Los lipomas gastrointestinales son tumores grasos y benignos, que se localizan con mayor frecuencia en el colon (64%) y en el intestino delgado (31%), predominan en el íleon, y menos frecuentemente en el yeyuno (2%)1),(2),(3),(4. Por lo general, los tumores de intestino delgado son asintomáticos por lo que se descubren incidentalmente durante el estudio de otras enfermedades. Se vuelven sintomáticos al presentar complicaciones como sangrado, intususcepción u obstrucción. Su clínica silente, con síntomas imprecisos y tardíos junto al acceso endoscópico dificultoso, los convierte en un desafío diagnóstico2),(3),(5.
Presentamos un caso infrecuente de intususcepción de un lipoma yeyunal ulcerado en un adulto, diagnosticado en el contexto de un cuadro de hemorragia digestiva de causa difícil de diagnosticar.
Paciente femenina de 67 años, que consultó por episodio de melena y dolor abdominal posprandial, de tipo cólico e intensidad moderada. Manifestó dolores similares en los dos meses previos, con alteración del hábito evacuatorio y alternancia entre constipación y diarrea, distensión abdominal y náuseas posteriores a la ingesta.
Antecedentes: anemia microcítica crónica en estudio, tratada con suplemento ferroso. Ingresa con valores de hematocrito de 20% y hemoglobina de 5,9 g/dL, por lo que se decidió transfusión de 1000 mL de concentrados eritrocitarios.
En el examen físico presentó palidez mucocutánea, deshidratación leve; abdomen ligeramente distendido, levemente doloroso generalizado, sin defensa ni peritonismo. Tacto rectal: esfínter normotónico y materia fecal normoformada con restos de melena.
Se realizó videoendoscopia digestiva alta que informó ausencia de lesiones hasta la segunda porción duodenal, sin estigmas de sangrado.
Ante la falta de disponibilidad de videocolonoscopia en la emergencia y estudios endoscópicos de mayor complejidad en el nosocomio, se continuó algoritmo diagnóstico realizando tomografía de tórax, abdomen y pelvis con contraste oral e intravenoso, en la que se observó un engrosamiento parietal circunferencial de 10 mm, focalizado en un asa yeyunal, con realce tras la administración de contraste y tendencia a la invaginación, compatible con un proceso tumoral (Fig. 1).
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FIGURA 1 Tomografía con contraste oral. Engrosamiento parietal de intestino delgado con tendencia a la intusucepción (flecha).
Con el diagnóstico presuntivo de lesión tumoral como causa de la hemorragia activa en estudio, sin posibilidad de realizar hemostasia endoluminal, se intervino quirúrgicamente mediante laparotomía. Como hallazgo intraoperatorio se evidenció, a 30 cm del ángulo de Treitz, la intususcepción de una formación duro elástica intraluminal de 5 cm, sin signos de oclusión intestinal (Fig. 2A). Se realizó resección con márgenes de seguridad de 5 cm y anastomosis terminal en dos planos. La paciente cursó el posoperatorio sin intercurrencias, con alta hospitalaria al sexto día.
El estudio por diferido de anatomía patológica reveló lipoma de 4 × 2 cm asociado a intususcepción con extensas áreas de ulceración (Fig. 2B).
Los tumores de intestino delgado son infrecuentes y están compuestos por un amplio espectro de neoplasias malignas y benignas6. Los adenocarcinomas son los tumores malignos primarios más frecuentes del intestino delgado. Los tumores benignos como lipomas, fibrolipomas, miomas o heterotopías generalmente se presentan como masas submucosas. No siempre puede realizarse diagnóstico etiológico prequirúrgico sin biopsia previa2),(5.
Los lipomas son de origen mesenquimático, localizados en el 90% de los casos en la submucosa1 y aparecen como una protuberancia sésil extrínseca hacia la luz que, debido a la peristalsis, pueden volverse pediculados y desarrollar invaginación intestinal1. Presentan una incidencia de entre 0,035 y 4,4%, y son más frecuentes en personas de 50-70 años2.
En su mayoría son de pequeño tamaño y asintomáticos, con diagnóstico incidental3),(4. Según algunas series publicadas, los mayores de 2 cm pueden presentar síntomas inespecíficos: 68% dolor abdominal de tipo cólico, 35% náuseas o vómitos, 33% sangrado gastrointestinal, 12% distensión abdominal, 11% anemia y 9% alteraciones en el hábito evacuatorio2),(3),(5. Estos síntomas son secundarios a cuadros de intususcepción u oclusión intermitente4.
Los lipomas yeyunales producir intususcepción y, por efecto mecánico contra la pared intestinal, producir isquemia y ulceración, generando hemorragias digestivas1),(5. La intususcepción intestinal es más común en niños en quienes suele ser idiopática, mientras que en los adultos es infrecuente y se asocia a causas orgánicas3),(5.
El algoritmo diagnóstico incluye una amplia variedad de estudios. Las video endoscopias digestivas altas y bajas son los exámenes complementarios de primera línea para el estudio de las hemorragias digestivas2),(5, aunque suelen arrojar un resultado negativo debido a la localización anatómica de estos tumores. Otros estudios como la enteroscopia y la endocápsula pueden ser de utilidad, aunque no siempre se cuenta con la disponibilidad para su realización2),(3),(6.
La tomografía es de uso frecuente para el estudio de cuadros de dolor abdominal, y un alto porcentaje de estos tumores se diagnostica por este método. Presenta una sensibilidad del 71 al 87% y una especificidad cercana al 100% para detección intususcepción de tumores de intestino delgado3. Es el método más sensible para detectar intususcepciones aunque, a diferencia de los estudios endoscópicos, no incluye posibilidad terapéutica o toma de biopsia6.
En la literatura se menciona el tratamiento resectivo endoscópico en casos seleccionados por su tamaño y ubicación6. Otra opción es la resección quirúrgica y anastomosis, convencional o laparoscópica3),(6. La extensión de los márgenes de seguridad sigue siendo hoy en día un tema de discusión3.Los lipomas sintomáticos deben ser resecados independientemente de su tamaño6.
En conclusión, los lipomas yeyunales son tumores infrecuentes que suelen ser asintomáticos y diagnosticarse de manera incidental. Pueden complicarse y generar cuadros de suboclusión intestinal o hemorragia digestiva que representan un verdadero desafío diagnóstico. La resección quirúrgica sigue siendo el tratamiento de elección para los lipomas grandes y complicados.