Introducción
La ganadería es uno de los principales usos del suelo en el mundo (FAO, 2014). Particularmente, en la ecorregión del Gran Chaco la producción ganadera es una actividad en crecimiento (Fernán dez et al., 2020) y en los bosques rema nentes es común la ganadería extensiva realizada “bajo monte”. La producción ganadera es practicada mayormente por pobladores criollos en puestos ga naderos compuestos por una o pocas viviendas asociadas a cultivos y a un reservorio de agua superficial, natural o artificial (Adámoli et al., 1990; Macchi & Grau, 2012). Como consecuencia de la ganadería, pueden aparecer cambios en la estructura y funcionamiento de los ecosistemas. Cuando la presión ganade ra es moderada-intensa y sostenida en el tiempo, los sitios pueden resultar degra dados y requerir esfuerzos activos de res tauración. En este trabajo usamos el tér mino restauración en el sentido de asistir a la recuperación de parte de la biota na tiva del ecosistema que existía previo a la perturbación (Jelte & Aronson, 2012; Clewel & Aronson, 2017).
En el Chaco seco, el ganado general mente se distribuye libremente alrededor de los puestos ganaderos, generando un gradiente de presión creciente hacia el cuerpo de agua llamado patrón piósfera. Cuando la presión ganadera es elevada, la cobertura vegetal disminuye y la com pactación del suelo aumenta, y se gene ran zonas conocidas como “peladares” (Adámoli et al., 1972; Macchi & Grau, 2012). A medida que nos alejamos de estas zonas, disminuye la presión del ga nado sobre el ambiente y el consecuente efecto sobre la regeneración (Macchi & Grau, 2012). La abundancia de los pues tos replica estos impactos puntuales a cientos de puestos que componen el pai saje del bosque chaqueño.
Cuando el ambiente es degradado por la ganadería, la restauración ecológica puede asistir a la recuperación de la estructura, funcionamiento y diversidad del ecosistema (Jelte & Aronson, 2012; Clewell & Aronson, 2017). Si el bosque está poco degradado (sin signos de sobre pastoreo), las clausuras pueden ser efecti vas (Le Houerou, 2000). Sin embargo, si está severamente degradado (con eviden cias de erosión, compactación del suelo y cobertura vegetal extremadamente baja), será necesario intervenir activamente. Al gunas técnicas, como la escarificación, la adición de cobertura y la generación de sombra, pueden controlar la degradación del suelo y mejorar sus propiedades y las condiciones microclimáticas limitantes. Esto puede estimular el rebrote y la rege neración a partir del banco de propágulos (Hobbs & Norton, 1996). Si la fuente de propágulos es insuficiente, será necesario recurrir a la translocación de suelo, a la siembra de semillas o a la plantación de individuos de algunas especies clave por su rol estructural y funcional dentro del ecosistema, o a una combinación de es trategias (Vécrin & Muller, 2003; Rey Be nayas et al., 2008; Le Stradic et al., 2016; Ferreira & Vieira, 2017; Buisson et al., 2018; Zhou et al., 2019). En cuanto a la elección de especies con rol estructural y funcional, en el bosque chaqueño los ar bustos son claves ya que pueden brindar relaciones de facilitación (Páez & Marco, 2000; Barchuk et al., 2005). Sin embargo, reproducir estas especies puede ser desafiante, por lo que es necesario conocer los requerimientos de germinación o de reproducción asexual (Hartmann et al., 2002; Baskin & Baskin, 2014).
La información sobre los efectos de la ganadería en los ecosistemas naturales y las lecciones sobre cómo restaurarlos ha aumentado en los últimos años. La gana dería extensiva bajo monte realizada en el Chaco seco es una actividad estudiada desde hace décadas (Morello & Saravia Toledo, 1959; Tálamo et al., 2009, 2015a, 2015b; Trigo, 2018; Trigo et al., 2017, 2020; Martínez-Gálvez, 2020). Además, recientemente empezamos a conocer la potencialidad del banco de semillas y los requerimientos de germinación de es pecies leñosas que se podrían usar para producir en vivero un banco de plántulas para futuras acciones de restauración (Pé rez Viscarra et al., 2018; Martínez-Gálvez, 2020). Algunos estudios con enfoques experimentales permiten evaluar la efec tividad de diferentes técnicas de restaura ción, incluidas las clausuras (Cotroneo et al., 2018; Martínez-Gálvez, 2020; Trigo et al., 2020). Sin embargo, los esfuerzos para sintetizar la información sobre los efectos de la ganadería en el bosque chaqueño, al igual que las lecciones aprendidas sobre los esfuerzos de restauración, permane cen ausentes en la literatura. Lograr dicha síntesis es particularmente relevante te niendo en cuenta el aumento de empren dimientos ganaderos proyectado en la región chaqueña (Fernández et al., 2020) con la consecuente generación de mayo res superficies con sobrepastoreo.
Aquí sintetizamos la información ge nerada por nuestro grupo de trabajo so bre la relación ganadería-regeneración y sobre experiencias de restauración, en dos sectores diferentes del Chaco seco: (1) bosque chaqueño semiárido del Par que Nacional Copo en la provincia de Santiago del Estero, y (2) bosque cha queño semiárido asociado a madrejones del río Bermejo en la provincia de Salta (conocido como Chaco aluvional salte ño). Nuestro objetivo fue responder a las siguientes preguntas: ¿Cuál es la relación entre la regeneración del bosque chaque ño (crecimiento y frecuencia de plántu las, frecuencia de renovales y densidad del banco de semillas) y la intensidad de uso ganadero? ¿Son efectivas las clausu ras para restaurar sectores de bosque con ganado? ¿Son efectivas las técnicas que modifican el suelo para restaurar secto res sobrepastoreados (alta compactación de suelo y baja cobertura vegetal)? ¿Qué especies arbustivas se pueden utilizar para restaurar sitios sobrepastoreados y cómo se reproducen sexual y asexual mente? Responder estas preguntas per mitirá resumir lo que conocemos sobre la relación entre la ganadería y la regene ración, evaluar la existencia de resilien cia del bosque chaqueño ante esta activi dad y planificar acciones de restauración de sitios afectados por la ganadería.
Material y Método
Área de estudio
Compilamos información publicada (Tá lamo et al., 2009, 2015a, 2015b; Trigo et al., 2017; Pérez Viscarra et al., 2018) y en proceso de publicación (Trigo, 2018; Martínez Gálvez, 2020) provenientes de trabajos realizados en la zona de puestos ganaderos del suroeste del Parque Na cional Copo (Santiago del Estero) y de la finca “El Paraíso” en el Chaco salteño (Fi gura 1).
Ambas áreas difieren en aspectos importantes como precipitaciones, tipo de suelos, comunidades vegetales presen tes e intensidad relativa de uso ganadero (Tabla 1).
En sectores con elevada presión de pastoreo, como en zonas cercanas a los puestos ganaderos o a las fuentes de agua, se generan ambientes con claros signos de sobrepastoreo (e.g. suelos muy compac tados y con cobertura vegetal extremadamente baja). Estas zonas se denominan localmente “peladares”, se encuentran muy extendidas en el Chaco seco y son consideradas zonas con un alto grado de degradación. Estos sectores alejados de los peladares son considerados zonas de relativo bajo grado de degradación. En las áreas de estudio mencionadas, las fuen tes de agua para el ganado también son diferentes. En el Parque Nacional Copo, no existen cuerpos de agua naturales y el ganado se abastece de agua de represas artificiales de tres puestos ganaderos ins talados en la porción suroeste del Parque Nacional. Por otro lado, en la finca El Pa raíso existen meandros naturales, local mente denominados “madrejones”, que acumulan agua en la época lluviosa.
Resultados
Ganadería y regeneración del Chaco seco
En la zona ganadera del suroeste del Parque Nacional Copo, excluyendo los peladares, la densidad de plántulas del ensamble de leñosas no cambió en pre sencia y ausencia de ganado vacuno en un camino con 10 años de recuperación (Tálamo et al., 2009). En un estudio ex perimental, encontramos que aún en las condiciones ideales (i.e., semillas prote gidas de herbívoros nativos, del ganado y de la elevada irradiación) la superviven cia de las plántulas de Schinopsis lorentzii fue nula al final del tiempo monitoreado (1 año desde la germinación), eviden ciando que la falta de regeneración es independiente de la presencia de ganado (Tálamo et al., 2015b). Solo la distribu ción espacial de los renovales de S. loren tzii y de Aspidosperma quebracho-blanco estuvo asociada positivamente a la de los arbustos espinosos en sitios con ganado (Tálamo et al., 2015a), sugiriendo que la presencia de ganado modificó los patrones espaciales de la regeneración de las especies arbóreas estudiadas. En el mismo sector, la densidad de renovales arbóreos en presencia y ausencia de ga nado en sectores con carga relativamen te baja (excluyendo los peladares) no se modificó con 7-8 años de exclusión. Las excepciones fueron A. quebracho-blanco, cuyos renovales fueron más abundantes en presencia de ganado, y S. lorentzii, con renovales más altos en ausencia de ganado (Trigo, 2018). En cambio, cuan do la presión ganadera fue muy alta, como ocurre en los peladares, el impacto negativo del ganado fue muy evidente (daño de parcelas “control” de monito reo y cobertura vegetal total cercana a 0%) (Martínez-Gálvez, 2020). En cuan to al banco de semillas, como punto de partida de la regeneración, la ausencia de ganado en diferentes períodos de tiem po (2 y 8 años) no modificó la densidad y la composición del banco de semillas germinable en sectores con baja presión relativa ganadera, alejados de los pela dares (Pérez Viscarra et al., 2018). En situaciones de mayor presión, como en los peladares, el banco de semillas fue escaso, estuvo compuesto principalmen te por herbáceas y en segundo lugar por leñosas, y su abundancia disminuyó a medida que nos acercamos al centro del peladar (Martínez-Gálvez, 2020).
En El Paraíso, en sectores con cober tura vegetal total muy baja (similar a los peladares de los puestos) la densidad de renovales de leñosas fue menor cerca de un madrejón (alta presión) en com paración a parcelas alejadas del mismo (menor presión). Además, los renovales de la especie arbórea Bulnesia sarmientoi se asociaron positivamente a una cactá cea espinosa (Stetsonia coryne) en zonas cercanas a los madrejones (Trigo et al., 2017).
Restauración de áreas pastoreadas usando clausuras
En la zona ganadera del suroeste del Parque Nacional Copo, excluyendo los peladares, instalamos en el 2007 cinco clausuras de 2500 m2 (50 m x 50 m), y en el 2014 otras 5 contiguas a las pri meras (15 m x 15 m x 15 m). Dentro de las clausuras instaladas en 2007 encon tramos mayor abundancia y riqueza de gramíneas, mayor cobertura del suelo, mayor altura de renovales de S. lorentzii y cambios en algunos rasgos funcionales de respuesta al pastoreo (e.g. área foliar, contenido foliar de materia seca, largo de espinas en Senegalia praecox, entre otros), en comparación a las parcelas control con pastoreo continuo (Trigo, 2018; Trigo et al., 2020). En las zonas con alta presión de pastoreo instalamos en el 2017 seis clausuras de 25 m2 en los pela dares de tres puestos ganaderos del Par que Nacional Copo. Al cabo de 18 meses de exclusión, la densidad y la cobertura total resultaron extremadamente bajas (2 plantas/m2 y 1,7% de cobertura vegetal total) (Martínez-Gálvez, 2020), sin evi denciarse una recuperación importante.
Restauración de áreas pastoreadas usando tratamientos experimentales sobre el suelo y el microambiente
Para recuperar peladares en los puestos y superar las barreras bióticas y abióticas que impiden la recuperación, probamos la efectividad de la escarificación del sue lo, del uso de media sombra y de la pro tección con enramado, combinando con traslocación de suelo para aprovechar su banco de semillas. El suelo para traslocar se extrajo en parcelas de 50 cm x 50 cm x 5 cm de profundidad en zonas alejadas de los puestos ganaderos, en sectores con baja intensidad relativa de pastoreo en relación a los peladares. La mejor com binación fue excluir al ganado y adicio nar suelo de la capa superficial en suelos escarificados y con presencia de distintas especies de leñosas potencialmente nodrizas (o media sombra). Los sitios de donde se extrajo el suelo se recuperaron mostrando cierta resiliencia frente a la extracción. Debido a la baja emergencia de plantas, especialmente de especies leñosas, en las parcelas experimentales donde se traslocó la capa superficial de suelo, recomendamos trasplantar espe cies leñosas para acelerar la restauración (Martínez-Gálvez, 2020). Para ello es necesario conocer los requerimientos de reproducción de aquellas especies que podrían ser usadas en acciones de res tauración.
Germinación de especies leñosas
Las especies arbustivas con mayores fa cilidades para su germinación, y por lo tanto con potencial para restaurar sitios sobrepastoreados, fueron Castela cocci nea, Cynophalla retusa, Anisocapparis speciosa y Achatocarpus praecox. Sin em bargo, las semillas de C. retusa y A. spe ciosa solo permanecieron viables por un mes. Mimosa detinens, Celtis pallida y Capparicordis tweediana germinaron adecuadamente luego de aplicar trata mientos pregerminativos: M. detinens germinó con escarificación mecánica o tratamiento con ácido sulfúrico concen trado (98%), que si bien es menos efec tivo que la escarificación, resulta más útil para tratar grandes cantidades de semillas. Celtis pallida necesitó estrati ficación en frío (4 ºC) durante 6 sema nas y C. tweediana estratificación cálida (30 ºC) durante 6 semanas. Las semillas germinaron igualmente bien a tempe ratura constante (27 °C) o alternantes (35/20 °C) en luz o en oscuridad, excep to C. coccinea que germinó mejor en os curidad. En cuanto a la conservación de semillas, el almacenamiento de semillas en frío y seco funcionó para C. coccinea, A. praecox, C. tweediana y M. detinens, no así para C. pallida (Martínez-Gálvez, 2020).
Reproducción vegetativa de especies leñosas
Evaluamos el enraizamiento de estacas de C. pallida y Atamisquea emarginata según el sustrato (perlita; perlita-man tillo) y la concentración de ácido indol butírico (AIB; 0, 700, 1000 ppm). Celtis pallida mostró <4% de enraizamiento en todos los tratamientos y la supervi vencia de las estacas disminuyó a mayor concentración de AIB. Recomendamos repetir el experimento con concentra ciones menores de AIB (0-700 ppm). Ninguna de las condiciones favoreció el enraizamiento de C. atamisquea (Alauie et al., datos sin publicar).
Discusión
La presencia del ganado en bosques ocurre desde hace muchas décadas en el Chaco seco y la actividad ganadera se encuentra en continua expansión. De pendiendo de la presión ganadera, esta actividad puede generar cambios en atri butos importantes del ambiente (e.g. la regeneración) degradando el sistema y por lo tanto puede ser necesario utilizar técnicas de restauración para asistir a la recuperación del ecosistema a una situa ción pre-disturbio.
¿Podemos decir que existe una clara relación entre la ganadería y la regenera ción de plantas leñosas del Chaco seco? La respuesta depende de la intensidad de uso del ganado. Si el ganado se con centra alrededor de una fuente de agua sus efectos son muy claros y se generan peladares. Esto fue respaldado con nues tros estudios realizados en la finca El Paraíso (Trigo et al., 2017), y en el Par que Nacional Copo (Martínez-Gálvez, 2020). Sin embargo, si la intensidad de uso del ganado no es extrema, como ocurre a mayores distancias de las repre sas y de los puestos ganaderos del Parque Nacional Copo, la relación ganadería-regeneración leñosa deja de ser evidente (Tálamo et al., 2009; Pérez Viscarra et al., 2018; Trigo, 2018). Esto indica que, a cargas ganaderas no extremas, el bosque chaqueño muestra en general cierta resi liencia frente a esta actividad ganadera, en la misma línea con lo propuesto para la actividad forestal (Tálamo et al., 2020).
Cuando el bosque presenta signos de degradación, la restauración es impor tante para asistir en su recuperación. Si la degradación es leve, las clausuras son efectivas para recuperar algunos com ponentes del estrato herbáceo, pero su efecto sobre la comunidad de plantas le ñosas es limitado (Trigo, 2018; Trigo et al., 2020). Resultados similares se obtu vieron utilizando clausuras estacionales en bosques heterogéneos comunales del Chaco semiárido de Santiago del Estero (Cotroneo et al., 2018). El banco de se millas de plantas herbáceas es importan te para la recuperación de sectores leve mente degradados luego de la exclusión del ganado. Sin embargo, si el bosque se encuentra severamente degradado, como en los peladares, la efectividad de las clausuras para recuperar la vegeta ción se ve limitada, al menos en el cor to y mediano plazo (Martínez-Gálvez, 2020). Similarmente, la efectividad de las clausuras estacionales fue alta en am bientes poco degradados, y baja en un arbustal muy degradado, debido a que se han atravesado umbrales de degradación (Cotroneo et al., 2018).
Para superar las barreras que impi den o retrasan la recuperación (e.g., alta compactación, baja disponibilidad de propágulos, alta irradiación, entre otras) otras técnicas de restauración son nece sarias. En los peladares del Parque Nacional Copo, la mayor recuperación se logró excluyendo el ganado, generando micrositios de regeneración y reintroduciendo propágulos al traslocar suelo superficial (Martínez-Gálvez, 2020). Sin embargo, nuestros resultados son ex perimentales y se aplican a una escala espacial de parcela. Sería conveniente probar esta técnica en superficies mayo res, para poder evaluar su conveniencia balanceando entre los logros obtenidos y los costos y dificultades logísticas de su implementación.
Para acelerar la recuperación de los sitios sobrepastoreados, además de las técnicas que recomendamos, podríamos sumar el trasplante de renovales de ar bustos que puedan facilitar el estableci miento de vegetación, acelerando así la recuperación. Para poner a prueba estas recomendaciones, en El Paraíso comen zamos un proyecto de restauración de zonas sobrepastoreadas en el año 2019. Nuestro objetivo es identificar la técnica o combinación más efectiva para restau rar la estructura y la funcionalidad del bosque. Evaluaremos la efectividad de las clausuras y de diferentes métodos de construcción de núcleos de regeneración (e.g. descompactación, surcado, agrega do de suelo superficial y reintroducción de especies arbustivas). Usaremos 10 si tios con clausuras (5 instaladas y 5 por instalar) y 10 sitios pareados sin clausu rar, de una hectárea cada uno, en donde aplicaremos distintas combinaciones de tratamientos. Monitorearemos el efecto de dichos tratamientos sobre la recuperación de distintos componentes funcio nales y estructurales de la vegetación y la fauna (e.g. presencia de dispersores o establecimiento de renovales). Trabaja mos con los campesinos de la zona para el codesarrollo de líneas de investigación a largo plazo. Aunque la reproducción asexual podría ser ventajosa para incluir en las estrategias de restauración porque las especies podrían reproducirse en un tiempo menor (en comparación a las obtenidas por reproducción sexual), la dificultad del enraizamiento de estacas verdes limita por ahora su uso.
La crítica situación ambiental de mu chos bosques remanentes del Chaco seco evidencia la necesidad de restaurar áreas degradadas y recuperar su funcionali dad. Recomendamos que estas conclu siones y recomendaciones basadas en evidencias sean consideradas en futuros programas de restauración a largo plazo de sitios degradados por ganado en el Chaco seco.