Introducción
El estudio del patrimonio geológico y la geodiversidad se ha incrementado en los últimos años, a partir de la creciente preocupación por la conservación del ambiente por parte de organizaciones de índole local, nacional e internacional. El patrimonio geológico se define como el conjunto de recursos naturales geológicos de valor científico, cultural y/o educativo, ya sean formaciones y estructuras geológicas, formas del terreno, minerales, rocas, meteoritos, fósiles, suelos y otras manifestaciones geológicas que permiten conocer, estudiar e interpretar: a) El origen y evolución de la Tierra, b) Los procesos que la han modelado, c) Los climas y paisajes del pasado y presente, d) El origen y evolución de la vida (Ley 42/2007 y Ley 33/2015, en Galindo et al, 2019). El valor también resulta del disfrute de los elementos (geoturismo) y las creencias espirituales (geo-sitios sagrados) (Carcavilla Urquí et al, 2007; 2019).
El estudio integral del patrimonio geológico requiere un trabajo interdisciplinario, y abarca las aristas de metodología, inventarios, gestión, geoconservación, legislación, protección de espacios naturales, divulgación, difusión, turismo y desarrollo (Carcavilla Urquí et al, 2007). Además de un trabajo interdisciplinario, requiere el conocimiento de todas las ramas de las ciencias geológicas debido al amplio rango de la geodi-versidad (Gray, 2004).
En dicho contexto, la presente contribución pretende estudiar los geositios de la quebrada Montenieva en su tramo superior, en el valle Calchaquí, provincia de Salta, y presentar aspectos sobre la asignación de los mismos como patrimonio geológico y su potencialidad para el Geoturismo. Este trabajo es parte de la Tesis Profesional de A.A. Soliz (Soliz, 2021).
Marco GeológicoEl área de estudio se enmarca en el Valle Calchaquí norte (Fig.1), una fosa tectónica que algunos autores consideran parte de la Cordillera Oriental (Ramos, 2017), y otros incluyen en la provincia geológica Calchaquenia (Baldis et al, 1976). La zona es accesible desde la ciudad de Salta capital por RN 9 - RN 68 - RP33 - RN 40, o desde Cafayate por RN 40, ambas opciones hasta la localidad de Seclantás, y luego transitando por camino de tierra en buen estado.
La estratigrafía inicia con la Formación Puncoviscana (Turner, 1960), que constituye el basamento regional y está integrada en la zona por metasedimentitas clásticas de ambientes es-tuarinos y de planicie mareal (López de Azare-vich et al, 2010; 2012), depositadas durante el Neoproterozoico y el Cámbrico inferior (Mirré y Aceñolaza, 1972; Escayola et al, 2011).
El basamento está cubierto por espesas capas de sedimentitas continentales y marinas de edad Cretácico - Paleógeno que registran el relleno del rift cretácico del norte argentino (Galliski y Viramonte, 1988), representado por el Grupo Salta (Turner, 1958). Este grupo está dividido en tres subgrupos, que son de más antiguo a más reciente, los subgrupos Pirgua (Reyes y Salfity, 1973), Balbuena y Santa Bárbara (Moreno, 1970).
El Subgrupo Pirgua representa la etapa sinrift y contiene evidencias de vulcanismo sinsedimentario. Está compuesto de base a techo por las formaciones La Yesera, Las Curtiembres y los Blanquitos (Reyes y Salfity, 1973), que comprenden espesos bancos de conglomerados y areniscas conglomerádicas intercaladas con bancos de pelitas de color rojizo de ambiente aluvial y fluvial de alta energía.
Con el Subgrupo Balbuena inicia la etapa postrift y está constituido por las formaciones Lecho, Yacoraite (Turner, 1958) y Tunal (Turner et al, 1979). La primera es de origen fluvial y está compuesta por areniscas medianas, finas y gruesas. La Formación Yacoraite evidencia la inundación de la cuenca, y comprende calizas, pelitas y areniscas calcáreas de ambiente marino somero. La Formación Tunal está representada por lutitas, limolitas y calizas, de ambiente lacustre somero híper-salino.
El Subgrupo Santa Bárbara está integrado por las formaciones Mealla, Maíz Gordo y Lumbrera (Moreno, 1970), compuestas por areniscas gruesas, rojizas a blanquecinas y pe-litas rojas, depositadas en ambientes fluviales, lacustres, fangosos y eólicos.
Cubriendo las unidades más antiguas se deposita el Grupo Payogastilla (Díaz y Ma-lizzia, 1983), que representa una de las cuencas de antepaís cenozoicas del norte argentino, y está constituido por las formaciones Quebrada de Los Colorados (Díaz et al, 1987), Angasta-co, Palo Pintado y San Felipe (Díaz y Malizzia, 1983). La Formación Quebrada de Los Colorados está compuesta por areniscas y pelitas rojas de origen fluvial y eólico, depositados durante el Eoceno medio-superior bajo clima árido (Galli et al, 2011). La Formación Angas-taco está integrada por conglomerados y areniscas de origen aluvial y fluviales entrelazados gravosos, y registra niveles tobáceos de edad Mioceno medio (Grier y Dallmeyer, 1990; Pe-reyra et al., 2008). La Formación Palo Pintado comprende areniscas, pelitas y conglomerados depositados en ambientes de ríos entrelazados y planicies de inundación, que incluye un nivel de toba en la sección inferior de edad Mioceno superior-Plioceno (Coutand et al, 2006; Galli et al, 2008). La Formación San Felipe está representada por conglomerados, areniscas y pelitas subordinadas, de ambientes de abanicos aluviales a entrelazados gravosos.
En el tramo superior de la quebrada Montenieva afloran los depósitos de los subgrupos Pirgua y Santa Bárbara (Grupo Salta), y las formaciones Quebrada de Los Colorados y Angastaco (Grupo Payogastilla).
Metodología
Inventario y evaluación
El patrimonio geológico está formado por elementos de la geodiversidad (Brilha, 2016) y no existe una metodología única y estandarizada para la valoración del patrimonio geológico. Si bien el patrimonio geológico no interviene en la definición de las diferentes clases de geodiversidad, así como tampoco en el análisis de la variedad, frecuencia y distribución de las mismas, sí interviene en su valoración de la calidad o interés. Considerando que los valores de variedad, frecuencia y distribución de clases de geodiversidad pueden definir lugares de interés geológico que engloben una o varias clases relevantes, la geodiversidad puede ser un valor patrimonial por sí misma (Carcavilla et al, 2008). En este sentido, los resultados del estudio de geodiversidad (que brinda información sobre la variedad geológica) y patrimonio geológico (que brinda información sobre el valor de los elementos presentes) pueden ser combinados para obtener el valor geológico de las clases definidas en el estudio de la geodiversidad.
Los métodos de evaluación de los elementos de la geodiversidad son relativamente subjetivos y dependen de la experiencia del observador, y al mismo tiempo se adaptan al objeto o fenómeno que se analiza (Zwolinski et al, 2018). En el presente trabajo se han considerado los valores intrínseco, estético, económico, cultural, funcional, científico, educativo y turístico compilados por Gray (2004) para evaluar la geodiversidad, y sus diferentes modificaciones (Bruschi, 2007; Knapik et al, 2009; Rendón Rivera et al., 2013; Fernández Martínez y Díaz Martínez, 2015; Pazari y Dollma, 2019; Dollma, 2019, entre otros). Estos valores y los métodos utilizados para el estudio de geodiversidad, son también considerados en el análisis del Geoturismo, el cual se define como “turismo que sostiene o mejora el carácter geográfico de un lugar, su entorno, cultura, estética, patrimonio y el bienestar de sus habitantes” (Hose, 2012).
Se procedió en dos etapas, realizando en primera instancia un inventario y posteriormente una valoración del geositio. Para el inventario se diseñó una ficha que en el frente cuenta con los siguientes datos: nombre del geositio, código, latitud, longitud, altura sobre nivel de mar, región, departamento, provincia, foto, valoración (según la metodología a detallar a continuación), justificación, tipo, importancia, y estado de conservación. En el dorso de la ficha cuenta con los siguientes datos: accesibilidad (con detalle de punto de acceso sobre ruta y descripción de acceso), mapa, intereses asociados, situación catastral, registro en otro inventario, observaciones y autor.
Para la evaluación de los geositios con potencial para convertirse en patrimonio geológico del área analizada se ha diseñado una nueva metodología, que consiste en una matriz de seis parámetros para evaluar la accesibilidad, el valor espacial del paisaje, valor cultural, valor científico, valor funcional y estado de conservación (proporcionalidad entre los componentes de degradación natural - antrópica), en ese orden, asignando calificaciones de la A a la E para cada uno, donde A representa la mayor valoración y E representa la menor valoración (Fig. 2 y 3). Con el propósito de evaluar el aspecto estético del geositio, se consideró al paisaje en su contexto, sumando al valor espacial del paisaje el valor del paisaje en sí mismo, que es de carácter subjetivo, ya que el paisaje visual considera la estética y la capacidad de percepción por un observador (Muñoz-Pedreros, 2004). Se considera el valor de paisaje desagregado en una matriz de seis parámetros: formas, estructuras, colores, texturas, elementos bióticos) y semejanza con paisajes extraterrestres u objetos conocidos (en ese orden), asignando calificaciones de la A a la E para cada uno, donde A representa la mejor valoración y E representa la menor valoración (Fig 3).
Por último, el valor científico también cuenta con una desagregación, que consiste en una matriz de cinco parámetros para evaluar la rareza o las repeticiones del geositio, su interés interdisciplinario, su interés desde diferentes campos de la geología, el carácter de las publicaciones y el número de publicaciones con las que cuenta (Fig 4).
En cada caso, cuando el geositio tenga las características suficientes para ser incluido en dos categorías, se priorizará la mayor calificación entre ellas.
Método gráfico de visualización y comparación Se diseñó un método gráfico para visualizar rápidamente las características del geositio para proceder a evaluarlo como patrimonio geológico, basado en una matriz de valoración cualitativa de los parámetros establecidos previamente, para los tres hitos de evaluación: valoración general, de paisaje, y científica. Se preparó como base un diagrama de dos ejes. En el eje de las abscisas se ubicaron las características analizadas en una escala lineal y nominal, y en el eje de las ordenadas se ubicó la valoración otorgada para cada una de ellas (A a E, escala ordinal). La derivación de aplicar este diagrama, resulta en una línea quebrada que representa una valoración cualitativa para cada geositio. Una ubicación superior dentro del gráfico indica sus máximos (fortalezas), y una ubicación inferior indica sus mínimos (debilidades). El objetivo del mismo es visualizar características y comparar muestras (geositios) de forma rápida.
Tanto la necesidad de comparar como la necesidad de clasificar los diferentes geositios dan lugar a razones justificadas para la inclusión de los mismos en determinadas listas o inventarios, tales como un registro de bienes patrimoniales, un catálogo de atractivos turísticos, un inventario de áreas a preservar, entre otras.
Resultados
Geositios analizados
Los geositios analizados para su posible consideración como patrimonio geológico son la quebrada Montenieva y las cuevas de Acsibi.
La quebrada Montenieva es una geoforma de erosión de origen fluvial, que se inicia con un modelado estructural (según la clasificación de Goudie, 2004) tipo dip stream (arroyo de buzamiento), mientras atraviesa la zona del glacís, y ante la presencia de los primeros estratos del Subgrupo Pirgua el modelado cambia al tipo anti-dip stream (arroyo contrario al buzamiento) hasta sus nacientes en la sierra de la Apacheta.
Hacia las nacientes de la quebrada se reconocen diferentes geoformas de erosión entre las que se encuentran badlands, pinnacles, piping, gullies y hoodoos (Fig 5 y Fig. 6a,b), pero su atracción principal son las denominadas “Cuevas de Acsibi”.
Desde el punto de vista científico, en la finca Montenieva y en la quebrada homónima se han desarrollado investigaciones de arqueología y geología. Se han registrado hallazgos de restos arqueológicos como muros de piedra en muy mal estado que conforman recintos rectangulares, y fragmentos cerámicos de tipo ordinario de las culturas santamariana e inca (Baldini y De Feo, 2000; Baldini et al., 2004).
Dentro del ámbito de las ciencias geológicas, en la quebrada Montenieva se han realizado numerosas investigaciones y se han publicado artículos de carácter nacional e internacional, entre los que se destacan las ramas de la estratigrafía y la geología estructural (Crivelli, 1995; De Celles et al., 2011; Galli et al. 2014; Yamin et al., 2016; entre otros). Sin embargo, la zona también es perfectamente apta para estudios sedimentológicos y geomorfológicos (Soliz, 2021).
Las cuevas de Acsibi corresponden a geoformas denominadas caves desarrolladas en intercalaciones de areniscas y pelitas en la Formación Quebrada de Los Colorados. Si bien, las caves pueden tener diferentes orígenes, las estudiadas en este trabajo se han originado por combinación de dos procesos: erosión hídrica subterránea y caída gravitacional de rocas.
Tal como sucede en la superficie, el agua es el agente de transporte de sedimentos, pero en el caso de la erosión hídrica subterránea se generó luego de un proceso de infiltración. El proceso observado es levigación, que consiste en un lavado diferencial de la fracción fina (arcillas) que van generando geoformas tipo caves en el subsuelo. Por otro lado, a partir de una pequeña superficie de corte se producen desprendimientos que terminan en la caída gravitacional de rocas generando rockfalls, capaces de formar caves si se dan las condiciones necesarias de diámetro de los bloques caídos, pudiéndose combinar con resaltos topográficos de la zona de caída (Fig. 6c, d).
Por su parecido a los relieves kársticos, este tipo de geoformas han sido denominados pseudoverkarstung por von Knebel (1905) y pseudokarst por Halliday (1960, 2004, 2007), debido que no están relacionados a procesos de disolución química. Además, cuando se originan por erosión hídrica subterránea (Fig. 6e,f) han sido clasificados como piping pseudokarst por Halliday (2004) y suffosionalpseudokarst por Holler (2019). Por otro lado, cuando se originan a partir de rockfalls, estas geoformas han sido clasificadas como talus pseudokarst por Halliday (2004) y talus caves (otro tipo de pseudokarst) por Holler (2019).
Evaluación
En base a las características observadas y a las descripciones realizadas, se procedió a evaluar los dos geositios analizados (Fig. 7).
Gráfico de visualización y comparación
Teniendo en cuenta la valoración general, la quebrada Montenieva presenta condiciones favorables de accesibilidad, valor de paisaje, extensión superficial y valor funcional con respecto a las cuevas de Acsibi. En tanto, estas últimas presentan una ventaja en el valor científico, pero no muestran diferencias en cuanto al valor cultural y el estado de conservación (Fig. 8).
En relación al valor de paisaje, la quebrada Montenieva tiene ventajas de variación de colores y texturas, las cuevas de Acsibi presentan menor valoración en cuanto a los parametros de formas, colores y texturas; y ambas no tienen ningún tipo de semejanza con elementos conocidos (Fig. 9).
Considerando el valor científico, las cuevas de Acsibi tienen muchas desventajas en el interés interdisciplinario, los campos de la geología que lo pueden estudiar y en el número de publicaciones realizadas sobre investigaciones (Fig. 10).
Clasificación de los geositios analizadosExisten diferentes métodos de clasificación de los geositios como patrimonio geológico que generalmente se adaptan a los objetivos de la misma (Carcavilla Urquí et al, 2007). Cen-drero (2000) consideró que los criterios más útiles para clasificar el patrimonio geológico son: el campo de las ciencias geológicas que mejor identifica al geositio, las posibilidades de utilización, la fragilidad y la necesidad de protección.
En este trabajo se propone una nueva clasificación del patrimonio geológico denominada “Letra - Característica”, que utilizará la categoría del geositio, identificado mediante la mejor valoración obtenida. De este modo, será posible obtener 5 categorías o tipos diferentes (A, B, C, D, E), y una subclasificación que estará definida por las características analizadas que obtuvieron esa calificación (Fig. 11).
Discusión
Existen numerosas metodologías cuantitativas para la evaluación del patrimonio geológico que engloban todas las características y criterios analizados en un solo número final, tal es el caso de Rivas et al. (1997), Brilla (2005), Bruschi y Cendrero (2005), Coratza y Giusti (2005), Pereira (2010), Medina (2012, 2015), entre otros. Si bien, estas metodologías se consideran apropiadas para un análisis global, no permiten observar los detalles más destacados de cada uno de los geositios, lo que permitiría una mejor visualización a la hora de clasificarlos para tomar mejores decisiones sobre si incluirlos o no en determinadas bases de datos (registro de bienes patrimoniales, catálogos de atractivos turísticos, inventarios de áreas a preservar).
De forma general, el amplio rango de la geodiversidad conlleva un amplio rango de geositios. La naturaleza de cada uno de ellos indica que se destacan en una o varias características sobre otros, mientras que también muestran debilidades o cualidades en las que no son bien calificados. Esto resalta el valor propio de cada geositio y justifica la importancia del mismo, más allá de la infraestructura y los servicios que lo rodea, las dimensiones de las localidades cercanas, o las diferentes actividades turísticas que permiten. Estos criterios son utilizados para la evaluación del patrimonio geológico en muchas metodologías, y pueden aumentar o disminuir el valor global, pero en ese número final se altera la información científica del mismo.
Poner al descubierto todas y cada una de las características, es lo que realmente muestra una mejora en la visualización de la evaluación global del geositio. Por lo tanto, los esfuerzos deberían inclinarse también en innovar los métodos gráficos y comparativos que incluyan mayor cantidad de información. El manejo de toda la información es sumamente útil, teniendo en cuenta que el patrimonio geológico tiene aplicaciones en geoturismo, y poder visualizar rápidamente las diferencias entre uno y otro geositio podría resultar de utilidad a los planificadores y gestores del sistema turístico.
Si bien, los visitantes no desarrollarán estas metodologías comparativas, actualmente es fácil de resolver mediante técnicas de programación y diseño web. Un claro ejemplo, es el trabajo de Pereira (2010), quien desarrolló un software de acceso libre con todo el inventario del patrimonio geológico de Chapada Diamantina (Bahía, Brasil), donde además de ofrecer las fichas de inventario, contiene información y fotografías extra no incluidas en el escrito de su tesis. Por otro lado, existen geoparques que cuentan con su propio sitio de internet con descripciones y fotografías de su patrimonio geológico. A pesar de estos notables progresos en este campo, ninguno de ellos cuenta con alternativas comparativas.
Como ejemplo de valoración cuantitativa de los geositios, si consideramos los resultados obtenidos y asignamos un valor numérico a cada valor cualitativo (A: 5, B: 3, C: 2, D: 1, E:0) y calculamos la sumatoria para cada hito de valoración, y las magnitudes acumuladas, se pueden evaluar los datos de manera cuantitativa a partir de la ejecución de un diagrama de Pareto (Fig. 12). A partir de estos diagramas comparativos para los geositios Quebrada Montenieva y Cuevas de Acsibi esbozan una mejor valoración para el primero por definir una sumatoria de parámetros por hito que duplica a la del segundo (Fig. 12).
Se destaca que la sistemática de evaluación de la geodiversidad se encuentra en etapa de desarrollo en cuanto a la consolidación metodológica, dependiente de las tendencias actuales y la dinámica que revisten las vías de investigación, que Crisp et al. (2021) identifican como: i) Intenciones metodológicas de la evaluación de la geodiversidad; ii) Tendencias actuales en los métodos de evaluación de la geodiversidad, y iii) Tendencias geográficas actuales. La metodología propuesta y su aplicación constituyen la primera valoración de geositios y del potencial como patrimonio geológico de la zona de estudio.
Conclusiones
El análisis de los geositios en la zona estudiada permitió realizar una valoración comparativa de los mismos.
La Quebrada Montenieva tiene una valoración general BACBBA, una valoración de imagen BABCDE y una valoración científica de
EBBAA.
Desde el punto de vista general, tiene el tipo “A - espacial del paisaje, conservación”; lo que indica que los rasgos más destacados son su valor de dimensiones del paisaje y su estado de conservación. A su vez, tiene el tipo paisaje “A - textura”, lo que resalta que lo más destacado de su imagen es un curso de agua léntico que se reconoce en toda la extensión. El tipo científico “A - carácter y tipo de publicaciones” indica que es un sitio bien estudiado, cuyas publicaciones son de carácter internacional, con referato.
Las cuevas de Acsibi tienen una valoración general de DDCAEA, una valoración de paisaje de BBEEDE y una valoración científica
AEEEE.
Desde el punto de vista general, tiene el tipo “A - científico, conservación”; lo que indica que es un punto muy importante desde el punto de vista científico y se destaca por su estado de conservación. El tipo paisaje “B - formas, estructuras”; indica que es un geositio con resaltos topográficos propios del relieve escarpado y caracterizado por bloques redondeados. El tipo científico “A - repeticiones”, indica que es el único sitio conocido en la región para estudiar un determinado proceso geológico, en este caso los relacionados a la formación de caves de suffosionalpseudokarst, con el agregado de que se combina con talus pseudokarst.
Si bien, las metodologías cuantitativas se consideran apropiadas para un análisis global, no permiten observar los detalles más destacados de cada uno de los geositios, lo que permitiría una mejor visualización a la hora de clasificarlos para tomar mejores decisiones sobre si incluirlos o no en determinados inventarios como por ejemplo de áreas protegidas o de interés turístico.
Aunque hasta la fecha no se haya desarrollado una exploración total del patrimonio geológico en el Valle Cal chaqui, al tratarse de geositios de categoría A (aunque en diferentes características), se justifica la presencia de la quebrada Montenieva y las cuevas de Acsibi dentro del patrimonio geológico del Valle Cal-chaquí.
El enfoque metodológico propuesto por los autores para el área de estudio constituye el primer análisis de la geodiversidad en la zona, y la primera valoración de los geositios orientada a su evaluación como patrimonio geológico.
Agradecimientos
Este trabajo de investigación contó con el fi-nanciamiento del PUE 016 y el apoyo académico del CEGA e INSUGEO-CONICET, y de la Universidad Nacional de Salta. Los autores agradecen a la familia Abán (Finca Montenieva) por su hospitalidad. Y a los revisores anónimos que contribuyeron al mejoramiento de este trabajo de investigación.