, las falencias en el nivel educativo (más del 50% de la población no sabe leer ni escribir), y los cuellos de botella en la infraestructura, entre otras debilidades. Podría definirse a India como un país de contradicciones (Bhojwani, 2014). Cabe resaltar que muchas de estas características también están presentes en los otros países BRICS, si bien el impacto en India, en cuanto al potencial de desarrollo, sería aún mayor. Como resultado, India es el país con el nivel más bajo del Índice de Desarrollo Humano y con la tasa de analfabetismo más baja.

Las debilidades señaladas son tan marcadas, que incluso algunos autores cuestionan las proyecciones económicas que indican que dicho país se transformará en una potencia mundial de un orden similar al de China (Santiso, 2006). Cabe resaltar el efecto positivo de las reformas económicas impulsadas en la década del noventa (autonomía de los Estados, desregulación, lo que permitió captar un importante flujo de inversiones, privatización, reformas impositivas, creación de zonas económicas especiales, entre otras). Las transformaciones en India lograron que la economía logre una especialización en el sector servicios, restando importancia frente a la agricultura. Este sector es uno de los pilares de la economía de India, ya que, a diferencia de China y en parte de Brasil (Rusia no cuenta con industria desarrollada), este país no posee una industria manufacturera de importancia (Rosales y Kuwayama, 2007)9.
Si bien como se mencionó anteriormente existen diferentes opiniones, habría coincidencia entre los analistas en que India se transformará en lapróxima potencia una vez se enfríe el crecimiento chino (a medida que alcance mayores niveles de desarrollo perderá dinamismo en su crecimiento). Se espera que India lidere el crecimiento de la clase media mundial, fenómeno que hoy y todavía por unos años ha sido monopolizado por China, pero también es esperable que se convierta en un importante proveedor de productos tecnológicos y de servicios a nivel mundial (Roy, 2010; Dos Santos y Gutiérrez, 2011).

4. El caso de India y sus relaciones con América Latina

Estudios recientes de la CEPAL (2007: 2007: 2012) ratifican la importancia que progresivamente adquiere India para América Latina. A su vez, las transformaciones y nuevas tendencias internacionales indican que las economías emergentes aumentan su poder y tienden a agruparse para ganar mayor peso en el escenario internacional. De hecho, no son pocos los analistas que defienden que la mayoría de los acuerdos comerciales en la actualidad se firman entre bloques regionales y ya no entre países. Las relaciones entre América Latina e India enfrentan una particularidad: Brasil, la economía de mayor influencia internacional de nuestra región, fue identificado como uno de los países que mostrará un mayor dinamismo de aquí al año 2050 (O'Neill, 2003), junto con otros países emergentes, agrupados desde el año 2001 por la sigla BRIC, a la cual unos años más tarde se sumó Sudáfrica (BRICS). Al respecto de esta aseveración, cabe recordar que el mismo O´Neill ha revisado sus proyecciones, especialmente para el caso de Brasil y Rusia. El primer país ha mostrado tasas de crecimiento muy por debajo de lo esperado y no logra sostener el crecimiento interno, afectando el consumo de sus clases medias bajas con sus consabidos efectos sociales que han llevado a cambios en el rumbo económico por parte de la administración. En el caso de Rusia, se encuentra inmersa en una crisis económica profunda, acentuada por los bloqueos económicos de Estados Unidos y de Europa por el conflicto en Ucrania y por la caída en los precios de los combustibles. La importancia progresiva que internacionalmente se le ha otorgado a este grupo, permitió dar pasos firmes hacia la formalización de la sigla BRICS (como la creación del Banco de Desarrollo ya señalada), logrando que los países que lo integran se reúnan con la misma modalidad practicada por otras formaciones "G", como lo es el G20 integrado por Brasil y Argentina.
os US$ 10 mil millones en 2013, aumentando a una tasa promedio del 28% entre los años 2001 – 2013, superando el guarismo presentado por América Latina y el Caribe. El saldo comercial es muy favorable a India (ver gráfico 3). Respecto al MERCOSUR, debe tenerse en cuenta que el bloque cuenta con un acuerdo comercial con India firmado en 2004, el cual, si bien es un acuerdo de preferencias fijas y muy acotado en términos de su cobertura, fue firmado a impulso de Brasil y posiciona adecuadamente a la región para futuras profundizaciones (Bartesaghi, 2010)10. Debe tenerse en cuenta que tanto Brasil como la India son economías cerradas en términos internacionales, con un número de acuerdos internacionales relativamente bajo, un arancel promedio elevado, aplican medidas proteccionistas de carácter no arancelarias y son muy activos en la aplicación de los instrumentos de defensa comercial, a lo que hay que adicionarle todas las restricciones vinculadas con la normativa interna como las impositivas, de inversiones y normas técnicas, entre otras (Bartesaghi, 2014). El acuerdo no presenta por ahora un impacto económico visible para ninguna de las dos partes, pero sí evidenció el interés estratégico de dicho acercamiento para la política exterior de Brasil, no sólo en clave económica sino también geopolítica. Un país cuya población (1.200 millones) superará rápidamente a la de China, con una fuerte demanda de productos alimenticios y
Este hecho permitió que los países emergentes acerquen posturas en aras de definir políticas estratégicas comunes, y ello a pesar de las profundas asimetrías existentes entre sí. Naciones como Brasil e India parecen mostrar algunos puntos en común, como por ejemplo su interés por combatir la pobreza y la desigualdad social o la preocupación por mejorar los índices de educación y el acceso de su población a las nuevas tecnologías, o la demanda por acceder a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Por su parte, América Latina se ha constituido en un proveedor clave de recursos naturales a nivel mundial, lo que ha provocado que algunos países asiáticos como China definan a la región, y en particular a algunos países, como socios estratégicos (creación del Foro CELAC – China es una señal en ese sentido). Las relaciones entre India y América Latina muestran un importante dinamismo en los últimos años, no sólo en términos de comercio de bienes, sino también en servicios y en el flujo de inversiones. En efecto, tomando como referencia la evolución del comercio bilateral entre los dos actores en bienes, el mismo habría superado los US$ 30 mil millones en 2013, creciendo a tasas superiores al 20% entre los años 2001 – 2013. Los montos informados por India son mayores debido a la información del petróleo adquirido desde Venezuela, que sí es informado por dicho país pero no por el latinoamericano. Computando dichas compras, el comercio bilateral entre India y América Latina fue cercano a los US$ 50 mil millones en 2013. Ahora bien, ¿qué país de América Latina lidera la relación con India? En 2013, de acuerdo a las estadísticas informadas por India, cerca del 50% de las exportaciones del país asiático hacia América Latina fueron destinadas a Brasil, le sigue México pero en bastante menor medida, y luego Colombia, país que mantiene un importante flujo comercial con el país asiático más allá de su tamaño relativo frente a las dos potencias regionales recién mencionadas. Respecto de las importaciones del mismo año, si excluimos del análisis el petróleo –que hace de Venezuela el primer proveedor de India–, los principales socios fueron México, Colombia y Brasil. Cabe precisar que este último país es el que presenta una menor concentración de sus exportaciones en combustibles, siendo prácticamente el único producto exportado en el caso de Venezuela, México y Colombia. En los hechos, el MERCOSUR (incluye Venezuela) es el principal socio de India en América Latina, explicando más del 50% del total comercializado con América Latina y el Caribe. El comercio de bienes entre Brasil e India alcanzó una suma cercana a los US$ 10 mil millones en 2013, aumentando a una tasa promedio del 28% entre los años 2001 – 2013, superando el guarismo presentado por América Latina y el Caribe. El saldo comercial es muy favorable a India (ver gráfico 3). Respecto al MERCOSUR, debe tenerse en cuenta que el bloque cuenta con un acuerdo comercial con India firmado en 2004, el cual, si bien es un acuerdo de preferencias fijas y muy acotado en términos de su cobertura, fue firmado a impulso de Brasil y posiciona adecuadamente a la región para futuras profundizaciones (Bartesaghi, 2010)10.
Debe tenerse en cuenta que tanto Brasil como la India son economías cerradas en términos internacionales, con un número de acuerdos internacionales relativamente bajo, un arancel promedio elevado, aplican medidas proteccionistas de carácter no arancelarias y son muy activos en la aplicación de los instrumentos de defensa comercial, a lo que hay que adicionarle todas las restricciones vinculadas con la normativa interna como las impositivas, de inversiones y normas técnicas, entre otras (Bartesaghi, 2014). El acuerdo no presenta por ahora un impacto económico visible para ninguna de las dos partes, pero sí evidenció el interés estratégico de dicho acercamiento para la política exterior de Brasil, no sólo en clave económica sino también geopolítica. Un país cuya población (1.200 millones) superará rápidamente a la de China, con una fuerte demanda de productos alimenticios y con un número importante de empresas cuyo portafolio de inversiones es muy variado –desde producción automotriz hasta extracción de minerales–, que cuenta con voluntad política para consolidar su presencia en foros y ámbitos de decisión a nivel internacional, convierten a India en un socio ineludible para Brasil en su intención de constituirse en un actor relevante en el escenario internacional.

 

5. Las relaciones entre India y Brasil, ¿son estratégicas?

A lo largo del texto se han ido planteando una serie de coincidencias de importancia en la geopolítica internacional entre India y Brasil, si bien también se han resaltado las diferencias que existen entre los dos integrantes de los BRICS, lo que podría afectar el desarrollo del grupo más allá del reciente avance institucional (creación del Banco de Desarrollo). Seguidamente se plantean las diferencias y similitudes en algunas de las variables identificadas. Algunas de ellas son evidentes y no necesariamente alejan a los dos actores en sus intereses globales y regionales, mientras que las similitudes adquieren especial importancia en cuanto a algunas de sus aspiraciones en la órbita internacional.

Parece claro que India y Brasil tienen un peso específico superior al de Sudáfrica, por lo que si bien existe una asociación estratégica entre los tres países (IBSA), la clave de dicha iniciativa está en la agenda definida por India y Brasil. Algunos autores plantean que el IBSA es el ámbito más apropiado para el desarrollo de la estrategia política internacional de los miembros en relación a los BRICS, ya que hay en este ámbito un número mayor de coincidencias en cuanto a la agenda internacional (Corvalán et. al, 2010). Las transformaciones económicas y políticas de los últimos años, especialmente en Asia Pacífico, fueron aprovechadas mayormente por India, mientras que Brasil ha potenciado su relación comercial con China, lo que es cuestionado por el efecto que la misma tuvo en el desarrollo industrial del país. Este fenómeno y las potencialidades del comercio con los países de la ASEAN permiten identificar una potencialidad en el desarrollo de alianzas con India, pero en este caso no sólo basadas en la exportación de productos primarios, patrón de comercio que impulsa China con América Latina y el Caribe. En efecto, así como lo alertó la CEPAL desde 2007, India comenzó progresivamente a integrarse en la red intraindustrial asiática, siendo los países de la ASEAN proveedores tanto de productos primarios como de manufacturas (alta tecnología), países que son competidores directos para América Latina y especialmente para Brasil. Cabe alertar que este fenómeno puede verse profundizado con el avance de las negociaciones que se llevan a cabo en el marco del Regional Comprehensive Economic Partnership (RCEP). En términos históricos, las alianzas jugaron un papel de suma importancia tanto para América Latina como para Brasil, en donde Estados Unidos cumplió un papel de importancia en la década del ochenta, Europa en la década del noventa y China durante la primera década del Siglo XXI. La pregunta es si el acercamiento de Brasil con India puede estar indicando la conformación de una nueva alianza para las décadas siguientes o simplemente será una relación con acuerdos puntuales en diferentes áreas (Santiso, 2006). Como puede observarse, la alianza entre estas dos potencias tiene intereses económicos pero también políticos. No debe olvidarse que India cuenta con el apoyo de Estados Unidos para ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ingreso hoy bloqueado por China, que es socio de India en los BRICS)11. De acuerdo a diferentes especialistas, el ingreso de India favorecería a Brasil, candidato más próximo a ingresar, quizás con posibilidades mayores a la de otros candidatos como Alemania y Japón, otras potencias con un reclamo en ese sentido12.
La importancia adjudicada a la relaciones Sur – Sur por Brasil, donde el Presidente Lula marcó un quiebre respecto a las políticas de sus antecesores, quedó evidenciada por el acercamiento con Sudáfrica e India, con los cuales conformó el IBSA y firmó acuerdos de preferencias fijas con el MERCOSUR, acuerdos que no tienen impacto económico pero sí político (Bernal Meza, Fryba, 2013)13. En el caso de los BRICS, dependerá de Brasil el aprovechamiento de dicho ámbito para profundizar sus relaciones con las potencias asiáticas, en particular con India (China tendría otra prioridad en su política con Estados Unidos y Asia Pacífico) en un contexto internacional en plena transformación y en donde las alianzas estratégicas parecen adquirir la importancia de otrora.

Conclusiones

Parece claro que India continuará aumentando su importancia en la economía y el comercio mundial, lo cual debería reflejar un crecimiento en los niveles de comercialización entre dicho país y América Latina en general. Asimismo, y a partir de la creación del bloque BRICS, Brasil e India renovaron su interés recíproco, aprovechando las nuevas vías y plataformas de comunicación que este esquema les permite, dando pasos firmes hacia una asociación estratégica que, además de impactar globalmente, lo hará también en América Latina. Se observa, además, cómo la relación entre estas dos potencias emergentes varió a partir de la constitución de los BRICS, identificando en qué aspectos este grupo, cuya dinámica y objetivos no persiguen como otros bloques la integración económica, puede favorecer la profundización de las relaciones económicas, políticas y científico-culturales entre los dos países. La relación entre Brasil e India en el marco de los BRICS habilita la conformación de nuevas agendas de cooperación y desarrollo acordes a los cambios geopolíticos internacionales, donde dichos países se ubican en otra posición en las relaciones internacionales.

A su vez, este relacionamiento plantea el desafío que enfrentan otros países de la región, especialmente los más pequeños, en el posicionamiento de Brasil frente a su política exterior como Global Player. Alcanzar dicha posición y reconocimiento exigirá que Brasil contemple, además de sus legítimos intereses, los de otras naciones vecinas que esperan que ejerza un papel de articulador y mediador ante las otras potencias emergentes, como China o India. Hasta el presente, las acciones de Brasil seguidas tanto en el marco del IBSA como de los BRICS, parecen indicar un interés más global que regional, no necesariamente reflejando los intereses de los otros países de la región. Esta realidad le presenta a Brasil un desafío adicional, ya que en momentos donde dicha potencia regional pretende dar pasos firmes hacia su reconocimiento como potencia global, especialmente considerado como interlocutor válido de toda una región, el no reconocimiento de Brasil como líder regional por países como México, Argentina o incluso más recientemente por algunos países andinos (Alianza del Pacífico), podría afectar la estrategia seguida por Brasil, ya no sólo en los BRICS, sino también en otros ámbitos internacionales (Naciones Unidas OMC, G – 20, UNASUR o CELAC).

Referencias

1 Consultado el 12 de noviembre de 2014. En: http://www.observatorioasiapacifico.org/OBSExternalUI/pages/public/debateForm.jsf?di=8

2 Lo que lleva a que algunos autores sigan sosteniendo que todavía se está en un mundo unipolar.

3 Nota metodológica: las estadísticas presentadas en el artículo fueron extraídas de bases de datos internacionales denominadas dinámicas, lo que implica que las mismas están en permanente actualización. Dicha metodología, habitualmente utilizada por las bases de datos internacionales, implica que las consultas posteriores a las fechas presentadas en el documento pueden mostrar variaciones en los montos absolutos, lo que cabe aclarar no afecta las tendencias ni las aseveraciones realizadas a lo largo del texto.

4 Calculado por otras metodologías el ingreso per cápita sería incluso menor.

5 La incorporación de Sudáfrica, si bien también tiene motivos económicos vinculados con su crecimiento futuro en las variables definidas por Goldman Sachs, también muestra claramente su incorporación en términos de la importancia que a nivel internacional se le adjudica a dicho país en la estabilidad de África, si bien su influencia aún está por debajo de lo deseado.

6 Si bien Rusia es el único país de los BRICS que integra el G8, grupo que ya no necesariamente refleja la nueva composición del poder mundial.

7 Considerando la categoría de Bajo, Medio y Alto Contenido Tecnológico. Datos extraídos de la base SIGCI de la División de Integración y Comercio Internacional de la CEPAL.

8 El mismo autor considera válido el cuestionamiento de si Rusia es una economía emergente o en declive.

9 India es el principal exportador mundial de servicios comerciales.

10 Chile tiene un acuerdo similar y está en proceso de profundizar el acuerdo

11 Cabe resaltar que en otros asuntos, como el apoyo a Brasil en la puja con México por el cargo de Director de la OMC, sí hubo acuerdo entre los miembros

12 Grupo denominado G4.

13 Brasil también aumentó su presencia diplomática y comercial con África y los países árabes.

 

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