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Boletín de Estética

versão On-line ISSN 2408-4417

Bol. estét.  no.51 Buenos Aires jun. 2020  Epub 01-Jun-2020

 

COMENTARIOS BIBLIOGRAFICOS

Joan B. Llinares (ed.). Antropología filosófica y literatura. Valencia: Pre-Textos, 2019, 424 páginas

Pablo de Benito David1 

1Universidad de Valencia

Quizá la tarea más complicada de una edición bien cuidada que entrelaza una gran variedad de artículos de diferente índole con el mensaje que desea transmitir sea encontrar un nexo temático evidente, una unión común y general que explique y sintetice la pasión y el trabajo -que suele ir asociado a ella- en un concepto pulcro, simple, claro y directo. Esta tarea colosal es lo que se consigue de manera magistral en Antropología filosófica y literatura. En este extenso volumen se encuentra la fervorosa dedicación de aquellos que encontraron en su coordinador un baluarte y un ejemplo al que emular y al que, de forma académica, rinden un merecido homenaje por su jubilación con los frutos de sus propios caminares.

Joan B. Llinares, profesor e investigador de la Facultad de Filosofía y CC.EE de València en la unidad docente de Metafísica y Teoría del Conocimiento por más de cuarenta años, ha dedicado su meticulosa y longeva carrera intelectual a una gran pluralidad de temáticas que desarrolló en sus clases de Antropología filosófica, Historia de la antropología, Filosofía de la cultura, Antropología y filosofía de la religión, etc. De su currículum académico destacaríamos sus estudios sobre el filósofo alemán Friedrich Nietzsche que cristalizan en su participación en la edición crítica de las Obras Completas, los Fragmentos Póstumos y el Epistolario; sus investigaciones sobre la relación entre la literatura y la filosofía centradas en el estudio de las tragedias griegas y su huella en Occidente, el mito del salvaje en la Epopeya de Gilgamesh, la Odisea, Eurípides, Cervantes, Calderón, Gracián, Defoe y Nietzsche; las influencias de Tolstoi y Dostoievski en Nietzsche, Wittgenstein y Camus; las obras de Thomas Mann, etc. Con todo, en este libro acompaña con gran generosidad a aquellos a los que ayudó e influyó con su trabajo y su dedicación. En todos los diferentes artículos palpitan las enseñanzas que introdujo en las formas de pensar y estudiar de estos investigadores: su intensidad, su amor por la lectura y la actividad que ésta conlleva y su rigurosa exactitud conceptual y filosófica.

La literatura siempre fue la avanzadilla del arte, el espejo convexo de una realidad influida por el mirar y el sentir de aquellos que se atrevieron a explicar su tiempo en conceptos. La necesidad del espíritu por evocar y entender el propio mundo dejó impregnado en tinta un caminar, el cual, como contemporáneos, tenemos la obligación de desgranar para entender y reconstruir las huellas del pasado y su indudable influencia sobre nuestro presente. La antropología filosófica sale a su encuentro con la entereza y el sosiego del pensar para elaborar claves comprensivas que nos permitan entender aquello que se perdió en el detalle, que se olvidó en la infinidad de las páginas de la historia. Oriunda del laborioso trabajo del exégeta, esta disciplina apunta así a la literatura como un lugar repleto de sendas y travesías desde donde cartografiar nuevamente las miradas históricas, enriqueciendo nuestro bagaje y nuestro trayecto cultural con ojos intensamente críticos para guiarnos en nuestro propio caminar contemporáneo.

Con este proceder, Antropología filosófica y literatura reúne varias vías nuevas que profundizan en destinos literarios y filosóficos muy variados como Marco Polo, J. W. Goethe, F. Dostoievski, Walter Benjamin, Cormac McCarthy, Jorge Semprún o G. Deleuze. Estos autores son invocados como referencias para ser pensados, para ser leídos y sentidos y así llevarnos a caminar verdaderamente como ataño ellos hicieron; a peregrinar con unos pasos, los suyos, que nos conducen directamente a intentar esbozar algo más nítidamente su propia -y con ella nuestra- comprensión de lo humano. Los investigadores que recorren estas huellas dejan plena constancia de su exhaustivo conocimiento de aquellos lares que se visitan con sus reflexiones, acompañados siempre de un profundo y agudo sentido del trabajo bien hecho. De este modo, la obra consta de catorce artículos temáticamente separados que geográficamente se encuentran y se desarrollan en un punto esencial del mapa del saber: la antropológica filosófica.

Joan B. Llinares, con su característica y aguda forma de trabajar e investigar, desmenuza en «Notas de filosofía y antropología filosófica en las memorias de Buchenwald de Jorge Semprún», los caminos y los senderos que recorrió el escritor, político y filósofo español, tanto en lo referente a su experiencia vital como en lo que concierne a su pensamiento más personal, literario y filosófico. Nos muestra, de este modo, los apeaderos intelectuales que Semprún encontró a lo largo de su camino de formación como lector autodidacta y pensador de su tiempo, elevando así a este intelectual a una de las referencias históricas contemporáneas a tener en cuenta a la hora de configurar una visión general de la historia y el pensamiento más reciente. De esta forma, el profesor Llinares analiza exhaustivamente, no sólo las cuestiones por las que Jorge Semprún transitó una y otra vez a lo largo de su existencia, como los conceptos filosóficos fundamentales -el mal, la libertad, la muerte o Dios- sino que, además, elabora un discurso que enmarca e introduce estas cuestiones filosóficas que ocuparon a Semprún contraponiéndolas con los autores que él tuvo en cuenta para guiar su caminar: Kant, Schelling, Heidegger o Wittgenstein. Con un carácter marcadamente reivindicativo, Joan B. Llinares muestra la importancia que tiene este autor y su obra para la memoria histórica y literaria, pues toda su escritura y vida están profundamente imbricadas con la disciplina de la antropología filosófica.

Habría que hacer, según mi criterio, una especial mención al cuidadoso y diligente trabajo de Vanessa Vidal, pues con pruebas extraídas del trabajo en el archivo de Walter Benjamin y Th. W. Adorno de Berlín, desmonta la tesis de que fue Benjamin el que primero hizo uso en un texto publicado de la idea de «imagen dialéctica». Así pues, demuestra cómo este concepto fue formulado por primera vez por Th. W. Adorno en su obra publicada en 1933 Kierkegaard. Konstruktion des Ästhetischen. Desde ese punto de partida y mostrando así su agudo conocimiento exegético sobre los conceptos y los pensamientos de ambos autores, comienza a formular una breve exposición sobre la intrincada y manifiesta complejidad que acompaña el uso de esta herramienta filosófica tan crucial. Si bien resulta ser uno de los ensayos más interesantes y sugerentes, lo más destacable es la claridad y la capacidad de esta investigadora por crear un relato preciso y solícito en los detalles, pero escrupuloso y metódico en lo que respecta a la exposición filosófica. Además, Vanessa Vidal dilucida y explicita, a través del análisis del pensamiento de Adorno, cómo funcionan estas imágenes, uno de los instrumentos más potentes, reflexivos y críticos -filosóficamente hablando- con los que puede contar la filosofía contemporánea para realizar la tarea que le ha sido encomendada: escudriñar las verdaderas sombras en un tiempo de cegadoras luces.

Detectando de una forma antropológica y filosófica una sensibilidad típicamente contemporánea en un autor moderno, Pedro Piedras nos muestra cómo Hugo von Hofmannsthal expone en sus relatos breves una intensa e inmanente preocupación por el dolor animal y su vinculación con los caprichos del hombre. Desarrollando las características elementales que Hugo von Hofmannsthal atribuye a estos seres -ingenuidad, perfección moral y fidelidad- este artículo se hace cargo de mostrar el carácter intrínsecamente violento y cruel que se encuentra en el interior del ser humano a través del análisis de sus acciones culturales y concretas sobre los animales. Además, Pedro Piedras problematiza sobre por qué la violencia hacia los animales nunca fue penada por ley e investiga este resultado cultural con una mirada antropológica fundada en la premisa de que dicha violencia particular y ritual que el hombre ejerce sobre los animales habla, por sí sola, del propio hombre. Además, Pedro Piedras relaciona y analiza concienzudamente la obra del director Michael Haneke con estos intereses literarios del famoso poeta austríaco, pues transforma cinematográficamente el dolor animal en una metáfora que acaba siendo «reflejo y heraldo del sufrimiento humano» (172).

Lorena Rivera en «Entre Escila y Caribdis: razón y fe al hilo de Los demonios de Dostoievski» demuestra cómo, con las reiteradas relecturas de un autor, unas realizadas con calma, otras con la ansiosa efervescencia de la novedad, el intérprete puede encontrar no sólo una lectura profunda, sino una gran variedad de ellas, ejemplificando de ese modo la poderosa permeabilidad temporal y espacial de la literatura. Con su investigación, Lorena Rivera muestra su indudable conocimiento del escritor ruso F. Dostoievski y fija su atención como eje pivotante de su exposición en la obra Los demonios, exhibiendo a través de la precisa observación de sus personajes -a los que suma el análisis y la comparativa de otros personajes de escritos del maestro ruso como Apuntes del subsuelo y El sueño de un hombre ridículo- uno de los conflictos que se ramifica entre su extensa obra: la reflexiva e intrincada cuestión que emana de la contraposición razón y fe en el espíritu humano moderno. Siguiendo este original y complejo hilo, Lorena Rivera esgrime magistralmente las características antropológico-filosóficas en un relato intensamente estudiado y reflexionado que consigue explorar, recrear y presentar las relaciones entre los conflictos más internos del escritor ruso a través del riguroso estudio de sus obras.

Con la creciente sospecha de que la filosofía transmitida por las lenguas española y portuguesa tienen una severa invisibilidad internacional, Pablo Drews se propone incidir en esta problemática y encontrar los porqués de este fenómeno que afecta a Latinoamérica y a la Península Ibérica. Para semejante tarea, apuesta por la «terapia argumentativa» de la filosofía fermentaria del filósofo uruguayo Carlos Vaz Ferreira como una base sólida y firme desde donde poder elaborar su teoría. Ésta es seleccionada como guía debido a la insistencia en la lucha del filósofo uruguayo por combatir y explicar las malas costumbres -tanto mentales como lingüísticas- que acompañan a las filosofías hispanas desde el debate con las filosofías vitalistas, pragmatistas y las propias escuelas ibero-latinoamericanas. Pablo Drews encuentra tres grandes bloques donde engloba los males que aquejan a la filosofía latinoamericana en su conjunto: «el fervor sucursalero», «el afán de novedades» y el «entusiasmo nacionalista». Finalmente, y una vez identificados y explicados de forma considerable estos males, apunta a su profunda modificación y enumera las ventajas intrínsecas que acompañarían a estos cambios tanto a nivel político, como epistémico y ontológico, mejorando así la propia visibilidad de la filosofía ibero-latinoamericana y reivindicando su autoridad.

Desde la acentuada lectura de la obra Meridiano de sangre de Cormac McCarthy, Juan David Mateu expone de una forma detallada y muy precisa las diferentes alteridades culturales que son asociadas y absorbidas en los distintos personajes del salvaje oeste norteamericano. De este modo, desde el análisis de la literatura, Juan David Mateu mapea la realidad de un momento histórico a través de las relaciones y concepciones que McCarthy dio a los diferentes protagonistas, focalizando su atención en cuatro personajes: los indios, los mercenarios, el juez y el niño. Sin embargo, el autor va más allá y, si bien identifica las categorías antropológicas clásicas y las explica en función de cada uno de estos tipos, muestra cómo estas líneas firmes y claras aparentemente son en realidad borrosas en la novela, en tanto en cuanto los propios personajes no se limitan a «encajar» en las descripciones categoriales, sino que tienden a traspasarlas, incumplirlas y mezclarlas. Desde esta tesis, muestra el rostro jánico del ser humano, identificando como elemento unificador categorial la violencia y la destrucción intrínsecas encerradas en todo acto humano. A partir de ahí, David Mateu realiza una reflexión con consecuencias filosóficas -siempre en contacto con la novela y sus personajes- sobre la violencia inmanente de la naturaleza humana inspirada en la tesis bien conocida de Walter Benjamin.

Bernat Martí Oroval se sumerge en la búsqueda del «otro» en el imaginario de la época tardo-medieval y renacentista europea. Demuestra el poder material e intrínseco de las ideas, focalizando su investigación en la composición de un mapa que explica y desglosa la concepción europea sobre Cipango y la influencia que dicha creación cultural provocó y tuvo en los personajes históricos de Marco Polo y Francisco Javier. A través de una compleja reconstrucción histórica que conecta a los personajes centrales, Bernat Martí nos ayuda a comprender los motivos, las aspiraciones y las diferencias que llevaron a hombres europeos a recorrer el mundo desconocido de Oriente a través del análisis antropológico y filosófico de una multitud de escritos. En «Del Cipango de Marco Polo al Japón de Francisco Javier» se nos presenta una tesis fundamental que recorre toda la investigación y que retorna al lector en su final: nuestra forma de pensar y de ver el mundo nos determina, impulsa y mueve, haciendo de lo mítico no algo superado y separado de nosotros, sino intrínseco a la propia cultura.

El análisis de Luca Giancristofaro centra su atención en la penetrante influencia que J. W. Goethe tuvo en los escritos y estudios del filósofo alemán W. Dilthey sobre el papel de la psicología en la poesía, que basó en la constitución psico-fisiológica del artista. A través de una construcción e investigación no sólo histórica, sino literaria y filosófica, el investigador nos relata la evolución, las correcciones, conclusiones y los hallazgos de Dilthey sobre el artista y sus correlaciones con el maestro alemán J. W. Goethe. De este modo, explicando los conceptos más fundamentales del autor -imaginación, fantasía, realidad, hermenéutica, etc.- se dibuja un camino para entender la importancia de la experiencia vital del poeta, elemento crucial de la teoría psicológico-hermenéutica de Dilthey que fundará las bases de toda una nueva e importantísima interpretación filosófica contemporánea.

Salvador Cuenca Almenar realiza un incisivo estudio sobre cómo influyó política, artística y filosóficamente al escritor y filósofo berlinés Walter Benjamin la corriente vanguardista del Surrealismo. Desde sus premisas y concepciones más fundamentales, que tenían por objetivo revitalizar y reformular la perspectiva cultural y política de la época, Salvador Cuenca investiga y realza, en «Walter Benjamin hacia el surrealismo», una intensa crítica contra el concepto de experiencia basado en la filosofía kantiana. Este análisis realizado por Benjamin postula y diagnostica el empobrecimiento moderno de la experiencia como elemento diferenciador y característico de principios de siglo xx. Con todo lo extraído de esta crítica, nuestro autor utiliza las conclusiones obtenidas y las aplica con evidente maestría a nuestro tiempo a través de un ejercicio de reflexión práctica con resultados y propuestas sorprendentes. El final queda abierto como una invitación para el lector perspicaz y sereno que se tome en serio la necesidad del pensar el presente y su futuro desde el prisma del pasado a través de las anotaciones de Walter Benjamin.

Miquel Ángel Martínez y Josep Artés en «Relatos salvajes, bárbaros y civilizados. La importancia de la antropología en el análisis de Deleuze y Guattari» realizan un análisis estructural de los sistemas de dominación, control y poder que se han ejercido a lo largo de la historia. A través de una vasta comprensión de las tesis deleuzianas, plantean una nueva forma -y con ello una nueva nomenclatura- para las categorías básicas que, clásicamente, la antropología tenía para diferenciar y clasificar las distintas culturas humanas. Las categorías clásicas evolucionan y se complejizan, creando así otras más teóricas e influenciadas por la realidad material. Así pues, el «salvaje» pasa a ser la máquina territorial de las sociedades contra el Estado, el «bárbaro», la máquina despótica de las sociedades imperialistas y el «civilizado», la máquina capitalista. La exigencia de la actualización de los términos utilizados por la antropología política vibra en el propio ensayo, donde se explica y desarrolla la importancia y la necesidad de entender el mundo actual, claramente influenciado por las políticas del poder neoliberal global.

Carlos García-García identifica la psiquiatría contemporánea, altamente cientificista y convencida de su buena praxis bajo el uso exagerado de medicamentos, como una disciplina carente de una comprensión real del paciente y su contexto. Para demostrar esta hipótesis, en «Epistemologías y política de la psiquiatría» el investigador expone históricamente la evolución de esta rama de la medicina para evidenciar una profunda falta de sensibilidad -que ya apuntaron personajes fundamentales de la llamada psiquiatría crítica como Ronald Laing, Michel Foucault, Thomas Szasz o Erving Goffman- y apostar por una renovación del tratamiento clínico que califica de necesaria y ampliamente ventajosa para el conjunto de la sociedad. La idea estructural base de la psiquiatría crítica -rama de la psiquiatría que defiende nuestro autor- desde donde se realiza este ataque a las concepciones mecanicistas del hombre, es la comprensión del ser humano, no como un conjunto de átomos a reorganizar, no como una máquina a reparar, sino como una subjetividad altamente completa y dinámica que evoluciona y sintoniza con la realidad de muy distintas formas. En otras palabras, se propone una transformación política e institucional de base, para la actuación, actualización y conversión de la disciplina psiquiátrica en un saber consecuente y de cariz humanístico.

En «Orientalismo, perspectivismo y representaciones de la guerra de Irak», Paolo Stellino denuncia de forma sistemática, basándose en el estudio de la memoria cinematográfica visual popular y especializada, cómo los intereses culturales hegemónicos contemporáneos han establecido un relato extremadamente acrítico y estéril que acentúa y evidencia una serie de prejuicios altamente tóxicos sobre diferentes alteridades culturales, haciendo especial hincapié en los prejuicios norteamericanos sobre el mundo islámico y oriental. Siguiendo las tesis de pensadores contemporáneos clave, como E. Said, analiza el tratamiento de los personajes -tanto de sus diálogos, como su estética o sus actos- tachados de «enemigos» en diferentes films de origen estadounidense, concluyendo que existe un poderoso objetivo en todos ellos, a saber: la eliminación de la pluralidad de narrativas y, por ende, la imposición de un único y verdadero discurso, el profundo reduccionismo al absurdo de las culturas expuestas y la evidente falta de comprensión y empatía histórica que, incluso, se crea y acompaña al propio montaje y representación de las películas. Con todo, el autor finaliza el breve ensayo constatando cómo se ha cimentado una composición altamente desfigurada y alterada de la narrativa histórica bajo el imperio de la cultura hegemónica norteamericana que busca autojustificar y legitimar sus actos como necesarios y positivos ante el tribunal de la historia cultural.

Kilian Lavernia, por su parte, ahonda en el significado y el sentimiento despertado en el gran escritor alemán J. W. Goethe tras la derrota bélica germana por parte del ejército de Napoleón para reconstruir una visión sobre la literatura autobiográfica profundamente innovadora. De este modo, Kilian Lavernia muestra cómo Goethe presenta, desarrolla y elabora en el trasfondo de sus escritos sobre la guerra, un yo que es concebido e ideado en un puro enfrentamiento contra sí mismo en la propia experiencia temporal, despertando así toda una nueva serie de consecuencias epistémicas e interpretativas sobre las que la antropología filosófica debe reflexionar. En «Por ejemplo, Goethe en la guerra. Antropología de la existencia», se nos muestra cómo Goethe defendió la importancia de narrar lo acontecido desde el prisma de la insondable dureza estética, mostrando su negativa a entorpecer, embellecer o edulcorar la más mínima expresión de sus vivencias.

Desde una visión más analítica, Jordi Valor plantea en «Retos que la verdad plantea al relativismo» una suerte de escenarios donde las consecuencias epistémicas son elementos cruciales a tener en cuenta para elaborar y realizar una actividad antropológica seria y competente. Jordi Valor, siempre desde un relativismo práctico, insiste en las características típicamente asociadas a la verdad -necesidad, fuerza, valor, exigencia o ambivalencia- y postula que, según cómo se elabore el contenido y la importancia que se le dé a la concepción de la verdad dentro del corpus formal, tanto en lo referente a la teoría como a la práctica, si no es analizada de forma concisa dicha teoría puede presentar una variedad preocupante de cuestiones filosóficas irresueltas en su propia base, afectando negativamente a su propio proceder. Esto plantea al relativismo una especie de imposición: el relativista no puede renunciar a formularse una idea -aunque sea mínima- sobre la verdad. Sin embargo, Jordi Valor insiste en que el relativista debe «desarrollar sus ideas sobre la coexistencia de una pluralidad de marcos normativos igual de valiosos». (413)

En conclusión, se presenta ante el lector una edición que abarca una gran variedad de caminos a transitar, un gran cúmulo de reflexiones que obligan no sólo a reconocer el tremendo y conciso esfuerzo de cada uno de los investigadores, sino a realizar una lectura calmada, firme y lenta para comprender decisivamente la enorme complejidad del carácter y los diferentes ámbitos de acción de lo humano en la vasta y ancha línea histórica. En este sentido, la lectura de Antropología filosófica y literatura se vuelve prácticamente obligada y absolutamente recomendable.

REFERENCIAS

Joan B. Llinares (ed.). Antropología filosófica y literatura. Valencia: Pre-Textos, 2019, 424 páginas [ Links ]

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