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Anuario de investigaciones
versão On-line ISSN 1851-1686
Anu. investig. v.16 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jan./dez. 2009
PSICOLOGÍA SOCIAL, POLÍTICA Y COMUNITARIA
La representación social de la vida cotidiana en jóvenes: naturalización y cambio
Social representation of daily life: naturalization and change
Seidmann, Susana1; Bail Pupko, Vera2; Azzollini, Susana3; Thomé, Sandra4; Di Iorio, Jorgelina5
1 Seidmann, Susana; Dra. en Psicología, Prof. Titular Regular de Psicología Social Cat. I.(Fac. de Psicología, UBA); Directora de la Maestría
en Psicología Social Comunitaria (UBA); Directora del proyecto UBACyT P051. E-mail: susiseidmann@yahoo.com.ar
2 Bail Pupko, Vera; Psicólogo, Prof. Adjunta interina de Psicología Social Cat.1 (Fac. de Psicología, UBA).
3 Azzollini, Susana; Dra. en Psicología, Investigadora Adjunta del Conicet,
4 Thomé, Sandra; Lic. en Pedagogía, Maestranda en Psicología Social Comunitaria (UBA). Ayudante de primera interina de Psicología Social
Cat. I (Fac. de Psicología, UBA).
5 Di Iorio, Jorgelina: Doctoranda en Psicología (UBA) Becaria de investigación – Conicet. Ayudante de primera interina de Psicología Social Cat
1 (Fac. de Psicología, UBA).
Resumen
Se realizó una investigación exploratoria - Proyecto
UBACyT- con el objetivo de describir la representación
social de la vida cotidiana que construyen jóvenes de
entre 20 y 30 años, de distintos niveles socio-económicos.
Combina un abordaje procesual (Jodelet, 1984,
2006; Moscovici,1961, 1984, 2001; Banchs, 2000) y
otro estructural (Abric, 1994) de las representaciones
sociales.
En el presente trabajo se presentan resultados preliminares.
Se realizaron entrevistas en profundidad, luego
analizadas a partir de identificar cómo y qué es lo que
los participantes relatan como vida cotidiana. Se construyeron
categorías emergentes que se articularon con
dimensiones de conceptualizaciones teóricas sobre vida
cotidiana.
Los datos evidencian como la themata adentro/afuera
aparece con mayor relevancia, expandiéndose en otros
pares antitéticos: familiar/novedoso, previsible/no previsible,
otros significativos/coro, bienestar/malestar y público/
privado. En términos de objetivación y anclaje, la "Casa" y el "Trabajo" aparecen respectivamente como
imágenes que concretizan y anclan dicha representación
social.
Palabras claves: Representación social; Vida cotidiana; Themata
Abstract
An exploratory research was carried on - UBACYT
project - with the aim of describing daily life social representations
which young people, in ages between 20 and
30 years old, of different socio-economical levels construct.
A combinated study is performed between the
procesual (Jodelet, 1984, 2006; Moscovici, 1961, 1984,
2001; Banchs, 2000) and the structural (Abric, 1994) approaches
in social representations.
In this paper there is a presentation of preliminary results.
There were fulfilled interviews which were analized
in order to identify what and how the participants
report as their daily life. Emergent categories were constructed
and related to the theoretical dimensions about
daily life.
The data show that the themata inside/outside is relevant
and expands itself to other oppositions: familiar/new, forseen/unforseen, other significants/choir, wellbeing/malaise and public/private. In terms of objectivation
and anchorage, "house" and "work" show up to be
figures that make the social representation concrete and
anchored.
Key words: Daily life; Social representation; Themata
I. Introducción
La vida cotidiana proporciona una imagen de la reproducción
de la sociedad respectiva, de la dinámica de las
relaciones sociales que llevan a la configuración de los
estratos de la sociedad. La cotidianeidad es el conjunto
de secuencias preestablecidas que constituye aquello
que permite a las personas definir, comprender y actuar
en su medio. En ella se entrelazan lo objetivo y lo subjetivo,
de tal manera que el perfil de los hechos sociales
es siempre una exteriorización de alguna subjetividad
histórica y cultural depositada en elementos externos, a
partir de procesos inherentes a la misma construcción
de la realidad.
Heller (1998), Lefebvre (1991), Netto y Carvalho (1986)
y Machado Pais (2001) consideran que es necesario
estudiar los condicionamientos sociales que se producen
y reproducen en una sociedad, para contribuir a la
desnaturalización de los mecanismos de dominación y
a su transformación. De hecho, para Heller (1998), las
grandes perturbaciones que se verifican en el conjunto
social, provienen de los conflictos de la vida cotidiana;
sin embargo, los cambios no derivan nunca de una persona
particular, sino de "una simultánea pluralidad de
particulares" (p.97).
Esta autora, desde una perspectiva estructural, señala
que "para que los miembros singulares de una sociedad
puedan reproducir la propia sociedad, es preciso que se
reproduzcan a sí mismos en tanto que individuos. La
vida cotidiana es el conjunto de las actividades que caracterizan
las reproducciones particulares creadoras de
la posibilidad global y permanente de la reproducción
social" (p. 9).
Desde una perspectiva centrada en la construcción significativa
del mundo social, Berger y Luckmann (1967)
sostienen que "la vida cotidiana se presenta como una
realidad interpretada por los hombres y que para ellos
tiene el significado subjetivo de un mundo coherente" (p. 36). Esta realidad es compartida y está constituida
por objetos que ya han sido designados como tales antes
de la experiencia individual. Por su parte, y desde
una perspectiva procesual, Jodelet (2006) aborda esa
experiencia vivida como la manera en que las personas
sienten una situación y el modo en que elaboran las resonancias
positivas y/o negativas de la misma y las relaciones
que se despliegan en ella. Esto se realiza a
partir de un trabajo psíquico y cognitivo. En su doble
dimensión, la experiencia se define como la vivencia, en
el sentido de lo emocional y lo identitario. También se
define como cognición, en el sentido de favorecer una
experimentación del mundo y sobre el mundo, contribuyendo
a la construcción de la realidad de acuerdo a categorías
socialmente elaboradas.
Jodelet (2008), elabora un esquema que delimita las
esferas o universos de pertenencia de las representaciones
sociales y permite tender puentes con la perspectiva
estructural. De acuerdo a su génesis y sus funciones,"las representaciones sociales se pueden relacionar
con tres esferas de pertenencia: la de la subjetividad, la
de la intersubjetividad y la de la transubjetividad (...) Los
diferentes aspectos de la vida cotidiana se desarrollan en
un contexto de interacción y de inscripción. La noción
de inscripción subsume dos tipos de procesos cuya importancia
es variable según la naturaleza de los objetos
y de los contextos considerados. Por una parte, la participación
en una red de interacciones con otros a través
de la comunicación social - modelo de la triangulación
ego-alter-objeto propuesto por Moscovici (1984). Por
otra parte, la pertenencia social, definida en diferentes
niveles: el del lugar en la estructura social y de la posición
en las relaciones sociales, el de la inserción en
grupos sociales y culturales que definen la identidad, y
el del contexto de vida en el que se desarrollan las interacciones" (p. 38).
En este sentido, la participación en una red de interacciones
con otros corresponde a lo que se definió como
cotidianeidad, mientras que la pertenencia social está vinculada a la vida cotidiana entendida como resultado
estructural.
La cotidianeidad tiene dos ámbitos: el de rutinas, que
permiten que la vida sea predecible y que se desarrolle
con el menor conflicto posible, brindando seguridad y
tranquilidad y; el ámbito de los problemas, que requiere
un mayor esfuerzo de resolución, incorporando conocimientos
que luego se transforman en nuevas rutinas.
Emiliani (2007) al analizar rutinas, rituales, costumbres
y reglas en adolescentes italianos, presenta a la vida
cotidiana como una realidad organizada en acciones
que, pese a contener oposiciones, tiende a reproducirse
y consolidarse como estable.
Lo cotidiano es una esfera de realidad que contiene
opuestos: lo totalmente familiar para enfrentar el misterio,
seguramente privado pero compartido con los otros,
y lo totalmente previsible para enfrentar lo imprevisto
(Emiliani, 2007). Se expresan allí las relaciones de poder
desiguales, el conflicto de intereses y los valores
vigentes de cada época, aspectos que también están
presentes en el trabajo constante de construcción y reconstrucción
de las representaciones sociales.
Esta tensión entre lo familiar y lo novedoso o imprevisto
se hace presente en las situaciones de crisis. La crisis
marca la ruptura de un equilibrio. Se trata justamente de
un evento para el cual las respuestas que hasta ese
momento eran adaptativas, dejan de serlo. En una investigación
acerca de la representación social de la crisis
social en jóvenes, éstos se referían a esos momentos
caracterizándolos como de grandes cambios, como
hitos en el devenir de la vida cotidiana. Las situaciones
de crisis son vividas como sucesos de valoración negativa
que irrumpen en lo que se considera habitual, generando
la implementación de diversas estrategias de
afrontamiento (Seidmann et. al., 2006, 2007). Pero las
crisis no son eternas, y terminan cuando se vuelve a instaurar un equilibrio, o en términos del anclaje de las
representaciones sociales, se produce un reordenamiento
de lo familiar, en el que el contexto social aparece
como un elemento activo en esa reestructuración,
ejerciendo presión y pudiendo ser provocador de cambios
(Arruda, 1999).
El modo en que los jóv enes perciben y definen su cotidianeidad
es una construcción social colectiva, por lo
que se puede abordar en términos de representaciones
sociales. Éstas son un tipo de pensamiento social que
conforma sistemas de valores, ideas y prácticas compartidos
intersubjetivamente, y se configuran a través
de los procesos de objetivación, anclaje y thematización (Moscovici, 1961; Jodelet, 2002; Marková, 2003; Abric,
1994). El carácter concreto, que resulta dominante en lo
cotidiano, es producido por la objetivación, que tiene
lugar a través de la rutinización, la ritualización y la reglamentación;
en tanto que el anclaje sirve para volver
familiar y compartido el conocimiento del sentido común.
En investigaciones sobre la vida cotidiana en jóvenes,
se registran estudios centrados en diferentes dimensiones
de la misma: trabajo, (Míguélez & Torns, 1998; Olivera
et. al, 2006), salud (Reis, 2004), escolaridad (Sepúlveda,
2004; Olivera et. al, 2005), sexualidad (Scardua,
et. al., 2006), violencia (Peres, 2001; González et. al.,
2002), uso de sustancias psicoactivas (Ramognini, et.
al., 1998; Intercambios Asociación Civil, 2004), justicia
(Shimizu & Menin, 2004), proyecto de vida (Nascimento,
2002, 2006). Estas dimensiones vinculan las construcciones
sociales de los jóvenes sobre aspectos de su
vida y los condicionamientos que pesan en su calidad
de vida y en sus proyectos futuros.
II. Objetivo
El presente estudio se enmarca en un proyecto de investigación
UBACyT que tiene como objetivo explorar y
describir la representación social de la vida cotidiana
que construyen jóvenes de entre 20 y 30 años, de distintos
niveles socio-económicos, para contribuir a la desnaturalización
de los mecanismos de dominación y a su
transformación.
II. Metodología
Tipo de estudio: Cualitativo de diseño exploratorio.
Participantes: jóvenes de ambos sexos, residentes en la
Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires, cuyas
edades oscilan entre 20 y 30 años.
Muestreo: teórico.
Tamaño de la muestra: 10 jóvenes. En el presente artículo
se presentan resultados preliminares, el número
definitivo de la muestra se determinará por el criterio de
saturación de la información.
Fuentes y técnicas de recolección de datos: Se realizaron
entrevistas en profundidad, teniendo los siguientes
aspectos como ejes de indagación: estudio, trabajo, recreación
y tiempo libre, grupo de pares, familia, distancia
entre proyecto de vida y posibilidad de realización,
valores y autoestima.
Análisis de datos: Se realizó un análisis cualitativo de
los datos a partir de la utilización de categorías emergentes
y del establecimiento de relaciones entre ellas, y
con conceptualizaciones teóricas sobre vida cotidiana.
Se recurrió al soporte técnico del software Atlas.ti para
la sistematización y codificación de los datos.
Es importante mencionar que, si bien se parte del supuesto
teórico y metodológico sobre la existencia de
condiciones sociales, históricas, culturales, económicas
y políticas diferentes para cada uno de los grupos que
conforman la muestra de participantes1, en esta primera
etapa de análisis, se interpretó el material de las entrevistas
a partir de identificar en las narraciones cómo y
qué es lo que los participantes relatan como vida cotidiana.
Se construyeron categorías emergentes del discurso
de los participantes, que se articularon con dimensiones
constitutivas de las representaciones sociales de
la cotidianeidad: temporal, espacial, afectiva e interpersonal,
tal como se enumera en el siguiente cuadro.
III. Resultados
El mundo del sentido común es la escena de la acción
social, el mundo del desempeño cotidiano. En él, las
personas entran en mutua relación y tratan de entenderse
unos con otros, así como consigo mismos. Identidad
y alteridad se interponen en la negociación intersubjetiva
del mundo objetivo, como producto de la comunicación.
De acuerdo con esto, en los relatos de los y las
participantes, al referirse a su cotidianeidad, se despliegan
categorías que aluden a la complejidad de este
entramado:
I.- Dimensión temporal:
Secuencialidad: Corresponde al registro sobre las acciones
secuenciales bien diferenciadas, que se desarrollan
en la cotidianeidad de los entrevistados y que se
ejecutan en una linealidad temporal específica, conectándose
entre sí como eslabones de una cadena, como
rutinas y rituales que organizan la vida cotidiana.
"(...) Me levanto cinco y media y voy para la agencia [remis] porque mi turno arranca desde las seis. Ahí nos encontramos con los muchachos y tomamos unos mates que siempre son cortados porque, viste, en la agencia somos pocos y por suerte hay bastante trabajo (...) tenemos jornadas de 16, 18 horas(...)Y así estamos todo el día, de viaje en viaje(...) tenés momentos tranquilos. A veces te toca un viaje un poco más largo y de vuelta si estás muy cansado hacés una siestita de 15 minutos debajo de un árbol en el parque Pereira, pero no más que esto porque como te dije hay que tener conducta, y si no estás en la agencia no sale viaje o la perdés, no trabajás(...)"(M., 27 años, hombre)
"(...) Un día de semana me levanto temprano tipo seis y media, siete.(...) me cambio, me baño, me lavo los dientes, desayuno, prendo la tele mientras desayuno, ehh...y bueno, y después me voy para el trabajo. Me tomo el colectivo, tengo más o menos una hora de viaje, o tenía una hora da viaje. Llego al trabajo, me siento en la computadora, empiezo a trabajar y a las seis de la tarde, más o menos, me voy para mi casa. Llego a mi casa y, bueno, hago las compras primero, lo que me falta. Cuando llego, cocino, lavo si tengo que lavar, si puedo dormir un ratito duermo porque llego re cansada (...) hasta que llega mi pareja, cocino, comemos, lavo los platos y voy a la cama a mirar la tele. Eso es lo que hago los días de semana. Y fines de semana, bueno, me levanto a la hora que quiero y también limpio la casa, lavo, plancho y después a la tarde o me quedo en mi casa o voy a lo de mi mamá a visitarla un rato y a la noche me vuelvo a mi casa. Y el domingo, que estamos los dos juntos, me levanto, nos levantamos, desayunamos los dos juntos, hago el desayuno para los dos y si está lindo, si es verano y está lindo, nos vamos a la pileta. Después llego, a veces cocino, a veces no cocino, nos pedimos una pizza y...nada, me voy a dormir y al otro día, bueno, a trabajar otra vez. Eso es un día normal (...)" (F., 30 años, mujer)
Planificación: En esta categoría aparece la descripción
del plan de acciones futuras que se presenta como proyección
de lo previsible.
"Trabajo desde los dieciocho".(...)"tengo un emprendimiento
con un amigo"(...)"Durante el año después del
trabajo tengo que ir a cursar y llego mucho más tarde" (...)" Ahora estamos los martes con eso de intentar aprender
a bailar salsa, que está bueno". (A. 25 años, hombre).
La realidad cotidiana está connotada, entre otras cosas,
por un plan afectivo y otro cognitivo, que se organiza
alrededor del aquí de nuestro cuerpo y del ahora de
nuestro presente. Es así que los jóvenes relatan sus
hábitos, las acciones que se repiten y los organizan.
Incluso los espacios de divertimento, son repetitivos. Se
mencionan también eventos negativos que provocaron
el quiebre de la cotidianeidad.
"Tengo un montón de amigos que tienen veintiocho,
veintinueve, capaz treinta, treinta y dos y viven con los
padres y nada les preocupa. Algunos dejaron de estudiar,
y estamos hablando de clase media o tal vez media
alta, no que digamos que viven en una situación de riesgo,
una situación, no sé, marginal, por eso no tienen tal
vez estas ganas de progreso o descreen de ello. No, es
gente como cualquiera de nosotros que realmente parece
que nada les..."
"por lo menos antes, pensaba que era una edad en la
que, no te digo que tenías la vida resuelta, pero por lo
menos estabas, ya ¿entendés?, instalado y medianamente
habías conseguido un progreso o habías conseguido
algo y tenías una carrera y ta, por lo menos pensando
en formar una familia, no te digo que tenés que
tener diez hijos a esa edad, pero pensando por lo menos
en algo y hoy en día no lo veo. No lo veo ni en el hombre
ni en la mujer tampoco, que antes parecía, por lo menos
uno pensaba que la mujer, no sé, llegaba a los treinta y
medianamente o tenía un hijo o estaba como desesperada
por tenerlo y hoy tengo amigas que tienen treinta,
treinta y tres o más y tampoco tienen apuro ni por tener
hijos ni nada. Es como que fue cambiando mucho eso,
eso me llama la atención de la gente de esta franja de
edad que estamos viendo" (A, 25 años, hombre).
"Me gustaría también, cuando tenga más práctica llevar un currículum a un canal de televisión y ser maquilladora de un canal, me gustaría" (...) "Y ahora estamos buscando un bebé, hace bastante ya, pero bueno, todavía no se dio la oportunidad, así que bueno, seguiremos en la búsqueda" (F, 30 años, mujer).
"Terminar el secundario, luego voy a hacer algo más" (...)"Estamos juntando para hacernos la casa" (N, 24
años, mujer).
Predominio del presente: En algunos casos, aparece un
predominio del tiempo presente, registrándose dificultades
para posicionarse con una mirada prospectiva. Lo
proyectado coincide con las rutinas cotidianas actuales.
"(...) La verdad es que no me imagino mucho con treinta años. Voy a estar un poco más gorda, tal vez, pero no importa porque voy a estar practicando deportes todos los días, voy a estar en buen estado. Ojalá mis amigas sigan siendo las mismas, algunas ya van a estar casadas y con hijos, va a haber más ruido cuando nos juntemos, qué sé yo, cualquier pavada estoy diciendo porque la verdad que no tengo la más pálida idea, es como que nunca paro para pensar así, para mí todo es hoy, no llego a pensar ni en la próxima semana, no me gusta hacer planes para nada (...)" (J., 20 años, mujer)
"Yo tengo una vida tranqui, tengo mi casita, la nena es sana, tengo trabajo, no sé, me gustaría tener más plata para terminar mi casa, hacer una piletita en el jardín porque hay espacio en el terreno, pero, ¿viste como son estas cosas? Una cosa y otra cosa y cuando te das cuenta cada vez necesitas más plata para más cosas y ahí sonaste porque no salís más de esto y te pones a trabajar como un loco para pagar las cuentas, los números no te cierran, te enfermás. No sé, me gustaría tener más plata con lo que ya trabajo, no trabajando más. Y bueno, no hay nadie que no quiera ganar más plata". (M, 27 años, hombre).
"Yo no cambio más, siempre fui así, y sólo no te rescatas, alguien te tiene que ayudar a cambiar" (A., 23 años, hombre).
"Ay, Ud me asusta con esta pregunta, no tengo la más mínima idea, para nada, nunca paré para pensar en esto, a ver (pausa prolongada). Bueno, seguro que no voy a estar trabajando acá, voy a tener un trabajo mejor, que no termine el día con las manos sucias de aceite todo el tiempo, con olor a gas, con la panza que me duele de tanto comer galletitas de grasa todo el día, a ver, no sé, qué difícil. Me imagino que voy a estar viviendo todavía con mis padres, mis hermanos van a estar más grandes, así que vamos a poder hacer más cosas juntos, por ahí si algunos de ellos ya trabajan, vamos a tener todos más plata. Con un trabajo mejor voy a estar más arreglada, no voy a usar uniforme" (J., 20 años, mujer)
En estos fragmentos se observa la ausencia de un proyecto futuro. No aparece en los discursos un plan cognitivo de acción sino una sucesión de imágenes que replican y dan continuidad a la situación actual con escasas modificaciones.
Ruptura de la continuidad: Los y las participantes registran un tiempo anterior, en el que las rutinas, los rituales y las reglas que constituían su cotidianeidad eran diferentes.
"(...) yo hace 16 años que estoy en la calle. Estuve en el San Martín y en un par de institutos más, pero me rajé. Caí preso un par de veces, pero después salí (...)" (A., 23 años, hombre)
" (...) Ay por Dios, que cagada, hace cuanto que no me viene? Te lo juro que me agarró un pánico total, un desastre, qué sé yo, viste cuándo no sabés qué hacer, que te agarra una desesperación total, pero mal, re contra mal. Entonces yo no sabía si hablaba con Juan, no sabía qué hacer (...) Si esto ya es todo un "bolonqui" completo, marido, bebé, casa, todo en menos de un año, un despelote, yo me lo recontra banco, pero (...)" (D., 20 años, mujer)
"(...) Y...en realidad no estoy haciendo nada. Estoy en mi casa, hago las cosas de la casa...estoy de ama de casa, digamos. Ya no tengo más nada para hacer porque está limpia la casa, tengo todo limpio, tengo la ropa limpia, tengo la ropa planchada, digamos como que nada. (¿Cuánto hace que estás esperando?) Y, hace un mes ya. Un mes y una semana hará. No hace mucho, pero igual, a la espera, a ver qué pasa (...)" (F, 30 años, mujer)
"(...) Es que mi papá toda la vida trabajó en Taranto, ¿sabés?, pero en noviembre lo echaron porque echaron a un montón de gente de acá de Villa Elisa, nadie se lo esperaba, un bajón (...) se puso re mal pobre, porque somos un montón y mi mamá trabaja en casa de familia, pero mis hermanos son chicos, se nos complica mucho, y, qué sé yo, las cosas se ponen difíciles, ¿me explico?(...)" (J., 20 años, mujer)
"(...) cuando nos vinimos para Buenos Aires desde Misiones, que mi papá se había quedado sin trabajo. Yo era chica, pero me acuerdo (...)" (N. 24 años, mujer)
[en referencia a su pareja] "(...) siempre tenía un pero. Entonces llega un punto en que me cansé. Y ahí bueno, se terminó, ya definitivamente (...)" (F., 30 años, mujer)
"(...) Nosotros vivíamos en Ranchos, en otro campo, pero después mi mamá se murió y mi papá tenía mucho disgusto y no quería más seguir por allá, entonces le dijeron que acá necesitaban un administrador y nos venimos los dos para acá. Dejamos allá y nos mudamos para acá. Hace como, no sé, unos siete años más o menos, debe ser más o menos eso (...)" (P. 20 años, hombre)
Estos fragmentos dan cuenta de la irrupción de ciertos acontecimientos, que pueden involucrar a los jóvenes directamente -migraciones, embarazo, pérdida de trabajo, encierro, divorcio- o indirectamente -divorcio de los padres, crisis económica-, y que genera cambios en lo que consideraban habitual. Estas modificaciones, o posibles respuestas, parten de los conocimientos de sentido común. Cabe destacar que las crisis mencionadas coinciden con los resultados obtenidos en una investigación previa (UBACyT 2004-2007) al indagar a este grupo etáreo, evidenciándose que la crisis y lo habitual son, respectivamente, lo imprevisible y lo previsible en el continuum de la cotidianeidad.
II.- Dimensión espacial
Circulación: Corresponde a las referencias de los entrevistados
a distintos ámbitos en los que se desarrollan
sus prácticas habituales.
"(...) Cuando me toca [refiriéndose al franco] que coincide, yo salgo con mis amigas, nos vamos en bici por el Camino Centenario hasta el Parque Pereira, o entonces nos vamos a La Plata en bici y volvemos en tren, armamos algo como para pasarla bien, con tanto calor. También tengo amigas en Seguí, así que nos juntamos por allá, una de ellas tiene una "pelopincho" en el terreno, así que nos tiramos a jugar en el agua, buenísimo (...)" (J., 20 años, mujer)
"(...)(con la pareja) a la pileta vamos los domingos a Parque Norte, que es donde nos conocimos. Algún fin de semana también voy a lo de mi suegra a comer un asado con él, estar en familia...También vamos a mi casa, con mi familia (...) me gusta lo que estoy estudiando, maquillaje me encanta. Me gusta mucho salir, pasear. Viajar me gusta pero bueno, no tengo la plata así que viajar mucho no puedo. Acá cerca sí, a Santa Teresita, Rosario (...)" (F., 30 años, mujer)
"(...) Trato de, los fines de semana, o salir con amigos, (...) suelo ir a un bar bien de viejos a tomar un café, o al cine, o al teatro (...) me gusta mucho ir a recitales (...)" (C., 21 años, hombre)
"(...) ir al trabajo, algunos días voy al kinesiólogo (...) si estoy acá en casa me alquilo alguna película(...)si tengo un poco más de tiempo salgo a correr y si no intento estar con mis amigos y ese tipo de cosas o ver un poco a la familia, también... (A., 25 años, hombre)
Si bien en las entrevistas figuran distintos lugares por
donde circulan los participantes, y donde se desarrollan
las diferentes actividades y ocupaciones que forman
parte de su cotidianeidad, toman relevancia el Trabajo y
la Familia.
Los participantes circulan entre el espacio público y el
privado, sin mencionar explícitamente la transición entre
uno y otro. El espacio público es mencionado explícitamente
por quienes hacen de la calle su lugar de
trabajo habitual o su hábitat:
" (...) vos sos nueva, ponele, y nadie te conoce, entonces yo si soy bueno, te digo quien es quien en la calle, por donde andas, con quien podes contar. Te digo quien es violín (violador), quien es pito duro (qué te va a sacar la mina), quién es rastrero, que no es lo mismo que quien te roba (...)" (A. 23 años, hombre)
"(...) antes era chofer de camión, esto sí era lindo, salir a la ruta (...) Porque la ruta es buena, la extraño, es más tranquila, dependiendo de los viajes que hagamos hay algunos buenos y otros que odio, no quiero ir a la ciudad, Si bien el viaje es más largo ahí adentro están todos locos, a mí dejáme acá afuera, en el barrio, es más tranquilo. A mí dejáme la libertad, dejáme hacer kilómetros. ¿Sabe lo que es estar todo el día adentro de un taller, encerrado, sin poder moverte? (...)" (M. 27 años, hombre)
III.- Dimensión interpersonal
El entorno social (el "coro", (Berger y Luckmann, 1967)):
Incluye a las otras personas con las que los jóvenes interactúan
habitualmente.
"(...) Pero también te digo que es bueno porque conocés a todo el barrio, hay clientes fijos, otros nuevos, y te vas enterando de un montón de cosas. Siempre hay un tema de charlar, unos más interesantes, otros para pasar un rato, y así vas conociendo vida y obra de todo el barrio(...)" (M., 27 años, hombre).
"(...) Sí, están los chicos que también trabajan por ahí, nos juntamos a jugar, hacemos trenzas con tientos, competencias de carreras entre nosotros, estas cosas, es bueno (...)" (P., 20 años, hombre).
Surgen las personas incluidas en las relaciones cotidianas, anclando, de este modo, la cotidianeidad en las experiencias grupales relevantes.
Predominio de lo familiar, los "otros significativos": Las
relaciones más significativas son las familiares, entre
cuyas figuras se destaca la madre.
"(...) me llevo re bien con mi hermano pero no hablo de
todo con él. O sea, cuando él está mal o yo estoy mal sí,
bueno, nos hablamos, tratamos de contenernos, de estar
(...)" (F., 30 años, mujer)
"(...) tengo 9 hermanos, a algunos los veo. (...) A mi vieja la veo más seguido, ella me dijo que me quede con ella, pero yo no quiero. Somos como toda familia (...)" (A, 23 años, hombre)
"(...) Volvimos porque la mamá de él lo extrañaba mucho. Lo convenció a él de volverse. Yo accedí también, yo accedí a volver, pero no cerramos la verdulería porque nos iba mal, no, nos iba re bien pero la mamá de él insistía tanto de "ay, que los extraño, que " por qué no vuelven, se ponen algo acá, están cerca de nosotros, de la familia" bla, bla, bla y bueh (...)" (F, 30 años, mujer)
"(...) a veces con mi marido limpiar la casa, (...) Porque yo como limpio los sábados, lo que me queda del sábado para el domingo él me ayuda, me da una mano en algunas cosas. No en todas porque a los hombres mucho no les gusta hacer las cosas de la casa, pero sí, me da una mano. Él por ejemplo, a la mañana, los días de semana yo me levanto antes que él, entonces él, como se levanta mas tarde, deja la cama hecha, deja todo más o menos ordenado. Y después algún domingo, si me queda algo por limpiar lo hace él y me da una mano. Eso, así en conjunto con él, digamos. Después con otra persona no (...)" (F., 30 años, mujer)
IV.- Dimensión afectiva
Bienestar: Hace referencia a sentimientos positivos asociados
a las rutinas cotidianas.
"(...) En realidad yo pensaba seguir viviendo con mi
madre y hacer otro tipo de cosas con el dinero, como
cambiar el auto que tenía en ese momento y demás. No
pensaba en irme, o sea, en separarnos, pero se dio esto
de que finalizaba el contrato donde estábamos nosotros,
la dueña no iba a renovar, teníamos que ir a alquilar
un lugar a un precio mucho mayor, por lo cual yo
durante dos años no me iba a poder ir porque no podía
dejar a mi madre con el gasto y demás (...)" (A. 25 años,
hombre).
"(...) Con mi mamá es...Vamos a empezar por la más fácil. Con mi hermana es muy buena. Siempre cuando era niño estaba ahí, me llevaba a pasear un montón" (...)" (C. 21 años, hombre).
"(...) No, con mi mamá es con la que más hablo de todo. Con mi papá hablo, sí, pero con mi mamá somos muy amigas. Somos muy compañeras y nos contamos todo, nos hablamos todo, así que en ese sentido somos bastante amigas, por suerte. Y después con mi hermano hablo, sí, pero no hablo como con mi mamá(...)" (F. 30 años, mujer).
"(...) Todos los días en algún momento veo a mi mamá (...)" (N. 24 años, mujer)
"(...) Se vendió la verdulería y así fue como decidimos volvernos. Al principio pensé que fue un error y ahora pienso que no, que todo pasa por algo en la vida y ahora estoy re feliz. Re feliz de estar con la persona que estoy, lo re amo, la verdad que nada que ver. O sea, no hay que comparar, pero uno inevitablemente ve las diferencias, es así. Así terminé. (Pausa larga)" (F, 30 años, mujer)
"(...) al aire libre, nadie me dice nada, en la calle me siento feliz. Además en lo de mi vieja está mi padastro, todo mal, se re zarpaba, nos pegaba a todos (Edora: ¿y por qué te sentís feliz en la calle?) me la rebusco como quiero, me hago valer, conozco gente que me respeta, aprendo cosas () hago lo que quiero y nadie me dice nada sobre lo que tengo que hacer (...)" (A., 23 años, hombre)
"(...) A mí dejáme la libertad, dejáme hacer quilómetros. (en referencia a su actual trabajo como remisero) ¿Sabe lo que es estar todo el día adentro de un taller, encerrado, sin poder moverte? ¿Ir cómo mucho a la rotisería comprar una gaseosa o un quilo de yerba? Ni loco! (...) (M., 27 años, hombre)
"(...)a mí me gusta mi vida, yo disfruto de las cosas que hago, me llevo bien con la gente, tengo un montón de amigos, trabajo, me divierto(...)" (J., 20 años, mujer)
"(...) Y, no sé, no pienso mucho en estas cosa, yo trato de ir viviendo todos los días y agradezco a Dios que mi papá y yo tengamos este trabajo, dónde vivir(...)me gusta la vida que tengo. Es la vida que sé(...)" (P., 20 años, hombre)
Malestar: En esta categoría aparecen las referencias a sentimientos negativos asociados a las rutinas cotidianas.
"(...) yo me despierto temprano porque agarro el laburo a las siete, así que vengo en bici y tengo como media hora para llegar. Recién cuando llego acá (se refiere a la estación de servicio) desayuno, me tomo unos mates y me como unas galletitas cuando me da, viste, porque es una hora brava, todos quieren cargar antes de arrancar el día y se llena todo. A veces voy a desayunar recién a las diez de la mañana cuando se calma un poco, che. Bueno, usted ve eso todos los días cuando viene a cargar, es un laburo que no da descanso, abre y cierra capot (¿?) todo el tiempo, no hay respiro. Si le digo Ud. no me va a creer pero hay días que estoy acá nueve, diez horas y no me da ni para comer, ni para ir al baño, tengo que pedir a algunas de las chicas que me cubra, voy corriendo y ya estoy de vuelta para que nadie se embrome, viste, porque son jodidos los tipos acá, tenés que estar ahí al pie del cañón todo el tiempo, no te podés sentar, nada (...)" (J, 20 años, mujer)
"(...) A mi viejo hace como 5 años que no lo veo. La última vez que lo ví, lo busqué por la cava y lo re boquee, "eh, gato de mierda, te fuiste a la mierda (...)" (A, 23 años, hombre)
La polarización afectiva de la cotidianeidad encuentra núcleos figurativos de la representación social en experiencias en las que se naturalizan las rutinas diarias; por ejemplo, la alegría de vivir en la calle "como quiero" (A. 23 a.) o el tener que "estar al pie del cañón todo el tiempo", aceptando así el malestar laboral como inherente al rol desempeñado (J. 20 a.).
IV. Conclusiones/discusión
Los resultados presentados pueden interpretarse, desde
la perspectiva procesual de la Teoría de las Representaciones
Sociales (Moscovici, 1961; Jodelet, 1989; Banchs, 2000), en términos de thematización, objetivación
y anclaje.
Los themata son "arquetipos de razonamiento común o
preconcepciones, establecidas durante un largo período
de tiempo, esto es, tributarias de historias retóricas y
creencias sociales que poseen el estatus de imágenes
genéricas" (Moscovici & Vignaux, 2001: 244). Como cuadros
de pensamientos y nociones que anclan sistemas
de oposición, contribuyen a la organización del pensamiento
social partiendo de la relación dialéctica existente
entre la tensión y la integración del mismo. Siguiendo
a Marková (2003), en los conocimientos del sentido común,
característicos de la cotidianeidad, se encuentran
implícitas antinomias básicas o pares en oposición, que
llegan a convertirse en representaciones sociales a partir
del proceso de thematización.
En el presente trabajo se observa cómo la themata adentro/afuera aparece con gran relevancia y se expande
a otros pares antitéticos, tales como familiar/novedoso,
previsible/no previsible, "otros significativos"/"coro",
bienestar/malestar y espacio privado/espacio público.
Estos pares opuestos conviven, mostrando cómo el
pensamiento del sentido común se caracteriza por la
heterogeneidad y por la dialogicidad: tomando desvíos,
considerando la multiplicidad de circunstancias y formando
matices de significación (Marková, 2006). En su
interior las informaciones se mezclan, se adaptan y se
reconstruyen, negociadas en los intercambios e interacciones
cotidianas.
Esa coexistencia de adentro/afuera, que se presenta
como característica de la representación social de la cotidianeidad
que construyen los jóvenes entrevistados,
pueden abordarse en términos de objetivación y anclaje.
La "Casa" y el "Trabajo" aparecen respectivamente como
elementos que concretizan el adentro y el afuera - proceso
dinámico de objetivación -, a través de secuencias
temporales donde se describe la circulación rutinaria
entre ambos y las reglas que orientan los comportamientos
en cada uno. Estas imágenes, constituyentes
del núcleo figurativo de la representación social, condensan
aspectos contradictorios que se aceptan y naturalizan,
produciéndose un sentimiento de familiaridad.
La tensión entre estos aspectos se convierte en motor
del cambio cuando se registra cierto extrañamiento de
sí mismo y de la propia existencia en lo familiar, a través
del encuentro con lo no cotidiano, en el sentido de Heller
(1998).
Asimismo, "Casa" y "Trabajo" son procesos organizadores
de la vida cotidiana que derivan de mandatos familiares
y sociales, construidos socio-históricamente. Es
así que la representación social de la vida cotidiana
construida por los jóvenes en las condiciones formales
e informales del día a día, resulta anclada en los grupos
sociales y construye el nexo entre la objetividad y la
subjetividad en los campos sociales e históricos.
Notas
1 Se hace referencia al uso del criterio "nivel socio-económico" -alto, medio, bajo- utilizado para la conformación de la muestra. También se incluyó un cuarto grupo conformado por hombres y mujeres en situación de calle.
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Fecha de recepción: 20 de marzo de 2009
Fecha de aceptación: 26 de octubre de 2009