Alrededor del 55% de la población mundial vive en ciudades (ONU-Hábitat 2020), y abordar los desafíos de su desarrollo con acciones efectivas, puede tener efectos acumulativos de gran alcance. El fuerte impacto ambiental que producen las urbanizaciones, contribuye a la pérdida de la biodiversidad mundial y a la homogeneización de su biota (Aronson et al. 2014, McDonald et al. 2018).
Los estudios sobre la avifauna urbana han sido abundantes en Europa y América del Norte, siendo en la Región Neotropical aún escasos (Montalti y Kopij 2001, Leveau y Leveau 2004, Juri 2007, Haedo et al. 2010, Leveau et al. 2017, Palacio et al. 2018, Haag et al. 2020). Las urbanizaciones pueden generar nuevos sitios de alimentación, refugio y nidificación, ayudadas por una mayor complejidad de la estructura de la vegetación y, como consecuencia, la diversidad de aves puede aumentar (Blair 1999, Fernández-Juricic 2000, Chace y Walsh 2004). Este aumento en la diversidad de aves ha sido registrado en Tucumán, Argentina, en dos espacios verdes silvestres (rodeados de una matriz urbana): el Jardín Botánico de la Fundación Miguel Lillo, San Miguel de Tucumán (Echevarria et al. 2011) y el Parque Percy Hill, Yerba Buena (Presti y Echevarria 2009), los cuales mostraron una alta riqueza de especies en comparación con la urbanización que los rodeaba (Juri 2007).
Otros sitios importantes para las aves en las urbanizaciones son los jardines urbanos privados, los cuales definimos como “amigables” cuando cumplen ciertos requisitos ambientales, tales como tener una estructura y composición de la vegetación similar al ambiente natural cercano. Los jardines privados juegan un papel cada vez más destacado en la biodiversi-dad urbana. A pesar de que los jardines privados son muy comunes en los ambientes urbanos, aún es muy limitado nuestro conocimiento sobre la biodiversidad que contienen (van Heezik et al. 2013, Bulacia 2021, Lin y Chen 2022).
Los espacios verdes tanto públicos como privados forman una red de sitios importantes para la conservación de la avifauna urbana ya que ofrecen en conjunto una gran superficie de hábitats para la vida silvestre (Daniels y Kirkpatrick 2006, Haene 2018, 2020, Bulacia 2021). Para aportar información de base en la planificación de nuevos jardines residenciales en las ciudades, estudiamos la composición y estructura de la comunidad de aves en un jardín privado “amigable” en la ciudad de San Miguel de Tucumán, durante el otoño y el invierno.
MÉTODOS
Área de estudio
Los muestreos se realizaron en una propiedad privada cuya superficie total de espacio verde es de 160 m2, ubicada en la ciudad de San Miguel de Tucumán (26°48’55’’S, 65°15’40’’O). La casa tiene un jardín delantero de 80 m2 (incluyendo la vereda) y un jardín trasero de 80 m2 (fondo), cuya vegetación se caracteriza por estar constituida por un 48% de árboles y arbustos nativos, y con diferentes estratos de vegetación. Este jardín privado, comenzó en el año 2000 con solo algunos sectores de césped. El primer árbol plantado fue un Lapacho Amarillo (Handroantus albus), y a lo largo de los años se fueron incorporando numerosas especies vegetales que conformaron los diferentes estratos de vegetación. El estrato arbóreo está constituido por: Lapacho Amarillo (H. albus), Tarco (Jacaranda mimosifolia), Papaya (Carica papaya), Banano (Musa paradisiaca), Guayacán (Libidibia paraguariensis), Palo Santo (Bulnesia sarmientoi), Ramo (Cupania vernalis), Pata de Vaca (Bauhinia variegata), Liquidambar (Liqui-dambar sp.). El estrato arbustivo, está conformado por: Chalchal de Gallina (Vassobia breviflora), Rosa China (Hibiscus rosa-sinensis), Ruelia (Ruellia brevifolia), Salvia (Salvia leucantha), Cheflera (Schefflera arboricola), Filodendro (Philodendron sp.), Hortencia (Hydrangea sp.), y además diferentes enredaderas y herbáceas: Potus (Epipremnum aureum), Pasionaria (Passiflora caerulea), Costilla de Adán (Monstera deliciosa), Jazmín de Leche (Trachelospermum jasminoides). El suelo se encuentra cubierto por gramíneas, herbáceas y Frutilla Silvestre (Duchesnea indica) (Figura 1).
Muestreo de las avesLos conteos de aves se realizaron en el jardín delantero (un punto) y en el jardín trasero (un punto), desde el 20 de marzo al 17 de septiembre de 2020 (otoño e invierno), usando la metodología de censos de punto de radio fijo de 10 m y 20 min de duración (Bibby et al. 2000, Echevarria et al. 2011).
Los conteos se hicieron una vez por día, en horas de la mañana (entre las 08:00 y las 10:00 h) o a la tarde (entre las 16:00 y las 18:00 h); salvo condiciones climáticas de vientos fuertes o lluvia, según Conner y Dickson (1980). Las aves fueron observadas con binoculares de 10 x 50 mm y para su identificación se utilizaron guías de campo (Narosky e Yzurieta 2010, López-Lanús 2017); para el análisis se registraron en los conteos solo las aves vistas.
Características de la comunidad de avesSe clasificaron las especies en ensambles tróficos, dietas y especies migratorias y residentes. Para los ensambles tróficos, se agruparon las especies según los patrones de explotación de los recursos considerando cómo buscan el alimento (tácticas) y dónde (micro-hábitats) (Jaksic 1981, Echevarria 2001, Juri 2007): ensamble 1) aves que buscan alimento caminando en el suelo; ensamble 2) aves que buscan alimento entre la vegetación; y ensamble 3) aves que buscan alimento desde el aire y/o perchas. Para la alimentación, se clasificaron las especies en base al tipo de dieta dominante, según los criterios de Canevari et al. (1991), del Hoyo (2020) y se definieron los siguientes ítems: carnívoras: especies que consumen tanto vertebrados (peces, anfibios, reptiles, aves y pequeños mamíferos), como invertebrados (crustáceos, moluscos, arañas), y presas muertas o carroña; herbívoras: especies que consumen brotes, frutos, flores y otras materias vegetales; insectívoras: aquellas que se alimentan de insectos y larvas; granívoras: especies que consumen granos; omnívoras: especies que consumen materias vegetales y animales; y nectarívoras: aquellas especies que se alimentan de néctar.
Para la clasificación de especies según el comportamiento migratorio, se usó los criterios de Cap-llonch (2007, 2018), Capllonch et al. (2009), Ortiz et al. (2013). Se clasificaron en Migrantes Altitudinales (MA): especies que nidifican en las serranías y durante el invierno se trasladan a la zona pedemontana o a la llanura, y Migrantes Regionales (MR): especies que nidifican en la Patagonia, Centro, Sur, NE de Argentina y se desplazan a otras zonas en diferentes épocas del año. Además, se consideraron a las especies residentes (R), según los criterios de Juri (2007), Presti y Echevarria (2009), Echevarria et al. (2011) y Bulacia (2021).
Análisis de datosLa riqueza de especies de aves fue expresada como el número de especies presentes; se calculó el Índice de Importancia Relativa (IR) según los criterios de Bucher y Herrera (1981), para estimar la importancia de cada especie en la comunidad, según la siguiente expresión IR = ((ni x Mi)/(Nt x Mt)) x 100; ni = número de individuos censados de la especie i, Nt = total de individuos de todas las especies, Mi = número de censos en los que estaba presente la especie i, Mt = total de muestras. La abundancia relativa (AR) de cada especie se midió como la relación porcentual del número de individuos de la especie registrados en todos los censos con relación al total de individuos de todas las especies; la Frecuencia (F) de cada especie se calculó como la proporción entre el número de conteos en que la especie estuvo presente en relación al total de conteos realizados. Se graficaron dos curvas de rango-abundancia (curva de Whittaker) para mostrar los cambios en el orden de abundancia de las especies (otoño e invierno) y la variación de la composición de la comunidad presente en el jardín privado "amigable” (Feinsinger 2003). Las especies registradas en el espacio aéreo no fueron incluidas en dichas curvas.
Figura 1: Localización del área de estudio jardín privado "amigable” en San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina. Referencias: 1) imagen satelital del Gran San Miguel de Tucumán, mostrando la matriz de urbanización; 2) resaltado en recuadro amarillo la ubicación del sitio de muestreo, donde se observan los dos puntos de muestreo: a) jardín delantero y b) jardín trasero; 3) composición de los diferentes estratos de vegetación. Fuente: 2020 Google Earth.
RESULTADOS
En el Jardín privado “amigable” de San Miguel de Tucumán, se realizaron 174 conteos y se registraron un total de 38 especies (5221 individuos) de 20 familias y 8 órdenes de aves. Cabe destacar que seis especies usaron solo el espacio aéreo del jardín (Tabla 1). De los resultados obtenidos, 17 especies serían comunes y abundantes según el Índice de Importancia Relativa (IR > 0.5); 25 especies se registraron en al menos el 10% de los conteos y al menos 4 especies presentaron valores sobre 8% de abundancia relativa (Tabla 1).
En cuanto a los ensambles tróficos, el 50% de las especies corresponde a las aves que buscan alimento entre la vegetación, seguido por un 31.58% las aves que buscan alimento caminando en el suelo y un 18.42% las aves que buscan alimento desde el aire y/o perchas. En cuanto a los ítems de alimentación, se identificaron seis en total; registramos que las especies omnívoras se encuentran en primer lugar (13), seguidas por las insectívoras (8), carnívoras (6), granívoras (3), herbívoras (5), nectarívoras (3). Además, observamos que el ensamble de aves que buscan alimento entre la vegetación estuvo representado por los seis ítems de alimentación. El 50% de las especies fueron residentes y entre las migrantes, el 31.58% fueron altitudinales y el 18.42% regionales (Tabla 1).
Las curvas de rango-abundancia exhibieron una pendiente similar para las dos estaciones muestreadas (otoño e invierno), destacándose por su abundancia, Thraupis sayaca, Spinus magellanicus, Pitangus sulphuratus, Molothrus bonariensis, Columba livia. Además, se observan especies con valores intermedios Zenaida auricula-ta, Saltator coerulescens, Amazilia chionogaster, Furnarius rufus, Turdus rufiventris, Chlorostilbon lucidus y Myioborus brunniceps; el resto de las especies presentaron valores de abundancias bajos. Además, se observan especies exclusivas para el otoño tales como Tyrannus melancholi-cus, Zonotrichia capensis, Crotophaga aniy Veniliornis mixtus, mientras que en el invierno Heliomaster furcifer (Figura 2).
DISCUSIÓN
En la actualidad se conocen 489 especies de aves para la provincia de Tucumán, reportados por Bran-dán y Navarro (2009) y Álvarez et al. (2022). En el presente trabajo encontramos un 13% de dichas especies, si lo comparamos con los estudios realizados en urbanizaciones de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena por Juri (2007), donde registró 79 especies de aves, el porcentaje es de un 48%. Es decir, que el pequeño jardín privado "amigable” fue un hábitat importante para las especies de aves del gran San Miguel de Tucumán y remarca la importancia de este tipo de espacios verdes urbanos para la comunidad de aves en general.
Figura 2: Curvas de Rango-Abundancia por estaciones del año muestreadas (otoño e invierno) para las especies registradas en un jardín privado "amigable”, Tucumán, Argentina. Referencias: especies con letras rojas son las que presentaron los valores de abundancia altos; las especies con letras verdes son las exclusivas en cada estación; círculos verdes ensamble 1 (aves que buscan alimento caminando en el suelo); cuadrado negro ensamble 2 (aves que buscan alimento entre la vegetación) y cuadrado amarillo ensamble 3 (aves que buscan alimento desde el aire y/o perchas).
Tabla 1: Lista de especies registradas en un jardín privado “amigable”, Tucumán, Argentina.
Varios autores evidencian que la falta de cobertura vegetal y la ausencia de un estrato medio de vegetación incide de forma negativa en la riqueza de especies de aves (Jokimaki y Huhta 2000, Juri 2007, Silva et al. 2016, Muñoz-Pedreros et al. 2018, Benito et al. 2019). Esto fue evidenciado por Lucero et al. (2005) en San Miguel de Tucumán, donde estudiaron tres parques, los cuales presentan un gran número de especies arbóreas y la ausencia casi total de estratos de vegetación intermedios.
Haene (2018) registró para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires un aumento tanto en la riqueza de especies como en la composición y la estructura de la comunidad de aves y que podría ser, por incorporar en un espacio verde urbano, vegetación similar a la de un ambiente natural.
El jardín analizado en el presente trabajo tiene en su composición vegetal tanto especies exóticas como nativas, que podrían atraer a diferentes especies de aves. Por ejemplo, se registraron zorzales (Turdus ru-fiventris y T. amaurochalinus) alimentándose de lombrices y frutos de Chalchal de Gallina (Vassobia breviflora) en el suelo y en el estrato arbustivo; en el estrato arbóreo y arbustivo se observaron especies insectívoras, como Myioborus brunniceps y Setophaga pitiayumi que fueron frecuentes visitantes del jardín. Además, los frutos de Chalchal de Gallina y la Papaya, son consumidos por Thraupis sayaca, Rauenia bonariensis, Pitan-gus sulphuratus, Saltator coerulescens y S. aurantiirostris. Cabe destacar, que plantas con flores como Ruelia (Ruellia brevifolia), Pasionaria (Passiflora caerulea), Pata de Vaca (Bauhinia variegata) y Rosa China (Hibiscus ro-sa-sinensis), proporcionan néctar para las tres especies de picaflores registradas. Así también destacamos, al Lapacho Amarillo (Handroantus albus), con su denso follaje, que es visitado para forrajear su tronco y ramas por las dos especies de carpinteros y el resto de las especies observadas lo utilizan tanto para alimentarse como de refugio. Las semillas de Liquidámbar (Liquidambar sp.) sirven de alimento a Spinus mage-llanicus, que forman bandadas numerosas alrededor del árbol. Además, una pareja de Icterus pyrrhopterus, construyeron un nido en un banano donde se registró un pichón volantón que permaneció aproximadamente dos semanas junto a los padres.
Como menciona Haene (2018), las enredaderas, como la Pasionaria (Passiflora caerulea), tiene un gran valor ornamental y nutricional para atraer mariposas y otros insectos; en el jardín estudiado se observó que son fuente de alimento para aves insectívoras y frugívoras. La alta riqueza de especies, tanto residentes como migratorias, observada en un único jardín urbano, reforzaría la importancia de generar estos pequeños espacios verdes “amigables” en las ciudades.
Las aves que buscan alimento entre la vegetación y aves omnívoras e insectívoras fueron el ensamble trófico e ítems alimenticios con mayor número de especies. El mismo patrón fue encontrado por Juri (2007) en urbanizaciones de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena; Presti y Echevarría (2009) en el Parque Percy Hill; Echevarria et al. (2011) en el Jardín Botánico de la Fundación Miguel Lillo, y Bulacia (2021) en jardines “amigables” de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena. Implementar pautas de manejo en dichos jardines, podría incrementar la diversidad de los otros ensambles tróficos e ítems alimenticios que son los menos abundantes.
Con respecto a las migraciones, el 50% de las especies son migratorias que se desplazan por rutas definidas y utilizan diversos sitios para reabastecerse y seguir su migración y/o se establecen y se reproducen en los lugares que llegan. Osorio-Olarte (2012) destaca en parques y jardines de Bogotá el incremento de las especies migratorias; lo mismo fue reportado por Juri y Chani (2009), en urbanizaciones de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena. La calidad del hábitat afecta la conservación de las aves migratorias, y su deterioro tiene consecuencias negativas en las poblaciones. La presencia de aves migratorias en este jardín privado “amigable” puede brindar información de la calidad del ambiente (Bennett 2004, Osorio-Olarte 2012, Vi-llaseñor y Escobar 2022) y darle un nuevo valor a dichos jardines privados como reservorios o puntos de parada para las aves migratorias.
El elenco de especies consideradas urbanas podría verse modificado o ampliado si tenemos en cuenta que muchas especies típicas de ambientes naturales cercanos podrían ser abundantes en áreas residenciales o ser consideradas “adaptadoras urbanas” según Blair (1996) y Leveau e Ibañez (2022). Por ello consideramos que este estudio es un primer paso para mostrar el potencial valor que tienen los jardines privados urbanos, sin importar sus dimensiones (160 m2). A diferencia de lo que describen Daniels y Kirkpatrick (2006), en jardines de Tasmania (Australia), donde proponen que los jardines urbanos tienen que ser grandes, con árboles altos y un sotobosque denso nativo. Consideramos que aumentar el valor de los jardines privados “amigables” para las aves, no sólo aumentaría el valor de la diversidad intrínseca de un ambiente urbano en general, sino también en la calidad de vida de los habitantes del lugar.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a la Fundación Miguel Lillo por el fi-nanciamiento. A la Dra. María Dolores Juri por sus importantes aportes al manuscrito. Al Lic. Pablo Pereyra de la Sección Iconografía de la FML, por la edición y compaginación de las figuras. A los revisores anónimos por las sugerencias que mejoraron sustancialmente el manuscrito.
Recibido: 30 de junio 2022
Aceptado: 5 de mayo 2023