Introducción
Históricamente la producción del ganado caprino en el mundo ha estado en manos de poblaciones con escasos recursos, que habitan áreas geográficas de bajo potencial productivo. En el mundo, según datos estadísticos se calcula que existen alrededor de 1045 millones de cabezas de caprinos domésticos (Capra aegagrus hircus), con un crecimiento poblacional entre el 14 % y 18 % de la cantidad de caprinos lecheros en los últimos 10 años (FAOSTAT, 2019). La leche caprina representa alrededor del 2,2% de la producción mundial de leches, aumentando 15 % en los últimos 10 años con un total aproximado de 19 millones de toneladas (FAOSTAT, 2019).
Se calcula que en Argentina existen 4.860.000 cabezas, las que en su mayoría se encuentran distribuidas en hatos con menos de 500 animales y en alrededor de 47.404 establecimientos. Neuquén, Mendoza, Chaco y Santiago del Estero son las provincias que concentran la mayor cantidad de cabezas y establecimientos, con alrededor del 59% de la existencia caprina nacional (SIGSA, 2017). En los últimos años se han instalado en varias regiones, pequeños y medianos emprendimientos lácteos caprinos que han logrado incrementar la eficiencia productiva de los sistemas mediante la incorporación de mejoramiento genético, insumos, equipamiento y tecnologías asociados a prácticas productivas intensivas (AACREA, 2005; Paz, 2006; Ghibaudi et al., 2018). En Argentina, la leche de cabra es un producto regional apreciado desde el punto de vista nutricional y también funcional porque constituye un baluarte cultural y artesanal, tanto como actividad económica de sustento de productores como para autoconsumo (Martínez y Suárez, 2018). En nuestro país, existen alrededor de 200 tambos, con una población de aproximadamente 10.000 caprinos lecheros (SIGSA, 2017). En la provincia de Buenos Aires, en los últimos años se viene desarrollando la producción láctea caprina, para la fabricación de quesos artesanales y quesos gourmet, en cercanía de los grandes centros urbanos, facilitando la comercialización regional de productos con alto valor agregado e identidad propia (AACREA, 2005; Paz, 2006; Ghibaudi et al., 2018).
La raza lechera Saanen y sus cruzas son las predominantes en el país, seguidas por la Anglo Nubian y otras como Toggenburg, Alpina Francesa y Británica en menor escala (Paz, 2006; Martínez y Suárez, 2018; FAOSTAT, 2019). En Argentina, existen estudios sobre la producción media diaria de leche para la raza Saanen, oscilando entre 0,85 - 1,85 kg/cabra/día, infiriendo promedios inferiores a los 400 kg por lactancias de entre 210 - 270 días, según método implementado para determinar la curva de lactancia (Paz et al., 2007; Frau et al., 2010; Frau et al., 2013; Martínez et al., 2018; Martínez y Suárez, 2018; Suárez y Martínez, 2019). En otros países, para la raza Saanen se registraron produc-ciones superiores a 500 kg/lactancia como así también respecto a los rindes diarios de leche (2,3 a 3,1 L/d), (Gipson y Grossman, 1989; Soares Filho et al., 2001; Olivier et al., 2005; Mioč et al., 2008; Torres-Vázquez et al., 2010; Irano et al., 2012; Lôbo et al., 2017).
Se han propuesto diversos modelos matemáticos específicos para ajustar la producción lechera caprina (Gipson y Grossman, 1989; Gipson y Grossman, 1990; Fernández et al., 2002; Macciotta et al., 2005; Takma et al., 2009). Uno de los más utilizados es el método de Fleischmann o del día centrado (Takma et al., 2009; ICAR, 2018). La curva de lactancia es la representación matemática de la respuesta fisiológica de la producción de leche durante el período que dura el ordeño (Martínez et al., 2018). Su conocimiento, permite predecir el desempeño futuro de los animales, la producción total de leche, el tiempo en alcanzar el pico y la persistencia de la producción y efectuar ajustes de hembras con lactancias incompletas (Gipson y Grossman, 1989; Fernández et al., 2002; Arnal, 2018). Ésta es una importante herramienta en programas de mejoramiento genético, permitiendo la selección de hembras en base a producción de leche, optimizar el manejo nutricional y reproductivo de los animales en lactancia (Gipson y Grossman, 1989; Min et al., 2005; Goetsch et al., 2011; Arnal, 2018). Dado que el manejo nutricional conlleva gran parte de los costos de producción, es importante conocer las diferentes etapas de la curva de lactancia (primero, segundo y tercer tercio) en la que se encuentran los animales para, en función de ésta, hacer un uso más eficiente de la alimentación y adoptar diferentes estrategias de manejo (Min et al., 2005; Goetsch et al., 2011). Además, puede ayudar a identificar animales enfermos antes de que aparezcan signos clínicos, como aquellos animales con producción disminuida de leche por mastitis subclínica (Gipson y Grossman, 1989; Takma et al., 2009). Varios autores concluyeron que la forma de la curva de lactancia se ve afectada por diversos factores, tales como: componente racial o genotipo, la dieta, las condiciones climáticas, el período de lactancia, el año y la época de parto, número y el tipo de parto (Gipson y Grossman, 1989; Gipson y Grossman, 1990; Paz et al., 2007; Salvador y Martínez, 2007; Mioč et al., 2008; Frau et al., 2010; Torres-Vázquez et al., 2010; Irano et al., 2012; Bolacali y Küçük, 2012; Rojo-Rubio et al., 2016; Lôbo et al., 2017; Zamuner et al., 2020).
El objetivo de este estudio fue determinar el comportamiento productivo de cabras Saanen mediante la caracterización de la curva de lactancia y el rendimiento de acuerdo al número de lactancia y al tipo de parto en un tambo semi-intensivo de la provincia de Buenos Aires.
Materiales y métodos
El presente trabajo se llevó a cabo en un tambo caprino comercial, con elaboración propia de diferentes tipos de quesos, ubicado en el partido de General Paz (35°16′00″S 58°24′00″O) en la provincia de Buenos Aires, Argentina. Se utilizaron registros de 4 a 6 controles lecheros de una lactancia (2019-2020) correspondiente a 256 cabras (Capra aegagrus hircus) de raza Saanen. El hato caprino fue dividido en las diferentes categorías: cabras de primera lactancia (1°L, n= 89); cabras de segunda lactancia (2°L, n= 39), de tercera lactancia (3°L, n= 49); de cuarta y quinta lactancia (4°L y 5°L, n= 41) y de última lactancia (UL, n= 38), con fecha de parto entre Julio-Agosto de 2019. En relación al tipo de parto se clasificó en Simple (una cría, n= 120) y Múltiple (dos o más crías, n= 136). El sistema de manejo fue semi-intensivo y la alimentación a lo largo del período de evaluación para todo el hato fue de base pastoril con suplementación: 1 kg/animal/día de silo de maíz, 1 kg/animal/día alimento balanceado (16% proteína bruta) y 6 h de pastoreo sobre una pastura implantada consociada con base de trébol blanco. El manejo del pastoreo fue mediante el uso de franjas diarias asignadas en función de la disponibilidad del forraje. Las cabras disponían de agua ad libitum y bloques estándar de minerales y oligoelementos. En relación al manejo reproductivo, los animales recibieron servicio durante la estación de verano-otoño (Febrero-Marzo), concentrándose los partos aproximadamente en 30 días durante la época invernal (Julio-Agosto). A finales del 2017 el establecimiento incorporó un macho puro de pedigree de raza Saanen importado de Nueva Zelanda. El tambo realiza los controles periódicos obligatorios de brucelosis y tuberculosis sujetos a los protocolos correspondientes. Cada dos meses se realizó el diagnóstico copro-parasitológico cuantitativo (HPG) mediante la técnica de McMáster modificada y el tratamiento de los animales que fuera necesario con monepantel: 3,75 mg/kg, vía oral.
El control lechero se realizó controlando el ordeño 2 veces por día cada 42 ± 4 días por personal técnico del establecimiento con supervisión veterinaria no oficial (método BT6) (ICAR, 2018), mediante ordeño mecánico. Los controles se realizaron de manera matutina a las 7 am y vespertina a las 16 pm. El primer control se realizó a partir de los 35 ± 5 días postparto. Los cabritos fueron destetados a las 48–72 h después de la ingesta de calostro y criados en lactancia artificial. Según ICAR 2018, se estableció la duración convencional de lactancia entre 210 y 240 días para considerarla lactancia completa. Las primíparas cuantificaron de 4 a 5 y las multíparas de 5 a 6 controles lecheros. Para la evaluación de la producción láctea individual (L), se utilizaron lactómetros MKV para cabras (Waikato, Nueva Zelanda). Los datos obtenidos mediante los controles lecheros fueron convertidos a kilogramos (kg) estimando la densidad (d) de la leche para la raza Saanen (Densidad= 1,033 g/ml) (Frau et al.,2010; ICAR, 2018).
Para estimar la curva de lactancia se utilizó el método de Fleischmann aprobado por el International Committee for Animal Recording - section 16 - Guidelines for performance recording in dairy sheep and dairy goats (ICAR, 2018). Fórmulas para producción de leche según el método de Fleischmann:
Donde:
-pi, es la producción (kg de leche estandarizada) en el control número i, donde i va de 0 a n.
-di, son los días que la cabra lleva en lactación cuando se realiza el control número i
-La estandarización de la producción láctea total (PLT) de las cabras se realizó a 210 - 240 días.
Se realizó un análisis de varianza, donde se con-sideraron como factores, el número de lactancia y el tipo de parto, y se relacionó con la producción láctea (ANOVA multifactorial - Stat graphic Centurion XVII). Las diferencias se consideraron significativas para valores de p ≤0,05 y tendencia de asociación para valores de p entre 0,05 y 0,10.
Resultados y discusión
En la Figura 1 se observa la lactancia completa (PLT) de cabras primíparas y multíparas, según el método de Fleischmann. Se observó un aumentó hasta el día 76 ± 4 días postparto de la producción láctea, lo que concuerda con el pico de lactancia para luego disminuir en los controles sucesivos.
Se realizó el análisis de ANOVA multifactorial, según el número de lactancia y el tipo de parto, observándose una diferencia estadísticamente significativa sobre la PLT de cada uno de los factores (p= 0,0074) y (p= 0,0179) respectivamente (Tabla 1).
Mediante el análisis de media se observaron diferencias significativas (p< 0,05) entre las cabras de tercera lactancia 553,51 ± 18,552 L (571,77 ± 19,164 kg) y las de primera 476,08 ± 26,919 L (491,79 ± 27,807 kg), segunda 474,10 ± 26,113 L (489,74 ± 26,974 kg) y última lactancia 429,73 ± 24,180 L (443,91 ± 24,977 kg), así mismo, las cabras de cuarta y quinta lactancia 504,47 ± 26,308 L (521,12 ± 27,176 kg) respecto de las cabras de última lactancia (p< 0,05) (Tabla 2, Figura 2).
En relación al tipo de parto se verificó una diferencia significativa (p< 0,05) en la producción láctea total (PLT) entre las cabras con parto múltiple 512,03 ± 14,284 L (528,92 ± 14,755 kg) y simple 463,13 ± 17,695 L (478,41 ± 18,278 kg) (Tabla 2, Figura 3).
En la cuenca lechera de Santiago del Estero, la producción media diaria de leche para la raza Saanen, fue de 1,27 ± 0,27 kg/d (Frau et al., 2010); 1,44 kg/d (Frau et al., 2013) y 0,94 ± 0,05 kg/d para las razas mestiza Saanen (Paz et al., 2007). Para esta última raza las producciones por lactancia fueron de 197,54 ± 11,36 kg para los 210 días de lactancia. Recientemente, Suárez y Martínez, (2019) estudiaron diversos tambos caprinos del noroeste argentino con diferentes razas, para este caso, se tomó como referencia los establecimientos con raza Saanen y mestiza de Saanen de dos tambos de Salta y dos de Santiago del Estero. Se observó que la producción de leche fue 1,28 L/d; 1,80 L/d y 1,05 L/d; 0,99 L/d, respectivamente y con una duración promedio de la lactancia por cabra de 221 ± 37 días. En el presente estudio, en la provincia de Buenos Aires, la producción fue superior a lo reportado por estos autores, la media diaria osciló entre 2,08 ± 0,097 L/d (2,14 ± 0,100 kg/d) y los promedios por lactancias ajustados a 210 - 240 días fueron de 487,583 ± 24,413 L (503,67 ± 25,218 kg). Esta diferencia en la producción láctea de la raza Saanen entre diferentes provincias del país, podría deberse a diferencias en el desarrollo del sistema de producción, cruzamientos y limitantes alimenticias en el noroeste Argentino. Por lo tanto, el potencial productivo de las cabras Saanen estaría condicionado por diversos factores como, el cruzamiento con biotipos criollos y la falta de selección genética, condiciones climáticas, poca tecnificación con escasa inversión de infraestructura, deficiente alimentación basada sobre la curva forrajera natural, los efectos de las enfermedades y al tipo de mano de obra utilizada.
Lôbo et al. (2017) trabajando con cabras en el sureste de Brasil, demostraron que los promedios de producción total de leche (ajustado a 305 días) y producción media diaria para la raza Saanen fueron de 940,38 ± 30,06 kg; 3,13 ± 0,05 kg/d respectivamente. Olivier et al. (2005) en Sudáfrica; Torres-Vázquez et al. (2010) en México y Mioč et al. (2008) en Croacia, obtuvieron cifras promedio de producción total de leche, para la misma raza, de 841,1 kg (ajustado a 246 días de lactancia), 933 kg (ajustado a 305 días de lactancia) y 720,08 ± 12,49 kg respectivamente. Estos promedios están muy por encima de nuestros resultados para la raza Saanen en Buenos Aires, como lo demuestra la Tabla 2. Los mismos se asemejan a los encontrados por Irano et al. (2012) para las razas Alpina y Saanen del sudeste de Brasil con 511,7 kg y 2,4 kg de producción media diaria (ajustado a 211 días de lactancia) y por Zamuner et al. (2020) en Australia, que fue 519 ± 7,3 kg para la producción total de leche ajustada 270 días de lactancia. En nuestro trabajo se demostraron valores mayores de producción láctea a los reportados por Bolacali y Küçük (2012) y Lôbo et al. (2017), con 383,05 ± 6,74 kg por lactancia ajustado a 270 días y 1,37 ± 0,02 kg/d en Turquía y 362,05 ± 21,28 kg ajustado a 305 días, y 1,56 ± 0,03 kg/d en el noreste de Brasil, respectivamente.
En relación al número de lactancia, la producción de leche aumenta hasta la tercera y cuarta para luego disminuir en las sucesivas lactancias. Este resultado se corrobora con la mayoría de los trabajos encontrados en la literatura sobre cabras lecheras (Soares Filho et al., 2001; Olivier et al., 2005; Mioč et al., 2008; Torres-Vázquez et al., 2010; Bolacali y Küçük, 2012; Irano et al., 2012; Lôbo et al., 2017; Zamuner et al., 2020), en coincidencia con lo observado en nuestro trabajo. En disidencia con Garcés et al. (2004), trabajando con cabras Saanen, observaron que las cabras multíparas obtuvieron igual producción lechera que las primíparas.
Respecto al tipo de parto, las cabras con partos múltiples 512,03 ± 14,284 L (528,92 ± 14,755 kg) produjeron 10% más de leche que las cabras de partos simples 463,13 ± 17,695 L (478,41 ± 18,278 kg), y en concordancia con Paz et al. (2007), quienes observaron que las cabras de parto simple produjeron significativamente menos que las de parto múltiple (149,60 ± 11,25 kg y 191,68 ± 9,93 kg, respectivamente). De un modo similar, pero sin diferencias significativas, Soares Filho et al. (2001) identificaron que cabras con partos dobles y triples observaron producciones medias de leches mayores que aquellas de partos simples (519,10 kg, 560,44 kg y 498,89 kg, respectivamente), En el mismo sentido, Bolacali y Küçük (2012), Rojo-Rubio et al. (2016), Lôbo et al. (2017), Zamuner et al. (2020), identificaron una productividad significativamente mayor en los partos múltiples, probablemente la presencia de una directa y estrecha correlación entre la producción de leche y la masa placentaria expresada en gramos, atribuyendo dicho efecto a una correlación positiva entre la cantidad de lactógenos placentarios y el número de fetos (Haydn et al., 1979).
La forma de la curva de lactancia se ve afectada por diversos factores (Gipson y Grossman, 1989; Gipson y Grossman, 1990; Soares Filho et al., 2001; Paz et al., 2007; Salvador y Martínez, 2007; Mioč et al., 2008; Frau et al., 2010; Goetsch et al., 2011; Bolacali y Küçük, 2012; Irano et al., 2012; Rojo-Rubio et al., 2016; Lôbo et al., 2017; Arnal, 2018; Zamuner et al., 2020), como quedó demostrado en el establecimiento según las variables analizadas.
En función a los resultados obtenidos en el presente trabajo, se puede concluir que el comportamiento productivo de cabras Saanen de un establecimiento caprino de la provincia de Buenos Aires en condiciones semi-intensivas, asociado con el número de lactancia y el tipo de parto registraron diferencias en la producción láctea.