INTRODUCCIÓN
Las arterias renales accesorias (ARA), son estructuras vasculares adicionales a las arterias renales derecha e izquierda, originadas de la división abdominal de la arteria aorta, que surgen de las alteraciones en el proceso de embriogénesis. Fueron definidas de manera sencilla por Mir et al. en 2008(1) como aquellas que “pueden ingresar a través del hilio o de las superficies del riñón”, caracterizando una de las variantes de la vascularización renal, descritas desde el siglo XVI, con diferentes nomenclaturas como, adicionales, múltiples, supernumerarias, suplementarias, aberrantes, terminales y otras; difieren en los individuos de ambos géneros, en su origen, lateralidad, posición, y en todos los casos son concernientes con la presencia de un número mayor de arterias renales que ingresan al riñón.
Aproximadamente el 70% de las personas presentan una única arteria renal para cada riñón, el porcentaje restante, según estudios anatómicos, presenta ARA en cantidad variable,(2) que puede oscilar en un 22 a 50% en la población sana,(3) un 35% en pacientes con hipertensión arterial refractaria(4) y de 8 a 30% en posibles donantes renales.(5) En ese sentido, aunque se ha referido que las ARA no causan sintomatología clínica evidente,(6) la importancia de su hallazgo radica en la asociación que presentan con diferentes implicaciones tanto clínicas como quirúrgicas.(2, 7) De esa manera, algunos autores han inferido la relación de ARA con el desarrollo de hipoperfusión renal, hipersecreción de renina y el progreso a hipertensión arterial refractaria a medicamentos secundaria a estenosis vascular del vaso accesorio,(4, 8) además del desarrollo de necrosis tubular aguda y trombosis vascular en trasplantes renales que conllevaría al subsecuente rechazo agudo del órgano,(5) disfunción del injerto(9) o el avance de morbimortalidades de origen renal, como en la enfermedad renal crónica,(10) cuya conducta clínica en etapas terminales se ve abocada al trasplante, tanto de donantes vivos como cadavéricos, por lo que es conveniente el análisis de la influencia de las ARA en estas situaciones clínicas.
Así, el propósito de este trabajo es revisar sistemáticamente la literatura, los estudios con el fin de establecer las posibles implicaciones clínicas y quirúrgicas asociadas a la presencia de arterias renales accesorias y su relación con desenlaces relevantes para la salud como la hipertensión arterial sistémica resistente y el rechazo agudo de trasplantes renales.
MATERIAL Y MÉTODOS
Esta revisión sistemática, se basó en búsqueda de literatura, evaluación de calidad y registro de información, formalmente inscrita en PROSPERO International prospective register of systematic reviews, PROSPERO 2019 CRD42019114123, de acuerdo con las siguientes etapas:
Estrategia de búsqueda e identificación de estudios
Inicialmente, se realizó la selección de las palabras clave, términos de búsqueda y fuentes de información, como estrategia para la identificación de estudios publicados a partir del año 2008 que cumplieran con los criterios de selección sobre las implicaciones clínicas de la presencia de la arteria renal accesoria identificada quirúrgica o imagenológicamente.
Se incluyeron términos de búsqueda y combinación de términos que aparecieran en títulos, abstracts o palabras clave, para limitar la selección de los artículos. A lo largo de esta etapa se propuso desarrollar la búsqueda de información por sensibilidad, con los siguientes operadores booleanos: (kidney transplant OR renal patient OR imaging diagnosis) AND (accessory renal artery OR others anatomic variations) AND (kidney transplant rejection OR systemic arterial hypertension) NOT (surgical complications OR vascular complications).
La búsqueda fue realizada por cuatro autores cegados e independientes frente a los resultados. Se exploró en las bases de datos electrónicas Google Scholar, Pubmed, Ovid, Proquest y Science Direct, y se completó con una búsqueda manual, consultando la bibliografía de los artículos seleccionados. Los registros identificados en las búsquedas se introdujeron de forma secuencial en el gestor de referencias bibliográficas Zotero, identificando y eliminando los duplicados.
Fueron considerados como unidad de interés, según el tipo de estudios, los observacionales (transversales y de cohorte), así como estudios de casos y controles, y series de casos; teniendo en cuenta los criterios: 1) geográfico: a nivel mundial, temporal con ventana de tiempo definida sobre estudios publicados entre el 1° de enero de 2008 al el 30 de diciembre de 2018; 2) lingüístico: idiomas inglés y español, para la inclusión de los estudios en coherencia con la guía PRISMA Preferred reporting items for systematic reviews and meta-analyses.
Criterios de inclusión
Dos autores cegados evaluaron independientemente la inclusión de estudios, comprobando los criterios de selección establecidos según estrategia del acrónimo PICO (población, intervención, comparación, resultados),(11) con la siguiente adaptación definida:
Population (población): Pacientes adultos de ambos géneros entre 18-65 años y niños o jóvenes entre 5 y 17 años, con cirugía de trasplante renal y/o estudios imagenológicos de abdomen.
Intervention (intervención): Identificación de variante accesoria de arteria renal.
Comparation (comparación): Características del método de hallazgo quirúrgicos o imagenológicos para la presencia de arterias renales accesorias
Outcome (desenlace o resultado): Rechazo agudo de trasplante, hipertensión arterial sistémica.
Participó un tercer autor, quien se encargó de realizar consenso frente a desacuerdos.
Extracción de datos
Se realizó de manera independiente y cegada por tres autores, quienes leyeron el texto completo de todos los estudios incluidos en la primera etapa, cada autor, diligenció en una tabla de almacenamiento en una hoja de cálculo formato electrónica en formato Excel estándar, los siguientes criterios establecidos: Por asignación de colores fue discriminada la base de datos correspondiente al alojamiento del artículo, por columnas fueron tituladas, el consecutivo, el título, la Información bibliográfica, correspondiente al autor(es) y año de publicación , resumen, tipo/diseño de estudio, objetivo principal; Características del estudio relacionadas con ámbito territorial, fecha de realización, tamaño muestral; características de los participantes; principales resultados/Medidas de resumen y observaciones adicionales. Un cuarto autor cegado, verificó todo el proceso de los demás autores, frente a los resultados.
Criterios de exclusión
Se excluyeron aquellas publicaciones que por su tipo, publicación, idioma, población o resultado abordado no cumplían con las características previamente expuestas.
Evaluación de la calidad metodológica
Tres autores cegados, realizaron la evaluación de la calidad metodológica de los estudios seleccionados, para lo cual fue empleada la herramienta Study Quality Assessment Tools, del National Heart, Lung, and Blood Institute, NHLBI del Departamento de Salud de Estados Unidos,(12) que se basa en listas de verificación, como guía para informar la evaluación crítica de la calidad . Fueron utilizadas, tres de las seis listas, a saber: Quality Assessment Tool for Observational Cohort and Cross-Sectional Studies, con 14 criterios; Quality Assessment of Case-Control Studies, con 12 criterios y Quality Assessment Tool for Case Series Studies, con l9 criterios. Estas listas proponen escalas cualitativas de valoración que incluyen: Yes, No, CD (cannot determine), NA (not aplicable), NR (not report), de asignación por criterio.
Selección de estudios
De acuerdo con la evaluación de la calidad metodológica de los estudios, realizada por los tres autores revisores cegados, se estableció una puntuación según cumplimiento por un número de criterios, otorgando para los estudios observacionales de 8/14, casos y controles 7/12 y serie de casos 5/9, estableciendo así el puntaje mínimo para la selección de estudios en la presente revisión. Para el caso de las escalas con criterios cualitativos CD, NA y NR, se tuvo en cuenta por autor revisor, para medir el grado de acuerdo, y no como determinante para selección del estudio. Así, un autor cegado evaluó de forma independiente la elegibilidad de los estudios recopilados. Finalmente, se elaboró un diagrama de flujo del proceso, teniendo en cuenta las recomendaciones PRISMA.(13)
Análisis estadístico
Con base en la actividad y juicio cegado e independiente de los autores, y con el fin de acceder a la reproducibilidad de la selección de los estudios, según la naturaleza, para el análisis de las variables cualitativas, se calcularon índices Kappa con el fin de determinar el grado de acuerdo de los datos extraídos entre los autores revisores, en relación con la valoración de la evaluación crítica de cada uno de los estudios elegidos, los datos de los tres autores, fueron almacenados inicialmente en el programa Microsoft Excel 2016 y posteriormente transportados y procesados estadísticamente en el programa R studio para determinar el grado de acuerdo con el coeficiente Kappa de Fleiss, cuyo resultado fue interpretado de acuerdo con los criterios establecidos por Landis y Koch 1977,(14) de valoración numérica/fuerza de concordancia, así: 0,00= Pobre (Poor); 0,1-0,20= Leve (Slight); 0,21-0,40= Aceptable (Fair); 0,41-0,60= Moderada (Moderate); 0,61-0,80= Considerable (Substantial); 0,81-1,0= Casi perfecta (Almost perfect).
RESULTADOS
Un total de 32 estudios fueron seleccionados en la presente revisión sistemática, conforme con las puntuaciones obtenidas, en las cuales se evidencia que todos los estudios superaron el mínimo de puntuación, revelando una calidad metodológica con bajo riesgo de sesgo. Así como el grado de acuerdo con el coeficiente Kappa de Fleiss, mantenido en el rango de 0,81-1,0, interpretado con una fuerza de concordancia, casi perfecta, entre los autores revisores. A continuación, se detallan los resultados en la Tabla 1. Así como es representado en el diagrama de flujo PRISMA, las cuatro fases del proceso de búsqueda y selección de estudios de la presente revisión, en la Figura 1.
Características de los estudios incluidos
Según el año de publicación, se incluyeron 32 estudios publicados en 2018 (n 1), 2017 (n 1), 2016 (n 3), 2015 (n 1), 2014 (n 2), 2013 (n 5), 2012 (n 4), 2011 (n 4), 2010 (n 4), 2009 (n 5) y 2008 (n 3), los estudios fueron realizados principalmente en Estados Unidos (n 7), seguido por Holanda e Irán cada uno de ellos con tres estudios; Japón, Turquía, Italia, México, cada uno de ellos con dos estudios; así como Australia, Polonia, Corea, Inglaterra, Alemania, Pakistán, Francia, Canadá, Singapur, Corea del Sur e India, cada uno de ellos con un estudio. Para la presentación de las características de los estudios incluidos en la revisión sistemática, se estimó agruparlos de acuerdo con los desenlaces, a saber: seis estudios para hipertensión arterial sistémica, veintiséis estudios para trasplante renal. (Tabla 2 y 3)
DISCUSIÓN
Se ha reportado que las arterias renales accesorias se identifican de forma incidental en el 25% de los pacientes,(1) y se ha especulado su posible impacto clínico. En ese sentido, de acuerdo con los desenlaces de interés, los estudios analizados en esta revisión bibliográfica permiten mencionar: respecto al desarrollo de HTA refractaria a manejo convencional, se encontró que el 30,9% de los pacientes presentaban ARA, la mayoría identificados imagenológicamente mientras se estudiaban para denervación renal, cifra ampliamente inferior comparativamente con los datos estimados por VonAchen et al. (2016) que estudiaron a 58 pacientes con edades promedio de 60,8 años, la mayoría hombres (n=41), a quienes también se les estudio con imágenes diagnósticas por presentar HTA refractaria (cifras tensionales promedio de 181.6 mmHg PAS y una PAD de 99,2 mmHg), encontrando que el 58,6% (n=34) presentaban ARA.(8)
Kuczera et al. (2009), analizaron las angiografías de 1554 pacientes de edades entre 0 a >70 años encontrando que el 25,7% (n=411) presentaban ARA, de los pacientes de entre 0 a 20 años (n=94), 16% tenían ARA, cifras similares a las publicadas por Hering et al. (2016), que estudiaron los angiogramas renales de 91 pacientes a quienes se les realizaría DRN, la mayoría hombres (n=57), encontrando 14,5% (n=16) con ARA cuyas cifras tensionales oscilaban entre 155-83 mmHg, posterior a la denervación presentaron descenso de la tensión arterial a 147-79 mmHg a los 3 meses, efectividad terapéutica también estimada por Id D et al. (2013), en 74 pacientes con HTA refractaria, de los cuales 27% (n=20) presentaban ARA, 17 bilaterales y 3 unilaterales, a 9 de ellos se les realizó RDN como tratamiento, resultando en un descenso de las cifras sistólicas de 16,6 mmHg y de las diastólicas en 6,7 mmHg.(10)
De igual forma, Saba et al. (2008) estudiaron a 214 pacientes con tomografía-angiografía en espiral encontrando que el 26,1% (n=56) tenían ARA, de los cuales 37,5% (n=21) presentaban HTA, sin embargo, no encontraron asociación estadística entre la presencia de ARA e HTA y Verloop et al. (2014) estudiaron 4 TACs y 122 MRA de pacientes que serían sometidos a RDN, encontrando 34% (n=43) pacientes con ARA, la mayoría en el lado izquierdo, sus cifras tensionales promediaban entre 187/101 mmHg.(3) En esa secuencia es posible establecer que la incidencia promedio de la variación anatómica de interés en la población adulta mediante identificación imagenológica oscila entre 30-60% aproximadamente, mientras que en el caso de la población pediátrica se encontró que el 16% de los infantes con HTA de difícil manejo, presentaban ARA (Kuczera et al. (2009).(10)
En el contexto de trasplante renal y la implicación de ARA en el rechazo agudo del injerto, Said et al (2009) estudiaron a 350 donadores renales vivos, encontrando que 8,8% (n=31) tenían ARA, para los trasplantes de ARA se reportó una supervivencia de 96,8% al primer año y 87,1% al quinto año, tan solo se reportó un caso por complicación vascular, urológica, un caso que desarrollo infección y un caso de linfocele sintomático,(16) datos contrastados con Taghizadeh et al. (2016) quienes estudiaron con AngioTC a 115 donadores renales, de los cuales 48,3% (n=42) presentaban ARA y la mitad de estos (n=21) rechazo agudo del injerto, así como 69% desarrolló HTA y 23,8% complicaciones urológicas.(5)
Se destaca también el reporte de Lafranca et al. (2016) de 914 CTA y MRA de pacientes candidatos a donación de trasplante renal encontrando que el 26% (n=238) presentaban ARA, de las cuales 58,4% (n=139) eran bilaterales y 41,6% (n=99) unilaterales, con porcentaje de rechazo agudo del injerto con la presión neta de filtración/disfunción primaria del injerto (PNF) de 0,5 para ARU y de 1,1 para ARA; así como la función retrasada del injerto (DGF) fue de 6,9 para ARU y 13,9 para ARA, dado complicaciones adicionales asociadas al trasplante renal (trombosis en un 2,3% y en un 2,9% infección).(17)
Otros autores, como Singh et al. (2008) estudiaron las tomografías de 36 donantes de trasplante renal encontrando que el 27,7% (n=10) tenían ARA, 8 bilaterales y 2 unilaterales, de los trasplantes con ARA el 100% sobrevivieron en el primer año, y el 10% presentaron complicaciones vasculares, cohorte contrastada con la muestra de Kok et al. (2008) de 288 pacientes (AngioTAC) donantes renales, de los que el 22,9% (n=66) presentaron ARA, 22% de los riñones con ARU presentaron rechazo agudo comparado con el 24% presentado en los riñones donados con ARA. Un año más tarde(38) Abbaszadeh et al. (2009) estudiaron las historias clínicas de 320 donantes renales y los dividieron en tres grupos según la edad y el número de arterias renales encontradas, encontraron 90 ARA (28,1%); en el grupo II donde se encontraban las arterias renales accesorias se presentó un 33,7% de rechazo agudo al trasplante con una supervivencia de 95% al primer año y complicaciones urológicas en un 1%; comparado con el grupo I donde solo se incluyeron riñones con ARU, se presentó rechazo agudo en el 18,6%, con una supervivencia de 95% al primer año y con 3% de complicaciones urológicas y 2% de linfocele sintomático; en el tercer grupo donde se incluyeron las arterias triples se presentó un rechazo agudo de 57,1% con una supervivencia de 71% al primer año y sin reporte de complicaciones, hecho que resalta la importancia del seguimiento clínico y tomográfico,(18) estamento también defendido por García-López et al. (2010), quienes en 477 angiografías de donantes renales, encontraron que el 16,1% (n=77) presentaban ARA y cuyo seguimiento al primer y quinto año reportó que los pacientes con injertos renales con ARA presentaron una creatinina de 1,4 en el primer año y de 1,8 en el quinto año; los pacientes con injertos renales con ARU presentaron una creatinina de 1,46 en el primer año y 1,7 en el quinto año, lo que revela la influencia de la variante de interés sobre la viabilidad biológica del injerto.(20)
Hwang et al. (2010) en 1186 historias clínicas, TC y angioTAC de donantes renales, hallaron que el 24,9% (n=296) de ellos presentaban ARA, de quienes hicieron seguimiento y clasificaron en 4 grupos, según el número de ARA encontradas y la edad; así, en el grupo 1, se incluyeron los donantes con ARU, con 34,5% de rechazo agudo y valores de creatinina séricos en el primer año de 1,43 y en el quinto año de 1,67; el 5,2% desarrolló complicaciones vasculares, 2% complicaciones urológicas, 0,6% desarrolló infección y 1,4% linfocele sintomático; comparados con los grupo 2 a 4, que incluyeron las ARA, se encontró un rechazo agudo de 33,5%. En este grupo el seguimiento de creatinina fue de 1,44 en el primer año y de 1,45 en el quinto año. En el grupo de trasplante con ARA se presentó 0,67% de complicaciones vasculares, 3,3% de complicaciones urológicas, 0,03% de infecciones y 0,33% de linfocele sintomático.(21)
Referencias adicionales, como Keller et al. (2009),(29) Paragi et al. (2011),(22) Tyson et al. (2011),(25) Kamali et al. (2012),(23) Laouad et al. (2012),(34) Ashraf et al. (2013),(32) Bozkurt et al. (2013),(39) Kapoor et al. (2011),(35) y Ghazanfar et al. (2010),(24) destacan incidencia de ARA en individuos donantes renales vivos entre un 8 a 31%, con tasas de rechazo agudo fluctuantes entre 6 y 27% respecto a los pacientes con ARU, quienes presentaron esta complicación entre un 3,2 y 37% de los casos, con una supervivencia del injerto al primer y quinto año en el grupo ARA en 94 y 80%, respectivamente, Kuo et al. (2010); Cho et al. (2012);(36-37) Vaccarisi et al. (2013),(40) con una tasa de complicaciones fluctuantes entre 0,96% (vasculares), 6,4% (urológicas), 4,8% infecciosas, 6,7% linfocele sintomático de acuerdo a Yamanaga et al. (2018)(33) y Chedid et al. (2013).(26)
Por otra parte, Reyna-Sepúlveda et al. (2017),(30) Paramesh et al. (2009),(27) Omoto et al. (2014),(28) Genc et al. (2011),(41) estudiaron a receptores de donantes renales cadavéricos, entre los cuales 16,3% (n=9) tenían ARA, con creatinina promedio de 1,3 al año de supervivencia. Los pacientes presentaron las siguientes complicaciones: vasculares en 10%, complicaciones urológicas e infecciones en 4% y en 2% linfocele sintomático.
Paramesh et al. (2009) estudiaron a 278 donadores renales cadavéricos, con hallazgo de ARA en un 16-21% de los especímenes, de quienes se reportó rechazo en el receptor en cerca del 20%, a pesar de supervivencia del injerto al primer año posintervención en el 90% de los casos, dado tasa de complicaciones vasculares y sistémicas inferiores al 10%.(27)
LIMITACIONES
La presente revisión sistemática tuvo algunas limitaciones: puede presentar un sesgo mínimo porque no incluye estudios publicados en otros idiomas distintos al español e inglés. De los estudios incluidos por desenlaces de interés, pocos no reportaron datos relacionados con el rechazo agudo o supervivencia del injerto, no obstante, contribuyeron con otras complicaciones derivadas de la presencia de las ARA. Así como no fue constante el reporte de hallazgo de estas ARA, no obstante todos los estudios reportaron presencia variable en el número de ARA.
CONCLUSIONES
La identificación de ARA en pacientes hipertensos adultos e infantes radica en una estrategia de búsqueda secundaria ante escenarios de refractariedad al manejo convencional.
El hallazgo imagenológico incidental en el contexto pretrasplante renal es frecuente tanto en donante vivo como cadavérico.
De acuerdo los estudios revisados, la incidencia de rechazo y pérdida de viabilidad post trasplante renal se aproxima al 20% en pacientes con ARA, especialmente posterior al primer y quinto año, dado alta viabilidad biológica durante este periodo.
Cerca de una cuarta parte de pacientes receptores de trasplante renal de un donante con ARA, cursan con alguna complicación urológica o sistémica.
Es prudente realizar un ensayo experimental en centros clínicos adscritos a la red nacional de trasplantes que permitan optimizar la validez externa de los datos propuestos, así como establecer posibles relaciones entre las variables demográficas-clínicas y los desenlaces de interés.