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Relaciones internacionales

versão On-line ISSN 2314-2766

Relac. int. vol.30 no.61 La Plata jun. 2021

 

Lecturas

Latin America in Global International Relations

Juan Ignacio Percoco1 

Melina Torús2 

Marie Zani Begoña3 

1CONICET - UNR - UNSAM

2UADE-UNDEF

3UBA

Acharya, Amitav; Deciancio, Melisa; Tussie, Diana. Latin America in Global International Relations.. 2021. Routledge, Taylor & Francis Group, Nueva York: 267p. ISBN: ISBN: 978-1-003-02895-6 (Ebook)..

Hace poco, como miembros de la disciplina de las Relaciones Internacionales, nos reunimos y celebramos el aniversario número 100 de nuestro campo de estudios. Una festividad simbólica, anclada en una fecha arbitraria: la creación de la mítica primera cátedra de Relaciones Internacionales en Aberystwyth. Sin embargo, hay poder en los símbolos: un significado que deja asentadas realidades del poder y que, en este caso, no es la excepción.

Es una verdad de perogrullo, a esta altura, que el campo de conocimiento de las relaciones internacionales ha sido dominado por visiones, conceptos, prácticas y códigos asentados fuertemente en occidente (más específicamente en Estados Unidos y Europa occidental). Moldeado por esta cosmovisión, las Relaciones Internacionales les han dado poca importancia a aquellos que no pertenecían al “resto”, como eran considerados en los principales claustros académicos del Norte (Acharya, 2017, 77). Relegados a un rol pasivo, de “tomadores de normas”, el mainstream de la disciplina desechó los diferentes órdenes mundiales y sistemas internacionales pergeñados e ideados por milenarias civilizaciones, como India, China y el Islam (Acharya, 2017, 78), así como las reflexiones provenientes de cualquier punto del Sur.

Sin embargo, en los últimos años y como resultado del incansable trabajo de cientos de académicos insertos en los principales centros de estudios del Norte, así como en renombrados institutos de investigaciones del Sur global, los vientos comienzan lentamente a cambiar. Es en esa tarea que el proyecto de las Global International Relations (GIR), y esta obra en particular, se insertan como un aporte central para rescatar la voz de aquellas contribuciones ignoradas.

En este marco retomamos a las GIR como una invitación al cuestionamiento de aquello considerado “natural” o “evidente” en la disciplina, un desafío a discutir los cánones que cimientan las interpretaciones del orden global y dar cabida a nuevas visiones, nuevos órdenes. Para contribuir a esta tarea necesaria, las GIR procuran la incorporación de enfoques “no occidentales” que informen al campo de las Relaciones Internacionales y ayuden a estudiar el sistema internacional, no solo limitado al plano político-estratégico, sino también al cultural y civilizatorio. De esta manera, podremos interpretar cabalmente a las Relaciones Internacionales como el producto de intercambios y aprendizajes mutuos entre diversas civilizaciones y Estados, sin dejar de lado que estos vínculos han estado marcados por asimetrías de poder en diferentes puntos de la historia. En este punto, Latinoamérica y el Caribe juegan un rol fundamental. La región se posiciona en una compleja relación de no pertenencia plena al mundo “no-occidental”. Sin embargo, tampoco es incorporada plenamente al círculo de “occidente”. Como diría Rouquié, transita esa caracterización de “extremo occidente”, artífice de instituciones medulares del orden liberal occidental, pero siempre relegada a una posición periférica como se atestigua en este tomo.

En este contexto, la obra editada por Acharya, Deciancio y Tussie no busca sólo dar cuenta de los desarrollos teóricos locales de América Latina, sino dar pie a una reflexión teórica que invite a un discusión e integración del Sur Global con aquellas producciones del mainstream occidental. Este diálogo implica el proyecto de construir conceptos y enfoques que sean producto de las realidades latinoamericanas, pero con una capacidad de aplicación por fuera de las fronteras de la región. Se busca, como objetivo final, solidificar una visión de su capacidad de agencia (así como sus teorías) que se contraponga a las ingentes narrativas de la marginalidad.

En su trabajo Arie Kacowickz y Danile Wajner analizan las propuestas normativas y filosóficas, provenientes de América Latina, para caracterizar diferentes órdenes mundiales. Y, de esta manera, procuran saltar las concepciones hegemónicas que ubican a la región en una posición netamente subordinada. El texto contrapone las visiones provenientes del Norte Global a las respuestas, alternativas y escenarios complementarios generados desde Latinoamérica. Centrándose en tres grandes áreas temáticas (paz y seguridad; Economía Política Internacional, desarrollo y globalización; Análisis de Política Exterior), los autores recuperan en ese recorrido los lineamientos del desarrollismo, la escuela dependentista, las líneas autonómicas y los planteos regionalistas.

El capítulo escrito por Carsten-Andras Schulz plantea una interesante discusión en torno a dos términos centrales para la disciplina y la región, a saber: la noción de agencia y la de autonomía. Elaborando las distinciones entre ambos conceptos y conjugando los aportes de la escuela autonómica latinoamericana con aquellos aportes de la literatura del “emprendedurismo normativo”, el autor discute los alcances de la agencia de actores no hegemónicos en el sistema internacional y su capacidad de moldear sus reglas estructurales.

Por su parte, Matias Spektor introduce el concepto de “compactos sociales regionales” para analizar los mecanismos transnacionales a través los cuales opera la hegemonía en la práctica. Haciendo foco en la conformación y operación de las “tecnologías de represión” utilizadas por los gobiernos de facto en uno de los capítulos más oscuro de la historia latinoamericana, el autor profundiza la manera en que las elites latinoamericanas y norteamericanas interactuaron para consolidar un orden determinado, a costa del sufrimiento humano de miles de personas

El capítulo producido por Kristina Hinds realiza un recorrido a través de la producción de conocimiento emanado del Caribe y muestra cómo las visiones del mundo producido en la región insular pueden brindar un aporte al proyecto de GIR. Dada la particularidad de su historia, su desarrollo y el rol central de la esclavitud en ambos, no es de extrañar que la forma de interpretar al mundo se encuentre atravesada por una lectura racializada. A diferencia del mainstream de la disciplina, el rol del Estado ocupa un segundo lugar, ante la preponderancia de las relaciones de opresión de corte racial y cómo éstas operan en la estructuración del orden internacional. El apartado donde se rescatan los aportes teóricos del feminismo caribeño merece una mención especial. Al vincular visiones en donde raza, género y los mecanismos del capitalismo interactúan, las mujeres y diversidades del Caribe producen un conjunto de trabajos asentados en líneas postcoloniales que interpelan profundamente al eurocentrismo de la disciplina.

En su aporte, Amaya Querejazu y Arlene B. Tickner resaltan la importancia de la pluralidad teórica de las relaciones internacionales y reflexionan sobre las diversas teorías pensadas desde América Latina. Este recorrido, a su vez, señala cómo estos desarrollos no han atraído la atención de muchos académicos debido a su aparente incomprensibilidad e inconmensurabilidad cuando se lo ve desde el interior de un marco ontológico y epistemológico particular. Asimismo, afirman que los saberes latinoamericanos explorados llaman la atención sobre la idea de que el conocimiento relevante y significativo puede significar algo bastante diferente de lo que normalmente se presume por los enfoques dominantes de la práctica académica. Y, en conclusión, muchos académicos de las Relaciones Internacionales podrían rehuirles a los conocimientos transformadores que ofrecen los enfoques latinoamericanos.

En el séptimo capítulo, Oliver Stuenkel parte desde el fin de la Guerra Fría y el fin del orden bipolar para explicar la relación de Estados Unidos con América Latina. Sostiene que la dirigencia de la región percibía a Washington como la principal amenaza a la paz y la seguridad internacional. A partir de esta apreciación, el autor explica la inserción de China como un actor en la zona, cuya estrategia es contrarrestar al poder americano. Asimismo, sostiene que las características particulares de América Latina en el “post western world” proveen importantes contribuciones a las GIR. Esto es resultado de la gran cantidad de académicos especializados en China y Asia, y el establecimiento de mayores redes de conexión y centros de estudios evidenciados en la región. A su vez, sostiene que, a pesar de la crisis de cooperación regional, hay evidencia suficiente de que los intercambios entre académicos de las relaciones internacionales no se verán afectados y que la geopolítica del siglo XXI contribuye a la generación de conocimiento y la construcción de las GIR.

A continuación, Jorgelina Loza realiza un recorrido sobre los aportes de América Latina a la teoría feminista y cómo estas visiones realizan contribuciones a las relaciones internacionales, centrándose en conceptos como los de subordinación y dominación. A su vez, retoma los aportes de los enfoques poscoloniales y decoloniales para analizar las teorías desde perspectivas no eurocéntricas y recuperar el rol del Sur Global para comprender dinámicas globales estructurales. Sostiene que la experiencia de las mujeres de América Latina nos ayuda a comprender las relaciones de poder y subordinación de un mundo que ya no está centrado en occidente sino en la heterogeneidad.

En el trabajo de Cintia Quiliconi y Renato Rivera Rhon, se abordan los diversos aportes de la región hacia la Economía Política Internacional (IPE), las diversas teorías y sus debates metodológicos y epistemológicos. Los autores sostienen que dichas contribuciones han estado influidas por la combinación de las interacciones entre economía, política y sociedad y, a su vez, la discusión sobre la inserción internacional. Finalmente, reflexionan sobre la importancia de las GIR a la hora de darle mayor visibilidad a las teorías de la región que podrían dar respuestas a países con las mismas características que las naciones latinoamericanas.

En el décimo capítulo de este volumen, Arturo Santa-Cruz se propone examinar el regionalismo latinoamericano. En una lectura constructivista del fenómeno, el autor indaga en uno de los principales aportes de Latinoamérica a la disciplina: el regionalismo, que es entendido como “the oldest in the world” (p. 174). A lo largo de su contribución, Santa-Cruz buscará comprender por qué han persistido los intentos de integración a lo largo de las décadas. Su respuesta es la identidad, el ethos de la integración, que se erige tanto como proyecto y como política.

A continuación, Stefano Palestini trae a la mesa la inacabada discusión por la dependencia y los teóricos que supieron levantar su bandera. En este apartado el autor recupera las fortalezas explicativas y los aportes más significativos de los estudiosos de la dependencia. A partir de la lectura crítica de los enfoques dependentistas, Palestini propone el concepto de “mecanismos de dependencia” entendido como una noción superadora que enriquece a “la nueva generación de dependentistas globales”.

Fabrício Chagas-Bastos se suma a la discusión con un capítulo que se titula “Entre lo práctico y lo posible”. Allí, el doctor en Estudios Latinoamericanos ahonda en los orígenes del concepto inserción internacional. Para los Estados Latinoamericanos, o cualquier otro periférico, insertarse en un sistema que no fue creado por ellos ha sido una de las discusiones que se ha planteado desde los inicios de estas jóvenes naciones. “Insertion refers to the factoring and coordination of domestic policies towards the international –foreign, economic, and defence policies– states in the periphery use to create agentic spaces within the global hierarchies” (p. 214). En este sentido y, en sintonía a lo planteado por la doctora María Cecilia Míguez en el decimotercer capítulo, la autonomía y la posibilidad de crear mayores márgenes de maniobra estarán en el foco del debate.

Cierra esta contribución, la heredera de la escuela sociohistórica de Mario Rapoport, quien se plantea rescatar otra de las nociones fundantes de la disciplina en la región: la autonomía. Se realiza un recorrido por las variantes que el concepto ha ido teniendo a lo largo de los años, desde que Hélio Jaguaribe y Juan Carlos Puig lo plantearan en la década del 70. El valor epistémico de esta concepción, propone Míguez, radica en que nos ayuda a reflexionar acerca de las relaciones de poder a nivel mundial y, fundamentalmente, le permite, a los Estados periféricos del globo contribuir a la elaboración de estrategias para mitigar los efectos de un sistema internacional jerárquicamente organizado con sus claros ganadores y perdedores.

El objetivo de construir una disciplina que realmente revista un carácter global presenta una serie de desafíos políticos y académicos. El traslado y la socialización de los saberes latinoamericanos y caribeños muchas veces no ha hecho justicia a la profundidad y complejidad de sus investigaciones. En este sentido, la extensa obra que reseñamos aquí se posiciona como un texto de una importancia capital. Los capítulos compilados y curados por Acharya, Deciancio y Tussie traen a colación las principales líneas de trabajo, los mayores aportes y los descubrimientos producidos en la región. Más aún, los textos presentes en este volumen, avanzan aun más allá, complejizando y poniendo en discusión estos enfoques en la búsqueda de caminos futuros de investigación y puntos de encuentros a explorar. En resumen, esta obra se constituye tanto como una lectura obligatoria para académicos y estudiantes de otras latitudes que deseen adentrarse en el multifacético pensamiento internacionalista latinoamericano, como un disparador para aquellos que, desde la misma región, buscan seguir promoviendo el uso de las cosmovisiones locales para comprender las problemáticas globales.

Referencias:

Acharya, A. (2017). Towards a Global IR? In International Relations Theory (pp. 76-84). Stephen McGlinchey, Rosie Wlates & Christian Scheinpflug. [ Links ]

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