La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) sigue siendo una importante causa de morbilidad y mortalidad en la población adulta.1 Uno de los aspectos importantes en el manejo de esta patolo gía es la toma de decisiones en lo que se refiere al tratamiento antibiótico recomendado, la decisión de un manejo ambulatorio o en internación (tanto en áreas generales como en unidades de cuidados intensivos) y la evaluación del pronóstico del pa ciente.
Entre las herramientas validadas actualmente para la valoración de los pacientes con NAC, se encuentran el CURB 65 (confusión, uremia, fre cuencia respiratoria, presión arterial y edad igual o mayor de 65 años)2, que permite estimar el riesgo y evaluar si puede realizarse un manejo ambula torio o en internación y el índice de gravedad de la neumonía (PSI, Pneumonia Severity Index)3.
Estudios multicéntricos aleatorizados demos traron la superioridad del PSI sobre el CURB 65 para la decisión de internación o manejo ambu latorio sin afectar la mortalidad4. Sin embargo, la guía de ATS/IDSA5 resalta que estos índices deben complementarse con la evaluación de otros aspectos clínicos, psicosociales, posibilidades de recibir medicación en forma ambulatoria, etc. y no utilizarse en forma aislada para decidir la in ternación del paciente. Debido a que ni el CURB 65 ni el PSI fueron diseñados para definir el nivel de cuidados durante la internación, la misma guía recomienda el ingreso en un área de cuidados intensivos si se presenta hipotensión con reque rimiento de vasopresores o falla respiratoria con necesidad de asistencia respiratoria mecánica y para los casos que no reúnan estas condiciones aplicar una serie de criterios menores (frecuencia respiratoria mayor de 30/min, PaO2/FiO2 menor de 250, infiltrados multilobares, confusión, urea mayor de 20 mg/dL, recuento de glóbulos blan cos menor de 4000 cél./mL, plaquetas menor de 1000 000/mL, hipotermia e hipotensión con re querimiento de resucitación con fluidos) sumado al criterio clínico de necesidad de mayor nivel de intensidad de tratamiento.
En este número de la RAMR, Corona Martínez y cols. informan sobre el uso de un indíce para la estratificación de pacientes con neumonía adqui rida en la comunidad desarrollado a partir de una experiencia desfavorable con el uso de otra herra mienta, como el PSI. Los autores resaltan su valor pronóstico si bien señalan que la herramienta fue concebida para orientar al médico en la toma de decisiones relacionadas con el manejo del paciente. Un aspecto que destacar de este instrumento es la facilidad para su aplicación, ya que se basa en datos clínicos y radiológicos.
Esta publicación demuestra la importancia de contar con herramientas de evaluación de los pa cientes con neumonía adquirida en la comunidad que permitan evaluar el riesgo del paciente, que faciliten la toma de decisiones y que se adapten las necesidades locales.