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La trama de la comunicación

versão impressa ISSN 1668-5628

Trama comun. vol.20 no.2 Rosario dez. 2016

 

ARTÍCULOS

Mediatización(es) de las prácticas políticas. Los vecinos, la "inseguridad" y el ecosistema mediático

 

Por Manuel Tufró

manueltufro@gmail.com / Universidad de Buenos Aires, Argentina

Manuel Tufró
Argentino
Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires. Docente de Teoría y Prácticas de la Comunicación II de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires. Afiliación Institucional: Carrera de Ciencias de la Comunicación, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires.
Area de especialidad: Análisis del discurso y subjetividades políticas.
E-mail: manueltufro@gmail.com


Sumario:

El artículo argumenta sobre la productividad de ampliar el estudio de los fenómenos de mediatización de lo político hacia las interacciones cotidianas de distintos grupos que intervienen en la producción y reproducción de valores, consensos y grupalidades, incluso por fuera o en los márgenes del campo político. La mirada no sería la de una etnografía de audiencias, sino más bien una etnografía comunicacional de las prácticas organizativas de estos grupos, atenta a las formas en que los dispositivos de comunicación, en su diversidad y complejidad, constituyen elementos centrales para la construcción de su mundo cotidiano. El anclaje empírico está dado por un conjunto de observaciones y entrevistas con miembros de organizaciones vecinales nucleadas en torno al reclamo por mayor seguridad y/o a la prevención del delito en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

Descriptores: Mediatización; Política; Seguridad; Vecinos; Participación ciudadana

Summary:

This article argues on the productivity of widening the study of the mediatization of politics to include everyday interactions of groups which are involved in the production and reproduction of values, consensus and groups, even outside or in the margins of the political field. The approach is not that of an Audience Ethnography, but that of a Communicational Ethnography of these groups' organizational practices, attentive to the ways in which diverse, complex communication devices are key elements for the construction of everyday world. The empiric data is a set of observations and interviews with neighbors associations members gathered over security issues and crime prevention in the Metropolitan Area of Buenos Aires.

Describers: Mediatizaction; Politics; Security; Neighbors; Citizen participation


Coordenadas. Implicancias de un enunciado

En un artículo ya célebre, Eliseo Verón afirmaba que las sociedades posindustriales son sociedades en vías de mediatización o, dicho de otro modo, "sociedades donde las prácticas sociales (las modalidades de funcionamiento institucional, los mecanismos de toma de decisiones, los hábitos de consumo, los comportamientos más o menos ritualizados, etc.) se transforman por el hecho de que existen medios" (Verón, 2001: 41, cursivas originales). En el mismo artículo se sostenía que el proceso de mediatización produce efectos diferentes en los diversos sectores de las prácticas sociales. La idea de que las prácticas sociales se transforman por el hecho de que existen medios se recorta con la fuerza de un enunciado-hipótesis cuyas implicancias incluyen pero exceden el campo de estudios del análisis del discurso yde la sociosemiótica e interpelan especialmente al análisis cultural-comunicacional que, en la huella marcada por autores como Jesús Martín Barbero (1987) o Aníbal Ford (1994), se preocupa por estudiarla vida social de las tecnologías de la comunicacióninscripta en el contexto cultural, articulando los saberes semióticos o semiológicos con herramientas provenientes de la etnografía, la etnometodología, el análisis de la interacción, la economía política, etc.
Uno de los campos "transformados" por la existencia de los medios es el de las prácticas políticas. La mediatización de lo político se ha constituido en un objeto de preocupación que, en nuestro país, ha dado lugar a diferentes líneas de problematización, dese los estudios sobre la "videopolítica" o la "espectacularización de la política" y su relación con la cultura (Landi, 1991; Muraro, 1991; Quevedo, 1997) hasta los trabajos sobre el impacto de los discursos de la información, la publicidad y los géneros del entretenimiento sobre las formas de la palabra política (Grimson y Rocha, 1994; Podetti, 1994;Barreiros y Cingolani, 2007; Contursi y Tufró, 2013) pasando por los más recientes análisis de las estrategias de contacto de los políticos a partir de la "digitalización de la política" (Qués, 2012; Slimovich, 2014). Se trata sobre todo de abordajes que buscan caracterizar el modo en que la discursividad política es afectada por "lógicas mediáticas" que, como observa Fernández (2014), en la práctica son heterogéneas y han sido asociadas a efectos sobre el funcionamiento institucional, las operaciones discursivas y la distribución de saberes y recursos cognitivos entre los diferentes "actores".
En términos generales, los análisis de la mediatización de lo político han privilegiado corpus textuales en diversos soportes antes que el análisis de las interacciones o las prácticas cotidianas, y se han ceñido a una definición restringida de "discurso político" anclada institucionalmente en lo que se podría denominar el campo político. Me interesa en este artículo trabajar con una noción más amplia de lo político, deudora de los desarrollos gramscianos para los que la política como actividad y lo político como cualidad suponen la construcción de consensos sociales y los conflictos en torno a determinados temas, así como también la construcción de colectivos y límites grupales o identitarios como fenómeno imbricado con ello. Es decir, incluyen y exceden el ámbito de "la política" en sentido estrecho.
Planteo entonces la productividad de ampliar el estudio de los fenómenos de mediatización hacia las interacciones cotidianas de distintos grupos que intervienen en la producción y reproducción de valores, consensos y grupalidades, incluso por fuera o en los márgenes del campo político. La mirada no sería la de una etnografía de audiencias, sino más bien una etnografía comunicacional de las prácticas organizativas de estos grupos, atenta a las formas en que los dispositivos de comunicación1 constituyen elementos centrales para la construcción de su mundo cotidiano. Creo que este tipo de abordajes empíricos están implicados en el enunciado veroniano mencionado en el primer párrafo.

Sobre el objeto y el corpus

El corpus de entrevistas y observaciones que abordo es resultado del trabajo de campo con organizaciones vecinales nucleadas en torno al reclamo por mayor seguridad y/o a la prevención del delito, realizado para mi investigación de doctorado (Tufró, 2015)2.Considero que los modos de organizarse e intervenir en el espacio público de estos grupos de autodenominados vecinos3 constituyen prácticas políticas en un sentido amplio, como mencioné en el apartado anterior,  y por lo tanto un objeto interesante para el análisis empírico de la mediatización de las prácticas políticas.
Las reflexiones y observaciones que presento a continuación tienen un valor de generalización relativo. Los modos de producir sentido que se relevan, acerca de y con las tecnologías de la comunicación, tienen características específicas que no pueden ser trasladadas automáticamente a otros contextos y casos. Esto deriva en buena medida del "tema" que enmarca estos procesos de organización y movilización (en principio, el miedo y la prevención del delito), pero también, y creo que de manera decisiva, de las características sociológicas de las y los integrantes de estos grupos vecinales. Se trata, casi sin excepción, de personas de sectores medios urbanos, comprendidos en una franja etaria entre los 45 y los 65 años. Si bien esto debe ser demostrado empíricamente, se puede suponer que las variables mencionadas recortan formas de relacionarse con las tecnologías de comunicación diferentes a las de, por ejemplo, franjas etarias más jóvenes. Esto no implica un menor acceso a determinadas tecnologías (como se verá, los vecinos hacen uso intensivo de, por ejemplo, Internet yFacebook), sino, de manera especulativa, usos distintos. A pesar de ello, considero que estas observaciones sí podrían ser productivas para otros trabajos empíricos en cuanto a la posibilidad de iluminar ciertas zonas de indagación: las relaciones diferenciadas y convergentes con distintos dispositivos, el modo en que éstos afectan los ritmos y temporalidades de las organizaciones, las formas en que son movilizados y/o invocados para producir o legitimar estratificaciones al interior de las organizaciones, etc.
Finalmente, cabe señalar que la posibilidad de registrar"transformaciones" de las prácticas políticasa partir de la presencia de los medios requeriría en rigor la disponibilidad de trabajos empíricos anteriores sobre los mismos casos o similares, realizados con los mismos parámetros, cosa que no siempre (casi nunca) es posible. Ante la imposibilidad de realizar esa comparación, asumo como hipótesis muy general que las tecnologías de la comunicación tienen un lugar importante y diverso en las prácticas cotidianas en general, y a partir de ello lo que me propongo no es analizar transformaciones ni impactos, sino más bien algunos modos en que estas tecnologías funcionan como elementos constitutivos de las prácticas políticas de estos grupos.

Digitalización de la gestión de la participación

¿Cuáles son las actividades repetidas y cotidianas que los integrantes de estas asociaciones vecinales llevan adelante en tanto miembros de grupos preocupados por la seguridad? Básicamente, reclamar y establecer vínculos con el Estado (incluida la policía); ordenar y gestionar la participación ciudadana; recolectar y difundir información de diverso tenor; y pensar e implementar diversas formas de vigilancia del entorno. Todas estas actividades están compuestas, a su vez, de muchas otras. Distintas tecnologías y dispositivos de comunicación se articulan en ellas de maneras diversas.En primer término voy a presentar algunas observaciones sobre el lugar de Internet, el correo electrónico y Facebook (lo que en algún momento fue parte de las "TICs") en la producción de las prácticas de las asociaciones vecinales.
Una investigación realizada hace unos quince años por el equipo de Susana Finquelievich analizó el lugar de las TICs en una de las asociaciones vecinales pioneras en temas de seguridad, ubicada en el barrio de Saavedra (CABA). Allí se sostenía que la asociación vecinal y el plan de vigilancia que implementaban ("Plan Alerta") constituían una "red comunitaria" sustentada en TICs. Esta red daba lugar a una ampliación de la sociabilidad desde el espacio físico local (barrio) hacia el espacio virtual, enfatizando que la fiscalización ciudadana de las políticas públicas se veía potenciada por estas redes. También se afirmaba, considero que con acierto, que el recurso a las TIC permitía a los vecinos superar los límites locales de su actividad, conectándose con otros grupos nacionales e internacionales:
"Para las metas de la gente del Plan Alerta, era esencial tejer una red de información, de vínculos, de personas, que aporte transparencia, control a la gestión y permita replicar la experiencia en otras cuadras, barrios y lugares" (Finquelievich, Saguier y Vercelli, 2001: 34).
Mi propio trabajo de campo me ha permitido problematizar estos aspectos. En primer lugar, considero que tanto las TICs como los medios masivos han sido centrales en lo que se podría describir como un proceso de cambio de escala de los sentidos producidos por la categoría vecinos, que ya no se asocia exclusivamente a las prácticas en el ámbito local. Ahora bien, son fundamentalmente algunos vecinos, los que denomino referentes vecinales, los que establecen contactos múltiples a través de Internet. Los "más comprometidos" se contactan entre sí y forman lazos de comunicación más fluidos con aquellos que, viviendo lejos, tienen las mismas preocupaciones por la seguridad que con sus propios vecinos en el sentido geográfico del término. Así se forman comunidades virtuales, vecinos en la web, por afinidades temáticas y no por cercanías geográficas, a partir de estratificaciones existentes en las asociaciones vecinales, que distinguen a los referentes vecinales ("comprometidos") de los vecinos comunes cuya participación es caracterizada como "pasiva".
En segundo lugar, la investigación antes mencionada ponía en evidencia que los propios vecinos consideraban a su organización como una red. En efecto, cuando en 1997 se organizó la primera experiencia de Plan Alerta en el barrio de Saavedra, la red vecinal era entendida como el resultado de la puesta en contacto de los habitantes de la cuadra con la finalidad de realizar una vigilancia cruzada del microterritorio. Estaban, además, comunicados con la policía (ya sea con la comisaría o con un patrullero) y con autoridades políticas y/o de la justicia. Pero además la categoría red comenzaba a ser utilizada para hacer referencia a un modo de organización específico: sin jerarquías, sin institucionalización, y fuertemente basado en las TICs, (correos electrónicos y páginas web) como canales de comunicación que permitían generar vínculos minimizando las situaciones de encuentro cara a cara. Sin embargo, no se problematizó esta descripción que los propios miembros hacían de la redvecinal sustentada en TICs como "espacio horizontal". Efectivamente, las redes vecinales son hoy dispositivos compuestos por vínculos personales y soportes tecnológicos que posibilita la producción y circulación de información, pero no por ello funcionan según lógicas horizontales. Internet y las redes sociales, sobre todo Facebook, constituyen parte fundamental de la arquitectura misma de estas organizaciones. Son espacios de despliegue de fachadas, de actividades de selección y reproducción de agendas de los medios masivos, de opinión y difusión del "habla del crimen"4,pero también son herramientas de organización y gestión de la participación.
Las asociaciones vecinales procuran encauzar la participación de los vecinos poniendo en juego métodos para ordenarla con vistas a hacerla supuestamente más efectiva. Los momentos de auge participativo ligados a las "olas de inseguridad" (que dependen en buena medida de las agendas de la TV y los diarios de referencia)constituyen una oportunidad de visibilización de la organización y de reclutamiento de nuevos miembros, pero son también momentos de incomodidad e incertidumbre que los referentesvecinales deben manejar. Por ejemplo, las reuniones presenciales con los vecinos son vistas en muchos casos como un problema,ya que en lugar de arribar a soluciones se despliega allí la "catarsis":
"En mi experiencia acá no fue tan productivo hacer reuniones, los vecinos caen mucho en el tema de la catarsis, desahogarse, y termina la reunión y decís "No logramos nada". Entonces, porque si no en la reunión es "No, porque a mí me pasa esto", "No, porque el gato del vecino se me sube al árbol y…", viste, se termina… no queda nada concreto" (Esteban, referente vecinal de Olivos / La Lucila).
La catarsis se asocia a la generación de espacios de encuentro que, ante la aparición catártica, se vuelven improductivos. Las reuniones sólo sirven "al principio" o cuando hay "temas puntuales". Deben ser planteadas como instancias iniciales de contacto entre los vecinos y los referentes, relación que luego continúa a través de una gestión individual y personalizada del caso. En los últimos años, esto pudo ser resuelto gracias a la difusión de las cadenas de correosy los medios sociales como Facebook.
Es decir: el lugar de Internet, el correo electrónico y Facebook es central, pero se orienta de una manera distinta a la descripta hace quince años en la investigación citada. El lugar de la "fiscalización ciudadana del poder" es cada vez menos importante frente a la gestión de reclamos individuales, atendidos por lo referentes con una lógica de caso a caso. La red horizontal y distribuida se modifica y aparecen nodos que filtran, retienen y redireccionan la información. Ese es el lugar de los referentes vecinales en la red. Son el nodo que concentra la información necesaria para llevar adelante las gestiones y resolver los problemas. Los referentes reciben denuncias e informaciones, y devuelven gestiones o informaciones de otro tipo, como noticias, consejos prácticos para la seguridad personal o invitaciones a reuniones. Se trata de una suerte de servicio de gestoría que construye un sistema de producción, recolección y circulación de información desde vecinos y comerciantes hacia los referentes. Por otro lado, los referentes construyen su porpia red de vínculos con funcionarios estatales, policías y periodistas o productores de radio y TV.
Internet y los medios sociales habilitan entonces tanto la posibilidad de un contacto entre todos los miembros de la asociación sin la necesidad de reunirse, como la posibilidad de contactos punto por punto entre miembros individuales. Esta última posibilidad es la más explotada: el contacto entre el vecino individual y el referente vecinal para realizar denuncias puntuales y gestionar sus posibles soluciones. Denomino a esta forma de funcionamiento de las organizaciones modelo de gestión por referentes.
Las prácticas concretas de los referentes son en gran parte prácticas de mediación entre vecinos y agencias estatales. Los saberes del referente sobre el funcionamiento de la burocracia estatal lo transforman en un gestor, alguien que representa y sustituye a los vecinos ante las burocracias estatales, buscando resolver sus problemas. La imagen del colectivo vecinal horizontal y participativo deja lugar a la concepción de los vecinos como un conjunto de beneficiarios de un servicio de gestión y solución de problemas varios. La pasividad y comodidad que se le adjudica al vecino común, caracterizada por los referentes como un problema que obstaculiza la participación, es percibida comouna característica inmodificable, un dato de la realidad al que hay que amoldarse, lo cual es facilitado por los canales de comunicación digital. La pasividad termina siendo fomentada por los referentes en tanto condición para que las prácticas de resolución de problemas pueden desarrollarse con orden, normalidad y previsibilidad.

Presentación de sí. Capitales estatales y "mediáticos"

Los referentes vecinales cumplen un rol de mediadores, en términos del antropólogo brasileño Gilberto Velho. Según Velho, en las sociedades complejas en las que vivimos se producen tránsitos entre diferentes mundos socioculturales. En este contexto, "algunos individuos más que otros no sólo realizan este tránsito sino que desempeñan el papel de mediadores entre diferentes mundos" (Velho, 2001: 20, traducción propia). Algunos de estos individuos mediadores expresan clara y conscientemente un "proyecto de mediación" cuando, en sus tránsitos de un mundo a otro, llevan y traen prácticas y valores: "Somos la garantía del vecino, el nexo del vecino, y si nosotros tenemos la posibilidad de estar metidos en el tema y de tener menos miedo que el vecino, bueno, tenemos que meter esa presión necesaria para cambiar lo que tenemos que cambiar" (Jorge, referente vecinal de Don Torcuato).
Los referentes retienen los saberes del vecino común, pero ya no son vecinos comunes. El contacto con otros mundos les permite acceder a otros saberes. Cierto conocimiento del funcionamiento de la burocracias estatales (gobierno, justicia, policía), de las cambiantes internas políticas, de los códigos del mundo del crimen y las competencias para "manejar" a los medios de comunicación constituyen saberes que distinguen a los referentes, y que pueden o no ser socializados entre los vecinos comunes. La explicitación de este capital en las interacciones (por ejemplo, exhibiendo tarjetas personales de funcionarios y comisarios, o números de teléfono de productores de TV) es una operación central a través de la cual los referentes instituyen su lugar. Ese lugar sólo puede ser sostenido con un doble juego de exhibición de reconocimiento otorgado por diferentes instancias legitimadoras (Bourdieu, 1981). Así, frente a los funcionarios públicos, el  referente aparece investido por la legitimidad que le transfieren los vecinos comunes. Y frente a éstos últimos, los referentes se presentan como individuos que son reconocidos y por lo tanto legitimados por dos instancias: el Estado y "los medios".
El reconocimiento estatal queda fijado, en buena medida, a través de la tecnología de la escritura. Las asociaciones vecinales que ostentan reconocimiento estatal son aquellas que mejor hablan el lenguaje burocrático del Estado, un lenguaje articulado a través de libros de actas, estatutos, certificaciones de diverso tipo, pedidos de informes, reclamos formales, cartas de agradecimiento, etc. Las marcas de la escritura como tecnología estatal son desplegadas por los referentes en sus interacciones,y se observan, por ejemplo, en la enorme importancia que muchos de ellos otorgan a una serie de objetos (como los libros de actas) o prácticas (como la recolección de firmas) que imitan o prolongan los lenguajes estatalizados. Si toda burocracia genera sus propios indicadores de actividad y de eficacia, las incipientes burocracias construidas por los referentes vecinales encuentran en actas, sellos, firmas y certificados la posibilidad de proveer certezas, marcas de verdad. Funcionan como índices burocráticos que acreditan la actividad, y por lo tanto la existencia real de la asociación vecinal frente a los "sellos de goma"5. De aquí que no sea extraña la imagen del referente cargando carpetas o exhibiendo los certificados de los cursos realizados. Luis, un referente del barrio de Liniers, iba a las marchas en reclamo de mayor seguridad con una serie de libros de actas a cuestas que certificaban la existencia de sus reuniones con el Comisario de la zona, y los exhibía a quien quisiera verlos. Durante una marcha organizada en el barrio, Luisintentaba convencer a otros vecinos sobre las ventajas de participar de las reuniones que se organizaban en la comisaría:
"Yo traigo un libro…… permitime, permitime… ahí está mi hijo, con unas carpetas que yo traje, tenemos el libro de actas de la última reunión en la comisaría. Todos los lunes, el primer lunes de cada mes, se hace una reunión en la que por supuesto que debe ir, y hay un libro de actas. Hay un libro de actas donde todo lo que se le pide al Comisario, si él no lo cumple, se eleva arriba. Está escrito".
Al igual que en la cultura policial, el poder judicial y otras instituciones altamente burocratizadas, lo que existe es lo que está escrito, y los razonamientos cotidianos se apoyan en esta creencia compartida. Aquí es necesario separar el análisis de dispositivos comunicacionales / tecnológicos de las percepciones sociales que hacen de "Estado" y "medios" dos "actores", muchas veces enfrentados. El campo de las prácticas estatales está "mediatizado" de diferentes formas desde sus orígenes mismos, no puede existir sin tecnologías de fijación de lo dicho, de autonomización y persistencia en el tiempo de los mensajes. Si, además, "se traza y se escribe lo que es evaluado como merecedor de persistencia y, por consiguiente, como necesitado de autonomía" (Verón, 2013: 146), la posesión y exhibición del objeto escrito (en este caso, el libro de actas) implica que la escritura deja de operar sólo en el terreno de la semiosis simbólica y se transforma en índice ostensible de la importancia de lo allí volcado y del reconocimiento estatal.
Del mismo modo, en la interacción los referentes pueden exhibir objetos que, siendo también son índices de la existencia de la asociación, se asocian a otro tipo de reconocimiento distinto al estatal: el reconocimiento que brindan "los medios". En estas interacciones, "los medios" dejan de ser un actor genérico para materializarse, fundamentalmente, en recortes de prensa que los referentes exhiben como testimonio de su actividad, dando por descontado que el hecho de que algo aparezca escrito en un medio es una prueba fehaciente de su veracidad. Así, "la carpeta de recortes" es un objeto cotidiano fundamental para estas asociaciones, un collage a través del cual los referentes pueden dar cuenta rápidamente de sus actividades y trayectorias. Al punto tal que en muchas ocasiones estos recortes periodísticos intervienen en las conversaciones con los referentes, haciéndose presentes como prueba ostensiva de lo que se está afirmando, generando glosas, interviniendo como un participante más en los intercambios entre entrevistador y referente, ya que éste último organiza su relato a partir de los recortes que va exhibiendo:
"Nosotros (se para, va a buscar la carpeta de recortes de diarios), te muestro un par de recortes periodísticos, básicamente. No ves, empezamos con esto, esto es año 2005, "Estadística delictiva realizada por los vecinos", "Mapa del delito realizado por los propios vecinos", o sea, informar a la gente, qué delitos hay, qué zonas son inseguras, qué zonas… Bueno, esto, "Foro vecinal denuncia a su ex presidente". Ah, te quería mostrar esto, el tema Vicente López Alerta. "¿Para qué sirve? Los Foros piden información", ya estaba mal (risas). Mechamos, "Todavía sin respuesta por Vicente López Alerta", hasta que pone Perfil: "Denuncian que desaparecieron nueve móviles destinados a la seguridad" (risas). Y claro, el autor, bien escrachado (me señala su propia foto en el diario Perfil). Otros toman mis declaraciones de una manera un poco más agresiva hacia el municipio (muestra un destacado, aparentemente agresivo, risas). Entonces bueno, no me ayuda mucho. No, pero es la verdad". (Esteban, referente vecinal de Olivos-La Lucila).
Los recortes de artículos de prensa intervienen así como disparadores de la producción de sentido en la interacción. Hubo una serie de acontecimientos de los cuales el referente participó. Luego los medios construyeron un relato propio sobre esos acontecimientos, que queda establecido como verdad, a partir de una dimensión indicial que instituye al recorte de prensa como una huella, una materialización de aquello que verdaderamente sucedió. De este modo, el relato de los medios es condición de producción de posteriores relatos, en los que interviene como elemento de prueba en apoyo de lo que sostienen los referentes.
"Los medios" son también invocados por los referentes como un espacio de acceso restringido, sólo para entendidos. Demostrar capacidad paramovilizar y manejar a los medios evidencia un saber que es intransferible porque forma parte de la personalidad y de los contactos del referente. A su vez los referentes suelen dejar en claro que no cualquiera puede manejar los medios.Consideran que los vecinos comunesno pueden controlar el impacto que significa tener un contacto fluido con los medios, y por eso se transforman en vedettes mediáticas, peligro del cual ellos estarían a salvo:
"Tienen un problema a veces los vecinos. Cuando salen una vez en televisión quieren salir siempre. Nosotros no compramos todo eso. Usamos la televisión. (Me muestra el celular) Acá tenés todos los teléfonos… Llamás a Pablo Belfiore, de Canal 26, y te dice quién es Aníbal. Llamás a Crónica TV y te dicen quién es Aníbal. Y ellos enseguida se prenden… pero bueno, ese vedettismo… Yo te digo la verdad… Mirá, ni yo que estoy en política lo aprovecho… Yo aprovecho a los medios para hacer quilombo, porque si no… (risas) para que contenga toda la situación"(Aníbal, referente vecinal de Núñez).
La agenda de contactos con los medios es un capital social específico ("mediático") que debe ser manejado con cuidado, de lo contrario se corre el riesgo se transformarse en "figureti", como decía un referente vecinal de Liniers acerca de otro referente del mismo barrio:
"Es un señor que está siempre para la foto, y a mí no me agrada. Es figureti. El tipo es puntero, lo sé oficialmente porque es así, no lo quiere nadie. Si la campana hace siempre el mismo sonido, es así" (Gustavo, referente vecinal de Liniers).
Entonces, la capacidad de mostrar conexión, dominio, contacto con "los medios" pero también con los productos de las tecnologías estatales de escritura constituye unmétodo cotidiano a través de la cual los referentes exhiben formas de reconocimiento estatal y mediático, capitales diferenciales que construyen y refuerzan la distancia que los separa de los vecinos comunes.

Medios locales, medios masivos: estrategias de conexión

Las prácticas vecinales se despliegan en un complejo ecosistema mediático (Scolari, 2008) sobre cuyas características y distinciones los miembros tienen un conocimiento práctico. Una importante cantidad de medios locales o barriales forman parte orgánica de las asociaciones vecinalesde modo permanente, e incluso muchos referentes vecinales participan directamente en su producción. Se trata, fundamentalmente, de periódicos zonales y de radios locales donde los propios vecinos devienen periodistas.
Por otro lado, se consideran "medios masivos" a los canales de TV de aire o de cable y a los diarios de alcance nacional. Con estas instancias la conexión es mucho menos orgánica y se requiere un trabajo especial por parte de los referentes vecinales para producirla. La conexión con los medios masivos (no con su consumo, sino con la posibilidad de "salir" en ellos, de que "vengan al barrio") se produce por casos, a partir de acontecimientos que puedan generalizarse en series u "olas de inseguridad". Es decir, responde en buena medida a los criterios de noticiabilidad6:
"Llamé a los muchachos míos (de los canales de TV), viste que por celular estamos bien con Crónica, Canal 26, y había un quilombo en el centro de cortes ese día, me dicen "No tenemos más chicos para mandarte", me dice el de Canal 26. "Por favor, porque se va a armar", y yo necesitaba media hora, viste, medio jodido. Y el de Crónica me dijo "Esperá" "Mirá que voy a cortar acá y voy a hacer un quilombo, eh". "Quedate tranquilo Aníbal, yo te mando, yo te mando". Y a la media hora llegó, Crónica TV. A mí me salvó Crónica TV, 20 mil veces, hasta de que me caguen a palos, la cana, todo" (Aníbal, referente vecinal de Núñez).
Una de los aspectos más importantes para pensar la mediatización de las prácticas políticas es el hecho de que los criterios de noticiabilidad que operan en las rutinas periodísticas, en la instancia de producción, ya forman parte de los saberes comunes de los referentes, de sus expectativas normativas, conocidas pero no problematizadas (Garfinkel, 1984), y operan como condiciones de producción de las prácticas vecinales. Como ocurre desde hace años con otros tipos de protestas, los vecinos diseñan sus prácticas de reclamo orientadas hacia los medios, con el fin de conectarse a ellos.
A diferencia del contacto permanente a través de Internet o del contacto pautado pero sostenido a través de los medios locales, los miembros de las asociaciones vecinales  puestos en función de productores de discurso y generadores de información (Calzado, 2014) reconocen que la conexión con los medios masivos se da de manera intermitente, a través de "picos mediáticos" o en los momentos de "olas de inseguridad". A partir de esto, los referentes señalan que los medios masivos afectan de modo perceptible los ritmos de sus organizaciones, multiplicando o reduciendo (según la lógica de conexión / desconexión) la participación ciudadana y por lo tanto los flujos de información que circulan desde los vecinos hacia los referentes.
Cuando esa conexión se produce, tiene como efecto, entre otros, la multiplicación e intensificación de aquellos lazos vecinales que, se supone, deberían existir "por fuera de los medios". Resulta revelador observar hasta qué punto la sociabilidad vecinal, que los mismos referentes se encargan de presentar en otros contextos como un lazoprimario, solidario, auténtico y por lo tanto más legítimo que, por ejemplo, el lazo político partidarioo las relaciones comerciales, en un asunto como el de la seguridad ciudadana aparece fuertemente atravesada por los flujos mediáticos. Así, aquello de que el vecino sabe todo lo que sucede en su barrio y se entera de ello en la calle parece tener mucho de mito:
"La experiencia que yo veo, vuelvo a repetir, si sale en televisión el hecho existió y si no sale en televisión no tuvo importancia. Yo voy a explicar lo siguiente: hay una marcha en Lisandro la Torre y Rivadavia, vinieron los medios. Hay 50 personas, al rato tenemos 200, porque el vecino primero lo quiere ver sentado en su casa. Hay una marcha acá a la vuelta: "Ay vieja, cerrá la puerta, ahora vamos a la marcha, pero primero lo quiero ver en televisión". Entonces digo, es un efecto boomerang" (Luis, referente de Liniers).
"Yo llegué (a la asociación) porque un día hubo una marcha por una violación, yo la estaba mirando por televisión, y yo digo "¿Qué hago en mi casa?". Dejé de comer y salí corriendo para la comisaría y me puse a hablar con la gente y nos juntamos". (Héctor, miembro de una asociación vecinal de Barracas).
Cuando se organiza una marcha, hay que prever que si no hay vecinos los medios no vienen, y si los medios no vienen los vecinos tampoco. Se trata entonces de conseguir una pequeña masa crítica o de producir un acontecimiento noticiable para atraer a los medios, y a partir de allí aumentar la convocatoria. Aquí es el dispositivo de la toma directa el que se vuelve relevante: en tanto la representación del directo televisivo es también presentación e implica un estatuto mayor de realidad (Carlón, 2004), la puesta en escena de la realidad local por un medio nacional en directo parece tener una fuerza movilizadora particular.
Ahora bien, si los referentes trabajan duro para producir una conexión con los medios masivos que garantice la visibilidad y la movilización, esto se debe no sólo al hecho de que el vínculo vecinal es en parte construido a partir del contacto a través de la pantalla de TV, sino fundamentalmente a que han aprendido que los medios masivos constituyen el modo más eficaz para presionar a las autoridades políticas. Un referente de Núñez llama a esta práctica "tensionar":
"Fui a (la Dirección de ) Prevención al Delito, y le digo "La concha de tu madre, te corto Cabildo y Congreso a las cinco de la tarde, y te echo los perros de los medios a vos. A mí dame material". ¿Cómo aparecieron los materiales (fotocopias, volantes) que vos ves? Ah, apareció el material. Es así. ¿Sabés de qué viven estos? De que un vivo se avive y los presione. (Aníbal, referente vecinal de Núñez).
"Nosotros pedidos de informe que hemos presentado en el municipio, por ejemplo, ni los contestan. Te ignoran. Entonces el único camino que te queda es acudir a los medios. Entonces ahí, por ahí, movilizás algún tipo de reacción. Porque lo ven como pérdida de capital político. Pero si no, vos acá en Vicente López podés presentar un expediente y…" (Esteban, referente vecinal de Olivos – La Lucila).
Los referentes y vecinos han hecho la experiencia de que la reacción de los políticos es suscitada principalmente a través de la visibilización de los reclamos en los medios (para lo cual no dudan en hacer suyos formatos de protesta como el piquete que, en otros contextos, son duramente condenados por los vecinos) o por la amenaza de recurrir a ellos. Así, "los medios" proveen un lenguaje que comprenden tanto funcionarios como vecinos. Como sucede en muchos otros ámbitos de prácticas en la esfera pública, para los vecinos un "hecho político" debe ser hoy un acontecimiento noticiable.
En los relatos sobre este tipo de prácticas que buscan "tensionar" a las autoridades, "los medios" aparecen en general como intermediarios y no como mediadores. En términos de Bruno Latour (2005), un intermediario es un elemento más bien inerte, que transporta sentidos o fuerzas sin transformarlos, mientas que un mediador transforma, distorsiona y modifica el sentido o los elementos que transporta (no confundir con la noción de "mediador" de G. Velho mencionada antes). La presentación de "los medios" como intermediarios, como elementos más o menos inertes, es funcional al relato que indica que pueden ser manejados y manipulados de manera instrumental por los referentes para obtener resultados ("tensionar" a funcionarios y políticos).
El hecho de que en el dispositivo del directo televisivo las instituciones emisoras no construyan íntegramente el acontecimiento (Carlón, op. cit.) sino que "retomen", pongan en escena y difundan un "hecho político" preparado por los vecinos  sin duda tiene que ver con esta visión de los medios como meros intermediarios. Sin embargo, como ya se dijo, queda claro que los "hechos políticos" son en sí mismos pensados y ejecutados como hechos noticiables. El reclamo está preconstruido de manera tal de producir la conexión con el directo televisivo.

Coexistencia de programas de verdad contradictorios

Esta relación orgánica con algunos medios (locales) y la búsqueda constante de la conexión con los medios masivos para asegurar la visibilidad de los reclamos vuelve muy compleja la posibilidad de que los vecinos comunesy los referentes vecinales cuestionen el estatuto de verdad de los mensajes mediáticos sobre la "inseguridad" al momento de producir sus prácticas. Sin embargo, esto puede suceder en determinados contextos.
Cualquier vecino o referente puede, en situaciones de interacción específicas, caracterizar las verdades producidas por los medios como construcciones, alejándose de posiciones ingenuas al respecto y describiendo a los medios como mediadores en el sentido de Latour. Ocurre sobre todo cuando hacen suya la premisa del vecino como sujeto detentador de un supuesto saber local, lo cual permite contrastar las informaciones difundidas por los medios masivos con datos de otro tipo, provenientes de fuentes "más confiables" por el hecho de ser vecinales:
"En un momento que se empezó a ver más gendarmería, que empezaron a mandar más gente a esta zona, más gente a la (Villa) 11-14, y el comentario es que era porque habían matado a dos gendarmes, y los habían colgado patas para arriba, los narcos... Pero si hubiera pasado, ¿sabés cómo nos hubiéramos enterado? Y no te digo los medios, porque a los medios mucho no les creo, pero los vecinos sí. Que nadie más sepa nada, casi te diría, cuando se corre el rumor, se corre, si es cierto, por varios lados"(Eduardo, referente vecinal de Villa Soldati).
"Mucha mentira te venden. Sí, compramos muchos espejitos de colores, seguimos comprando espejitos de colores. Cuando quiere el periodismo, la seguridad sube (sic), es un desastre, nos están matando a todos, hay que destruir todo. Y hay veces que cuando la parte periodística no quiere, no. Eso sí está manejado, me parece que está muy manejado. Yo noté mucho el cambio con C5N. C5N cambió y muestra un Tigre perfecto. Toda la policía es para Tigre. El vecino sabe que no es así" (Patricia, referente vecinal de Garín).
Esta construcción de una "verdad vecinal" basada en un saber de primera mano, directo, extramediático, es convergentecon el funcionamiento de los dispositivos mediáticos, que construyen como "real" todo aquello que no forma parte de su territorio (Verón, 2009). En la distinción vecinal entre verdad vecinal y verdad mediática, la primera es "real", la segunda es manipulada. Las retóricas de los medios masivos no discuten esa idea, de hecho en buena medida la ratifican cuando ponen en escena palabras de vecinos, por ejemplo en las noticias policiales (Tufró, 2011),a las que otorgan un estatuto privilegiado de verdad.
Pero al mismo tiempo, por fuera de estas situaciones puntales, y a diferencia de lo que ocurre con la palabra política que es objeto de una sospecha sistemática por parte de los vecinos, el estatuto de verdad de los discursos de la información periodística está sólidamente instalado en las expectativas normativas, conocidas pero implícitas, que constituyen el trasfondo sobre el cual se despliegan los cursos de acción de los miembros de asociaciones vecinales. Es decir: en la actitud natural cotidiana, los vecinos no problematizan el carácter construido de la verdad mediática. La caracterización de las instituciones de los medios masivos como actores con agendas propias y como productores de informaciones necesariamente sesgadas no tiene sentido o es contraproducente en el contexto de prácticas cotidianas que dan por descontado el carácter verdadero de esa información y la utilizan como condición de producción de sus propios discursos. Se da así una coexistencia no problemática de programas de creencias contradictorios: como sucedía con los griegos antiguos en relación con sus mitos, se puede al mismo tiempo creer y no creer en ellos (Veyne, 1987). Sin embargo, esta coexistencia es asimétrica: así como la religión o la política, la crítica de los medios ocupa un lugar marginal en la vida cotidiana de los vecinos, pero sus vínculos con ellos, la dimensión del contacto, es, por el contrario, central y continua.

Observaciones finales

Las reflexiones producidas a partir del corpus empírico recolectado apuntan, en primer lugar, a la dificultad de pensar en la mediatización de lo político como proceso más o menos homogéneo, más o menos integrado. Cuando la mirada se posa en las prácticas y en la diversidad de dispositivos que intervienen en ellas, el resultado es necesariamente una descripción diversa, heterogénea, difícilmente reducible a un proceso unívoco, a pesar de que se puedan señalar algunos efectos convergentes. Más que en la certeza de que la comunicación pasa tanto por los medios como por fuera de ellos (Ford, 1994), la mirada del analista debe estar atenta a las formas en que los sentidos se producen y circulan en las conexiones y desconexiones entre tecnologías múltiples, campos de prácticas diversos y sujetos que se producen en ellas, y en cómo se entienden y construyen los límites entre un "adentro" de los medios y un "afuera" supuestamente extramediático. Esto implica el relevamiento y el estudio no sólo de las operaciones y propiedades discursivas, sino de la organización de las prácticas. Los dispositivos de comunicación encuentran así su lugar en el análisis como elementos que contribuyen, de distintas maneras y con diversos efectos, a dar forma a las prácticas cotidianas de organizaciones que intervienen en la problematización de asuntos públicos y en la producción de consensos y hegemonías.
La noción de mediatización de lo político se asocia, en general, a la preocupación por las transformaciones políticas (en las formas discursivas, en los modos del lazo representacional) cuanto el contacto de los ciudadanos con el campo político pasa a estar mediado, de manera creciente, por los medios. Abordar esta preocupación desde una mirada del ecosistema mediático implica una perspectiva cada vez más compleja, ya que la "mediación de los medios", como se dijo, es un proceso heterogéneo, fragmentado y con orientaciones diversas. Desde la experiencia empírica aquí estudiada, la respuesta a esta inquietud también es compleja, porque tanto "los ciudadanos" como "la política" constituyen agregados complejos y diferenciados, también en lo que hace a sus vínculos con los dispositivos de comunicación. Así, algunos vecinos referentes tienen contactos personales más o menos fluidos con funcionarios, independientemente de los medios, pero acuden a los medios para "tensionar" a los políticos en algunas ocasiones. Otros vecinos comunes no tienen más contacto con la política que aquello que ven por TV o las opiniones que circulan en Facebook, ya que los referentes son quienes a su vez gestionan el contacto de los vecinos comunes con la política.
Los medios masivos otorgan hoy, y desde hace tiempo, formas de reconocimiento político que antes eran monopolio del Estado o del partido. Esto incide también en la estratificación interna de las organizaciones, ya que ese reconocimiento es valorizado como un capital diferencial, propio de los referentes. Estos, entonces, necesitan a los medios tanto como necesitan al Estado para sostenerse en su rol frente a los vecinos comunes. Entonces: si la metáfora del "ecosistema" mediático implica jerarquías, tensiones y relaciones de poder entre los diferentes dispositivos (Scolari, 2008), la competencia por la supervivencia en un entorno mediatizado también se da entre las organizaciones y produce asimetrías al interior de las mismas, destacándose aquellos que pueden mostrar poder de conectividad, poder para atraer la mirada mediática.
Dentro de la heterogeneidad de efectos de las mediatizaciones de las prácticas políticas, se habló más arriba de algunos efectos convergentes. En el caso de las prácticas vecinales, los medios masivos y los medios digitales actúan de formas diversas, produciendo al menos un efecto convergente: el cambio de escala, es decir, la construcción de comunidades imaginadas vecinales ya no necesariamente ligadas al barrio. Ya sea porque a través de la TV puedo ver que lo que pasa en mi barrio pasa en todos los barrios, y por lo tanto los vecinos ocupamos una misma posición de afectados (por el delito, por la inacción estatal) sin importar la "identidad barrial"; o porque a través de Facebook me conecto con vecinos de otros barrios preocupados por la seguridad, y entonces entablo relaciones de afinidad temática más fuertes y productivas que las relaciones de vecindad geográfica en sentido estricto. El efecto convergente se resuelve en una transformación de los sentidos de la categoría: hoy vecino, en el léxico político, no quiere decir sólo o principalmente habitante del barrio, sino que constituye una forma de visibilizarse en el espacio público, como "simple vecino", libre de intereses espurios (políticos). Quizás esta sea la condición de posibilidad para que en la campaña electoral que se lleva a cabo mientras escribo estas líneas dos partidos que llevan la palabra "vecinal" en su nombre (Bandera Vecinal y Movimiento de Acción Vecinal) presentan candidatos a presidente y vicepresidente de la Nación. Vecinos de la Argentina.
Otros interrogantes con los que hay que dialogar, y que interesan fundamentalmente a los estudios sobre comunicación y seguridad ciudadana, son los que remiten a la cuestión de la "influencia" de los medios en la producción del temor al delito y del sentimiento de inseguridad. Estos interrogantes no tienen obviamente una respuesta unívoca, definitiva y válida para todos los contextos. Sin duda hay que pensar que distintos medios "influyen" o afectan de distintas formas en distintas situaciones. Del análisis aquí realizado puede surgir algún aporte. Como se vio, hay en las prácticas cotidianas de las organizaciones vecinalesprogramas de creencias contradictorios. Se puede criticar a los medios, pero al mismo tiempo el carácter verdadero de lo que los medios dicen en general es condición de producción de las prácticas vecinales, de la construcción de su propia verdad. Y el pensarlos como meros intermediarios, transparentes, es condición de posibilidad de su supuesta instrumentalización para presionar a la política. La crítica de la "verdad mediática" (de los diarios, de los noticieros de TV) es muy difícil en estas condiciones, porque sería contraproducente para las propias organizaciones.
A modo de cierre, quisiera señalar que todo la propuesta aquí volcada debe enmarcarse en preocupaciones más amplias que vienen siendo discutidas en los últimos años en el campo comunicacional. La pregunta fundamental que plantea Scolari (op. cit.) en torno a las formas de construcción de la hegemonía en un ecosistema mediático atomizado y las observaciones en torno a la preeminencia de la lógica semiótica icónico-indicial que, según Sandra Valdettaro (2008), privilegiaría la producción de vínculos comunitarios cada vez más "tribales" (nuevas vecindades por doquier), pueden guiar un programa de estudios empíricos de las mediatizaciones de las prácticas políticas.

Notas:

1 Retomo de Verón (2013) la idea de que la noción de dispositivos (mecánicos, electrónicos) de comunicación es una denominación más rigurosa que la de medios de comunicación, que en la terminología veroniana "designa los usos de las sucesivas tecnologías de comunicación, tal como estos se utilizaron a lo largo de la historia" (op. cit.: 144).

2 El trabajo de campo se desarrolló entre 2007 y 2011 e incluyó trabajo de campo junto a 16 organizaciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 14 organizaciones de municipios del Gran Buenos Aires.

3 La categoría vecino / vecinos aparece en cursiva para destacar el hecho de que no se trata de un término meramente descriptivo, sino de una categoría de adscripción utilizada por los propios miembros. Considero que, en estos contextos, la categoría es un nombre político, ligada a procesos de interpelación de colectivos, de subjetivación al interior de grupos, de inclusión / exclusión, de legitimación de relaciones asimétricas o de acceso desigual a recursos materiales y simbólicos..

4 Teresa Caldeira define el habla del crimen (fala do crime) comoaquellas "narrativas cotidianas, comentarios, conversaciones y hasta bromas que tienen al crimen como tema" y que "se contraponen al miedo y a la experiencia de ser víctima del crimen y, al mismo tiempo, hacen proliferar el miedo" (2008: 9, traducción propia). Entre los rasgos del habla del crimen se destaca el hecho de ser contagiosa: "cuando se cuenta un caso, probablemente siguen varios otros; es raro que un comentario quede sin respuesta" (op. cit.: 27). Es también fragmentaria y repetitiva, pero a pesar de las repeticiones las personas parecen no cansarse nunca de ella. Por el contrario, parecieran compelidas a seguir hablando del crimen. Esta repetición "sólo sirve para reforzar las sensaciones de peligro, inseguridad y perturbación de las personas (.) En estos intercambios verbales cotidianos se forman las opiniones y se moldean las percepciones, es decir, el habla del crimen no es sólo expresiva, sino también productiva" (ídem: ídem, traducción propia).

5 Denominación que se da en el campo de las asociaciones sin fines de lucro, de las organizaciones sociales e incluso de la política partidaria a aquellas organizaciones que tienen un nombre (un "sello") pero que en la práctica no desarrollan ninguna actividad.

6 Según Stella Martini, el pasaje del acontecimiento a la noticia "es el resultado de un trabajo en producción cuyo primer paso consiste en la aplicación discrecional de los criterios de noticiabilidad establecidos por el medio. Tales criterios tienen su anclaje en la cultura de la sociedad y se relacionan con los sistemas clasificatorios y las agendas temáticas habituales del medio, se encuadran en la política editorial sustentada, y remiten a una concepción determinada de la práctica profesional" (Martini, 2000: 84). Los criterios de noticiabilidad no son teóricos, sino pragmáticos, y están sujetos a negociaciones.

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Fecha de recepción: 31-07-2015.
Fecha de aceptación: 22-10-2015.

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