Introducción
La pérdida erosiva de los dientes es un proceso multifactorial que puede conducir a la pérdida tanto del esmalte como de la dentina. Afecta a alrededor del 35% de todas las personas a nivel mundial. 1
El desarrollo de erosión dental (ED) es la pérdida de la sustancia dentaria por un proceso químico que no incluye la presencia de bacterias. Primero, los signos de desgaste erosivo de los dientes aparecen como una superficie lisa, sedosa y brillante, a veces opaca.
En las etapas más avanzadas se producen cambios en la morfología original. La erosión de la superficie oclusal provoca crestas de dentina redondeadas y cóncavas, así como espacios en la restauración que parecen sobresalir en las superficies de los dientes adyacentes en los dientes afectados. 2
El desgaste de los dientes puede ser causado por factores externos o internos. Los factores extrínsecos están asociados con el consumo de alimentos o bebidas ácidas o la exposición a contaminantes ácidos en el medio ambiente. 3, 4
Los factores relacionados con la dieta han recibido más atención, ya que afectan a una gran parte de la población. La evidencia actualmente disponible apoya firmemente el papel de muchos alimentos y bebidas ácidas de consumo común en la ED. 5, 6
La propiedad de un ácido está determinada por la acidez del valorante, la cantidad de ácido realmente presente (la concentración de iones de hidrógeno o pH) y la fuerza relativa del ácido (o la facilidad con que el ácido libera los iones H-pKa). Los componentes sólidos y solubles de la bebida, como la reacción del esmalte de hidroxiapatita frente a los ácidos, también afectan su corrosividad. La corrosividad de una bebida es sólo “potencial” y la corrosividad real, in vivo, depende de los usos y hábitos de consumo. 7, 8 Las tasas de ED varían ampliamente en todo el mundo. En Polonia se evaluó una población de 1869 jóvenes de 18 años, donde la prevalencia fue del 42,3%, con mayor predisposición al sexo masculino y asociada a una dieta ácida, hábitos higiénicos y condiciones médicas como asma, trastornos alimentarios y reflujo esofágico gástrico. 9 En Mumbai, India, evaluaron a nadadores profesionales, 75 hombres con una edad promedio de 18,6 ± 6,3 y 25 mujeres con una edad promedio de 15,3 ± 7,02; que no presentaban enfermedad estomacal ni consumo de alimentos ácidos. Se encontró una tasa de ED del 90%. Se observó que la prevalencia de erosión y superficies rugosas era mayor cuanto mayor era la duración de la práctica de natación por día. 10
En América Latina, en la ciudad de Brasilia, Brasil, la prevalencia fue del 28,7% en una población de 12 a 30 años y la ED se relacionó con factores como la renta familiar mensual, el chicle, beber refrescos y jugos antes de acostarse. 11 En Colombia se ha reportado una incidencia del 57,3% en la población de 10 a 15 años, vinculándose el consumo de bebidas y snacks artificiales de limón con la aparición de esta enfermedad. Además, concluyeron que la transición de la adolescencia a la edad adulta conlleva cambios psicosociales que aumentan el riesgo de ED. 12
En Perú se evaluaron 247 niños de 6 a 12 años de un establecimiento público de Lima; con una tasa de erosión del 9,31%, tanto en dientes primarios como permanentes. 13
La ED es un gran desafío para los odontólogos en el diagnóstico, identificación de factores etiológicos, intervención terapéutica adecuada y aplicación de medidas preventivas. La presente investigación tuvo como objetivo determinar la relación entre la ED y el consumo de bebidas refrescantes en escolares de 12 a 16 años del Centro Educativo Juan Velasco Alvarado del distrito de Pillco Marca, Perú.
Materiales y métodos
Se realizó un estudio observacional y transversal.
La muestra de estudio estuvo conformada por 135 niños y niñas de 12 a 16 años que acudieron al Centro Educativo Juan Velasco Alvarado del Distrito de Pillco Marca entre los meses de noviembre y diciembre de 2013. El estudio fue aprobado por el Comité Institucional de Investigación de la Universidad Nacional “Hermilio Valdizan”, bajo resolución No 122-2014-UNHEVAL-FM-D. Se incluyeron las historias clínicas con datos completos de niños de 12 a 16 años, que hayan cumplido con las evaluaciones clínicas intraorales, incluyendo el índice de ED según la clasificación de Eccles, 14, 15 y que hayan respondido una encuesta sobre el consumo de bebidas refrescantes. Los datos de las historias clínicas habían sido registrados por un único evaluador clínico.
Se excluyeron los registros de la base de datos que no contaban con todas las variables del estudio.
La información se obtuvo de las historias clínicas elaboradas, con previo consentimiento informado de los padres. Los datos obtenidos de las historias clínicas fueron: a) edad y sexo, b) consumo de bebidas refrescantes (gaseosas, rehidratantes, aguas minerales, jugos y néctares), frecuencia semanal de consumo, tipo y marca comercial, datos fueron obtenidos mediante un cuestionario; c) valoración del tipo de ED según la clasificación de Eccles: 14, 15
Clase I: lesiones superficiales que incluyen únicamente el esmalte.
Clase II: lesiones localizadas que afectan al esmalte y una pequeña porción de dentina, menor a 1/3 de la superficie.
Clase III: lesión generalizada que afecta a la dentina en más de un tercio de la superficie. IIIa: superficies bucales, IIIb: superficies linguales y palatinas; IIIc: superficies incisales y oclusales; IIId: con invasión severa de muchas superficies.
Este índice evalúa mediante un sistema integral el desgaste de las cuatro superficies visibles (bucal, cervical, lingual y oclusal/incisal) de todos los dientes presentes.
Análisis estadístico
Se creó un formulario digital con las variables estudiadas de la ficha clínica en el programa IBM SPSS Statistics 19. Después de eso, fue creada una base de datos. Los análisis estadísticos se realizaron utilizando el mismo programa. Se calculó la prevalencia de ED, la frecuencia de consumo de bebidas refrescantes y se analizó la relación entre las variables. Para el análisis, el índice de ED se agrupó en dos categorías: menor o igual a clase I y mayor o igual a clase II.
La frecuencia de consumo de bebidas refrescantes se categorizo en: no consumen o consume menos de dos veces por semana, consume 2 veces a la semana, consume 3 a 5 veces a la semana. Para evaluar la asociación entre las variables se aplicó la prueba chi-cuadrado. Para todas las tablas en las que una o más celdas tuvieran un valor inferior a 5, se aplicó la prueba exacta de Fisher. En todos los casos se he considerado estadísticamente significativo un valor p<0,05.
Resultados
La muestra total incluyó 135 historias clínicas de menores escolares, un 65,9% pertenecientes al sexo femenino y un 34,1% al masculino. Se clasifico la edad de manera arbitraria en el total de la muestra, su valor porcentual fue de 41,5% del total con una edad de entre 12 y 13 años y 58,5% con una edad de entre 14 a 16 años.
La distribución de la frecuencia de ingesta de bebidas refrescantes por parte de los escolares fue: un 3,7% consumía bebidas refrescantes de 3 a 5 veces por semana, un 45,9% consumía 2 veces por semana, y el 50,4% no consumía o consumía menos de 2 veces a la semana. Con relación a la distribución según la frecuencia de ED que presentaron los niños al momento del examen, se observó que la ED de clase I fue la lesión más frecuente, con un 54,1% (n=73), un 38,5% (n=52) presentó dientes sanos, mientras que un 7,4% (n=10) presento lesiones de clase II y ninguno presentó lesión de clase III.
Según la frecuencia de la ingesta y el tipo de bebida refrescante, se encontró que el consumo de gaseosas y rehidratantes fue lo más frecuente (n=45, 33%) mientras que un 22,2% (n=30) consumía solo gaseosas. La distribución según la frecuencia y la marca de la gaseosa consumida por los escolares mostró que un 43,7% (n=59) no consumía ningún tipo de gaseosas, un 20,7% (n=28) consumía gaseosas de la marca Coca-Cola, y un 20% (n=27) de la marca Kola Real.
Se halló una asociación estadísticamente significativa (p<0,001) entre la frecuencia de consumo de las bebidas refrescantes y la ED. Del total de alumnos que ingerían bebidas refrescantes 2 veces por semana, el 85,5% (n=53) presentaba erosión de clase I, y el 6,5% (n=4) de clase II, mientras que cuando la ingesta no era frecuente, un 69,1% (n=47) no presentaba ED y el 29,4% (n=20) presentaba erosión de clase I (tabla 1). Se puede observar en la figura 1 que la ED fue más frecuente cuando el consumo era de al menos 2 veces por semana y que fue menor cuando la ingesta durante la semana no era frecuente.
Se halló una asociación estadísticamente significativa (p<0,001) entre la ED y el tipo de bebida refrescante que se consume. De los alumnos con ED clase I (n=73), un 46,6% consumía tanto gaseosa como rehidratantes, mientras que solo gaseosa un 28,8% y solo rehidratante un 19,2%. De los alumnos con ED clase 2 (n=10), el 100% consumía ambas bebidas (tabla 2, fig. 2).
Asimismo, en las personas que ingieren algún tipo de bebida refrescante dos veces por semana se encontró una asociación estadísticamente significativa (p=0,048), entre el grado de ED y el consumo de gaseosa y rehidratante, disminuyendo esta asociación cuando se ingiriere solo gaseosa, y aún más cuando se ingiere solo rehidratante (tabla 3 y fig. 3).
Se halló una asociación estadísticamente significativa (p<0,001) entre la presencia de ED y la ingesta de gaseosas, el 80,8% de las personas que no tomaban gaseosas presentaban los dientes sanos (tabla 4 y fig. 4).
Luego de segmentar por grupos y realizar un análisis entre tipos de ED y las variables intervinientes, como la marca de gaseosa y el tipo de bebida refrescante que se consume, se observó que la relación entre tipo ED y el consumo de bebidas refrescantes se hacía más fuerte y estadísticamente significativa en los siguientes casos: cuando se consume como mínimo dos veces por semana (p<0,001) y cuando se consumen ambas gaseosas y rehidratantes en la semana (p=0,048).
Discusión
En los resultados observados en este estudio, por su carácter transversal, no se pudo establecer directividad en la relación de la variable. El presente estudio muestra que la frecuencia de ED en los estudiantes del C.E. Juan Velasco Alvarado es de 54,1%, lo cual concuerda con lo encontrado por Dugmore y Roca et al.,16 quienes reportaron que el 59,7% de 1753 niños de 12 años tenía evidencia de ED, entre los cuales el 2,7% tenía dentina expuesta y esto aumentaba al 8,9% a la edad de 14 años. Por otro lado, Bardsley et al.5 reportaron que el 53% de 2385 adolescentes de 14 años tenían expuesta la dentina, pero esto incluía la evaluación de las superficies incisales.
Estudios de otros países han demostrado una alta frecuencia de niños y adolescentes que presentan signos de ED, lo que se refleja en la similitud de los resultados obtenidos en este estudio, en el que la frecuencia de ED es común, por lo tanto, alta en este distrito. De la mayoría de estos estudios, queda claro que la ED es común en los escolares, pero el desgaste de la dentina que expone más de 1/3 de la superficie del diente es menos frecuente. 17, 18
Se considera que el estatus socioeconómico es un determinante importante del estado de salud, porque tiene incidencia en los hábitos dietéticos y el consumo de bebidas. 18–21 De acuerdo con las observaciones de Handing et al.22 y Dugmore et al.23 al estudiar a poblaciones caracterizadas por ser trabajadores menos calificados o subempleados, definido como un nivel socioeconómico deteriorado, encuentran que esos factores tienes incidencia en la aparición de ED. Los adolescentes de nuestro estudio provienen de diferentes entornos, por lo que es difícil sacar conclusiones sobre la base de los patrones de trabajo de sus padres y sobre su situación socioeconómica. Es posible suponer que el subempleo de los padres y/o el empleo a tiempo parcial se correlaciona con un nivel socioeconómico general más bajos.
La ED es un proceso multifactorial muy común en todo el mundo. Está afectando paulatinamente a la población mundial, generalmente niños, por lo que es uno de los principales problemas de salud pública 4, 24 y un problema de salud bucal. 25–28
Asimismo, los altos valores de ED generalmente están asociados al alto consumo de bebidas refrescantes. 29 En general, existe a nivel mundial una mayor disponibilidad y variedad de bebidas refrescantes (jugos de fruta, néctares, gaseosas y rehidratantes) que a menudo forman parte de una dieta diaria. Finalmente, la muestra evaluada provenía del Centro Educativo del distrito de Pillco Marca, y acudieron principalmente los estudiantes, lo que puede sobrestimar los valores encontrados.
También se ha establecido que las bebidas carbonatadas, como las gaseosas, que presentan un pH bajo, producen acidez, que entra en contacto con los dientes y por lo tanto, tienen potencial para causar ED. 30
Es necesario promover la educación en estomatología entre los niños, para aumentar su motivación para lograr un cambio en el estilo de vida, así como para elevar su nivel de conciencia sobre la salud. Parece que, además del consumo de bebidas refrescantes, es la insuficiente información que se proporciona a los pacientes la que se traduce en la formación de malos hábitos responsables del desarrollo de defectos dentales no cariosos en los adolescentes.
Existen limitaciones en la valoración de la ED, la ausencia del cambio de color del esmalte durante el proceso dificulta la determinación precisa del grado de ED en los dientes permanentes de niños y adolescentes en todo el mundo. 1, 15 La comparación con otros estudios sugieren que el tipo de índice utilizado para detectar la erosión clínica juega un papel importante en la variación. En cuanto al índice de Eccles, 14 fue creado para evaluar con un enfoque cualitativo la gravedad y la ubicación de la ED causada por factores no industriales. Se le considera uno de los índices fundamentales, aunque carece de criterios rigurosos. En consecuencia, el examinador debe depender en gran medida de su propio juicio al utilizar este índice. Se han publicado modificaciones adicionales de estos índices, 31, 32 diseñadas para fines específicos por parte de los investigadores con el fin de adaptarlos a su propio trabajo. Sería útil proporcionar información efectiva sobre el diagnóstico de la ED para permitir la comparación de múltiples investigaciones.
Conclusiones
En la población adolescente evaluada, la frecuencia de ED fue del 54,1% de los casos. Se encontró asociación entre ED y consumo de bebidas refrescantes cuando estas son consumidas al menos dos veces por semana. El consumo tanto de gaseosas como de rehidratantes están asociados a ED. La ED fue más frecuente en aquellos alumnos que ingerían ambas bebidas gaseosas y rehidratantes en su dieta.