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Boletín de la Sociedad Argentina de Botánica

versão On-line ISSN 1851-2372

Bol. Soc. Argent. Bot. vol.57 no.3 Córdoba set. 2022

http://dx.doi.org/10.31055/1851.2372.v57.n2.36650 

10.31055/1851.2372.v57.n2.36650

Articulos

Las plantas de las “Observaciones Fitológicas...” de Gaspar Juárez y Filippo Gilii: Diversidad oculta y algunos tropiezos en la construcción de los complejos botánicos

The plants of “Observaciones fitológicas.” of Gaspar Juárez and Filippo Gilii: Hidden diversity and some stumbles in the construction of botanical complexes

 

Pablo C. Stampella 1

 

1. Laboratorio de Etnobotánica y Botánica Aplicada (LEBA, FCNyM, UNLP). Calle 64 N° 3, La Plata, Bs. As., Argentina. CONICET. pstampella@yahoo.com

 

Recibido: 8 Feb 2022 Aceptado: 28 Mar 2022

Publicado en línea: 22 Abr 2022

Publicado impreso: 30 Sep 2022 

 

Summary

Background and aims: Interest in the Jesuit bibliography is currently growing as a source of ethnobiological information. One of the first steps to make available the valuable information contained in them is to taxonomically identify the plants involved and delimit the presence of plant complexes. The objective of the present work is to identify the plants of the “Observaciones fitológicas sobre algunas plantas introducidas en Roma” by Gaspar Juárez and Filippo Gilii (18th century), discuss the identifications presented by the authors in relation to descriptions, distributions and local names presented, and compare with those of other Jesuit studies.

M&M: The framework of historical ethnobotany was employed to analyze the mentioned source. The plants were identified using various scientific publications (flora catalogs, ethnobotanical works, and systematics, among others).

Results: 30 ethnospecies were surveyed, corresponding to 44 botanical species and 5 genera that comprise various species (i.e., Psidium), included in 22 botanical families. There have been recorded and identified other plants associated to those, that are considered a hidden diversity in the speech, as well as several mistaken associations in the constitution of botanical complex.

Conclusions: Identifications provided by the authors are consistent in most cases. However, in other cases the ethnospecies presented correspond to plant complexes made up of various species and even some of them do not correspond to the species described and identified.

Key words: Historical ethnobotany, ethnotaxa, Iberoamerica, jesuits.

 

Resumen

Introducción y objetivos: Actualmente está creciendo el interés en la bibliografía jesuítica como fuente de información etnobiológica. Uno de los primeros pasos para poner a disposición la valiosa información contenida en las mismas es identificar taxonómicamente las plantas involucradas y delimitar la presencia de complejos vegetales. El objetivo del presente trabajo es identificar las plantas de las “Observaciones fitológicas sobre algunas plantas introducidas en Roma” de Gaspar Juárez y Filippo Gilii (siglo XVIII), discutir las identificaciones presentadas por los autores en relación a las descripciones, distribuciones y nombres locales presentados, y comparar con aquellas de otros estudios jesuíticos.

M&M: Se empleó el marco de la etnobotánica histórica para el análisis de la obra mencionada. Las plantas fueron identificadas empleando diversas publicaciones científicas (catálogos de flora, trabajos etnobotánicos, revisiones sistemáticas, entre otros).

Resultados: Se relevaron 30 etnoespecies y que se corresponden con 44 especies botánicas y cinco géneros que comprenden varias especies (por ejemplo, Psidium), incluidos en 22 familias botánicas. Para cada una de las etnoespecies mencionadas se han relevado e identificado más especies asociadas a las mismas (diversidad oculta en el relato) como también algunas asociaciones erróneas en la conformación de los complejos botánicos.

Conclusiones: Las identificaciones proveídas por los autores son consistentes en la mayoría de los casos. Sin embargo, en otros casos las etnoespecies presentadas se corresponden a complejos vegetales conformados por varias especies e inclusive algunas de ellas no se corresponden con las especies descriptas e identificadas.

Palabras clave: Etnobotánica histórica, etnotaxa, Iberoamérica, Jesuitas.

 

Introducción

 

Actualmente está creciendo el interés en la bibliografía jesuítica como fuente de información etnobiológica para estudios de diversa índole (Millones Figueroa & Ledesma, 2005; Knzová, 2020). En la misma abundan aspectos relacionados a los diversos usos de las plantas, preparaciones, prácticas de manejo sobre las plantas y sobre el paisaje, valoraciones, descripciones acerca de la morfología y observaciones fisiológicas (Scarpa & Anconatani, 2019; Stampella & Keller, 2021; Stampella et al, 2021). Uno de los primeros pasos para poner a disposición esta valiosa información es identificar taxonómicamente las plantas involucradas desde una perspectiva situada en tiempo y espacio. Esta perspectiva puede abordarse desde la etnobotánica histórica teniendo en cuenta diferentes aspectos para las identificaciones de las plantas descriptas como también las críticas etnobotánicas de los manuscritos empleados (Medeiros, 2010; Stampella & Keller, 2021).

Para el caso de los jesuitas, recientemente se han publicado diversos trabajos relacionados a la identidad botánica de las plantas tratadas en diversas obras como “Materia Médica Misionera” de Pedro de Montenegro (Arbelo et al., 2020; Scarpa & Anconatani, 2021; Stampella et al, 2019; Stampella & Keller, 2021), “Hacia allá y para acᔠde Florian Paucke (Rosso & Scarpa, 2012), “Historia de los Abipones” de Martín Dobrizhoffer (Arenas, 1997) y “Paraguay Natural Ilustrado” de Sánchez Labrador (Stampella & Pochettino, 2021; Stampella et al, 2021).

Entre estas obras, una de ellas ha pasado levemente inadvertida: “Osservazioni fitologiche sopra alcune piante esotiche introdotte in Roma (1789, 1790, 1792)” (Fig. 1A). La misma consta de tres tomos que totalizan 30 plantas, y son atribuidos a Gaspar Juárez y Filippo Gilii, el primero de ellos considerado por Parodi (1964) como el primer botánico argentino. Gaspar Juárez (Santiago del Estero, 1731 - Roma, 1804) ingresó a la Compañía de Jesús en 1748, siendo enviado a una reducción en Catamarca y luego como catedrático en Córdoba. Luego del exilio (1767), estando en Roma conoce a Filippo Luigi Gilii (1756-1821). Éste último, apadrinado por el papa Pío VI, era reconocido como una autoridad en los círculos científicos de fines del siglo XVIII. Entre ambos describen las plantas exóticas que llegaban desde diversas partes del mundo para el Jardín de las Indias (Orto Vaticano Indico) implantado dentro de los jardines del Vaticano hacia fines del siglo XVIII (Asúa, 2019; Wilde, 2021).

Ésta obra ha permanecido desconocida por mucho tiempo y disponible -de manera completa-sólo en idioma italiano. Sólo el tomo 1 había sido publicado completamente en español por Furlong (1954). Recientemente, ha sido traducida al español y editada por Miguel de Asúa y José Luis Narvaja (Juárez & Gilii, 2019). Algunas de las plantas de esta obra habían sido identificadas preliminarmente por Stampella et al. (2018).

Las entidades vegetales mencionadas, descriptas e ilustradas en esta fuente documental han sido consideradas como etnotaxa, es decir taxa botánicos locales situados espacial y temporalmente (Stampella et al., 2019; Stampella & Keller, 2021).

A la vez, estos etnotaxa no se corresponden a una única entidad botánica, sino más bien a un conjunto de especies que podrían definirse como complejos botánicos, un conjunto de especies reunidas bajo una categoría emic. Linares & Bye (1987) y Correa (2002) los definen como agrupaciones dinámicas (en tiempo y espacio) de especies vegetales que comparten ciertas características (morfológicas, organolépticas, utilitarias, entre otras) y se reúnen bajo un mismo nombre común. Por ejemplo, las 111 etnoespecies presentadas en la “Materia Médica Misionera” de Montenegro se corresponden con 176 taxa botánicos (Stampella & Keller, 2021). Más específicamente, para el caso de la etnoespecie “algarrobo” o “ibopé” se presenta una única lámina que se corresponde a la etnovariedad “algarrobo blanco hembra” (Prosopis alba Griseb.), pero también son mencionadas y descriptas otras tres etnovariedades: el “algarrobo blanco macho” (P. chilensis (Molina) Stunz), el “algarrobo negro hembra” (P flexuosa DC o P affinis Spreng) y el “algarrobo negro macho” (P nigra Hieron.). Así, esta etnoespecie está representada por varias especies del género Prosopis (Fabaceae). Pero no siempre las etnoespecies se corresponden con especies similares: la etnoespecie “Raíz de la China”, “Yuápecᔠo “yuápecangᔠposee dos etnovariedades: “yuápecá guazú” o “Raíz de la China blanca” (Dioscorea multiflora Mart. ex Griseb.) y “yuápecá mirí” o “raíz de la China negra” (Smilax campestris Griseb.), pertenecientes a dos familias botánicas, Dioscoreaceae y Smilacaceae, respectivamente.

Fig. 1. Osservazioni fitologiche. A: Portada del primer tomo (1789). Mesembrianthemum acinaciforme. B: lámina del manuscrito. Yacaré uguayrá del Paraguay Natural Ilustrado de Sánchez Labrador. C: Tuna yacaré uguayrá. D: Yacaré uguayrá, tuna estriada.

 

Así, al analizar la identidad de las plantas de este trabajo, emergen varias preguntas que guiaron esta publicación ¿De qué manera las plantas descriptas e ilustradas por los autores se corresponden con las identificaciones presentadas? ¿Qué relación tienen las identificaciones con los nombres locales, descripciones, ilustraciones y distribuciones? ¿Qué rol cumplen los complejos botánicos en este trabajo? El objetivo del presente artículo es identificar las plantas de las “Observaciones fitológicas sobre algunas plantas introducidas en Roma” de Juárez y Gilii (2019) [1789, 1790, 1792], discutir las identificaciones presentadas por los autores en relación a las descripciones, distribuciones y nombres locales presentados, y comparar con aquellas de otros estudios jesuíticos.

 

Materiales y Métodos

 

Se analizó “Observaciones fitológicas sobre algunas plantas exóticas introducidas en Roma” escrita por Gaspar Juárez y Filippo Gilii y editada en español recientemente por Miguel de Asúa y José Luis Narvaja (Juárez & Gilii, 2019). También se complementó con el análisis de los tres tomos de la obra original de Gilii & Xuárez (1789, 1790, 1792) denominada “Osservazioni fitologiche sopra alcune piante esotiche introdotte in Roma”, especialmente por la mejor calidad de las ilustraciones.

Esta obra fue publicada en tres tomos entre los años 1789 y 1792 y se diferencia de la mayoría de las obras jesuíticas en que adscribe a la nomenclatura Linneana, además de presentar una estructura similar a las obras botánicas de John Hill (Asúa, 2019).

Los etnotaxa fueron identificados empleando distintos trabajos científicos mencionados en resultados y discusión, siguiendo un criterio similar al empleado en Stampella & Keller (2021). El tratamiento sistemático fue actualizado según WFO (2021). Para la presentación de los resultados se respetó el orden de presentación de las especies seguidos en la fuente documental.

El marco teórico seguido es la etnobotánica histórica, definida como el estudio de la relación entre los seres humanos y las plantas, en un sitio determinado, a través del tiempo. Es por eso, que las fuentes documentales son tomadas como datos de primera mano y son analizados desde una perspectiva etnobotánica (Medeiros, 2010; Scarpa & Anconatani, 2021).

Se prestó especial atención a los nombres locales, diversidad dentro de los taxa presentados, identificaciones de los autores (Juárez y Gilii), descripciones, comparaciones con otras especies y variedades e ilustraciones brindadas.

 

Resultados y Discusión

 

Se relevaron 30 etnoespecies de plantas vasculares (Tabla 1), cada una con su nombre científico Linneano, nombres locales de diversos enclaves y etnias, ilustración, descripción en latín, descripción in extenso, aspectos utilitarios y recetas, comparación con otras plantas similares y otros datos.

Elenco de etnoespecies presentadas CONVÓLVULO INDIANO. Convolvulus batatas. Indudablemente se refiere a Ipomoea batatas (L.) Lam. (Convolvulaceae) (Storni, 1944; Peña & Pensiero, 2004; Hurrell et al, 2009; Stampella et al., 2018). Menciona variedades de “pulpa” blanca, amarilla, rojiza y violácea y enumera varias formas de cocinarlas. También mencionadas por Paucke (1944: 191), Dobrizhoffer (1967: 530) y Sánchez Labrador (Stampella et al, 2021).

ARBOL TULIPÍFERO. Liriodendron tulipifera. Indudablemente se refiere a la especie mencionada (Liriodendron tulipifera L., Magnoliaceae) que nombran así debido a la similitud de sus flores con los “tulipanes” (Tulipa spp., Liliaceae) (Peña & Pensiero, 2004). También menciona, al final de la descripción a otra especie de “tulipífera” de América meridional, refiriéndose -seguramente-a especies del género Magnolia L., entre ellas M. grandiflora L., originaria de Norteamérica. Ésta es la primera mención por parte de los jesuitas sudamericanos.

ALCEA AMERICANA. Hibiscus esculentus. Se refiere a la especie que menciona, ahora sinónimo de Abelmoschus esculentus (L.) Moench. (Malvaceae), introducida tempranamente desde Asia (Peña & Pensiero, 2004; Stampella & Keller, 2021). Esta especie es también mencionada por

Montenegro (1945: 410-413) y por Sánchez Labrador, que la llaman “almizcle” o “Mandiyú riacuᔠ(Deckmann Fleck, 2015: 120-121; Arbelo et al., 2020; Stampella & Keller, 2021; Stampella et al., 2021).

POROTO DULCE SUBTERRÁNEO. Arachis hypogea. Esta planta fue identificada primeramente como Glycine subterránea en el tomo 1, pero luego en el apéndice del tomo 2, la cambian al nombre científico mencionado. Cabe destacar también que no es Arachis hypogea sino Arachis hypogaea L. (Fabaceae) (Storni, 1944; Brücher, 1989; Martínez-Crovetto, 2012; Stampella et al., 2018; Arbelo et al., 2020; Stampella & Keller, 2021). Esta planta es elogiada por sus propiedades alimenticias y medicinales. El maní es también mencionado por Paucke (1944: 192); Montenegro (1945: 113-116), Dobrizhoffer (1967: 528) y Sánchez Labrador (Deckmann Fleck, 2015: 250-252).

CITISO. Cytisus cajan. De acuerdo a la imagen y descripciones brindadas puede tratarse de Cajanus cajan (L.) Millsp. (Fabaceae), una especie introducida desde África (Basualdo et al., 2004; Peña & Pensiero, 2004; Martínez-Crovetto, 2012; Pochettino, 2015). Se descarta que pueda tratarse de Tephrosia sessiliflora (Poir.) Hassl., una especie nativa de la misma familia, con flores agrupadas de a pares (Teixeira de Queiroz, 2012). Juárez & Gilii (2019: 68) describen al citiso de esta manera: “(...) las ramas son bastante verdes y de sus cimas surgen en forma de espigas tantas florcitas papilionáceas tetrapétalas (...)”. Esta planta es también mencionada por Sánchez Labrador (Deckmann Fleck, 2015: 110-113).

TRÉBOL ARBÓREO OLOROSO DE AMÉRICA. Psoralea americana. La planta referida en las descripciones e ilustración es la que identifican los autores, sólo que el nombre válido actualmente es Otholobium glandulosum (L.) J.W.Grimes (Fabaceae) (Peña & Pensiero, 2004). Sin embargo, luego menciona que también este etnotaxón se halla presente “(...) en el Virreinato del Río de la Plata, en las montañas de Córdoba que se llaman Yacanto, de Achala y también del Valle de Calamuchita; como también en el distrito de la ciudad del Tucumán y de Salta (...)”, lo que se correspondería a O. higuerilla (Gillies ex Hook.) J.W.Grimes (Toursarkissian, 1980). Además, hacia el final menciona a la “Psoralea americana” de Linneo, diciendo que quizá se trate de la misma especie que la descripta. Esta última puede tratarse de Cullen americanum (L.) Rydb., de la misma familia. Esta planta es también mencionada por Sánchez Labrador (Deckmann Fleck, 2015: 130-132).

ORTIGA CHINA. Urtica nivea. La especie descripta -más conocida como ramio- refiere a la entidad identificada, ahora denominada Boehmeria nivea (L.) Gaudich (Urticaceae) (Peña & Pensiero, 2004; Pochettino, 2015). Hacia el final menciona que “Existen también en Paraguay otras dos especies de ortiga que no difieren mucho de ésta, pero que son de menor altura, muy semejantes a la especie descrita en sus virtudes y en el uso económico”, por lo cual podrían estar refiriéndose a otra especie muy similar, americana: B. caudata Sw. Además, entre los nombres locales mencionan “Pino-guagú”, posiblemente basándose en Sánchez Labrador, haciendo referencia a especies del género Urera, entre ellas U. baccifera (L.) Gaudich. ex Wedd. (Peña & Pensiero, 2004; Jiménez, 2009; Martínez-Crovetto, 2012). Dado que mencionan “Reperitur in China & in America Meridionali” en las descripciones, se justificaría la inclusión de B. caudata y las especies de Urera en el elenco de especies posibles. Las especies de Boehmeria no son referidas por ninguno de los jesuitas consultados. En cambio, U. baccifera es mencionada y descripta por Sánchez Labrador (Deckmann Fleck, 2015: 145-146).

MORA PAPIRÍFERA. Morus papyrifera. Se trata de la especie mencionada, actualmente sinónimo de Broussonetia papyrifera (L.) L'Hér. ex Vent. (Moraceae) (Peña & Pensiero, 2004; Pochettino, 2015). Los autores juzgan que sus propiedades medicinales pueden ser similares a Morus spp. y que podrían emplearse como portainjerto para éstas en la cría de gusanos de seda. Puede ser el “árbol de encajes” que Sánchez Labrador se refiere en el Libro III del Paraguay Natural Ilustrado (Stampella et al, 2021) o quizá pueda estar refiriéndose a alguna especie del género Arctocarpus.

SANDÍA. Cucumis anguria. Sin dudas se trata de la especie mencionada, Cucumis anguria L. (Cucurbitaceae) (Flora do Brasil, 2020; Flora Argentina, 2021). Son similares a los “zapallitos de vizcacha” o “cohombrillo amargo” que menciona Sánchez Labrador, pero no se trata de la misma especie (Stampella et al, 2021).

PAPAYA. Carica papaya. Sin dudas se trata de la especie mencionada, Carica papaya L. (Caricaceae) (Storni, 1944; Toursarkissian, 1980; Brücher, 1989; Basualdo et al, 2004; Peña & Pensiero, 2004; Stampella et al., 2018, 2019; Stampella & Keller, 2021). Es mencionada en la mayoría de las fuentes jesuíticas: Montenegro (1945: 246-249), Dobrizhoffer (1967: 483) y Sánchez Labrador (Sainz Ollero et al, 1989: 196; Stampella et al, 2021).

TOMATE PERITA. Solanum lycopersicum pyriforme. Indudablemente se trata de Solanum lycopersicum L. (Solanaceae) pero vale la pena hacer ciertas distinciones (Hurrell et al, 2009; Martínez-Crovetto, 2012; Stampella et al., 2018). Juárez y Gilii mencionan dos nombres locales para esta especie: “Paris” (Chiquitos) y “Caa-camambu” (Guaraníes). Sin embargo, al analizar las descripciones de Sánchez Labrador (en Deckmann Fleck, 2015: 125-127) se puede apreciar que se refiere a Physalis viscosa L. y Solanum betaceum Cav., respectivamente. Así, este gran complejo del “tomate”, incluiría también al “tomate vestido” y al “tomate de árbol” -respectivamente-, más conocidos globalmente en la actualidad (Hurrell et al, 2009). Dobrizhoffer (1967: 533) también menciona esta especie y su valor como alimenticia.

ANANÁ DEL BRASIL. Bromelia pinguin. La especie ilustrada y descripta puede tratarse de aquella que identifican los autores (Bromelia pinguin L., Bromeliaceae) (Brücher, 1989). Sin embargo, es de destacar que en la zona en cuestión hay varias especies que son similares a la mencionada y que se corresponden -a veces parcialmente- con las descripciones, nombres locales e ilustración, entre ellas B. balansae Mez, B. serra Griseb., B. hieronymi Mez y B. urbaniana (Mez) L.B.Sm. (Toursarkissian, 1980; Basualdo et al, 2004; Peña & Pensiero, 2004; Martínez-Crovetto, 2012; Stampella & Keller, 2021). También mencionadas por Montenegro (1945: 107-110) bajo el fitónimo de “caraguata menor” y Sánchez Labrador (Deckmann Fleck, 2015: 169-174).

KALMIA. Kalmia angustifolia. Se trata de Kalmia angustifolia L. (Ericaceae), una planta típica de América del Norte y presentada por los autores como ornamental. Sin embargo, no parecen del todo seguros ya que contaron sólo con material herborizado. No es mencionada por los jesuitas consultados.

CHIRIMOYA. Anona squamosa. Las descripciones e ilustración se corresponden con la especie que mencionan, sólo que el nombre científico es Annona squamosa L. (Annonaceae) (Storni, 1944; Brücher, 1989; Peña & Pensiero, 2004; Stampella et al, 2018). En el anteúltimo párrafo presentan otra especie de chirimoya cuya descripción parece indicar que se trata de A. muricata L. (León, 1987; Brücher, 1989). No se puede descartar que estén presentes otras especies como también híbridos entre las mismas. Varias de estas especies son tratadas por Sánchez Labrador en el Paraguay Natural Ilustrado (Stampella et al, 2021).

LIPPIA. Lippia americana. La descripción e ilustración deja claro que se trata de un arbolito o arbusto, con hojas “(...) ternadas, lanceoladas, ásperas al tacto, un poco dentadas y teñidas de un verde cargado y bello. Del lugar donde brotan las hojas (yemas) se ven surgir también las flores que están dispuestas casi a la manera de espigas y unidas a un pedúnculo (raquis) común más bien largo (...)”. De acuerdo a las descripciones e ilustración se trata de Aloysia citriodora Palau (Verbenaceae) (Soraru & Bandoni, 1978; Toursarkissian, 1980; Peña & Pensiero, 2004). Otra especie que podría estar presente dentro de esta etnoespecie es A. brasiliensis Moldenke, también con hojas ternadas y presente en la zona (O'Leary et al., 2016). Los autores también mencionan otra especie hallada en Veracruz (México) que posiblemente sea A. gratissima var. gratissima (Gillies & Hook.) Tronc. (Toursarkissian, 1980; Peña & Pensiero, 2004; Moroni et al., 2016; Stampella & Keller, 2021).

ESPILANTO AMERICANO. Spilanthus oleracea. Se trata de la planta identificada por los autores -Spilanthes oleracea-, ahora sinónimo de Acmella oleracea (L.) R.K. Jansen (Asteraceae) (Storni, 1944). Sánchez Labrador llama a esta planta -o más bien a otra especie del mismo género- “Caá ñambí” o “zumag” (ver Deckmann Fleck, 2015: 197), la cual posiblemente sea A. serratifolia R.K.Jansen (Stampella et al, 2021).

MELONCITO OLOROSO. Cucumis dudaim. De acuerdo al tratamiento sistemático empleado (WFO, 2021) se trata de Cucumis melo L.

(Cucurbitaceae). Sin embargo, en la Flora del Cono Sur (2021) se le otorga también el rango de variedad: C. melo L. var. dudaim (L.) Naudin.

ARBOL DE CERA. Myrica cerífera. Seguramente se refiera a esa especie, ahora sinónimo de Morella cerífera (L.) Small (Myricaceae), pero también, por la distribución que mencionan (la Carolina, Luisiana y Santa Marta) podría sumarse también Myrica pensylvanica Mirb. y M. heterophylla Raf., de la misma familia (Wilbur, 1994). En las yungas del noroeste argentino se encuentra también M. chevalieri Parra-O -antes Myrica pubescens Humb. & Bonpl. ex Willd. var. glabrata A.Chev.- conocida con el nombre de “cebo del cerro” (Peña & Pensiero, 2004; Flora Argentina, 2021). Sin embargo, los autores no mencionan que la especie se halle en el cono sur de Sudamérica. Sus propiedades medicinales como planta vulneraria son comprobadas por sus constituyentes con propiedades inti-inflamatorias y antioxidantes (Silva et al, 2015).

MUSA, BANANA O PLÁTANO. Musa paradisiaca. Se trata de la especie que identifican sólo que ahora es considerada un taxón híbrido, Musa x paradisiaca L. (Musaceae) (Storni, 1944; León, 1987; Hurrell et al., 2010; Martínez-Crovetto, 2012; Stampella et al, 2018, 2019; Stampella & Keller, 2021). También señala a “abaca”, una Musaceae de Filipinas cuya identidad es, seguramente, M. textilis Née. (León, 1987). Varios jesuitas mencionan esta especie (Montenegro, 1945: 248-251; Dobrizhoffer, 1967: 487; Stampella et al., 2021).

HIGO DE BENGALA. Ficus benghalensis. Se trata de la especie mencionada, Ficus benghalensis L. (Moraceae), originaria de Bangladesh, India y Sri Lanka. Otra especie similar es F. religiosa L., naturalizada en Rio de Janeiro, Brasil (Vianna-Filho et al, 2017). No es aludida por ninguno de los jesuitas consultados.

CHÍA O CIA. Salvia hispanica. Se trata de la especie mencionada, Salvia hispanica L. (Lamiaceae) (Pochettino, 2015). Sin embargo, los nombres en idioma chiquito y guaraní (Omutaumis y Caay-mbe miri beca quabae, respectivamente) -extraídos de Sánchez Labrador y Montenegro-son empleados para designar a otras especies del género, entre ellas S. coerulea Benth. y S. nervosa Benth. (Stampella & Keller, 2021). Estas dos últimas especies son referidas por Montenegro (1945: 267) y Sánchez Labrador (Deckmann Fleck, 2015: 356).

AJÍ FRUTICOSO. Capsicum frutescens. Se trata de la especie mencionada, Capsicum frutescens L. (Solanaceae) (Storni, 1944). También indicada como “ají turco” por Dobrizhoffer (1967: 517), “peferoni” por Paucke (1944: 522) y “quiy” por Sánchez Labrador (Deckmann Fleck, 2015: 234238).

AJÍ BAQUÍFERO. Capsicum baccatum. Se trata de la especie mencionada, Capsicum baccatum L. (Solanaceae) (Storni, 1944). También referidos por Paucke (1944: 93) como “pimienta paracuaria” o “ají del monte” y por Sánchez Labrador -quizá- como “cumbarí” (Deckmann Fleck, 2015: 234-238).

QUENOPODIO O QUINUA. Chenopodium multifidum. Se trata de Chenopodium quinoa Willd. (Chenopodiaceae) (Pochettino, 2015). También mencionada por Sánchez Labrador (Deckmann Fleck, 2015: 168-169).

RUIBARBO. Rheum rhabarbarum. Se trata de la especie señalada, Rheum rhabarbarum L. (Polygonaceae). También mencionada por Dobrizhoffer (1967: 453). Cabe aclarar que no es la misma especie que el “ruibarbo del Paraguay” (Trimezia spathata (Klatt) Baker, Iridaceae) que cita Sánchez Labrador y que compara con esta especie y con R. rhaponticum L. (Deckmann Fleck, 2015: 238-240).

GUAYABA. Psidium pyriferum. La mayor parte de las descripciones e ilustración se refieren a Psidium guajava L. (Myrtaceae) (Storni, 1944; Basualdo et al, 2004; Martínez-Crovetto, 2012; Stampella et al, 2018, 2019; Scarpa & Anconatani, 2021; Stampella & Keller, 2021). Sin embargo, mencionan que hay dos especies de guayabos, el Arazay-guazu (P guajava) y el Arazay mini. De éste último escriben: “es pequeña, o mejor dicho un arbusto, (...) echa de una misma raíz diversas ramas a manera de mata, que nunca llegan a formar un árbol; sin embargo, no se diferencia mucho del guayabo árbol en la flor y en el fruto, salvo que sus frutos son más pequeños, casi como un níspero grande (Mespilus germanica L.)”. Así, el elenco de especies posibles para la Arazay mini se abre a varias de las mencionadas por Pedro de Montenegro (1945: 89-95) y José Sánchez Labrador (Stampella et al, 2021): P australe Cambess., P australe var. argenteum (O.Berg) Landrum, P. guineense Sw., P misionum D.Legrand y P salutare (Kunth) O.Berg, entre otras (Martínez-Crovetto, 2012; Stampella et al, 2019, 2021; Stampella & Keller, 2021).

MESEMBRIANTEMO. Mesembrianthemum acinacinaciforme. De acuerdo a la mayor parte de las descripciones y de la ilustración (Fig. 1B), se trata de la especie mencionada -Mesembryanthemum acinaciforme-, actualmente sinónimo de Carpobrotus acinaciformis (L.) L.Bolus (Aizoaceae). Sin embargo, hay dos aspectos que llaman la atención. Uno de ellos es la calidad no sólo de comestibles sino también de “agradables” de sus frutos: “Los frutos del mesembriantemo por ser agradable no sólo a los nacionales, sino también a los forasteros y por ser de buen alimento (...) son llamados por los europeos higos de los Otentotes. Nuestra especie habita (...) en el Africa y también en las regiones americanas”. Con esto, parece incluir también a C. edulis (L.) N.E.Br., por la presencia de frutos comestibles y agradables (los de C. acinaciformis no son tan palatables) pero también abre la posibilidad a la presencia de C. chilensis (Molina) N.E.Br., endémica de Chile. El otro aspecto que llama la atención es la presencia de tres nombres locales (tuna de penca estrecha, Jacare-uguayrá y cunique) dos de ellos tomados del “Paraguay Natural Ilustrado” de Sánchez Labrador, manuscrito que Juárez tenía en su poder (Folkenand, 2020). Sánchez Labrador, en su libro IV, trata de las “palmas” (Arecaceae), “tunas” (Cactaceae) y “cañas” (varias familias, entre ellas Poaceae, Zingiberaceae, Marantaceae, Cannaceae, entre otras), y menciona y describe a la tuna “pitahaya”, llamada “cuniqué” por los mbayas y “yacaré u guaira” (cola del caimán) por los guaraníes (Fig. 1C, D) (Stampella et al, 2021). Este autor claramente se refiere a especies de los géneros Hylocereus y Selenicereus pertenecientes a las Cactaceae. Pero también con esos nombres luego refiere a las tunas estriadas, de los géneros Cereus y Stetsonia. Finalmente, Sánchez Labrador señala que las pitahayas también se conocen en Brasil como “jamacarú”, de acuerdo a los escritos de Pisso y Marcgrav. Aquí parece haber ocurrido un error por parte de Juárez y Gilii ya que en ninguna parte del libro IV Sánchez Labrador describe otra planta que pueda interpretarse por fuera de la familia de las Cactaceae.

LATIRO OLOROSO DE CEILÁN. Lathyrus odoratus zeylanicus. La planta descripta posee algunos caracteres que la acercan a la especie mencionada, Lathyrus odoratus L. (Fabaceae) pero también a L. sativus L. La presencia de hojas con dos folíolos pareados y zarcillos terminales indican la afiliación a alguna de estas dos especies. Por ejemplo, la pubescencia de las legumbres y la coloración de los pétalos se relaciona más con L. odoratus, mientras que la altura de la planta, la presencia de folíolos lanceolados y las semillas comestibles se relacionan más con L. sativus (Shu et al., 2010).

CACALIA. Cachaliaficoides. Se trata de la especie mencionada -Cacalia ficoides-, ahora sinónimo de Kleinia ficoides (L.) Haw. (Asteraceae). Acá también hay un problema. Juárez y Gilii, basándose en el “Paraguay Natural Ilustrado” de Sánchez Labrador, mencionan que los Mbayas llaman a esta planta “ocoladega” y dicen que está presente en África y en América: “Incolit loca calidiora Africae & Americae” y que posee virtudes medicinales contra la ictericia, tos, asma, hemorragias y además empleada como purgante, antiséptico y vulnerario. Al consultar el libro IV de la obra mencionada de Sánchez Labrador puede leerse que “Apenas se hallará al presente parte de Europa en la cual no conozcan las tunas, o aquellas plantas exóticas y espinosas, cuyas hojas son ramos y troncos, con maravilla de la naturaleza. Los indios mbayas, en común, las llaman ocoladega, que es el nombre de una especie que extienden a todo el género” (Sánchez Labrador, 1772: 291). Así, es evidente que -nuevamente- relacionan a las plantas crasas (al igual que vimos en C. acinaciformis) con las Cactaceae de la obra de Sánchez Labrador, por lo cual las propiedades medicinales mencionadas pueden desestimarse.

ARCE SACARINO. Acer saccharinum. De acuerdo a las descripciones, especialmente las características foliares “Folia (...) supra viridia splendentia, subtus glauca, Platani Orientalis foliis similia” se trata de la especie mencionada, Acer saccharinum L. (Sapindaceae), más conocido como “arce plateado” o “arce blanco”. Esto permite diferenciarlo de A. saccharum Marshall. No es mencionado por ninguna de las fuentes jesuíticas consultadas.

 

Tabla 1. Elenco de etnoespecies presentadas en los tres tomos de “Observaciones fitológicas...” y su afiliación botánica.

Especie

Nombres locales

Identificación

Familia

Páginas

Convolvulus Batatas. Convólvulo indiano

Camotes, Batatas de Málaga, Camotl, Apichu, Jetica, Kapa Kelengú, Yeti, Quibichos, Apigioé

Ipomoea batatas (L.) Lam.

Convolvulaceae

49-51,

225-226

Liriodendron Tulipifera. Árbol tulipífero

Poplar

Liriodendron tulipifera L. y Magnolia sp.

Magnoliaceae

53-55,

226

Hibiscus Esculentus. Alcea americana

Quigombo de Chero, Quigombo, Bamia, Chiavos

Abelmoschus esculentus (L.) Moench

Malvaceae

57-59

Glycine Subterranea (Arachis hypogaea). Poroto dulce subterráneo

Maní, Tlalcaca-huatl, Cacahuate, I nchik, Mandobi, Manubi, Naaquis, Curiquieré, Tolique

Arachis hypogaea L.

Fabaceae

61-66,

149-150,

227

Cytisus Cajan. Citiso

Árbol de alberjas, Albero di Piselli, Cumandá-ibirá, Quichorexiis, Ajagijupajaga

Cajanus cajan (L.) Millsp.

Fabaceae

67-69

Psoralea Americana. Trébol arbóreo oloroso de América

Culen, Albaquilla, Yolochiahitl

Otholobium glandulosum (L.) J.W.Grimes, O. higuerilla (Gillies ex Hook.) J.W.Grimes y Cullen americanum (L.) Rydb.

Fabaceae

71-74

Urtica Nivea. Ortiga china

Ortiga grande, Pino-guapú, Chini-atun

Boehmeria nivea (L.) Gaudich., B. caudata Sw. y Urera spp., entre ellas U. baccifera (L.) Gaudich. ex Wedd.

Urticaceae

75-77

Morus Papyrifera. Mora papirífera

Broussonetia papyrifera (L.) L'Hér. ex Vent.

Moraceae

79-81,

150-152

Cucumis Anguria. Sandía

Machichi, Guarerua-oba

Cucumis anguria L.

Cucurbitaceae

83-85

Carica Papaya. Papaya

Mamoeira, Mamaon, Mamón, Zapajus

Carica papaya L.

Caricaceae

87-89

Solanum Lycopersicum pyriforme. Tomate perita

Tomates de fruto pera, Caá-camambú, Paris, Camarú

Solanum lycopersicum L.

Solanaceae

105-107

Bromelia Pinguin. Ananá del Brasil

Cardo, Piña, Piñuela raspa lengua, Pita, Mexocotl, Xocochiatl, Chiametl, Piña silvestre, Caraguata-acanga, Caraguatá-ibirá, Puñequis, Nagacóle, Quotegue, Nocó, Mojusi, Chaguar, Ciaguar

Describe a Bromelia pinguin L. pero también menciona nombres locales de otras Bromeliaceae como B. balansae Mez, B. serra Griseb., B. hieronymi Mez, B. urbaniana (Mez) L.B.Sm. y Aechmea distichantha Lem.

Bromeliaceae

109-113

Kalmia Angustifolia. Kalmia

Kalmia angustifolia L.

Ericaceae

115-117

Anona    Squamosa.

Chirimoya

Chirimoya, Cirimeja, Quazapotl, Texatlepotl, Cachiman, Araticú ponbé, Aratici.guazú, Opoquiziis, Araticu-ibitá, Guanabano

Annona squamosa L. y A. muricata L., aunque también puede incluir algunas otras especies del género e inclusive híbridos entre las mismas

Annonaceae

119-122

Lippia Americana. Lippia

Torongil silvestre, Melissa campestre

Aloysia citriodora Palau

Verbenaceae

123-125

Spilanthus Oleracea. Espilanto americano

Coco-xibuitl, Rupac-Yuyo, Caa-aycuitu, Capij-Abapi

Acmella oleracea (L.) R.K.Jansen

Asteraceae

127-129

Cucumis    Dudaim.

Meloncito oloroso

Melonsito de olor, Melón de Francia

Cucumis melo L.

Cucurbitaceae

131-133

Especie

Nombres locales

Identificación

Familia

Páginas

Myrica Cerífera. Árbol de la cera

Frutilla de paloma, Guardamanta, Guaba, Mirto bastardo, Tamarik

Varias    especies

emparentadas, entre ellas Morella cerífera (L.) Small, Myrica pensylvaníca Mirb. y M. heterophylla Raf.

Myricaceae

135-137,

227-228

Musa Paradisiaca. Musa, banana o plátano

Plátano, Tzapalotl, Zapalote, Pacobay, Pavoba,    Pacocira,

Pacobeté, Pacobacu, Balla, Palan, Abaca, Quéreno, Banam, Banana. Bananier

Musa x paradisiaca L. y M. textilis Née, pero no se descarta la presencia de otras especies del género

Musaceae

139-145

Ficus Benghalensis. Higo de Bengala

Ficus benghalensis L.

Moraceae

147-148

Salvia hispánica. Chía o Cia

Chiantzolli,    Chía,

Omutaumis, Caay-mbe miri beca quabae, Spanish Scharlach

Salvia hispanica L., S. coerulea Benth. y posiblemente S. nervosa Benth.

Lamiaceae

165-169

Capsicum Frutescens. Ají fruticoso

Pimiento picante, Ají bravo, Mira Cielos, Ají, Quiya-quí, Quiyí-iba, Cumbari, Quita-ucciu, Ucciuquita, Inti-uchu, Chiltecpin, Thapi, Achcti, Mossichili

Capsicum frutescens L.

Solanaceae

171-176

Capsicum baccatum. Ají baquífero

Pimeta Rodonda, Quiyá-apua, Quauh-chilli, Zenal-chilli

Capsicum baccatum L.

Solanaceae

177-179

Chenopodium multifidum. Quenopodio o Quinua

Quinua, Chinua, Dahuc, Tlapalhoaquiti, Cataf, Caraf, Molten, Milen

Chenopodium quinoa Willd.

Chenopodiaceae

181-185

Rheum rhabarbarum. Ruibarbo

Ruibarbo, Rhubarbe, Jeticucu, Jetirá, Jonqui, Tlalan-tlacacuitlapill, Tacuache, Pusquam, Amaxtla, Raven, Tschune, Tay huam

Rheum rhabarbarum L.

Polygonaceae

187-197

Psidium Pyriferum. Guayaba

Guajaba, Arazá-guazü, Arazays, Xalkochotl, Guayabier, Zarazaa, Notiquiguaga

Psidium guajava L. y Arazay-miri (P. australe Cambess., P. australe var. argenteum (O.Berg) Landrum, P. guineense Sw., P. misionum D.Legrand y P. salutare (Kunth) O.Berg, entre otras).

Myrtaceae

199-204

Mesembrianthemum

acinaciforme.

Mesembriantemo

Tuna de penca estrecha, Jacaré-uguayrá, Cuniqué, Jamacaru

Carpobrotus acinaciformis (L.) L.Bolus, C. edulis (L.) N.E.Br. y C. chilensis (Molina) N.E.Br.

Aizoaceae

205-207

Lathyrus odoratus Zeylanicus. Latiro oloroso de Ceilán

Garvanzito de la China, Arvejas de Zeilán, Gesse de Zeilan, Sweetscuter peuse, Mungo, Masc

Lathyrus odoratus L. y posiblemente L. sativus L.

Fabaceae

209-211

Cachalia Ficoides. Cacalia

Ocoladega

Kleinia ficoides (L.) Haw.

Asteraceae

213-215

Acer Saccharinum. Arce Sacarino

Erable a Sucre, Árbol de Azúcar

Acer saccharinum L.

Sapindaceae

217-223

La diversidad oculta en el relato

Uno de los aspectos que pudo apreciarse al analizar esta obra fue la no correspondencia en un tercio de las plantas descriptas con una única especie botánica. Es decir, la etnoespecie presentada se corresponde con una especie -aquella que es descripta extensamente- pero también con otras que son mencionadas, descriptas someramente o bien que emergen en la distribución de la especie (Tabla 2).

Por ejemplo, un caso simple resulta el del “Árbol tulipífero”. Los autores describen extensamente esta especie pero al final mencionan que “otra especie de tulipífera se puede encontrar en América meridional, muy distinta a la que acabamos de describir, cuyas hojas asemejan mucho a la de nuestro laurel’ (2019: 55) que también da esas flores similares a tulipanes. Estas últimas se corresponden con especies del género Magnolia. Otro caso lo constituye el “Trébol arbóreo oloroso de América”: los autores describen a O. glandulosum, más común en Chile, pero luego mencionan otras dos especies O. higuerilla -de las sierras centrales de Argentina- y posiblemente a C. americanum como similar a O. glandulosum. En este ejemplo puede verse como a partir de una especie prototípica (O. glandulosum), cultivada, descripta e ilustrada, se construye un complejo vegetal (conocido por los jesuitas -entre ellos Falkner y Sánchez Labrador- como “culen”) que incluye a otras dos especies similares en sus aplicaciones, pero con otras distribuciones.

Casos similares a este, con el binomio especie descripta-especie oculta son Annona squamosa-A. muricata, Musa x paradisiaca-M. textilis, Psidium guajava-Psidium spp. (xilopodíferas), Bromelia pinguin-Bromelia spp., Carpobrotus acinaciformis-C. edulis y C. chilensis, Otholobium glandulosum-O. higuerilla y Cullen americanum, Boehmeria nivea-B. caudata y Urera baccifera, Lippia citriodora-A. brasiliensis y A. gratissima var. gratissima y Morella cerifera-Myrica pensylvanica y M. heterophylla.

Otro tipo de diversidad oculta es la varietal. En este caso, de acuerdo a las descripciones puede apreciarse la variabilidad propia en algunas de las etnoespecies presentadas como Ipomoea batatas: “en su interior es blanca, (...) pero hay otras de pulpa amarilla, rojiza y violácea (...)” (2019: 50) y Chenopodium quinoa: “Hay en América muchas especies de quinua; blanca y negra, dulce y amarga, de jardín y selvática. Todas estas que se distinguen entre sí por el color o por la cantidad de semilla, tienen distintos usos entre los indios. La blanca dulce y de jardín sirve para comer; la negra y amarga para la medicina; la selvática para quemarla, y hacer una »cola lisa« que se obtiene de su ceniza y es un óptimo jabón” (2019: 183). En M. x paradisiaca, Capsicum baccatum y C. frutescens puede apreciarse esto mismo.

Algunos tropiezos del enciclopedismo y/o la conformación de los complejos vegetales en época colonial

Algunas etnoespecies descriptas poseen nombres locales que no se corresponden con las especies identificadas (Tabla 2), por lo cual algunos de sus usos y propiedades medicinales reportadas podrían no corresponderse con las especies identificadas. Uno de los casos lo constituye el “tomate perita” donde se describe a la variedad ‘perita’ de Solanum lycopersicum pero menciona que los guaraníes le llaman “Caá-camambu” y los chiquitos “Paris” basándose -al parecer- en el “Paraguay Natural Ilustrado” de Sánchez Labrador” que Juárez tenía en su poder. En un trabajo que estamos realizando sobre la edición de este último manuscrito (Stampella & Pochettino, 2021; Stampella et al, 2021) puede apreciarse que este último jesuita no se refiere a S. lycopersicum con estas dos etnoespecies, sino a Physalis viscosa y a S. betaceum, respectivamente. Dos etnoespecies de plantas crasas constituyen otro de los casos: “Cacalia” y “Mesembriantemo”. Sendas descripciones se refieren a las plantas mencionadas -ahora sinónimos de otras especies- y en el caso de la última -como se mencionó en el apartado anteriora otras especies del mismo género. Pero llama la atención algunos nombres locales mencionados en el pie de página del nombre Linneano y que refieren nuevamente a la obra de Sánchez Labrador. Estos nombres se refieren a Cactaceae de los géneros Hylocereus, Selenicereus, Cereus y Stetsonia, entre otros. Así, para el caso de K. ficoides, las propiedades medicinales atribuidas por los mbayas no se corresponderían a esta especie sino a una Cactaceae. El último caso lo constituye la “Chía o cia” (Salvia hispanica L.) a la que se le brindan los nombres locales de “omutaumis” (chiquitos) y “caay-mbe mirí beca quabae” (guaraníes). El primero de ellos lo emplea Sánchez Labrador para referirse a lo que llama “salvia” pero pensamos que se refiere a S. coerulea Benth. (antes S. guaranitica), mientras que con el segundo se refiere a la salvia silvestre: “Caaymbe miri beequabae”. Este último índice, relacionado con propiedades medicinales, podría ser tomado de la “Materia Médica Misionera”. En esta obra identifica a “Salvia silvestre índica” o “caáímbe morotí ihacuá” con S. nervosa Benth.

 

Tabla 2. Diversidad oculta al interior de las etnoespecies y problemas de identificación.

Etnoespecie

Nombre científico

Diversidad oculta

Errores

Liriodendron Tulipifera

Liriodendron tulipifera

Magnolia spp.

Psoralea Americana

Otholobium glandulosum

O. higuerilla y Cullen

americanum

Urtica Nivea

Boehmeria nivea

B. caudata y Urera spp.

Solanum Lycopersicum pyriforme

Solanum lycopersicum

S. betaceum y

Physalis viscosa

Bromelia Pinguin

Bromelia pinguin

Bromelia spp.

Anona Squamosa

Annona squamosa

A. muricata

Lippia Americana

Aloysia citriodora

A. brasiliensis y A. gratissima var. gratissima

Myrica Cerifera

Morella cerifera

Myrica pensylvanica y M. heterophylla

Musa Paradisiaca

Musa x paradisiaca

M. textilis

Salvia hispanica

Salvia hispanica

S. nervosa y

S. coerulea

Psidium Pyriferum

Mesembrianthemum acinaciforme

Carpobrotus acinaciformis

C. edulis y C. chilensis

Cactaceae americanas

Lathyrus odoratus Zeylanicus

Lathyrus odoratus

L. edulis

Cachalia Ficoides

Kleinia ficoides

Cactaceae americanas

 

En estos casos se conforman nuevos complejos botánicos por agrupamiento de plantas al elaborar una obra enciclopédica.

¿Especies ensambladas o híbridos?

Para uno de los casos, el “Latiro oloroso de Ceilán”, las descripciones se ajustaron a algunos caracteres pertenecientes a Lathyrus odoratus y otros a L. sativus. En este aspecto pueden plantearse la pregunta explicitada en el subtítulo: ¿se trata de híbridos o de especies construidas en el relato? Las hibridaciones entre L. odoratus y L. sativus son frecuentes (Yunus & Jackson, 1991) pero también son frecuentes las construcciones de los etnotaxa presentados en otras obras jesuíticas. En el “Paraguay Natural Ilustrado” de Sánchez Labrador se ha observado que algunas de las etnoespecies descriptas presentan características contradictorias y a veces muy contrastantes como en el caso de la “quina” o “pizoez”, donde pareciera ser que la especie observada por el autor (un género de la familia Rubiaceae, posiblemente Cinchona, Pimentelia, Geissospermum, Ladenbergia o Simira) en su viaje al territorio de los mbayas, es completada con información relativa a Cinchona officinalis L., proveniente de otras obras enciclopédicas, entre ellas las obras de Diego Altamirano, Francisco Lemery, Valmont de Bomare, Charles de La Condamine, Joseph de Jussieu y Antonio de Ulloa. Para el caso de Sánchez Labrador es posible que esto haya ocurrido debido a que el autor no contaba con sus anotaciones al momento de escribir su obra. Para el caso de Juárez y Gilii -potencialmente- puede tratarse cualquiera de estas dos explicaciones.

Conclusiones

Desde la perspectiva de la etnobotánica histórica es posible identificar las plantas de las obras jesuíticas -como también de otros documentos históricos-, especialmente de aquellas que abundan en descripciones detalladas, ilustraciones y localizaciones de las plantas.

Las identificaciones propuestas por Juárez y Gilii son consistentes en la mayoría de los casos (20/30 del total), con sólo algunas actualizaciones en los nombres científicos. En otros casos (7/30) no se corresponden con una única especie botánica sino con un grupo de especies que conformarían un complejo vegetal. Finalmente, en una menor proporción de casos (4/30), algunos de los nombres locales presentados no se corresponden con las especies descriptas e identificadas, aspecto que queda en evidencia al analizar las fuentes consultadas por los autores, estudiadas recientemente.

Agradecimientos

Este trabajo fue realizado con subsidios de UNLP y CONICET. Se agradece a M. Lelia Pochettino y a los dos revisores anónimos por la lectura crítica y comentarios que enriquecieron este trabajo.

 

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