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Memoria americana

versão On-line ISSN 1851-3751

Mem. am. vol.25 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jul. 2017

 

ARTÍCULOS

Entre desiertos, indios y fronteras: una mirada brasileña a la cuestión indígena argentina en las cartas diplomáticas (1870-1885)

 

Ana Carollina Gutierrez Pompeu*

* Universidade de Brasília, Brasil. E-mail: anagpompeu@gmail.com

 


Resumen

La construcción de Estados nacionales en América Latina, basados en una idea europea de "civilización", llevó a que los gobiernos buscaran una solución al "problema" del mestizaje producido por la colonización europea, la inmigración africana y la presencia de grupos nativos. En las últimas décadas del siglo XIX, civilizar, imponer y combatir a los "salvajes" eran ideales compartidos transnacionalmente por los gobiernos, en consecuencia las acciones llevadas a cabo con respecto a diversos grupos étnicos eran observadas y copiadas en diferentes contextos. Este artículo se ocupa de analizar las cartas diplomáticas escritas por oficiales brasileños establecidos en Buenos Aires, entre 1871 y 1883, dedicados a observar e informar a sus superiores en Brasil las opciones elegidas por el gobierno argentino para lidiar con el tema indígena. Estos oficiales no sólo mandaron información sino que aportaron sus críticas y opiniones respecto a una cuestión que existía en ambos países.

Palabras clave: Indígenas; Documentación diplomática; Fronteras; Grupos étnicos

Among deserts, Indians and frontiers: a Brazilian view over the Argentine Indigenous issue in diplomatic leters (1870-1885)

Abstract

State construction in Latin America was permeated by European ideas about "civilization", leading young governments to seek solutions for their mestizo "problem" resulting from European colonization, African immigration, and native groups. During the last decades of the 19th century, to civilize and fght against the "savages" were ideals shared by the governments; as a consequence the actions taken over ethnic groups were observed and copied in different contexts. The current paper analyzes diplomatic leters -between 1871 y 1883- writen by Brazilian oficials living in Buenos Aires; they were supposed to observe and inform their superiors about the options and policies taken by the Argentinean Government regarding the Indigenous issue. Apart from sending the above-mentioned information they added their own points of view over an issue both countries shared.

Key words: Indigenous; Diplomatic sources; Frontiers; Ethnical groups


 

Introducción

Para abordar cada momento pasado, el historiador cuenta con una amplia variedad de materiales dejados -con o sin intención- por cada experiencia histórica. Entre éstos se destaca la documentación oficial de los Estados, sean estos reportes de agentes del gobierno o cartas intercambiadas entre diplomáticos y sus gobiernos. Ellas pueden ser utilizadas como fuentes históricas para que el estudioso considere las intenciones propias de ese tipo de documento. En el siglo XIX, mientras se establecían los Estados nacionales y la historia como disciplina, los historiadores fueron los encargados de dotar a los Estados de una historicidad que legitimase su poder sobre distintas poblaciones, creando diversos elementos con los cuales conectar unas con otras. Por lo tanto, las historias nacionales fueron construidas como mitos fundacionales, en respuesta a propuestas específicas. Los únicos documentos posibles, para hacer lo que fue conocido como historia política, fueron los documentos producidos por el Estado, pues el discurso histórico tenía por objetivo fortalecerlo (Delacroix y García, 2012; Bloch, 2001).
En el siglo XX la historia política cayó en descrédito por limitarse a los discursos oficiales y sufrió modificaciones metodológicas, incorporando nuevas formas de análisis y expandiendo sus objetivos más allá de las fronteras nacionales. Así, una historia política renovada ha propuesto el análisis de las acciones del Estado y las opciones de sus agentes de gobierno considerando fuentes documentales antes relegadas a la historia cultural. Además, los historiadores han generado nuevas lecturas de fuentes consideradas como "tradicionales", analizando sus lugares de enunciación y las experiencias y expectativas de los agentes históricos (Koselleck, 2002). Con esto se ha logrado que el discurso histórico no se limite exclusivamente a generar relatos nacionales, sino a comprender las acciones de los agentes del Estado en su tiempo.
En este sentido, la revalorización de las fuentes denominadas "tradicionales" busca entender las opciones elegidas por los gobiernos y las influencias que tuvieron sus diversos agentes. Éstos actuaron de acuerdo a una visión del mundo que, muchas veces, fue compartida por funcionarios estatales en distintas regiones (Rémond, 2003). Por lo tanto, las perspectivas transnacionales buscan añadir a las historias nacionales posibilidades de conexión e intercambios entre sus agentes, pensando las experiencias por fuera de los límites de las fronteras nacionales. En el caso latinoamericano, lo que se busca es superar el establecimiento arbitrario de fronteras que se vivió a lo largo del siglo XIX y comienzos del siglo XX (Saunier, 2013). Esta nueva historia política tiene la intención de mirar las opciones y elecciones de los agentes del Estado, poniendo el foco en sus experiencias y expectativas. Así, las fuentes tradicionales pueden ser reinterpretadas a través de una perspectiva transnacional en la cual se puedan observar las conexiones e intercambios hechos fuera de las fronteras nacionales, construyendo una red amplia y dinámica de saberes.
Con la formación de los Estados nacionales, el trabajo de los cuerpos diplomáticos fue fundamental para establecer conexiones económicas y evitar conflictos bélicos. Las legaciones -como eran llamadas las embajadas en el siglo XIX- tenían también la función de enviar reportes y noticias consideradas
importantes para su país de origen. En este sentido, las legaciones fueron y son ricas productoras de fuentes históricas. El diplomático elegía lo que juzgaba útil para su gobierno y observaba con atención los movimientos militares de otros países y sus intenciones. Aquí consideramos que los eventos reportados por un diplomático representan, según su criterio, cuestiones útiles a su propio, poniendo en circulación conceptos, ideas y opciones políticas.
En la segunda mitad del siglo XIX la Argentina se asumía como una nación "blanca", donde los elementos americanos -o indígenas- debían ser sustituidos por elementos europeos, cambiando la "barbarie" por la "civilización" (Noronha de Sá, 2012; Sarmiento, [1845] 2010). En las Bases y puntos de partida… de Juan Bautista Alberdi, la oposición entre "civilización" y "barbarie" se relaciona con la oposición entre "indios" y "europeos". En América, dice, todo lo que no es europeo es bárbaro. No hay más división que la existente entre el indígena o "salvaje" y el europeo, que Alberdi define como el nacido en América que habla español (Alberdi, [1852] 1994). Incorporadas al ambiente sudamericano, esas ideas europeas tuvieron repercusiones políticas. Para reproducirse en suelo americano, los elementos europeos y "civilizados" debían remplazar lo"bárbaro" del continente. En Argentina, la "generación del 37" trasladó esas ideas al país e hizo proyectos políticos que se ocuparon de quitar al "indio" del escenario público de una Argentina "civilizada".
En Brasilla la "historia oficial" produjo el mito de fundación del Estado a partir de la unión de tres "razas": la "indígena", la "negro" y la "blanca". Esta narrativa omitió procesos de resistencia de culturas minoritarias, el exterminio por parte del gobierno de varios grupos indígenas y la existencia de un racismo que subyacía a la idea de una supuesta armonía entre los pueblos (Vioti da Costa, 2000: 236). Las fuentes diplomáticas van a mostrar que muchas de esas ideas eran compartidas por los dos países en forma semejante, como las referencias peyorativas empleadas para definir a los indígenas como "salvajes" -presentes en las fuentes diplomáticas brasileras-. Estas referencias muestran que estos diplomáticos fueron agentes de circulación de este tipo de discursos, construyendo un universo compartido de conceptos entre ambos países.

La visión del Brasil

Hacia 1870 Brasil y Argentina intentaron estabilizar sus relaciones diplomáticas después de las tensiones generadas en las primeras décadas del siglo alrededor de los litigios sobre los límites con Paraguay. A pesar de esto, ciertas desconfanzas se mantuvieron entre ambos gobiernos. Anteriormente, la dificultad para resolver los litigios limítrofes tras la Guerra de Paraguay (1864-1870) produjo divergencias diplomáticas entre los dos países (Doratioto, 2012). Los brasileños querían impedir el avance de Argentina sobre el Chaco, mientras los argentinos creían que Brasil tenía proyectos expansionistas sobre el Paraguay (Doratioto, 2008). Sin embargo, los diplomáticos brasileños se ocuparon de observar los movimientos militares argentinos, que en esa época se concentraba cada vez más en la situación de la frontera sur.
En ese contexto, entre 1860 y 1880, los diplomáticos brasileños en Buenos Aires se ocuparon, entre otros temas, de observar las principales acciones de la política interna argentina. A partir de la década de 1870 sobresalió el tema de la frontera interna (Rato, 2009; Nacuzzi y Lucaioli, 2010; de Jong, 2015) y las relaciones con los indígenas de Pampa y Patagonia. Durante el gobierno de Nicolás Avellaneda (1874-1880), y terminado el proceso de consolidación del
poder central en Buenos Aires tras el fin de los conflictos con las provincias y la guerra con Paraguay, el Estado argentino empezó a llevar a cabo postergadas acciones militares en la frontera interna, impulsadas por leyes como la número 215 de 1867, la cual determinaba que la frontera avanzase hacia el río Negro (Oszlak, 2009).
Las fuentes aquí trabajadas son los reportes de diferente contenido enviados por diplomáticos, desde Buenos Aires, al ministro de Relaciones Exteriores en Rio de Janeiro, entre las décadas de 1870 y 1880. Los documentos tratan la temática indígena en Pampa y Patagonia y su relación con los criollos, sobre todo en las zonas de frontera -considerados aquí como espacios de contacto, interacción y mestizaje entre las poblaciones argentinas e indígenas (Prat, 2008; Nacuzzi y Lucaioli, 2010)-. La gran cantidad de información sobre el tema demuestra su importancia en el contexto de Brasil, que también tenía discursos semejantes con respecto al considerado "obstáculo indígena" en la "construcción de la civilización" de carácter europeo. Este discurso fue recurrente en las Américas (Holt y Wade, 2003). Las cartas trabajadas entre 1871 y 1874 fueron redactadas por el ministro de la legación de Brasil en Buenos Aires, Domingos José Gonçalvez de Magalhães, quien firmó como barón de Araguaia desde julio de 1872. El secretario de la legación y militar, Luis Carlos Augusto Padua Fleury, firmó las cartas de 1876 y el ministro barón de Araújo Gondin, las escritas entre 1877 y 1883 (Cervo, 2013: 41; Carvalho, 1959).
Los primeros reportes tratan de la creciente importancia de la frontera con los indígenas para la política argentina en la década de 1870. El tema de los límites con Paraguay todavía está presente en la documentación y además, las preocupaciones por el movimiento de los ejércitos argentinos y la compra de armamento. En estos momentos, los diplomáticos no ocultaban sus temores sobre la posibilidad de una nueva guerra con Brasil. En estos primeros reportes, el barón de Araguaia expuso sus críticas con respecto al sistema defensivo de la frontera con los indígenas, diciendo que la cuestión fronteriza había sido postergada por la mala gestión del ministro de Guerra, Martín de Gainza (1868-1874). La presencia indígena en la región pampeana generaba un perjuicio económico a las estancias de cría de animales, sobre todo por los malones -las incursiones indígenas en las estancias y poblaciones criollas para robar ganado o cautivos, generalmente en respuesta a invasiones criollas o para presionar al gobierno sobre el pago de raciones o el cumplimiento de acuerdos (Rato, 2009)-. Definidos como "depredaciones de los salvajes", estos malones o "invasiones" generaban inseguridad en los habitantes criollos de las fronteras, víctimas -según el barón de Araguaia- de una ineficaz gestión del ministro de la Guerra. Además, tanto la distancia entre los fuertes como la falta de recursos para los combatientes fueron criticadas por el diplomático. La visión etnocéntrica presente en los documentos argentinos del período fue compartida por los diplomáticos brasileños, que utilizaban palabras como "salvajes" o "vagabundos" para descalificar al indígena y justificar acciones más agresivas para dar cuenta de la inseguridad (García, 2008: 164). La siguiente cita del diplomático Gonçalves de Magalhães muestra esa visión:

O ministro da guerra ficou interpelado a esse respeito no Congresso e ficou patente a falta de segurança em que vivem os habitantes das fronteiras que se acham atualmente ameaçados de uma grande invasão de índios, sem ter quem os defenda eficazmente contra as correrias desses vagabundos.1

En 1872, ese mismo diplomático dio cuenta de la repercusión entre los indígenas de la divulgación de un plan de gobierno sobre la frontera. La consecuencia fue un gran malón que llegó a las proximidades de Buenos Aires. Este interesante relato demuestra tanto el conocimiento de los autóctonos de las noticias que salían de Buenos Aires, como el uso de los malones para presionar al gobierno argentino. Gonçalves de Magalhães también mencionó las tácticas militares de los indígenas para arrear el ganado a sus dominios. Como consecuencia, los indígenas fueron duramente reprimidos, marcando una importante victoria criolla con la batalla de San Carlos comandada por el general Ignacio Rivas, que en palabras del diplomático:

O sr. Gainza, ministro da guerra, quis chamar a si o mérito desta vitória, mas é sabido que foi devido somente a energia do General Rivas. Este acontecimento aqui tem grandes significações, pois permitirá dormir tranquilos, ao menos por algum tempo, os habitantes da fronteira.2

Guerra sin tregua a los "índios"

En el mismo año, 1872, Gonçalves de Magalhães reportó una nueva invasión de indios, y la atribuyó nuevamente a una mala gestión de las fronteras: "desta vez os índios atravessando as linhas a as fortificações das fronteiras, que se diziam bem guardadas".3 Otra vez, las victorias indígenas fueron atribuidas a las malas condiciones de los ejércitos en estos parajes. Otro tema recurrente fue la compra de armamento por parte del gobierno argentino, en especial de fusiles Remington de disparo automático: "não há dúvida que esta República se arma, qualquer que seja o fim dos seus aprestos bélicos".4 La legación de Brasil mostró cierto temor a nuevos conflictos con Argentina, aunque reconoció que la falta de armamentos motivaba la fragilidad criolla en las fronteras. Además, lo que se observa es la creciente idea de una guerra con Chile por la posesión de la Patagonia, algo que habría incentivado la adquisición de aquel armamento.


Imagen 1. Recorte de periódico al final de la carta de Domingos José Gonçalves de Magalhães (AHI. LB en Bs. As. Of., 22/6/1872).

La designación de Adolfo Alsina (1874-1877) al frente del ministerio de Guerra fue muy celebrada por el diplomático y militar, Luis Augusto de Padua Fleury. Las reacciones del gobierno y la mayor presencia en los fuertes, según afirmó, sugerían un cambio favorable para los criollos.5 De acuerdo con él, la postura de Alsina era más ofensiva que la de su antecesor, tras la formación de "colunas expedicionarias ao deserto".6 En 1876, Padua Fleury reportó para el Imperio de Brasil una nueva invasión al mando del cacique Catriel juntamente con una serie de victorias de los indígenas. Se puede concluir que las acciones del gobierno generaron reacciones y resistencias de los indígenas, lo que demuestran que éstos comprendían las estrategias criollas y reaccionaban bien a ellas:

Tem havido encontros entre as forças do governo e as dos Índios, sendo estas ultimas, segundo dizem, vencedoras. O comandante argentino em sua parte oficial dirigida ao Dr. Alsina, ministro da guerra, diz que Catriel, chefe dos índios, lhe mandara um Parlamentar, e a resposta dada por Alsina foi toda condicional [...]. Oficialmente [não] me é possível adiantar qualquer outra informação, por que o governo desta República em iguais emergências guarda sempre o maior sigilo.7

A comienzos de 1877, el diplomático barón de Araújo Gondim siguió en la línea del secretario Padua Fleury y expuso las acciones del ministro Alsina como tentativas de defensa tras las reacciones indígenas a sus incursiones ofensivas. En ese sentido, Araújo Gondim consideraba que la Zanja de Alsina -la construcción de un sistema de fosas y fortificaciones en la línea de frontera al sur de Buenos Aires- aseguraría la defensa de la frontera ante las ofensivas de los indígenas, disminuyendo el riesgo de malones. Sin embargo, no consideraba las acciones de Alsina como defensivas.8 Tras la muerte de Alsina a fines de 1877, la designación de Julio A. Roca como sucesor fue tema de una larga carta firmada por el barón de Araújo Gondim. La elección de Roca fue justificada por su actuación en auxilio de Alsina, como comandante de frontera de Córdoba, y también por ser un militar reconocido por su interés en estrategias de guerra. Además:

Era ele o braço direito do Dr. Alsina, tanto nas gravíssimas emergências d'aquele ano, em que a luta contra os chefes militares de mais prestígio na República parecia até insensata como árduos trabalhos iniciados e prosseguidos pelo falecido Ministro da Guerra para a defesa das fronteiras do deserto contra as frequentes e devastadoras incursões dos índios pampas - problema este cuja solução Dr. Alsina consagr[ou] toda a sua energia nos últimos anos de sua vida, sem ter conseguido outro resultado que cobrir imperfeitamente a fronteira de Buenos Aires.9

No obstante, Araújo Gondim expresó que el estado de las operaciones en la frontera podría perjudicar el nombre y status del militar en ascenso, en el caso de que no fuese solucionado el problema de la seguridad fronteriza, pues el "grande empenho de Alsina" sólo había tenido un resultado imperfecto en la visión brasileña.10 Otra larga carta del mismo autor se ocupó de la "Conquista del Desierto", iniciada en 1879. La campaña militar al mando de Roca finalizó las operaciones contra los indígenas de la Pampa, trasladando la línea de frontera al río Negro. Este proyecto existía desde la década de 1860, pero sólo fue ejecutado a fines de la década siguiente. Después de asumir el ministerio, Roca empezó un plan de operaciones que fueron consideradas más ofensivas, comparadas con las acciones llevadas adelante por Alsina. Esas ofensivas fueron denominadas como "operaciones preliminares" y consistieron ataques sucesivos a los grupos indígenas resistentes, para dispersarlos en la Pampa.
En realidad, estas operaciones se encontraban adelantadas cuando se inició la "Conquista del Desierto" de Roca. Haciendo una observación sobre las opiniones de los opositores y de los aliados a Roca, el diplomático relativizó el éxito de la campaña de 1879, llamándola de "um passeio militar feito com a maior soma de segurança".11 No la consideraba, en su visión, un hecho de"gloriosa conquista de imediata e transcendental importância para a grandeza da República",12 como dirían los adeptos a Roca, aunque tampoco un hecho sin ningún resultado práctico, como afirmaban los adversarios del militar. Para él, Roca solamente había eliminado el "fantasma do deserto", sitio que tampoco creía útil para la producción agrícola o ganadera, considerando con optimismo los planes argentinos de inmigración para la Pampa.13 Para él, los excesivos gastos del gobierno no justificaban el acceso a una tierra estéril:

[...] O Tesouro público gastou cerca de meio milhão de patacões, teve o grande mérito de mostrar praticamente quão infundado era o terror que inspirava o deserto compreendido entre a antiga linha de fronteira, defendida sempre um exercito numeroso, e o grande curso d'água [...] Está hoje provado que não passava de um verdadeiro deserto, percorrido em toda sua extensão pelo general Roca e por outros chefes da expedição sem mais trabalho, além da fadiga própria da jornada, que o de perseguir e tomar os poucos e disseminados indígenas que se entregaram sem a menor resistência.14

Según Araújo Gondim, el desierto era una tierra infértil y el gran mérito de Roca consistía en eliminar el temor al "desierto". Araújo Gondim expuso que no hubo dificultades en la expedición de Roca. Eso fue posible gracias a innovaciones tecnológicas que por primera habían puesto a los criollos en condición de superioridad frente a los indígenas, en términos militares: por ejemplo mediante el uso de los fusiles Remington y de los telégrafos. Empero, en 1881, el mismo diplomático cuestionó la resolución del problema fronterizo, tan comentada tras la "Conquista del Desierto", en ocasión de nuevas invasiones indígenas en la frontera sur, diciendo:

[...] Esses terríveis inimigos das estâncias afastadas do centro ou populações das províncias que confinam com o grande deserto acabam de dar um solene e desastroso desmentido à segurança proclamada pelo governo da República para os estabelecimentos rurais.15

El diplomático denunció que la situación seguía existiendo, aunque el gobierno proclamara un discurso de seguridad con respecto a las fronteras. Por esta razón, la consideración de la "Conquista del Desierto" de Roca como un momento emblemático de consolidación del Estado argentino fue cuestionada tanto por los hechos narrados como por la insinuación de que "poucas tribos [foram] alcançadas pelas tropas expedicionárias",16 en una alusión a la continuación del problema. El discurso del indígena como enemigo interno, igualmente construido por el gobierno argentino (Rodriguez, 2006) para justificar las incursiones contra ellos y legitimar la expansión territorial, también fue utilizado por el diplomático que consideraba las acciones del gobierno como ineficaces para establecer la seguridad de las estancias.
Las últimas cartas analizadas se refieren a 1883 y 1884 y hablan de las expediciones del ejército en la Patagonia y de la situación de los límites con Chile. La persecución a los indígenas en la cordillera de los Andes ocasionó disputas entre los oficiales chilenos y argentinos con acusaciones de invasión del territorio chileno por militares argentinos, aunque la frontera no estuviese bien demarcada. Los conflictos en los Andes demostraron el estado crítico de las
relaciones entre ambos países y la dificultad de solucionar el litigio de límites. La tensión fue narrada en una carta de Araújo Gondim sobre las acusaciones del gobierno chileno de invasión de las tropas del General Conrado Villegas. El gobierno de Chile pidió la restitución de indígenas capturados en territorio chileno, pero Villegas se negó a hacerlo y se retiró de la cordillera.17 Este incidente demostró el nivel de las relaciones entre los países vecinos y la atención del gobierno de Brasil de que una hipótesis de guerra afectaría el equilibrio político regional, así como su relación con esos países. En ese momento, el estado de las relaciones diplomáticas entre Brasil y Argentina se había estabilizado como resultado de las posturas de aproximación del gobierno de Roca, aun cuando el gobierno de Brasil continuaba observando con cautela la compra de armamento por parte de Argentina y los movimientos de las tropas hacia la Patagonia (Doratioto, 2008).

Conclusiones

La mirada de los representantes del gobierno brasileño sobre la "cuestión de indios" en Argentina, demuestra el interés por observar las soluciones dadas por el país vecino a una situación que compartía. Vocablos tales como "salvajes", "barbarie" y "civilización" trascendieron las fronteras nacionales de ambos países, juntamente con las ideas asociadas a la utopía de la "civilización" y el "progreso" de las sociedades. Uno de los ideales compartidos por los gobiernos de los países latinoamericanos, en el transcurso de la formación de los Estados nacionales, fue la adecuación o la transformación de sus realidades a un modelo cultural de civilización europea.
La preocupación del gobierno de Brasil por la compra argentina de armamento acompañó la inquietud por los movimientos militares. Esto demuestra que seguían existiendo posibilidades de conflicto como resultado del temor generado por las políticas expansionistas en Paraguay, resueltas en la década de 1870. También se observa la creciente preocupación del gobierno argentino con Chile sobre la posesión de la Patagonia y por resolver las cuestiones de la frontera interna con los indígenas, garantizando la seguridad de los estancieros. De igual manera, los diplomáticos y demás agentes de gobierno de Brasil también consideraban a los indígenas como obstáculos para la formación de los Estados nacionales, por lo tanto pensaban como legítimas las acciones militares contra las llamadas "invasiones" indígenas a los territorios nacionales. Mientras proclamaba el discurso de una identidad compartida entre "blancos", "negros" e "indios", Brasil también pasó por semejantes conflictos en el mismo período con los grupos indígenas Botocudo, que sufrieron políticas de exterminio disfrazadas en discursos de "civilización" (Holt y Wade, 2003; Celestino de Almeida, 2010).
Como se ha notado, la visión brasileña sobre la "Conquista del Desierto" cuestionó las acciones de Roca con respecto a la consolidación de la seguridad en la Pampa, interpretando los discursos creados en esa ocasión como un medio de ascensión de este militar a la presidencia. Al mismo tiempo, los diplomáticos de Brasil juzgaban como necesarias las operaciones militares en la frontera, pues compartían la idea del "indio" como enemigo interno que debía ser combatido para hacer "expandir la civilización". No obstante, se mostraba una doble percepción: los gastos de las expediciones fueron considerados excesivos para una tierra que no pasaba de ser un "desierto", pero se creía que el gobierno había tardado mucho en realizar esa expedición, tan necesaria a la seguridad y al desarrollo económico de las estancias. Las fuentes diplomáticas, por lo
tanto, agregan un punto de vista muchas veces distinto del oficial. Mezclan la posición personal con la visión del gobierno, dado que buscaban reportar los acontecimientos del país en cuestión en acuerdo con los intereses de sus gobiernos, pero también dibujando un panorama de los puntos considerados más relevantes en el momento. La correspondencia diplomática es una forma de poner en circulación las ideas, los conceptos y las prácticas de gobierno, que salían de su contexto nacional e ingresaban en una red de ideas y prácticas más amplia, situando a estos diplomáticos como agentes de esa circulación.

Notas

1. AHI, Domingos José Gonçalves de Magalhães, LB en Bs As. Ofs. 14/10/1871.

2. AHI, Domingos José Gonçalves de Magalhães, LB en Bs. As. Ofs. 15/3/1872.

3. AHI, Domingos José Gonçalves de Magalhães, LB en Bs. As. Ofs. 22/6/1872.

4. AHI, Barão de Araguaia, LB en Bs. As. Ofs. 21/9/1872.

5. AHI, Luis Augusto de Pádua Fleury, LB en Bs. As. Ofs. 8/1/1876.

6. AHI, Luis Augusto de Pádua Fleury, LB en Bs. As. Ofs. 19/4/1876.

7. AHI, Luis Augusto de Pádua Fleury, LB en Bs. As. Ofs. 19/4/1876.

8. AHI, Barão de Araújo Gondim, LB en Bs. As. Ofs. 25/1/1877.

9. AHI, Barão de Araújo Gondim, LB en Bs. As. Ofs. 6/1/1878.

10. AHI, Barão de Araújo Gondim, LB en Bs. As. Ofs. 6/1/1878.

11. AHI. Barão de Araújo Gondim, LB en Bs. As. Ofs. 18/7/1879.

12. AHI. Barão de Araújo Gondim, LB en Bs. As. Ofs. 18/7/1879.

13. AHI. Barão de Araujo Gondim, LB en Bs. As. Ofs. 18/7/1879.

14. AHI. Barão de Araujo Gondim, LB en Bs. As. Ofs. 18/7/1879.

15. AHI, Barão de Araújo Gondim, LB en Bs. As. Ofs. 14/6/1881.

16. AHI, Barão de Araújo Gondim, LB en Bs. As. Ofs. 14/6/1881.

17. AHI, Barão de Araújo Gondim, LB en Bs. As. Ofs. 28/2/1883.

Archivo consultado

Arquivo Histórico do Itamaraty (AHI), Rio de Janeiro, Brasil.

Fondo Legación de Brasil en Buenos Aires (LB en Bs. As.)

Domingos José Gonçalves de Magalhães, LB en Bs. As. Ofícios, 14/10/18

Domingos José Gonçalves de Magalhães, LB en Bs. As. Ofícios, 15/3/1872

Domingos José Gonçalves de Magalhães, LB en Bs. As. Ofícios, 22/6/187

Barão de Araguaia, LB en Bs. As. Ofícios, 21/9/1872.

Luis Augusto de Pádua Fleury, LB en Bs. As. Ofícios, 8/1/1876.

Luis Augusto de Pádua Fleur, LB en Bs. As. Ofícios, 19/4/1876.

Barão de Araújo Gondim, LB en Bs. As. Ofícios, 25/1/1877.

Barão de Araújo Gondim, LB en Bs. As. Ofícios, 6/1/1878.

Barão de Araújo Gondim, LB en Bs. As. Ofícios, 18/7/1879.

Barão de Araújo Gondim, LB en Bs. As. Ofícios, 14/6/1881.

Barão de Araújo Gondim, LB, en Bs. As. Ofícios, 28/2/1883.

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Fecha de recepción: 18 de enero de 2017.
Fecha de aceptación: 30 de mayo de 2017

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