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Revista Iberoamericana de Tecnología en Educación y Educación en Tecnología

versão impressa ISSN 1851-0086versão On-line ISSN 1850-9959

Rev. iberoam. tecnol. educ. educ. tecnol.  no.28 La Plata mar. 2021

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

Transformación de Cursos Presenciales en Virtuales

Presencialidad Propagada para la Educación Superior

Propagated Presence for Higher Education

Fabián Maffei1

1 Instituto Superior de Profesorado N° 3 “Eduardo Lafferriere”, Rosario, Argentina

informaticamaffei@gmail.com

Recibido: 15/12/2020 | Aceptado: 14/01/2021

Cita sugerida: F. Maffei, “Presencialidad Propagada para la Educación Superior,” Revista Iberoamericana de Tecnología en Educación y Educación en Tecnología, no. 28, pp. 214-220, 2021, doi: 10.24215/18509959.28.e26

 

Resumen

La propuesta presentada en este artículo bosqueja los rasgos centrales de una nueva categoría conceptual de presencialidad que se expone como superadora de las tradicionales concepciones, que aporte estrategias de enseñanza en la Educación Superior para el acompañamiento de las trayectorias reales. La Presencialidad Propagada, se acuña desde la práctica áulica en la Educación Superior en Argentina, otorga centralidad a la apropiación del entorno digital e incorpora elementos del entorno físico, propone un escenario sin dualidad, en el que no hay “presencialidad o virtualidad”, no hay “distancia”. Para la implantación de la Presencialidad Propagada en las aulas de Superior se propone generar condiciones institucionales de apropiación por parte del cuerpo docente a través de dispositivos que hagan foco en la alfabetización transmedia y en atención a las caracterizaciones de las nuevas formas de consumo. Actualmente se avizoran escenarios híbridos en la pospandemia y la Presencialidad Propagada se propone como un potente escenario en el futuro inmediato. Nuevas aristas se abren para enriquecer esta categoría conceptual con los aportes de la sistematización de prácticas áulicas realizadas en las instituciones de Educación Superior.

Palabras clave: Presencialidades; Presencialidad propagada; Educación superior; Alfabetización transmedia; Trayectorias; E-learning.

Abstract

The proposal presented in this article outlines the central features of a new conceptual category of presence that is exposed as overcoming the traditional conceptions, which provides teaching strategies in Higher Education for the monitoring of real trajectories. Propagated Presence, is coined from classroom practice in Higher Education in Argentina, gives centrality to the appropriation of the digital environment and incorporates elements of the physical environment, proposes a scenario without duality, in which there is no “presence or virtuality”, no there is "distance". For the implementation of Propagated Presentiality in Superior classrooms, it is proposed to generate institutional conditions of appropriation by the teaching body through devices that focus on transmedia literacy and in response to the characterizations of new forms of consumption. Hybrid scenarios are currently envisioned in the post-pandemic and Propagated Presence is proposed as a powerful scenario in the immediate future. New edges open up to enrich this conceptual category with the contributions of the systematization of classroom practices carried out in Higher Education institutions.

Keywords: Presentialities; Spread presence; Higher education; Transmedia literacy; Trajectories; E-learning.

 

1. Introducción

La aceleración en los desarrollos de todo tipo que están produciendo las TIC en las sociedades, propone retos constantes. Nueva generación de sujetos pedagógicos que requieren nuevos tipos de información que, en términos de Big Data, se dimensionan bajo el paraguas de la veracidad, velocidad, volumen, variedad y valor, pero además inevitablemente son atravesadas desde las dimensiones políticas y didácticas desde una perspectiva alfabetizadora, social, e inclusiva que el docente que ocupa actualmente las aulas del sistema de Educación Superior argentino, aporta con su bagaje formativo y experiencial.

En este marco, la tensión entre lo local y lo global es cada vez mayor. Sin embargo, en el sistema de Educación Superior en Argentina, no hay que perder de vista la autenticidad e identidad de la territorialidad en la que se produce el proceso de enseñanza y el de aprendizaje [1]. Cabe destacar que la idea de construcción de lo “glocal” [2] está instalada, y se construye a través de las presencialidades [3].

Ahora bien, estos procesos toman sentido sólo con el estudiante inmerso en el sistema, con el el estudiante que sostiene su trayectoria, el recorrido de esos sujetos en el sistema que siguen un itinerario en progresión a través de compartimientos delimitados por tiempos y periodizaciones.

1.1. Presencialidades en la Educación Superior

En la Educación Superior, las trayectorias están fuertemente determinadas por las nuevas presencialidades. Al referir a presencialidad en la educación se asocia de manera inmediata a las mediaciones, los vínculos con el otro, otredad de grupos etarios, y a la incidencia que estos aspectos tienen en la construcción de conocimiento desde la propia idiosincrasia del estudiante.

Es bastante común relacionar la “presencialidad física” con la ocupación física y cognitiva de un espacio cualquiera, ubicado geográficamente en un lugar del planeta, y a la “presencialidad virtual”,  con una ocupación cognitiva que produce interacciones con otras personas y recursos ubicados en direcciones IP lógicas, a través de su cognición. Así, en la presencialidad habitualmente se considera la ocupación presencial por un lado y la virtualidad sin ocupación, por otro.

En la actualidad, muchos docentes de Educación Superior implementan, en sus clases, estrategias que responden a un modelo tradicional. Desde esa perspectiva, otorgan a la “presencialidad” y a la “virtualidad”, lógicas de funcionamiento diferenciadas y proponen actividades en correspondencia, que refuerzan ese modelo de enseñanza. Por ejemplo, incorporan acciones tutoriales clásicas, cara a cara, en las propuestas virtuales porque suponen que la “distancia” obstaculiza la interacción; o bien en los encuentros físicos en el establecimiento abordan los contenidos en clases magistrales para transmitir saberes y se proponen sólo actividades complementarias de reflexión en lo virtual. Estas propuestas desaprovechan, claramente, las fortalezas de la digitalización y las posibilidades del entorno digital. Se ha observado durante el aislamiento social a raíz de la pandemia del 2020, una gran presencia de los sistemas de videoconferencia para dar clases magistrales ajustadas a la grilla horaria, en la que los estudiantes actúan como receptores con la misma lógica de la presencialidad física, sin enriquecer el proceso con las potencialidades de la virtualidad y la ubicuidad. 

Si bien, la presencialidad en la educación es un constructo en el que convergen diversos rasgos de la sociedad hiperconectada, los docentes de la Educación Superior actualmente conciben que la presencialidad física y la presencialidad virtual funcionan como un par lógico de opuestos. Desde la apropiación del entorno digital y el desarrollo de habilidades avanzadas por parte del estudiante será posible superar estas concepciones para adoptar un escenario sin dualidad, sin distancia en el que no hay “presencialidad o virtualidad”.

La propagación de dispositivos portátiles y de redes inalámbricas facilitan el aprendizaje en cualquier lugar físico y en el momento que sea necesario [4]. En el ámbito educativo, los dispositivos propagados pueden portar software de videoconferencia, compartir pantallas de computadoras, tablets, teléfonos inteligentes y notebook, también software de pizarras compartidas. Esta propagación permite que la clásica “modalidad presencial” de una clase no implique una determinada y única presencialidad. Desde una concepción más amplia el cuerpo ya no solo “ocupa un espacio”, sino que “habita un espacio”, físico o virtual, y se identifica el escenario conformado por el par “espacio/sujeto” [5]. En esa perspectiva, es posible conceptualizar las modalidades de cursado de la Educación Superior. 

Podría concebirse que en la modalidad “presencial” se involucra la presencia corporal del estudiante, cuerpo que “ocupa un espacio”, mientras que en la modalidad “virtual”, la virtualidad es transitada por el estudiante en forma aislada, sin otros cuerpos en el mismo espacio, incluso en la modalidad “semipresencial”, que incluye momentos virtuales. Ahora bien, en estas formas de presencias, los cuerpos habitan espacios, físico y virtual, en un escenario, espacio/sujeto académico, que permite concebir un “ambiente” de aprendizaje. El ambiente, en tanto abstracto, de interacciones intangibles, de aprendizajes flexibles, de diálogo con la cultura que rodea al estudiante, de una amplia cosmovisión, actualizan el contrato social de la Educación Superior con la sociedad en el espacio-tiempo como continuo inseparable. Se reconoce que un ambiente de aprendizaje es más que los espacios (físicos o virtuales), se constituye en integrador de escenarios y dimensiones del ambiente, de espacios habitables y ocupables para visitantes y residentes digitales en el espacio-tiempo. 

En la formación de grado en Educación Superior se articulan, actualmente, las modalidades presencial, semipresencial y virtual. Se registran experiencias educativas en el ámbito universitario bajo la modalidad blended learning algunas de las cuales intentan superar las perspectivas dicotómicas de lo “presencial” y lo “virtual” en cursos específicos [6], mientras otras impulsan cambios en las intervenciones de los docentes a cargo de las cátedras y proponen “la adecuada división de tareas tanto presenciales como virtuales” para mejorar los resultados académicos de los estudiantes [7].

Debido a la aceleración de los procesos tecnológicos en la sociedad, el ámbito educativo ha intentado adecuar la oferta con una dispersión de modalidades que se proponen desde la educación de la modernidad, sin embargo, no se ajustan al cambio que han producido las pantallas en la sociedad y se hace necesaria una propuesta que supere las concepciones actuales.

Manuel Área Moreira [8] siguiendo los conceptos vertidos por Bauman [9], propone la metáfora del saber sólido y el saber líquido. El primero refiere al saber hecho, elaborado, cerrado y estable, que se materializa en el formato libro que se ubica en una clásica biblioteca, es decir todo el conocimiento de los libros organizados y clasificados constituyen el saber sólido. Mientras que hoy en día, las redes ponen en tensión ese saber solidificado para dar lugar a una cultura del saber líquido, que incorpora habilidades del siglo XXI. 

En este nuevo contexto de acceso ubicuo, y superada la barrera de “la distancia”, caen los espacios de encierro, los modos de agrupamiento homogéneo, los sistemas rígidos de verificación de asistencias, como así también los recursos y actividades propios del escenario presencial físico tradicional. Surge la necesidad de una genuina innovación de las prácticas docentes desde la fluidez de saberes que se construyen de forma remixada, entremezclada, desde la abundancia de información ubicua, saberes replicables, compartidos, móviles, colaborativos. Se hace necesario entonces, concebir una nueva modalidad, una nueva presencialidad en la Educación Superior, que propicie interacciones y contemple al estudiante como sujeto activo en este tiempo histórico: la “Presencialidad Propagada

2. Presencialidad Propagada

La Presencialidad Propagada, como categoría conceptual que se acuña desde la práctica áulica en la Educación Superior, otorga centralidad a la apropiación del entorno digital e incorpora elementos del entorno físico. 

La apropiación del entorno digital por parte del estudiante de Educación Superior implica promover, este entorno, como unidad e identidad cultural a partir de la que se posibilita una comunicación intercultural con el entorno físico y virtual. Desde esta nueva categoría de presencialidad y ante la variedad en la comunicación líquida [9], se hace muy fructífero el intercambio de significaciones de base racional, de experiencias, propias y colectivas, locales y globales, como cimientos de la construcción del conocimiento.

Esta nueva presencialidad se enmarca en la cultura post-paréntica [10].

“Mientras que la cultura paréntica está dominada por la composición original, individual, autónoma, estable y canónica, la cultura preparéntica había estado dominada por los opuestos de estos rasgos. A saber, la performance re-creativa, colectiva, contextual, inestable, tradicional, todos términos que probablemente no sean sino otra forma de nombrar o emparentarse con el sampleo, el remix, el préstamo, el rediseño, la apropiación y la recontextualización, propios de la cultura digital Interneteana -post-paréntica-” [10].

Se presenta, entonces, a la Presencialidad Propagada como un remix, un rediseño, apropiación y recontextualización de las presencialidades física y virtual. Para naturalizar esta nueva categorización en el ámbito educativo, su tratamiento requiere la identificación de nuevos escenarios áulicos, y nuevos artefactos que co-ayuden a constituir la presencialidad del actual estudiante y así plantear un abordaje inclusivo en dimensión pedagógica de la Educación Superior.

Se sugiere incluir en alguna de ellas una descripción sintética del aporte del artículo.

2.1. Características de la Presencialidad Propagada

La aceleración e inmediatez caracterizan a la nueva hipersociedad de la actual etapa postindustrial [11]. Sin embargo, la transformación digital no es tecnológica, las tecnologías son sólo un ingrediente necesario, no son ni el objeto ni el sujeto del cambio.

La presencialidad, independientemente del medio, físico o virtual igualmente propaga en la Educación Superior las características de nuestra época y cultura contemporánea signadas por el giro tecnológico que modificó las relaciones interpersonales, laborales, comerciales, comunicacionales, ciudadanas. Se presenta entonces, el imperativo de resignificar las prácticas de enseñanza y enriquecerlas con componentes propios del escenario cultural actual. 

Si bien las prácticas en la enseñanza “presencial” tuvieron una instancia de superación con la inclusión de campus virtuales, fueron quedando desfasadas. Para lograr cambios profundos, esas prácticas deben concebirse desde una nueva presencialidad que posibilite sostener las trayectorias reales a los estudiantes de nivel superior, que reconozcan itinerarios frecuentes o más probables, y que, también, contemplen a aquellos que no siguen ese cauce, que no dejen afuera del sistema a importantes contingentes de jóvenes, que asuman los desafíos de este tiempo histórico.

En consecuencia, se requiere de una presencialidad superadora de las lógicas actuales, que contemple tanto al actual como al futuro estudiante de la Educación Superior, que produzca una revolución en las propuestas didácticas y recursos presentes hoy en las aulas, que se propague y se extienda desde el entorno social e ingrese al aula de la Educación Superior, que permita multiplicar y reproducir conocimientos en todos los lugares, que atraviese capas, barreras, distancias, que sea una onda tan expansiva que alcance y perturbe a la vasta cantidad de obstáculos que hoy propone la tradicional educación de Nivel Superior.

En la Presencialidad Propagada, la interacción áulica no se construye sólo a partir de los recursos educativos disponibles, por el contrario, los recursos que la sociedad opera cotidianamente son los que están al servicio del diseño didáctico para la construcción del conocimiento.

Mientras que, en la presencialidad física y la presencialidad virtual, el soporte papel, un dispositivo tecnológico cualquiera o algún medio interactivo proponen innovaciones hacia adentro del aula; la diversificación de dispositivos, medios, formas y tipos de conectividades adoptan nuevas formas de consumo en la sociedad hiperconectada que penetran intrínsecamente en el aula. Las caracterizaciones de las nuevas formas de consumos en esta era, que borran los límites entre “fuera de línea” y “en línea”, dan paso a la alfabetización transmedia en la Presencialidad Propagada y constituyen al estudiante, no solo en consumidor sino también, en productor de contenidos. Los estudiantes de la actualidad han ido construyendo habilidades sociales y culturales que no son aprovechadas sustantivamente en las instancias de presencialidades que responden a modelos clásicos de interacción didáctica, por lo que esas habilidades construidas  quedan fuera  de las aulas de las instituciones educativas.

La alfabetización transmedia caracteriza de manera distintiva a la Presencialidad Propagada, como perspectiva superadora de los paradigmas sustentados en la supremacía del texto escrito y el multimodal de modo pasivo, sobre los que se apoyan la dualidad de presencialidad física y la presencialidad virtual. La sociedad hiperconectada pone en tensión esos paradigmas, desafía las barreras que pone la escuela con la sociedad y exige de una presencialidad necesaria que posibilite el salto cualitativo hacia la alfabetización transmedia.

Así, el consumo de contenidos, a través de diferentes plataformas y sistemas, que se despliega en las diversas cátedras de la Educación Superior, compone una “inteligencia colectiva” [12] desde la “cultura de la convergencia” [13] que representa un cambio cultural en los consumidores y comparece día a día en las aulas de este nivel.

La Presencialidad Propagada otorga sentido a las redes en el ámbito académico, conformadas por estudiantes de diferentes grupos etarios, visitantes y residentes digitales, potenciando aptitudes, construyendo habilidades de modo transversal como sujetos pedagógicos con múltiples identidades de este tiempo histórico (figura 1).


Figura 1. Anillo de rasgos característicos de la Presencialidad Propagada

La Presencialidad Propagada aglutina, condensa, consolida y sintetiza versiones no dicotómicas de lo físico y lo virtual. Ya no es posible seguir concibiendo la Educación Superior en términos de presencia física o virtual, es necesario superar ese antagonismo y entender a la presencialidad como un todo. 

La Presencialidad Propagada se presenta como una evolución de las presencialidades física y virtual, no un cambio de una por otra; abre caminos, lleva a un mundo aún inexplorado por la comunidad educativa respecto a las tecnologías, mundo que además está lleno de nuevas posibilidades, de oportunidades de inclusión para los estudiantes de la Educación Superior.

2.1.1. Implantación de la Presencialidad Propagada en las aulas de grado de la Educación Superior

Los diseños e-learning incorporan capas de tecnología para el aprendizaje, el docente dispone de recursos y actividades en un aula virtual con el fin de construir el proceso de enseñanza y acompañar el aprendizaje, para que los estudiantes realicen actividades en sus hogares y en algunos casos, en la sede física institucional. Antes del proceso de Enseñanza Remota de Emergencia (ETR por su sigla en inglés) [14] en tiempos de pandemia, cada vez más instituciones venían implementando procesos de diseño b-learning.  En consecuencia, luego del aislamiento y el distanciamiento social obligatorio del año 2020, en un futuro inmediato seguramente los escenarios híbridos de aprendizaje serán incorporados de manera más universal en las aulas de Educación Superior, lo cual exigirá el desafío de actualizar las interacciones e intermediaciones sobre esos diseños desde la perspectiva de la Presencialidad Propagada.

Para generar condiciones institucionales de apropiación de la Presencialidad Propagada por parte del cuerpo docente de una Institución de Educación Superior, es necesario implementar procesos de formación contínua y permanente para la construcción colaborativa de saberes digitales, organizados en un dispositivo de capacitación entre pares focalizado en la necesidad de innovaciones en los procesos de enseñanza que atiendan la problemática del sostenimiento de trayectorias. 

Conforme a ello, es necesario repensar las presencialidades en la Educación Superior, identificarlas y caracterizarlas para así poder definir un adecuado diseño de interacción propio de la actual cultura ciudadana. Se pueden reconocer ciertos acuerdos tácitos en la comunidad educativa respecto a cualquier dispositivo formativo que interactúe sobre algún tipo de plataforma.

En este marco, se proponen instancias de encuentros en los cuales los docentes pongan en tensión concepciones para superar el obstáculo de pensar el aula de manera única y homogénea, que posibiliten mudar la clásica idea de “ocupar un espacio” por una superadora de “habitar un espacio”, independientemente del lugar geográfico o virtual. Se habilitan como espacio de reflexión sobre la práctica que, desde preguntas abiertas abordan las propuestas de enseñanza, planificación de los procesos, recursos que se disponen en las propuestas físicas y virtuales, tipos de estrategias didáctica, organización de los tiempos, curación y producción de materiales, aspectos evaluativos del proceso y productos, etc.

Estas instancias tienen como objetivo delinear los rasgos de la formación en función de las necesidades detectadas para constituir una nueva forma de presencialidad que trascienda e integre cualquier modalidad de e-learning que la institución elija implementar. 

Además, el dispositivo de capacitación entre pares que organiza la propuesta formativa recorre contenidos que abordan conceptos centrales sobre los que se funda la Presencialidad Propagada. Para cimentar, desde esta perspectiva, estrategias de interacción, organización de materiales y recursos, construcción del EVA como también estrategias de acompañamiento de las trayectorias reales de los estudiantes y hacer foco en las caracterizaciones de las nuevas formas de consumos puntualmente en la alfabetización transmedia, se propone el abordaje de los siguientes tópicos, entre otros: 

  • Prosumo: El actual escenario de lectura de jóvenes y adolescentes presenta al consumo de contenidos de formas intersticial, multitarea y transmedia.  Así como cambiaron las formas de lecturas, también lo hicieron las de producción. Los usuarios de Internet producen cada vez más contenidos, el usuario es productor y consumidor en un mismo acto. 

  • Actividades Propagadas: En el marco de la Presencialidad Propagada se incorporan estrategias informales de aprendizaje [15] es así que el bagaje de materiales, que el docente dispone puede ser resignificados desde las actividades que proponga a los estudiantes. Las actividades propagadas aportan en este sentido para lograr que el consumo racional de la información provea a los estudiantes estrategias informales de aprendizaje y que el estudiante consumidor de medios sea ahora prosumidor, sujeto activo que crea contenidos.

  • Materiales Educativos: El docente de la Educación Superior, desde la perspectiva de la Presencialidad Propagada, construye y cura materiales educativos contextualizados a las habilidades transmedia del estudiante para la producción, el intercambio y el consumo de medios interactivos digitales que facilitan el aprendizaje. Un atributo particular del material didáctico es la intertextualidad. en tanto incorporan relaciones con otros textos multimodales, combinando sistemas semióticos que le dan un nuevo sentido y por ende una nueva intencionalidad comunicativa constituida por el material en su conjunto.

  • Habilidades L.E.O: En la actualidad, el consumo en “burbujas multitarea” [16] propicia un aprendizaje transmedia.  Evidentemente, los tipos de textos académicos que pueblan hoy las aulas de la Educación Superior distan mucho de las características presentadas. Quizás éste sea un nudo central del lenguaje anquilosado del nivel, origen del bajo desarrollo de las habilidades L.E.O. (lectura, escritura, oralidad).

  • Propiedad Intelectual: Para la construcción de material educativo transmedia, el docente incorporará tecnologías que le permitan a los estudiantes realizar posproducciones sobre el material que deben atender a los derechos de propiedad intelectual. 

  • Construcción de Identidad: Considerar cómo el estudiante construye su identidad, cómo supera la inmediatez centrada en los efectos contraproducentes de los medios de comunicación masiva y propicia la creación de una mirada propia y la construcción de sus propios vínculos con la diversidad de dispositivos, sistemas, comunidades y en definitiva el propio conocimiento del estudiante.

  • Alfabetización transmedia: Los contenidos duros y propios de cada campo disciplinar pueden atravesarse con un conjunto de habilidades y destrezas, nuevas estéticas. Serán las habilidades transmedia las que poco a poco vayan ganando protagonismo en los abordajes conceptuales de las cátedras. 

  • Ambiente Virtual de Aprendizaje: La Presencialidad Propagada se ancla tanto en el aula física como en el EVA dado que “el rol de la tecnología no son sólo aparatos y recursos presentes en el aula, sino un fundamento de las operaciones de pensamiento e interacciones personales” [17].  Por ello, se hace necesario fortalecer en profundidad el desarrollo de un EVA, bajo ciertos bordes del diseño metodológico deseable, que posibilite desempeñarse con solvencia en escenarios presentes y futuros situados en tiempo, espacio y contexto.

  • Instrumentos de Presencialidad Propagación (IPP): Para el acompañamiento de las trayectorias reales de los estudiantes en el marco de la Presencialidad Propagadas se delinean instrumentos que posibilitan visibilizar las huellas del proceso pedagógico y sus proyecciones.  

En el proceso de implantación de la Presencialidad Propagada es imprescindible, además, que el diseño de los materiales se base en la intertextualidad compuesta de incorporaciones de otros textos multimodales y combinación de sistemas semióticos. Por ello, es necesario incorporar materiales digitales y aprovechar la gran cantidad de material digitalizado que se encuentran hoy en las aulas virtuales actuales. Se sugiere, entonces, comenzar un proceso de migración de los actuales materiales digitalizados a materiales digitales.

En este sentido el docente, en tanto prosumidor, se constituye en un activo productor de contenidos de conocimiento a través de propuestas de mediación para que, la abundante información que circula en la web sea seleccionada y apropiada por parte de los estudiantes para la construcción de conocimiento. Ahora bien, la mediación que se proponga no puede seguir basándose en materiales digitalizados en los que se privilegia el texto escrito imprimible (por ejemplo, textos en formato no editable, pdf).

Cada contenido nuevo que se incorpore tendrá en algunas de sus etapas, actividades de aprendizaje que guiarán al estudiante a alcanzar los objetivos propuestos. Se sugiere que estas actividades sean construidas sobre la base de los materiales educativos creados, y fundamentalmente, utilizando las propuestas de mediación antes mencionadas. Es decir, los materiales educativos y actividades de aprendizajes funcionaran como un “par ordenado”.

Así, diferentes actividades de aprendizaje como por ejemplo torbellino de ideas, posters, debates, trabajos prácticos, resolución de problemas, itinerarios y visitas, búsqueda de información, juegos de simulación, cambio de roles, mapas conceptuales, mapas mentales entre otros, pueden comenzar a transitar la actualización de viejos formatos y convertirse en materiales y actividades digitales.

Ahora bien, tanto la creación del material educativo como de las actividades de aprendizaje, responden a una ecología de dispositivos como interrelación de tecnologías que utilizan los medios para las interacciones. Por ello, interactúan los teléfonos inteligentes que hoy están en las aulas, con las netbooks / notebook o las tablets que podrán portar los estudiantes. En este punto es central que la institución posibilite incluir en este ecosistema todo el equipamiento disponible, incluso los laboratorios de informática que existen prácticamente en todas las instituciones educativas de nivel superior, para poder así producir saberes en ubicuidad.

Conclusiones

Desde la concepción superadora de la Presencialidad Propagada, se plasma un salto cualitativo, se proponen estrategias para la apropiación de los conocimientos por parte de los estudiantes de la Educación Superior con actividades transmedia que generan cambios que impactan en múltiples direcciones y promueven actividades intelectuales superiores y actualizadas.

La implantación de la presencialidad propagada es de transformación gradual. Se trata de un proceso paulatino, en paralelo al desarrollo, la alteración y el cambio de paradigma que se vislumbra en el actual contexto histórico en el que, la información es la materia prima para tomar decisiones, para actuar, y por otro lado, la lógica de interconexión y penetración de los efectos de las tecnologías digitales. Es así que, la Presencialidad Propagada propone salirse de los dogmas maniqueos de valoración positiva o negativa de la hipersociedad. Por el contrario, analiza, en términos humanos, los fenómenos que la digitalización produce. El escenario actual de consumo ha cambiado y, con ello también se modificaron las posibles interacciones entre y con los estudiantes. 

Actualmente se avizoran escenarios híbridos en la pospandemia y la Presencialidad Propagada se propone como potente escenario de los procesos de enseñanza en la formación de grado de Educación Superior, tanto en situaciones normales como en etapas de necesidades especiales condicionadas por una coyuntura social determinada.

Nuevas líneas de investigación podrán aportar otras aristas que enriquezcan y fortalezcan la categoría propuesta ante la posibilidad de poner en tensión el concepto “Presencialidad Propagada” con la práctica educativa, desde el aporte de investigadores, de docentes de Educación Superior que construyen teoría en el amasado de sus prácticas áulicas. La sistematización de experiencias realizadas en las instituciones de Educación Superior en el marco de la Presencialidad Propagada abrirá nuevos horizontes en el sostenimiento de las trayectorias reales de los estudiantes de nuestra sociedad en este contexto epocal.

Referencias

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Información de Contacto del Autor:

Fabián Maffei
Rosario
Argentina
informaticamaffei@gmail.com
ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-3438-5781

Fabián Maffei
Magíster en Tecnología Educativa (UAI). Lic. en Informática Educativa (UNLa). Lic. en TIC aplicadas a la Educ. (USAL). Esp. en Educ. Sup. y Formación Docente (ISP3). Catedrático, Jefe de Sección y Coord. de Apoyo Virtual en el ISP 3.

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