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Anuario de investigaciones
versão On-line ISSN 1851-1686
Anu. investig. v.16 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jan./dez. 2009
PSICOLOGÍA CLÍNICA Y PSICOPATOLOGÍA
Proyecto identificatorio, historia y temporalidad en la clínica grupal de púberes y adolescentes con problemas de simbolización
Identifying project, history and temporality at the group treatment on puberty and adolescence with symbolization difficulties
Grunin, Julián Nicolás1
1 Grunin, Julián Nicolás: Lic. en Psicología, UBA. Becario Doctoral, CONICET. Miembro del proyecto UBACyT P050. E-mail: jgrunin@psi.uba.ar
Resumen
El presente artículo expondrá avances del proyecto de
beca doctoral (CONICET): Transformaciones del proyecto
identificatorio en púberes y adolescentes durante
el tratamiento psicopedagógico, cuyo objetivo consiste
en explorar los trabajos psíquicos intervinientes en la
construcción del proyecto identificatorio en jóvenes con
problemas de simbolización. La enunciación autónoma
de un proyecto (Aulagnier, 1977) supone la acción historizante
del yo. En la adolescencia, dicha actividad entra
en escena en el marco de profundas transformaciones
que interpelan los anclajes libidinales e identificatorios,
convocando así a reelaboraciones identificantes inéditas
que se despliegan en un espacio de intersección
permeable entre permanencia y cambio. Se proponen
dos ejes de análisis principales: a) trabajo de historización
y b) trabajo temporal; los cuales serán abordados
en el estudio de la producción narrativa y escrita. Postulamos
que la dinámica específica del trabajo clínico
grupal promueve complejizaciones en la producción
simbólica restrictiva de los jóvenes consultantes favoreciendo
el despliegue de los trabajos de historización.
Palabras clave: Proyecto identificatorio; Tratamiento psicopedagógico; Historización; Adolescencia
Abstract
The following paper will expose the achievements of the
graduate research project (CONICET): Transformations
of the identifying project at puberty and adolescence during
Psychopedagogy treatment, which main purpose is
the exploration of the psychic processes involved in the
construction of the identifying project on youngsters with
symbolization difficulties. The autonomous enunciation of
a project (Aulagnier, 1977) implies the historicizing action
of the self. At adolescence, that activity takes place in the
context of deep transformations that invoke the libidinal
and identifying supports, involving then unreleased identifying
re-significations that are developed in a permeable
space between permanence and change. Two key dimensions
of analysis are suggested: historicization and
temporality process; which will be approached through
the study of narrative and written production. This paper
states that the specific characteristics of Psychopedagogy
treatment encourages the enrichment of the symbolic
production of the young patients, which enhance the development
of the historicization process.
Key words: Identifying Project; Psychopedagogy treatment; Historicization; Adolescence
1. Marco de inscripción
La presente investigación se inscribe en el programa de
investigación de la Cátedra de Psicopedagogía Clínica,
creando un recorte específico del Proyecto UBACyT
(P050)1, cuyo objetivo general consiste en caracterizar
las transformaciones en las modalidades singulares de
producción simbólica en niños y jóvenes consultantes al
Servicio de Asistencia dependiente de la Cátedra en la
Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos
Aires.
En tanto disciplina, la psicopedagogía clínica pretende
abordar en forma teórico-clínica la complejidad inherente
a su recorte de objeto; definido por el estudio de los
aspectos subjetivos comprometidos en las restricciones
de los procesos de simbolización. Dichas limitaciones
condicionan, en la niñez y adolescencia actual, diversos
quiebres para su inserción educativa y social satisfactoria;
por lo cual resulta imperioso su diagnóstico y tratamiento
específico, puntualizando -a su vez- una mirada
necesariamente interdisciplinaria.
Para ello sostenemos el realce de un determinado recorte
de objeto sustentado en conceptualizaciones epistemológicas
actuales articuladas al paradigma de la
complejidad (Morin, 2001). Apelar a la complejidad, en
tanto herramienta de pensamiento, fundamenta la inclusión
de una lectura de carácter heterogéneo acerca de
nuestro recorte de objeto general, lo cual supone poder
sostener en tensión permanente una multiplicidad e
irreductibilidad de diversos factores (psíquicos, sociales,
culturales) que -sin perder la especificidad que los
delimita- intervienen conjuntamente delimitando el campo
de problemáticas con el que trabajamos a diario.
En particular, la pregunta por el entramado complejo
de condiciones que resultan necesarias para habilitar
la construcción autónoma de un proyecto de futuro
posible en la adolescencia actual, nos conducen a repensar
la especificidad del trabajo clínico grupal como
eje propulsor de transformaciones en la rigidez característica
que afecta la producción simbólica de los jóvenes
consultantes.
Comprendemos por producción simbólica a la actividad
psíquica interpretativa que -resaltando su carácter representacional
productivo e historizante- supone la
puesta en juego de enlaces complejos y dinámicos entre
modos de funcionamiento psíquico heterogéneos
entre sí; los cuales -al servicio de la búsqueda sustitutiva
de placer- se articulan propiciando producciones de
sentido (escritas, discursivas, gráficas, lectoras, etc)
que permiten conjugar la singularidad subjetiva con la
legalidad secundaria de las significaciones sociales
compartidas que hacen posible su organización y transmisibilidad.
2. Introducción
El acceso secundario al registro simbólico de la temporalidad
involucra trabajos activos y específicos, por parte
del sujeto, relacionados a las posibilidades de complejización
psíquica progresiva de la actividad
representativa; y más específicamente con el acceso
fundante a una historicidad como factor esencial en el
proceso identificatorio que da origen al yo. El advenimiento
del yo (históricamente constituido a partir de las
sucesivas situaciones de encuentro fundantes) habilita
la posibilidad de construcción de un proyecto de autonomía
que permita la complejización del enunciado a la
instancia enunciante (Aulagnier, 1994).
Al respecto, el yo podrá posicionarse como agente
enunciante de su propio devenir en tanto pueda efectuar
por su cuenta una segunda acción anticipatoria (Aulagnier, 1994) que le permita la apropiación y catectización
-con carácter plástico- respecto de los enunciados
identificatorios fundantes ofertados por el discurso
parental y socio-cultural, para así poder formular(se) un
espacio-tiempo futuro "que ya no será un simple anhelo
de retorno del pasado" (Aulagnier, 1994, p.30), sino la
potencial inclusión (identificante) de nuevas formas de
investimiento y enunciación del proyecto identificatorio
como proceso de transformación de lo heredado e instituido. "Para que el aparato psíquico progrese tiene que
haber siempre una diferencia entre lo inscripto y lo deseado
que permita el despliegue de un proyecto y un
trayecto identificatorio psíquicamente autónomo" (Schlemenson,
2004b, p. 347).
La enunciación de un proyecto identificatorio exige, entonces,
como tarea del yo, la posibilidad de renunciar a
la certeza originaria atribuida a los enunciados identificatorios primarios ofertados por la articulación de las funciones simbólicas primarias (materna, paterna y del
campo social) en los inicios de la constitución psíquica
(Aulagnier, 1977).
De este modo, el yo podrá establecer -al modo de un proyecto de autonomía- un nuevo tipo de relación con
aquello instituido tal que incluya la puesta en juego de la subjetividad reflexiva (Castoriadis, 1993). La reflexión,
para este autor, no implica ni una sumisión sobreadaptada
con fines re-productivos, ni tampoco la desestimación
de los atravesamientos histórico-libidinales constitutivos,
sino la posibilidad de pensarse a sí mismo en
forma autónoma como condición de posibilidad para lograr
incluir diferencias, poner en cuestión la rigidez de lo
instaurado. Ahora bien, ¿cuáles serán, entonces, las
condiciones psíquicas específicas en las que se juega
la enunciación del proyecto identificatorio en la adolescencia?.
3. Marco teórico: proyecto identificatorio y procesos de simbolización en la adolescencia
Partimos del siguiente supuesto: los trabajos psíquicos
involucrados en el armado singular del proyecto identificatorio figuran (e inauguran) procesos de transformación
-en el plano identificatorio y libidinal- que resultan
indisociables con respecto al proceso adolescente.
En particular, dicho proceso supone transformaciones
originales en los modos de representar(se) a sí mismo y
a los otros, lo cual interpela la permanencia de las representaciones
temporales e identificatorias instituidas
hasta entonces.
El proyecto identificatorio en la adolescencia implica la
construcción representacional (desde el presente) de
un saber propio que, no sólo elabora los enunciados
que constituyeron las piezas inaugurales del tejido identificatorio,
sino que también incluye posibilidades inéditas
de resignificación de lo vivido (y fantaseado), habilitando
la proyección de futuro como búsqueda autónoma
de nuevas significaciones.
En tanto "autoconstrucción continua del Yo por el Yo" (Aulagnier, 1977, p.167), el proyecto identificatorio acentúa
el carácter constructivo de la verdad histórica (Green,
2001), por sobre una lectura lineal de la historia considerada
como un texto pre-determinado a descifrar como
un contenido originario-mítico ya dado en un a-priori a
ser develado en identidad.
Con la introducción de las series complementarias (Freud, 1917), la bidireccionalidad presente entre las
disposiciones heredadas y la serie de lo actual, inaugura
nuevas formas complejas de concebir la idea de
causalidad psíquica en psicoanálisis. El enlace dinámico
entre pasado y presente interpela de esta manera los
límites entre anterioridad y posterioridad, haciéndolos
decididamente difusos y complejos, problematizando
sus vínculos en tanto dinámicos y heterogéneos.
La investigadora Gina Saraceni (2008) incluye el papel
activo del heredero en el proceso identitario mismo,
consistente en constituirse en una genealogía y una
herencia; lo cual -señala- "no es un proceso mecánico
que ocurre sin la participación del individuo sino, por el
contrario, exige una construcción, un trabajo crítico de
elaboración, adecuación y actualización de la herencia
recibida" (p.18).
Según Piera Aulagnier (1991), el trabajo de historización
del yo (posicionado en tanto biógrafo y potencial enunciante de su propia historia) resalta el carácter indisociable
del movimiento temporal respecto del movimiento
libidinal. En esta línea, el movimiento libidinal de
investiduras constituye el empuje que otorga un sentido
subjetivo a los modos singulares de representar(se) y
proyectar(se) temporalmente. "Vale decir, pasado, presente
y futuro son como las cuentas de un collar engarzado
por el deseo" (Freud, 1908, p.130).
Es decir que, el investimiento y la escritura psíquica de
una historia -siempre abierta a nuevas e inéditas recapitulaciones-,
resultan condición necesaria para la proyección
de una trayectoria autónoma posible que -a su vezcomporta
expectativas narcisistas de ganancia de placer
que le otorgan un sentido singular a su catectización.
De este modo, el proyecto identificatorio puede ser pensado
en la adolescencia como una oportunidad inédita
para el despliegue de procesos de reescritura identificante que, sin llegar a excluir los referentes simbólicos
de permanencia que aseguran la continuidad temporal
del yo, supone una actividad constructiva, de invención
de nuevas representaciones que favorecen transformaciones
en las formas de interpretar los sentidos histórico-libidinales inscriptos.
Según Rother de Hornstein (2006), los procesos de historización
en la adolescencia implican un trabajo transformador
de elaboración, interpretación y reconstrucción
permanente que promueven el acceso a un
proyecto temporal capaz de conjugar dinámicamente
pasado, presente y futuro.
Freud (1909), a propósito de la construcción de la novela
familiar, ubicada especialmente en la metamorfosis
de la pubertad, acentúa el lugar de ciertas formas singulares
de producción fantasmática de nuevos sentidos historizantes acerca de las representaciones instituídas
en relación a los objetos primarios; lo cual -podríamos
pensar- presupone el investimiento de la duda (Aulagnier,
1994) como oportunidad que habilita la búsqueda
de nuevas significaciones. Por otro lado, así como el
creador literario se crea para sí un mundo propio atravesado
por el deseo (Freud, 1908), podríamos reflexionar
acerca de la función (simbólica y temporal) que Piera
Aulagnier (1984) le otorga al yo en tanto biógrafo de su
propia historia, permitiendo así subrayar su potencial
constructivo e identificante en la búsqueda incesante de
sentidos que proporcionen nuevas y más elaboradas
vías sustitutivas de placer.
En esta línea, el proyecto identificatorio involucra la
construcción de un espacio de intersección permeable
(y conflictivo) entre los principios de permanencia y
cambio (Aulagnier, 1986), desdibujándose así la posibilidad
de pensar los vínculos entre antecedentes y precedentes
en términos de secuencias simplemente evolutivas
o lineales, para dar lugar, entonces, a una lectura
compleja y heterogénea de los procesos de temporalización
que refieren a la historia libidinal e identificatoria
de un sujeto.
Sostener la tensión entre las relaciones complejas inherentes
a los principios de permanencia y cambio es
aquello que define a una lectura compleja. Para Morin
(2001) uno de los principios para pensar la complejidad
(el principio dialógico) incluye, justamente, la posibilidad
de asociar mutuamente elementos que, si bien a-priori parecen excluirse entre sí de modo antagónico u opositivo,
constituyen la heterogeneidad y el carácter multidimensional
de toda realidad.
En particular, las transformaciones que la adolescencia
pon e en escena a nivel del eje identificatorio, nos invitan
a reflexionar sobre esta problemática. La interpelación
de lo heredado (respecto al entramado intersubjetivo
familiar y socio-cultural) supone la apertura a la resignificación historizante de un tiempo pretérito, como así también el despliegue de la producción imaginativa de
nuevas representaciones.
Asimismo, vale señalar que dichas transformaciones
deberán estar siempre sostenidas (como condición de
posibilidad) por puntos de permanencia estables (pero
-a la vez- lo suficientemente plásticos) como para hacer
posible el tránsito por dicho proceso de cambio sin que éste implique una caída desestructurante de todo anclaje
identificatorio y referencias de continuidad temporal.
Así, lo propio del trayecto identificatorio, según Piera
Aulagnier (1984), "es no quedar nunca cerrado, pero
tiene que poder anclar en un punto de partida fijo para
que el viajero se oriente por él" (p.201).
En los jóvenes con problemas de aprendizaje las restricciones
en la producción simbólica -y en el intercambio
con los objetos sociales de conocimiento- empobrecen
en forma cualitativa el investimiento autónomo de
nuevos emblemas identificatorios e ideales ligados al
campo social extrafamiliar. De este modo, la construcción
de un proyecto de futuro se realiza en forma precaria,
restringiendo así la inserción educativa y social de
los mismos.
Los movimientos de apertura imaginativos y reflexivos
que supone la enunciación de un proyecto identificatorio confrontan la permanencia de los modelos identificatorios
primarios. En esta línea, nos preguntamos cómo se
juega en los jóvenes con problemas de aprendizaje la
posibilidad de despliegue de la duda, en tanto movimiento
autónomo de pensamiento e interrogación de las
certezas instituidas, y qué calidad de transformaciones
puede favorecer el trabajo clínico del tratamiento psicopedagógico
grupal.
Para ello, a continuación, se propone un modelo de
abordaje posible para explorar los principales ejes desarrollados
hasta aquí.
4. Aspectos metodológicos e investigativos
La población a la que está dirigida el programa de asistencia
e investigación de la Cátedra de Psicopedagogía
Clínica UBA se compone de niños y jóvenes con dificultades
en el aprendizaje que cursan en escuelas públicas
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El objetivo es ofrecer desde la Universidad pública un
servicio asistencial a la comunidad para la prevención
secundaria de la marginación del sistema educativo de
niños y jóvenes con restricciones en sus aprendizajes e
intercambios sociales.
En referencia al recorte específico del trabajo de beca,
se ha propuesto un estudio exploratorio, cualitativo y
longitudinal de las transformaciones del proyecto identificatorio producidas durante el lapso de 2 años de tratamiento,
en correlación con el análisis del proceso diagnóstico
inicial y el proceso de retest administrado con la
finalización de dicho período.
El proceso diagnóstico en psicopedagogía clínica intenta
dar cuenta de las particularidades psíquicas que restringen
los procesos de simbolización en la niñez y adolescencia."En los casos en que las capturas libidinales
dificultan el acceso al proceso secundario, es necesario
realizar un diagnóstico psicopedagógico clínico que permita
encontrar la significación de dichas capturas y planificar
una intervención que modifique el destino de las
restricciones simbólicas que retardan la inscripción social
del individuo" (Schlemenson, 2001, p. 22).
Durante el tratamiento, se realizará un corte por año,
analizando las transformaciones producidas al interior de
cada una de las etapas del mismo (conformadas cada
una por 15 sesiones grupales aproximadamente), para
realizar luego una correlación clínica entre las mismas.
4.1 Objetivo general de estudio
El plan de trabajo propuesto posee como objetivo general
explorar las transformaciones en los trabajos psíquicos
implicados en la construcción del proyecto identificatorio en púberes y adolescentes con problemas de
simbolización que se encuentran en tratamiento psicopedagógico
grupal en Servicio de Asistencia Psicopedagógica
dependiente de la Cátedra de Psicopedagogía
de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos
Aires (UBA).
Nos proponemos caracterizar los factores que, en el
marco del encuadre clínico grupal, propician la complejización
de los procesos de simbolización que dinamizan
el investimiento y la proyección a futuro de nuevas
representaciones identificatorias.
Por lo tanto, como objetivo específico, partimos del interés
por crear mediaciones teórico-clínicas que nos permitan
integrar investigativamente las relaciones concretas
entre los ejes de análisis propuestos (trabajo
temporal y de historización), las dimensiones de estudio
privilegiadas (producción narrativa discursiva y escrita)
y el recorte de objeto de la presente investigación, consistente
en analizar la especificidad del proyecto identificatorio partiendo de la siguiente muestra.
4.2 Recolección de datos
Se analizará el material clínico del proceso diagnóstico
y las sesiones desgrabadas del tratamiento grupal.
La totalidad de las sesiones grupales semanales (más
de cincuenta, hasta el momento) han sido video-filmadas
y desgrabadas con el objetivo de construir categorías
de análisis e indicadores de transformación para
cada dimensión de estudio.
Asimismo se analizarán las producciones escritas de
cada joven desplegadas en sesión en su propio cuaderno de trabajo.
Por otro lado, se han registrado y desgrabado las sesiones
correspondientes al grupo de reflexión quincenal
conformado por los padres de los jóvenes consultantes;
el cual funciona en paralelo al grupo de púberes y adolescentes.
4.3 Muestra y encuadre clínico
Con el previo consentimiento ético informado y firmado
por los padres, la muestra está compuesta por los grupos
de tratamiento de jóvenes (de entre 11 y 13 años)
consultantes al servicio asistencial de la Facultad antes
citado.
Previo al ingreso al grupo, las restricciones particulares
de cada joven han sido diagnosticadas clínicamente.
Los procesos diagnósticos que realizamos tienen por
objeto primordial dar cuenta de las particularidades psíquicas
que restringen el despliegue de los procesos de
simbolización, y orientar clínicamente su tratamiento
psicopedagógico (Schlemenson, 2001).
Dichos procesos diagnósticos incluyeron: entrevistas a
los padres (orientadas a conocer las características distintivas
del motivo de consulta y la historia vital singular)
y entrevistas con los jóvenes (en las cuales se ha trabajado
a partir actividades gráficas, discursivas, escritas,
lectoras, entre otras).
La elaboración de una síntesis diagnóstica que ponga
de realce los aspectos histórico-libidinales que distinguen
la modalidad singular de producción simbólica de
cada sujeto, resulta un aspecto fundamental que orientará la lectura clínica de las producciones de los jóvenes
durante el tratamiento psicopedagógico, a la vez que las
estrategias clínicas particulares.
Los jóvenes asisten semanalmente al grupo de tratamiento,
siendo éste coordinado por dos terapeutas de la
cátedra. El encuadre establecido privilegia el abordaje
clínico de las problemáticas psíquicas singulares que
inciden en las restricciones simbólicas de los sujetos
consultantes.
El dispositivo clínico resalta tres momentos (Rego,
2006) al interior de cada sesión grupal: un primer momento
se focaliza en estrategias clínicas que intentan
promover los primeros intercambios dialógicos y aperturas
asociativas historizantes que orientarán (como segundo
momento) la construcción -por parte de los terapeutas-
de una consigna de trabajo (escrita, gráfica,
oral) que pondrá de realce las conflictivas desplegadas
inicialmente; las cuales -por su resonancia afectiva particular-
involucran aspectos posicionales que distinguen
las problemáticas singulares de cada sujeto. Una vez
que los jóvenes finalizan sus producciones (desplegadas
en sus propios cuadernos de trabajo) se trata de
propiciar intercambios intersubjetivos a partir de los
cuales se busca promover la apertura a procesos de reflexión (Castoriadis, 1993) que favorezcan la reelaboración
de las formas rígidas de interpretar los atravesamientos
histórico-libidinales que condicionan sus modalidades
representativas preponderantes.
Asimismo, y con respecto al encuadre clínico, quincenalmente
se trabaja -en paralelo al grupo de tratamiento-
con el grupo de padres correspondientes a los jóvenes
que se encuentran en tratamiento. A los fines
investigativos, y para dar cuenta de los atravesamientos
histórico-subjetivos del proyecto identificatorio en los
jóvenes, se privilegió el análisis de las transformaciones
en dos ejes principales: el tipo de posicionamiento parental
y la calidad de oferta de enunciados identificatorios
(Schlemenson, 2001).
Se pondrán de realce los trabajos singulares de reelaboración
identificatoria que los jóvenes puedan desplegar
-durante el tratamiento- con respecto a la calidad de
transmisiones psíquicas que componen los referentes
identificatorios primarios.
Las condiciones psíquicas de base que habilitan la
construcción del proyecto identificatorio en la pubertad y
adolescencia se encuentran atravesadas por una heterogeneidad
de inscripciones indentificantes que se producen
en un entramado entre las ofertas simbólicas del discurso parental y del registro socio-cultural (Aulagnier,
1977). En esta línea, "es por la historia de la relación
con sus objetos como el yo se construye la suya propia" (Aulagnier, 1984, p.190).
Los avances investigativos, con respecto a la modalidad
parental de oferta de enunciados y proyecciones de futuro
en referencia a sus hijos, señalan modos predominantemente
restrictivos e indiscriminados de transmisión
historizante que condicionarían posibles quiebres
en la dinámica de los procesos de historización.
Las posibilidades de acceso autónomo al campo social
que se juegan durante el proceso adolescente, convocan
movilizaciones afectivas e históricas que singularizan
las representaciones parentales que se juegan en
los modos de transmisión y ofertas de sentido historizantes.
Según Schlemenson (2001), "cuando el discurso parental
es simbólicamente escaso, las perspectivas de enunciación
de un proyecto identificatorio enriquecedor para
el psiquismo se reducen" (p. 27).
La producción dinámica del proyecto identificatorio tendrá,
entonces, como tarea fundamental la reelaboración
del conjunto de marcas identificantes (inconcientes) que
se nutren de los encuentros fundantes con los otros
primordiales; los cuales -en un comienzo- resultan fundantes
de las condiciones psíquicas necesarias para el
despliegue de la simbolización.
4.4 Dimensiones de estudio
Se han apartado dos dimensiones de estudio principales
para abordar la exploración de los ejes de análisis
propuestos.
Las mismas se encuentran ligadas a la producción simbólica
de los púberes y adolescentes desplegadas durante el tratamiento psicopedagógico grupal:
• Producción narrativa
• Producción escrita
Resultan dos tipos de producción simbólica privilegiadas en el trabajo terapéutico con los jóvenes consultantes. Las configuraciones narrativas, tanto a nivel del discurso oral como a través de los escritos figurados en los cuadernos de trabajo, constituyen actividades subjetivantes que no resultan una simple expresión de sentidos histórico-libidinales, sino que involucran oportunidades inéditas de producción, reelaboración y transformación de los mismos.
4.4.1 La producción narrativa
El trabajo clínico promueve configuraciones narrativas
de lo histórico-acontencial que abren oportunidades investigativas
acerca de los modos singulares de
representar(se) en el plano identificatorio.
La construcción de una trama implica una actividad representativa
de índole identificante, en tanto habilita
procesos de subjetivación que se componen de las sucesivas
(re)configuraciones de la experiencia temporal.
En esta línea, la noción de identidad como construcción narrativa (Ricoeur, 1987) nos permite considerar el carácter
de invención imaginativa que comprende la narración
en el trabajo clínico.
Como supuesto conceptual podemos pensar entonces
al proyecto identificatorio en tanto estructuración y enunciación
narrativa que admite -en ese mismo procesotransformaciones
viables de la historia identificatoria. "No habrá entonces algo así como "una vida" -a la manera
de una calle de dirección única- que preexista al
trabajo de la narración, sino que ésta, como forma del
relato, y por ende, como puesta en sentido, será un resultado..." (Arfuch, 2002, p.65).
Para el análisis exploratorio de la producción narrativa historizante -desplegada por los jóvenes en los intercambios
dialógicos iniciales (y/o conclusivos) de cada
sesión- se recortarán aquellos entramados significativos
de temáticas que, por su resonancia afectiva y/o ligazón
representacional particular, activan conflictivas
histórico-libidinales e identificatorias de índole singular.
Asimismo, se partirá del análisis de aquellos fragmentos
del discurso construídos como respuesta singular a las
intervenciones clínicas del terapeuta que convocan al
despliegue de relatos, tramas, puestas de sentido y/o
narrativas de simbolización historizante.
Silvia Schlemenson (1999) plantea que "en la narración,
el sujeto extrae los antecedentes desde su pasado, se
ordena en una estructura narrativa que da cuenta de la
representación que tiene de su presente y anticipa un
futuro imaginado" (p.23). En los jóvenes con problemas
de simbolización, dicha actividad interpretativa e historizante
que supone la configuración narrativa, presenta
restricciones para poder de-construir la trama rígida de
interpretaciones y sentidos que conforman la permanencia
de los referentes identificatorios instituidos.
En esta línea, y según avances investigativos, la producción
narrativa de los jóvenes consultantes pone de
realce ciertas limitaciones para poder desplegar en forma
autónoma relatos historizantes que favorezcan aperturas
de resignificación y movimientos de diversificación
identificatorios.
Si la narración implica la posibilidad de poner en relato
la historia (Klein, 2007), esto supone la configuración de
entramados representativos dinámicos entre los ejes
temporales. Dicho enlace entre la representación fantasmática
de lo acontecido, lo que acontece y lo que
acontecerá se haya restringido en las problemáticas de
simbolización; predominando configuraciones lineales
de descripción de acontecimientos aislados, con escasas
oportunidades para incluir secundariamente a través
del lenguaje, sentidos singulares que articulen una
trama narrativa subjetivante que pueda dar lugar a formas
autónomas de conjugar un proyecto identificatorio.
4.4.2 La producción escrita
Se abordará la producción escrita de los jóvenes elaborada
en su cuaderno como respuesta singular a las
consignas de trabajo construidas por los terapeutas en
cada sesión grupal. Así, en el tratamiento psicopedagógico,
la producción escrita convoca a un procesamiento
elaborativo simbolico sobre la apertura asociativa que el
discurso pone en escena en los intercambios dialógicos
inaugurales de cada sesión grupal.
De este modo. la producción escrita pone en juego la
posibilidad de, al modo de una formación representativa
intermediaria, articular en forma heterogénea la singularidad
subjetiva con modos de elaboración secundaria
que hacen posible su puesta en figuración, transmisibilidad
y puesta en intercambio con los otros.
La escritura, como marca identificante para sí (jugada
siempre en relación a un otro destinatario), pone de realce
trabajos psíquicos de subjetivación que enriquecen
y complejizan la producción simbólica (Schlemenson,
1999).
La convocatoria a escribir, como estrategia clínica en el
tratamiento psicopedagógico, resulta una intervención
esencial al promover trabajos de re-historización allí donde
la construcción del proyecto identificatorio presenta
restricciones para incluir conjugaciones temporales que
den cuenta de cierta plasticidad para representar(se) y
pensarse un futuro posible en forma autónoma.
Según Gerardo Prol (2004), el carácter de iterabilidad del signo escrito implica un quiebre con respecto al tejido
referencial semiótico de su producción, a la vez que
una oportunidad para la invención de nuevas marcas.
De esta manera, un escrito puede ser (re)producido con
autonomía espacio-temporal de su contexto real originario,
promoviendo oportunidades de transformación,
resignificación y despliegue de nuevas producciones desentido por parte del sujeto.
La "herencia opera como un pre-texto inaugural, tejido
anterior y fundante con respecto al texto propio del niño" (Cantú; Di Scala, 2001, p. 94). La posibilidad, entonces,
de posicionarse subjetivamente como escritor (Cantú; Di
Scala, 2001); es decir como productor de un texto autónomo
creado por palabras propias, involucra trabajos de
resignificación y apertura sobre las significaciones primarias
heredadas; lo cual -en la adolescencia- habilitaría
inscripciones inéditas de autoría que propiciarían re-posicionamientos
identificatorios. En esta línea, Piera Aulagnier
(1984) atribuye al yo la "tarea del escritor" (pág.
33), como instancia capaz de reflexionar acerca de las
ligazones construidas entre lo acontecido y sus reelaboraciones
psíquicas, reservando a éste (el yo) la inclusión
de la duda.
La narrativa organizada en la escritura involucra así procesos de historización subjetivantes que introducen
trabajos imaginativos tendientes a reelaborar las formas
rigidas de interpretar la historia escrita hasta entonces.
4.5 Ejes de análisis
Los ejes de análisis construidos en esta primera etapa
de la beca responden a la necesidad de establecer mediaciones
entre la teoría y la clínica que permitan realizar
derivaciones sobre la especificidad misma del recorte
de objeto anteriormente señalado.
4.5.1 Trabajo temporal
Se ha recortado, como interés investigativo, el análisis
del uso de los modos y tiempos verbales incluidos en
las producciones narrativas y escritas de los jóvenes
consultantes, con el objetivo de analizar las implicancias
psíquicas de los trabajos de temporalización en los
modos singulares de enunciación del proyecto identificatorio.
Según Silvia Schlemenson (2004), "la narrativa tiene la
potencialidad de reconstruir la realidad y transformar los
proyectos y deseos en formas verbales condicionales y
subjuntivas, escasamente usadas por niños con dificultades
de aprendizaje" (p.45).
La enunciación de un proyecto autónomo en la adolescencia
involucra la puesta en juego -en el narrador- de
modos dinámicos de conjugación temporal que expresan
el potencial simbólico del sujeto. La proyección de
un espacio-tiempo futuro supone un uso plástico y heterogéneo
de modos verbales condicionales y subjuntivos
que implican aperturas imaginativas que incluirían en su
interior diversas expectativas de transformación y búsqueda
de lo novedoso (Schlemenson, 2004).
La configuración narrativa de una historia supone formas
de producir sentido acerca de la experiencia subjetiva.
La convocatoria a una apertura historizante en el
tratamiento supone un despliegue fantasmático de enlaces
asociativos entre representaciones temporales que
involucran la proyección de aspectos de la singularidad
subjetiva. Sobre la función constructora del yo, Piera
Aulagnier (1984) agrega que "es una necesidad de su
funcionamiento situarse y anclar en una historia que
sustituye un tiempo vivido-perdido por la versión que el
sujeto se procura merced a su reconstrucción de las
causas que lo hicieron ser, que dan razón de su presente
y hacen pensable e investible un eventual futuro" (p.15).
Representar(se) un futuro conlleva la inclusión de la diferencia
y la inscripción -necesaria y estructurante- de
un brecha temporal (e identificatoria) entre aquello representado
(atravesado por el ideal) y la representación
misma. En esta línea, el uso de modos condicionales,
subjuntivos, involucra procesos que dan cuenta de la
posibilidad de inclusión de la duda, la interrogación y la
incertidumbre como conquistas simbólicas que enriquecen
y activan la invención proyectiva de nuevos sentidos
por sobre la permanencia de lo ya conocido.
En cambio (según los adelantos del recorte investigativo),
en los jóvenes con problemas de simbolización, la
convocatoria a incluir narrativas historizantes comporta
producciones restrictivas en las que significativamente
predomina un uso rígido de los tiempos y modos verbales.
Podríamos pensar, entonces, que dicha modalidad
supone restricciones en la simbolización que afectan la
posibilidad de concretar activamente un proyecto.
Los niños con problemas de simbolización presentan
dificultades en la organización temporal que expresan
restricciones para construir narrativas historizadas (Alvarez,
2001). La pregnancia en el uso del tiempo presente,
con escasas posibilidades de conjugar un tiempo
historizado, sumado a la predominancia en el uso de
modos verbales de tipo indicativo, dan cuenta de producciones
descriptivas, concretas y estáticas que obstruyen
la apertura imaginativa y el investimiento de un
proyecto de futuro.
La introducción del tiempo futuro en la adolescencia
convoca al despliegue de movimientos deseantes que
incluyen la inscripción de un intervalo (Aulagnier, 1977)
entre el yo y su ideal; interpelando así la continuidad y
permanencia ilusoria (e inestable) del registro temporal
e identificatorio. En este sentido, la precariedad en el
uso de modos y tiempos verbales involucra problemáticas
de simbolización actuales, que se caracterizan por
la operación de trabajos activos tendientes a sostener la
estabilidad psíquica, aunque al precio de empobrecer la
dinámica imaginativa como uno de los trabajos claves
para la enunciación de un proyecto identificatorio.
4.5.2 Trabajo de historización
Los trabajos de historización en la adolescencia expresan
dos ejes posibles: la modalidad historizante de reelaboración
identificatoria y las formas singulares de
configuración del proyecto.
La actividad historizante propiamente dicha supone la
construcción de relatos/escritos que lejos están de incluir al pasado como un a-priori ya estructurado que
determina indefectible y linealmente el presente y devenir
del sujeto, sino que involucra la invención imaginativa
de nuevas versiones de la historia que no guardan
una relación unívoca o lineal con las marcas anteriores.
Por otro lado, historizar tampoco supone un abordaje de
lo actual que se sostenga en la desestimación de los
atravesamientos compuestos por la calidad de inscripciones
histórico-libidinales, estructurantes del entramado
identificatorio inaugural del sujeto.
En la adolescencia, pues, el trabajo de historización del
yo se despliega a partir de un espacio de intersección
que conjuga (no sin la inscripción de una brecha) un
tiempo pasado y presente, a la vez que movimientos
indisociables de permanencia y cambio que habilitan la
enunciación autónoma y el despliegue del proyecto
identificatorio (Aulagnier, 1991).
El trabajo de historización, como proceso de re-escritura identificante, supone así, como condición de posibilidad,
un entramado singular entre la construcción de un
tiempo pretérito -en tanto fondo de memoria (Aulagnier,
1991) que opera como anclaje necesario de continuidad-
y la proyección de nuevas trayectorias.
"Construir(se) un pasado" (Aulagnier, 1991) actúa como
condición de posibilidad para proyectar(se) en un espacio-tiempo futuro que no implique la simple reedición
(en identidad) de un pre-texto determinado, sino que
potencialmente incluya al trabajo imaginativo y reflexivo (Castoriadis, 1993) como forma de resignificar las significaciones heredadas e instituidas.
¿Qué formas presenta la recapitulación -como modo de
escribir subjetivamente la historia- en la adolescencia? ¿Cuáles son las condiciones intersubjetivas e intrapsíquicas
que hacen a la especificidad de su despliegue? ¿Qué condiciones habilita el encuadre clínico para promover
la inclusión de la autoría historizante en jóvenes
que presentan restricciones para poder re-presentarse y
anticiparse en forma autónoma? ¿Cuáles son las modalidades
posibles de inclusión del tiempo futuro y qué calidad
de trabajos de reelaboración identificatoria suponen?,
y por último, ¿cómo abordar la lectura de dichos
procesos subjetivos a partir del análisis de la narrativa y
la escritura durante el tratamiento psicopedagógico grupal?
El trabajo clínico psicopedagógico con púberes y adolescentes
intenta promover nuevos lazos de reelaboración
entre lo inscripto históricamente y el investimiento
de lo novedoso (Schlemenson, 2004a), a través de estrategias
clínicas tendientes a propiciar enriquecimientos
en la producción simbólica restrictiva de los jóvenes
consultantes. En esta línea, la dinámica específica del
trabajo clínico grupal intenta promover complejizaciones
que favorezcan el despliegue de los trabajos de
simbolización historizantes que se hallan implicados en
la configuración narrativa-temporal (y libidinal) del proyecto
identificatorio.
Notas
1 Proyecto UBACyT 2008-10: Procesos de simbolización y transformaciones psíquicas durante el tratamiento psicopedagógico. Directora: Dra. Silvia Schlemenson.
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Fecha de recepción: 12 de diciembre de 2008
Fecha de aceptación: 26 de mayo de 2009