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Revista argentina de cirugía

versão impressa ISSN 2250-639Xversão On-line ISSN 2250-639X

Rev. argent. cir. vol.112 no.3 Cap. Fed. jun. 2020

http://dx.doi.org/10.25132/raac.v112.n3.imla.es 

EDITORIAL

In memoriam: Prof. Dr. Luis Gramática

Francisco Florez Nicolini

Paul Lada

Es un gran honor poder expresar la trayecto ria de un eximio maestro de la cirugía de Córdoba, de nuestro país y del mundo entero, quien ha sido para nosotros ‒además de nuestro mentor en cirugía‒ un permanente apoyo y un consejero y amigo inconmen surable.

Expresidente de la Asociación Argentina de Cirugía 

Luis Gramática nació en Villa Dolores, una ciu dad del oeste cordobés, el 14 de noviembre de 1940. Hijo de Ferrante José Gramatica y Sara Ema Mateos por los cuales sentía una pasión especial, cursó allí sus es tudios primarios y secundarios para luego ingresar en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Na cional de Córdoba donde fue un alumno destacado. Al terminar sus estudios, comenzó a trabajar en la Cátedra de Anatomía Descriptiva, donde tuvimos la oportuni dad de conocerlo. No pasaba inadvertido e impresio naba con sus conocimientos y la facilidad con que los exponía. A su vez inició su actividad como cirujano, in corporándose como médico del Servicio de Cirugía N° 2 del Hospital de Clínicas de Córdoba, que años atrás había fundado el Dr. Pablo Luis Mirizzi, y continuó rigu rosamente su escuela.

Luego de un tiempo decide completar su for mación quirúrgica en España y logra ingresar en el Hos pital de la Santa Cruz y San Pablo, en el Servicio de Ci rugía General y Digestiva, que dirigía en ese momento el Profesor Jaime Pi Figueras, quien poseía un reconoci miento mundial y a quien Luis consideraba su verdade ro maestro. Conoce en el Hospital a Concepción Bosch, con quien se casa y que fue su inseparable compañera a través del tiempo. Tuvo tres hijos: Luis, quien siguió la actividad quirúrgica junto a él, Gabriel y Gerard, estos últimos prestigiosos abogados en la ciudad de Córdoba.

Terminado su entrenamiento en Barcelona, emigra a los Estados Unidos, donde es recibido en la Norwestern University de Chicago; allí se dedica de lleno a la investigación en enfermedades pancreáticas bajo la dirección del Prof. Marion Anderson. Luego via ja a Francia para completar esos estudios junto al Prof. Henry Sarles, en Marsella.

Tiempo después vuelve a Córdoba, donde al poco tiempo expone su Tesis Doctoral titulada Cole cistopancreatitis, que obtiene la máxima calificación. Esta circunstancia y su pasión por el páncreas lo llevan a ocupar los principales estrados de la comunidad qui rúrgica.

También se propuso desarrollar una experien cia en cirugía de colon, recto y ano en el Hospital San Mark de Londres. Posteriormente ganó por concurso la beca JICA que lo llevó a Japón y, bajo la dirección del Prof. Endo, realizó una importante experiencia en ciru gía esófago-gástrica.

De regreso a Córdoba, gana por concurso el cargo de Profesor Titular de la II Cátedra de Clínica Qui rúrgica y, posteriormente, asume como Jefe del Servi cio de Cirugía.

Pero quizás, sus viajes más importantes como comentaba con pasión, junto a las experiencias que lo dejarían marcado para siempre, fueron los que hacía a África en compañía de uno de sus discípulos más queridos, el Dr. Ernesto Papa. No hay duda de que dejó ayudas de tremenda magnitud, asistiendo y operando a numerosos enfermos en misiones humanitarias en Camerún y Mali.

Tenía un especial cariño por la Asociación Ar gentina de Cirugía, donde se desempeñó en el año 2001 como presidente del 72° Congreso Argentino de Cirugía y 2 años más tarde llegó a la Presidencia de la Institución.

Pero, para él, lo más importante en su tra yectoria médica fue su dedicación a la formación de nuevas generaciones. Permanentemente se pregunta ba qué era lo mejor para poder ofrecerles. Así pudo enviar a numerosos médicos para realizar experiencias en importantes centros, tanto en el país como en el ex terior. Formó numerosos discípulos entre los que nos encontramos ‒junto a profesionales de dilatada tra yectoria como Orlando Mdalel‒ Jorge Saliba, Rolando Montenegro, su hijo Luisito, Roberto Badra, Francisco Bergesio, Daniel Beyrne, Cristian Dutari, Federico Gari botti y muchísimos más. Era un placer acompañarlo en una visita de sala. Siempre deslumbraba con su habili dad para resolver los casos problema, y sus propuestas diagnósticas eran de una solidez increíble. Cuando su bíamos a quirófano, nos impresionaba con su destreza y por la precisión en aplicar una técnica quirúrgica. Una actividad que disfrutaba era la de compartir un café con todos sus discípulos en el bar frente al hospital, des pués de las recorridas de sala o al finalizar una cirugía. Eran verdaderos ateneos en los cuales participábamos la mayoría de los médicos de una manera muy distendi da, y él cariñosamente las llamaba Charlas de Ortega y Gasset.

Su preocupación fue siempre asistir a los ciru janos. Estaba presente apenas se lo necesitaba y ayudó desinteresadamente a muchísimos, tanto ante una difi cultad, como frente a una grave complicación.

Querido Luis, siempre te recordaremos con un cariño inmenso, un gran respeto y una profunda ad miración.

Que descanses en paz.

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