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Cuaderno urbano

versión On-line ISSN 1853-3655

Cuad. urbano vol.8 no.8 Resistencia dic. 2009

 

ARTÍCULOS ARBITRADOS

Resonancias mediáticas de transformaciones urbanas en Posadas, Misiones

 

Elena Maidana y María del Rosario Millán

Elena Maidana
Elena Maidana es Magíster en Antropología Social. Docente. Departamento de Comunicación Social. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Misiones. Investigadora: directora del proyecto "Espacio, Comunicación y Cultura III: movilidades/inmovilidades de cuerpos y signos en espacio social público de una ciudad en transformación".

María del Rosario Millán
Es Licenciada en Comunicación Social. Becaria del CONICET.

Recibido: 07-04-09 - Aceptado: 16-05-09

 


Resumen

En este artículo reseñamos brevemente los procesos de urbanización de la ciudad de Posadas, Misiones, Argentina y caracterizamos sintéticamente la dinámica socio espacial que presenta actualmente. En este marco, describimos el tratamiento mediático que reciben ciertas obras públicas de intervención sobre el espacio costero, en contraste con el otorgado a la situación generada por políticas de vivienda que tienden a la formación de periferia periurbana y a la relocalización compulsiva de pobres urbanos. Asimismo, se exponen los resultados de varios encuentros realizados con vecinos en los que, a partir de la lectura de la Carta Orgánica Municipal, se discutió y debatió acerca de la situación de la ciudad y, específicamente, sobre espacio público y participación ciudadana.

Palabras claves Urbanización, medios de comunicación, espacio.

Abstract

In this article we briefly reviewed the processes of urbanization of the city of Posadas, Misiones, Argentina, and synthetically characterize the social and spatial dynamic the city exhibits at this moment. We describe the media's treatment of certain projects and public policies being implemented on the riparian side of the city, and contrast it with the treatment of the situation generated by housing policies that tend to develop a new urban periphery and the compulsive relocation of urban poor. We also reproduce the results of meetings held with neighbors in which, on the basis of Municipal Ordinances, the city's actual situation and, specifically, its public space and citizen participation were discussed and debated.

Keywords Urbanization, media, space.


 

INTRODUCCIÓN

Reurbanizaciones recientes, producto sobre todo del despliegue de dos líneas principales de obras públicas, vienen modificando la traza y trama de la ciudad de Posadas, capital de la provincia de Misiones. La recuperación y remodelación de la costa y el centro, por un lado, y la construcción de conglomerados habitacionales en las periferias del departamento, por otro, están desencadenando cambios profundos en el patrón de asentamiento de la ciudad, así como en las condiciones de vida de poblaciones directamente afectadas por la implementación de proyectos para la región (represa Yacyretá). Los medios de comunicación operan en dicha dinámica como selectivas y clasistas cajas de resonancia. Reforzando tipologías sociales, contribuyen a sostener las topografías emergentes. Aproximarnos a esos movimientos de modo más bien indiciario y exploratorio es lo que nos proponemos en este artículo, a partir de la correlación de las urbanizaciones en curso y su puesta discursiva en la agenda mediática local1.

LA PRODUCCIÓN CAPITALISTA DEL ESPACIO

La urbanización moderna ha sido funcional a la emergencia y despliegue del capitalismo. La localización vía concentración de las fuerzas productivas en aglomerados urbanos y la circulación-expansión vía innovaciones constantes en los medios de transporte y de comunicación que ayudaran a superar los obstáculos espaciales y aniquilar el espacio mediante el tiempo han sido tendencias generalizadas del capitalismo (Harvey 2007). La producción del espacio devino más que nunca en un proceso dinámico y de luchas que hizo de las ciudades un epicentro geográfico estratégico para el proceso de acumulación. Es por eso que la urbanización como proceso priorizado de producción, organización, regulación y gestión capitalista del espacio no ha escapado a los avatares de la historia moderna, no ha dejado de estar signada por los cambios en el propio régimen de acumulación del capital.

Y si en un momento histórico, vinculado sobre todo con el modo fordista de acumulación, la regulación de la concentración en las urbes acompañó al proceso de industrialización y la construcción de un espacio que necesitaba acercar y conectar capital, trabajo y Estado; la fábrica, la Nación y el obrero; el centro con los suburbios; lo público con lo privado; posteriormente, las crisis capitalistas, en especial la emergente a fines de los 70 y la búsqueda de soluciones a la misma por parte del capital, signaron los cambios en el régimen de acumulación2. Se favoreció así la emergencia de un nuevo paradigma de urbanización, esta vez con una industrialización mucho más deslocalizada y globalizada3.

Las ciudades intermedias, como Posadas, capital de la provincia de Misiones, no han quedado fuera de esos procesos actuales de reurbanización -publicitados como "remodelación" / "renovación" / "recuperación"- de las ciudades que, al mismo tiempo que favorecen la circulación del capital, plantean renovadas formas de control social.

Es así que un nuevo orden urbano está reconfigurando las coordenadas espaciales que han dado forma a la ciudad de Posadas. Esos procesos de urbanización se rigen por un régimen de organización espacial que tiende a erradicar antiguos rasgos de las ciudades intermedias: aquellos espacios de heterogeneidad social que circundaban su centro histórico. Como dice Barreto: "una de las viejas características de estas ciudades intermedias era que disponían en torno al casco céntrico primario de un espacio urbano residencial sumamente heterogéneo, en el que los diferentes niveles socioeconómicos estaban entremezclados, esto se debía principalmente al desarrollo de asentamientos depoblación pobre en las tierras urbanas intersticiales de bajo valor (Barreto, 2004: 126).

Los pobres urbanos, antiguos habitantes de la costa posadeña, ocupantes de zonas anegadizas e inundables pero cercanas al centro y por lo tanto a las fuentes de recursos para la supervivencia, fueron y siguen siendo relocalizados4 en complejos habitacionales que ya conforman un gran cinturón de periferia urbana, en un movimiento centrífugo que expulsa lo diferente: aquello que no coincide con el perfil urbano legitimado, lo que no ingresa en el circuito formal de la economía y no se ajusta al modelo de consumo deseado. Es decir, se busca remover de las áreas centrales (casco histórico y costa noreste) todo lo que impida elevar la renta del suelo en los nuevos nichos residenciales de la clase media, media alta; todo lo que no se encuadre en las actividades promovidas por la planificación y la promoción turística (moradores de escasos recursos, artesanos, vendedores ambulantes, jóvenes, indigentes, manifestantes políticos...).

Así avanza la lógica recursiva del capital (Harvey, 1998), que termina homogeneizando las ciudades con avenidas en las ciudades costeras, calles peatonales, nichos comerciales y espacios para el consumo en las áreas céntricas. En el caso de Posadas, además de la avenida Costanera, emblema de la obra pública y de la nueva fachada de la ciudad, lo que se viene registrando sobre el espacio costero -noreste particularmente- es el avance de actividades terciarias vinculadas con el mercado del ocio (restaurantes, locales bailables, comercios de artículos regionales), así como de emprendimientos inmobiliarios que tienden a elevar el valor del suelo.

El discurso urbanístico y político tiende a enmarcar este fenómeno como una oportunidad para el desarrollo, a partir de una publicitada nueva relación entre la ciudad y el río que permitiría aprovechar turística y energéticamente la posición estratégica de Posadas en el ámbito regional5. En esa nueva relación descansa la reurbanización -recuperación para el capital- del espacio costero, mediante una ocupación planificada de la costa que reemplazó a otra espontánea e informal, también producto de las dinámicas espaciales del capitalismo, pero de otro tiempo y con otros intereses.

PASADO Y PRESENTE DE UNA CIUDAD INTERMEDIA

La historia urbana de Posadas tiene orientaciones espaciales muy precisas. Nacida de las rutas comerciales y militares, sus comienzos oficiales coinciden con la emergencia y expansión de los Estados nacionales de la región. Así fue concebida desde diversas perspectivas confluyentes, como: punto de acceso a los recursos del alto Paraná y de reclutamiento de mano de obra local; ciudad capital, vínculo de la provincia con el resto del país; nudo de tráfico internacional. En tanto lugar de paso, lugar de cruce, se la ha definido casi siempre por sus funciones en relación con un espacio mayor: la Nación en la fase desarrollista, la región en la fase de integración económica. Todos estos rótulos han tratado de delimitarla a partir de sus funciones urbanas, de sus flujos migratorios o de su historia institucional, y cada uno de ellos forma parte de una manera de ver y entender lo urbano.

En relación con los procesos de urbanización, basándonos en estudios sobre la pobreza regional, entre otros estudios urbanos locales6, podemos describir sintéticamente las etapas que en su configuración dieron lugar a representaciones diferenciales de la misma.

1) Un primer período ligó el crecimiento de la ciudad con una estructura productiva asentada en el sector primario y dominado por capitales extra-regionales. Posadas fue un centro urbano clave para el desarrollo de dos actividades centrales del frente extractivo7: la ganadería y la extracción de materias primas del monte. En este período la ciudad se constituyó funcionalmente como nudo de caminos que concentraba el tráfico comercial y como cabecera para la organización de la explotación yerbatera, pero que dependía para la provisión de ciertos insumos de Encarnación, Paraguay. En esta etapa se realiza la primera mensura del territorio y el trazado del damero fundante de la ciudad. Por ese entonces, las pocas viviendas que se construyeron se ubicaban cerca del río, vía principal de conexión de la región con el resto del país y de acceso a los recursos que se extraían del Alto Paraná.

2) El segundo momento está ligado con la colonización del territorio y con la expansión agrícola. De allí que fueran factores de atracción urbana: el crecimiento del sector público, la concentración y diversificación de los servicios, el comercio y la construcción. Este crecimiento estuvo impulsado, en gran medida, por obras públicas como el ferrocarril, cuya extensión respondió en parte a una política de poblamiento como modo de defensa territorial. Aunque la red demoró en construirse y no se completó el trazado previsto (lo que determinó que las primeras oleadas de colonos de ultramar llegaran a la provincia por otros medios), el ferrocarril apuntaló a la ciudad como mercado concentrador y distribuidor regional de productos. La preferencia de las vías terrestres por sobre la fluvial (que había sido clave para el período extractivo anterior) impulsó asimismo el desarrollo urbano. Entonces, Posadas cobra importancia debido al crecimiento y crisis8 de la economía regional y se afianza como centro de consumo y servicios para la población del interior y sus habitantes. El casco fundacional se consolida como centro de la ciudad y se conforma una clase capitalista (empresarios agrícolas, industriales, comerciantes) que pronto se constituye en grupo de poder que defiende intereses locales en la economía regional, traducidos políticamente en las demandas por la provincialización del territorio, concretada en 1953. Esto propulsó un ensanchamiento de la administración pública, además de la conformación de sectores medios: comerciantes medianos, empleados estatales, maestros, bancarios; también una clase baja integrada por asalariados y trabajadores de la construcción, el comercio minorista, empleadas domésticas, etc. El crecimiento urbano se dirigió al Sur siguiendo las vías del tren e impulsado por la migración originada en la crisis del agro, que ocupó primero las zonas costeras inundables cercanas al casco céntrico y se desplazó luego hacia el sur. Los sectores de mayores ingresos se desplazaron paulatinamente hacia nuevos lugares de residencia, aprovechando los terrenos circundantes al casco céntrico y las zonas elevadas del territorio.

3) La tercera etapa se inicia a partir de 1960 en adelante, cuando la prolongada crisis del agro incrementó la migración hacia la ciudad de Posadas. Ya en los 80 grandes procesos reconfiguran la organización del espacio urbano, entre ellos: el impacto de grandes obras de infraestructura (puente Internacional, embalse de Yacyretá); ciertas políticas de integración fronteriza; asimetrías comerciales con el Paraguay; así como los efectos de las políticas de ajuste y descentralización del modelo neoliberal, acentuado en la década del 90. Todo esto provocó el crecimiento vertiginoso de la ciudad en un período de 30 años, a lo que se sumó el desplazamiento forzado de la población ubicada en las costas del río, la construcción de complejos habitacionales financiados por el Estado, especialmente en zonas periurbanas del oeste y sur de la ciudad. Otras de las obras fundamentales de este período fueron la remodelación del casco céntrico y la construcción de la avenida costanera (González Villar, Sintes, Báez, 2004).

En esta sintética periodización de los procesos de urbanización de la ciudad de Posadas se distinguen claramente dos patrones. El primero se asienta sobre un orden vertical (alto/ bajo) determinado fuertemente por las condiciones físicas del entorno natural. De acuerdo con el mismo, los sectores medios altos ocuparon las tierras altas del casco originario, mientras que la población de menores recursos ocupó las áreas bajas aledañas al río, pero cercanas al centro.

El segundo patrón plantea un movimiento centrífugo (según un eje horizontal adentro-afuera), que busca modificar la lógica y la orientación de los desplazamientos/emplazamientos de los sectores populares. Se libera la costa de esa presencia y al mismo tiempo se los obliga a movilizarse hacia lugares construidos por el Estado o el mercado. De esa forma, los antiguos ocupantes de la costa son desplazados forzadamente hacia lugares con escasa o nula infraestructura o con equipamiento urbano básico, pero lejos de los recursos laborales. Lo mismo vale para la población no relocalizada pero que accede a una vivienda por la vía de políticas habitacionales estatales. Lo que da como resultado "un proceso deperiferización de los conjuntos habitacionales" (Britez, 2006: 48).

Se apunta así a varios objetivos: limpiar la costa de obstáculos sociales y medioambientales, eliminar las distorsiones que los asentamientos creaban sobre el valor del suelo en los sectores centrales y consolidar la segregación espacial de las clases sociales. Esta reurbanización supone, por lo tanto, una reorganización igualmente clasista/desigual del espacio urbano, pero con un nuevo perfil. Se está pasando así del modo instersticial, complementario de configuración de la ciudad, a otro más contradictorio/antagónico sobre la base de la demarcación y ocupación de zonas urbanas pretendidamente homogéneas.

Además, esa (re)urbanización sin industrialización o modernización con exclusión (gorelik, 2004) colabora con el desenganche de los sectores populares de la economía formal. Es decir, lo que plantea la reconfiguración espacial es la construcción de un nuevo régimen de marginalidad. Ya no se necesita ubicar dentro de la ciudad a los sectores empobrecidos, sino expulsarlos de la centralidad de la misma. Se efectiviza así un movimiento espacial y social vinculado con el actual paradigma de urbanización9 y también con los impactos socioculturales y medioambientales de la construcción del megaproyecto energético de Yacyretá (otra forma de acumulación del capital).

Es que en Posadas ese proceso está signado a la vez por la alianza entre capital y Estado y por el impacto de la represa. No es posible comprender la traza/trama urbana actual de la ciudad sin considerar el proceso iniciado en 1973 con la firma del Tratado de Yacyretá. A esta altura es innegable la presencia y peso político de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) en la administración y gestión de la ciudad.

La reurbanización aludida se concreta, en términos generales, mediante dos líneas principales de obras públicas. La primera se orienta a la remodelación del espacio urbano costero y céntrico, en particular con intervenciones que apuntan a la creación de espacio público (a partir de un determinado modelo y concepción del mismo) que ha impulsado las actividades comerciales recreativas en dichas zonas. Esta línea se rige por un determinado modelo que puede ser sintetizado del siguiente modo:

1) Selección de zonas por remodelar y recuperar (sobre todo la costa y el centro), en función del nuevo paradigma de las políticas urbanísticas estatales enmarcadas en el actual régimen de acumulación del capital. Se produce así una apropiación del suelo que posibilita negocios inmobiliarios, comerciales y de recreación en zonas generalmente costeras, brillantes y que son sometidas a procesos de estetización y embellecimiento (M otto, 2005).

2) Erradicación de la población (pobres urbanos) que ocupaba esos espacios.

3) Ejecución pública-privada de los proyectos urbanísticos de remodelación.

4) Transformación de esos espacios en urbanizaciones de/para sectores con poder de consumo ("zona recreativa", apta para el mercado de la diversión y para el turismo recreativo).

La segunda se orienta a la construcción de viviendas estatales de interés social ubicadas en las zonas periurbanas del departamento capital, basada en un sistema de acceso a la vivienda según una estratificación socioeconómica de la demanda.

Obra en construcción. Remodelación de la plaza 9 de Julio. Foto: Sonia Alfaya
Actividades recreativas en la zona costera Foto: Municipalidad de la ciudad de Posadas
Barrios construidos por la EBY Foto: EBY

'Tales medidas intentan atacar paulatinamente los efectos, antes que las causas reales de los problemas surgidos como consecuencia del déficit habitacional (..). Visión en la que los aspectos relacionados con la calidad de vida (elementos cualitativos) que deben ofrecer o garantizar las políticas no son asumidos y por ende son excluidos. La política habitacional integral, en este sentido, fue reducida a una simple política de techos, haciendo referencia a la casa objeto, desprovista de servicios colectivos urbanos" (Britez; 2006: 28-29).
Barrio Ciudad Perdida. Los problemas de agua son frecuentes en los barrios de la periferia Foto: María Millán

 

Con la reurbanización en marcha cambió pues la topografía de la pobreza urbana. Como lo indicamos, el Estado y el capital vienen siendo los principales productores de la periferia actual de Posadas. Allí se concentran sectores sociales que se han desconectado como nunca antes de la economía formal.

Entre estas dos orientaciones, una tercera línea de obras públicas se ocupa de la pavimentación y construcción de calles y avenidas. Todas estas líneas suponen la intervención de distintas esferas estatales que se reparten la producción del espacio urbano y la gestión de la obra pública (Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional, Vialidad Provincial, vialidad Nacional, EBY).

EN PRIMERA PLANA: LA NUEVA FACHADA DE POSADAS

"Los medios y tecnologías de la comunicación son cajas de resonancia, conectores y espacios de condensación donde se propagan los ecos de las diversas escenas culturales y por extensión de las escenas políticas a las que no sólo consolidan como soportes de discursos referidos sino también al producir las condiciones de aceptabilidad deprácticas y gestiones concretas!' (Piccini, 1987: 58-59)

En cuanto a la primera línea descrita, distintas reformulaciones de las ideas generales del Plan Posadas10 (1972) conservan como argumento de sus propuestas la voluntad de diseño expresada en dicho documento: desarrollar la ciudad paralela al río. Pero como toda reformulación supone decir otra cosa del mismo modo, los proyectos subsiguientes, ejecutados y no ejecutados, transformaron esa idea hasta llegar a la versión final concretada por el Proyecto Tratamiento Costero (PTC), que apunta a proyectar el centro sobre el área costera11.

En este proyecto tal acción de intervención está orientada a fomentar la instalación de actividades terciarias en la costa noreste de la ciudad y a la museificación de antiguas referencias espaciales (Puerto, Estación de Trenes). El parque urbano que se conformará en este sector incluye la Villa Cultural La Estación, cuyos componentes temáticos son: un Museo Ferroviario, un Miniteatro, Talleres albergues para artesanos y la reconstrucción de la Estación de Trenes. En este espacio también se proyectó un campo deportivo y la reubicación del Mercado Modelo La Placita (Municipalidad de Posadas, 2008).

Por supuesto que todas estas obras no se realizan con el consentimiento pleno de todos los habitantes. Ya sea por la resistencia a la relocalización o el reclamo de afectados ya reubicados (ambas prácticas han adoptado diversas modalidades), como por la oposición al tratamiento arquitectónico del PTC12, estas intervenciones han sido foco de no pocas polémicas y manifestaciones en contra, muchas de ellas retratadas por los medios locales de comunicación. Sin embargo, ninguna tuvo la fuerza política y la movilización social suficiente como para torcer el rumbo de las acciones proyectadas. Tampoco recibieron el apoyo masivo de otros sectores de la ciudadanía ni la atención estelar de los medios de comunicación.

De hecho, la cobertura que realizan los medios tiende a incorporar estos acontecimientos de modo esporádico en la agenda temática y la intencionalidad editorial13 (Ducrot, 2005) que los orienta está sesgada por el peso financiero que el aporte publicitario de las reparticiones del Estado (cualquiera sea su esfera) tiene sobre la situación contable de cada medio. Si bien es cierto que para afirmar con mayor rigor lo dicho es necesario un análisis de la estructura empresarial de los medios locales y su financiamiento, así como su contrastación con un mapa mediático que revele la propiedad de los mismos y la filiación política de sus propietarios14, lo expresado también puede sostenerse desde la observación de prácticas de producción de información: criterios de selección y cobertura temá-tica15 por parte de los periodistas locales en torno a los procesos mencionados.

En efecto, las prácticas periodísticas están condicionadas por la posición editorial del medio sobre las instituciones o las gestiones estatales vinculadas con las intervenciones u obras cuestionadas (EBY, Municipalidad, IPRODHA, Gobierno Provincial). Incluso la posición política, traducida en intencionalidad editorial, se utiliza como herramienta de presión para obtener cuotas publicitarias, generalmente en contextos electorales. Los trabajadores de los medios están al tanto de ello y por ende las rutinas productivas son adaptadas a dicha posición. Se trata de una suerte de acuerdo editorial tácito y muy efectivo, ya que no necesita ser pautado ni corregido, de gran versatilidad y en constante revisión; y que a los fines de la estrategia empresarial de los medios resulta altamente redituable.

De ese modo, la ciudad fotografiable se reproduce mediante la circulación del discurso mediático que convalida la valoración positiva de las obras públicas y de la remodelación del espacio costero. Y muy pocas veces es puesta en relación con las socioespacial que éstas implican.

FUERA DE FOCO: LA EXPANSIÓN DE LA PERIFERIA

La otra cara de la ciudad fotografiable, de la nueva fachada posadeña, está constituida por la gran cantidad de complejos habitacionales que conforman su cinturón de periferia urbana. Si bien, como afirman las fuentes municipales, el hecho de que al año 2007 el 79.88% de los posadeños viviera en casas (siendo el 79.89% de éstas construidas con baldosas, cerámicos u otros materiales similares) puede ser visto como un dato auspicioso en relación con las condiciones habitacionales de la ciudad, también es cierto que dicho dato se relativiza al confrontarlo con los índices de pobreza e indigencia que presenta la capital de la provincia de Misiones.

Según la Encuesta Permanente de Hogares, para el primer trimestre de 2008, en Posadas el porcentaje de Hogares Pobres llegaba al 22%, sumado al 7.3% de Hogares Indigentes. Considerando la población afectada que vive en estos hogares, las cifras son aún mayores: el 43.6% de las personas está en situación de vulnerabilidad (32.6 % de personas pobres y 11% de personas indigentes). Es que por pertenecer al NEA, el aglomerado urbano nacional con mayor incidencia de la pobreza y la indigencia en comparación con los treinta restantes, Posadas es una de las capitales provinciales que presenta los índices más elevados en materia de vulnerabilidad social. Aunque junto con Corrientes presenta un cuadro más favorable en comparación con Resistencia y Formosa y los índices han presentado una tendencia a la reducción desde 2001 en adelante.

Estos datos también llevan a relativizar ciertos logros que el gobierno provincial publicita como factores de crecimiento, como por ejemplo la superficie en metros cuadrados de obras iniciadas por el IPRODHA, que aumentó de 100 111m2 en el año 1998 a 161 134 en el año 2007 (registrándose un pico de 231 636 m2 en el año 200516).

Lo que las cifras sociodemográficas indican es que las políticas de vivienda sólo resuelven una situación parcial de la dimensión del hábitat, ya que si bien se mejora la calidad de la casa no se garantiza la accesibilidad a los servicios básicos -sistema de transporte, salud, educación, etc. ni la disponibilidad de fuentes laborales. Así crece el cinturón de la periferia urbana. Ésa es la ciudad fuera de cuadro...

Ese afuera incluye a los directamente afectados por la construcción de la represa, a los sectores medios y bajos sin acceso a crédito para la vivienda, a la población de asentamientos precarios. También debe considerarse la situación de varias familias de relocalizados que deben ser nuevamente reubicadas por la construcción del By Pass Arco-Garita. Esa cadena de desplazamientos forzados multiplica el impacto negativo que en términos de estrategias de adaptación sufre la población afectada con cada traslado (BARTOLOMÉ, 1984, 2005). Además, está el caso de familias de oleros (fabricantes artesanales de ladrillos) que abandonaron las viviendas otorgadas por la EBY para volver a ocupar terrenos cercanos a los cursos de agua (como el caso de los barrios Lasa Santa Rosa y San Jorge, próximos al arroyo Zaimán) porque, según ellos, la propiedad de una casa de material17 no compensa la pérdida de los recursos de trabajo: el río y la arcilla.

El grado de organización de estos sectores es variado, ya que existen agrupaciones que tienden a la búsqueda de reconversiones laborales o a reclamos orientados mediante la concepción de la propiedad colectiva, como también grupos movilizados en torno a redes clientelares y al asistencialismo político partidario. Las frecuentes demandas de estos grupos, mediante el corte de calles, la quema de neumáticos y las carpas frente a las instituciones responsables —entre otras prácticas de protesta pública— son minimizadas y manipuladas por el gobierno provincial, el municipal y por la EBY.


Carpa de protesta de vecinos del barrio El Brete. 2007 Foto: Sonia Alfaya
Algunos relocalizados volvieron a asentarse a la vera del arroyo Caimán Foto: Fernando Ojeda

 

Sus acciones son tildadas de sucias, ilegales, vandálicas, desestabilizadoras por los medios de comunicación y el discurso oficial. Las organizaciones de desocupados y de vecinos muy pocas veces logran las primeras planas de los medios gráficos, y cuando alcanzan la cobertura televisiva (generalmente en canales abiertos de oposición al gobierno) no pasan a formar parte de la agenda del resto del sistema mediático. En otros casos, las manifestaciones logran la atención de las radios o los canales de televisión privados inclinados por el color político de turno. Sin embargo, el espacio dedicado a las mismas es mínimo en relación con otros temas. Cuando los medios oficiales se ocupan de la cuestión se encargan de remarcar la visión del gobierno sobre el tema, cuando no descalifican directamente las expresiones políticas con una sobrevaloración estética e higienista del espacio público, apelando a ciertos sentidos urbanísticos asignados a esos lugares.

Se refuerza así la construcción de nuevos espacios diferenciales, desiguales, que han comenzado a ser representados como inseguros, violentos, reductos de delincuencia, caóticos por una retórica de la inseguridad cada vez más extendida. En esto también, el rol de los medios locales es clave. Se insiste en ver a esos conglomerados como problema/anomalía, que deben ser controlados y/o invisibilizados. De tal modo, la estigmatización de esos espacios, en términos comunicacionales, acompaña otros procesos, como la criminalización de la pobreza y la judicialización de las luchas sociales.

De ese modo, se tiende a predicar de forma negativa a los habitantes de esos espacios. La construcción de topografías sociales (mediante ubicaciones, desplazamientos, trazado de fronteras, mapeos diferenciales) tiene como correlato la producción de tipologías sociales (nominaciones, clasificaciones, taxonomías). Es que no hay disputas por los espacios sin disputas por las representaciones de unos y otros.

Lo que pocas veces aparece en primera plana es lo que les ocurre a los empobrecidos urbanos, quienes comenzaron a experimentar profundos y dramáticos cambios. Pasaron de vivir en espacios urbanos autoconstruidos, donde prevalecía el valor de uso por sobre el de cambio, a vivir en espacios diseñados y construidos por otros. La complejidad y densidad de los asentamientos y barrios de los que fueron desalojados compulsivamente contrasta con la uniformidad del conjunto de viviendas entregadas. Se aplica un modelo rígido de líneas rectas que fragmenta el espacio y aísla a los vecinos, a la vez que se pierde el sentido de protección comunitaria.

Con la casa nueva, los relocalizados en su gran mayoría se han transformado en propietarios empobrecidos, sin condiciones para sostener ese status. Se da la paradoja de que acceden a "la casa propia" de material, sin trabajo y sin medios de subsistencia. De allí que cuando no pueden sostenerlas las vendan18. "Nos dicen que nos dieron una vivienda. Yo tenía una vivienda, ahora no. Ahora tengo un problema", reitera una y otra vez un dirigente de los relocalizados. Es que el mismo gesto que da casa quita trabajo. Por eso, expresan que con un techo seguro no basta y que con el cambio que no pidieron, no eligieron, se les aumentó el desampa-ro19. Reiteramos: se concretan situaciones profundamente paradojales, porque en esas periferias construidas por la alianza del capital/Estados nacionales coexiste la ilusión de la propiedad privada con la más terrible desposesión.

En los nuevos territorios asignados se encuentran con una mayor precarización de la vida, acorde con una pobreza urbana que de residual se vuelve permanente. Por eso, su mayor reclamo es por trabajo. Es la demanda más escuchada, sujeta por otra parte a manipulación clientelar, a procesos de cooptación de dirigentes. De allí que muchos pasaron de vivir del río a vivir de la EBY (a la que más de uno percibe como una nueva fuente de recursos).

Por otra parte, con el tránsito forzado de asentamientos costeros a conjuntos habitacionales, está en juego no sólo su supervivencia económica, sino también una sociedad, una cultura, un modo de usar el territorio/espacio barrial, un modo de habitar con mucho de comunitario, colectivo, familiar, que confronta al modo de habitar capitalista en viviendas individuales, propiedad privada, pensada particularmente para una familia nuclear básica. Se enfrentan con conglomerados urbanos que poco y nada tienen de barrio. El nombre con que se identifica a algunos de ellos lo indica: A-4, A-3-2. Un barrio no deja de ser una comunidad de sentidos y sentimientos, de pertenencias, reconocimientos, identidades, memorias, luchas; anclada en los afectos, en lo vivido en común.

De todo esto los medios no dan cuenta, o cuando lo hacen recurren a la lógica productiva hegemónica sustentada en la descontextualización, simplificación y fragmentación de los procesos sociales. Lo dicho se manifiesta discursivamente en la falta de contrastación de fuentes, el recurso a la cita directa sin análisis crítico, en el tratamiento aislado de los temas, la personalización y mitificación de los acontecimientos.

Estas observaciones señalan que una perspectiva que falta en el debate en torno a las políticas públicas (tanto en el ámbito mediático como en el estatal) es la que promueve los nuevos derechos sociales, como el derecho a la ciudad y a la centralidad urbana, reivindicados -no siempre conscientemente- por los sectores populares.

Una experiencia de extensión, realizada en el marco del proyecto Espacio, Comunicación y Cultura III, nos brindó un panorama más amplio en torno a estas cuestiones. Durante varios encuentros realizados en el último trimestre de 2007 y organizados para reflexionar sobre la Carta Orgánica20 municipal y la situación actual de la ciudad de Posadas, se reunieron vecinos, jóvenes, relocalizados, trabajadores de la cultura. En esos encuentros el debate se orientó hacia dos puntos centrales: Participación Ciudadana y Espacio Público.

En relación con las formas de participación ciudadana (directa/autogestionada, de control y monitoreo del gobierno municipal), todos los participantes estuvieron de acuerdo con la necesidad de idear políticas que promuevan:

a) El control de la gestión pública.

b) La revisión general de políticas impositivas para evitar la especulación inmobiliaria y para fomentar el financiamiento de actividades sociales y culturales.

c) La Planificación Participativa en todas las políticas públicas (de financiamiento interno y externo) para evitar la toma de decisiones unilaterales.

d) El libre acceso a la información y la promoción de los marcos jurídicos regulatorios.

e) La definición de objetivos a mediano y largo plazo en la planificación de políticas culturales para desalentar la concentración de propuestas en el centro de la ciudad, el clientelismo y la distribución desigual de los recursos, así como la sujeción a las leyes del mercado de estas expresiones culturales.

En relación con la producción del espacio social público, el denominador común es, por un lado, la falta de acceso, y por otro, la disputa por el sentido asignado al mismo (entre el Estado, el mercado y la sociedad civil). Se remarcaron los problemas de accesibilidad a los espacios públicos por parte de los jóvenes, así como la carencia de sitios destinados a las expresiones culturales y comunitarias (artísticas, deportivas) de escala barrial, planteándose que no se trata de falta de espacios públicos, sino de libre acceso, de permitir que las iniciativas de vecinos tengan viabilidad y no se encuentren con trabas burocráticas. Tal situación es preocupante para los trabajadores de la cultura, que recurren a la autogestión por no contar con políticas locales consistentes de promoción cultural21 ni con espacios habilitados o acondicionados para este tipo de iniciativas.

Respecto de las políticas habitacionales, las opiniones se concentraron en la necesidad de revisar las tipologías de casas implementadas por la EBY y por el IPRODHA, así como en el reclamo de una aplicación efectiva de los requisitos del Fondo Nacional de Vivienda (FONAVI) para la creación de nuevos barrios y de la normativa del Código de Planeamiento Urbano.

CONCLUSIÓN

En síntesis, lo indagado hasta el momento nos permitió analizar:

a) La ruptura del tejido social tradicional de la ciudad -intersticial y complementario-, que articulaba a sectores sociales desiguales que habían coexistido en las riberas de la ciudad antes de la construcción de la costanera, lo que contribuyó a promover modificaciones en la topografía de la pobreza urbana, así como el aumento de la desconfianza entre vecinos, sobre todo en los nuevos conjuntos habitacionales.

b) Una economía de estereotipos en torno a aquellos a los que se busca desalojar, trasladar, a los que se califica públicamente como: intrusos, jóvenes violentos, pobres delincuentes, trabajadores ilegales, que ensucian, afean, vuelven inseguros los espacios públicos. Se alientan así relaciones basadas en la intolerancia, la discriminación, el miedo y la sospecha hacia el otro. Y en esa producción los medios de comunicación cumplen un rol estratégico.

c) La escasa o nula participación ciudadana en la planificación y gestión de la ciudad.

Todo ello nos enfrenta al mismo tiempo con el desafío de revisar nuestros propios discursos sobre la ciudad, de considerar nuestras inscripciones y posicionamientos. Después de todo, con lo que hacemos y decimos desde nuestros lugares de investigación y enseñanza también reforzamos o debilitamos fronteras, profundizamos o cuestionamos desigualdades, abrimos o cerramos posibilidades para nosotros y para los demás en las ciudades donde vivimos y trabajamos.

Notas

1- Lo que presentamos en este artículo se inscribe en las indagaciones realizadas en el marco del Proyecto de Investigación "Espacio, Comunicación y Cultura III" de la Secretaría de Investigación y Postgrado, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, UNaM, y son una continuidad de dos proyectos anteriores en la misma línea. El diseño metodológico adoptado consistió en la combinación de: entrevistas en profundidad a relocalizados ya trasladados y por relocalizar, observación flotante en espacios públicos, grupos de discusión, análisis semiótico discursivo de productos mediáticos, discursos políticos y productos de promoción turística de la Municipalidad de Posadas.

2- Empezó a hablarse entonces de "posfordismo", de acumulación flexible, economía global de mercado, producción deslocalizada, para aludir a esta nueva fase capitalista.

3- Si en la primera fase del capitalismo, como sostiene Barreto, los procesos de urbanización se vincularon con los flujos migratorios (en búsqueda de fuentes laborales) hacia las grandes ciudades —lo que provocó la metropolización de capitales de los Estados nacionales—, en esta etapa más bien se articulan con el crecimiento poblacional de ciudades intermedias, en el marco de reconfiguraciones de las economías regionales.

4- Con esta denominación se alude a la población afectada por la construcción de la represa Yacyretá, particularmente a la población que vivía en zonas expropiadas por el Estado para la ejecución de las obras de contención previstas por la elevación del nivel del río Paraná. Dichos habitantes vienen siendo objeto de traslados compulsivos desde hace más de 25 años, en distintas etapas y con diversas modalidades. (Cf. Bartolomé, 1984; Britez 2001.)

5- "El corazón del Mercosur", "el Portal al Paraíso" son las frases nominales preferidas para promover a la ciudad.

6- El resumen presentado se realizó sobre la base de los siguientes aportes bibliográficos: González Villar, Sintes l, Báez L (2004) La constitución de la pobreza regional. Editorial Universitaria de Misiones, Posadas; Barreto, M (2004). "Transformaciones de la vida urbana de Posadas y Resistencia a fines de los años noventa. Un estudio sobre la dimensión simbólico— ideológica del espacio urbano público". Tesis doctoral. Programa de postgrado en Antropología Social, Universidad Nacional de Misiones, Argentina; Barreto M. "El crecimiento de las ciudades Intermedias del NE Argentino en el contexto de las transformaciones regionales". En: Cuaderno Urbano N°3, FAU-UNNE / FAU-UNLP (edición digital).

7- Abínzano define el Frente Extractivo como un modelo de ocupación y utilización del espacio, sistema productivo con las siguientes características: a) Baja inversión: relaciones de producción precapitalistas (ausencia de salario) destrucción de recursos no renovables (yerba, madera), inserción en un mercado regulado desde fuera por un capitalismo desarrollado. b) Extracción de materia prima destinada a centros extraprovinciales para su tratamiento industrial (Abínzano, 2004: 1).

8- En la década del 30 se produce una crisis en el sector yerbatero que obliga a los colonos a buscar cultivos sustitutos (té, tung, cítricos), pero la expansión agrícola continúa mientras aún quedan tierras por ocupar, proceso que permite una acumulación moderada y que se mantiene hasta la década del 60 (González Villar, Sintes, Báez, 2004).

9- "Resulta evidente en las políticas estatales de urbanización un cambio de paradigma. Se ha pasado del planeamiento ortodoxo, racionalista y asentado en la idea de desarrollo que definía planes maestros y normativas generales para toda la ciudad a un paradigma flexible que promueve políticas focalizadas, segmentadas y que en nombre de la 'sociedad toda' habilitan negocios a gran escala" (Motto:2005; en Maidana, 2005:13).

10- Es el segundo proyecto urbanístico elaborado para la ciudad de Posadas, reactualizado en dos oportunidades, en el que se delinearon las grandes zonas de la ciudad, se definieron sus usos y funciones principales; además de un sistema de circulación y accesos que integraría las obras de la EBY a un plan de ordenamiento urbano.

11- En este artículo nos referimos únicamente al sector Norte, Noreste de Proyecto Tratamiento Costero.

12- Diario La Nación, 10/07/ 2008.

13- Se trata de un modelo de teórico para la producción y análisis de los procesos periodísticos elaborado por Víctor Ducrot quien lo define como "el conjunto de informaciones y de reflexiones, fundadas, constatables y confirmables, según fuentes, que a su vez permiten descubrir qué discurso de clase o de grupo se esconde detrás del discurso con pretensiones de validez universal" (Ducrot, 2005:35).

14- Ver García Da Rosa, C (2004) "Posadas y sus medios de comunicación". En: Maidana E (dir) "Informe de Avance Espacio Comunicación y Cultura II". Secretaría de Investigación y Postgrado, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, universidad Nacional de Misiones, Argentina.

15- En relación con la cobertura del canal de TV oficial sobre el campamento de los vecinos del barrio El Brete que se extendió por más de nueve meses en el plaza 9 de Julio durante el año 2007 ver García Da Rosa, C (2007) "Lo invisible en la construcción del espacio público mediático". En: Informe de Avance Espacio, Comunicación y Cultura III. Secretaría de Investigación y Postgrado, FHyCS. uNaM

16- Anuario Estadístico 2006. demandas sociales vinculadas con ellas, aquellas originadas por la reorganización Gobierno de la provincia de Misiones.

17- La casa de material es laprincipal oferta de compensación que brinda la EBY a las familias afectadas por la elevación de la cota.

18- Diario Primera Edición, 22/ 02/009.

19- La Carta Orgánica debía ser reformada en el año 2008, pero un decreto del Ejecutivo municipal prorrogó la convocatoria a Convención Constituyente para el año 2009.

20-Preguntamos al respecto: ¿en qué medida hoy el Estado y el mercado están creando las periferias urbanas para los sectores populares según un modelo de supuesta inclusión simbólica y efectiva exclusión económica, según políticas públicas de viviendas que en nombre de la lucha contra la pobreza hacen que éstas pasen a formar parte de nuevos dispositivos de control social?

21- El problema en el sector cultural es mucho más amplio que lo aquí esbozado, ya que lo que surge de la discusión es la falta de reconocimiento social y laboral de las actividades artístico culturales. Chamameceros, teatreros, músicos, entre otros tantos que se agregan a la lista, no son considerados como trabajadores. Hacer teatro o música es visto socialmente como un hobby, una satisfacción personal, pero no como un oficio, con todo lo que esta representación implica: falta de cobertura de salud y demás cargas sociales. En relación con el espacio el malestar se concentra en el escaso o nulo apoyo a las actividades autogestionadas (que por cierto constituyen la principal oferta cultural del municipio) que se traduce en tasas elevadas en los locales públicos, dilación o negativas de permisos, etcétera.

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