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Cuyo

versão On-line ISSN 1853-3175

Cuyo-anu. filos. argent. am. vol.40 no.2 Mendoza  2023  Epub 03-Jun-2023

 

Notas y comentarios

La universidad y el compromiso social. Reflexiones sobre las ideas y experiencias pedagógicas de Mauricio López y Arturo Roig1

The university and social commitment. Reflections on the ideas and pedagogical experiences of Mauricio López and Arturo Roig

1Instituto de Filosofía Argentina y Americana, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo / Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales-Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina. Contacto: ramaglia@mendoza-conicet.gob.ar

La idea de realizar un ejercicio de rememoración que se propone como motivo convocante de estas jornadas representa indudablemente un desafío frente a lo que podría considerarse como una fuerte tendencia actual a la pérdida de sentido histórico. Esto último se relaciona con la deriva que siguen los cambios acelerados de nuestro tiempo, lo cual lleva a descartar los acontecimientos del pasado en función de una renovación constante que frecuentemente no alcanza a incorporar lo que contienen de valioso las experiencias anteriores. A la singular relación con la historicidad que prevalece en la consideración del presente como momento que contrae la línea del tiempo, desdibujando el pasado y el futuro, cabe agregar la observación que hace Boaventura de Sousa Santos (2009) cuando denuncia el desperdicio que implica respecto a la diversidad de la experiencia social, en cuanto esta representa una serie de prácticas y de conocimientos alternativos que son invisibilizados por la globalización hegemónica e ignorados por el consenso científico vigente si no se tiene la capacidad de valorar y recuperar esos saberes.

Sin duda que inmediatamente compartimos la intención de recuperar la experiencia que se da en el caso puntual que se plantea como tema a este panel, esto es reflexionar sobre los vínculos entre filosofía, política y universidad a través de la obra que desarrollaron Mauricio López y Arturo Roig. En particular, se trata de considerar la singularidad que tuvieron las propuestas de transformación de la universidad que se implementaron durante la década de los setenta del siglo pasado. Si bien ocurrieron durante un breve periodo de tiempo, que se interrumpió por la intervención de facto de las universidades, acompañada de la brutal represión que se extendió al conjunto de la sociedad argentina, las mismas constituyeron experiencias inéditas que se dieron conjuntamente en San Luis y Mendoza. Las coincidencias que pueden encontrarse responden al similar espíritu que las animaría, tanto en el decidido compromiso social y la amplitud de los ideales que orientarían las reformas llevadas adelante por Mauricio López como primer Rector de la Universidad Nacional de San Luis desde su creación en el año 1973 y por Arturo Roig cuando se desempeña como Secretario Académico de la Universidad Nacional de Cuyo entre 1973 y 1974, durante el rectorado de Roberto Carretero.

Para aproximarnos al sentido que tuvieron estas experiencias, así como a algunos de sus planteos renovadores en cuanto a lo pedagógico y la reestructuración institucional de la universidad, vamos a retomar las consideraciones que realizó el mismo Arturo Roig en distintos textos dedicados a dar cuenta del contexto y las ideas que orientaron las propuestas llevadas a la práctica. En principio se encuentran en él más referencias al proceso de cambio realizado en Mendoza, en el cual tuvo un papel destacado junto a varios impulsores de esa reforma universitaria, pero igualmente se reconocían los antecedentes y similitudes con las alternativas desarrolladas en San Luis con la colaboración activa de muchas personas en el momento que Mauricio López encabezó la creación de esta universidad2. El registro escrito, más los testimonios directos de quienes participaron en esas experiencias de transformación de la universidad, nos proporcionan un punto de vista que enriquece la perspectiva historiográfica. En tal sentido, se trata de retomar para nuestro presente los valiosos aportes realizados en relación a lo que se constituyó entonces como una pedagogía participativa y crítica encaminada a un proceso de integración y liberación de América Latina.

Las circunstancias que se presentan en el período anterior a la implementación de las reformas universitarias de los años setenta han sido relatadas de modo testimonial. En un texto dedicado a recordar su relación de amistad fraterna con Mauricio López, Roig ubica el comienzo de esta relación en el encuentro que tuvieron en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cuyo hacia 1945. El trato cotidiano y afectuoso se extendió a las familias de ambos y a colegas y amigos comunes. También trabajaron juntos en la cátedra de Introducción a la filosofía en el año 1949, en que se realizó el famoso Primer Congreso Nacional de Filosofía en Mendoza, donde ambos colaboraron cercanamente en la organización y tuvieron la posibilidad de relacionarse con muchos de los pensadores nacionales e internacionales que se dieron cita en esa ocasión. Además de estas vivencias, añadía Arturo Roig los momentos compartidos en Europa, sin duda recordados con la nostalgia de sus encuentros en París, poco después de las célebres revueltas estudiantiles de mayo de 1968. En ese clima se iría gestando un intercambio de ideas que estaban vinculadas a intereses compartidos en los estudios filosóficos y en las inquietudes políticas de cambio, al que se agregaría la necesidad de introducir nuevas referencias en el ámbito de la universidad, por lo que decía Roig:

Pero había algo más, estaba de por medio la cuestión pedagógica, que era pasión común de ambos. Habíamos leído a Paulo Freire y a Darcy Ribeiro con quienes teníamos amistad personal y estábamos embarcados en los ideales de una pedagogía participativa. Los vientos de liberación habían comenzado a soplar también en la universidad argentina e impulsaban a promover alternativas frente a sistemas pedagógicos paternalistas y represivos. Y eso lo sentíamos muy fuertemente. Fue así como volvimos, Mauricio y yo a embarcarnos, casi a la par, en una lucha de reforma profunda de la universidad, transformación que ciertamente la entendíamos dentro del marco de un cambio sustancial de las relaciones humanas en todos los ámbitos (Roig, 2003, p. 147).

En esta cita se presentaban las motivaciones fundamentales que animaron los cambios que fueron impulsados en esos años, en que no eran ajenas las esperanzas de modificar estructuras arraigadas en el marco de la agitada vida universitaria de la época y de las diversas formas emergentes de reclamo de una liberación nacional y social. Cabe señalar que esta transformación se vinculaba, además, con la dimensión profunda de sostener otra modalidad en torno a las relaciones humanas, de la cual ambos darían además un testimonio en lo personal. La misma hace referencia inmediatamente a la necesidad de alcanzar nuevas prácticas en la relación pedagógica, que se comprendía en el contexto más amplio de un cambio de las relaciones sociales y políticas en que se manifestaban distintas formas de subordinación. En el plano de la educación esta forma jerárquica y verticalista se reflejaba en el tradicional sistema de cátedras, que se convertía en un obstáculo para desarrollar participativamente la tarea de docentes y alumnos y, en última instancia, la construcción del mismo conocimiento3.

Por cierto que a la base de estos planteos en lo educativo se encuentra una concepción filosófica que partía de considerar que todos somos sujetos que poseemos dignidad e historicidad. Esto se traduciría en la idea de la capacidad de autoafirmación y de la posibilidad de transformación de las propias circunstancias, que Arturo Roig ampliaría en sus tesis referidas al pensamiento latinoamericano y la historia de las ideas4. La referencia a Paulo Freire nos dice también que una pedagogía con sentido liberador se dirigía a los sectores más postergados que se los considera como destinatarios y poseedores al mismo tiempo de saberes válidos.

Entre las principales iniciativas que se emprendieron con la discusión y participación amplia de estudiantes y docentes en Mendoza y San Luis está la reorganización de las universidades en función de “áreas curriculares” o “unidades pedagógicas”. Esta propuesta, que venía a remplazar la estructura rígida de las cátedras, había tenido referencias previas en cada universidad provincial. Roig destaca, en particular, la tendencia innovadora que había sido realizada en la Facultad de Pedagogía y Psicología de la Universidad Nacional de San Luis al implementar un sistema de áreas curriculares ya desde el año 1971, el cual reordenaba las cátedras existentes de esta facultad en campos del saber5. Este antecedente de lo que fueron las reformas de unos años después, al igual que inciden otras experiencias pedagógicas alternativas que se darían en esa época a nivel nacional, expresarían la necesidad de cambios radicales que surgían en buena medida de los movimientos estudiantiles y políticos, así como de profesores y directivos que se embarcaron con decisión y creatividad a llevarlos adelante, aún frente a la resistencia de quienes detentaban posiciones conservadoras y elitistas que mantenían el status quo en el ámbito de la enseñanza y de la organización universitaria.

Ahora bien, interesa detenernos en la consideración de cuáles eran los fundamentos de las propuestas de reforma y qué significó particularmente la reorganización por áreas curriculares. En una conferencia que diera en el año 1985 en la Universidad Nacional de San Luis, Roig presentó una síntesis abarcadora de la experiencia desarrollada durante los años 1973 y 19746. En su análisis detallado se establecía una diferencia radical entre esta iniciativa renovadora impulsada en la universidad argentina con respecto a la de la etapa anterior de 1966 a 1973. Este último periodo, que corresponde a la ideología desarrollista, había avanzado con un plan de departamentalización de las universidades, entre ellas muchas eran de creación reciente, como respuesta al sobredimensionamiento de las principales universidades de entonces y con la intención de evitar la politización que crecía en esos años. Además de la observación crítica sobre este último aspecto, era evidente que la tendencia a la reestructuración por departamentos se mostraba funcional a un proyecto político-educativo impulsado desde concepciones tecnocráticas que tomaban como modelo a las instituciones universitarias de los Estados Unidos de Norteamérica.

El punto de partida de la implementación de la reforma por áreas de integración curriculares, tal como se dio en San Luis y Mendoza, era una forma de reorganización por unidades pedagógicas que remplazaban directamente al sistema de cátedras. En este sentido -aclara Roig-, se ponían en cuestión las formas de departamentalización iniciadas en la etapa desarrollista, porque se partía de un supuesto distinto respecto a la misma orientación del cambio necesario para la universidad en coincidencia con cambios políticos de fondo que se reclamaban. Básicamente, a nivel de las prácticas y discursos políticos de entonces, había cobrado fuerza la denuncia de la situación de dependencia, que constituía un problema teórico que desde su planteamiento en las ciencias sociales latinoamericanas se había extendido a una consideración de distintos ámbitos de nuestras sociedades, incluida la cuestión de la dependencia cultural. Desde esta perspectiva eran sostenidas una serie de posiciones críticas que, además de la teoría de la dependencia, podrían asociarse con los planteos derivados de la filosofía y la teología de la liberación, que se generaron en ese momento y se propagaron con inmediatas repercusiones en toda América Latina. Mas, en lo fundamental, esto significaba una ruptura con los planes de desarrollo bajados desde los países centrales, por lo cual se trataban de indicar las bases de un proceso autónomo que debían seguir los países latinoamericanos.

En el ámbito de la universidad se darían una serie de respuestas críticas y creativas para impulsar transformaciones que atendían las propias necesidades locales. Un ejemplo de estas iniciativas, que ya se ha mencionado antes, es el de los planes para la universidad brasileña que había implementado Darcy Ribeiro en la década de los sesenta, la cual había inspirado un proceso similar en la Universidad Nacional de La Plata cuando fue Rector Rodolfo Agoglia, en los mismos años que se emprendió la reforma en Mendoza -por tomar uno de sus ejemplos significativos-, pero es sabido que las ideas innovadoras del intelectual brasileño inspiraron y orientaron numerosas alternativas de cambio en varias universidades latinoamericanas. Como es posible observar, existen vasos comunicantes entre las distintas experiencias que surgieron en el país y en Latinoamérica de modo disruptivo en esa etapa de renovación y de efervescencia.

Volviendo a la exposición que hace Arturo Roig de la renovación pedagógica que se vivió concretamente en la Universidad Nacional de Cuyo en ese corto período, cabe retomar algunos de sus lineamientos centrales. Como reforma integral apuntaba a superar una tendencia que se había concentrado en el profesionalismo, es decir, el objetivo de formar solo para una titulación profesional descuidando la producción de ciencias básicas, incluida una cierta reducción instrumental del saber. Aparte de promover cambios en el proceso de enseñanza-aprendizaje y en la evaluación, el aspecto estructural se dirigía a la creación de nuevas unidades pedagógicas de acuerdo a la constitución de las áreas curriculares según la nueva orientación ideológica que se ha comentado anteriormente. El nuevo espíritu que animó a esta reforma la describe Roig en sus alcances fundamentales:

La profundización señalada se encaminó a lograr los siguientes objetivos que en forma breve vamos a comentar: constituir cada unidad pedagógica en lo que entonces se daba en llamar “comunidad educativa organizada” en la cual docentes y alumnos compartieran la responsabilidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, liberar la estructura formal de los planes de estudio, haciendo posible de este modo una movilidad real del personal docente; obtener una efectiva integración de docencia, investigación, prestación de servicios y eventualmente de producción; alcanzar una labor interdisciplinaria ya sea atendiendo a afinidades epistemológicas, curriculares o funcionales y, en fin, obtener el montaje de un sistema flexible que permitiera atender a las mayores demandas educativas como consecuencia de una política de inscripción irrestricta (Roig, 1998, pp. 122-123).

Y más adelante, Roig afirmaba el avance hacia una “desescolarización” que implicaba la nueva concepción de las relaciones educador-educando, tal como se las planteó en un documento de esos años:

Lo fundamental es pues avanzar hacia nuevas relaciones pedagógicas las que si bien, inevitablemente, dentro de la estructura actual de la Universidad Argentina, no escaparán a una cierta “institucionalización”, permitan relaciones humanas espontáneas y libres, abiertas a la realidad, que no dependan de formalidades afirmadas como valiosas en sí mismas, que son la muerte de toda tarea educativa (Roig, 1998, p. 124).

Ciertamente que aquí se rescata el sentido fundamental que posee la educación en función de los sujetos y sus modos más libres de interacción, antes que la entronización de los sistemas formales e institucionales.

Esta experiencia transformadora de Mendoza se activó especialmente en las Facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias Políticas y Sociales, que fueron las que también más sufrieron inmediatamente la persecución y represión desatadas con la llamada misión Ivanisevich a partir de 1975 y se profundizaron con la dictadura militar que se impuso en los años siguientes. Por otra parte, -aclara Roig- que la departamentalización interna que suponían las áreas, si bien puso en cuestión las cátedras, no llegó a desplazar la organización por facultades por varios motivos; uno de ellos era que la tarea de formación de profesionales que tenían a cargo tradicionalmente las facultades podía orientarse a dar respuestas a situaciones concretas de la realidad social.

De la evaluación que surge de estas páginas y de los relatos testimoniales que nos transmitió Arturo Roig, y por su intermedio de las mismas tareas e ideales que compartió con Mauricio López, podría afirmarse que estas reformas emprendidas en la universidad constituyeron una experiencia singular y audaz de transformación en la que ellos se comprometieron en cuerpo y alma. Cabe esta expresión frente a la deriva trágica que se siguió con la desaparición y el exilio en uno y otro caso, un verdadero contrasentido ante la afirmación de la vida que suponían ambos en su apertura generosa a los demás. Lamentablemente fueron experiencias interrumpidas tempranamente, cuando recién se comenzaban a producir los cambios sustanciales que se procuraban para nuestras universidades.

Volver sobre esos momentos fundacionales representa realizar un ejercicio de memoria, que nos permite reencontrarnos con la vigencia que poseen esos ideales en su sentido más profundo, al tender a la realización de formas más libres y plenas en las relaciones humanas. En este caso particular nos referimos a la significación que poseen en el plano de la educación, en que esas propuestas se desarrollaron en una determinada coyuntura histórica, las cuales pueden ser retomadas teniendo en cuenta su realización desde las circunstancias actuales. Nos animaríamos a decir que esos ideales se encuentran ya incorporados en parte en nosotros cuando transformamos la historia en algo vivo, en que cobran fuerza las enseñanzas que hemos recibido de ciertas personas excepcionales y recuperamos lo que hay de valioso en las alternativas que intentaron avanzar hacia un proceso de democratización que involucró inmediatamente a la vida universitaria.

Bibliografía

Aveiro, Martín Omar (2014). La universidad inconclusa. De la Ratio Studiorum a la reforma universitaria en Mendoza (1973-1974). Mendoza: EDIUNC. [ Links ]

López, Mauricio Amílcar (1989). Los cristianos y el cambio social en la Argentina. Tomo I: Panorama histórico y social, 1965-1975. Mendoza: Fundación Ecuménica de Cuyo. [ Links ]

López, Mauricio Amílcar (1992). Los cristianos y el cambio social en la Argentina. Tomo II: Análisis de documentos. Mendoza: Fundación Ecuménica de Cuyo . [ Links ]

Roig, Arturo Andrés (1981). Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano. México: Fondo de Cultura Económica. (Segunda edición corregida y aumentada: Buenos Aires, Una Ventana, 2009). [ Links ]

Roig, Arturo Andrés (1998). La universidad hacia la democracia. Bases doctrinarias e históricas para la construcción de una pedagogía participativa. Mendoza: EDIUNC . [ Links ]

Roig, Arturo Andrés (2003). Aquellos años de esperanza y dolor. Recuerdos de Mauricio López, filósofo y teólogo de la liberación. Erasmus. Revista para el diálogo intercultural. Tema: Filosofía de la liberación. Balance y perspectivas 30 años después. Río Cuarto: Ediciones del ICALA, año V, (1/2), 143-160. [ Links ]

Santos, Boaventura de Sousa (2009). Una epistemología del Sur: la reinvención del conocimiento y la emancipación social. México: Siglo XXI / CLACSO. [ Links ]

El autor

1 El presente trabajo fue presentado en su versión original en las II Jornadas de Historia y Memoria de la Universidad Nacional de San Luis. A 40 años de su creación, en el marco del panel: “Historia de la Universidad: filosofía, política y universidad. Mauricio A. López y Arturo Roig”, que se realizaron en la Universidad Nacional de San Luis, los días 24, 25 y 26 de abril de 2013. Lo dicho en esa oportunidad se reproduce con mínimas modificaciones en conmemoración de los cincuenta años de la fundación de la universidad puntana y de la reforma pedagógica llevada a cabo en la Universidad Nacional de Cuyo.

2Para profundizar en las ideas de Mauricio López puede consultarse: López, 1989, 1992.

3Un estudio detallado de la reforma universitaria desarrollada en la Universidad Nacional de Cuyo en los setenta se encuentra desarrollado en: Aveiro, 2014.

4En sus aspectos fundamentales estas tesis se encuentran desarrolladas en uno de sus libros más conocidos en relación a la teoría, crítica e historia del pensamiento latinoamericano. Cf. Roig, 1981.

5Véase: “Un proceso de cambio en la universidad argentina actual (1966-1973)”, en: Roig, 1998, pp. 67-97. Este trabajo fue publicado originalmente en la Revista de Filosofía Latinoamericana, Buenos Aires, Castañeda, año 1, nº 1, 1975.

6Véase: “Un experimento de pedagogía participativa. El ensayo de los años 1973-74 en Mendoza”, en: Roig, 1998, pp. 99-128.

Recibido: 04 de Octubre de 2023; Aprobado: 22 de Noviembre de 2023

Dante Ramaglia. Licenciado y Doctor en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina. Desarrolla actividades docentes de grado y posgrado en la misma Universidad. Actualmente es Director del Instituto de Filosofía Argentina y Americana de la mencionada Facultad. Se desempeña, además, como Investigador Independiente del CONICET en el Grupo de Investigación en Filosofía Práctica e Historia de las Ideas, perteneciente al Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales (INCIHUSA-CCT Mendoza).

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