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versión impresa ISSN 1666-485Xversión On-line ISSN 1668-723X

Tópicos  no.33 Santa Fe jun. 2017

 

INTRODUCCIÓN

Introducción al dossier: "Wittgenstein en el pensamiento social y político"

Pedro Karczmarczyk

UNLP-CONICET
pedrokarcz@hotmail.com

El presente número explora distintos aspectos de la filosofía de Wittgenstein con la mira puesta en ponderar su relevancia para el pensamiento político y social. La presencia de Wittgenstein en este campo reconoce una larga tradición, casi contemporánea a la aparición póstuma de las obras que corresponden a la segunda etapa de su pensamiento. En 1953 apareció la primera edición de las Investigaciones filosóficas y en 1958 los Cuadernos azul y marrón. Nombres como los de Peter Winch,1 Elizabeth Anscombe,2 Georg Henrik von Wright,3 o Ernest Gellner,4 dan cuenta de una primera recepción que, a su manera, ha funcionado como un molde para los trabajos posteriores.5 Una segunda línea de recepción con una amplia onda expansiva corresponde a la perspectiva pragmático-trascendental de Apel y Habermas.6 A ello habría que sumarle una serie diversa de perspectivas, como la influencia sobre los trabajos de sociología de la ciencia de la escuela de Edimburgo,7 las comparaciones de su filosofía con la de otros pensadores clave de la filosofía contemporánea,8 las intersecciones con la psicología, el psicoanálisis y la antropología,9 o con pensadores clásicos de la teoría social,10 los estudios dedicados específicamente a su vinculación con la filosofía política,11 como así también la influencia de Wittgenstein sobre pensadores clave de la sociología contemporánea, como es el caso de Pierre Bourdieu12 o Anthony Giddens.13 Un estudio relativamente reciente de Albert Ogien14 da cuenta de las formas dominantes que asume la apropiación de Wittgenstein en la sociología contemporánea.

Querríamos aquí reponer lo esencial de un conflicto entre interpretaciones de Wittgenstein que entendemos que domina la escena y cuya explicitación esperamos que ayude al lector a orientarse en la maraña de textos y tendencias que, de modo orientativo, hemos indicado en nuestras notas al pie. Una primera matriz de interpretación de Wittgenstein remite a Peter Winch. El núcleo de esta interpretación lo provee el problema de seguir una regla, donde el problema del próximo paso de la regla, el problema de la indeterminación de la regla, es saldado por medio del acuerdo, que a través de nociones como costumbre, hábito o institución remite a una dimensión comunitaria o social. Es importante reparar en el tipo de inscripción que esta interpretación le otorga al acuerdo, ya que en la misma el acuerdo aparece como elemento que detiene el regreso de las interpretaciones de la regla. Que se deba seguir la regla de una manera u otra remite, para esta interpretación, en última instancia al acuerdo comunitario. Se nos ofrece así, entendemos, un intento de explicación de la normatividad de nuestro discurso antes que una elucidación gramatical del mismo. A partir de este consenso fundamental, las variadas interpretaciones dentro de esta matriz se diferencian por el modo de entender el acuerdo en el lenguaje.15

A nuestro juicio, otra línea de interpretación del pensamiento de Wittgenstein con el pensamiento político y social se sigue de la interpretación del austriaco propuesta por Kripke.16 Esta interpretación está centrada en un desafío escéptico, que no plantea el problema de cómo se determina la respuesta correcta, lo que supondría adoptar una forma de escepticismo epistemológico, o adoptar una perspectiva emic, sino que está diseñado para refutar la comprensión del discurso sobre reglas en términos de condiciones de verdad, con lo cual logra asestar el golpe definitivo al realismo clásico, al encontrar que su problema (el de las condiciones de verdad, de la correspondencia del mundo con nuestros enunciados) no se puede responder incluso en el dominio en el que el problema de la trascendencia no se plantea (presuntamente tendríamos acceso directo a los estados en los que consiste significar una cosa antes que otra). El "desafío escéptico" da lugar a una "solución escéptica" que es una elucidación gramatical del seguimiento de reglas muy novedosa. En la primera persona un hablante da las respuestas que considera buenas, y un tercero dirá que este hablante sigue una regla si las respuestas que da coinciden con las que él (o ella) está inclinado a dar en circunstancias semejantes. El acuerdo no aparece aquí como un elemento que detiene el regreso de las interpretaciones, sino como un elemento que hace comprensible que este juego de atribuciones no sea una ceremonia inútil. El acuerdo hace comprensible que este juego de atribución posea efectos, efectos de inclusión o exclusión en los diversos juegos de lenguaje. Para esta matriz de interpretación ya no está en cuestión la normatividad de nuestro discurso, sino el funcionamiento de nuestro discurso normativo.17

Como hemos insistido en diversos trabajos previos, estas líneas permiten ubicar a Wittgenstein en otras coordenadas filosóficas, como por ejemplo aquellas, tan importantes en la cultura filosófica francesa, que hablan de una filosofía de la sujeción del sujeto, o como sugiero en mi trabajo en este número, en las de la filosofía del concepto, cuyas consecuencias no han sido extraídas plenamente, pero que permitirían inscribirlo en una línea que se remonta a Spinoza, por lo que no hay que sorprenderse que haya una ingente línea de interpretación spinozista de Wittgenstein.18

Para completar este cuadro, necesariamente inacabado, mencionamos que en el último tiempo algunos trabajos han acercado a Wittgenstein a otras figuras importantes de la filosofía continental, como Althusser o Foucault,19 o bien su filosofía ha sido apropiada por otros representantes importantes de la filosofía continental (Badiou, Virno, Agamben, etc.)20

El trabajo de Robert Vinten, "Interpretaciones de Wittgenstein por marxistas ingleses: una crítica", examina las interpretaciones que distintas figuras del marxismo inglés (Perry Anderson, Alex Callinicos y Terry Eagleton) ofrecieron del pensamiento de Wittgenstein, en la medida en que nuestro filósofo constituye una referencia difícilmente soslayable de la cultura inglesa. Vinten analiza y critica estas interpretaciones sobre la base de un cuidadoso examen de los textos del filósofo austriaco. Vinten analiza en primer lugar las objeciones de Anderson, quien incluye a Wittgenstein entre los emigrantes "blancos" (contrarrevolucionarios) que dominaron la cultura británica entre 1900 y 1950. Estos emigrantes, que incluyen a Bronislaw Malinowski, Lewis Namier, Karl Popper, Isaiah Berlin, Melanie Klein y Ernst Gombrich habrían sido atraídos por la cultura conservadora británica debido a la inestabilidad reinante en sus países. Estos pensadores habrían sistematizado la hostilidad hacia la teoría característica del conservadurismo inglés que puede observarse, por ejemplo, en un pensador como Michael Oakeshott. Wittgenstein sería así, de acuerdo con Anderson, una suerte de guardián de las convenciones lingüísticas, hostil a la innovación conceptual y teórica en cuanto tal. En su réplica, Vinten indica que Wittgenstein es hostil al desarrollo de teorías en filosofía, pero no en otros ámbitos, y que su concepción de que los problemas filosóficos surgen por confusiones respecto al uso efectivo de los conceptos lo lleva a reparar en los usos ordinarios, pero ello no implica una labor de preservación de los mismos. Las objeciones de Callinicos cuestionan de manera semejante a la de Anderson el anti-teoricismo de Wittgenstein, su desdén por la historia, la incapacidad para dar cuenta del cambio conceptual y la apología del sentido común, aunque la objeción de Callinicos es más sofisticada, pues recoge una observación de Dummett según la cual una teoría del lenguaje debe ser posible porque la misma es el fundamento del conocimiento implícito del significado por los hablantes. Lo que Callinicos y Dummett no logran comprender, según Vinten, es que, en caso de que tal explicitación fuera posible, la misma no constituiría una teoría de la significación, del mismo modo en que de la enunciación de las reglas del ajedrez no resulta una teoría que explique este juego, sino, tal vez, una elucidación gramatical del mismo. Eagleton, por su parte considera que el mayor problema de la filosofía de Wittgenstein consiste en su intento de superar la metafísica mediante un retorno a la práctica ordinaria, cuando lo único que permitiría tal superación es su transformación. Vinten discute esta idea indicando que Wittgenstein considera que ciertos problemas filosóficos pueden disolverse mediante una transformación de la forma de vida, mientras que por otra parte considera que la elucidación gramatical está libre en cuanto tal de compromisos metafísicos. Para concluir, Vinten sugiere que los marxistas tendrían mucho para ganar con una lectura más cuidadosa de Wittgenstein, pudiendo aprender mucho, en particular acerca de la naturaleza de las confusiones conceptuales y por extensión, acerca de los problemas epistemológicos y metafísicos con los que inevitablemente han de lidiar. A su turno, los wittgensteinianos podrían aprender mucho de los marxistas sobre la relación entre las diversas prácticas sociales y las prácticas económicas.

Isabel Gamero presenta en su trabajo "Juegos de lenguaje sociales y palabras que dañan" una interpretación de Wittgenstein centrada en el problema del disenso ¿En qué medida la filosofía de Wittgenstein permite pensar la emergencia de usos minoritarios en discordancia con el acuerdo generalizado? El problema es crucial para pensar el cambio político, ya que las minorías oprimidas en una sociedad dada muchas veces no sólo desean expresar su desacuerdo de opiniones en el lenguaje mayoritario, sino también su desacuerdo con el propio lenguaje mayoritario, lo que toma la forma de usos desviados respecto a la regla generalmente aceptada. Gamero examina distintas interpretaciones de Wittgenstein, buscando exhibir que no hay una equivalencia inmediata entre uso desviado y sinsentido. Recurre para ello a las propuestas de José Medina, quien desarrolla un argumento orientado a mostrar que así como los seguimientos de reglas no pueden ser privados y completamente subjetivos, tampoco pueden ser completamente objetivos ni estar fijados por un grupo cerrado de personas. Un consenso cerrado replicaría a nivel social las dificultades del lenguaje privado, ser correcto y parecerlo se solaparían. Medina desarrolla, en consecuencia, un "argumento en oposición al juego de lenguaje social" análogo al "argumento en oposición al lenguaje privado". A partir de allí, Medina busca justificar el lugar del disenso, el conflicto y el cambio conceptual: los mismos vendrían a desempeñar una función trascendental respecto al significado. La concepción de Medina implica una suerte de opción por una teoría de la alienación humana, según la cual son las personas las que hacen las reglas y no las reglas las que hacen a las personas, por lo cual las reglas pueden siempre ser criticadas y cuestionadas, en particular cuando ciertas normas se presentan como obligatorias, cuando son en realidad convencionales, contingentes. En particular, si un sector privilegiado de la sociedad, en posesión de lo que Medina denomina "autoridad epistémica", hace un uso ofensivo de un término respecto de ciertas personas o grupos minoritarios, estas estarían legitimadas para oponerse a ese uso del lenguaje, criticarlo y modificarlo. Gamero analiza también las propuestas de Miranda Fricker y Peg O'Connor, quienes parten del segundo Wittgenstein para desarrollar propuestas de epistemología crítica, y proponen también una comprensión pluralista y cambiante de las sociedades humanas. El trabajo concluye analizando dos casos: la adopción, por parte de los huicholes, un grupo de aborígenes mexicanos, de una convención que restringe el uso la denominación que ellos se dan a sí mismos, el nombre del pueblo huichol en lengua huichol, a los miembros de la propia comunidad, configurando una suerte de plural exclusivo, en lo que Gamero discierne una forma de resistencia política. Por otra parte, Gamero analiza una serie de usos lingüísticos ligados a las prácticas feministas y de políticas de género, como el uso del plural inclusivo, que han llegado a imponerse a pesar de haber comenzado siendo usos minoritarios o desviados.

Samuel Cabanchik, por su parte, en su "Ética y política: dimensiones prácticas de la experiencia del lenguaje en el filosofar wittgensteiniano", propone una lectura de la obra de Wittgenstein en clave ética. La audacia de esta clave es difícil de exagerar, ya que, como Cabanchik mismo reconoce, hay un Wittgenstein canónico en dominios como la filosofía del lenguaje y de la mente, pero la figura de su pensamiento es mucho menos definida cuando se trata de cuestiones de estética y de filosofía práctica en general. Con esta clave espera clarificar e incidir en la inscripción ya en curso de Wittgenstein en líneas de trabajo como la "antropología política" con dominante italiana y también en la reflexión sobre la biopolítica. Para ello nuestro autor recorta a partir de una idea que retoma de Agamben, la de un "experimentum linguae", un elemento cuya presencia discierne a lo largo de la obra del austríaco: la "experiencia del lenguaje". Con la idea de "experimentum linguae", el italiano intenta formular "el problema de lo trascendental en el lenguaje", comprendido como la pregunta por la facultad del lenguaje, por la potencia lingüística. La gramática de 'comprender', decía Wittgenstein, está entrelazada con las de 'poder' y con la 'ser capaz'. Cabanchik viene a decirnos, con Agamben, que la pregunta por la gramática de esa potencia tiene que elucidarse desde la mencionada experiencia. Veamos brevemente de qué se trata. En la experiencia del lenguaje, el hablante hace la experiencia de la posesión plena de su capacidad de hablar como la experiencia de sus límites. En el Tractatus la experiencia del lenguaje remite a la diferencia entre sentido y sinsentido, diferencia que permite trazar la demarcación entre lo pensable y lo impensable, a costa de que la diferencia entre lenguaje y no lenguaje sólo pueda ser mostrada. El hilo que marca la continuidad del Tractatus y las Investigaciones filosóficas según esta lectura es la "facticidad del significado", esto es, la tesis según la cual, antes de cualquier especificación o elucidación del lenguaje, "ya debemos contar con las condiciones generales que establecen el límite entre sentido y sinsentido.". Se trata de una tesis que acerca a Wittgenstein a la hermenéutica, que a través del círculo de la comprensión hace de la interpretación un problema universal.

La transformación que Investigaciones filosóficas representa respecto del Tractatus proviene, de acuerdo con esta clave de lectura, de una transformación de la comprensión de la experiencia del lenguaje. Se trata ahora de que, al hacer la experiencia de x, podemos hacer la experiencia de verlo como y, lo que incluye una experiencia de los límites, tanto de x como de y. Esta experiencia se nos da de manera paradigmática en la percepción de figuras con aspectos cambiantes. El análisis del problema de la ceguera para los aspectos o para el significado es usado para exhibir que un caso extremo, global, de este fenómeno equivaldría a la incapacidad de hacer la experiencia del lenguaje. Nuevamente, Cabanchik propone formalizar esta especificación de la experiencia del lenguaje, consignándola en una regla según la cual sólo se puede hacer la experiencia de x como x al verla como no siendo x.

A partir de allí se propone elucidar, a través del prisma de la experiencia del lenguaje recién elucidada, las proposiciones de la "Conferencia sobre ética", como "Me maravilla la existencia del mundo (o del lenguaje)", que implican ver como hechos al mundo o al lenguaje, donde cambia el modo de ver, pero no lo visto. Esta lectura le permite a Cabanchik vincular a Wittgenstein con las reflexiones de Agamben sobre el hos me, traducido por "como no", referidas a la vocación mesiánica como una condición que revoca todos los momentos de la vida (llorar como si no se llorara, reír como si no se riera, etc.) "sin alterarlos en su forma". Cabanchik extiende esta caracterización del llamado mesiánico, vía isomorfismo, con la manera en que el lenguaje afecta la condición del ser viviente: el hablante (antes infante, carente de habla) "vive su vida como no viviéndola", es decir, forzosamente vive a cierta distancia de su vida, haciendo uso de ella, pero sin identificarse plenamente con la misma. La hipótesis de Cabanchik es que la condición del animal lingüístico así elucidada implica que éste necesariamente debe adoptar una actitud frente a su propia condición y por ello valorarla de un modo u otro. El solipsismo ético de esta posición lleva a ubicar el valor en el plano de "una envoltura imaginaria del mundo más allá del mundo, del lenguaje más allá del lenguaje", una condición que sería trascendida en las Investigaciones, en la medida en que vincula el lenguaje con un ethos comunitario que funda tanto la comunidad de los hablantes como sus diferencias individuales. Por ello, la exigencia de felicidad ya no puede comprenderse en términos solipsistas, sino en términos de encontrar en las formas de vida la posibilidad de una vida buena, con lo cual la ética deviene política.

Mi propio trabajo "Wittgenstein, la filosofía del concepto y la estrategia de su filosofía" se inscribe en la segunda de las matrices de interpretación que reseñamos. Ensayamos un argumento de largo aliento a favor de pensar a Wittgenstein como un "filósofo del concepto" de acuerdo a la divisoria forjada en el marco de la filosofía de habla francesa, donde estos se oponen a los "filósofos del sentido, de la experiencia y del sujeto". Esto nos lleva a colocar a Wittgenstein en una extraña compañía, la de Foucault, Canguilhem, Cavaillès y, sobre todo, la de Althusser. De allí que sigamos de cerca en varios puntos la lectura que realizó Dominique Lecourt, lo mismo que otras interpretaciones spinozianas del austriaco. Nuestro relevamiento de la estrategia filosófica de Wittgenstein nos lleva a tomar nota de la declaración de su autor acerca de que se trata de un libro de ética. Nuestra hipótesis es que la ética y la estética son cruciales en el Tractatus porque el libro realiza un movimiento preventivo contra la colonización de las mismas por la filosofía, entendida ésta como un discurso de fundamentación, unificación y jerarquización. Esta reacción preventiva del Tractatus permite calar profundo en la comprensión del mecanismo del discurso filosófico tradicional, permitiendo reconocer que el discurso filosófico instaura primero una herida, entre proposición y mundo (o entre pensamiento y ser), para producir luego un discurso que cicatriza esa herida, instaurando un puente para pasar de un dominio a otro. La ausencia de dudas en relación con el sentido de la proposición, algo que podríamos llamar "experiencia del lenguaje", impulsó a Wittgenstein por la senda de un razonamiento regresivo, pero este razonamiento no devino argumento trascendental, como quieren muchos intérpretes, en virtud de la imposibilidad del metalenguaje, consecuencia de no haber instaurado inicialmente una separación entre dos dominios. El paso a las Investigaciones filosóficas conserva la dirección estratégica de eludir un discurso de fundamentación, unificación y jerarquización, pero repara en que el diagnóstico que manejaba en el Tractatus no había calado suficientemente hondo, al haber conservado un objeto filosófico, el significado, bien que el mismo haya sido, como problema, enterrado en su solución. Las Investigaciones filosóficas se ocupan de desprenderse de este objeto filosófico al ponerlo en contacto con el suelo áspero de la práctica efectiva. Desde entonces la ausencia de dudas, la confianza del hablante en sus dichos, ya no remite a una suerte de "saber semántico", sino a los juegos de lenguaje siempre ya dados en los cuales se constituyen los hablantes en cuanto tales. La confianza con la que brotan los dichos de un hablante tiene una doble cara. Remite, naturalmente, a la espontaneidad del hablante que le permite ser un agente en los juegos de lenguaje, pero remite también, a pesar del propio hablante, a requisitos que caen sobre él, que él soporta, puesto que es constituido como tal, entre otras cosas, en virtud de su confianza espontánea para desempeñarse como agente. En ello creemos encontrar la estructura de reconocimiento (el hablante encuentra natural una manera de continuar una serie) y de desconocimiento (de que con esa confianza se está respondiendo a un requerimiento, se está soportando una demanda impuesta desde los juegos de lenguaje o prácticas sociales) que Althusser definió como característica de la ideología en tanto que interpelación de los individuos como sujetos. El embate a la "perspectiva antropológica" encarnada por Agustín al comienzo de las Investigaciones adquiere entonces un significado especial: Wittgenstein desecha otorgarle una posición teórica explicativa a la categoría de persona. Este encuadre nos pone en posición de destacar un límite de la filosofía wittgensteiniana. En efecto, Wittgenstein no logra percibir algo que su práctica filosófica ayuda a poner de manifiesto: que la recurrencia en el planteo de los problemas filosóficos asociada a la reconstrucción de la evidencia del "mito de la interioridad" tiene el valor de un síntoma. La inscripción de Wittgenstein en el marco de la filosofía del concepto, y la proximidad con Althusser que ensayamos, nos proveen de una indicación sobre el significado de este síntoma, aunque ello nos lleve más allá de la filosofía de Wittgenstein, sin ser infieles, creemos, al espíritu de la estrategia de su filosofía que hemos descripto.

Como se puede apreciar, son varios los vínculos y las tensiones que se dan entre los trabajos que presentamos. Ello no sólo se debe a que, como todo clásico del pensamiento, los textos de Wittgenstein son el territorio de una batalla de las interpretaciones, con tendencias dominantes y subordinadas y alianzas tácticas varias. El "campo de batalla" que hemos escogido, el del pensamiento social y político, está ubicado a cierta distancia de aquel de la filosofía del lenguaje y de la mente en el cual establecieron sus destacamentos las lecturas canónicas, a nuestro juicio hoy asediados en la disputa entre las matrices de interpretación que hemos intentado delimitar. Esta ubicación excéntrica hace que las exigencias de las tendencias dominantes se recrudezcan y se relajen a un tiempo, que los puntos de bloqueo y de clausura puedan ser percibidos con más claridad, posibilitando otras alianzas, configurando, en fin, un campo de experimentación filosófica propicio para que algo nuevo emerja, para que algo se mueva...

1 Winch, Peter, Ciencia social y filosofía, Buenos Aires, Amorrortu, 1972;         [ Links ] la segunda edición (la primera es de 1958), The Idea of a Social Science and its Relation to Philosophy, Londres, Routledge, 1990 contiene un nuevo "Prefacio" donde el autor acerca sus posiciones a las de Habermas.

2 Anscombe, G. E. M., Intención, Barcelona, Paidós, 1991.         [ Links ]

3 Georg Henrik von Wright, Explicación y comprensión, Madrid, Alianza, 1987;         [ Links ] ver también Maninnen, Juha y Tuomela, Raimo (comps.), Ensayos sobre explicación y comprensión: contribuciones a la filosofía de las ciencias humanas y sociales, Madrid, Alianza, 1980.         [ Links ]

4 Gellner, Ernest, Palabras y cosas, Madrid, Tecnos, 1962.         [ Links ]

5 Una reflexión panorámica sobre estas primeras discusiones puede encontrarse en Fenichel Pitkin, Hanna, Wittgenstein: el lenguaje la política y la justicia. Sobre el significado de Ludwig Wittgenstein para el pensamiento social y político, Madrid, Centro de estudios constitucionales, 1984.

6 Habermas, Jürgen, La lógica de las ciencias sociales, Madrid, Tecnos, 1996;         [ Links ] Wellmer, A., Sobre la dialéctica de modernidad y posmodernidad. La crítica de la razón después de Adorno, Madrid, Visor, 1993.         [ Links ] Visiones críticas sobre esta perspectiva pueden hallarse en Bouveresse, J., "Herméneutique et linguistique", en Herméneutique et linguistique suivi de Wittgenstein et la philosophie du langage, Paris, Éditions de l'éclat, 1991;         [ Links ] Pleasants, David Wittgenstein and the Idea of a Critical Social Science, Londres, Routledge 1999 ;         [ Links ] Palavecino, Sergio, Wittgenstein y los juegos del lenguaje, Belo Horizonte, FUMARC, 1999;         [ Links ] Karczmarczyk, Pedro, "Las condiciones y la naturaleza del discurso crítico: el debate entre hermenéutica y teoría crítica", en Discusiones filosóficas, Nº 16, 2010, pp. 99-147;         [ Links ] y Perona, Ángeles, "Ruptura de relaciones y exceso de demandas La polémica Gadamer-Habermas", Logos, Nº 2, 2000, pp. 253-275.         [ Links ]

7 Ver, por ejemplo, Bloor, David, Conocimiento e imaginario social, Gedisa, Barcelona, 1998;         [ Links ] Bloor, David, Wittgenstein: a Social Theory of Knowledge, Londres, Routledge, 1983;         [ Links ] y Barnes, Barry, "La aplicación de conceptos como actividad social", en Olivé L. (comp.) Racionalidad, México, UNAM-Siglo XXI, 1988.         [ Links ] Puede verse una panorámica en Tozzi, Verónica, "Wittgenstein y la sociología del conocimiento", en Cabanchik, Samuel, Penelas, Federico y Tozzi, Verónica, El giro pragmático en la filosofía, Barcelona, Gedisa, 2003.         [ Links ]

8 Staten, Henry, Wittgenstein and Derrida, Nebraska, University of Nebraska Press, 1986;         [ Links ] Garver, N. y Lee, S.-C., Derrida and Wittgenstein, Filadelfia, Temple University Press, 1994;         [ Links ] Glendinning, Simon, On Being with Others. Heidegger-Derrida-Wittgenstein, Londres, Routledge, 2006;         [ Links ] Nagl, Ludwig y Mouffe, Chantal (eds.), The Legacy of Wittgenstein: Pragmatism and Deconstruction, Berlín, Peter Lang, 2001;         [ Links ] Stone, M., "Wittgenstein and Deconstruction", en Crary, A. y Read, R. (eds.), The New Wittgenstein, Londres, Routledge, pp. 83-118;         [ Links ] Gier, N., Wittgenstein and Phenomenology. A comparative study of the Later Wittgenstein, Husserl, Heidegger y Merleau-Ponty, Nueva York, SUNY Press, 1981;         [ Links ] Mulhall, Stephen, Being in the World: Wittgenstein and Heidegger on seeing aspects, Londres, Routledge, 1990;         [ Links ] Lawn, Chris, Wittgenstein and Gadamer: Towards a Post-Analytic Philosophy of Language, Londres, Continuum Press, 2005;         [ Links ] Karczmarczyk, Pedro Gadamer: aplicación y comprensión, La Plata, Edulp, 2007.         [ Links ]

9 Ver Assoun, Paul, Freud y Wittgenstein, Buenos Aires, Nueva visión, 1992;         [ Links ] Fonteneau, Francoise, La ética del silencio. Lacan y Wittgenstein, Buenos Aires, Atuel, 1992;         [ Links ] Kusch, Martin, "Wittgenstein as a Commentator on the Psychology and Anthropology of Colour", en Riegelnik, Stefan y Gierlinger, Frederik A. (eds.), Wittgenstein on Colour, Berlín, De Gruyter, 2014, pp. 93-108;         [ Links ] y Jacorzinsky, Witold "La filosofía de Ludwig Wittgenstein como una nueva propuesta para la antropología y las ciencias sociales", Sociológica, año 26, Nº 74, 2011, pp. 177-204.         [ Links ]

10 Ver Rubinstein, D., Marx and Wittgenstein: Social Praxis and Social Explanation, Londres, Routledge, 1981;         [ Links ] Easton, S., Humanist Marxism and Wittgensteinian Social Philosophy, Manchester, Manchester University Press, 1983;         [ Links ] Kitching, G. and Pleasants, N. (eds.), Marx and Wittgenstein: Knowledge, Morality and Politics, Londres, Routledge, 2002;         [ Links ] Nun, José, "Elementos para una teoría de la democracia: Gramsci y el sentido común", en La rebelión del coro. Estudios sobre la racionalidad política y el sentido común, Buenos Aires, Nueva visión, 1989;         [ Links ] y Rossi-Landi, F., El lenguaje como trabajo y como comercio, Buenos Aires, Rodolfo Alonso editor, 1975.         [ Links ]

11 Danford, John W., Wittgenstein and Political Philosophy. A Reexamination of the Foundations of Social Sciences, Chicago, University of Chicago Press, 1981;         [ Links ] Muñoz, María Teresa, Wittgenstein y la articulación lingüística de lo público, México, Universidad Intercontinental, 2009;         [ Links ] Mouffe, Chantal, "Wittgenstein, la teoría política y la democracia" en Phrónesis, año 3, Nº 9, 2003;         [ Links ] Janik, A., "Notes pour une philosophie politique wittgensteinienne" en Quilliot-Bouveresse, Renée, Visages de Wittgenstein, Paris, Beauchesne, 1995;         [ Links ] Heyes, C., The Grammar of Politics. Wittgenstein and Political Philosophy, Ithaca, Cornell University Press, 2003.         [ Links ]

12 Ver Bourdieu, Pierre, Esbozo de una teoría de la práctica, Buenos Aires, Prometeo, 2012,         [ Links ] y "Wittgenstein, le sociologisme et la science sociale" en AA. VV., Wittgenstein, dernières pensées, Marsella, Agone, 2002.         [ Links ] Ver también Taylor, Charles, "Seguir una regla", en su Argumentos filosóficos, Barcelona, Paidós, 1997.         [ Links ]

13 Giddens, Anthony, Las nuevas reglas del método sociológico, Buenos Aires, Amorrortu, 1993.         [ Links ]

14 Ogien, Albert, Las formas sociales del pensamiento. La sociología después de Wittgenstein, Buenos Aires, Nueva visión, 2007.         [ Links ] Ver también: Rivera, Silvia, "Ludwig Wittgenstein y las ciencias sociales", Hermenéutica intercultural. Revista de filosofía, Nº 16, 2007, pp. 153-170;         [ Links ] el detallado análisis del problema del holismo en las ciencias sociales de Vincent Descombes en Les institutions du sens, Paris, Minuit, 1996; y una panorámica del problema de la acción en las ciencias sociales, con una discusión pormenorizada de la posición de Wittgenstein, en Naishtat, Francisco, Problemas filosóficos en la acción individual y colectiva. Una perspectiva pragmática, Buenos Aires, Prometeo, 2004.         [ Links ]

15 Véase, por ejemplo, Habermas, J., "Introducción a la nueva edición. Algunas dificultades en el intento de mediar entre teoría y praxis", en su Teoría y praxis, Barcelona, Altaya, 1998.         [ Links ]

16 Kripke, Saul, Wittgenstein a propósito de reglas y lenguaje privado, Madrid, Tecnos, 2006.         [ Links ] Hemos expuesto en detalle el contraste entre las dos líneas de interpretación a las que aludimos en nuestro "Wittgenstein, Winch, Kripkenstein y la posibilidad de la crítica" Cuadernos de Filosofía, Nº 30-31, 2012-2013, pp. 7-37.         [ Links ]

17 Véase Kusch, Martin, A Sceptical Guide to Meaning and Rules. Defending Kripke's Wittgenstein, Montreal, McGill-Queen's University Press, 2006, p. 55 y ss.         [ Links ]; véase una revisión crítica de este trabajo en Karczmarczyk, Pedro "Estudio crítico: Kusch, Martin, A Sceptical Guide to Meaning and Rules", Diálogos, vol. 42, Nº 89, 2007, pp. 157-188.         [ Links ] La disputa de Kusch con representantes del programa fuerte de la sociología del conocimiento (David Bloor) y con los representantes de la versión etnometodológica de la sociología de la ciencia (Wes Sharrock) es muy reveladora. Véanse las distintas intervenciones en Social Studies of Science, vol. 34, Nº 4, pp. 571-620.

18 Ver Granger, Gilles-Gaston, Wittgenstein, París, Seghers, 1969;         [ Links ] Grahame Lock, Wittgenstein. Philosophie, logique, thérapeutique, París, P.U.F, 1992;         [ Links ] Lecourt, Dominique, El orden y los juegos. El positivismo lógico cuestionado, Buenos Aires, de la Flor, 1984;         [ Links ] y más recientemente, Baltas, Aristides, Peeling Potatoes or Grinding Lenses. Spinoza and Young Wittgenstein Converse on Immanence and its Logic, Pittsburg, University of Pittsburg Press, 2012.         [ Links ]

19 Gillot, Pascale y Lorenzini, Danielle, Foucault / Wittgenstein. Subjectivité, politique, éthique, París, CNRS éditions, 2016 ;         [ Links ] Davidson, Arnold I. y Gros, Frédéric (eds.), Foucault, Wittgenstein: de possibles rencontres, París, Éditions Kimé, 2011;         [ Links ] Suchting, Wal, "Althusser's Late Thinking on Materialism" en Historical Materialism, vol. 12, Nº 1, 2004.         [ Links ] Véanse también mis "La cuestión del sujeto entre Wittgenstein y Althusser", Estudios de filosofía práctica e historia de las ideas, vol. 16, Nº 2, pp. 53-83,         [ Links ] y "Materialismo, ideología y juegos de lenguaje", Ideas y Valores, vol. 61, Nº 150, pp. 127-143.         [ Links ]

20 Agamben, Giorgio, Infancia e historia, Buenos Aires, Adriana Hidalgo editora, 2007;         [ Links ] Virno, Paolo, Cuando el verbo se hace carne. Lenguaje y naturaleza humana, Buenos Aires, Cactus y Tinta Limón, 2004;         [ Links ] Badiou, Alain, La antiflosofía de Wittgenstein, Buenos Aires, Capital intelectual, 2013.         [ Links ] Véase Cabanchik, Samuel, El abandono del mundo, Buenos Aires, Gramma, 2006,         [ Links ] y, del mismo autor, Wittgenstein. Una introducción, Buenos Aires, Quadrata-Biblioteca Nacional, 2010.         [ Links ]

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