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Avá

versión On-line ISSN 1851-1694

Avá  no.23 Posadas dic. 2013

 

RESEÑAS

La consagración de la memoria: una etnografía acerca de la institucionalización del recuerdo sobre los crímenes del terrorismo de Estado en la Argentina, de Ana Guglielmucci. Buenos Aires: Antropofagia, 2013.

 

Los editores de ReVista, publicada por el Centro David Rockefeller de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Harvard, afirman en la página que abre un dossier sobre Colombia aparecido en su número de otoño de 2013, que ese país se ha convertido en un vibrante laboratorio para la memoria histórica. Pero se equivocan, porque lo que se ha convertido en tal laboratorio, tanto de la memoria histórica como de la memoria en su enorme diversidad de variedades, no es Colombia sino Latinoamérica entera. Parafraseando a Karl Marx y Friedrich Engels se podría decir que si el fantasma de la revolución comunista ya no se pasea por Latinoamérica, en su remplazo lo hace su congénere policéfalo de la memoria, porque desde Tierra del Fuego hasta la América latina que habita los Estados Unidos la gente discute, se organiza, manifiesta, reclama e inscribe en la cultura material e inmaterial el recuerdo de sus seres queridos y compañeros de lucha que han sufrido la vieja violencia desplegada por gobiernos y burguesías, dictatoriales o respetuosos de la democracia formal por igual.

El libro de Ana Guglielmucci se ocupa del que hasta hoy se puede calificar como el más exitoso de esos procesos: el argentino. En La consagración de la memoria la autora analiza, a partir de sus observaciones en el espacio conformado en Buenos Aires por el trabajo de activistas de organizaciones de derechos humanos, académicos y agentes del Estado local y nacional, los modos en que el quehacer de esos actores ha dado lugar a que 30 años después de la caída de la última dictadura militar la memoria constituya una categoría central en la política, la academia y el gobierno, hayan sido revertidos parcialmente algunos intentos de dejar impunes a numerosos perpetradores, y se hayan inscrito en el espacio y la cultura variadas marcas destinadas a recordarlos a ellos y sobre todo a sus víctimas.

En una extensa obra sustentada en ocho años de trabajo etnográfico de campo y estudio de fuentes documentales, Guglielmucci analiza con riqueza de detalle y fecundo eclecticismo metodológico ese proceso aún en curso, y contribuye a sofisticar la mirada del lector sobre una realidad que con frecuencia parece mucho más armónica y uniforme de lo que es. Al dar cuenta de un proceso iniciado con la organización y movilización a contramano del Estado y continuado por algunos desde su entraña, presenta las contradicciones que ese tránsito ha hecho emerger en el movimiento de derechos humanos, y junto a ellas un elemento a veces soslayado en los estudios del campo, a pesar de que constituye uno de los problemas clásicos de la antropología: el peso de los linajes en la génesis y transformación de las organizaciones sociales. Por eso La consagración de la memoria no presenta una mera "acta del fenómeno" sino que invita a pensar en la necesidad de analizar comparativamente otros procesos en curso, y a preguntarse si también fuera de la Argentina la superposición de trayectorias políticas y estirpes académicas o ideológicas es decisiva en el tránsito de numerosos agentes desde su condición de activistas a la de funcionarios públicos, y en la consecuente inscripción y legitimación de sus proyectos y cosmologías particulares en las políticas públicas como si se tratara de preocupaciones de "la sociedad", "el pueblo" o como quiera que según el caso se llame a esa misteriosa entidad.

El minucioso detalle con el que la autora presenta la evidencia que sustenta su análisis tiene, por su parte, una ventaja adicional a la de la "exhibición de las pruebas", pues hace de la obra una fuente documental de inestimable valor para aproximarse a la historia del sector del movimiento argentino de derechos humanos que la protagoniza. En ese marco, La consagración de la memoria ofrece la posibilidad de seguirle la pista a fenómenos que si bien no constituyen su objeto central, emergen con toda claridad a medida que Guglielmucci pone al lector en contexto, como la relación entre la capacidad de agencia de los artistas y la transmisión intergeneracional del trauma social, o la reproducción al interior del movimiento de derechos humanos de ciertas formas de violencia política contra los opositores como la censura, la estigmatización y la condena al ostracismo, para sólo citar dos ejemplos de los varios de enorme interés que se pueden hallar. Y sin embargo, en medio de ese cuidadoso entramado de descripción etnográfica y análisis antropológico existe un aspecto que podría haber merecido más desarrollo: el análisis de los procesos de organización y lucha protagonizados por civiles y militares que reivindican los métodos con los que éstos combatieron los movimientos revolucionarios de la década de 1970. Si bien Guglielmucci se ocupa de ese aspecto fundamental de la realidad, lo hace sólo tangencialmente cuando reflexiona sobre Memoria Completa, una de las muchas organizaciones de su tipo, y la respuesta que provocó entre sus militantes la consagración de la Escuela de Mecánica de la Armada como sitio de memoria del terrorismo de Estado, iniciada en 2004 bajo el primer gobierno de Néstor Kirchner. Ese rasgo puede ser visto, sin embargo, como una marca de época, pues lo que coloquialmente llamamos "la derecha" se encuentra ausente de la mayoría de los trabajos que han abordado en los últimos años el movimiento de los derechos humanos y las luchas por la memoria en la región.

Una característica de La consagración de la memoria que resulta de la mayor relevancia es que se trata de un trabajo que bien puede ser leído simultáneamente de dos maneras. Por un lado, como un análisis científico del proceso de institucionalización del hacer memoria políticamente correcta en la ciudad de autónoma de Buenos Aires. Por otro, como un manual para la consagración estatal de memorias sobre la violencia política en contextos distintos al argentino. En el primer caso, como he dicho, proporciona abundante evidencia empírica y lúcidas reflexiones de gran utilidad tanto para quienes analizan la realidad argentina en particular, como para los que trabajamos sobre otros contextos pero somos remitidos constantemente al caso argentino tanto por la literatura especializada como por las formas de organización, expresión y lucha que en muchos casos los protagonistas de nuestras investigaciones han aprendido de sus pares argentinos. En el segundo, sin duda el libro será de utilidad para los activistas interesados en articularse a los Estados contra los que en otros momentos de su historia han luchado, y para los estadistas preocupados por replicar el logro de sus pares argentinos, quienes consiguieron cerrar en buena parte la brecha que separaba históricamente a gobernantes y militantes de derechos humanos como antagonistas aparentemente irreconciliables.

Vistos los vientos de reconciliación que recorren América Latina merced a la llegada de viejos militantes de izquierda al poder mediante procesos electorales, y a la "voluntad de vuelta de página"que vienen mostrando gobiernos encabezados por políticos con pasados de signo contrario, sin duda La consagración de la memoria encontrará ávidos lectores dentro y fuera de la academia.

                        Sigifredo Leal-Guerrero

Instituto de Etnología, Universidad de Frankfurt
E-mail: sigifredo.leal@stud.uni-frankfurt.de

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