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Boletín de Estética

versão On-line ISSN 2408-4417

Bol. estét.  no.49 Buenos Aires dez. 2019

 

Comentarios bibliográficos

Johann Georg Hamann. Memorabilia socrática/Nubes, trad. de Miguel Alberti y Florencia Sannders. Buenos Aires: Ediciones UNGS, 2018, 315 páginas

Francisco Salaris Banegas1 

1UNC

La importancia de Johann Georg Hamann para la historia de la literatura alemana es inversamente proporcional al nivel de conocimiento y de difusión de sus textos. De hecho, aún hoy se lo ve como un autor hermético, de carácter místico, y, aunque siempre se comenta la influencia que tuvo en el Sturmund Drang y en el Romanticismo alemán, sus obras difícilmente encuentran editores y lectores. La edición por parte de la Universidad Nacional de General Sarmiento de dos de sus obras tempranas -Memorabiliasocratica (1759) y Nubes (1761)-, traducidas brillantemente por Miguel Alberti (Universidad Nacional de La Plata) y Florencia Sannders (Universidad de Buenos Aires-Universidad Ludwig Maximilian, Múnich), es por lo tanto una enorme apuesta para derribar ese muro entre la fama nominal de Hamann y la escasa circulación de sus obras.

El volumen constituye un hito editorial por varios motivos. En primer lugar, por la novedad de las traducciones: Memorabiliasocratica -cuyo título original es SokratischeDenkwürdigkeiten, literalmente algo así como Cosas socráticas dignas de ser pensadas, cuenta con escasas traducciones al español, de circulación casi imposible en nuestro país; y Nubes jamás había sido traducida. En segundo lugar, porque el volumen incluye, además de estos dos textos mayores en formato bilingüe, una amplia introducción, un muy útil índice de nombres y de obras citadas y las dos primeras reseñas que aparecieron sobre Memorabiliasocraticaen el año 1760: una, publicada el 19 de junio por Moses Mendelssohn en la famosa Briefe, die neuesteLiteraturbetreffend, y la otra, publicada anónimamente el 25 de junio bajo el título “De cuestiones eruditas” en la revista Staats- undGelehrtenZeitung des HamburgischenunpartheyischenCorrespondenten. La inclusión de estas reseñas resulta fundamental porque fueron el primer reconocimiento a la originalidad de la obra de Hamann. Por último, los textos vienen acompañados de un enorme y exhaustivo aparato de notas que echan luz sobre la oscuridad de la prosa de Hamann, dilucidando sus referencias literarias y algunas formulaciones de gran complejidad. Para ello, los traductores recurrieron no solo a anteriores ediciones críticas de la obra (la de Blanke en alemán, por ejemplo), sino también a los textos originales a los que se refiere Hamann. En suma, un valioso trabajo de erudición.

Memorabiliasocratica y su epílogo Nubes nacen como afrentas al pensamiento ilustrado, que Hamann simboliza mediante las figuras de los dos amigos a los que se dirige: Johann Christoph Berens y un joven y aún poco conocido Immanuel Kant. El origen de esta crítica se remite a la crisis espiritual que tuvo Hamann en Inglaterra, adonde había sido enviado con misiones comerciales por Berens. Desde ese momento su vida y el estilo de sus textos estuvieron signados por la religión y por la lectura de las Escrituras. Lo que fundamentalmente molestaba a Hamann de la razón ilustrada era su tendencia a la universalización, a la eliminación de las particularidades que constituían lo más propio del individuo. Su obra es entonces una defensa del detalle, de las contradicciones e incoherencias de la vida. Este caos efervescente que para Hamann es la fuente de la belleza conforma, en un plano más espiritual, un orden armónico que escapa a la comprensión del hombre racional y que solo puede intuirse mediante la fe. Por todo esto, Hamann propone pensar la historia como una mitología, como “un libro sellado, un testimonio escondido, un acertijo que no se puede resolver sin arar con una novilla distinta de la de nuestra razón” (p. 55). Una idea muy parecida encontraremos también en los postulados del romanticismo de Jena: columna vertebral de la poesía, la mitología representaba un hermoso caos que mediante el amor devela su forma íntegra y armoniosa.

Para plantear estas ideas, Hamann se sirve de la figura de Sócrates, muy querida por los filósofos ilustrados. Esta apropiación es sin embargo tangencial y simbólica, ya que el Sócrates histórico y sus ideas no aparecen íntegramente -algu-nos críticos afirman que Hamann todavía no había leído ni a Platón ni a Jenofonte-, sino que solo se iluminan de manera titilante, mediante chispazos que mezclan reflexiones, interpretaciones y acontecimientos de diversa índole. Se trata, como anuncia Hamann en una de sus dedicatorias, de escribir “sobre Sócrates de modo socrático” (p. 45). Lo que se logra es un sutil sistema de equivalencias entre la Atenas del siglo V y su propia época: los sofistas son una representación de los filósofos ilustrados, preocupados por hacer alarde de sus conocimientos, y Sócrates simboliza una sabiduría que hunde sus raíces en la fe cristiana, bastante marginada en los círculos filosóficos de mediados del siglo XVIII. A partir de este último punto es que empiezan a tejerse las relaciones que vinculan a Sócrates con Jesús, en algunos casos con fuertes paralelismos: hacia el final de Memorabiliasocratica, en lo que podría leerse como una referencia a la resurrección de Cristo, el fantasma (Gespenst) de Sócrates se le aparece a un quionio llamado Quirsias, con quien entabla una conversación.

Luego de una dedicatoria al público -a quien presagia la total incomprensión del texto, definido como “pastelitos [que] no deben ser masticados sino tragados” (p. 43)- y de otra a sus amigos Kant y Berens, Memorabiliasocratica se desarrolla en una introducción y tres partes. La primera se ocupa de la relación entre los oficios de los padres de Sócrates y su conocida mayéutica socrática, la segunda tiene como tema central la ignorancia de Sócrates y en la tercera la identificación entre Sócrates y Jesús se acentúa mediante diversas anécdotas y comentarios. El resultado es un texto complejo y original, que revisa irónicamente muchos de los presupuestos acerca del filósofo griego. La ignorancia de Sócrates, en este sentido, es el símbolo de una nueva forma de pensar que pone el sentimiento por encima de la razón y que además no alardea de una sapiencia enciclopédica. Se trata más bien del reconocimiento -y, por tanto, del respeto- de la única verdad posible, aquella que se encuentra más allá de la razón humana.

Nubes funciona como una suerte de paratexto de Memorabiliasocratica, ya que surge de una reseña destructora que había publicado en 1760 Christian Ziegra en su revista HamburgischeNachrichtenausdem Reiche derGelehrsamkeit. Ziegra define el texto de Hamann, cuyo título hace referencia, por supuesto, a la obra de Aristófanes, como “puro delirio y disparate” e incluso utiliza la expresión “engendro antinatural de una cabeza perturbada” (p. 185). También muestra su preocupación por las capacidades de contagio de Memorabiliasocratica y evoca el efecto que tuvieron las novelas de caballería sobre Don Quijote. En un inusitado experimento metaliterario, Hamann reproduce de forma completa la recensión y la acompaña de vastas notas a pie de página donde, con el supuesto objetivo de elogiar a Ziegra, en realidad se burla de él. Estos juegos autoriales se despliegan con más intensidad en las partes siguientes de Nubes -que Hamann llama actos-, y el resultado final es una defensa del pensamiento irracional: “La razón es sagrada, justa y buena; por medio de ella, sin embargo, no llega nada más que conocimiento de la ignorancia sumamente pecadora” (p. 231).

A lo largo del tiempo, la crítica ha considerado a Hamann de diversas maneras, desde un ilustrado radical -que luchaba contra la razón monárquica impuesta- hasta el máximo exponente de la antiilustración. Esta diversidad de lecturas da cuenta de una figura compleja y única, cuyo pensamiento difícilmente pueda reducirse a relaciones más o menos conflictivas con la Ilustración. La propuesta de Hamann -original tanto en su contenido como en su forma- implica la categórica fundación de un nuevo sujeto, de una nueva visión filosófica y también de una nueva estética. Este legado será recogido por el Sturmund Drangy particularmente por Herder y por Goethe, quien reconoce haberse sentido cautivado y a la vez extrañado por el estilo sibilino de Hamann, incluso hasta el punto de planear un drama nunca concretado sobre Sócrates.

Por estos motivos y muchos más resulta celebratorio una edición en español de dos obras centrales de Hamann, donde ya se encuentran planteados sus principios filosóficos y metodológicos. Su lectura supone además una aventura vivificante, la inmersión en una prosa lúdica y chispeante que los traductores, aún en el marco de misterio y hermetismo en el que se mueve Hamann, han conseguido recrear con gran acierto.

REFERENCIAS

Johann Georg Hamann. Memorabilia socrática/Nubes, trad. de Miguel Alberti y Florencia Sannders. Buenos Aires: Ediciones UNGS, 2018, 315 páginas [ Links ]

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