Su formación médica comenzó con la residencia en el Instituto de Clínica Médica Luis Agote 4ta Cátedra de Medicina del Hospital Rawson. Cuando la cátedra se mudó al Hospital de Clínicas ejerció la jefatura de Residentes. En ese Hospital dio su examen para adscripción a la Docencia Universitaria y se recibió de Médico Cardiólogo Universitario en el Curso Superior dirigido por los Dres. Perosio y Suárez y fue médico staff de la Unidad Coronaria.
Siguió su carrera por más de 25 años en la Fundación Favaloro.
Allí es donde Roberto desplegó su amor por la medicina asistencial como Jefe de piso de Internación, por la investigación clínica, con sus aportes en hipertensión pulmonar principalmente en la enfermedad tromboembólica y por la docencia, ejerciendo la codirección del Curso Superior de Médicos Cardiólogos de la Universidad Favaloro con el Dr. Branco Mautner.
Además de estos que son algunos de sus logros como médico, Roberto era una persona extremadamente sensible, generosa y humilde, con una dedicación al paciente y un trato a sus colegas que lo hicieron merecedor de un respeto y afecto fuera de lo común.
Todos los que lo conocimos y trabajamos con él vamos a extrañar su1 sonrisa y bonhomía.
Fue una víctima más de la pandemia por Covid 19.
Con él se va un médico con una formación médica y humanística difícil de encontrar.
Su huella marcará el camino de muchos colegas como personas y profesionales, su recuerdo nos sacará siempre una sonrisa.
Lo sobreviven su querida esposa Elena y sus 2 hijas, Mariana y María.