Serviços Personalizados
Journal
Artigo
Indicadores
- Citado por SciELO
Links relacionados
- Similares em SciELO
Compartilhar
Anuario de investigaciones
versão On-line ISSN 1851-1686
Anu. investig. v.16 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jan./dez. 2009
PSICOLOGÍA SOCIAL, POLÍTICA Y COMUNITARIA
La práctica del voluntariado: experiencias en contextos de precariedad
The practice of volunteering: experiences in precarious contexts
Piccini, Paulina1; Robertazzi, Margarita2
1 Piccini, Paulina; Lic. en Psicologia. Becaria de Maestría en Psicología Social Comunitaria. Docente de Psicología Social II, Facultad de Psicología,
UBA. E-mail: paulinapiccini@yahoo.com.ar
2 Robertazzi, Margarita: Doctora en Psicología, UP. Magister en Metodología de la Investigación, UNER. Profesora Adjunta Regular a cargo de
Psicología Social II, Facultad de Psicología, UBA. Directora de Proyecto UBACyT P058. E-mail: mroberttazzi@fibertel.com.ar
Resumen
Se presentan lineamientos generales, teóricos y metodológicos,
y primeros resultados de una investigación
que se ejecuta en un asentamiento situado en la zona
sur de la Ciudad de Buenos Aires.
Los protagonistas son un grupo de voluntarios/as, los
habitantes del barrio y un grupo de psicólogos/as sociales
recientemente incorporados a la relación entre ellos.
Los objetivos generales son explorar las prácticas que
despliegan los agentes e identificar el tipo de relación ya
establecida entre los miembros del voluntariado y la
comunidad.
El método y las principales técnicas (entrevistas individuales
y grupales y observación participante) son cualitativos.
Esta primera aproximación está centrada en el grupo
voluntario en función de la elaboración de algunos resultados
y, desde el punto de vista teórico, atendiendo
sus distintas dimensiones, contextualizándolo e interrogando
su definición.
Palabras clave: Voluntariado; Precariedad; Psicología comunitaria
Abstract
The general outline is presented , with its theoretical and
methodological basis, as well as the first results of a Scolarship
Plan for Master´s degree , " A pycho-social approach
of the relationship among different actors in precarious
contexts". The research is carried out in a settlement
located in the south area of Buenos Aires City.
The protagonists are a group of volunteers, the neighbourhood
inhabitants and a group of social psychologists,
recently incorporated .
The general aims are to explore the practices performed
by the agents and to identify the type of relation already
established between the volunteering members and the
community.
The methodology and the main techniques (individual
and collective interviews and active observation ) are
cualitative.
This first approach focuses on the group of volunteers
in order to elaborate some results and, from the theoretical
point of view, paying especial attention to its
different dimensions, giving it a context and asking
about its definition.
Key words: Volunteering; Precarious situation; Communal psychology
Introducción
Este artículo se propone presentar los lineamientos generales,
así como los primeros resultados obtenidos en
la ejecución del plan de Beca de Maestría titulado "Un
abordaje de las relaciones entre distintos actores en
contextos de precariedad", ejecutado por la becaria
Paulina Piccini y dirigido por Margarita Robertazzi. Este
trabajo forma parte de una investigación más amplia
correspondiente a la Programación Científica UBACYT
2008-2010 (Código y Nº P058), titulado "Narrativas del
desamparo: conformismo, mesianismo, opciones críticas",
dirigido por Margarita Robertazzi y co-dirigido por
Liliana Ferrari.
Los distintos actores sociales a los que hace referencia
el título del plan de beca son: los miembros de una Asociación
Civil sin fines de lucro, quienes desarrollan tareas
de apoyo escolar y talleres de oficio para niños/as
y adolescentes de un asentamiento de la zona sur de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, desde hace casi 8
años; los miembros de la comunidad, receptores de tales
servicios; y un grupo de psicólogos/as sociales pertenecientes
a la Cátedra Psicología Social II de la Facultad de
Psicología de la UBA; que comenzaron a ejecutar allí, en
2008, un plan de extensión universitaria.
Este último grupo llega al lugar a partir de las inquietudes
que experimentaban algunos miembros de la Asociación
Civil en relación a la tarea que venían realizando
y al tipo de situaciones cada vez más críticas que detectaban
en ciertos niños/as y/o algunos grupos familiares.
Por tal razón, se contactaron con miembros de la cátedra,
luego de haber leído algunas de las publicaciones
que algunos docentes-investigadores/as habían elaborado
durante la ejecución de una investigación sobre
empresas recuperadas por sus trabajadores/as. A partir
de los primeros encuentros informales durante 2007, y a
pesar de la imprecisión del pedido1, finalmente se formalizó un plan de extensión universitaria2 que se está llevando adelante hasta el momento actual.
A la vez, el escenario del asentamiento resultaba especialmente
apto para seleccionar posibles casos -grupos
familiares en condiciones precarias de trabajo y hábitat- para
la investigación más amplia en la cual se insertaba
el proyecto de beca, especialmente porque allí se
estaban produciendo modificaciones en el espacio, en
función de una esperada mudanza hacia un complejo
habitacional construido por el Gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires3.
El plan de de tesis de Maestría tomó como escenario
esa geografía, en plena transformación del hábitat,
atendiendo a los distintos actores sociales y sus vínculos:
voluntarios/as de la Asociación Civil y miembros de
la comunidad, a los que se agregaron entonces psicólogos/
as sociales que comenzaban a desarrollar allí las
prácticas especificas de su disciplina.
Este artículo presenta una breve descripción del proyecto,
que se vincula con los presupuestos de la Psicología
Social Comunitaria, por su fuerte imbricación entre
teoría y práctica y su acercamiento a la vida cotidiana
de las personas (Serrano-García y Rosario-Collazo,
1992), a la vez que reconoce aportes del campo de la
Psicología social crítica. Se decide en esta primera publicación
hacer foco en los miembros de la Asociación
Civil y en la práctica del "voluntariado", tomando el término
que el grupo utiliza.
Objetivos del plan de beca
El plan posee objetivos teóricos y también prácticos,
como es frecuente en este tipo de diseños de investigación.
Surgió en función de lo que los agentes externos
-miembros de la asociación civil- denominaron, en sus
términos, "apoyo para apoyo", en relación al espacio de
apoyo escolar y la búsqueda de contención para ellos.
Los ocho años de experiencia acumulada; el crecimiento
en número de voluntarios/as y también en organización;
así como la buena recepción por parte de los
agentes internos-habitantes de la comunidad- permitían
suponer que la Asociación Civil posee un "saber hacer",
el que, sin embargo, le resultaba insuficiente. Algunas
necesidades transmitidas fueron: poder contar con herramientas
que contribuyan a hacer más efectiva su tarea,
obtener recursos que desde la psicología sean útiles
para la comunidad, especialmente para niños, niñas
y adolescentes y, por otro lado, contribuir a la construcción
de un modelo de trabajo conjunto con comunidades
precarizadas. Los y las agentes externas son jóvenes
que, en su mayoría, provienen de la comunidad
universitaria, algunos estudiantes de grado y otros graduados
en diversas disciplinas, quienes, sin embargo,
no contaban con profesionales de la psicología, cuando
se inició la relación con los miembros de la cátedra de
Psicología Social II.
Inicialmente, se planificaron dos objetivos generales
para el plan de beca: el primero fue identificar las prácticas
desplegadas y el tipo de relación establecida entre
los agentes externos (voluntarios/as) y los agentes internos
(habitantes del barrio), atendiendo a sus obstáculos
y fortalezas. El segundo se propuso identificar tipos
de prácticas que desarrolla el profesional de la
psicología social comunitaria, al intentar contribuir al
bienestar de ambos actores sociales.
Como objetivos específicos se pueden mencionar los
siguientes:
Identificación de necesidades de los dos grupos que ya
hace tiempo interactúan en terreno; análisis de las convergencias
y divergencias entre necesidades; prácticas,
discursos y expectativas de uno y otro grupo; descripción
de procesos psicosociales facilitados por la acción
social del grupo de voluntarios y voluntarias (agentes
externos), los que podrían generar bienestar/malestar
en ambos grupos, así como facilitar/dificultar la relación;
la conceptualización de los tipos de prácticas realizadas/
requeridas a los y las profesionales de la psicología
social en contextos de extrema pobreza (por parte de
ambos grupos), considerando aquellas que puedan significar
un aporte beneficioso para los grupos implicados
y, por qué no, para la disciplina.
Método
Se diseñó un estudio de tipo exploratorio-descriptivo,
basado en un caso único, que estudia la relación ya
establecida, en un contexto de precariedad, entre la
comunidad local -habitantes del Asentamiento Zavaleta y
un grupo de voluntarios y voluntarias, donde comienza
a intervenir un grupo de psicólogos/as sociales.
La investigación se ejecuta instrumentando el método
cualitativo; del mismo modo, las principales técnicas a
administrar son cualitativas y participativas (Montero,
2006).
Entre las técnicas que se están aplicando una de las
principales es la observación participante (Taylor & Bogdan,
1987), la que se lleva a cabo los días sábados en
el comedor comunitario del asentamiento, donde los
voluntarios/as realizan su tarea de apoyo escolar, y, en
menor medida, en el colegio León XIII, lugar en el que
se dictan los talleres de oficio.
Así como se observan las prácticas, discursos e intercambios
entre ambos actores sociales, también se hace
lo propio con los profesionales de psicología social que
despliegan acciones en el mismo territorio, aunque sin
contar con un espacio delimitado. La observación participante
se ha extendido a algunas de las reuniones que
sostienen los y las voluntarias entre sí, y también a otras
especialmente planificadas en las que se encuentran y
debaten con los miembros del equipo de extensión universitaria,
en distintos lugares que se consiguen para tal
fin. La observación también se realiza en el propio asentamiento,
participando de las recorridas que realizan los
integrantes de la Asociación Civil cuando buscan a los
niños y niñas para que concurran a las actividades de
apoyo escolar, lo que luego posibilitó -junto con el equipo
de extensión- el ingreso a las casas de las familias,
mayormente las de aquellos que envían a sus hijos/as a
apoyo escolar. De todos modos, a lo largo de la investigación,
se fueron acercando otros grupos familiares, en
función de distintas demandas.
Sólo ha quedado como intención a futuro el poder realizar
la observación participante en espacios conjuntos
entre los tres grupos involucrados, mediante foros de la
comunidad, dado que las iniciativas que, hasta el momento,
se tomaron desde el equipo de extensión no
obtuvieron receptividad.
La entrevista en profundidad (Taylor & Bogdan, op. cit.)
es otra de las técnicas utilizadas, ya sea de manera individual
como colectiva, según las posibilidades que
fueron presentándose durante la ejecución del plan de
investigación.
Aunque el plan original contemplaba la factibilidad de
entrevistar al grupo completo del voluntariado, debe
consignarse que este procedimiento se obstaculizó por
ciertas resistencias, lo que hizo que fuera difícil llevarlo
a cabo en los plazos previamente establecidos. Hasta el
momento, argumentando distintas razones, sólo han
podido concretarse unas pocas entrevistas individuales
con los integrantes de la Asociación Civil, aunque menor
dificultad se presentó para las entrevistas conjuntas.
Por el contrario, sorpresivamente, resultó mucho más
sencillo sostener entrevistas con los habitantes del
asentamiento, o de los nuevos departamentos, respecto
de lo que inicialmente se había supuesto. Normalmente,
estas últimas entrevistas se realizaron en las casas de
las familias, donde habitualmente se encontraban presentes
varios miembros de la misma.
El número de entrevistas a realizar a los agentes internos
no está predeterminado, pues el muestreo es teórico
y se sigue un criterio de saturación (Glaser, 1999), en
el que también, en función de un posicionamiento ético,
se atiende la disposición e, inclusive, la demanda de los
participantes.
Para la administración de las técnicas, se sigue un criterio
participativo, para ello los integrantes de los distintos
grupos conocieron desde un primer momento los fines
de esta investigación y los tópicos a observar y a conversar.
El tipo de estrategia conversacional es dialógica
en todos los casos (Montero, 2006). El método contempla
el registro de datos, los que son grabados y transcriptos
para el posterior análisis de contenido y de discurso
(Iñiguez-Rueda, 2003; Krippendorff, 1990). El
resultado de las observaciones se ha consignado en un
cuaderno de campo, que también incluye la perspectiva
y las impresiones de la becaria. Para el análisis se segmenta
a la población del asentamiento según su nivel de contacto con los agentes externos (voluntarios y
equipo de extensión).
El plan de trabajo considera la devolución sistemática a
los distintos grupos involucrados a lo largo de todo el
proceso de investigación. Estos procedimientos tienen
cierto solapamiento, aunque se presentan uno a continuación
del otro, con la finalidad de distinguir de una
manera sistemática las etapas del método que se está instrumentando.
El plan de investigación, de acuerdo con el paradigma en
el que se inscribe, contempla, desde la dimensión ética,
la concepción del Otro como sujeto y partícipe activo en
la relación con el sujeto cognoscente. Se trata de una
concepción de la Otredad acorde con lo que se denominó "episteme de la relación" (Montero, 2004, 2006), lo que
implica considerar la construcción del conocimiento a
partir de las relaciones sociales en las que éste se inscribe,
y que otorga al Otro, ya sea una persona, un grupo o
una comunidad, su carácter singular y distintivo; a la vez
que estima prioritario ocuparse de las "víctimas" del actual
sistema económico (Dussel, 1998).
De modo muy básico, pueden sintetizarse los siguientes
procedimientos en el trabajo de campo, presentados
como etapas:
Profundización de los procesos de familiarización con los tres tipos de grupos que operan en el territorio: agentes internos (comunidad); agentes externos (Integrantes de la Asociación Civil) y nuevos agentes externos (docentes y alumnos extensionistas de la cátedra Psicología Social II).
1. Relevamiento y jerarquización de las demandas y necesidades de los grupos que se vinculan de manera habitual: Integrantes de la Asociación Civil y comunidad.
2. Puesta en relación de ambas perspectivas y de las prácticas habituales desplegadas en espacios propios y en otros compartidos por ambos grupos.
3. Observación y descripción del tipo de prácticas que realiza el equipo de extensión universitaria.
4. Evaluación conjunta de las prácticas realizada por los profesionales de la psicología social, por ejemplo, mediante foros de la comunidad.
5. Eventuales acciones conjuntas de la investigación en función de los datos elaborados en terreno.
Lineamientos teóricos
La perspectiva teórica desde la que se diseñó el plan de
trabajo se enmarca en el paradigma de la construcción
y transformación críticas, más puntualmente aún en la
Psicología Social Comunitaria (Montero, 2003, 2004,
2006; Robertazzi, 2006). Como todo proyecto de investigación
comenzó por profundizar el marco teórico inicialmente
propuesto, pero, a los fines de este artículo, y
tomando en cuenta el recorrido realizado, se operará un
recorte para hacer foco en las prácticas de quienes se
dedican al sostenimiento de actividades "voluntarias",
tales como las que desempeñan los miembros de la
Asociación Civil mencionada. Se trata de interrogar el
modo en que se produce actualmente asociatividad y
problematizar la concepción de "voluntariado". Su definición, insertada y contextualizada en sus múltiples dimensiones:
históricas, culturales, económicas, es abordada
desde una perspectiva relacional que conecta
estas prácticas con otras posibles. Sin dejar de considerar
las palabras, las acciones y los intercambios de los
protagonistas, quienes llevan adelante el trabajo "voluntario".
El tema de las prácticas ha sido intensamente estudiado
por Bourdieu (1991) y retomado por Chartier (1996, p.
33), quien, en su concepción de una historia cultural,
señala que "(...) todo régimen de prácticas está dotado
de una regularidad, de una lógica y de una razón propias,
irreductibles a los discursos que lo justifican...".
Es importante señalar los clásicos aportes de Bourdieu
(1997, p.16) en relación con las prácticas de los agentes
sociales y sus diferentes determinaciones: "(...) lo que
come el obrero, y sobre todo su forma de comerlo, el
deporte que practica y su manera de practicarlo, sus
opiniones políticas y su manera de expresarlas difieren
sistemáticamente de lo que consume o de las actividades
correspondientes del empresario industrial; pero
también son esquemas clasificatorios, principios de clasificación,
principios de visión y de división, aficiones
diferentes".
Para la construcción de un marco teórico adecuado al
tema de estudio, la cuestión de las prácticas no resulta
un tema menor, dado que en el mismo campo se ponen
en juego tres tipos de actores sociales que se proponen
trabajar por el desarrollo de mejores condiciones de
vida y que tienen que llegar a acuerdos, a pesar de sus
diferentes posiciones y habitus, lo que no resulta una
tarea simple, ya que, de modo frecuente, las prácticas
no pueden ser analizadas u objetivadas por quienes interactúan.
Si se considera, en primer lugar, la práctica del equipo
de extensión puede decirse que intenta llevar adelante
un servicio para el que fue requerido, por ser calificado
como un grupo de profesionales de la psicología "interesados
en los social", no obstante, es posible que las
expectativas del grupo de agentes externos (Asociación
Civil) e internos (Población) -denominación que utiliza
Montero (2004) para caracterizar el encuentro entre dos
culturas distintas- compartan una representación social
de la psicología aún fuertemente anclada en la práctica
médica clínica y psicoanalítica (Robertazzi, 2005), lo
que podría funcionar como un obstáculo. Este tema no
ha podido ser trabajado por el equipo de psicólogos con
la Asociación civil, ya que en varias oportunidades los
voluntarios han manifestado que "lo primero son los
chicos", postergando la conformación de espacios grupales
de debate y reflexión para ellos.
Dado que buena parte del trabajo a realizar atiende al estudio de las prácticas que ejecutan en terreno los psicólogos/
as sociales-extensionistas, resulta conveniente
incluir el aporte de la psicóloga brasileña Quintal de
Freitas, quien, en su descripción de las distintas experiencias
de trabajo comunitario, plantea una tipología de
cuatro diferentes prácticas psicológicas en relación con
comunidades:
1. Psicología en la comunidad: una psicología tradicional en la que sólo cambiaría de ámbito, mudando el consultorio a la comunidad, sin modificar ni el rol, ni la relación, ni la práctica;
2. Psicología de la comunidad: en la cual los psicólogos/ as asumen una posición de activistas, descuidando las herramientas que les otorga su formación profesional, para convertirse en otros agentes más de la comunidad;
3. Psicología para la comunidad: en la que los profesionales de la psicología deciden qué hacer y cómo, prescindiendo de los miembros de la comunidad.
4. Psicología Comunitaria: la que despliega recursos de la formación específica de la psicología, ligados con el compromiso social y la transformación del rol profesional, asumiendo a éste como el de un posible agente de cambio social (Quintal de Freitas, 1994, p. 152).
Los miembros del equipo de Psicólogos sociales que
cumplen funciones en el barrio, a pedido de la Asociación
Civil, se proponen desarrollar prácticas propias de
la Psicología Comunitaria, lo que no siempre arrojó buenos
resultados, tal vez, en función de diferentes expectativas
en conflicto, y debido al importante nivel de fragmentación
social y desarticulación de redes que existe
en el barrio.
Una cuestión pendiente será la reflexión sobre las prácticas
culturales propias de esa comunidad académica y su
adecuación o no en el terreno en el que es convocado a
operar, sumada la búsqueda de nuevas herramientas
conceptuales contextualizadas socio-históricamente.
Así como los citados autores se ocupan de las prácticas
de los profesionales de la psicología que trabajan en
comunidades, también la práctica del trabajo voluntario
ha sido problematizada. En distintas oportunidades, se
ha planteado -incluso el tema dio lugar a la organización
de congresos, a nivel nacional e internacional- la cuestión
del voluntariado como objeto de reflexión y estudio,
fundamentalmente, a partir de la década del '90, e incluida
en lo que algunos denominaron, principalmente
en Estados Unidos y Europa, como "Tercer Sector",
para delimitar un modo de asociatividad diferenciado
del poder del Estado y de las empresas privadas.
Este conjunto, que fue institucionalizándose en los últimos
años, conforma un complejo campo, el que puede
ser abordado desde distintas perspectivas, aunque todas
ellas coinciden en destacar su distanciamiento de
las finalidades lucrativas y su acercamiento a las problemáticas "sociales", en sentido amplio.
Es importante señalar que diversos análisis políticos
presentan posiciones críticas que discuten la autenticidad
del carácter inclusivo que pueden generar ciertas
estrategias dentro del vasto campo del voluntariado y
las ONGs, señalando la confusión que, en ocasiones,
podría acarrear la presencia de las mismas para las
personas de los barrios vulnerabilizados. A las críticas
podría sumarse la disminución de la expresión de conflictividad
social que las mismas producen (Zibechi,
2009) y el relevamiento de funciones antes asumidas
desde el Estado desarrollista en América Latina, correspondiente
al Estado de bienestar en Europa y Estados
Unidos.
Exponentes de otras posturas respecto del voluntariado,
incluyen dentro de éste a toda aquella práctica que
se realiza "desinteresadamente"4, dedicando tiempo no
rentable a actividades de ayuda mutua, muy vinculadas
históricamente a las obras de caridad y beneficencia.
Así definido no constituye un fenómeno de aparición
reciente, sino que su historia y trayectoria se remontan
a principios del siglo XX, según algunos autores (Bettoni & Cruz, 2002), con aquellos que organizaron los primeros
sindicatos, construyeron los clubes barriales y sociales,
dedicaron su tiempo al cuidado de ancianos y
niños. Según otros estudios, los comienzos de esta
práctica se ligan a la Colonización española y la incidencia
de la Iglesia Católica en cuestiones educativas y de
salud dedicadas a los "necesitados" dentro de sus colonias
(Thompson, 1995).
Sería el perfil, las motivaciones, el tipo de labor que
desarrollan los voluntarios/as, así como su denominación
y la percepción de sí y que de ellos tiene el resto de
la sociedad, lo que ha sufrido transformaciones en estos
años.
"En América del Sur el voluntariado se ha manifestado
desde la época colonial, con un mayor apogeo con el
surgimiento de las organizaciones de beneficencia de
origen y orientación religiosa, hacia finales del siglo XIX
y comienzos del XX" (Bettoni & Cruz, 2002, p. 5).
Evidentemente, cabe distinguir en la historia de las asociaciones
en América del Sur, la actividad política desarrollada
por organizaciones de carácter militante y activista.
Esta concepción del trabajo "voluntario", si se
puede llamar así al trabajo militante, presenta las características
de estar ligada a la búsqueda de procesos de
transformación y emancipación social con un fuerte
compromiso político, y desligada del asistencialismo.
Este tipo de práctica se consolidó en el marco de América
Latina, región que padeció las frecuentes rupturas
de la continuidad de los gobiernos democráticos, mediante
procesos dictatoriales, con dramáticas conse
cuencias en el entramado social. La práctica política
territorial de estos grupos tampoco tenía como contrapartida
la retribución económica, no obstante, esta necesaria
discusión excedería con creces los propósitos
de este artículo.
En la actualidad, se trataría de la coexistencia de múltiples
y disímiles prácticas incluidas dentro de la categoría
de voluntariado (asociaciones caritativas, exponentes
de minorías sexuales, ecologistas, fundaciones
dedicadas a la salud y la educación, entre otros), a los
que algunos autores agrupan tomando en cuenta sólo
sus semejanzas, o definiéndolas por oposición a otras
prácticas sociales.
Tal vez, el interés esté puesto en resaltar el hecho cuantitativo
de que un porcentaje importante de la población
dona/destina parte de su tiempo y esfuerzo en asociarse
con otros/as para un fin de carácter social (o de "bien
común") a raíz del deterioro o desmantelamiento de las
políticas sociales de carácter estatal. Este fenómeno se
evidencia a nivel internacional de modo que las prácticas
de voluntariado han adquirido relevancia política
debido a su sostenimiento y a los diversos roles que
desempeñan, en muchas ocasiones, relevando al Estado
de cubrir funciones de promoción y desarrollo social.
Es así que, desde hace un tiempo, se ha ido promoviendo
un acercamiento, desde los sectores gubernamentales
y privados, a estas iniciativas que las ubican como
posible vía de solución a los problemas "de la globaliz ación",
formulándose incluso legislaciones y resoluciones
de apoyo al voluntariado.
Aunque el trabajo voluntario es una actividad de larga
data, los intentos de cuantificación o medición de este
fenómeno en nuestro país son incipientes.
Se realizaron algunos muestreos a partir del año 1997 en
la Argentina. En los informes elaborados por TNS Gallup
(Cilley & Hermelo, 2007, p. 3), se define el trabajo voluntario
de acuerdo con las siguientes dimensiones:
"a) su carácter voluntario, es decir una actividad realizada
por ciudadanos en un contexto de libertad, una tarea
no obligatoria; b) una motivación no económica; c) el
beneficiario es otro, no los trabajadores. En este sentido,
el trabajo voluntario constituye una forma de participación
social genuina y positiva, un acto de altruismo".
De acuerdo con esta definición, el mismo informe destaca
que, durante los años 2001 y 2002, se produjo un
fuerte incremento de las actividades voluntarias, alcanzando,
en el 2002, al 32% de la población. Este índice
fue disminuyendo en los años siguientes, a medida que
se producía cierta normalización a nivel económico y
social, llegando a un 14% en el año 2007.
Por otra parte, el muestreo destacó que la permanencia
en el desarrollo de las actividades voluntarias está ligada
a la satisfacción y motivación personal que cada
persona encuentra en esa tarea y que, si bien no existe
diferencia significativa por géneros en los trabajadores
voluntarios, son las mujeres quienes más tiempo le dedican
a estas tareas por semana.
Respecto del modo de iniciación en la realización de
este tipo de actividades señalan que, en muchas oportunidades,
es fundamental el rol de amigos y familiares
en la convocatoria para tal participación.
Para Shaw de Critto & Kart (1998), el voluntariado consiste
en una forma de hacer y de ser. A pesar de no
compartir en su totalidad las expresiones vertidas por
estos autores, especialmente cuando analizan el grado
de conflictividad que atraviesa Argentina, o cuando valoran
el grado de consolidación de las organizaciones
sociales, a los fines de este artículo, resulta de utilidad
el recorrido y la sistematización que realizan acerca de
la práctica del voluntariado. En primer lugar, sostienen
que no habría un único modo de ser y hacer el trabajo
voluntario, por lo tanto, tampoco una definición única;
habría sí diversas situaciones de voluntariado, relacionadas
con los contextos en los que se desenvuelve, los
propósitos y los modos de enfocar la acción. Esta diversidad
no impide, sin embargo, definir ciertas características,
que se ven reflejadas en el grupo de voluntarios/
as, protagonistas de esta investigación, por lo menos en
su mayoría:
1) es una opción ética, personal y gratuita;
2) es un servicio que se presta.
3) atiende al bien común, o al interés de una comunidad,
grupo de personas o sociedad;
4) constituyen un grupo artificial con distintos niveles de
permanencia y organización interna, que poseen, además,
cierto consenso sobre fines y objetivos;
5) desde el punto de vista legal, no pueden repartir beneficios
societarios, aunque sí invertir en fines sociales;
6) generalmente, son independientes y poseen sus propios órganos de gobierno, en algunos casos tienen vínculos
con instituciones religiosas, con espacios políticos
o empresarios. En el caso que se estudia, corresponde
decir que se trata de un grupo independiente; aunque
inicialmente muchos de sus miembros hayan comenzado
su trayectoria como voluntarios/as en una institución
religiosa;
7) su trabajo es intencionado y legítimo, cuenta con un
propósito, el de mejorar una situación; posee capacidad
de acción y cuenta con el consentimiento del destinatario,
dado que responde a una necesidad reconocida por
este último;
8) es un trabajo complementario al que realizan otros
agentes, como el Estado, las ONGs, las empresas privadas;
9) se dedica al voluntariado parte del tiempo libre disponible;
10) es un trabajo que se desarrolla con cierto grado de
cooperación y coordinación para arribar a los objetivos
propuestos;
11) requiere de un compromiso, una voluntad de hacer;
12) el trabajo voluntario se desarrolla en distintos ámbitos
y abarca los más variados temas. En el caso estudiado se aborda la problemática educativa y de formación
de niños/as y adolescentes, habitantes de una
zona especialmente marginalizada.
Al mismo tiempo, Shaw de Critto & Karl (1998) conceptualizan
seis tipos de modelos -que ellos denominan
paradigmas- de voluntariado: paternalista; religioso;
humanista; de reinserción; con gestión social y corporativo.
Como advierten los propios autores, estos modelos
suelen estar superpuestos, lo que, a la vez, puede causar
tensiones e inclusive fracturas dentro del grupo.
El modelo que mejor caracteriza al grupo estudiado es el
de "reinserción", presentando ciertas semejanzas con el "humanista", y, solapándose con el "paternalista" (Shaw
de Critto & Kart, 1998, p. 16-17).
De acuerdo con Farías (2008), tal vez resulte más operativo
centrarse en el concepto de altruismo y analizar
desde allí al grupo voluntario observado, dado que, en
sus prácticas, parecen encontrar, como en las historias
de vida que narra el citado autor, un sentido para la propia
vida y para su el mundo que los rodea.
En síntesis, retomando la larga historia de las organizaciones
de beneficencia y acción cultural filantrópica
(Thompson, 1995) en esta diversidad de experiencias se
inscribiría la Asociación Civil referida, con sus propias
características que se refieren en el siguiente apartado.
Una primera aproximación al grupo de trabajo voluntario
El momento inicial de trabajo de campo consistió en un
proceso de familiarización con los agentes externos
(integrantes de la Asociación Civil) e internos (vecinos
del Núcleo Habitacional Transitorio), con el objeto de
conocer las situaciones particulares que allí se presentaban.
Un párrafo aparte merecería la relación con el
equipo de extensión universitaria, dada la mayor cercanía
y afinidad, porque se trata de un grupo de pertenencia
para la becaria.
Los primeros acercamientos a la relación entre los distintos
agentes mencionados giraban en torno a los obstáculos
que encontraban los integrantes de la Asociación
Civil, pese a la voluntad y el afecto presentes en la
realización de su tarea. Las demandas que dirigían al
equipo de psicólogos/as surgían porque se encontraban
con situaciones cada vez más críticas que excedían sus
recursos: casos de abuso sexual, violencia, drogadicción,
pobreza estructural, contaminación. Frente a tales
situaciones, experimentaban una interpelación, la necesidad
de dar una respuesta.
Esta vivencia de sentirse responsables ante miembros
de la comunidad local -lo que, a su vez, interpelaría al
equipo de extensión universitaria- podía pensarse como
un producto con dos vertientes: la ausencia de políticas
públicas y la ausencia de recursos autogestivos de la
comunidad para atender sus propias demandas. A la
vez, era causa de malestar o sufrimiento en los y las
voluntarias, por lo que comenzó a ponerse en marcha
un dispositivo que los mismos integrantes de la Asociación
Civil denominaron "Apoyo para el apoyo". El objetivo
que consensuaron con el equipo de psicólogos fue la
conformación de grupos de reflexión en los que se trataran
sus prácticas cotidianas y el malestar que podrían
generarles las distintas situaciones que atravesaban.
Estas experiencias grupales no tuvieron continuidad y
generaron cierto nivel de resistencia y conflictividad grupal
en el interior de la organización, por lo que fueron
paulatinamente dejadas de lado.
Un tema especialmente doloroso y "movilizante" para el
grupo del voluntariado fue un caso de abuso sexual sufrido
por una de las niñas con las que trabajaban. En
muchas ocasiones, y por fuera de todo dispositivo, recurrieron
al equipo de extensión para asesorarse sobre el
tema, o bien para relatar el modo en que todas las instituciones
que debían dar alguna respuesta no lo hacían
(escuela, hospital, centro de salud, poder judicial). A raíz
de este caso, y otros semejantes, el equipo de extensión
organizó un taller sobre violencia intrafamiliar, maltrato
y abuso5. Si bien los pocos presentes se interesaron
mucho durante el taller, tampoco esa experiencia
tuvo continuidad. No obstante quedó pendiente, como
diagnóstico de situación la falta de trabajo con las familias
de los niños/as y adolescentes que concurrían a
recibir apoyo escolar.
Puede considerarse que este conflictivo caso de abuso
sexual fue uno de los nexos más sólidos entre equipo
de extensionistas y la Asociación Civil, hasta su "resolución" 6.
A pesar de estar presentando una investigación en proceso,
es posible delinear los primeros resultados que
son producto de entrevistas y observaciones ya realizadas.
Si bien se enfoca de modo especial al tipo de práctica
que despliega la Asociación Civil, no pueden obviarse
las referencias a las de los otros actores sociales con
los que interactúa. La elaboración de las siguientes características
particulares del grupo de voluntarios/as se
centra en los aspectos comunes y deja de lado, por el
momento, las voces disidentes:
• Búsqueda de sentido y voluntariado:
En consonancia con los aportes de Farías (2008), puede
decirse que el grupo de voluntarios/as encuentra en sus
prácticas el sentido para la propia vida y para el mundo
que los rodea. De hecho, en su mayoría, quienes se van
nunca lo hacen del todo. Dice una entrevistada:
"(...) Cuando salen de ahí pasan a laburar en la casillita
del padre Pepe, que está acá atrás, en las tiras, ehmmm....
y siempre fue: 'está bueno, dale, vení, sumate'. Y... yo empecé...nada...murió mi viejo en el 2000 y fue así como
que dije: voy a hacer algo que me haga bien a mí, porque
eso fue así como...si bien me gustaba, y siempre me
gustó, cuando iba al colegio, a lugares católicos, entonces
las monjas me mandaban a hacer obras de caridad y
esas cosas. Y siempre me gustó, y aparte mis papás me
llevaban, yo vivo cerca de la (villa) 31, a dar los juguetes
que no se usaban. Y... siempre tuve esa cosa de devolver
un poco. Dije: 'chau, lo voy a hacer'...".7
Este fragmento de entrevista muestra el modo en que
se enlazan la motivación religiosa, señalada como antecedente
histórico del voluntariado, la perspectiva familiar
y el recorrido educacional, lo que está presente en la
mayoría de los discursos de los voluntarios/as con los
que se dialogó hasta el momento. Esta formación previa
se complementa con una necesidad de buscar una vía
de satisfacción personal, "algo que me haga bien a mí",
conjugando el devolver algo al otro, con el propio bienestar.
La mayoría de los integrantes de la Asociación Civil provienen
de un colegio religioso, en el cual realizaron sus
primeros acercamientos a la práctica del apoyo escolar
y la "animación comunitaria", hecho que marcó el posterior
agrupamiento de los mismos como ex alumnos y ex
alumnas, contribuyendo a la conformación de un grupo
independiente del colegio.
Por otra parte, el encuentro de una satisfacción y la
búsqueda de un sentido para la propia vida es uno de
los factores que podrían explicar la continuidad y permanencia
en las actividades voluntarias de este grupo,
que si bien comenzó a trabajar en plena crisis, a fines
de 2000 y comienzos de 2001, continúa hoy con el proyecto,
a diferencia d e muchos emprendimientos que se
iniciaron en periodos similares y que han ido cambiando
de forma, desgastándose, o desintegrándose definitivamente.
• Las referencias identitarias:
La búsqueda de identidad está fuertemente en juego en
este proyecto voluntario. Ya que son los mismos integrantes
del grupo quienes eligen un nombre para la
agrupación, que resignifica un signo territorial, la pertenencia
al barrio, mientras que los propios habitantes del
lugar no se identifican con lo mismo, ni los identifican a
ellos con ese nombre. Los llaman "profes" o "los de apoyo",
mientras que para ellos y ellas resulta muy importante
definirse, por lo que realizan impresiones en las
remeras, banderas, página web, entre otros recursos
identificatorios.
Por otro lado, la misma práctica del voluntariado es definida en los discursos de quienes las desarrollan apelando
al ser y no sólo a lo que se hace: "Soy voluntario/a".
En el barrio Zavaleta, existen varias agrupaciones que
están trabajando voluntariamente, cada una de ellas
tiene un modo de hacerse visible, reconocible para el
resto, ya sea por las actividades que realizan, como la
murga, o el grupo de fútbol callejero, o por determinadas
inscripciones que en ocasiones portan.
• La implicación en la vida personal y la relación con
los vecinos de Zavaleta:
El grupo voluntario presenta un modo de involucrarse a
nivel personal, llevando a que se entablen relaciones de
marcada "familiaridad" y apego con los vecinos del barrio,
por ejemplo: el hecho de que los "profes" se conviertan
en padrinos o madrinas de bautismo de los chicos/
as con los que trabajan en apoyo escolar. Siendo la
institucionalidad religiosa muy importante, tanto para la
mayoría de los agentes externos, como para los internos,
este hecho facilitó una relación muy cercana entre
los "profes" (así es como se los denomina en el barrio),
quienes además son padrinos de los niños/as. Con los
padrinos y madrinas se establece un diálogo más cercano
que con el resto.
• Formación y búsqueda de herramientas
Probablemente, por el tipo de tarea que desarrollan, por
las angustias a las que se ven sometidos, por encontrarse
relativamente aislados frente a la búsqueda de soluciones,
este grupo se interroga siempre e intenta obtener
nuevos recursos prácticos y herramientas. Sin
embargo, se observa que en general en el barrio no hay
experiencias de integración de las distintas organizaciones
sociales que allí trabajan, producto quizás de la reproducción
de la fragmentación social tan fuertemente
arraigada en este contexto.
A su vez, buscan incorporar nuevos voluntarios que colaboren
con su tarea como integrantes de la Asociación
Civil. Así lo relata una entrevistada:
"Cuando yo estaba sola no aprovechaba tanto el tiempo
para estudiar. (...) era mucho...era agotador.
Ahora, aunque son bastantes alumnos, son muchos
menos que 15, ¡vos solo!. Y se generan vínculos, ayudan.
Y tener a Vivi (Lic. en Psicopedagogía que trabaja
con ellos) también ayuda. Y si tenés en quién apoyarte... que no pasaba antes, el tema es que cada uno
estaba con su grupo, cuatro o cinco, y si no podías venir
andaban dando vueltas por ahí. Eso mejoró y está bueno
la experiencia de cómo estamos laburando ahora".8
En alguna medida por tratarse de personas con formación
universitaria consiguen gestiones y contactos con
profesionales de distintos ámbitos a modo de recurso
técnico, Por ejemplo: el equipo de profesionales de
ARDA (encargados del tratamiento de las adicciones
desde la perspectiva de la reducción de daños), o un
equipo de odontólogos que realizan tareas solidarias,
así como el equipo de psicólogos sociales.
• Institucionalización
Así como relatan la experiencia de haber ido transformando
y adecuando el modo de organizar las clases y
los espacios de cada grupo, se encuentra un énfasis
puesto en las cuestiones organizativas y hasta "burocráticas".
A partir de haber adoptado la modalidad de
Asociación Civil, no han dejado de producir modificaciones
en el organigrama, en los puestos de coordinación,
dirección, gestión, generando, en algunas oportunidades,
una real dificultad de comunicación. No siempre es
fácil transmitir la información.
El ya clásico concepto de institucionalización (Berger & Luckmann 1968) posibilita comprender de qué modo
toda una serie de experiencias surgidas en disconformidad
con la crisis social y las consecuencias de las políticas
neoliberales implementadas en nuestro país, han
ido adoptando formas más o menos estables, con distribución
de roles, creación de normativas y de estatutos
para transmitir a los recién llegados, distribución de lugares
de poder, entre otros aspectos.
Las observaciones y los discursos analizados discriminan
entre los encargados de coordinar y dirigir las acciones
y los "recién llegados", a quienes incluso se les
entrega un "Manual de inducción", para que se familiaricen
con la tarea.
Esta modalidad organizativa se justifica en que "la horizontalidad
no nos resultó"9, dado que las discusiones
resultaban muy largas, perdían el tiempo, por lo cual
decidieron realizar cambios y adoptar una estructura
jerárquica.
• La voluntad del voluntariado
Resulta interesante problematizar la cuestión de la voluntad en el voluntariado. Ya que, muchas veces, en el
decir mismo de los integrantes de la Asociación Civil, la
voluntad sola no alcanza. Hacen falta herramientas, organización,
aprendizaje, dado que las tareas que llevan
a cabo se realizan en un contexto de precariedad y vulnerabilización
social, lo que los confronta con una compleja
trama en la que transcurre la vida de las personas,
muchas veces en una situación de desamparo.
Y ante la cual, frecuentemente, no es suficiente con el
saber-hacer práctico que han ido generando y construyendo
para las clases de apoyo y los talleres de oficio.
Tal vez sería necesa rio poder producir una lectura crítica,
situacional, deconstructiva de las dimensiones que
se encuentran en juego en el hacer comunitario, para
promover el armado de redes sociales de apoyo.
Esta necesidad es vivenciada y desarrollada también
por el equipo de psicólogos extensionistas, como parte
fundamental de sus herramientas, lo que condiciona su
despliegue en la relación con los actores comunitarios.
• Diferencias culturales: habitus
Son marcadas las diferencias culturales y de habitus
(Bourdieu, 1997) entre los distintos actores sociales, lo
que dificulta la comunicación. Por ejemplo: en las reuniones
de padres -en su gran mayoría madres- convocadas
por los "Integrantes de la Asociación Civil" que
han podido observarse. En ese tipo de dispositivo no se
encuentra un intercambio, con un ida y vuelta del diálogo,
sino una transmisión unidireccional en la que se
deja constancia de los objetivos de la tarea voluntaria: el énfasis está puesto en la finalización de los estudios
obligatorios por parte de los niños/as y adolescentes,
junto con la exigencia de acompañamiento a los familiares
para cumplir esa meta.
Resta preguntarse de qué forma recepcionan este pedido
los familiares, habida cuenta de que, en múltiples
casos, la madre y los abuelos han sido o aún son analfabetos
y los únicos que están pudiendo acceder a la
escolarización son los jóvenes. En otras familias, en
cambio, los adultos han comenzado también su escolarización.
Por muchos motivos, entre ellos la falta de práctica y
experiencia para exponer sus situaciones en grupo, las
madres permanecen en silencio en las reuniones grupales.
La situación cambia cuando tienen que hablar con
uno de los/as voluntarios/as-profes en particular, encontrando
allí mayor espacio para ser escuchadas y expresar
sus situaciones vitales o preocupaciones.
A modo de cierre
En este artículo, luego de presentar los lineamientos
generales del plan de beca de Maestría, se profundizó en algunos aspectos teóricos haciendo foco en las prácticas
sociales de los agentes externos-voluntarios. A la
vez, se ha intentado describir la las particularidades que
presenta la práctica específica del grupo entrevistado.
En el desarrollo del plan propuesto han surgido interrogantes
que se han podido disipar y abordar, y otros han
quedado pendientes.
En este artículo se ha hecho foco principalmente en el
campo del voluntariado, a través de los relatos de algunos
de sus protagonistas. Desde los aportes teóricos al
respecto, se destaca que existen en la actualidad un
conjunto de prácticas diversas, que pueden agruparse
dentro de esta categoría, dependiendo de la definición
que se adopte al respecto. La práctica del voluntariado
es comprendida, por una parte, como el resultado de la
acción conjunta de quienes se han agrupado fundamentalmente
en momentos de marcada crisis social y económica,
destinando parte de su tiempo a desarrollar una
labor solidaria en beneficio de quienes han sido más
perjudicados por esta situación.
Además, a partir de los contactos realizados en Barrio
Zavaleta, aparece la práctica voluntaria constituyendo
un entramado en el que confluyen diversas dimensiones
-culturales, sociales, políticas, familiares- que atraviesan
la vida de las personas, y en el que se despliegan
distintos grados de conflictividad, muchas veces no
problematizada por quienes allí interactúan. Respecto
del grupo de integrantes de la Asociación Civil con los
que se ha trabajado, podemos mencionar que constituyen
un grupo en búsqueda de nuevos recursos y herramientas,
que a lo largo de estos 8 años de labor han
podido generar saberes prácticos respecto de los talleres
que desarrollan con niños, niñas y adolescentes y producir modificaciones en su modalidad organizativa,
en tensión entre la burocratización de la organización y
el espacio para la innovación y el acercamiento a otros
dispositivos.
Por otra parte, la tarea emprendida constituye una actividad
ligada a la búsqueda de sentido propia de los actores
involucrados en esta práctica, quienes en sus relatos
describen la vivencia de realización personal o su
búsqueda en el desarrollo de sus tareas, factor clave
que incide promoviendo la continuidad de los proyectos
desarrollados.
Por otra parte, es de destacar la importancia de lo afectivo
puesto en juego en el desarrollo de esta labor por
parte de los voluntarios/as, quienes se involucran a nivel
personal con los niños y niñas.
En relación al proyecto de maestría presentado, resta
dar continuidad a una serie de objetivos propuestos en
el plan de beca, como la profundización de la distinción
entre las necesidades de los dos grupos que interactúan
en Zavaleta, el análisis de convergencias y divergencias
entre necesidades; prácticas, discursos y expectativas
de uno y otro grupo y la elucidación de los
obstáculos aparecidos recientemente en cuanto a la
posibilidad de realizar un trabajo de investigación participativa
con los integrantes del voluntariado.
Por otro lado, se señala la importancia de la disposición
y apertura al debate para integrar nuevos interrogantes
acerca de estas prácticas sociales contemporáneas.
Notas
1 De modo sintético, podría describirse como una necesidad de poder contar con herramientas psicológicas que contribuyan a hacer más efectiva su tarea, obtener recursos que resulten útiles para la comunidad, especialmente para niños, niñas y adolescentes y, por otro lado, contribuir a la construcción de un modelo de trabajo conjunto con comunidades precarizadas. Los y las voluntarias tienen una representación social difusa acerca de los miembros de la cátedra y del equipo de extensión, como profesionales que tienen otros intereses, a los que llaman "sociales", y que irían más allá de la clínica privada en el consultorio.
2 Se entiende por Extensión Universitaria el trabajo que se realiza desde las cátedras universitarias con el fin de brindar servicios de distinto tipo al conjunto de la sociedad, atendiendo los principales problemas sociales detectados. Es la actividad de mayor intercambio entre Universidad y sociedad. En particular, en la cátedra Psicología Social II, un grupo de docentes y estudiantes participan del proyecto de Extensión Universitaria que atiende a comunidades desfavorecidas, puntualmente a algún sector de la población del barrio Zavaleta.
3 Se trata de un conjunto de 252 viviendas que no son suficientes para resolver el tema del conjunto de las familias y que se otorgaron recientemente, a discrecionalidad, luego de 40 años de demora. Por lo tanto, mientras algunos grupos tuvieron que permanecer en el asentamiento, otros se mudaron a los nuevos departamentos. Para más información pueden consultarse los detallados y excelentes Informes de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: http://www.defensoria.org.ar/
4 Si fuera posible suponer que alguna actividad pueda considerarse carente de "intereses". Obviamente, la expresión refiere a la falta de retribución económica, aunque este mismo supuesto no puede hacerse extensivo a todos los casos de voluntariado, ni al conjunto de las personas que forman parte de tales grupos.
5 El taller contó con la coordinación de dos especialistas en el tema, invitadas para tal fin: las psicólogas Isabel Gens y Hebe Bancalari.
6 El análisis de este caso merecería todo un artículo. Las comillas indican que no es posible aún valorar el tipo de respuesta que se encontró a modo de resolución. No obstante, a partir de ello fue diluyéndose como nexo entre uno y otro equipo de agentes externos.
7 Entrevista individual realizada el 22/11/08
8 Entrevista grupal realizada el 01/01/09
9 Entrevista grupal. Subgrupo de "profes" de adolescentes varones, realizada el día 20/11/07
Referencias bibliográficas
1. Bettoni, A. & Cruz, A. (2002, julio), Voluntariado en América del Sur. Perfiles, impacto y desafíos. Ponencia presentada en: Sociedad internacional de Investigación del Tercer Sector. Ciudad del Cabo. Sudáfrica. [ Links ]
2. Berger, P. & Luckmann, T. 2(1968) La construcción social de la realidad. Madrid: Amorrortu. [ Links ]
3. Bourdieu, P. (1991). El sentido práctico. Madrid: Taurus. [ Links ]
4. Bourdieu, P. (1997) Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción. Barcelona: Anagrama. [ Links ]
5. Chartier, R. (1996). Escribir las prácticas. Foucault, de Certeau, Marin. Buenos Aires: Manantial. [ Links ]
6. Cilley, C. y Hermelo R. Informe TNS Gallup Argentina. Recuperado de:http://www.deres.org.uy/home/descargas/investigaciones/INFORME_GALLUP_%20de_VOLUNTARIADO_en_Argentina.pdf el 20 de marzo de 2009. [ Links ]
7. Dussel, E. (1998). Ética de la liberación en la edad de la globalización y la exclusión. Madrid: Trotta [ Links ]
8. Farías, L. (2008). La comunidad en carne propia. Caracas: Universidad Central de Venezuela. Vicerrectorado Académico. [ Links ]
9. Glaser, B. (1999). The Future of Grounded Theory. Qualitative Health Research, 6, 836-845. [ Links ]
10. Iñiguez-Rueda, L. (2003). Análisis del discurso. Manual para las Ciencias Sociales. Barcelona: UOC. [ Links ]
11. Krippendorff, K. (1990). Metodología del análisis de contenido. Teoría y práctica. Barcelona: Paidós. [ Links ]
12. Montero, M. (2003). Teoría y Práctica de la Psicología Comunitaria. La tensión entre comunidad y sociedad. Buenos Aires: Paidós. [ Links ]
13. Montero, M. (2004). Introducción a la Psicología comunitaria. Desarrollo, conceptos y procesos. Buenos Aires: Paidós. [ Links ]
14. Montero, M. (2006). Hacer para transformar. El método en psicología social comunitaria. Buenos Aires: Paidós. [ Links ]
15. Robertazzi, M. (2005). Las representaciones sociales de los psicólogos y las psicólogas acerca de su práctica profesional. Una perspectiva histórica. En M. Robertazzi (comp.), Aproximaciones teórico-prácticas a la Psicología (pp. 96-117). Buenos Aires: Proyecto Editorial. [ Links ]
16. Robertazzi, M. (2006). Psicogía Social Latinoamericana: una respuesta neoparadigmática. Ficha de cátedra. Recuperado de http://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/ informacion_adicional/obligatorias/036_psicologia_social2/bibliografia.html, el 1 de marzo de 2009. [ Links ]
17. Quintal de Freitas, M. (1994). Prácticas en comunidad y psicología comunitaria. En M. Montero (coord.), Psicología Social Comunitaria (pp. 139-166). México: Universidad de Guadalajara. [ Links ]
18. Shaw de Critto, S. & Karl, I. (1998). Voluntariado. Una forma de hacer y de ser. Buenos Aires: Ciccus. [ Links ]
19. Serrano-García, I. & Rosario-Collazo, W. (coords.). (1992). Contribuciones puertorriqueñas a la psicología social comunitaria. San Juan de Puerto Rico: EDUPR. [ Links ]
20. Taylor, S. & Bogdan, R. (1984). Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Barcelona: Paidós. [ Links ]
21. Thompson, A. (comp). (1995) Público y Privado. Las organizaciones sin fines de lucro en la Argentina. Buenos Aires: UNICEF-Losada [ Links ]
22. Zibechi, R. (2009). Entrevista. Recuperado de http://yabastanapoli.blogspot.com/2009/02/intervista-raul-zibechi, el 2 de marzo de 2009 [ Links ]
Fecha de recepción: 25 de marzo de 2009
Fecha de aceptación: 2 de octubre de 2009