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Estudios Socioterritoriales

versión On-line ISSN 1853-4392

Estudios Socioterritoriales vol.29  Tandil jun. 2021

http://dx.doi.org/10.37838/unicen/est.29-202 

Artículo científico

La estructura productiva en la Región Metropolitana de Buenos Aires. De la valorización financiera (1976-2001) a las transformaciones en el siglo XXI

Productive Structure in the Metropolitan Region of Buenos Aires. From financial valorization (1976-2001) towards transformations in the 21st century

Eduardo Marcelo Basualdo1 
http://orcid.org/0000-0001-7548-4458

Leandro Marcelo Bona2 
http://orcid.org/0000-0002-0920-9754

Pablo Daniel Manzanelli3 
http://orcid.org/0000-0002-4683-9405

1 Doctor en Historia. Investigador de Carrera del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Área de Economía y Tecnología de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Argentina). Tucumán 1966, (1050) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina, embasualdo@gmail.com

2 Doctor en Desarrollo Económico. Becario del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Área de Economía y Tecnología de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Argentina). Tucumán 1966, (1050) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina, leandrombona@gmail.com

3 Doctor en Ciencias Sociales. Investigador Asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Área de Economía y Tecnología de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Argentina). Tucumán 1966, (1050) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina, pdmanzanelli@gmail.com

Resumen

La Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA) está constituida por una serie de distritos que rodean a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de Argentina. En ella se concentra el epicentro productivo y poblacional, pues alberga aproximadamente un tercio del producto bruto total y un cuarto de los habitantes del país. Este trabajo se propone analizar cómo respondió la estructura económica de la Región Metropolitana de Buenos Aires a los distintos patrones de acumulación de capital en la Argentina reciente. Para ello se investigan los cambios socioterritoriales en conexión con las transformaciones en la economía política, con particular énfasis en la industria y el empleo en el periodo 2003-2019, y luego se traza una delimitación cardinal-espacial (sur, oeste, norte) que identifica los núcleos estructurales de cada región. Las evidencian indican que los cambios en el patrón de acumulación registrados entre 2003 y 2015 permitieron detener parcialmente el proceso de desindustrialización, aunque no así el de estratificación social y urbana observados durante valorización financiera (1976-2001) en la Región Metropolitana de Buenos Aires, en tanto ambas tendencias regresaron y se potenciaron desde 2016.

Palabras clave: Región Metropolitana de Buenos Aires; Estructura económica; Patrón de acumulación; Desindustrialización

Abstract

The Metropolitan Region of Buenos Aires (RMBA) is constituted by a series of districts that surround the federal capital of Argentina. Here, the productive and population epicenter of the country is concentrated, since it harbors approximately one third of the total gross product and a quarter of the country's inhabitants. This paper analyzes the way in which the economic structure of the Metropolitan Region of Buenos Aires responded to changes among the different capital accumulation patterns in recent Argentina. The purpose is to study socio-territorial changes in connection with the transformations in the political economy, with emphasis in industry and employment during the period of 2003-2019, and then we draw a cardinal-spatial delimitation (south, west, north) that identifies the structural nuclei of each region. Evidences indicate that changes among the capital accumulation pattern between 2003 and 2015 stopped partially the process of de-industrialization, not so the process of social and urban stratification observed during the financial valorization regime (1976-2001) in the Metropolitan Region of Buenos Aires, while those trends returned and deepened since 2016.

Key words: Metropolitan Region of Buenos Aires; Economic structure; Accumulation pattern; Deindustrialization

Introducción

La Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA) está constituida por una serie de distritos que rodean a la capital federal (Ciudad Autónoma de Buenos Aires-CABA) de Argentina. En ella se concentra el epicentro productivo y poblacional, pues alberga aproximadamente un tercio del producto bruto total y un cuarto de los habitantes del país. Dentro de este universo, se destaca la relevancia de los 24 partidos que forman el llamado conurbano bonaerense, un conjunto de localidades que, distribuidas en tres coronas sucesivas de acuerdo a su distancia con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, conforman un área económicamente preponderante y socialmente diversa. Pero a su vez, la RMBA también está constituida por una serie de partidos lindantes con el conurbano, que complementan el perfil productivo que permite visualizar a esta región como una extensa unidad.

Sobre este territorio existen contribuciones con eje en la heterogeneidad social, la historia de su crecimiento poblacional, su centralidad política, el entramado cultural, los formas organizativas (particularmente sindicales y de trabajadores), las políticas públicas, el ordenamiento territorial, las condiciones de vida, las nuevas tendencias en los mercados inmobiliarios, entre otras1. Sin embargo, a pesar de su evidente preeminencia económica, son escasos los abordajes recientes que se concentren en el análisis productivo de la región.

Por este motivo, este trabajo se propone aportar un análisis sobre la estructura económica reciente de la Región Metropolitana de Buenos Aires. El mismo se desarrolla a partir de su evolución socioeconómica en respuesta a los distintos patrones de acumulación de capital en Argentina. Desde el punto de vista teórico, se entiende por patrón de acumulación:

(…) al conjunto de regularidades que aseguran una progresión general y relativamente coherente de la acumulación de capital, es decir, que permita reabsorber o posponer las distorsiones y desequilibrios que nacen permanentemente del mismo proceso (Boyer), donde las características del modo de acumulación dependen de la estructura económico-social, de las luchas políticas y sociales que fueron conformando esa estructura y de la composición del bloque de clases que deviene dominante y que impone un sendero de acumulación acorde con sus intereses. (Basualdo, 2010, p. 6)

Esta categoría es útil para las transformaciones en los procesos de generación, apropiación y uso del excedente económico (Bona, 2018). Ello permitirá examinar qué impacto tienen los cambios en los patrones de acumulación sobre diversos fenómenos, clases sociales, sectores productivos, entre otros; en este caso, la evolución socioeconómica de los partidos que conforman la región metropolitana más densamente poblada de Argentina.

Para realizar esta tarea, la propuesta metodológica consiste en vincular las transformaciones que imprimen los distintos patrones de acumulación en el país, con las tendencias productivas de la región metropolitana, particularmente en relación a la localización y desarrollo industrial, en tanto eje ordenador de la actividad económica y la generación de empleo en el siglo XX (Ferrer, 2008).

La complementación del análisis histórico-estructural de los patrones de acumulación (donde se emplean nociones como clases dominantes y sectores populares, que se vinculan con la dinámica económica) (Arceo y Basualdo, 2006), con el estudio de la conformación y desarrollo socioterritorial de la RMBA, se realiza primero en base a un breve repaso de su evolución en el siglo XX. Más adelante, el estudio se concentra en la radicación y características de las principales firmas (con preponderancia de las industriales), según su ubicación en las distintas áreas de la región en el siglo XXI. Esto último se evalúa de acuerdo a una delimitación según zonas de la RMBA, de acuerdo a su posición cardinal-espacial respecto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (sur, oeste y norte).

El análisis de esta evolución se concentra en los cambios transcurridos entre 2003 y 2019, donde se verificaron significativas mutaciones en los patrones de acumulación. Por ende, la hipótesis que guía este trabajo es que durante el ciclo de gobiernos kirchneristas (2003-2015), se verificaron tendencias opuestas a la desindustrialización que se observó durante la valorización financiera (1976-2001), y permitieron mejorar los registros productivos y sociales de la RMBA; en tanto que bajo el gobierno de Cambiemos (2015-2019) se habría regresado al sendero precedente.

Para desarrollar esta tarea, el trabajo se ordena como sigue. Después de esta introducción, se aborda la conformación estructural -tanto económica como como socioterritorial- de la región en sintonía con las modificaciones que se sucitaron en los diversos patrones de acumulación de capital. Una vez realizada esta tarea, delimitan las zonas de la RMBA según las características geográficas y productivas de las regiones sur, oeste y norte. Posteriormente se relevan las particularidades poblacionales, técnicas, territoriales, de infraestructura y urbanas, además de las económicas de cada área, con el propósito de dar cuenta de la articulación entre las dimensiones materiales y socioespaciales, con particular interés en su evolución reciente (2003-2019). El estudio concluye con las reflexiones finales.

Historia y actualidad de la Región Metropolitana de Buenos Aires bajo los distintos patrones de acumulación

La Región Metropolitana de Buenos Aires, excluyendo la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se constituye en el epicentro económico, social y político de la provincia de Buenos Aires, siendo esta última la de mayor relevancia del país, cualquiera sea la variable considerada. Se trata de un área densamente poblada, pues allí residen el 78,9% de los bonaerenses en tan solo el 4,4% de la superficie provincial y absolutamente preponderante en materia productiva, con prácticamente el 70% del Producto Bruto Geográfico (Dirección Provincial de Estadísticas, 2007). En el total nacional, las cifras son igualmente decisivas, pues en tan solo el 0,5% del territorio, viven el 30,5% de los/as argentinos/as y allí se produce un cuarto del Producto Bruto Total (INDEC, 2020; Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires, 2015b).

El análisis geográfico tradicional remite al estudio del Gran Buenos Aires, un conjunto de 24 partidos que, distribuidos en tres coronas (cada una de las cuales circunda a la anterior hasta alcanzar la CABA), constituyen un espacio definido: el conurbano bonaerense. En ese territorio se concentra una porción significativa de las actividades industriales y de servicios del país, que definen una multiplicidad de conjuntos sociales atravesados por fuertes desigualdades en ingresos, niveles educativos, accesos a bienes y servicios básicos, entre otras (Lanfranchi, 2017). En este territorio conviven, por lo tanto, ‘islas de prosperidad’ como los countries y barrios cerrados, con numerosos asentamientos precarios y villas miseria2 que registran los más altos índices de pobreza, indigencia, insalubridad y hacinamiento (Ronconi et al., 2018). Una megaciudad que condensa, en sus diversas realidades, la plenitud de la ciudad desigual latinoamericana (Zapata, Díaz y Díaz Parra, 2017). Pero la RMBA también incluye otros partidos periféricos extra conurbano, como los económicamente del norte (por ejemplo Zárate y Campana, ejes del corredor Buenos Aires-San Pablo), aquellos que se proyectan hacia el oeste (Luján), así como los distritos del sur que presentan una condición periurbana (Cañuelas, San Vicente) o se ubican en torno a la capital provincial, La Plata (Feito, 2018).

La conformación histórica de este espacio, indica que la constitución de un entramado urbano en torno a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires estuvo ligada desde el siglo XIX al trazado de los ferrocarriles. A partir de allí se fueron articulando pequeños centros urbanos alrededor de las estaciones de trenes, que fueron dando lugar a las localidades que serían pilar del crecimiento poblacional, fundamentalmente una vez alcanzado el nivel de tres millones de habitantes en la capital federal (1947), el mismo que cuenta en la actualidad (Dirección de Ordenamiento Urbano y Territorial, 2006). Asimismo, la ciudad de La Plata, nacida en 1882 como sede administrativa de la provincia, pronto se conectó por vías férreas con la capital nacional (línea Roca) desarrollándose posteriormente los partidos industriales de Ensenada y Berisso.

Este desarrollo del transporte y el poblamiento, derivaba del patrón de acumulación propio del modelo agroexportador, dado que (más allá de su contribución a la generación de un tejido suburbano), la construcción de los ferrocarriles que confluyen en forma de abanico hacia la CABA, fueron concebidos para trasladar las mercancías desde las zonas agropecuarias hacia el puerto. La reproducción ampliada del capital se apoyaba en la maximización de beneficios del bloque dominante con hegemonía de los terratenientes pampeanos, quienes procuraron, mediante el desarrollo del ferrocarril y la inmigración europea, valorizar la tierra bajo el predominio de la propiedad a gran escala, en una articulación con los países del centro donde la región ocupaba un rol de apéndice agrario del capital metropolitano. Como consecuencia de ello (Arceo, 2003). en este contexto, la ciudad tuvo un rápido crecimiento poblacional, con espacios ocupados por la elite (oligarquía terrateniente) y la multiplicación de viviendas precarias (inquilintos, conventillos, bodegones) para los inmigrantes (Calello, 2000).

En el siglo XX se intensificó el desarrollo de barrios obreros en una doble fuente de inmigración (a la europea se le sumó la de países limítrofes), que en muchos casos adolecieron de planificación urbana, por lo que prevaleció el loteo privado especulativo (Subsecretaría de Vivienda y Urbanismo, 2007). Las altas tasas de crecimiento económico del país en el período 1880-1929 permitieron el desarrollo de infraestructura urbana, con la electrificación de la red tranviaria y la ampliación de vías férreas, alumbrado público y obras de salubridad a través de compañías principalmente británicas (Gerchunoff y Llach, 2018).

Con la industrialización por sustitución de importaciones (1930-1975) la urbanización se fue articulando en base al crecimiento de una industria manufacturera que se asentó principalmente en la primera corona (los partidos que limitan con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires). Ello ocurría en un contexto signado por la movilidad social ascendente, en una de las economías de mayor grado de industrialización de América Latina y con altos niveles de organización de la fuerza de trabajo, particularmente a partir de las sindicalización (Peralta Ramos, 2007). La concentración manufacturera del país se advierte al observar que el 60% de la industria nacional se radicaba en la RMBA, en el marco general de distintos ciclos de alianzas de clases entre burguesía mercado-internista y los asalariados como dinamizadores del consumo (O’Donnell, 1977). El mayor tutelaje estatal se enfocaba en un período desarrollista, que marcaba distancias con el liberalismo del modelo agroexportador (Ferrer, 2008).

Bajo este signo, la RMBA tiene en su relevancia fabril, la contracara de su contenido social: el espacio de mayor concentración del proletariado nacional, y más en general de los sectores populares. El acceso a la vivienda para estos sectores durante la industrialización sustitutiva está signado por la forma privada de producir la ciudad, aunque bajo mecanismos de regulación, coordinación y financiamiento del Estado.

Las formas que adquirió el proceso de urbanización durante la vigencia del modelo sustitutivo de importaciones tuvieron como uno de los pilares fundamentales el apoyo brindado por el estado al desarrollo del transporte y la vivienda. El subsidio al precio de las tarifas de transporte facilitaba el desplazamiento masivo de los trabajadores, en un proceso de suburbanización creciente, que complementaba las facilidades para adquirir y construir viviendas en zonas cada vez más alejadas de la ciudad capital y con escasas dotaciones de servicios e infraestructuras. El auge de los loteos económicos permitió a los sectores populares obtener terrenos a bajo costo y sometidos a una fuerte especulación inmobiliaria, que privilegiaba la discontinuidad del trazado urbano, de acuerdo a requisitos previos de valorización. (Calello, 2000, p. 37)

Más allá de lo anterior, para los años 1970 un 11% de los habitantes del Área Metropolitana de Buenos Aires habitaban en villas miseria (Torres, 1993), entre otros aspectos, por una caída de los loteamientos económicos y limitaciones de la estructura económica para absorber y emplear mano de obra con mayores salarios y mejores condiciones de trabajo (Peralta Ramos, 2007).

El proceso anterior se modificó con el advenimiento de la valorización financiera en Argentina3 (1976-2001), que se sustentó en un importante aliento a la desregulación financiera, la libre movilidad de capitales y el alza en las tasas de interés por encima de las internacionales4. La caída de los salarios reales y el incremento del desempleo y subempleo (Gráfico 1), junto al aumento de la precarización del trabajo permitieron la transferencia de ingresos del trabajo al capital y, dentro de este, un desplazamiento del eje ordenador de las relaciones económicas desde la manufactura hacia las finanzas, que inicia un significativo proceso de desindustrialización, con la consecuente destrucción de puestos de trabajo, aumentos del desempleo y subempleo y caída de los salarios reales (Azpiazu y Schorr, 2010; Schorr, 2012). Asimismo, quienes lideran este nuevo patrón de acumulación son los grupos económicos locales (grandes empresas de origen nacional que se ramifican en diversos sectores de la economía), en un ciclo de concentración económica (Basualdo, 2010). El endeudamiento externo registró un elevado incremento tanto por parte del sector privado como público y el excedente económico acabó trasladándose al exterior a través de un masivo proceso de fuga de capitales (Basualdo y Bona, 2020).

Estas transformaciones tuvieron un impacto directo en el escenario metropolitano circundante a la capital federal, pues desde la valorización financiera, la RMBA comenzó a perder buena parte del tejido industrial. La reconfiguración produjo un nuevo panorama manufacturero con el abandono de los establecimientos pioneros (especialmente en el primer cordón circundante a la Ciudad de Buenos Aires), perjudicados desde los años 1970 por la promoción industrial que alentaba la instalación de firmas en otras provincias como San Luis o Tierra del Fuego (lo que en los hechos desmovilizaba al movimiento obrero organizado y relocalizaba especialmente a las grandes industrias) (Azpiazu y Basualdo, 1989). A su vez, se consolidó el crecimiento del segundo cordón del conurbano, mucho más emprobrecido:

(…) se configuran tendencias a la segregación socioespacial que se verían luego acentuadas en los ’90: hacia el norte con las autopistas, crecen las clases medias y altas: hacia el sur, con los ferrocarriles y en asentamientos informales, crecen los sectores populares. Con el nuevo dinamismo de los barrios cerrados en el periurbano surgen nuevos procesos de microsegregación: los viejos fraccionamientos populares pasan a convivir con los countires, barrios cerrados y barrios de chacras y los nuevos centros comerciales y parques industrial, en una lógica de archipiélago. (Subsecretaría de Vivienda y Urbanismo, 2007, pp. 50-51)

Fuente: elaboración personal con base en INDEC (2020) y Neffa, Oliveri y Persia (2010)

Gráfico 1 Evolución del desempleo y subempleo en la Región Metropolitana de Buenos Aires(*). Años 1974-2019 

En efecto, en los años 1990, se constituyeron enclaves de nueva centralidad en el marco de la reestructuración económica y social de aquel período, que se caracterizaron por un conjunto de procesos de profundo impacto económico y urbano: a) nuevas formas de organización del espacio residencial; b) difusión de grandes equipamientos de consumo, entretenimiento y turismo; y c) consolidación de nuevos agrupamientos industriales y rediseño de la red de transporte metropolitano (Cabrera, 2014).

Se desplegaron en ese período fenómenos de concentración de ingresos, ligados a la redefinición del Estado para garantizar un esquema de negocios que alentó la especulación sobre el precio del suelo y resultó simultáneo a la desmejora en las condiciones de vida de la clase trabajadora, que siguió acudiendo (aunque en forma desacelerada) a la RMBA, aún cuando la generación de empleo, especialmente formal y de mayores salarios, resultaba insuficiente. Al mismo tiempo, desde la década de 1990 se multiplicó la afluencia de migrantes de países limítrofes para proveer de servicios a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Las actividades de servicios tomaron preponderancia por sobre la producción de bienes, por lo que se modificó el carácter típico del trabajo en la región con un nuevo proletariado con mayores niveles de precarización (Santarcángelo y Schorr, 2001).

En este contexto, el ‘empresarialismo urbano’ (Harvey, 2001) se basó en una alianza público-privada que permitió la valorización inmobiliaria vía subvención de inversores a expensas de la población local (cesiones de terrenos a precios subvaluados, exenciones impositivas, subsidios, entre otros) y de este modo, el Estado abandonó las funciones de planificación, regulación y controles, a la vez que privatizó los servicios públicos, el transporte y las autopistas. Precisamente, el deterioro ferroviario (tradicionalmente utilizado por las clases trabajadoras que fluyen a la CABA), fue simultáneo al despliegue de autopistas que conectaron a las nuevos desarrollos urbanos de lujo (countries y barrios cerrados) con la capital federal. Inicialmente este despliegue se produjo hacia el corredor norte, donde se alojaron los primeros emprendimientos que dieron cuenta de la ‘suburbanización de las elites’ (Torres, 2001), aunque luego se fue extendiendo incluso hacia el oeste y sur. Con el aumento de los precios del suelo y la vivienda (Baer, 2012) sumado a la desaparición de la construcción de viviendas económicas, se fueron configurando ‘cercanías perturbadoras’ entre franjas de prosperidad y de miseria desde los años 1980, con la dualidad de zonas estratégicas y residuales, en tanto que los ‘distritos de comando’ (sedes de las grandes empresas) permanecieron en el corredor Retiro-Puerto Madero (ubicados en la ciudad de Buenos Aires) y el Acceso Norte (Cicolella, 1999). Las aglomeraciones de lujo (countries y barrios privados) representaban, ya hacia el año 2000, más hectáreas que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y contaban con tan solo 50.000 habitantes (Thuillier, 2005).

La actividad industrial, el tradicional eje articulador de la RMBA, sufrió en este período las consecuencias de la reestructuración derivadas de la valorización financiera. Hacia el año 2004, se estimaba que la cantidad de locales pymes en los 24 partidos del conurbano era un 40% inferior a la de 1974, con una profunda intensidad de la destrucción entre 1994-2004 (se pasó de 27.000 a 19.000 establecimientos) (Observatorio Pyme, 2007). En ese proceso, perdieron peso las industrias más complejas (aquellas con mayor dotación tecnológica) y ganaron terreno (relativamente) las más simples (productos de metal, alimentos y bebidas) (Azpiazu y Schorr, 2010).

Después de la mayor crisis social del país que se inicia en la recesión de 1999 y estalla en 2001 (Basualdo, 2010), se produjo el abandono de la valorización financiera y posteriormente el inicio del ciclo de gobiernos kirchneristas (2003-2015). Se trató de un exponente dentro de un conjunto de gobiernos progresistas latinoamericanos que cuestionaron las políticas del Consenso de Washington y se vieron beneficiados de un contexto externo favorable hasta 2012, gracias al crecimiento de la demanda asiática de bienes primarios (Regalado, 2019). Dentro de un ciclo donde algunos autores han destacado una serie de continuidades con respecto a las tendencias estructurales de la década de 1990 (Féliz y López, 2012; Grigera, 2013), el nuevo período estaría signado por la ruptura de la relación entre endeudamiento externo y fuga de capitales, junto con una reversión de la tendencia a la regresividad de la distribución del ingreso. Asimismo, al quebrarse la unidad entre el capital extranjero y financiero y los grupos económicos locales, comenzó un proceso de tensión dentro del bloque en el poder en el que se vieron desplazados los capitales foráneos beneficiados con las privatizaciones de los años 1990 (Basualdo, 2010).

Como consecuencia de estas transformaciones se registraron algunos cambios significativos en el paisaje urbano, más allá de que si bien existió una recuperación industrial (particularmente explicada por la fijación de un tipo de cambio competitivo o alto que desalentaba las importaciones y salarios en dólares relativamente depreciados) (Azpiazu y Schorr, 2010) que benefició a la Región Metropolitana de Buenos Aires, la misma se mostraría incompleta y limitada, entre otros aspectos, por efecto de la restricción externa desde 2012, la escasez inversora y la preferencia por la fuga de capitales de parte de los sectores apropiadores del excedente económico (Gaggero, Schorr y Wainer, 2014). Como consecuencia de ello, el resurgimiento industrial en la región se produjo especialmente en el período 2003-2008 y estuvo asentado sobre la base heredada de la estructura económica de la valorización financiera: en sectores sin mayor complejidad (alimentos y bebidas, metales básicos, plásticos), de fuerte carácter ensamblador (automotores y autopartes), con escasos eslabonamientos e integración (Castells y Schorr, 2015). En este contexto, no resulta llamativo que haya continuado en la región el proceso de valorización inmobiliaria como uno de los principales vehículos de reserva de valor del excedente económico (Bona, 2018).

El ciclo más dinámico de creación de trabajo se produjo entre 2003 y 2008, cuando las tasas de desempleo y subocupación en el Gran La Plata y el Gran Buenos Aires tuvieron una significativa mejora: cayeron desde valores del orden del 20% a cifras en torno al 7-9%, para luego ingresar en un ciclo de descenso más moderado que llevó a estas tasas al 7% en 2015 (Gráfico 1)5.

Para el caso del empleo privado registrado y los salarios reales en los 24 partidos del Gran Buenos Aires6, las evidencias muestran que durante la crisis de 2001/2002 se produjeron significativas contracciones de los ingresos y los puestos de trabajo (Gráfico 2). Según consta en el Cuadro 1 después de una reducción del 15% del empleo de este tipo entre 1998 y 2002, el período 2002-2008 anotó, en cambio, una recuperación del 82%, en la que se destacó la construcción (264%), el comercio (94%), el conjunto de las actividades (68%) y la industria (79%). Este último dato contrasta con la considerable destrucción de trabajo manufacturero en los últimos años de la primera valorización financiera (1998-2002), como resultado de los mencionados procesos de desindustrialización (con una caída de 21% en la dotación de planta en estos establecimientos).

Fuente: elaboración personal con base en INDEC, MTEySS y CIFRA-CTA

Gráfico 2 Evolución del salario real de los trabajadores registrados del sector privado (pesos constantes de 1996) y el empleo privado registrado en el Gran Buenos Aires (base 1996 = 100). Años 1996-2019 

Cuadro 1 Variación de la cantidad de trabajadores registrados del sector privado en los partidos del Gran Buenos Aires por períodos 

Sector 2002/1998 2008/2002 2015/2008 2019/2015
Industria -21% 79% 5% -14%
Construcción -56% 264% 7% -8%
Comercio -9% 94% 16% -2%
Resto -8% 68% 18% -1%
Total -15% 82% 13% -5%

Fuente: elaboración personal con base en datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social

La tasa de expansión del empleo se modificó en el segundo ciclo de gobiernos kirchneristas, pues allí la misma se amesetó, particularmente en la industria, que solo aumentó el plantel de trabajadores en un 5% entre 2008 y 2015. Los vectores de crecimiento del empleo privado registrado en ese período en el Gran Buenos Aires fueron el comercio (16%) y, en menor medida, la construcción (7%), aunque el resto de las actividades resultaron más dinámicas (18%). Esta evidencia indica que el período 2003-2015 expresó una recuperación industrial, aunque acotada y limitada por los problemas estructurales de la economía argentina, como lo muestran los análisis a nivel nacional (Wainer y Schorr, 2014). Al mismo tiempo, si bien las tasas de creación de empleo se redujeron desde 2009, los salarios reales continuaron creciendo hasta el año 2013 (Gráfico 2).

Para los propósitos de este estudio, esta situación debe cotejarse con la acción del Estado en materia habitacional, donde se registraron al menos siete fenómenos significativos que marcaron distancia con respecto a las tendencias registradas durante la convertibilidad y tuvieron diverso grado de impacto en la RMBA: 1) el cambio en el enfoque de la política habitacional, que pasó a ser concebido como una palanca de la actividad económica y el empleo (a través de un esquema de subsidios a sectores económicos7 y la reactivación de la industria y la construcción); 2) la recuperación de la construcción de vivienda social, especialmente entre 2003 y 2008, cuando se construyeron más alojamientos de este tipo que en todo el período 1976-2001; 3) la generación de proyectos de planificación de la región; 4) la estatización de servicios públicos que permitió en diversos sectores el mejoramiento de acceso a cloacas y agua, así como de la red de ferrocarriles (en este último caso, fundamentalmente desde 2011 con la electrificación, la compra de nuevos coches y la recuperación de estaciones); 5) la intensificación de la política de radicación de Parques Industriales por parte de la provincia de Buenos Aires, como eje del nuevo paradigma productivo manufacturero, con nuevas centralidades laborales en la periferia que absorbieron el grueso de las jóvenes empresas que pueblan la Región Metropolitana en la actualidad; 6) la incorporación de cooperativas y organizaciones sociales al proceso de construcción de viviendas; y 7) el lanzamiento del programa de créditos para la construcción de vivienda única PROCREAR.

Como consecuencia de estos factores, en este período se verificó un crecimiento en la construcción de viviendas sencillas en las zonas más desfavorecidas históricamente del oeste y del sur, más allá de que los precios tuvieron un comportamiento a tono con su cualidad como vehículo de valorización inmobiliaria, y por ende, continuaron resultado ‘prohibitivos’ para el grueso de los sectores populares (Baer, 2012).

Los mencionados instrumentos y políticas se abandonaron entre 2015 y 2019 bajo la irrupción de una nueva modalidad de la valorización financiera, apoyada en el retorno del vínculo estrecho entre el endeudamiento externo y la fuga de capitales, bajo la transferencia de ingresos del trabajo al capital (Manzanelli, González y Basualdo, 2020). La victoria electoral de Cambiemos implicó una reconfiguración de las políticas monetarias, financieras, fiscales y comerciales (Bona, 2019) que generaron, después del período de recuperación de 2003-2015 (CIFRA, 2015), un profundo deterioro en las condiciones de vida de los sectores populares, de significativo impacto en la RMBA: la pobreza en el Gran Buenos Aires pasó del 29,5% en el segundo semestre de 20178 al 40,5% en igual período de 2019, en tanto la indigencia o pobreza extrema registró un aumento del 6,2% al 11,3% en dicho lapso. Los resultados para el Gran La Plata (también perteneciente a la RMBA) difieren en niveles pero muestran las mismas tendencias (INDEC, 2020).

En cuanto a la política habitacional, durante el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) se descartó la producción social de viviendas y los proyectos de planificación urbana y territorial, además de redefinir las potestades regulatorias del Estado, ratificando la lógica del “empresarialismo”9. A nivel nacional, se destacan una serie de decisiones de política habitacional que marcaron el sentido de la gestión macrista: 1) la modificación del marco normativo para dar lugar a la iniciativa privada a través de los Proyectos de Participación Público-Privado (PPP); 2) la pérdida de rango ministerial de la obra pública a través de la disolución del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios; 3) la segmentación de planes y programas de vivienda destinados a distintos estratos sociales, a partir de los cambios en el programa de créditos PROCREAR (anteriormente destinado a la compra y construcción y luego orientado a la adquisición de vivienda existente); 4) la descentralización de obras en cabeza de subsecretarías de Desarrollo urbano y vivienda, de Hábitat y Desarrollo Humano; y 5) la eliminación de programas de producción con participación social de cooperativas de trabajo y otras organizaciones sociales, y la multiplicación de acuerdos con organismos internacionales de crédito (Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial). Bajo estas condiciones, el mapa urbano reiniciaría el sendero de alta estratificación territorial de los años 1976-2001 (Barreto, 2018).

En efecto, esta nueva variante de la valorización financiera no tardó en repercutir sobre el mapa social y productivo de la RMBA: con la caída de los salarios reales (Gráfico 2), la apertura comercial y la desregulación sectorial (en particular un incremento de las tarifas de los servicios públicos que implicó importantes incrementos en los costos de producción) se resintieron considerablemente la producción, el empleo y el consumo de la industria manufacturera (Belloni y Schorr, 2019; Manzanelli y Calvo, 2020). La recesión económica y la crisis social del período 2018-2019 se expresaron en un crecimiento significativo del desempleo, que en 2019 superó el 11% después de 15 años (Gráfico 1). En cuanto al empleo privado registrado, en un contexto donde tuvo una caída global del 5% entre 2015 y 2019 en el Gran Buenos Aires, la más afectada fue la industria, que redujo personal en un 14% (Cuadro 1). A diferencia del antecedente de los años 1990, la merma en este sector fue más significativa que la de la construcción y otros sectores. Ello indica que el mayor impacto de la crisis en la RMBA recayó sobre el sector manufacturero10.

En este contexto, la RMBA, por su participación y preponderancia a nivel nacional, parece haber sido el epicentro de un nuevo proceso de desindustrialización bajo la última modalidad de la valorización financiera (Basualdo, Manzanelli y Bona, 2019).

Las tres zonas de la Región Metropolitana de Buenos Aires

Para un abordaje territorial de este espacio, se han producido distintos encuadres descriptivos de la región, con criterios donde entran en juego aspectos como la proximidad a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la densidad poblacional, el perfil productivo, los usos del suelo, entre otros. La elevada densidad productiva y centralidad poblacional de la Región Metropolitana de Buenos Aires obliga a dividirla en zonas, para poder analizar con mayor detalle sus características principales y tener una visión estructural de la misma. Históricamente se ha utilizado un criterio de segmentación en coronas alrededor de la capital federal, debido a las características que asumió el desarrollo urbano en la región (Kralich, 1995; Fristzche y Vío, 2000). Sin embargo, los procesos de crecimiento y mutiplicación de corredores productivos, nuevas centralidades, periferias y semiperiferias en los últimos cuarenta años, dan cuenta de una zonificación distinta, basada en este caso en un criterio cardinal-espacial: sur, oeste y norte (Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires, 2015a).

En este trabajo se procede a una regionalización que obedece a la distribución cardinal-espacial respecto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (zonas sur, oeste y norte en Figura 1), basada en las técnicas del clustering, que delimita regiones homogéneas y compactas en base a datos socioeconómicos11. La distribución de las principales variables de cada zona se muestra en el Cuadro 2.

Para ello, se toman como punto de partida las características productivas de la región (particularmente la trayectoria y actual radicación industrial, junto a las características demográficas) y los trabajos de regionalización realizados por la provincia de Buenos Aires (Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires, 2011; 2015a y b; 2017).

Visto desde esta perspectiva regional, un examen de su conformación estructural indica que en la zona norte de esta región, que explicó el 38,1% del PBG de la RMBA en 2003, se encuentra radicada la industria moderna y más dinámica en términos de la estructura fabril actual (la industria automotriz, por ejemplo). Se trata de las expresiones iniciales del cordón fabril sudamericano que conecta el parque industrial de la localidad de Pilar con la ciudad brasileña de San Pablo; y en la zona oeste y fundamentalmente en el sur, la industria tradicional y menos dinámica, mayormente mercado-internista, diezmada por las políticas de desindustrialización de la valorización financiera (Basualdo et al., 2019). Aun así la zona oeste representó en términos de la producción total de la región el 21,9% del PBG en 2003, mientras que la zona sur de esta región, la más poblada y extensa territorialmente, explicó el 39,8% del mismo.

Fuente: elaboración personal con base en datos del Observatorio del conurbano-UNGS (2020)

Figura 1 Mapa de la Región Metropolitana de Buenos Aires 

Cuadro 2 Datos seleccionados de las tres zonas de la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA) 

Zona Población 2018 Superficie (Ha) PBG (2003)
  Total % PBA % país Total % PBA % país % PBA % país
Sur 5.251.818 30,5% 11,8% 544.977 1,8% 0,2% 27,6% 10,0%
Oeste 4.251.971 24,7% 9,6% 432.190 1,4% 0,2% 15,2% 5,5%
Norte 4.068.596 23,7% 9,1% 383.420 1,2% 0,1% 26,4% 9,6%
RMBA 13.572.385 78,9% 30,5% 1.360.587 4,4% 0,5% 69,2% 25,1%

Nota: La zona sur comprende a las localidades de Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Berisso, Brandsen, Cañuelas, Ensenada, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, La Plata, Lanús, Lomas de Zamora, Presidente Perón, Quilmes y San Vicente. La zona oeste a Escobar, Exaltación de la Cruz, General Las Heras, General Rodríguez, La Matanza, Luján, Marcos Paz, Merlo, Moreno y Pilar. La zona norte a Campana, General San Martín, Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, Malvinas Argentinas, Morón, San Fernando, San Isidro, San Miguel, Tigre, Tres de Febrero, Vicente López y Zárate

Fuente: elaboración personal con base en datos del Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires e INDEC

La tradicional Zona Sur: eje de la recuperación manufacturera ‘acotada’

A pesar de que la Zona Sur es la de mayor población, superficie y participación en el PBG provincial (Cuadro 3) de esta región no es, como se dijo anteriormente, el área más próspera ni desarrollada de la región metropolitana en tiempos recientes, aunque sí lo fue en los inicios del proceso de industrialización del país.

De hecho, tal como lo señalan Rougier y Pampin (2015) el despliegue de la industria argentina en la década de 1930 se verificó principalmente en la primera corona del conurbano bonaerense, especialmente en el sur (Avellaneda, Berazategui, Lomas de Zamora, Lanús y Quilmes). Si bien durante la sustitución de importaciones se advierte cierta desconcentración de la producción manufacturera, con una pérdida de participación de los partidos del sur en favor de la zona norte, esto se consolida en el marco de la valorización financiera.

Cuadro 3 Datos seleccionados de la Zona Sur de la RMBA según municipios (dólares de 2015) 

Municipios Población estimada 2018 Superficie (Ha) PBG per cápita 2015 % en PBG total de la RMBA Sur
Almirante Brown 590.418 12.933 6.368 7,20%
Avellaneda 354.314 5.248 17.087 12,00%
Berazategui 358.262 22.101 8.133 5,40%
Berisso 95.259 13.759 7.542 1,40%
Brandsen 30.164 112.602 10.547 0,60%
Cañuelas 60.867 119.011 8.777 0,90%
Ensenada 60.903 9.993 57.419 6,70%
Esteban Echeverría 358.342 12.022 8.719 5,40%
Ezeiza 208.615 23.681 8.358 2,80%
Florencio Varela 500.225 18.990 5.255 4,60%
La Plata 703.504 94.223 15.541 9,40%
Lanús 462.964 4.835 9.949 20,80%
Lomas de Zamora 643.437 8.730 8.732 11,00%
Presidente Perón 101.239 12.073 3.794 0,60%
Quilmes 649.480 9.149 8.754 10,50%
San Vicente 73.825 65.627 5.907 0,70%
Zona Sur RMBA 5.251.818 544.977 11.930 100%
% en PBA 30,50% 1,80% 11.294  
ARGENTINA     12.219  

Fuente: elaboración personal con base en datos del Ministerio de Economía de la provincia de Buenos Aires

No obstante ello, la importancia de esta zona se remite no solo a su peso económico sino también a la densidad poblacional, destacándose en su interior la relevancia de la capital provincial (La Plata) y algunos partidos lindantes con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, como es el caso de Lanús y Avellaneda. Así es que en tan solo el 1,8% de la superficie provincial, esta zona supera el 30% de la población bonaerense por la contribución de partidos como La Plata, Quilmes y Lomas de Zamora que superan los 600.000 habitantes. Su gravitación en términos del PBG de la provincia alcanzó el 27,6% en 2003, en tanto que el peso relativo del valor agregado de la agricultura, ganadería, pesca y minería fue del 22,9%, el de la construcción el 23,3%, la industria el 28,3% y los servicios el 30,7% (Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires, 2017a).

En este aspecto debe destacarse que se trata de una zona con dos áreas distinguibles por sus condiciones del suelo: mientras a mayor proximidad a las capitales nacional y provincial prevalecen las tareas industriales, hacia la periferia (en los partidos de Florencio Varela, La Plata, San Vicente) se articulan espacios que integran el cinturón verde y proveen buena parte de las frutas y verduras que se consumen en los centros urbanos de toda la RMBA. También figuran tambos y actividad ganadera con similitudes a la Cuenca del Salado (es el caso de Brandsen) (Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires, 2017b).

En el plano industrial actual, los distritos más relevantes son Avellaneda, Ensenada, Lanús y La Plata. En el primer caso, se trata de un distrito manufacturero por excelencia, con presencia de la refinación petrolera (Shell) y diversas industrias que fueron epicentro de grandes movilizaciones obreras y sumamente trascendentales en la historia argentina. Ensenada se destaca por la localización de YPF y su refinadora, los Astilleros Río Santiago y la firma del grupo Techint (Siderar, ex Propulsora Siderúrgica) (Cuadro 4). Asimismo, la presencia de conglomerados transnacionales de esta región expresa las tendencias a la extranjerización registradas con especial énfasis en la década de 1990 y ratificadas en el siglo XXI (Azpiazu, Manzanelli y Schorr, 2011).

Se trata entonces de una zona con una alta densidad de firmas industriales, donde sobresalen en su área más próxima a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los sectores de refinación de petróleo (que por su importancia se analizará más adelante), alimentos y bebidas, cuero, textiles, sidero-metalmecánica y maquinarias. Los partidos que se ubican más al sur tienen una menor densidad industrial pero de todas formas allí se encuentran fábricas de productos químicos, de hierro y acero, producción y frigoríficos, lácteos y papel (Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires, 2017).

Los distritos cuentan con ciertas especializaciones en las actividades donde prevalecen pequeñas y medianas empresas: calzado y cuero en Lanús, maquinaria y equipo en Avellaneda, sustancias y productos químicos en Esteban Echeverría y Florencio Varela, productos de metal (excepto maquinaria y equipo) en Lomas de Zamora y Quilmes, textiles en Berazategui y fabricación de equipos y aparatos de radio, televisión y comunicaciones en Almirante Brown (Observatorio Pyme, 2007)12.

Como resultado de una política provincial durante el período 2003-2015, una parte significativa de la actividad productiva de la RMBA creció a partir de la radicación de los Parques Industriales. En esta región se ubican 18 emprendimientos de este tipo en prácticamente todos los partidos, incluso en los más alejados como Berisso, San Vicente y Cañuelas. Su instalación, ha redefinido el mapa industrial y absorbe el grueso de las nuevas empresas que se radican en la región (Cushman y Wakefiled, 2018).

Cuadro 4 Principales firmas ubicadas en la Zona Sur de la Región Metropolitana de Buenos Aires 

Sector Firmas y ubicación
Industria de derivados del petróleo Florencio Varela (ISI SRL)
Materiales de construcción Florencio Varela (Industria Weber)
Calzados Florencio Varela (Alpargatas)
Metálicos básicos Florencio Varela (Metálica Calviño)
Papel y productos de papel Avellaneda (Papelera del Plata), E. Echeverría, Quilmes (Kimberley Clark)
Refinación de petróleo Avellaneda (Shell), Ensenada (YPF)
Siderurgia Ensenada (Siderar), Lanús (Siderca)
Astilleros Ensenada (Astillero Río Santiago)
Cubiertas Lomas de Zamora (Firestone)
Aceites y aderezos Lomas de Zamora (Dánica)
Cervecería Lomas de Zamora (Bieckert), Quilmes (Cervecería y Maltería Quilmes)
Terminales portuarias Avellaneda (Exolgan, Tag, Antivari, Orvol, Sol Petróleo, Indupa, Tenanco, Tankser, de Bernardi, Seatank, Pamp, Unión Caribe, YPF, Shell, Dapsa)
Autopartes La Plata (Federal Mogul)
Panificados La Plata (Parma)
Laboratorios La Plata (Bagó)
Frigoríficos La Plata (Frigorina), Lomas de Zamora (Quickfood)
Alimentos y derivados Cañuelas (Molino Cañuelas), E. Echeverría (Molinos Río de La Plata)
Electrónica Avellaneda (Newsan)
Bebidas Esteban Echeverría, Berazategui (Coca Cola)
Tratamiento de residuos Ensenada, A. Brown (CLIBA)
Sanitarios Avellaneda (Roca Argentina)
Aeropuertos y servicios aeroportuarios Ezeiza (Aerolíneas Argentinas)

Fuente: elaboración personal con base en datos de la cúpula empresaria que releva el Área de Economía y Tecnología de FLACSO. La cúpula empresarial está constituida por las 200 empresas de mayores ventas en la economía argentina, tomando en cuenta todos los sectores de actividad salvo la actividad financiera y la producción agropecuaria. Para cada una de ellas se toman en cuenta los datos de sus balances acerca de la distintas variables que permiten analizar su comportamiento económico (ventas, utilidades, endeudamiento externo, etc.) para el período comprendido entre 1991 y 2018

Por sus características estructurales históricas, esta zona ha sido una de las de mayor crecimiento en el período 2003-2008, en el marco de la recuperación de la industria manufacturera mercado-internista, de baja complejidad (Castells y Schorr, 2013). Un fenómeno que da cuenta de esta recuperación se advierte en el incremento de los precios del suelo de los partidos de la zona sur del Gran Buenos Aires, superior a los aumentos de las zonas norte y oeste durante la primera quincena del siglo XXI (Baer y Knauw, 2016). Es esta una de las zonas poblacionalmente densas donde se verificaron visiblemente las mejoras sociales registradas a niveles de la RMBA en el primer período kirchnerista:

En el período 2001-2010 hubo mejoras sustanciales en la disminución del NBI. Se estima que 426.617 habitantes del Aglomerado Gran Buenos Aires dejaron de tener necesidades básicas insatisfechas, bajando el número total de personas con NBI a 1.312.452 personas, lo que representa una disminución del 4,7%. Los mayores efectos de disminución de NBI se registraron en zonas densas, de bajo acceso a infraestructuras y alto nivel de NBI. (Lanfranchi, 2017, p. 8)

El proceso de recuperación industrial, significativo hasta 2008 y moderado entre 2009 y 2015, revirtió su tendencia entre 2015 y 2019. Bajo el enfoque económico ejecutado, la ‘vieja manufactura’, considerada ineficiente (escasamente competitiva) y de baja calidad en empleo, fue identificada como un sector destinado a ‘reconvertirse’ hacia el área de los servicios o de industrias de mayor complejidad, o bien perecer (López y Pascuini, 2017). Las evidencias sobre empleo industrial en este período para el Gran Buenos Aires presentadas antes, mostraron que la pretendida reconversión no fue exitosa y ello contribuyó a deteriorar el cuadro social, en una de las zonas con mayor nivel de vulnerabilidad (Suaya y Arena, 2018). Por esta razón, el deterioro social observado bajo el período reciente se expresó aquí en numerosos cierres y despidos (Basualdo et al., 2019).

La refinación de petróleo en la Zona Sur de la RMBA

Por su importancia relativa y también por el hecho de constituir un caso ilustrativo de la industria tradicional de la zona sur de la RMBA, se ha seleccionado la industria de refinación de petróleo para examinar sus características en esta área geográfica. Al respecto, como puede constatarse en el Cuadro 5, la refinación de petróleo en Argentina está fuertemente concentrada en la provincia de Buenos Aires (71%) y, más específicamente, en su Región Metropolitana (67%).

Cuadro 5 Distribución de la producción de refinación de petróleo según empresas y refinerías, 2018 (porcentajes) 

Empresa Refinería % Producción total
YPF Ensenada-La Plata 33,9
SHELL Dock Sud 17,3
Axion Campana 15,7
Subtotal RMBA   66,9
Trafigura Elicâbe (Bahía Blanca) 4,1
Subtotal Provincia de Buenos Aires   71
YPF Luján de Cuyo-YPF 21,3
YPF Plaza Huincul-YPF 5
Grasta Petrol Gral.Rodriguez - GRASTA 0
Refinor Campo Duran 1,3
Polipetrol Luján de Cuyo-Polipetrol 0,1
OIL Combustibles San Lorenzo - OIL 0,5
New American OIL Plaza Huincul-NAO 0,4
Refipampa Refipampa Colonia (La Pampa) 0,3
Total resto país   29
Total país   100

Fuente: elaboración personal con base en datos de la Secretaría de Energía de la Nación

Las refinerías situadas en la RMBA tienen una larga tradición en la producción sectorial del país, ya que la que hoy gestiona Axion en Campana fue fundada en 1911, mientras que la de Ensenada (YPF) se inauguró en 1925 y aquella ubicada en Dock Sud (Shell) hizo lo propio en 1931 (Ministerio de Hacienda, 2018). Se trata de industrias ‘viejas’ y poco dinámicas en materia de inversiones recientes, pues la capacidad de refinación tuvo un crecimiento nulo desde la privatización de YPF en la década de 1990 (Serrani y Barrera, 2018), cuando las inversiones se limitaron a mejorar la calidad del producto (mayor porcentaje de octano que contiene la nafta en lugar de plomo).

La única excepción respecto a la problemática de la inversión fue la reconstrucción de una nueva planta de coque en Ensenada por parte de YPF (bajo control estatal desde 2012) en el marco del incendio de la misma en 2013. En efecto, como resultante de ello, esta industria funciona desde hace varias décadas con un cuello de botella en términos de la utilización de la capacidad instalada. Las refinerías ubicadas en la RMBA tienen en común que se han instalado cerca de los grandes centros de consumo y de las estaciones portuarias para recibir el petróleo crudo desde el mercado nacional e internacional (Serrani y Barrera, 2018).

La Zona Oeste: el impacto de la desindustrialización reciente en un territorio de amplios contrastes urbanos

La Zona Oeste de la región metropolitana presenta, en sus 432.190 hectáreas, diversas realidades socioproductivas. El distrito más relevante es La Matanza donde se concentran casi 2.200.000 habitantes, en una extensión que cuenta con áreas que abarcan las tres coronas que circunvalan la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En el oeste de la RMBA viven más de 4.200.000 personas, prácticamente uno de cada cuatro bonaerenses. Después de La Matanza, los partidos más poblados son Merlo y Moreno, que cuentan con más de 500.000 habitantes cada uno (Cuadro 6). Por su parte, el producto bruto de la zona representó el 15,2% del PBG provincial en 2003, con un aporte poco significativo en el sector primario (5,7%) y mayores contribuciones en servicios (15%), construcción (17,8%) e industria (18,8%).

El partido preponderante en materia productiva es La Matanza, al detentar el 37,5% de la generación de valor agregado de la Zona Oeste. También es relevante, aunque en mucha menor medida, el municipio de Pilar, que explicó el 17% del producto en 2003, en tanto que la localidad de Merlo generó el 16,5%. En suma, estos tres partidos explican el 70% del PBG del oeste. Prosiguen en importancia los municipios de Escobar y Moreno, el primero capital nacional de la floricultura y el segundo relevante en la producción de productos derivados del plástico (Observatorio Pyme, 2007).

El análisis de la distribución sectorial del producto de la región pone de relieve la supremacía de los servicios en la actividad económica (su participación en el PBG de la zona alcanzó el 54,8% en 2003 según datos del Ministerio de Economía de la provincia). No obstante ello, el peso relativo de la industria tiene un papel muy significativo ya que alcanzaba el 40% en 2003. La actividad de la construcción y el sector primario son poco significativos, más allá de que en el área periférica de esta zona la producción primaria adquiere cierta preponderancia.

El eje de la producción manufacturera de la zona oeste se concentra en tres partidos: La Matanza (32% del PBG industrial de esta región), Pilar (27%) y Merlo (20%), es decir, los tres municipios de mayor peso económico. En el sector periurbano conformado por los partidos de Escobar, Exaltación de la Cruz, General Las Heras, General Rodríguez, Luján, Marcos Paz y Pilar, la especialización se asienta en alimentos y bebidas, tabaco y plásticos (Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires, 2017b).

Cuadro 6 Datos seleccionados de la Zona Oeste de la RMBA según municipios (dólares de 2015) 

Partido Población estimada 2018 Superficie (Ha) PBG per cápita 2015 % en PBG total de la RMBA Oeste
Escobar 247.385 30.375 11.904 9,50%
Exaltación de la Cruz 35.287 63.417 10.698 1,20%
General Las Heras 16.948 72.010 15.996 0,90%
General Rodríguez 105.469 36.014 8.635 2,80%
La Matanza 2.185.597 32.922 5.648 37,50%
Luján 117.364 77.713 9.940 3,90%
Marcos Paz 64.174 45.512 8.771 1,80%
Merlo 591.763 17.313 8.376 16,50%
Moreno 524.675 18.613 4.886 8,30%
Pilar 363.309 38.301 15.762 17,60%
Zona Oeste RMBA 4.251.971 432.190 10.061 100,00%
% PBA 24,70% 1,40% 11.294
ARGENTINA 12.219

Fuente: elaboración personal con base en datos del Ministerio de Economía de la provincia de Buenos Aires

En los tres partidos de mayor impronta fabril se advierte la presencia de algunas grandes empresas, como es el caso de Mercedes Benz, Acindar y Cementos Avellaneda en La Matanza; o Cargill, Molinos Río de La Plata, Nobleza Piccardo, Bayer, Roche, Gador, Atanor, Syngenta y Procter & Gamble en Pilar; o Massalin Particulares y Pirelli en Merlo (Cuadro 7). Si bien estas sobresalen en el paisaje económico de la zona por tratarse de grandes corporaciones, en el universo de las pequeñas y medianas empresas, la zona oeste exhibe en los municipios de Merlo y La Matanza cierta especialización en producción de metales (excepto los de maquinaria y equipo) (Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires, 2015b). También en La Matanza se advierte la difusión de fábricas de menores dimensiones orientadas a la producción de cuero y calzado. La industria autopartista tiene relevancia en Merlo mientras que en Moreno abundan las pequeñas y medianas empresa que elaboran productos de caucho y plástico, además de contar con numerosas empresas de alimentos y bebidas13.

La zona oeste fue uno de los epicentros del proceso de recuperación mercado-internista del período kirchnerista, que posibilitó la reactivación manufacturera gracias al tipo de cambio ‘proteccionista’, fundamentalmente en el período 2003-2008 (particularmente del sector plástico, cuero y calzado que se ubican en esta región) (Observatorio Pyme, 2019). A diferencia de la zona sur, esta región registró una mejor performance industrial en los años 2015-2019 en su corredor noroeste, al radicarse allí parte del eje productivo más dinámico con tránsito hacia el norte, a partir de las industrias de mayor sofisticación vinculadas al complejo exportador, particularmente Pilar (MTEySS, 2020). Bajo el signo de la restricción externa del período 2012, las medidas de control del comercio exterior (declaraciones juradas anticipadas de importaciones, licencias no automáticas, etc) (Chena, Panigo, Wahren y Bona, 2018) se abocaron a proteger a estos segmentos de las importaciones (Observatorio Pyme, 2015).

Cuadro 7 Principales firmas ubicadas en la Zona Oeste de la Región Metropolitana de Buenos Aires 

Sector Firmas y ubicación
Nutrición y cuidado personal Escobar (Unilever)
Automotriz La Matanza (Mercedez Benz)
Envases Luján (Cartocor y Corvenflex-Arcor), Pilar (Matterhorn)
Lácteos General Rodríguez (Mastellone)
Distribución de acero La Matanza (Acindar)
Alimentos General Las Heras (Modelez), Pilar (Bimbo, Campo Austral, Cargill, Kelloggs, Molinos Río de La Plata), Luján (Tía Maruca)
Tabacalera Merlo (Massalin Particulares), Pilar (Nobleza Piccardo)
Laboratorios Pilar (Bayer, Roche, Gador)
Bebidas Luján (CCU Argentina), Pilar (Sidra La Victoria)
Químicos Pilar (Atanor)
Agroquímicos Pilar (Syngenta)
Biotecnología Escobar (Biogénesis Bagó)
Avícola Pilar (Granja Tres Arroyos)
Neumáticos Merlo (Pirelli)
Productos de cuidado personal derivados del papel Pilar (Kimberley Clarck)
Cosméticos Moreno (Avón), Pilar (Johnson & Son, Johnson & Johnson de Argentina, Procter & Gamble, Zschimmer & Schwarks)
Construcción La Matanza (Cementos Avellaneda)
Membranas atérmicas Pilar (Isolant)
Frigoríficos General Rodríguez (Deltacar)
Indumentaria Luján (Nike-Tecnosport, YKK de Argentina)

Fuente: elaboración personal con base en datos del Área de Economía y Tecnología de FLACSO

En cambio, el municipio de La Matanza y los distritos periurbanos fueron sumamente afectados por las políticas económicas de la valorización financiera del período 2015-2019, pues allí radican algunos de los peores indicadores sociales de la región metropolitana (Lanfranchi, 2017). Las industrias mercado-internistas alojadas en el tramo sudoeste de esta zona fueron particularmente afectadas por las políticas económicas de desregulación del comercio exterior (que se verificó en crecimiento de importaciones) y contracción de los salarios que se constituían en los factores de demanda (Manzanelli y Calvo, 2020), que explican parte de los aumentos en los niveles de pobreza del Gran Buenos Aires en este cuatrienio.

El parque industrial y la segmentación urbana de Pilar

En el tejido fabril de esta, se torna central el papel de los parques industriales, dado que en esta región existen 17, donde el de mayor relevancia es el Parque Industrial de Pilar (PIP). Se trata del complejo más grande de Sudamérica, inaugurado en 1973 y de significativa expansión en la década de 1990, con una ubicación estratégica en la ruta del MERCOSUR (Cuadro 8). La trayectoria de este complejo industrial pone de manifiesto el relativo estancamiento de la actividad manufacturera hasta la década de 1990 y a partir de allí un crecimiento explicado por sectores de menor complejidad bajo la extranjerización del aparato productivo (Azpiazu et al., 2011), con una elevada dinámica exportadora orientada a los países limítrofes. Por su parte, durante el siglo XXI se registró un significativo crecimiento del parque industrial hasta alcanzar la radicación completa del predio (194 empresas en 2018 que equivalen a 53 firmas más que en el año 2000).

Cuadro 8 Principales características del Parque Industrial de Pilar (PIP) 

Parque Industrial de Pilar
Inauguración (año) 1973
Superficie (Ha) 920
Empresas radicadas (por año) 1989 40
1994 78
2000 141
2008 181
2018 194
Trabajadores 15.000
Visitantes diarios (clientes, transportistas, etc.) 10.000

Fuente: elaboración personal con base en datos de Briano (2015) y www.parqueindustrialpilar.org.ar

La configuración de este municipio se completa con un importante desarrollo inmobiliario para sectores de altos ingresos y la formación de mano de obra calificada en instituciones de ciencia y tecnología aledañas.

Creemos que el dinamismo del PIP y sus influencias territoriales e industriales están constituyendo una suerte de “nueva centralidad industrial” que, en forma aparentemente paradójica, está ubicada en el borde metropolitano, cuyas características son las propias del periurbano. Es decir, en un territorio que presenta, además de nuevas centralidades -facilitadas por la modernización de la infraestructura de transporte y comunicaciones-, espacios urbanos segregados y autosegregados (residenciales, industriales y de servicios), coexistiendo con emprendimientos de horticultura periurbana y espacios intersticiales vacantes. En ese sentido, Pilar representa un lugar de urbanizaciones cerradas “de alta categoría” que se presentan como distintivas para ciertos actores/clases sociales favorecidos (de élite), a la vez que se constituye en un referente territorial e industrial significativo de la RMBA, paradigma local de nueva centralidad, de nuevo tipo de consumo, de educación privada (y pública) “de calidad”, de un nuevo tipo de turismo, y hasta de nuevas tecnologías de la información y la comunicación. (Briano y Fritzche, 2009, p. 21-22, comillas en el original)

Los emprendimientos de lujo (countries) conviven con barrios precarios que se ocupan en buena medida en servicios de esos predios, muchos de los cuales se encuentran en la zona oeste (Baer, 2012). A pesar de las mejoras sociales y de infraestructura registradas en el censo 2010 (Lanfranchi, 2017), las villas y asentamientos se han multiplicado a lo largo del siglo XXI (RENABAP, 2020), lo que muestra cierta independencia de este proceso con respecto al ciclo económico:

El ciclo que se extendió entre los años 2003 y 2015 puede definirse como de cambio de modelo productivo, retomando una serie de medidas macroeconómicas que tendieron a la redistribución de bienes y recursos, la protección de la producción nacional y el fortalecimiento del mercado interno. No obstante, durante toda la década continuaron las tomas de tierras en el conurbano, algunas en zonas muy degradadas y con situaciones de alta conflictividad. Esto podría parecer paradójico: en un período de mejoras en la situación económica de los más vulnerables, y de fuerte inversión estatal en vivienda y en hábitat, las ocupaciones de suelo continuaron. (Echevarría, 2019, p. 66)

Esta dinámica se explica por la escasez de acceso al suelo a precios accesibles y la ausencia de un marco regulatorio que desdolarice esta actividad, que se ha orientado a funcionar como un mecanismo de reserva de valor a partir de la dolarización de las propiedades (Bona, 2018). Bajo el deterioro social (con caída de los salarios reales y el empleo) del período 2015-2019 y en el marco de las políticas desregulatorias implementadas en ese período, cabe suponer que el fenómeno podría haberse profundizado en años recientes en la zona oeste.

La Zona Norte, mejor preparada para competir a escala internacional

La Zona Norte de la Región Metropolitana de Buenos Aires constituye un eje productivo central en la industria de la provincia y del país. Aquí residen poco más de un quinto de los bonaerenses (3,8 millones de habitantes), en un territorio que solo ocupa el 1,3% de la superficie y donde la distribución de la población en los partidos que la componen indica que los municipios más densos son Tigre y General San Martín, que superan los 400.000 (Cuadro 9).

Dentro de un contexto de áreas donde residen sectores de mayor poder adquisitivo, se encuentran también varios distritos menos favorecidos, con elevadas demandas básicas insatisfechas (Lanfranchi, 2017). Si se analiza el producto per cápita se advierte que partidos como Zárate, Campana, Vicente López, San Isidro y General San Martín superan holgadamente la media de la zona norte y también a los promedios nacionales y provinciales. En cambio, Ituzaingó, José C. Paz, Malvinas Argentinas, San Miguel y Tigre presentan un PBG por habitante considerablemente inferior.

La industria manufacturera se concentra en General San Martín, Vicente López, Tres de Febrero, Zárate y Campana, que representan prácticamente el 70% del valor agregado industrial de la Zona Norte del RMBA. En cuanto a la actividad primaria, existen importantes explotaciones agrícolas en Zárate y Campana (por su condición periurbana) y canteras en Campana y Tres de Febrero; mientras que la construcción resulta muy relevante en distritos con emprendimientos residenciales o de oficinas de lujo, tales como San Isidro, Vicente López y Tigre.

En materia territorial, la zona periurbana de Tigre, San Miguel, San Fernando, Malvinas Argentinas, José C. Paz, Ituzaingó y Hurlingham cuenta con mayor especialización en productos químicos, automotores, autopartes, alimentos y bebidas, caucho y plástico. En la zona más próxima a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (General San Martín, Morón, San Isidro, Vicente López y Tres de Febrero), se destaca la producción de alimentos y bebidas, plástico, maquinarias y equipos y automóviles (Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires, 2015b). En esta zona se encuentran algunas de las más grandes empresas a nivel nacional (Cuadro 10).

Cuadro 9 Datos seleccionados de la Zona Norte de la RMBA según municipios (dólares de 2015) 

Partido Población estimada 2018 Superficie (Ha) PBG per cápita 2015 % en PBG total de la RMBA Norte
Campana 103.565 95.454 29.256 5,90%
General San Martín 423.877 5.575 19.300 17,20%
Hurlingham 191.508 3.543 7.717 3,00%
Ituzaingó 178.670 3.824 6.567 2,40%
José C. Paz 300.035 5.016 3.938 2,30%
Malvinas Argentinas 353.281 6.309 7.392 5,10%
Morón 319.674 5.566 13.029 9,00%
San Fernando 172.911 87.708 14.398 5,10%
San Isidro 292.831 5.144 16.663 10,50%
San Miguel 299.319 8.280 5.821 3,50%
Tigre 447.040 30.435 9.457 7,70%
Tres de Febrero 591.763 4.304 13.227 9,70%
Vicente López 268.509 3.377 25.218 14,60%
Zárate 125.613 118.885 17.075 4,20%
RMBA NORTE 4.068.596 383.420 13.504 100,00%
% PBA 23,70% 1,20% 11.294  
ARGENTINA     12.219

Fuente: elaboración personal con base en datos del Ministerio de Economía de la provincia de Buenos Aires

El análisis de la presencia de pequeñas y medianas empresas en esta zona indica que la producción de textiles y caucho y plástico son los principales rubros de especialización en General San Martín. En San Fernando, Tigre y Tres de Febrero otros tipos de equipo de transporte, así como químicos y muebles tienen cierta relevancia, en tanto que en Vicente López sobresalen las empresas de caucho y plástico junto a la fabricación de productos de metal.

Esta zona tiene entonces una mejor capacidad de resistencia y adaptación a los cambios ocurridos en los patrones de acumulación, pues al radicarse aquí lo más moderno del aparato productivo metropolitano, con fuerte perfil exportador (Fristzche y Vío, 2000), la afectación del mercado interno tiene una incidencia relevante, pero en mucha menor cuantía que en las más rezagadas del oeste y el sur. La especialización de la zona norte se aboca a tareas como electrónica, siderurgia y laboratorios, en un área que cuenta con los mayores índices de formación y capacitación de la mano de obra y donde residen los ‘distritos de comando’ (Usach et al., 2017), ha posibilitado una inserción más ‘exitosa’ en el período de valorización financiera y una mejor adaptación al contexto del siglo XXI. Los menores índices de vulnerabilidad social del Gran Buenos Aires se encuentran en esta zona (Suaya y Arena, 2018).

Cuadro 10 Principales firmas ubicadas en la Zona Norte de la Región Metropolitana de Buenos Aires 

Sector Ubicación y firmas
Automotriz Campana (Toyota, Ford, Honda), Tigre (Volkswagen), Morón (Peugeot)
Autopartes Malvinas Argentinas (Faurecia), Tigre (Ferrosider, Benteler Automovile)
Neumáticos San Fernando (FATE), Vicente López (Pirelli)
Nutrición y cuidado personal Tigre y Vicente López (Unilever)
Metalurgia Ituzaingó (Lo Curvo Sold)
Agroquímicos Campana (Bunge), Zárate (Monsanto), Vicente López (Syngenta)
Cosméticos Malvinas Argentinas (L’Oréal)
Laboratorios Malvinas Argentinas (Laboratorios Raffo), Vicente López (Laboratorios Raffo, Roemmers), San Fernando (GlaxoSmithKilne)
Químicos Malvinas Argentinas (BASF)
Energía y soluciones integrales General San Martín (Grupo Siemens)
Papel Zárate (Celulosa Argentina, Papelera del Plata), San Isidro (Papelera Hozas)
Cementos Tigre (Cementos Avellaneda), Campana (Holcim)
Alimentos Tigre (Nestlé, Mondelez), San Fernando (Mondelez), Malvinas Argentinas (Molinos Río de La Plata), San Isidro (Molinos Río de La Plata), San Fernando (Cadbury-Stani)
Envases Tigre (Tetra Pak, centro técnico)
Electrónica Campana (Newsan)
Refinación y terminación petrolera Campana (Axion)
Siderurgia Campana (Siderca)

Fuente: elaboración personal con base en datos del Área de Economía y Tecnología de FLACSO

Acerca del complejo automotriz en el Gran Buenos Aires: la concentración en la Zona Norte

Uno de los rubros más emblemáticos de la industria de mayor complejidad y modernidad es la producción automotriz. Más allá de estas particularidades, se presenta como caso emblemático de la desintegración vertical del entramado manufacturero a partir de mediados de la década de 1970 (Schorr, 2012). Esta desarticulación estuvo ligada a la crítica herencia del neoliberalismo y al lugar que le asignaron las terminales automotrices a las filiales locales en la división internacional del trabajo sectorial desde la década de 1990, especialmente en el marco del MERCOSUR y la tendencia a la producción del denominado ‘auto mundial’ (Castells y Schorr, 2013).

Esta elevada desarticulación se puede constatar al advertir que el grado de integración de la industria automotriz en el nivel nacional se ubicó en apenas el 19,2% en 2017, medido como la relación entre el valor agregado y el valor de producción. Se trata de una cuestión clave en el análisis del conurbano bonaerense si se tiene en cuenta que 11 de las 17 empresas automotrices del país y 513 de las 1.210 autopartistas estaban radicadas en el Gran Buenos Aires en 2016 (Subsecretaría de Programación Microeconómica, 2018).

Las principales terminales automotrices del Gran Buenos Aires se ubican en la zona norte de la misma (Cuadro 11) y estas fábricas comparten además su especialización productiva en el segmento de automóviles y vehículos comerciales livianos. En cambio, el rubro autopartista está más atomizado en un conjunto amplio de empresas de menores dimensiones y con mayor dispersión geográfica (Tigre, Gral. San Martín, Malvinas Argentinas, entre otros) (Subsecretaría de Programación Microeconómica, 2018).

La ubicación de las autopartistas reviste importancia dado que el esquema productivo sectorial se sustenta en el sistema secuenciado en el que son permanentes los despachos de camiones de las empresas autopartistas a las ensambladoras. Al respecto, cabe señalar que dada la concentración de la industria en la zona norte y su fuerte orientación exportadora, la infraestructura principal para el transporte sectorial de la provincia es la Ruta Nacional Nº 9, las provinciales 4 y 6 y el puerto Zárate-Campana.

Cuadro 11 Cantidad y principales empresas del sector automotriz según ramas de actividad. Año 2016 

  Vehículos automotores Partes, piezas y accesorios para vehículos automotores
Cantidad de empresas 11 en el GBA 17 en el total del país 513 en el GBA 1.210 en el total del país
Zona Norte: Honda (Campana), Peugeot-Citroen (Morón), Wolkswagen y Ford (Tigre), Toyota (Zárate) Zona Norte: Dana, PABSA, Irauto y Lear (Tigre), Spicer Ejes Pesados, Becciu, SKF, Ferrosider, Faurecia y Federal Mogul (Malvinas Argentinas), FATE (San Fernando), MA Automotive y Polimetal Procesos (Tres de Febrero), Hutchinson (San Isidro), Carraro (Morón), Establecimientos Romet, Sadar, Tenneco, Unionbat, R. Bosch y Aniceto Gómez (San Martín), Autopartes Argentina (Vicente López)
Principales empresas Zona Oeste: Mercedes Benz (La Matanza) Zona Oeste: Johnson Matthey, Kromberg y Scubert, Trico, Konvekta y Plastic Omnium (Pilar), Mirgor, Grupo Dema y Sabó (La Matanza), Pirelli y Prestolite (Merlo), 3M Argentina y Australtub (Escobar)
Zona Sur: Bridgestone-Firestone y Pikington Automotive (Lomas de Zamora), Sogefi y Mann+Hummel (Lanús), Taranto (Avellaneda), Autopartes Rida (F. Varela), Brugsa (Quilmes)

Nota: se trata de las ramas 341 (vehículos automotores) y 343 (autopartes) de la CIIU Rev. 3

Fuente: elaboración personal con base en datos del Ministerio de Hacienda de la Nación (Informes y Datos de Cadenas Productivas, Cadenas de Valor de la Industria Manufacturera) y Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires (2017)

Reflexiones finales

La Región Metropolitana de Buenos Aires, en tanto eje productivo y poblacional de Argentina, no estuvo exenta a las modificaciones estructurales que trajo aparejada la valorización financiera y, en un sentido más amplio, la hegemonía del neoliberalismo a nivel mundial. Esto se expresó en una significativa segmentación territorial, que dio lugar a la proliferación de barrios de lujo y cerrados, corredores de nuevas centralidades periféricas, en simultáneo al aumento de villas y asentamientos populares.

Si bien las zonas sur, oeste y norte experimentaron nuevas tendencias bajo el ciclo de gobiernos kirchneristas, pues se verificó una recuperación de la producción manufacturera y del empleo, además de ciertas funciones estatales en la generación y gestión de vivienda, especialmente pública, resultó insuficiente para revertir estructuralmente las tendencias precedentes, es decir, los altos niveles de desigualdad y estratificación espacial. En el último período bajo análisis (2015-2019), en el marco de una nueva modalidad de la valorización financiera signado por las políticas de apertura comercial, desregulación sectorial y depresión salarial se complementó con las políticas habitacionales tendientes a la mercantilización del suelo. Al respecto, los retrocesos económicos de dicha etapa, marcados por una reducción de los niveles de empleo e ingresos en la RMBA (particularmente en la rama manufacturera), ponen de manifiesto que operó un nuevo proceso de desindustrialización. Por estos motivos, los niveles de desempleo, pobreza e indigencia tuvieron un marcado ascenso, que tiene como epicentro a una región que concentra el 60% de la actividad industrial del país.

En este trabajo se analizaron con detalle las características productivas de las zonas sur, oeste y norte de la RMBA. Se observó que en la primera y segunda, más allá de los cambios acaecidos en los últimos 40 años, continúan residiendo las industrias y servicios más rezagados en términos de tecnología, especialización y diversificación. El análisis estructural muestra que es en el norte y parte del oeste (Pilar) donde se concentran las ramas de mayor generación de valor y perfil exportador, a partir del desarrollo automotriz, de alimentos y bebidas, químicos, celulosa, siderurgia, con una mejor conexión con el eje Buenos Aires-San Pablo. También allí se asientan parte de los distritos de comando y las nuevas centralidades que eligen las elites, estructurados desde la Autopista Panamericana.

En cambio, en buena parte del oeste y directamente en el sur, la producción industrial se caracteriza por una inserción periférica dentro de la RMBA, pues contiene menores firmas de punta y goza de una menor complejidad. Quizás por estas razones el impacto de las políticas económicas tendientes a la desindustrialización tienen un impacto mayor e implican un deterioro social más significativo, que se advierte al analizar los índices de vulnerabilidad social de la región.

Agradecimientos

Los autores agradecen los comentarios y sugerencias de quienes evaluaron este estudio y se los exime de errores u omisiones del mismo. Este trabajo fue realizado en el marco del proyecto “Condicionamientos estructurales, macroeconómicos y sectoriales y sus manifestaciones en el sector externo” (PICT 2016-3306), que cuenta con el patrocinio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

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1Solo para mencionar algunos trabajos, cabe citar en estas tareas a Kralich (1995) para la delimitación espacial; Ciccolella (1999), Torres (1993; 2001) y Cabrera (2014) para el análisis socioterritorial; Di Virgilio, Guevara y Arqueros Mejica (2015) y Usach, Garrido-Yserte y Gallo-Rivera (2017) para el análisis geográfico y funcional; Lanfranchi (2017) y Observatorio Conurbano (2019) para el examen de las condiciones de vida; Vergara (2018) para el estudio de la segregación; Ronconi, Casazza y Reese (2018) para el relevamiento de la infraestructura urbana; Beccaria (2019) para el análisis de los ingresos monetarios, entre otros.

2En Argentina se llama villa miseria a los barrios muy precarios, sin acceso a condiciones básicas de salubridad y servicios públicos. En otros países de la región toman nombres diversos: poblaciones (Chile), cantegriles (Uruguay) o favelas (Brasil).

3 Arceo y Basualdo (1999) han definido a la valorización financiera como “la colocación de excedente por parte de las grandes firmas en diversos activos financieros (títulos, bonos, depósitos, etc.) en el mercado interno e internacional. Este proceso, que irrumpe y es predominante en la economía argentina desde fines de la década de los años setenta, se expande debido a que las tasas de interés, o la vinculación entre ellas, supera la rentabilidad de las diversas actividades económicas, y a que el acelerado crecimiento del endeudamiento externo posibilita la remisión de capital local al exterior al operar como una masa de excedente valorizable y/o al liberar las utilidades para esos fines” (p. 41). El mecanismo de la valorización financiera consistió en que la deuda externa (y específicamente la deuda del sector privado) aumentara decisivamente, porque el núcleo central del nuevo patrón de acumulación estuvo basado en renta financiera que realizó el capital oligopólico local (grupos económicos locales y capitales extranjeros radicados en el país). Se trató de un proceso en el cual las fracciones del capital dominante contrajeron deuda externa que fue colocada en activos financieros en el mercado interno (títulos, bonos, depósitos, etc.) para apropiar excedente a partir de la existencia de un diferencial positivo entre la tasa de interés interno e internacional y, posteriormente, fugarlos al exterior estableciendo una relación estrecha entre ambas variables.

4Desde una mirada más general, el proceso vernáculo de la valorización financiera se articuló en el marco del giro neoliberal a escala global, que significó una redefinición del modo de acumulación, caracterizado entonces por el avance del capital sobre el trabajo, las políticas económicas de apertura comercial, desregulación sectorial, privatizaciones de los servicios y empresas públicas, mercantilización de derechos y servicios, crecimiento de las finanzas y traslado de la producción manufacturera mundial hacia el sudeste asiático, entre otros aspectos (Harvey, 2007).

5Si se mira el empleo privado registrado en los partidos del Gran Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, junto al Gran La Plata, Pilar, Zárate-Campana, Escobar y Luján, entre 2008 y 2015 se crearon unos 300.000 puestos de trabajo, con particular dinamismo de los aglomerados de mayor tamaño (GBA, GLP) y Pilar (MTEySS, 2020).

6El dato publicado por el Observatorio del Empleo y Dinámica Empresarial del Ministerio de Trabajo refiere a los 24 partidos del Gran Buenos Aires o bien el resto de la provincia. Por este motivo, no pueden presentarse datos agregados de la RMBA.

7Desde 2002 y hasta 2015 se desplegó un esquema de subsidios a sectores económicos basado en la financiación nacional de tarifas de energía y transporte, lo que derivó en una rebaja de los costos de producción (Bona, 2018).

8Los datos de pobreza e indigencia de 2015 no pueden constatarse porque las series publicadas por el INDEC entre 2007 y 2015 no son confiables. De todos modos, según se desprende de un análisis alternativo realizado por Manzanelli et al. (2020) para el conjunto nacional en el primer semestre de 2015, la incidencia de la pobreza se ubicaba en 29,3%, en tanto que en el primer semestre de 2019 subió al 35,4%.

9Como caso emblemático en este sentido se destaca la colocación, por parte de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, de Dante Galezzi como Director Provincial de Ordenamiento Urbano y Territorial en 2017. Este funcionario, encargado entre otros aspectos de regular la actividad y desarrollo de barrios cerrados y countries, es un ejecutivo de la empresa Nordelta (uno de los mayores consorcios de emprendimientos urbanos de lujo) y miembro de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU).

10Tendencias similares se registran en el Gran La Plata (MTEySS, 2020).

11La otra alternativa es emplear la teoría de grafos o la de redes neuronales, que tratan de definir regiones con un criterio de funcionalidad. Sin embargo, resulta más complejo contar con información sobre las relaciones y los nexos poblacionales y económicos que vinculan las distintas unidades geográficas de esta región (Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires, 2017).

12Del total de ocupados en pymes en la zona sur del Gran Buenos Aires hacia 2007, el Observatorio Pyme indicaba que 17,2% se encontraban en metales comunes y productos de metal, 14,2% en alimentos y bebidas, 11,5% en cuero y calzado, 10,5% en sustancias y productos químicos, 9% en maquinaria y equipo y 8,7% en caucho y plástico, ocupando todos ellos más del 70% de los trabajadores de este tipo de firmas (Observatorio Pyme, 2008).

13A nivel empleo, son las pymes de alimentos y bebidas las que ocupan prácticamente un tercio de los ocupados industriales de la zona, seguidas por productos de metal con el 15% y muebles (9,2%) (Observatorio Pyme, 2008).

Recibido: 12 de Abril de 2020; Aprobado: 15 de Septiembre de 2020

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