INTRODUCCIÓN
La pandemia por COVID-19 puso de manifiesto la íntima relación que existe entre la salud de las personas y la salud del planeta. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llamado a una recuperación saludable y respetuosa con el medio ambiente, en la cual se plantea que un regreso a la normalidad no es suficiente 1 . En la misma línea, los editores de las principales revistas científicas de salud han hecho un llamamiento a los gobiernos y a otros líderes para redoblar los esfuerzos por mantener el aumento de la temperatura a nivel mundial por debajo de 1,5 °C en relación con la era preindustrial y por restaurar la naturaleza 2 .
El cambio climático, que se presenta como un fenómeno de escala planetaria pero con impactos locales, demanda una acción inmediata. El último informe del Panel Internacional de Expertos en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) sostiene que las recientes variaciones ocurridas en todo el sistema climático no tienen precedentes en muchos siglos. Así, la temperatura media del planeta se ha incrementado en 1,1 °C desde la era preindustrial y la influencia de la actividad humana en ese calentamiento es inequívoca 3 . Sin embargo, uno de los aspectos más preocupantes de este informe se relaciona con los cambios en los eventos meteorológicos extremos, dado que se han observado aumentos en la frecuencia e intensidad de olas de calor, precipitaciones extremas, sequías y ciclones tropicales con evidente impacto en la salud. Como consecuencia de estos eventos, entre 2000 y 2019 han ocurrido 6681 desastres relacionados con el clima a nivel mundial, durante los cuales hubo 510 837 muertes y 3900 millones de personas afectadas 4 .
Por otro lado, en términos de proyecciones de impacto del cambio climático, se estima que para el año 2030 —en menos de una década— se producirán anualmente 250 000 defunciones en exceso atribuibles a los cambios en el sistema climático, de las cuales 38 000 serán por la exposición al calor de los adultos mayores, 48 000 debido a diarreas, 60 000 como consecuencia de la malaria y 95 000 por desnutrición infantil 5 .
El vínculo del clima con la salud se ha abordado desde los orígenes de la medicina occidental 6 , pero ha cobrado relevancia a partir de la emergencia del cambio climático como un determinante de la salud estructural 7 . En 2008, la Asamblea Mundial de la Salud llamó la atención sobre sus consecuencias e instó a los Estados miembros a elaborar planes de acción para minimizar los impactos sanitarios 8 . En la misma línea han surgido estrategias y planes de acción regionales y subregionales para abordar los desafíos sanitarios del cambio climático 9 , 10 .
Tal como ocurrió a nivel global, en Argentina se observó entre 1960 y 2010 un aumento de la temperatura media de hasta 0,5 °C, que llegó a superar 1 °C en algunas zonas de la Patagonia; se registró también un aumento de los días con olas de calor y una reducción en el número de días con heladas. Al mismo tiempo, la precipitación aumentó en casi todo el país, pero con incrementos en la frecuencia e intensidad solo en el este, mientras que en el norte y oeste los períodos secos se han hecho más largos y en la región de Cuyo los ríos han reducido su caudal 11 .
En materia de políticas públicas sobre cambio climático, Argentina sancionó en 2019 la Ley N° 27520 de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global, reglamentada mediante Decreto 1030/2020 12 , 13 . Dicha norma crea el Gabinete Nacional de Cambio Climático (GNCC), cuya función consiste en articular las diferentes áreas de gobierno —incluido el Ministerio de Salud— para el desarrollo e implementación de un Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático.
Por su parte, desde 2008, el Ministerio de Salud de la Nación ha desarrollado acciones en temas de cambio climático y salud: investigaciones centradas en evaluar los impactos de eventos meteorológicos extremos sobre la salud14-18, elaboración de normativas 19 , transferencia del co-nocimiento 20 y asistencia técnica 21 . Estas acciones se han realizado a través del Departamento de Salud Ambiental dependiente de la ex Dirección Nacional de Determinantes de la Salud, actual Coordinación de Salud Ambiental 22 .
El objetivo de este trabajo fue sistematizar el proceso de desarrollo de una política sanitaria en la materia, que se plasma en el Plan de Acción Nacional en Salud y Cambio Climático.
MÉTODOS
El primer paso para el desarrollo de la política sobre cambio climático y salud fue la realización de un taller en mayo de 2018, que tuvo como objetivo sensibilizar a los cuerpos técnicos/as de diferentes áreas del Ministerio de Salud sobre las implicancias sanitarias del cambio climático; para ello se contó con la colaboración de la Organización Panamericana de la Salud. Como resultado de dicho taller se conformó una Mesa de Trabajo sobre Cambio Climático y Salud (MeTraCCyS) al interior del ministerio, a fin de contribuir al desarrollo y sostenimiento de una Política Nacional de Cambio Climático que tenga en cuenta los riesgos sanitarios asociados 23 .
La MeTraCCyS se encuentra integrada en la actualidad por diez áreas: 3 Direcciones Nancionales, 4 Direcciones, 2 Coordinaciones y el CENDIE. La Coordinación de Salud Ambiental integra y lidera técnicamente la mesa 24 .
El primer objetivo de la MeTraCCyS fue lograr un diagnóstico de situación de clima y salud. Para ello se realizó un estudio de tipo descriptivo, en el cual se sistematizó el estado del conocimiento sobre la relación entre el clima y la salud en Argentina. Además se analizó información climatológica (del Servicio Meteorológico Nacional), de enfermedades de notificación obligatoria (del Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud) y de siniestralidad laboral (de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo) para el período comprendido entre 2005 y 2017 25 .
El diagnóstico fue elaborado colaborativamente por todas las áreas intervinientes en la MeTraCCyS y, además, contó con contribuciones del Servicio Meteorológico Nacional para la caracterización climática y de la Dirección Nacional de Cambio Climático, dependiente de la entonces Secretaría de Gobierno de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. Su realización demandó un año de trabajo y permitió identificar los puntos prioritarios a incluir en un plan de acción.
El siguiente paso fue el desarrollo del Plan de Acción Nacional de Salud y Cambio Climático, eminentemente con un enfoque de adaptación a dicho cambio, que tuvo su primera versión en 2019 26 .
A partir de 2020 se inició una nueva etapa en la agenda de política climática argentina a raíz de dos hitos. Por un lado, la sanción de la Ley 27520 de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global, mediante la cual se creó el GNCC 12 . Por otro lado, Argentina presentó su segunda Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC); a través de ella se incorporó a la salud como un eje rector, que guiará el diseño, la im-plementación y el monitoreo de todas las acciones de adaptación y mitigación nacionales 27 .
En ese contexto se inició un proceso de revisión de todos los planes sectoriales de cambio climático, incluido el de salud. La revisión y reformulación contó con tres instancias: un primer momento de revisión del plan al interior de la MeTraCCyS del Ministerio de Salud; en segundo lugar, una revisión con otras áreas del Estado Nacional en el seno del Grupo de Trabajo (GdT) de Salud del GNCC; y, finalmente, una puesta a consideración de la sociedad civil, en la que participaron 18 instituciones, incluidas entidades académicas, asociaciones profesionales, efectores de salud, organizaciones no gubernamentales y expertos en el tema.
RESULTADOS
La política sanitaria en materia de cambio climático se cristaliza en tres instrumentos: el Programa Nacional, la Mesa de Trabajo y el Plan de Acción.
El Programa Nacional de Reducción de Riesgos para la Salud Asociados al Cambio Climático fue creado por la Resolución 555/2021 bajo la órbita de la Coordinación de Salud Ambiental. Sus objetivos son: 1) disminuir la morbimortalidad asociada a la variabilidad climática y el cambio climático a partir de medidas de promoción y protección de la salud; y 2) impulsar la adopción de medidas de adaptación y mitigación del cambio climático por parte del sector salud. A su vez, el Programa tiene un rol articulador intra e interministerial 28 . Al interior del Ministerio de Salud, coordina la MeTraCCyS, al tiempo que representa al Ministerio en el GNCC y coordina el GdT de Salud.
El segundo instrumento de la política es la MeTraCCyS, conformada en 2018 y formalizada mediante la Resolución 2956/2021. Esta se constituye en un espacio de transversalización de la problemática de la variabilidad climática y el cambio climático en las políticas, planes y programas del Ministerio de Salud. Asimismo, es la encargada de desarrollar e implementar un Plan de Acción Nacional sobre Salud y Cambio Climático, así como planes de prevención de riesgos para la salud asociados a eventos meteorológicos extremos 24 .
Por último, el Plan de Acción Nacional en Salud y Cambio Climático, el cual tiene por objetivos: 1) disminuir la morbimortalidad asociada a la variabilidad climática y el cambio climático a partir de medidas de promoción y protección de la salud; y 2) desarrollar un sistema de salud resiliente al clima, basado en evidencia y de bajas emisiones.
Asimismo, en el Plan se ha trazado una visión para el sector, en concordancia con la presentada en la Segunda NDC 27 : “En términos de salud, hacia 2030 se habrán im-plementado políticas y medidas para asegurar una cobertura y acceso universal que dé respuesta oportuna a los nuevos perfiles epidemiológicos emergentes de los escenarios del cambio climático. Así, se abordarán las enfermedades sensibles al clima, tales como las transmitidas por el agua y alimentos, por vectores y las zoonóticas. Al mismo tiempo se garantizará la operatividad del sistema de salud durante emergencias y desastres relacionados a amenazas climáticas y se fortalecerán los Sistemas de Alerta Temprana por eventos que producen impactos en la salud como son las olas de calor y de frío. Adicionalmente, se habrán dimensionado las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por los establecimientos de atención de la salud. Asimismo, se adoptarán medidas para su reducción”.
El Plan de Acción está estructurado en siete ejes de intervención, que a su vez cuentan con diferentes medidas para el logro de los objetivos. En el Cuadro 1 se presenta el detalle de los ejes y medidas.
DISCUSIÓN
Desde su área ambiental, el Ministerio de Salud ha desarrollado diferentes acciones en temas de cambio climático y salud desde 200814-22. Sin embargo, a partir de 2018 se abrió una nueva etapa, en la cual se buscó transversalizar el cambio climático a las diferentes áreas y programas del Ministerio bajo la premisa de que no es solo un tema ambiental, sino una amenaza para la salud pública general 2 . Muestra de ello fue la conformación de la MeTraCCyS 23 , 24 .
La incorporación de la salud como un eje rector de la segunda NDC permitió darle visibilidad al sector y fortalecer la articulación con otras áreas del gobierno a través de los GdT del GNCC 27 . Asimismo, se puso de manifiesto que el sector de la salud no solo debe adaptarse a un cambio climático inminente para reducir los impactos sanitarios, sino que debe formar parte de la solución promoviendo medidas de reducción de gases de efecto invernadero por parte de los establecimientos de atención de la salud.
Entre los múltiples desafíos para la implementación de este Plan de Acción se encuentra la necesidad de fortalecer la agenda climática al interior de los ministerios de Salud, tanto en las provincias y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) como en los municipios, que constituyen la primera línea en la respuesta. En ese sentido, la Resolución 2956/2021 invita a las provincias y CABA a generar mesas de trabajo homólogas a la MeTraCCyS 24 .
Otro de los retos es la medición de la huella climática de los establecimientos de atención de la salud, medida incluida en el nuevo Plan. Un último aspecto, no menos desafiante, consiste en registrar los respectivos beneficios de las medidas de mitigación del cambio climático, con la finalidad de poder incluir a la salud como una variable más de análisis en la definición de los planes de otros sectores, como energía, transporte e industria.
La emergencia climática es evidente y requiere de esfuerzos muItisectoriales similares a los puestos en juego para enfrentar a la pandemia por COVID-19 1-2 . Es en ese marco que el Ministerio de Salud ha definido un Plan de Acción para abordar los desafíos sanitarios del cambio climático.