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Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas. Mario J. Buschiazzo

versión On-line ISSN 2362-2024

An. Inst. Arte Am. Investig. Estét. Mario J. Buschiazzo vol.42 no.2 Buenos Aires dic. 2012

 

RECENSIONES BIBLIOGRÁFICAS

Más fuentes iconográficas para la historia argentina

LA ARGENTINA A FINES DEL SIGLO XIX. FOTOGRAFÍAS DE SAMUEL Y ARTURO BOOTE. 1880-1900.
Dirección editorial: José X. Martini. Curaduría fotográfica: Luis Príamo. Textos: Roy Hora, Leandro Losada, Abel Alexander y Luis Príamo. Versión en inglés: Ian Barnett. (2012). Buenos Aires, Argentina: Ediciones de la Antorcha. 164 páginas.

La colección de once títulos sobre el pasado fotográfico argentino que la Fundación Antorchas editó desde 1987 hasta el 2005 tuvo feliz continuidad a partir del 2007 gracias a Ediciones de la Antorcha, que se formó con el apoyo del editor original, quien le transfirió sus derechos. En este tomo sobre los hermanos Boote, el tercero de la nueva etapa, se mantiene el propósito de investigación y divulgación, rescatando archivos de imágenes pesquisadas en numerosas colecciones privadas y de instituciones, brindando un tipo de fuente no suficientemente explorada en su capacidad de profundizar los relatos del pasado.
Los hermanos Boote fueron los mayores editores de álbumes fotográficos argentinos del siglo XIX, con paisajes, tipos y costumbres, así como de temas encargados por empresas y organismos públicos.  Eran hijos de ingleses de clase media, nacidos en la Argentina, en la época de Rosas el mayor, Samuel, que empezó a fotografiar hacia 1870 para la casa Witcomb. En la década siguiente su hermano Arturo, que era diecisiete años menor, siguió su huella. Ambos publicaron y vendieron fotografías por separado hasta que en 1900 abandonaron esa actividad para volver a sus campos del sur de la provincia de Buenos Aires, ya que la producción agropecuaria era el otro oficio de su familia, así como una conspicua fuente temática para sus imágenes durante tres décadas.
La selección publicada se divide en tres capítulos: “Ciudad de Buenos Aires”, “Provincia de Buenos Aires” y “Otras provincias”. La lectura de las imágenes es introducida por el texto de Hora y Losada, “Clases altas y clases medias en una sociedad en transformación”, y por un estudio biográfico de Alexander y Príamo de los hermanos Boote como fotógrafos y empresarios. Ellos redactaron para cada una de las 130 imágenes seleccionadas un epígrafe que complementa el título y las informaciones que no todos los originales traían. La autoría de cada fotografía también requirió investigación, porque no siempre era la que figuraba en copias y negativos ya que, en esa época, el que compraba el negativo solía figurar como titular de la foto.
De la albúmina fotográfica emerge un relato visual de un realismo fiel –desencantado para la mirada actual– donde los protagonistas están inmersos y fundidos en su contingencia concreta, en contraste con el discurso heroico, en bronce y sobre altos pedestales, que la historia oficial está construyendo en esa época. Las clases medias no están aún muy visibles en estos repertorios destinados a la difusión, aunque en privado eran clientes asiduos de los estudios fotográficos. Detrás de sus cámaras y de los mostradores de sus tiendas de artículos fotográficos, los Boote son ellos mismos representantes genuinos de una clase media dinámica, creativa y en ascenso social, tal como los describe la investigación biográfica de Alexander y Príamo. Avanzando el siglo XX, la clase media se hará dueña del espacio urbano porteño, pero en estas imágenes de fines del XIX lo que predomina es el crudo contraste entre el paisaje de las elites recientemente enriquecidas y el remanente de la Argentina criolla. Las grandes novedades arquitectónicas de Buenos Aires, La Plata y Mar del Plata se recortan sobre un horizonte pampeano casi virgen. La transformación agropecuaria de esa gran pradera bonaerense y la de las provincias del interior son transitadas elocuentemente en el segundo y tercer capítulo. En hipódromos, ferrocarriles, obras públicas, establecimientos rurales y palacios, los Boote buscan los íconos de la Argentina moderna. Pero otros protagonistas también están presentes: los gauchos pobres en sus carretas y ranchos, o en las faenas rurales, ferroviarias y portuarias, o como fantasmas del pasado en calles de las nacientes ciudades. Atrapados por el ojo de la cámara, al que miran fijamente como interpelándonos, desfilan los anónimos grupos de escolares, soldados, policías e indígenas, casi siempre tiesos y en pose pero con toda la inagotable verdad de la imagen fotográfica.

Alberto Boselli

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