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Mundo agrario

versión On-line ISSN 1515-5994

Mundo agrar. vol.16 no.33 La Plata dic. 2015

 

COMUNICACION

Contexto de las políticas agrarias en los proyectos de desarrollo para Patagonia: el "Informe Altimir" en la provincia de Chubut (1970)

Gonzalo Gabriel Pérez Álvarez1

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnica - Universidad Nacional de la Patagonia- Sede Trelew
gperezalvarez@gmail.com
Argentina


Resumen

El "Informe Altimir" es un trabajo solicitado por el Consejo Federal de Inversiones (CFI) a un equipo de investigadores dirigido por Oscar Altimir, para ser entregado a la Asesoría de Desarrollo de Chubut en 1970. Su objetivo era planificar las acciones para la instalación del modelo de "polos de desarrollo" así como analizar las políticas a seguir en las otras áreas económicas. A través de una revisión exhaustiva de esta fuente, y de su cruce con otros aportes, mostramos cuáles fueron las políticas agrarias que se impulsaron en Chubut. Se dividió la provincia en regiones, para impulsar un proyecto que buscara asegurar el suministro de alimentos a las áreas urbanas, la provisión de mano de obra para las industrias a instalarse y la concentración de la propiedad en el resto de Chubut.

Palabras clave: Políticas agrarias; Desarrollismo; Chubut; Valles; Mesetas.

Context of agrarian policies in development projects for Patagonia: the "Altimir Report" in the province of Chubut (1970)

Abstract

The "Altimir Report" is a work requested by the Federal Council of Investments (CFI) to a team of researchers led by Oscar Altimir, to be delivered to the Development Advisory of Chubut in 1970. Its objective was to plan the actions for installing the model of "development poles" and analyze policies to follow in other economic areas. Through a comprehensive review of the source, and its intersection with other contributions, we explain what were the agrarian policies that were promoted in Chubut. It divides the province into regions, promoting a project that seeks to ensure the supply of food to urban areas, the provision of labor force to the industries to installed and the concentration of property in the rest of Chubut.

Keywords: Agrarian policies; Developmentalism; Chubut; Valleys; Plateau.


1. Introducción

El comúnmente2 denominado "informe Altimir" es una exhaustiva investigación publicada bajo el nombre de "Análisis de la economía del Chubut y de sus perspectivas de desarrollo". Se trata de un informe solicitado por el Consejo Federal de Inversiones (CFI) a un equipo de investigadores para ser entregado a la Asesoría de Desarrollo de Chubut. El proyecto fue dirigido por Oscar Altimir, reconocido especialista en las áreas de desarrollo económico, vinculado profesionalmente a la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y a trabajos publicados en diversos libros y revistas de amplia circulación.

El informe fue pedido durante la dictadura iniciada en 1966 y en un marco de impulso desarrollista y planificador que pretendía garantizar la ocupación plena del territorio nacional Este proceso sería viable a partir del impulso de la industrialización de regiones escasamente habitadas, que generaría el crecimiento de las ofertas laborales y el consiguiente poblamiento. En la Argentina, la Patagonia fue el centro de aplicación de esta propuesta; el informe Altimir debía brindar los elementos necesarios para afinar el proceso de instalación de este proyecto en Chubut. Son evidentes la matriz autoritaria del plan de industrialización, el peso que tuvo la Doctrina de Seguridad Nacional y el escaso rol que se le asignó a las opiniones y a las necesidades de las poblaciones locales.

Las políticas de promoción industrial se inscriben en el marco más amplio de lo que denominamos un "desarrollismo genérico" (Perren y Pérez Álvarez, 2011). Se configuró un discurso que tenía su eje en la necesidad de integrar estos territorios al mercado nacional, en el que los aspectos económicos, sociales y de seguridad nacional se interconectaban. Los planes de promoción industrial se proyectaban como continuidad de la ocupación efectiva por parte del Estado: la industrialización era la prolongación de la conquista militar del territorio por otros medios (Gatica y otros, 2005).

El informe está dividido en tres tomos, que abordan diversas temáticas, ya que cuenta con una masa de información que no puede ser sintetizada en un único trabajo. El tomo uno cuenta con alrededor de 250 fojas distribuidas en diez capítulos, con 129 cuadros estadísticos y quince mapas y figuras que sintetizan la información recabada o la ubican territorialmente. En el tomo dos, encontramos cuatrocientas fojas distribuidas en seis capítulos, cada uno centrado en un sector específico de la economía del Chubut. En este tomo se desarrollan los elementos centrales que analizaremos en este artículo, con más de 180 cuadros estadísticos y veintinueve mapas y figuras. Y, finalmente, el tomo tres abarca otras 400 fojas en siete capítulos, con 175 cuadros y 32 figuras o mapas.

Su escritura toma las características típicas de un texto técnico, en el cual los presupuestos ideológicos quedan ocultos o se vuelven difíciles de develar. En verdad, podríamos aseverar que el problema ha residido en la mirada de los investigadores que hemos utilizado este informe (y no tanto en sus redactores), ya que lo hemos procesado como fuente de datos para nuestros trabajos, que tendrían el indudable carácter de ser fidedignos, y hemos reproducido la concepción de documento "neutral" sin realizarle preguntas o problematizar sus propuestas y enunciados, tanto aquellos explicitados como los que permanecen silenciados.

Como lo veremos, el documento fija una perspectiva política e ideológica que incluye a unos sujetos y desplaza a otros, de acuerdo con el modelo de sociedad que se proyectaba construir desde la "cosmovisión" desarrollista (Coraggio, 1972; Katz, 2008; Ornelas Delgado, 2012). El Estado provincial de Chubut se consolidará en torno a una matriz que este informe apuntaló y que fue excluyente de un amplio sector de su población.

En el siguiente apartado desarrollamos un sintético recorrido histórico sobre el territorio que estudia el informe, ya que consideramos que esto posibilitará un mayor entendimiento del sentido que tomaban las políticas agrarias promovidas. Luego, desplegaremos los aportes en torno a la temática de las políticas agrarias que se impulsaron y dividiremos dichos elementos de acuerdo con la diferenciación en regiones que propone el informe.

2. Un territorio en tiempos de cambio

Para comprender el análisis del informe, es necesario realizar una síntesis de la historia del Chubut hasta 1970, fecha de finalización del informe Altimir.

Hasta mediados del siglo XIX, el territorio que hoy se encuentra bajo la jurisdicción de la provincia de Chubut se encontraba únicamente habitado por sus pueblos originarios. En 1865 llegaron, a lo que hoy es Puerto Madryn, inmigrantes galeses que escapaban de las malas condiciones de vida en su país natal, y comenzaron a desarrollar tareas agrícolas y comerciales en el noreste del actual territorio de Chubut (donde fundaron los pueblos de Rawson, Puerto Madryn, Trelew y Gaiman) y en el noroeste provincial (crearon allí Esquel y Trevelin).

Tras la ocupación militar de los territorios de la Pampa y la Patagonia (Vezub, 2009), el Estado argentino comenzó a instalarse sobre la región patagónica ubicada al este de la cordillera de Los Andes. El genocidio de los pueblos originarios dio paso al inicio de una expoliación acelerada de los recursos naturales para la acumulación individual de capitales, en un territorio de fronteras imprecisas y cambiantes (ver Bandieri, 2001; Bandieri 2005a; Bandieri, Blanco y Varela, 2006).

Como en todo proceso de avance del capitalismo, se desarrolló la concentración de la propiedad y de la riqueza, y esto generó la formación de grandes casas comerciales como la de Menéndez-Behety, cuya actividad comercial se originó en Punta Arenas y dominó luego gran parte de la Patagonia argentina y chilena (ver Bandieri, 2005b; Barbería, 1995).

A principios del siglo XX, el Gobierno nacional declaró libres de impuestos a los puertos patagónicos, y así pudieran comerciar sin restricciones con los demás países del mundo. Esta medida puede ser considerada el primer antecedente de las posteriores leyes de promoción para la región (Irusta y Rodríguez, 1993). Otras corrientes migratorias comenzarían a poblar lo que luego sería la zona sur del Chubut, especialmente a partir del descubrimiento de petróleo en la actual Comodoro Rivadavia (Cabral Marques y Palma Godoy, 1993).

Para 1940, la producción agrícola del Valle Inferior del Río Chubut (al que denominaremos "VIRCH"), emplazado en los departamentos Gaiman y Rawson, comenzaba a ser menos redituable ante la baja de los costos de transporte que aumentaba la competencia con los productos del norte, de menor costo debido a las diferencias climáticas y a las innovaciones tecnológicas que allí se habían puesto en marcha. Otras actividades económicas, como los molinos harineros o la producción tambera, tampoco consiguieron competir con las grandes empresas nacionales. Así, la producción ganadera ovina para lana será la actividad fundamental hasta la instalación del modelo de "polos de desarrollo" (Ibarra, 1997).

Tras diversos proyectos de regionalización (de 1943 a 1955 la región petrolera fue una jurisdicción distinta, denominada "Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia"; ver Barros y Carrizo, 2012), en 1955 se creó la actual provincia del Chubut, recortando una porción de 224.686 km², entre los paralelos 42 y 46 de latitud sur, que limitaba al este con el océano Atlántico y al oeste con la cordillera de los Andes.

La provincia fue uno de los receptores de los proyectos de "polos de desarrollo", impulsados durante las décadas del ‘60 y del ‘70 en la Argentina. Estos proyectos (desde los que el progreso debía irradiarse al conjunto de la región ante la supuesta imposibilidad de proceder a un desarrollo homogéneo; ver Perroux, 1955) tenían, para el caso argentino, una fuerte matriz ideológica proveniente de la Doctrina de seguridad nacional (Pérez Álvarez, 2013).

En esta perspectiva se inscribe la promulgación del decreto 10.991/56 por parte de la dictadura liderada por Pedro Eugenio Aramburu, que eximió de impuestos a las importaciones al sur del paralelo 42 como forma de "propender al desarrollo de la Patagonia"3. A partir de allí, el aporte estatal se hizo cada vez más importante, con inversiones en infraestructura (caminos, viviendas, redes de agua, teléfono, gas, energía eléctrica), créditos estatales y subsidios oficiales para empresas privadas. Durante la década del ‘60, las franquicias de importación fueron reemplazadas por la exención de impuestos, lo que dio impulso a la rama textil sintética, proyecto que no se articulaba con la producción tradicional de la zona4.

En 1971 se creó el Parque Industrial de Trelew. En el mismo año, se adjudicó el proyecto de una productora de aluminio primario, que se instalaría en Puerto Madryn, a la empresa Aluar (Aluminio Argentino S.A.). En ambos casos, todas las inversiones de infraestructura fueron aportadas por las diversas instancias del Estado (sea nacional, provincial o municipal).

Con la puesta en marcha de estos proyectos, la sociedad de Chubut fue profundamente transformada. El informe Altimir, fechado en 1970, se ubica justamente en esa bisagra histórica.

A fin de ubicar algunas referencias, presentamos la división por departamentos de Chubut. En el departamento Rawson, se ubican Trelew y Rawson; en Escalante, la ciudad de Comodoro Rivadavia; en Biedma, la ciudad de Puerto Madryn y en el departamento Futaleufú, la ciudad de Esquel.

Figura Nº 1. División en departamentos de la provincia del Chubut.

Fuente: Dirección General de Estadística y Censos -Chubut

Ya veremos que, a pesar de que el informe Altimir postula la necesidad del poblamiento integral de la provincia, las políticas agrarias que impulsa (imbricadas con las proyecciones industrialistas que promueve) estimularán el despoblamiento de los departamentos de la región central y suroeste de la provincia, y la concentración de población en Rawson, Escalante, Biedma y Futaleufú (ver Hermosilla Rivera, 2013).

El siguiente cuadro evidencia la correlación entre el despoblamiento de la meseta central de la provincia, la migración hacia las ciudades de la costa y la concentración del producto bruto geográfico en la zona urbanizada, proceso que ya estaba en curso hacia 1960 y se profundizó a partir de 1970 con la puesta en práctica de las orientaciones generales contenidas en este informe.

Cuadro N°1. Población y PBG: distribución porcentual por zonas según censos nacionales

ZONAS

CENSOS – POBLACIÓN

P.B.G.

1960

1970

1980

1991

1960

1970

1980

1991

Cordillera

28.8

24.3

18.4

16.3

15.4

12.0

10.9

7.4

Central

10.2

8.2

5.4

3.7

5.5

3.5

3.6

2.5

Costa

62.0

67.5

76.2

80.0

79.1

82.5

85.5

90.0

Fuente: Irusta y Rodríguez, 1993.

En esta provincia, y en este período de cambio, se inscribe la formulación de este informe y de las políticas agrarias que propone impulsar para Chubut en el marco de la transformación de la región a partir de la puesta en marcha de los proyectos de industrialización subsidiada.

3. El informe Altimir

La presentación que hacemos a continuación se centra en el abordaje de los elementos claves que nos brinda el informe con el objetivo de analizar las políticas agrarias que se proyectaban para la provincia.

En este artículo trabajamos el informe como archivo constituyente de las políticas del Estado provincial en el marco de su consolidación como unidad administrativa (recordemos que la provincialización del territorio era relativamente reciente; ver Gatica y Pérez Álvarez, 2012) y de la planificación de las políticas de desarrollo industrial subsidiado por el Estado (Schvarzer, 1986; 1996).

Desde esa mirada, analizamos el informe Altimir como una unidad y lo consideramos como un dispositivo específico producido por las políticas de Estado de los años ‘60 y ‘70, articulado con la diagramación del Estado nacional y las demás provincias patagónicas acerca de cómo se pensaba la sociedad a construir en esta "nueva" provincia (Perren y Pérez Álvarez, 2011; Belini y Rougier, 2008).

El informe comienza destacando la idea de que Chubut es una región "vacía" (registraba una densidad demográfica de 0,8 habitantes por km², cuando la media nacional era de seis por km²) y de "reciente poblamiento" (Altimir, 1970, 1-15).

Chubut es, para el informe, un territorio definido por la insuficiente explotación de sus recursos naturales. Se identifica la situación de la Patagonia con el área centro-oeste de Brasil6, delimitadas como las dos grandes regiones despobladas de América Latina y los dos espacios en los que se debían impulsar políticas de superación de ese despoblamiento demográfico y económico.

La Patagonia era considerada como la "frontera de expansión de un sistema" (Altimir, 1970, 8-4), en este caso del sistema económico nacional de la Argentina. El informe también asimila la situación de la Patagonia a las regiones agrarias de Europa antes de la revolución industrial o al continente americano en su totalidad antes de la "colonización" europea.

En este sentido, lo clave, según el informe, es superar esa situación de territorio vacío. Y para ello serán centrales los trabajadores, tanto retener los que ya residen en la provincia como incentivar la llegada de nuevos contingentes. Pero, como lo veremos en el trabajo, si bien el eje acerca de la necesidad de atraer trabajadores está presente en todo momento, al mismo tiempo se promueven políticas de concentración de la propiedad y de eliminación de los minifundios considerados "improductivos", políticas que llevarían al despoblamiento de las regiones en las que estas consiguiesen ser impuestas.

La calificación de Chubut como un "espacio económico vacío" reproduce la perspectiva fundadora desde la ocupación de estas tierras por parte del Estado argentino, realizada bajo el discurso legitimador de que se estaba conquistando un "desierto". Así, vemos que sobre los habitantes originarios se afirma que se trataba (en el informe siempre se hace referencia a estos pueblos en tiempo pasado) de pueblos "primitivos" o "aborígenes". El informe sostiene que los mapuches eran población originaria de Chile, que habría "ocupado" la Patagonia. Estos "araucanos" habrían "absorbido o eliminado a los ocupantes primitivos" de la región (Altimir, 1970, 2-1). La tarea del Estado fue someter a esas "tribus primitivas" y destacar que los indígenas que habitaban el actual territorio de Chubut eran aún más "primitivos" que los ubicados más al norte (Altimir, 1970, 2-3).

El informe realiza una síntesis de la evolución cuantitativa de la economía del territorio de Chubut entre 1900 y 1910 y entre 1910 y 1920. Ya para 1870 se incorporaron los primeros ovinos desde las Islas Malvinas y hacia 1895 se censaron unos cincuenta mil lanares en el territorio provincial. Hacia fines de ese siglo, la población del territorio rondaba apenas los 3.600 habitantes, y se contaron treinta mil cabezas vacunas y cuarenta y siete mil ovinas. El ganado vacuno estaba concentrado en la colonia galesa. En la primera década del siglo XX, la población superó los veinte mil habitantes, las cabezas ovinas llegaron a los dos millones y los existentes vacunos, a unos trescientos mil animales. En el sur de la provincia se iniciaba una modesta explotación de petróleo, por entonces la única en el país.

Hacia el final de la década de 1920, la majada ovina se elevó a cinco millones y los vacunos se estabilizaron en cien mil animales. La explotación petrolera estaba en pleno impulso, y representaba más del 80% de la producción nacional. Desde entonces, la población trepó a 100 mil habitantes en 1947, 142 mil en 1960 y 190 mil en 1970. Los lanares se estancaron entre cinco y seis millones, debido a la caída del rendimiento de los suelos por el sobrepastoreo inicial. Las de vacunos bajaron, hasta los ochenta o noventa mil. La producción de petróleo siguió aumentando levemente, aunque descendió su importancia a nivel nacional.

Se sostiene que la economía de Chubut se había organizado alrededor de dos ejes: la producción lanera y la extracción7 de petróleo. En ambos casos los estímulos y los encadenamientos productivos estuvieron fijados por fuera de la región, por lo cual ambas actividades funcionaron a modo de enclaves. Con esos productos, Chubut se incorporó al mercado nacional como productor especializado, sin diversificar su oferta. La pregunta que hace el informe, en 1970, es cómo seguiría el desarrollo cuando ambas actividades ya mostraban signos de estancamiento.

La evolución demográfica presentaba un crecimiento intercensal del 2,85% entre 1947 y 1960 y del 2,7% entre 1960 y 1970. Ese descenso en el incremento poblacional se expresaba también en que no había existido, durante la última década, una significativa migración hacia Chubut.

De hecho, entre 1947 y 1960 se registró una mayor migración de Chubut hacia Buenos Aires que de la región central hacia esta provincia, lo que contradijo las tendencias al poblamiento de una región "vacía". La hipótesis explicativa sostiene que, durante la década del '60, se registró una caída del crecimiento del PBG provincial (fue del 2%), mientras en los ‘50 había sido del 3,5%. Eso generó un desincentivo a la migración de nueva población, algo que se modificaría en los años ‘70 con el impulso al crecimiento de los parque industriales, especialmente en el noreste de Chubut (Ibarra y Hernández, 2005).

Ya se había puesto en marcha un triple proceso de concentración de la población en Chubut, en la que sólo Trelew, Comodoro Rivadavia y, en menor medida, Esquel tuvieron saldos migratorios positivos, mientras el resto registró emigración neta, una tendencia que se consolidaría en el tiempo y haría aún más "vacía" la amplia franja central del territorio provincial. El único cambio importante de esta tendencia sería el explosivo crecimiento de Puerto Madryn, desde la puesta en marcha de Aluar y el desarrollo de la actividad pesquera (Pérez Álvarez, 2012; Hermosilla Rivera, 2013).

El informe conceptualiza el Chubut de entonces como una estructura productiva característica de situaciones de subdesarrollo, debido a la escasa diversificación de sus actividades productivas y a los exiguos ingresos de su población. El conjunto de las actividades primarias constituían el 29% del PBG provincial y de esa participación un 12% correspondía al sector ovino, 4% al agropecuario, 1% a la pesca, 0,2% a la silvicultura y un 12% a las actividades mineras.

El sector lanero atravesaba un permanente descenso de su importancia relativa en el conjunto de la economía provincial: pasó de representar el 19% del valor producido en los años ‘50 a un 14% en los ‘60 y un 12% para el momento de la redacción del informe. Este proceso aún no se debía a la caída de su volumen neto de producción sino al crecimiento de otras actividades.

4. La agricultura bajo riego

En el capítulo uno del tomo dos, se analizan los dos valles de la provincia que cuentan con posibilidades de practicar la agricultura bajo riego y que de hecho ya la practicaban en alguna medida: el VIRCH y el Valle del Río Senguer (que llamamos "área de riego de Colonia Sarmiento", ubicada en el departamento homónimo, a fin de no confundirlo con otro valle menor de nombre similar). Este capítulo es el más largo del tomo, con 120 páginas, 45 cuadros y 5 mapas.

4. a. Valle Inferior del Río Chubut (VIRCH)

Se analizan las características del VIRCH, en el que la agricultura bajo riego se practicaba desde 1867 con el asentamiento del grupo de inmigrantes galeses que ocupó el área. Las prácticas irracionales de riego provocaron la salinización de muchas tierras, proceso agravado desde 1963 por la puesta en marcha del Dique Florentino Ameghino, que modificó el régimen natural del Río Chubut y provocó el ascenso de las napas freáticas y el avance del proceso de salinización.

La escasa importancia que la concepción desde la cual se redactó el informe otorgaba al rol de los grupos subalternos para pensar el desarrollo económico se expresa al observar que recién se habla de la población agraria que habita el VIRCH después de haber analizado todos los datos "objetivos": los tipos de suelos existentes, su textura, sus niveles de salinidad, el clima, la frecuencia de heladas, el ciclo del río, la cantidad de precipitaciones y demás.

Dicha población rural estaba estimada en tres mil quinientas personas en todo el VIRCH. En un total de mil cien explotaciones, el total de personal ocupado con carácter permanente era de 2.242 personas. Dado que el relevamiento censal fue levantado al finalizar el período de cosechas, que en el VIRCH es de noviembre a marzo, no se incluía la mayor parte del personal transitorio que anualmente era ocupado en las cosechas. Este personal se podía estimar en algo menos de mil quinientas personas ocupadas durante ciento veinte días y era mucho menor en las otras épocas del año.

El personal permanente, en consecuencia, estaba apenas constituido, en promedio, por el productor y un peón (miembro o no de la familia), para atender una media de veinticinco hectáreas, diecisiete de ellas bajo cultivo. Esto resultaba un indicador del grado en que las actividades en la zona de riego eran aún relativamente extensivas, método productivo antieconómico en un área bajo riego.

La propuesta del informe para este valle destaca la necesidad de fortalecer la producción tambera (se recomendaba la conformación de cooperativas que permitieran realizar inversiones significativas, las cuales eran inviables para un solo productor), la siembra de papa y cebolla y la producción de alfalfa y engorde vacuno.

El eje de las propuestas para asegurar la inversión en innovaciones tecnológicas que podrían hacer competitiva esta producción en términos locales era incentivar el desarrollo de cooperativas en varios ámbitos productivos. De no realizarse este proceso organizativo, que el Estado debía apoyar con créditos, exenciones impositivas y capacitación, las innovaciones serían inviables por la escala de inversión, ya que se trataba, en su gran mayoría, de minifundios.

Es destacable, a fin de pensar la política que se promueve aquí en comparación con la promovida en el caso de las pequeñas explotaciones de la meseta central, que el proceso de parcelamiento de las propiedades del VIRCH había ido avanzando y su estructura era de minifundios cada vez más reducidos. Vemos parte de ese proceso de cambio en el siguiente cuadro:

Cuadro N° 2. Estructura fundaria del VIRCH

Año

Cantidad de parcelas

Total de ha

Promedio de sup. por explotación

1894

274

26.941

93,3

1915

475

31.320

65,9

1960

977

23.900

24,5

1981

1.772

38.373

21,66

Fuente: Battro, P., Tadeo H. y Willems, P., 1990. Elaboración: Hugues y Owen, 2002.

Si bien el cuadro va más allá de la fecha del informe que aquí analizamos, puede observarse que la estructura parcelaria de las tierras del VIRCH había sufrido un agudo proceso de fragmentación desde el inicio de su colonización y que dicho proceso continuaba en el tiempo. El estudio citado sostiene que esto se debía principalmente a la sucesión hereditaria, y, en menor escala, a la llegada de nuevos contingentes migratorios.

Sin embargo, en el informe esto no se observa como un problema que haga inviables a estas pequeñas explotaciones: el Estado debía formular proyectos que garantizasen su sustentabilidad, para asegurar la provisión de productos alimenticios básicos a la población en crecimiento de los centros urbanos cercanos.

4. b. Área de riego Colonia Sarmiento

Sobre el área de riego cercana a Sarmiento, el primer dato llamativo es que se trata del área de regadío más austral del mundo. Por ello, las actividades agrícolas de Colonia Sarmiento son marcadamente temporarias (primavera-verano), debido al clima extremo, hecho que obligaba a los trabajadores rurales temporarios a desplazarse buscando tareas complementarias para el resto del año.

La explotación de las chacras absorbía un bajo porcentaje de mano de obra asalariada, que en general pertenecía a la categoría de trabajadores migratorios sin especialización. Esta mano de obra era atraída por mejores salarios y trabajos más permanentes en actividades ajenas a la explotación agropecuaria; quedaba sólo exceptuada de esta situación la tarea correspondiente a la esquila ovina (ver Aparicio, Crovetto y Ejarque, 2013; Berenguer, 2004).

La agricultura de este valle funcionaba sobre la base de lo que cada productor podía atender con la ayuda de algún familiar; es decir que su explotación estaba limitada a los recursos individuales que ponía en práctica cada propietario. El número de personas ligadas a la actividad agrícola era de 172 familiares (71%) y 72 asalariados −44 permanentes y 28 transitorios−: un total de 244 personas.

La actividad tambera de Sarmiento registraba un avance de su producción y la conformación de una activa cooperativa que ya había realizado algunas inversiones de importancia. Asimismo, existía en Sarmiento una granja avícola ("Pío Pío") que proveía de productos a Comodoro Rivadavia. Pese a esto, el informe destacaba el problema de la falta de un vínculo estable entre la producción de Sarmiento y el mercado de Comodoro, el cual estaba más directamente integrado al mercado nacional mediante la continua circulación de los barcos pertenecientes a YPF.

Las actividades que el informe recomendaba incentivar en Sarmiento eran la puesta en marcha de mayor cantidad de tambos con inversiones en tecnología, el desarrollo de engorde vacuno con explotación intensiva, el impulso de la actividad avícola y el aumento de la producción de forraje para ovinos.

Así, esta producción podría complementarse con la que se realizaría en el VIRCH y en los valles cordilleranos. Se destacaba como un problema, para la sustentabilidad de la producción agrícola en la Colonia Sarmiento, la significativa vejez relativa de los productores y la constante emigración de las capas jóvenes de la comunidad hacia los centros urbanos costeros.

Se hacía hincapié en la necesidad de incentivar el desarrollo de cooperativas, apoyando con aportes estatales a las ya existentes y sosteniendo políticas activas para impulsar la cooperativización en otros ámbitos productivos. Esta sería la única manera de solucionar los límites que la pequeña explotación imponía a las posibilidades de desarrollar inversiones de capital que fuesen recuperables. Advertimos aquí que nuevamente el informe sostiene la misma idea-fuerza.

Los valles cordilleranos

El capítulo dos del tomo dos, "Valles cordilleranos", analiza la estructura económica y las posibilidades de desarrollo en los valles cordilleranos de la provincia. Es el más breve de los seis apartados de este tomo, con treinta páginas, dieciséis cuadros y solamente un mapa. Se analizan los valles de El Maiten, Golondrinas, Cholila, Esquel-Trevelin, Tecka y Sudoeste (valle del Alto Río Senguer).

En su mayoría son valles correspondientes a la región noroeste de Chubut (departamentos de Cushamen, Futaleufú y Languiñeo), con relativa cercanía al centro urbano de Esquel y/o a los pueblos y parajes de la "Comarca Andina del paralelo 42"8. El único valle por fuera de esta región es el ubicado al sudoeste de la provincia, correspondiente al departamento de Río Senguer. Esta área se encuentra especializado en la producción ganadera, tanto ovina como bovina.

Existía una escasa producción tambera, algo lógico debido a lo exiguo del mercado consumidor local. La economía de estos valles cordilleranos dependía en un 80% de la actividad ovina, un 14% de la vacuna y tenía escasa importancia la actividad agrícola. La mayoría de los productores estaban especializados en la producción de carne, de la cual se perdía gran parte por el transporte a pie de los animales hasta los centros consumidores de la costa para su venta y faenamiento. Esta actividad económica debía recibir los subsidios necesarios por parte del Estado para subsanar su anticuado funcionamiento.

Los valles cordilleranos son las únicas áreas de Chubut aptas para desarrollar agricultura de secano. Por ello, el informe pretendía impulsar su especialización en vacunos (excepto en el área más cercana a la meseta, el valle de Tecka, en el departamento Languiñeo) y en la producción de frutillas y demás frutas finas. Sin embargo, para este último caso, el informe no analizaba la disponibilidad de mano de obra, aunque se trata de una actividad que demanda importante oferta de trabajo ocasional.

También para estos valles, el informe propone la formación de cooperativas con el objetivo de resolver el problema del minifundio y la dificultad que la pequeña explotación plantea para las inversiones de capital. Esto se hace visible en los departamentos Futaleufu y Cushamen, donde el tamaño promedio era significativamente menor al resto, en especial en Cushamen. En el informe no hay ningún elemento que busque explicar las posibles causas de esta situación.

En todo el capítulo nunca se hace referencia a los trabajadores rurales, a la disponibilidad de mano de obra ni a la cantidad de productores o de población total de estos valles. Solamente se destaca la escasa población al hacer referencia al exiguo mercado local existente.

5. Propuestas generales para la producción en los valles de la provincia

A nivel provincial, el mayor problema que destaca el informe estaba planteado por las dificultades que presentaba el mercado local, tanto por la escasa población como por su dispersión. El informe divide ese mercado en cuatro zonas: VIRCH, Área de influencia de Comodoro Rivadavia, Área de Esquel y un indefinido "resto de la provincia".

La propuesta clave es que la provincia debe lograr su autoabastecimiento alimenticio, apostando a la producción de los valles y a la construcción de una "barrera aduanera natural" provocada por los altos costos de transporte de los productos del norte, a fin de subsanar los mayores costes de la producción local. Se debía impulsar la producción de leche, papas y hortalizas, frutas, productos de granja y carnes. Con este último objetivo se proponía instalar, con financiamiento estatal, dos nuevos frigoríficos: uno en Esquel y otro en Sarmiento (además del que por entonces existía en Gaiman).

Así, las políticas de Estado debían incentivar la conformación de un mercado interno provincial que, aunque seguiría siendo pequeño y débil, podría competir localmente con los productos del norte, a partir de ciertas innovaciones tecnológicas y del sostenimiento de una barrera aduanera interna gracias al costo de los transportes y de otros posibles recursos (como leyes fito-zoo-sanitarias que impidiesen el acceso de determinados productos). Se debía promover el entrelazamiento del mercado consumidor de Comodoro Rivadavia con la producción de la Colonia Sarmiento, inhibiendo para ello, a través de la implementación de diversas políticas, el enlace directo que la ciudad petrolera había establecido con el mercado nacional.

El informe pretendía asegurar la disponibilidad de alimentos frescos, a buen precio y con producción estable, en las cercanías de los tres polos urbanos que la proyección industrialista pensaba fortalecer en el corto plazo. La cooperativización de los pequeños productores que habitaban los valles cercanos a las regiones urbanas era clave para consolidar este proceso y hacer viables las inversiones necesarias. Se debían generar las condiciones para evitar el traslado de estos propietarios a las ciudades en búsqueda de trabajos con mejores ingresos, proceso que provocaría el abandono de la producción en los valles y que podría derivar en la generación de dificultades para la provisión alimentaria de los centros urbanos en expansión.

6. El "resto" de la provincia: la gran extensión lanera

El capítulo tres del tomo dos, "Problemas y perspectivas del sector lanero", tiene 75 páginas, más de 50 cuadros y 5 mapas. Esta sección analiza todo el territorio chubutense a excepción de sus valles, espacio abocado centralmente a la producción ovina con finalidad lanera. El capítulo se inicia destacando que hacía ya unos años se registraba un estancamiento de la producción lanera en la Argentina, pero que esa situación aún no se había reflejado ni en Chubut ni en Santa Cruz (esta realidad se modificaría pocos años después; ver Beinstein, 1993).

La majada ovina estaba más destinada a la producción de carne en Santa Cruz y a lana fina en Chubut (la provincia santacruceña contaba con mayor proporción de raza corriedale y la chubutense más cantidad de merino australiano). Esta especialización relativa de ambas producciones era parte de la explicación por la cual aún no se registraba un estancamiento productivo en la actividad ovina, como sí sucedía en el resto de la Argentina. Existía cierta "complementariedad" de ambas majadas (que a su vez eran las más importantes del país), que moderaba su competencia.

En el caso de Chubut, la especialización en lana fina la hacía, a su vez, menos competitiva con el avance que las fibras de origen textil sintético estaban consiguiendo en el mercado mundial y nacional. Desde 1963 el precio de la lana descendía a nivel mundial, debido a la citada concurrencia que ejercían las fibras textiles sintéticas, las cuales competían mejor a medida que aumentaba el grosor de la lana. En ninguna parte del informe se analizó si existía alguna posibilidad de articular la producción lanera con el todavía incipiente desarrollo de un parque textil sintético en Trelew, Puerto Madryn y Rawson.

Los productores laneros, en tanto sujetos, recién son citados en el texto cuando ya está bien avanzado el capítulo; este menciona que en los últimos treinta años (o sea aproximadamente a partir de 1940) algunos de ellos habían avanzado hacia comportamientos más "racionales" y tecnificados, tras años de una explotación indiscriminada que llevó a graves problemas de sobrepastoreo (ver De Jong, 2007; Del Valle, 2003; INTA–GTZ, 1994). Esos productores eran los que concentraban mayores extensiones de tierras y para ellos se hacía racional la inversión de capital en innovaciones, prácticas más efectivas y mejoramiento de la majada.

Chubut era importador de carne ovina de Santa Cruz, ya que la provincia no conseguía garantizar su autoabastecimiento en este rubro. Por ello, aquí el informe volvía a destacar la necesidad de que un grupo de productores se especializase en la producción de ganado vacuno en los valles, especialmente en aquellos ubicados cerca de la región cordillerana.

El informe divide Chubut en tres zonas productoras de lana: costa, meseta y cordillera. La meseta corresponde a la región de peor receptividad, mientras que la costa había empeorado mucho en los últimos años debido al sobrepastoreo a la que habían sido sometidas sus explotaciones. La cordillera mantenía buena capacidad productiva y hasta la opción de sumar animales en algunas subregiones.

Aquí ingresamos quizás a la parte fundamental del informe en relación con las políticas agrarias que promueve para la provincia. El informe sostiene, en repetidas oportunidades, que la productividad media de la actividad lanera se incrementa de forma muy importante en las grandes explotaciones.

Podríamos citar varias partes del trabajo, pero solamente lo haremos con algunas a modo de ejemplificación. Se afirma que "la mayor escala de explotación se halla asociada a mejores técnicas que redundan en mayores rendimientos de lana" (Altimir, 1970,3-50), y se destaca asimismo la "incapacidad productiva" (Altimir, 1970, 3-50) de las pequeñas explotaciones, que aun así concentraban la relevante cantidad del 30% de las existencias lanares en la provincia.

Según el informe, esas explotaciones "sostienen un estrato de producción rural relativamente proletarizadas" (Altimir, 1970, 3-50). Este dato es de interés para analizar la posterior evolución de estos pequeños productores que, en muchos casos, alimentaron el crecimiento de las ciudades costeras. Migraron especialmente hacia Trelew y Puerto Madryn, a partir de su industrialización, y se insertaron allí como proletarios una vez que habían sido expropiados por el avance de los latifundios o asfixiados por los escasos recursos que generaban sus pequeñas explotaciones (ver Pérez Álvarez, 2013; Troncoso, 2011). El informe aporta, aunque todavía no con la precisión que debería brindarnos una investigación específica sobre este proceso, que ya para esos años un importante sector de estos pequeños productores debían vender parte de su fuerza de trabajo.

Existe dentro del informe Altimir un dato quizás aún más relevante, que tiene específica relación con el tipo de políticas agrarias que promovía. Allí se explicita, en el marco de un análisis de prospectiva acerca de las posibilidades de mejoras técnicas y tecnológicas en la producción ovina de Chubut, que las pequeñas explotaciones de la meseta no debían ser tenidas en cuenta como factor de desarrollo.

En el ejercicio de cálculos realizado, que supuestamente demostraría la posibilidad de aplicar determinadas técnicas de mejoras en la producción de lana y/o en la de carne, este conjunto de explotaciones directamente no son integradas. Las pequeñas explotaciones de la meseta no son incorporadas como objeto de análisis ya que para las explotaciones pequeñas de la meseta (modelo C-1) no se estimó la situación proyectada, porque se halló que ninguna innovación tecnológica sería rentable en este tipo de explotación (Altimir, 1970, 3-59).

Es destacable que el informe no presenta evidencias de ese cálculo (como sí lo hace en el resto de los ejercicios cuantitativos y cualitativos de prospectiva), que habría demostrado la absoluta inviabilidad productiva de dichas explotaciones.

A través de esta acción, los impulsores del informe promovían una política agraria que condenaba estas pequeñas explotaciones a la imposibilidad de acceder a los programas de mejoramiento que se pondrían en marcha desde las políticas de Estado y les impedía recibir créditos, conseguir mejoras en sus majadas, realizar inversiones para la provisión estable de agua, construir tajamares, etc. De esta manera, la disparidad entre estas pequeñas explotaciones y aquellas de gran porte se acentuaba y se generaba así desde el Estado una planificación que expresamente buscaba impulsar la concentración de la tierra en grandes propiedades.

La conclusión del análisis planteado era que el desarrollo proyectado por las políticas del Estado necesitaba eliminar estas pequeñas explotaciones, con el fin de garantizar una producción lanera que no cayera en el estancamiento y para asegurar el autoabastecimiento de carne para la población urbana. En el caso de estos minifundios, el informe no propone la formación de cooperativas o de asistencia estatal, como sí lo había hecho para los valles: la pequeña propiedad de la meseta del Chubut estaba destinada a desaparecer.

Como ya lo destacamos, esta caracterización se resalta una y otra vez por debajo de los respectivos estratos de explotaciones medias inferiores se presentan evidentes deseconomías. En el caso de las explotaciones pequeñas de la meseta, que se analizó en particular, ello resulta evidente (Altimir, 1970, 3-60).

Las propuestas subrayan la imprescindible tarea de promover la conformación de economías de escala en esta área de la actividad económica: o sea, impulsar una nueva concentración de la propiedad (sobre los minifundios y su posible capacidad adaptativa en la Patagonia ver, entre otros, el trabajo de De Jong y Tiscornia, 1994 y el artículo de Blanco y Britos, 2013).

Parte de esas pequeñas explotaciones de meseta eran las escasas tierras que habían quedado en usufructo (con tenencias más o menos precarias) de descendientes de pueblos originarios de la región. Con su expropiación se "completaría" el proceso de conquista desarrollado por el Estado argentino y se aportaría una porción de la mano de obra necesaria para la industrialización en curso en las ciudades de la costa.

Quizás no exista un sujeto social más invisibilizado por la historia de Chubut (y también por su política) que los trabajadores rurales. En el informe que analizamos se realizó una estimación acerca de la cantidad de trabajadores por entonces existente, pero no se formuló ninguna referencia a sus condiciones de vida, a su situación laboral, a los niveles de cumplimiento de las leyes laborales, etc.

En ninguno de los análisis aquí formulados sobre el desarrollo de la producción agrícola los obreros rurales fueron considerados sujetos de ese desarrollo, ni siquiera en cuanto portadores de salario a ser gastado en el mercado. Debemos destacar que esta matriz se ha consolidado bastante en nuestra historiografía, en la cual tanto el obrero temporario de los valles como los trabajadores rurales de la ganadería extensiva han recibido una escasa atención (pueden encontrarse elementos en Aparicio, Crovetto y Ejarque, 2013; Crovetto, 2011; Troncoso, 2011; Pérez, 2012, entre otros).

7. Conclusiones y nuevas líneas de investigación

Varios resultados de esta investigación ya fueron formulados a lo largo del trabajo; hemos sintetizado las políticas agrarias que se impulsaron desde este informe clave en la constitución de los proyectos de desarrollo para Chubut.

Entendemos que el informe Altimir posibilita desarrollar diversas líneas de investigación que pueden complejizar la historia reciente de Chubut y de la Patagonia en general.

En este artículo, nos adentramos en las políticas agrarias que promueve esta exhaustiva investigación sobre la estructura económica social de Chubut, realizada justamente en la bisagra histórica hacia el impulso más decidido al proyecto de industrialización subsidiada por el Estado y la transformación que este proceso generaría en la sociedad provincial.

Entendemos el informe Altimir como un dispositivo de construcción societal, un artefacto específico diseñado por las políticas de Estado para, a su vez, diseñar y planificar el propio Estado provincial de Chubut que se pretendía construir durante las décadas por venir. Ese proyecto, plenamente articulado con la diagramación que formula a nivel general el Estado nacional, logra sintetizarse en este informe, que expresa claramente cómo se proyectaba la sociedad a construir: una sociedad en la que los sujetos subalternos eran secundarios en función de la primacía otorgada a la tríada industrialización-crecimiento-desarrollo, como bases de la seguridad nacional, el orden y el progreso.

Demanda nuevas reflexiones la definición de la Patagonia como "frontera de expansión de un sistema" y la identificación que se establece entre sus características y las que presentaban las regiones agrarias de Europa antes de la revolución industrial. Consideramos que cuando se formula la necesidad de eliminar las pequeñas explotaciones mesetenses, el informe estaba recuperando la experiencia de los enclosures ingleses; mientras que, al pretender el sostenimiento vía apoyo estatal de los pequeños productores valletanos, se pretendía reproducir el modelo farmer de algunas regiones de EE. UU. El informe intentaba así sostener dos políticas agrarias diferenciadas para la provincia, las cuales reproducían, a su vez, dos modelos clásicos de desarrollo industrial.

Creemos que este trabajo permite reflexionar sobre la utilidad de una relectura de diversas fuentes históricas y mostrar que el informe Altimir, que hasta aquí sólo había sido visitado para encontrar datos y cifras, nos brinda diversas puertas de ingreso hacia la historia de Chubut, las políticas que se impulsaron y los procesos que sufrieron sus clases subalternas antes y después de la puesta en marcha de los proyectos de polo industrial.

Así también muchos otros clásicos trabajos de planificación y/o de análisis estructural, que tradicionalmente han sido visitados solamente en tanto producciones técnicas o "puramente" económicas, pueden y deben recuperarse desde nuevos enfoques que logren observar todo lo que sucedía tras las luminarias de los planes de industrialización y desarrollo.

Notas

1 Gonzalo Pérez Álvarez es Licenciado en Historia por la Universidad Nacional de la Patagonia y Doctor en Historia por la Universidad Nacional de La Plata. Es Investigador Asistente del CONICET con el proyecto "La transformación de una sociedad en un proceso de ‘industrialización subsidiada': el noreste de Chubut entre 1956 y 1974". En la UNP se desempeña como docente-investigador y Director del Instituto de Investigaciones Históricas y Sociales. Es autor de libros y capítulos de libros en varias compilaciones y ha publicado más de veinticinco artículos en revistas científicas de la Argentina, América Latina, Estados Unidos y Europa.

2 Denominación "común" entre los que investigan temáticas vinculadas a los cambios sociales y económicos en Chubut, desde mediados del siglo XX. Este informe fue un constante recurso como fuente de información estadística; sin embargo, no se han producido trabajos que analicen el informe como archivo constituyente del Estado provincial y de sus formas de organización y articulación en distintas áreas, por ejemplo, con respecto a la futura implementación de sus políticas agrarias.

3 Texto del Decreto. Citado en Gatica (2005), p. 49.

4 Se proyectaba la instalación de un polo petroquímico en la ciudad de Comodoro Rivadavia, que debía producir las fibras sintéticas que procesaría el polo de Trelew. Al no llevarse a la realidad la instalación del polo en Comodoro Rivadavia (ni siquiera se instaló una refinería), el parque industrial textil sintético de Trelew se constituyó en un enclave sin encadenamientos productivos en la región.

5 La numeración se reinicia en cada capítulo y tiene como primer número en cada página el del capítulo correspondiente y a continuación la página (en este caso se trata de la página uno del capítulo uno, del tomo uno). A su vez la numeración de capítulo va del uno al diez en el tomo uno y luego vuelve a iniciarse en el tomo dos (uno al seis), para continuar su numeración consecutiva en el tomo tres (siete a trece).

6 Esta indicación nos llevó a trabajar la comparación entre la experiencia de industrialización subsidiada en regiones de Brasil y de la Argentina, procesos similares en las intenciones declamadas por los planificadores estatales y en el período histórico en que se pusieron en marcha. Analizare estas similitudes y sus divergencias en otros artículos a partir de las investigaciones que he realizado con ese objetivo durante una estadía posdoctoral en la Universidad Federal de San Pablo.

7 Si bien el informe usa el término "producir" para referirse a la extracción de petróleo o gas, nosotros hemos elegido utilizar el término "extraer" por considerarlo más adecuado a las características del proceso realizado en esas actividades económicas.

8 La llamada "Comarca Andina" atraviesa dicho paralelo, límite entre Río Negro y Chubut, e integra la localidad rionegrina de El Bolsón, núcleo urbano y comercial de la zona, los parajes rurales Mallín Ahogado, Los Repollos, El Foyel y El Manso, todos de la provincia de Río Negro, las poblaciones chubutenses de El Hoyo, Lago Puelo, El Maitén, Epuyén, Cholila y los parajes de Las Golondrinas, Entre Ríos, Cerro Radal, Puerto Patriada y Leleque. Ver Blanco y Britos, 2013; Blanco y Mendes, 2001; Bondel, 2009.

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Fecha de recibido: 29 de septiembre de 2014
Fecha de aceptado: 20 de agosto de 2015
Fecha de publicado: 4 de diciembre de 2015

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