Introducción
Desde hace, por lo menos, 2400 años 14C AP la zona de los bajíos ribereños meridionales (en adelante BRM) estuvo densamente ocupada por grupos cazadores recolectores con organizaciones socialmente complejas (Loponte, Acosta & Mucciolo, 2012). Estos grupos se hallaban inmersos en un proceso creciente de intensificación económica que implicó la ampliación del espectro de los recursos explotados, conductas de almacenamiento y consumos diferidos, el surgimiento de estrategias territoriales para los espacios productivos y el desarrollo de prácticas agrícolas de baja escala y/o manipulación de algunas especies vegetales silvestres y/o semidomesticadas (Acosta & Loponte, 2013; Loponte, 2008). La producción de una tecnología de alto costo como es el caso de la alfarería (Acosta & Loponte, 2013; Loponte, Acosta & Musali, 2004) fue indispensable para maximizar el retorno energético de los alimentos y mejorar su calidad nutricional. Los estudios realizados sobre la tecnología cerámica han demostrado una gran homogeneidad en la composición de las pastas (Pérez & Montenegro, 2009) y las técnicas de manufactura (Pérez, 2016; Pérez & Cañardo, 2004). Sin embargo, los rasgos más visibles de la cerámica, tales como la decoración, presentan una mayor variabilidad a través del tiempo y el espacio (Ali, 2016; Loponte, 2008; Rodrigué, 2005).
A partir de aproximadamente 1100 14C AP, el registro arqueológico sugiere un aumento demográfico que pudo haber generado la conformación de grandes núcleos poblacionales, como así también procesos de fusión/fisión y niveles de asimilación y/o fragmentación social entre los grupos cazadores recolectores (Acosta & Loponte, 2013; Loponte, 2008). Dentro de este contexto, se ha planteado la existencia de dos linajes arqueológicos o clusters que se solaparon en tiempo y espacio y están diferenciados, como mínimo, hace alrededor de 1600 años 14C AP. Los linajes constituyen paquetes de rasgos definidos por diferentes propiedades del registro arqueológico y poseen una trayectoria evolutiva (Loponte, 2008; Loponte et al., 2012; Loponte & Acosta, 2015). El primero, informalmente denominado Grupo Cerámica Lisa (GCL), ha reflejado una dieta basada en la pesca y un componente menor de vegetales según los resultados de numerosos conjuntos faunísticos y de datos isotópicos (Loponte, 2020). En estos contextos se recuperaron también tembetás en forma de T, los cuales habrían poseído un valor simbólico en la identificación de la pertenencia social de los individuos. Los conjuntos líticos de este grupo presentan una escasa cantidad de artefactos en los sitios del valle del Paraná, y una mayor frecuencia en aquellos sitios adyacentes o más cercanos al río Uruguay inferior, cuya materia prima corresponde a las calizas silicificadas de la Formación Puerto Yerúa/Mercedes. Tipológicamente corresponden en su mayoría a lascas de filo natural y a puntas de proyectil que parecen haber sido obtenidas por intercambio. En este último caso, la mayoría están confeccionadas con rocas provenientes del interior de la región pampeana (ortocuarcitas y calcedonias) (Loponte, Tchilinguirián & Sacur Silvestre, 2011). La alfarería de este grupo presenta cuencos y escudillas de escaso volumen de contención, y prácticamente todos los conjuntos cerámicos son lisos y, en aquellos pocos fragmentos que eventualmente presentan incisiones decorativas, los trazos son sumamente irregulares (Loponte, 2008, 2020; Loponte, Acosta & Tchilinguirián, 2016). También se han observado recientemente otras particularidades en este grupo, tales como una cantidad distintiva de instrumentos óseos decorados, y cambios entésicos particulares de diferente grado y alcance en los restos humanos (Buc, 2019; Mazza, 2019).
El segundo linaje, informalmente denominado Grupo Cerámica Incisa (GCI), ha sido definido por poseer una menor incidencia de los peces y una mayor proporción de vegetales en la dieta. En estos contextos hay una mayor cantidad de artefactos líticos confeccionados con materias primas preferentemente procedentes del interior de la llanura pampeana y no se han detectado tembetás en forma de T. La alfarería, si bien presenta formas semejantes al linaje anterior, posee una alta proporción de cerámica decorada a través de la técnica de incisión con patrones geométricos bien definidos y ejecutados (Loponte, 2008, 2020; Loponte et al., 2016).
En este trabajo nos proponemos analizar la colección cerámica del sitio El Cazador 3 (en adelante ECS3), ubicado en el partido de Escobar (Figura 1) dentro de la zona de BRM. Esta colección se compone del total de tiestos procesados y analizados hasta el momento y constituye un tercio del total de los restos cerámicos extraídos en el sitio. A partir del desarrollo de diferentes investigaciones sobre artefactos óseos (Buc, Silvestre, Acosta & Loponte, 2017), objetos ornamentales (Acosta, Buc & Davrieux, 2015a) y restos arqueofaunísticos (Ali, Álvarez Cortina, Rombolá & Benzan, 2019) se ha vinculado a ECS3 con el Grupo de Cerámica Lisa mencionado anteriormente. Nuestro objetivo aquí consiste en analizar las variables morfológicas y decorativas de la alfarería de este conjunto y comparar estos resultados con otros sitios de cronologías similares y pertenecientes al mismo linaje.
El sitio arqueológico
Durante el año 2011 se efectuaron tareas de rescate en el partido de Escobar, excavándose los sitios El Cazador 1, 2 y 3 (Loponte, 2014). Los mismos se ubican en los bajíos ribereños meridionales, o planicie estuárica (Bonfils, 1962; Pereyra et al., 2004), sobre una de las crestas de playa, localmente conocidas como albardones producto de la regresión marina del Holoceno Medio (Figura 2).
La excavación del sitio 3 se planteó mediante cuadrículas contiguas que abarcaron tanto el sector central del sitio como la periferia (previamente identificados en sondeos considerando la concentración de material), removiéndose 91 m3 de sedimento (Figura 3). Al igual que en otros depósitos arqueológicos de la zona, la estratigrafía presenta un horizonte A compuesto por un molisol donde se distribuye el material arqueológico (Acosta, Escudero, Feuilliet Terzaghi, Loponte & Pérez Jimeno, 2010; Loponte, 2008; Loponte & Acosta, 2011) hasta alcanzar el horizonte C que constituye un estrato compuesto por arenas de origen fluvial arqueológicamente estéril. Los sitios de BRM han sido interpretados como un registro promediado de actividades realizadas durante una o varias ocupaciones dentro de un rango temporal establecido a través de fechados radiocarbónicos (Loponte & Acosta, 2003). La ausencia de laminación en los suelos del área impide identificar unidades microestratigráficas discretas, por esta razón se considera a los depósitos como palimpsestos cuyas potencias máximas promedio oscilan entre 50 y 60 cm (Loponte, 2008). No se han encontrado áreas diferenciadas dentro del sitio, por lo que, al igual que otros sitios de BRM, ha sido interpretado como un loci de actividades múltiples (Loponte & Acosta, 2003; Acosta et al., 2010). Se obtuvieron cuatro fechados radiocarbónicos en el sitio a distintas profundidades que abarcan desde el nivel artificial de extracción de 10-20 cm hasta el nivel más profundo (60-70 cm) (Acosta et al., 2015a; Loponte, 2014) (Tabla 1). Tres de ellos son estadísticamente indiferenciables, los cuales señalan que el conjunto de ECS3 se depositó en un evento principal de ocupación y descarte, o varios escasamente separados en el tiempo. Un cuarto fechado, si bien está desplazado de los anteriores, refleja rangos calibrados que se superponen.
Tal como sucede con otros sitios del área, los procesos de remontaje de las vasijas, que acoplan fragmentos de distintos niveles artificiales de extracción, son concurrentes con eventos centrales de descarte y/o la existencia de eventos escasamente separados en el tiempo pero sustancialmente mezclados. A lo largo de todos los niveles de extracción, la alfarería no muestra cambios estilísticos ni tecnológicos. Todo ello sustenta el análisis del conjunto como una unidad agregativa. Los análisis preliminares señalan que los materiales recuperados reflejan la existencia de uno o varios campamentos centrales de grupos de cazadores-recolectores complejos del Holoceno Tardío, donde se manufacturaron y utilizaron artefactos óseos, líticos y recipientes de cerámica, se realizaron el procesamiento final y consumo de las presas, y se efectuaron inhumaciones (Loponte, 2014).
Edad radiocarbónica | Especie | Muestra datada | Código de laboratorio |
---|---|---|---|
1091±43 (1) | L. guanicoe | Hueso | AA 103656 |
1063±46 (2) | L. guanicoe | Hueso | AA 103657 |
1031±36 (3) | H. sapiens | Hueso | AA 97464 |
921±43 (4) | B. dichotomus | Hueso | AA 97470 |
(1) y (2) tomados de Acosta, Buc, Ramírez, Prevosti y Loponte (2015b); (3) Tomado de Mazza y Loponte (2012); (4) Tomado de Loponte y Corriale (2013).
Marco teórico
Distintos autores agrupados en la corriente de la Antropología de la tecnología como Lechtman (1977) y Lemmonier (1986) han considerado que la tecnología tiene un papel predominante en la conformación de identidades, aunque no necesariamente es un proceso consciente, sino que, por el contrario, es parte del habitus practicado y reproducido por los individuos que forman parte de una misma comunidad (Dietler & Herbich, 1998). Se emplea el concepto de estilo tecnológico para denotar la presencia de información estilística en todas las elecciones que realizan los/as artesanos/as durante las diferentes etapas de la cadena operativa durante el proceso productivo (Lemmonier, 1986). Se ha planteado que las etapas iniciales presentan rasgos transmitidos durante el proceso de aprendizaje primario (primary forming, sensuRye, 1981) y, por lo tanto, reflejarían facetas de la identidad más conservadoras frente al cambio. Por el contrario, las técnicas decorativas, que pueden ser transmitidas después de dicho proceso de aprendizaje, demuestran facetas de la identidad más situacionales o temporarias (Gosselain, 2000). En la región bajo estudio, la alfarería presenta pastas, técnicas de manufactura y tipología de formas que reflejan una gran homogeneidad, por lo tanto, existiría un proceso de aprendizaje primario compartido entre todos los grupos. Sin embargo, el estudio de los aspectos decorativos, que muestra notables diferencias espacio-temporales, nos puede brindar información sobre procesos sociales más dinámicos como el aumento demográfico planteado para la región, que habría mostrado un pico máximo alrededor de ~ 1100 años 14C AP. En este proceso se ha planteado un escenario de mayor fragmentación social y competencia por los espacios más productivos en los BRM. La información sobre los rasgos iconográficos de la alfarería en conjunto con el estudio de otros aspectos del registro material como las prácticas mortuorias, el desarrollo de las tecnologías líticas y óseas, la distribución de objetos ornamentales, diferentes estrategias de explotación del ambiente, entre otros, nos permitirá observar si en este contexto se pudieron desarrollar conductas territoriales y límites sociales más estrictos.
Metodología y materiales
El estudio de la colección cerámica de ECS3 se encuentra en curso. Hasta el momento se han analizado un total de 11431 tiestos, lo cual representa aproximadamente un tercio del conjunto cerámico recuperado. La alfarería de este sitio, al igual que en los BRM, se caracteriza por tener un elevado grado de fragmentación (Loponte, 2008; Rodrigué, 2005). En este sentido, se ha optado por tomar la estimación de Equivalentes de Vasijas (EVE) (Adroher Auroux et al., 2016; Orton, Tyers & Vince, 1997) que define cada fragmento de borde como una porción de la vasija completa, calculado a partir del porcentaje del fragmento respecto a los 360° del total de la circunferencia de la boca. La reconstrucción de las vasijas de esta zona ha reflejado formas de cuencos y escudillas con perfiles simples (Loponte, 2008), por lo tanto, consideramos que esta estimación es útil al emplear mediciones sobre los bordes, que constituyen los fragmentos diagnósticos en este tipo de morfologías. Si bien se han llevado a cabo tareas de remontaje, son pocos los casos en los que se ha logrado la reconstrucción de recipientes y estas tareas resultan más dificultosas en colecciones como ECS3 que posee una alfarería mayoritariamente lisa. Por esta razón, consideramos que el cálculo de EVE permite obtener mejores resultados en menor tiempo ya que, a diferencia de otras estimaciones, como el Número Mínimo de Vasijas (NMV), busca sumar porcentajes de la misma tipología sin esperar que se unan o formen parte de una misma pieza (Adroher Auroux et al., 2016). Este proceso es relevante para comprender la composición de la muestra de este sitio a la vez que aporta una base de estimación comparativa para utilizar con otros sitios de BRM.
En el análisis de la alfarería de ECS3 se han tomado en consideración tanto variables morfológicas como decorativas. En el primer caso se han analizado el espesor, el diámetro de boca, y el tipo de labio de los bordes tomando las definiciones de la Primera Convención de Antropología (1966) y la forma de la vasija (no restringida o abierta y restringida) sensuShepard (1985 [1956]). Además, se ha relevado el espesor de una muestra aleatoria de cuerpos (n = 859). En el caso de la decoración se han distinguido las técnicas de pintura y/o incisión, así como también su lugar de aplicación en las caras interna o externa de bordes y cuerpos. En el caso de la incisión se ha tomado la clasificación de Rodrigué (2005) que distingue las técnicas de línea continua, surco rítmico, quebrado y punteado, entre otras, y se han identificado motivos iconográficos simples o complejos, considerando como simples a aquellos conformados por una sola figura geométrica y complejos a aquellos que se componen de la combinación de distintas figuras (Kusch, 1991).
Resultados
Características generales de la muestra
La colección cerámica de ECS3 que ha sido analizada se compone de 2049 bordes, 9375 cuerpos y 7 fragmentos planos de bases. A través de la Estimación de Equivalentes de Vasijas (EVE) se han contabilizado 65 vasijas a partir de 1746 fragmentos de bordes. Se debe considerar que, por la elevada fragmentación de la muestra, en un 25 % de los casos no fue posible determinar el diámetro de la boca y el porcentaje de circunferencia debido al tamaño pequeño del tiesto. Por esta razón, esta estimación debe ser tomada como un número mínimo dentro de la muestra analizada.
La colección cerámica de ECS3 presenta características similares a otros conjuntos provenientes de sitios de los BRM. En general, la alfarería de esta zona ha sido manufacturada a través de la técnica de rollos y el modelado para confeccionar diseños semiesféricos y globulares y se ha propuesto que la producción cerámica ha sido local a partir de estudios petrográficos (Capdepont & Bonomo, 2012; Pérez & Cañardo, 2004) y la presencia de bollos pequeños sin quemar. En la colección analizada en este trabajo, los fragmentos de borde reflejan en su mayoría perfiles abiertos cuyas formas han sido descriptas como escudillas bajas de perfiles abiertos y escudillas profundas de perfiles rectos (Pérez, 2016), aunque también se han identificado vasijas con picos vertederos y alfarerías gruesas y tubulares de perfiles cerrados en menores proporciones (Figura 4).
Variables morfológicas
En el conjunto de ECS3, el 95 % de los fragmentos de bordes corresponden a vasijas de perfiles abiertos que se corresponden con las tipologías mencionadas anteriormente, las morfologías de perfiles cerrados son minoritarias.
Se ha planteado que las formas y el espesor de las vasijas influyen en la eficacia calorífica de éstas, es decir a mayor grosor de las paredes de las piezas y mayor apertura de los cuencos disminuye la capacidad de transferencia y contención de calor de las mismas (Schiffer & Skibo, 1987). La forma de las vasijas y los rastros de hollín observados nos permiten interpretar que el conjunto de ECS3 se compone mayoritariamente por vasijas empleadas para cocinar. Además, se han realizado análisis de ácidos grasos en fragmentos cerámicos de otros sitios de BRM donde se han observado restos de alimentos ( Pérez, Acosta, Naranjo & Malec, 2013).
Tomando en consideración que la mayor parte del conjunto se compone de fragmentos de vasijas utilitarias, se han analizado en conjunto las variables de espesor y diámetro de boca en fragmentos de borde con la finalidad de evaluar el conocimiento técnico de los/as alfareros/as en la producción de esta tecnología. En este sentido, se han considerado las categorías empleadas por Ottalagano, Darigo, Pereyra, Brancatelli y Iannelli (2015): diámetro de boca chico (menor a 18 cm), mediano (19 a 30 cm) y grande (mayor a 30 cm) y espesor delgado (menor a 3 mm), mediano (3 a 6 mm), grueso (6 a 9 mm) y muy grueso (mayor a 9 mm). Los resultados de este trabajo para el sitio La Palmera 2, ubicado en la provincia de Entre Ríos, han reflejado una tendencia de aumento en el grosor de las paredes a medida que aumenta la dimensión de la vasija (Ottalagano et al., 2015). La relación entre la forma (restringida o no restringida) y el tamaño de abertura de una vasija esta habitualmente asociada con el volumen que ésta puede contener (Ottalagano et al., 2015). A partir de remontajes realizados sobre tiestos cerámicos de otros sitios de BRM, se ha inferido una altura de 14 a 17 cm para vasijas con un diámetro de boca mediano, y se ha calculado un volumen interno de 2787 cm3 (Loponte, 2008). En el caso de la colección cerámica de ECS3 observamos, por una parte, que los espesores de los bordes se concentran en un 78 % en la categoría mediana (3 a 6 mm) y, por otra parte, el diámetro de boca presenta una proporción similar en las categorías chico (menor a 18 cm) y mediano (entre 19 a 30 cm) (Tabla 2).
En este sentido, se plantea como hipótesis que los/las artesanos/as han realizado un esfuerzo por mantener estable el grosor de las paredes de las vasijas a pesar de tener diferentes tamaños. Es decir, se han realizado mayores esfuerzos técnicos en vasijas de mayor capacidad de volumen para mantener la eficacia calorífica de las piezas (Pérez, 2016). Sin embargo, cabe destacar que se observan proporciones levemente más altas de espesores delgados en vasijas de diámetro de boca chico y de espesores gruesos en vasijas de diámetro de boca grande, lo que podría reflejar una incidencia del tamaño de las vasijas en el espesor de las mismas. Será importante avanzar en el remontaje de las vasijas de la zona de BRM para confirmar si a mayor tamaño de las mismas, aumenta el diámetro de boca y el espesor se mantiene constante entre los 3 a 6 mm como se ha planteado tentativamente aquí.
Espesor | TOTAL | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
Delgado (< 3 mm) | Mediano (3-6 mm) | Grueso (6-9 mm) | Muy grueso (> 9 mm) | |||
Diámetro de boca | Chico (< 18 cm) | 22 | 419 | 81 | 6 | 528 |
4.17 | 79.36 | 15.34 | 1.14 | 100 % | ||
Mediano (19-30 cm) | 17 | 424 | 92 | 3 | 536 | |
3,17 | 79,10 | 17,16 | 0,56 | 100 % | ||
Grande (> 31 cm) | 2 | 199 | 58 | 1 | 260 | |
0,77 | 76,54 | 22,31 | 0,38 | 100 % |
Además, se ha relevado el tipo de labio que presentan los bordes y se ha observado que aquellos con terminaciones convexas y oblicuas dominan el conjunto en proporciones similares, 51 % y 44 % respectivamente. Mientras que los labios con terminaciones rectas son los minoritarios en el conjunto, con un 3 % de representación.
Por otra parte, a diferencia de las vasijas de uso doméstico, dentro del conjunto también se han identificado fragmentos pertenecientes a las morfologías de alfarerías tubulares y/o alfarerías gruesas con forma acampanada. En ambos casos, se ha observado el mismo bauplan en la forma de producción y decoración de estas piezas que se caracterizan por tener perfiles restringidos con paredes gruesas que presentan entre 10 a 45 cm de largo y son abiertas en ambos extremos (Loponte et al., 2019). Históricamente, se han presentado hipótesis tanto funcionales como simbólicas para explicar su elaboración y uso en las poblaciones de la cuenca media e inferior del río Paraná (Frenguelli, 1927; Gaspary, 1945; Lothrop, 1932; Serrano, 1972; Torres, 1910). Actualmente, a través de la aplicación de diferentes análisis arqueométricos, se ha planteado su utilización dentro de la esfera simbólica de los grupos cazadores recolectores (Loponte et al., 2019). En el caso del sitio ECS3 se han identificado 32 fragmentos de esta tipología, y en dos bordes se ha observado la presencia de apéndices sólidos agregados en el sector del labio (Figura 5 y Figura 6).
Por último, también se destaca la presencia de cinco fragmentos de vertederas de morfología tubular que se encuentran adyacentes al borde de vasijas utilitarias de perfiles abiertos. Estos fragmentos han sido mencionados en la bibliografía como asas tubulares o picos vertederos (Frenguelli & Aparicio, 1923; Serrano, 1972) y son frecuentes en los contextos locales (Loponte, 2008; Lothrop, 1932). En estos casos los orificios poseen un diámetro que se establece entre los 11 y los 19 cm y habrían formado parte de vasijas utilitarias cumpliendo con la función de servir líquidos. En dos casos se ha observado la decoración de estas piezas con muescas o bordes con formas escalonadas asociadas a la presencia de estos picos (Figura 6).
Variables decorativas
Como se ha mencionado anteriormente, el conjunto cerámico del sitio ECS3 presenta una cerámica predominantemente lisa, donde los bordes decorados conforman el 6,4 % del total. De este subconjunto, el 81,2 % presentan aplicación de pintura y los restantes (18,8 %) son fragmentos incisos. En los fragmentos de borde que presentan pinturas se ha observado la aplicación de pigmentos principalmente sobre ambas caras (42 %) o en la cara interna (35 %) y en menor medida, sólo en la cara externa (23 %). En la mayoría de los casos se han empleado pinturas de color rojo (58 %) aunque se han identificado también fragmentos de borde con decoración en color blanco (39 %) o negro (3 %). Por otra parte, los bordes con presencia de incisión componen menos del 1 % del total de bordes y reflejan en más de la mitad del conjunto el empleo de la técnica de línea continua (55 %) y, en menor proporción, de surco rítmico (18 %) y quebrado (22 %). En el caso de los cuerpos, los tiestos decorados alcanzan un porcentaje del 2,43 % y si nos concentramos en aquellos incisos disminuye al 0,25 %. Tal como sucede en otras colecciones cerámicas de la zona, la incisión es realizada en el sector cercano al borde y se presenta generalmente en la cara externa, aunque se destacan algunos fragmentos de cuerpo con decoración incisa sobre la cara interna (Figura 7). Los motivos identificados son simples con líneas de zigzag y líneas horizontales aunque se han identificado seis tiestos con motivos complejos. Cabe destacar que la ejecución de los motivos refleja trazos irregulares con un manejo asimétrico de las proporciones (Figura 7).
Discusión
El sitio ECS3 constituye un asentamiento de grupos cazadores recolectores complejos que presenta similitudes con los contextos de otros sitios ubicados en la región, desde el tramo inferior del río Uruguay hasta el estuario medio del Río de La Plata y dentro del bloque 1600 - 600 años 14C AP. Este conjunto muestra todas las propiedades asignadas al cluster Grupo Cerámica Lisa (Loponte, 2008, 2020; Loponte et al., 2012). En los BRM, los sitios que poseen contextos equivalentes corresponden a Guazunambí, Las Vizcacheras, La Bellaca sitios 1, 2 y 3 (Loponte, 2008) y otros que aún permanecen inéditos. En comparación con dichos sitios, se ha observado que los espesores de los cuerpos de las vasijas son similares en las colecciones de ECS3 (n = 859) y Guazunambí (n = 888), pero presentan diferencias con el sitio Las Vizcacheras (n = 998) (datos de Guazunambí y Las Vizcacheras tomados de Pérez, 2016) (Figura 8). En el caso de este último, las paredes de las piezas son en su mayoría más finas aunque la dimensión de las vasijas, estimada por el diámetro de boca, no demuestra la presencia de mayor cantidad de piezas de tamaño pequeño. Como ha sido mencionado anteriormente, las formas y el espesor de las vasijas influyen en la eficacia calorífica de éstas (Schiffer & Skibo, 1987). Por lo tanto, a diferencia de ECS3 y Guazunambí, en Las Vizcacheras los/las artesanos/as podrían haber estado confeccionando vasijas con paredes más delgadas, lo que podría estar reflejando un mayor esfuerzo para mantener una capacidad de transferencia de calor eficiente (Schiffer & Skibo, 1987).
Por otra parte, en relación al diámetro de boca, se observan resultados similares en los tres casos presentados, con una mayor concentración dentro del rango de los 14 a los 28 cm (Figura 9). Esta situación estaría reflejando exigencias de procesamiento similares, lo cual señala la existencia de conductas compartidas entre los/as alfareros/as y se incorpora como una propiedad más que permite identificar similitudes dentro de este grupo.
Como señalamos anteriormente, la proporción de cerámica incisa es una de las propiedades que permite diferenciar ambos linajes arqueológicos en la región junto con otras características del registro arqueológico. En este sentido, la cantidad de cerámica con bordes incisos dentro del conjunto de ECS3 es de tan solo 0,6 %, similar al porcentaje observado en Las Vizcacheras (0,44 %, n = 686) (Loponte, 2008), pero muy por debajo de lo observado en Guazunambí (2,78 %, n = 2015)11. En este último, la línea continua constituye la técnica de incisión predominante, ya que compone un 83 % del total de los fragmentos incisos y, en consecuencia, el surco rítmico, el punteado y el quebrado presentan una representación muy baja que no supera el 5 % en cada caso. En este aspecto se diferencia de ECS3 donde, si bien la técnica predominante también es la línea continua (55 %), hay una mayor representación del quebrado (22 %) y el surco rítmico (18 %). Por lo tanto, la decoración incisa dentro del linaje 2 estaría apareciendo, además de en una baja proporción, en una escasa estandarización en la forma de ejecución que podría responder a elecciones individuales de los/as artesanos/as. Esta situación contrasta notablemente con el linaje 1 o Grupo de Cerámica Incisa en donde se observa una elevada estandarización de las técnicas decorativas y motivos iconográficos compartidos (Ali, 2016; Loponte, 2008; Pérez, 2016).
Por último, cabe destacar que la elevada proporción de decoración de la alfarería en el Grupo de Cerámica Incisa resulta inversa a la presencia de decoración dentro de la tecnología ósea. Es decir, si bien dentro de este linaje se han hallado una gran variedad de artefactos óseos, la decoración de los mismos sólo ha sido identificada dentro del Grupo de Cerámica Lisa, principalmente en arpones y puntas ahuecadas (Buc, 2019). Por lo tanto, es posible pensar que dentro de cada linaje se han seleccionado diferentes soportes materiales de la cultura para demarcar límites sociales dentro de un proceso dinámico ocurrido hace 1100 años 14C AP. Los límites son elaborados subjetivamente dentro de un proceso de construcción social y pueden contar o no con un concomitante territorial (Barth, 1976). Las situaciones de contacto o intercambio son reguladas socialmente entre los grupos, en este sentido, por un lado, existen situaciones permitidas de articulación dentro de determinadas actividades y, por otro lado, hay sanciones que prohíben la interacción aislando ciertos segmentos de la cultura de posibles confrontaciones o modificaciones. En este sentido, Wiessner (1983) plantea el uso del estilo dentro del proceso de comparación social, es decir, lo que el grupo busca denotar como su propia identidad y lo que denotan los individuos para diferenciarse entre ellos. Algunos aspectos de la tecnología pueden estar siendo utilizados intencionalmente para denotar identidad y otros no necesariamente forman parte de un proceso consciente sino que es parte del habitus practicado y reproducido por una misma comunidad (Dietler & Herbich, 1998).
En el análisis de los rasgos morfológicos de la alfarería de los BRM se refleja un estilo tecnológico transmitido durante el proceso de aprendizaje primario (primary forming, sensuRye, 1981). En el caso de ECS3, las variables morfológicas reflejan un patrón semejante al resto de los conjuntos cerámicos de la zona de ambos linajes. En cambio, en relación con las variables decorativas, además de una baja proporción de decoración, no se observa la existencia de técnicas ni motivos iconográficos normatizados hacia el interior de la colección ni tampoco en comparación con otros sitios de este mismo grupo. Por lo tanto, en el caso del Grupo de Cerámica Lisa, la tecnología ósea y los objetos ornamentales podrían estar cumpliendo este rol en el proceso de comparación social, que en el Grupo de Cerámica Incisa se refleja a través de la decoración cerámica (Wiessner, 1983). La selección de diferentes soportes materiales demuestra la conformación de límites sociales sobre situaciones de articulación permitidas socialmente y, también, sobre sanciones que prohíben ciertos segmentos de la cultura (Barth, 1976).
El estudio de la alfarería, en conjunto con otras líneas de evidencia, producida por los grupos cazadores recolectores durante los últimos 1100 años 14C AP nos permitirá profundizar en la comprensión de la conformación de estos límites durante un proceso dinámico de mayor competencia por explotar los espacios más productivos y mayor fragmentación social.
Conclusiones
El estudio de la colección cerámica de ECS3 ha permitido vincular, desde diferentes líneas de evidencia, este asentamiento con un conjunto de sitios arqueológicos de los BRM agrupados dentro del linaje 2 o Grupo de Cerámica Lisa. El análisis de la alfarería nos ha permitido comprender qué rasgos de esta tecnología reflejan prácticas compartidas, como las variables morfológicas, y qué rasgos poseen mayor variabilidad, como los decorativos, en comparación con sitios de esta agrupación. Esta mayor variabilidad en los diseños iconográficos y las técnicas decorativas pueden responder a elecciones individuales como consecuencia de una baja normatividad social. En el caso del linaje 1, la elevada estandarización de las técnicas de incisión y la presencia de motivos iconográficos compartidos, refleja una elevada normatividad en el estilo decorativo. Por el contrario, en el linaje 2, la tecnología ósea y la presencia de objetos ornamentales particulares como los tembetás podrían ser materiales sobre los cuales los grupos humanos establecieron normas estilísticas más estrictas para demarcar el establecimiento de límites sociales. Será importante seguir avanzando en el estudio de los sitios del área para contrastar el modelo planteado para la zona que propone la presencia de dos grandes linajes o grupos de cazadores recolectores que establecieron diferentes estrategias de ocupación, desarrollo tecnológico y explotación del ambiente. El avance en el estudio de la colección cerámica de ECS3 nos brindará mayor información sobre el escenario dinámico de interacción social establecido entre estos grupos hacia el final del Holoceno.