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Revista de la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología

versão On-line ISSN 1852-7434

Rev. Asoc. Argent. Ortop. Traumatol. vol.88 no.4 Ciudad Autónoma de Buenos Aires ago. 2023

http://dx.doi.org/https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2023.88.4.1775 

EDITORIAL

El camino recto de la evidencia científica

1Hospital Privado Gipuzkoa, Asunción Klinika, Tolosa, Gipuzkoa, España

Propia

Dr. Federico Alfano  

¿Qué es la sensatez?, podríamos definirla como una sabiduría práctica, hacer bien lo que hay que hacer y no hacer, ni bien ni mal, lo que no hay que hacer. La sensatez es el buen juicio, y es sabido que las creencias suelen interferir con él.

Asimismo, es muy difícil negar creencias de las cuales se obtienen beneficios, esto nos ocurre a los médicos y a todos los que forman la cadena del complejo médico-industrial.

La evidencia científica actual tiene dos vertientes: una fuente científica libre de sesgos comerciales y, otra, mercantil. La segunda se tambalea entre la coherencia proclamada –de apariencia científica– que se afirma por multiplicación de los signos exteriores de cientificidad y una coherencia escondida, en principio, “bien intencionada”. Existe en esta una retórica científica que contribuye a darle eficacia y fuerza a la mitología de lo que se intenta imponer.

Como médicos debemos ser capaces de hacer preguntas escépticas, de dudar de las certezas irrefutables de los “grandes referentes” y líderes carismáticos actuales de la medicina moderna, quienes parecen ser los padres de la verdad institucionalizada y que, muchas veces, reproducen el pensamiento hegemónico mientras que están supeditados a intereses particulares. Invito a los jóvenes profesionales a seguir a sus (grandes) maestros, pero sin perder el juicio crítico, y, al final del día, no rendirse al ideal cartesiano de pureza digno de emulación o de obediencia incondicional. Creo que debemos disecar, destripar y estudiar bajo la lupa la evidencia científica que se presenta como una verdad acabada, empaquetada, enlatada y lista para coronarse como la indicación quirúrgica absoluta que nos avala y justifica en el uso de determinado implante o técnica de moda. Evitemos ser tripulantes de una vanguardia iatrogénica signada por el fanatismo. Recordemos que la mayoría de las veneradas novedades fueron, son y serán rápidamente sepultadas y olvidadas.

Por otro lado, es menester recordar que la historia entera de la ciencia es un cementerio de intentos fallidos de asegurar la verdad definitiva, de establecer certezas absolutas e inquebrantables. Sin embargo, nosotros nos debemos como eternos alumnos a ese cementerio de intentos fallidos. Los investigadores que han sido dueños de esos intentos fallidos no son los padres del fracaso, sino todo lo contrario. Son los que cayeron venciendo. En este sentido, la Medicina Basada en Evidencias pone al alcance del médico las pruebas que justifican ciertas conductas diagnóstico-terapéuticas frente a otras. Esto invita a los médicos a articular la evidencia en pos de fundamentar un actuar. Así, en medicina, se piensa con una técnica que se denomina convergencia de evidencias, pero el problema de fondo es tanto la validez como la legitimidad de esas evidencias imprecisas. Finalmente, en el escepticismo crítico, lo que se pone en juicio es la solidez y la imperfección de esas evidencias, y eso es pensar.

Esta instancia de pensar sobre las propias conclusiones y buscar las eventuales fallas del proceso se denomina reflexión; esta demuestra tener conciencia de que el error acecha y de que la incertidumbre está siempre presente.

Como cirujanos, no sólo procesamos información, sino que también somos creadores de nuestros propios paradigmas y, en consecuencia, tanto la realidad que vivimos como la profesión que ejercemos no son algo externo a nosotros, sino que formamos parte de la evidencia científica y los conocimientos actuales como constructores activos de estas. Por ello, bienaventurados sean aquellos investigadores que buscan profundizar nuestro entendimiento en los asuntos de la Ortopedia y Traumatología. Por más pequeños y efímeros que pudieran parecer sus descubrimientos y sus aportes son, desde antaño, el reflejo más eminente del sentido de curiosidad científica que alimenta la cultura y el arte de nuestra especialidad.

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