Querido y respetado Hernán, fuiste mi do cente en la UDH de esta querida casa de altos estudios allá por los años 2000-2003. Me enseñaste a ser médico, un buen médico, pero por sobre todas las cosas, el respeto y cariño hacia el paciente. Tu amor a la enseñanza del arte de curar fue superlativo: cómo interrogar, cómo examinar, pero lo más importante, cómo empatizar con el sufrimiento ajeno.

Tanto tus alumnos como tus pacientes siem pre sentimos una devoción muy particular hacia tí, muy difícil de encontrar en estas épocas. Ese esmero que pusiste siempre para que el alumno realmente aprendiera medicina, sin buscar nun ca a cambio ningún tipo de honor o reconoci miento.

Incluso en momentos difíciles de salud, con currías a los prácticos y dejabas en ellos todo tu saber; jamás escatimaste o te guardaste secretos sobre la medicina.

Tuve el gran privilegio de ser tu amigo, que me respetaras y me pidieras ayuda para seguir a tus pacientes en tus períodos de vacaciones. Nuestras charlas sobre medicina, cultura y ética profesional, donde nunca faltaba alguna refe rencia al Juramento Hipocrático, eran iniguala bles. Un verdadero placer.

Tu paciencia para la trasmisión del saber fue infinito. Una dedicación para la docencia única, que nunca fue en detrimento de la atención de pacientes en los consultorios externos de este Instituto y en la guardia de tu tercer hogar, el Hospital Udaondo. Armaste un maletín con ele mentos de diagnóstico, incluyendo el significati vo estetoscopio con cuatro auriculares, para ha cer de la auscultación un aprendizaje más fácil y productivo para todos nosotros, habiendo com prado con tus recursos ambos fonendoscopios y armándolo vos mismo.

Cómo podré agradecerte todo lo que me has brindado a lo largo de estos 23 largos años. Sí, lo sé, siguiendo tu modelo de médico ejemplar. Un verdadero discípulo.

Te fuiste a la gloria divina demasiado joven. Todavía te necesitábamos aquí. Pero los desig nios de Dios son insondables. Es muy probable que le fueras más útil a Él allí arriba.

Te recordaré por siempre con mucho cariño y orgullo. Que descanses en paz.