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Salud(i)Ciencia

versión impresa ISSN 1667-8682versión On-line ISSN 1667-8990

Salud(i)Ciencia vol.22 no.4 Ciudad autonoma de Buenos Aires  2017

 

CRÓNICAS DE AUTOR

Prevención de infecciones en las cirugías de cadera

 

Walter Iglesias 1

1 Hospital Naval Puerto Belgrano, Bahía Blanca, Argentina

Walter Iglesias describe para SIIC su artículo editado en Revista de la Asociación Médica de Bahía Blanca 26(1):16-19, enero 2016

 

 

Bahía Blanca, Argentina (especial para SIIC)
Las cirugías de cadera son una de las más frecuentes en la mayoría de los centros hospitalarios con servicio de Ortopedia y Traumatología. Las infecciones en los reemplazos de cadera suelen tener consecuencias drásticas para el paciente y su familia, aumento de costos para las instituciones y complicaciones para el profesional. Por tales motivos, se deben extremar las conductas de prevención prequirúrgicas, intraquirúrgicas y posquirúrgicas. No todos los centros cuentan con la misma infraestructura ni las mismas instalaciones, por lo cual se dificulta realizar un estudio comparativo entre los diferentes centros. En nuestro caso, no poseemos quirófanos con flujo laminar, y por ser un hospital escuela, tenemos obligaciones docentes. Se realizó un estudio retrospectivo de las cirugías de cadera del Hospital Naval Puerto Belgrano entre enero de 2011 y diciembre de 2013, en el cual se evaluaron 114 cirugías, incluidas aquellas por fracturas tanto mediales como laterales, así como las intervenciones por artrosis y revisiones. Las fracturas suman 84 casos (7368%), las artrosis de cadera 22 (19.30%) y las revisiones 8 (7.02 %). Los dos tercios de los pacientes fueron mujeres, con una edad promedio de 79 años. Se utilizó antibioticoterapia intraquirófano con cefalotina 1 g y, en el posoperatorio, con gentamicina 160 mg/día y cefalotina 1 g cada 6 horas hasta el alta hospitalaria. Luego del alta, se continuó con cefadroxilo 500 mg cada 12 horas por vía oral durante 8 días. En todos los casos se empleó la vía posterolateral para las artroplastias y la lateral para las osteosíntesis. Se administró heparina de bajo peso molecular como profilaxis posoperatoria de la trombosis venosa profunda. Las curaciones de las heridas posquirúrgicas se realizaron en el servicio por parte de personal médico. De las 114 cirugías analizadas, hubo 4 casos de infección; uno de los casos fue en una fractura lateral (0.88 %), otro de los casos en una artrosis (0.88 %) y los dos restantes en una fractura periprotésica (revisión, 1.75 %). El índice de infecciones luego de analizar los tres grupos fue del 3.5%. Las fracturas mediales no registraron infecciones. Los 4 casos se trataron de infecciones agudas, una de las cualerds fue superficial y 3, profundas. Los 2 casos de infección en las revisiones de cadera eran pacientes añosos, diabéticos y con sobrepeso (índice de masa corporal > 30 kg/m2). Se cultivaron diferentes gérmenes patógenos para cada caso: caso 1: Pseudomonas sensible; caso 2: Escherichia colli y E. faecalis; caso 3: Acinobacter; Caso 4: Pseudomonas multirresistente. En el caso 1, el paciente no cumplió las indicaciones médicas, por lo que se realizaron curaciones en el domicilio. En ninguno de los casos fue necesario efectuar la extracción del material. Todos los pacientes fueron tratados con antibioticoterapia específica para cada germen patógeno y toilette quirúrgica según necesidad. Como resultado, se verificó que los casos que nuestro servicio trata pacientes añosos, los cuales suelen presentar cuadros de índole general o afecciones asociadas, tanto pulmonares como urinarias, que complican la cicatrización de la herida quirúrgica y, por lo tanto, estos sujetos son más propensos a presentar infecciones. La paciente del caso 2 falleció por complicaciones sistémicas. La aparición de un proceso infeccioso luego de una cirugía de cadera es la complicación más temida, y existen medidas que nos ayudan a evitarlas. Se dispone de antibioticoterapias empíricas de rutina y específicas según el caso, flujo laminar en los quirófanos y cemento con antibióticos. También, hay otros factores que influyen en los resultados, como ser la experiencia del equipo quirúrgico, los tiempos de cirugía y el estado general del paciente.

Del estudio se desprende que nuestro índice de infecciones es del 3.5%, considerando tanto los reemplazos primarios como las revisiones, lo cual resulta aceptable si tomamos en consideración todas las variables. Si bien el uso de la antibioticoterapia en el servicio es excesivo, nos sirve para intentar disminuir los riesgos de infecciones ante la falta de condiciones ideales. En el caso de las cirugías de revisión, la tasa de infecciones es más alta que la aceptada, pero nuestra casuística es baja como para ser tenida en cuenta. No todos los centros cuentan con las condiciones ideales, pero con la sistematización de las cirugías, la concientización del personal sanitario y el esmero en los procedimientos se pueden disminuir los índices de infección para el bien de todos.

 

 

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