SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.50 número2Leandro Bou: entre España y Argentina en tiempos del modernismo catalánLa bibliografía como una biografía posible: Las publicaciones sobre Clorindo Testa índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas. Mario J. Buschiazzo

versión On-line ISSN 2362-2024

An. Inst. Arte Am. Investig. Estét. Mario J. Buschiazzo vol.50 no.2 Buenos Aires dic. 2020

 

ARTICULO

Alberto Le Duc, Lázaro Cárdenas y una propuesta arquitectónica para Michoacán, México (1935-1945)

Alberto Le Duc, Lázaro Cárdenas and the proposal for an architecture for Michoacán, México (1935-1945)

Catherine R. Ettinger *

* Arquitecta con maestría en restauración de monumentos por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y Doctorado en Arquitectura por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Docente e investigadora de la Facultad de Arquitectura de la UMSNH. Miembro del Comité Internacional de Documentación y Conservación de Edificios, Sitios y Barrios del Movimiento Moderno (DOCOMOMO) y del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS).

Facultad de Arquitectura. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Ciudad Universitaria, Francisco J. Mújica S/N. Colonia Felicitas del Río - 58030 - Morelia, Michoacán, México. Email: ettinger@umich.mx

Este trabajo es resultado del proyecto de investigación “Representando a México. Montajes, simulaciones y la arquitectura para el turismo en el siglo XX” apoyado por la Coordinación de la Investigación Científica de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) en su programa 2018-2020.

RECIBIDO: 31 de octubre de 2019
ACEPTADO: 10 de abril de 2020


RESUMEN

El arquitecto Alberto Le Duc Montaño jugó un papel importante en el desarrollo de la estética arquitectónica asociada al gobierno del General Lázaro Cárdenas, Gobernador del Estado de Michoacán (1928-1932) y presidente de México (1934-1940). Tradujo el indigenismo de las políticas cardenistas y el gusto del General por la vida pueblerina a lenguajes arquitectónicos en obras de equipamiento cultural, educación y salud en el Estado de Michoacán. Además, realizó los diseños de tres casas de la familia Cárdenas. El presente artículo es una primera aproximación a la obra de este personaje, hasta ahora poco visible en la historiografía de la arquitectura mexicana, y se basa en un trabajo documental, recorrido de campo y realización de relevamientos. Asimismo, se propone reconocer la importancia de una propuesta estética como parte de las políticas cardenistas.

Palabras clave: arquitectura mexicana; arquitectura neocolonial; Alberto Le Duc Montaño; Lázaro Cárdenas.
Referencias espaciales y temporales: México; 1935-1955.

ABSTRACT

The architect Albert Le Duc played a significant role in the development of an architectural aesthetic associated with General Lázaro Cárdenas, Governor of the State of Michoacán (1928-1932) and President of Mexico (1934-1940). He translated the indigenist politics of Cárdenas as well as his love for rural and small town life into architectural languages in buildings for culture, education and health in the State of Michoacán. He was also hired by Cárdenas to design three of his homes. This article is a first approach to the work of this character, hitherto little visible in the historiography of Mexican architecture, and is based on documentary work, field trips and surveys. It also aims to recognize the importance of an aesthetic proposal as part of Cardenas’s policies.

Key words: Mexican architecture; Neocolonial Architecture; Alberto Le Duc Montaño; Lázaro Cárdenas.
Space and time references: México; 1935-1955.


El arquitecto Alberto Le Duc Montaño1 y el General Lázaro Cárdenas del Río se conocieron en el año de 1935. Cárdenas era entonces presidente de México y Le Duc, que trabajaba en la Dirección de Monumentos Históricos,2 el encargado de la demolición de un convento agustino para construir un teatro popular en la ciudad de Pátzcuaro, en Michoacán. Fue el comienzo de una larga colaboración en la que Le Duc se encargaba de traducir la visión de Cárdenas a lenguajes arquitectónicos.
A finales de los años treinta, Cárdenas estaba inmerso en un amplio proyecto de construcción de escuelas, hospitales, instituciones culturales y equipamiento turístico y de mejora de infraestructura en su natal Estado de Michoacán; aunque hay construcciones en todo el Estado, destaca la obra promovida en tres poblados cercanos a su historia personal -Jiquilpan,3 Pátzcuaro4 y Apatzingán-5 donde realizó arquitectura escolar y hospitalaria, así como equipamiento cultural y turístico. Adicionalmente, en Jiquilpan y Pátzcuaro, donde tenía residencias, promovió una legislación municipal en aras de la conservación arquitectónica y de imagenes tradicionales (Figura 1).


Figura 1: Croquis de ubicación de Michoacán y las ciudades donde se localiza la mayor parte de la obra de Le Duc. Fuente: Elaboración de A. Cervantes.

El tema de la relación entre arquitecto y gobernante trae a colación la relación entre arquitectura y poder político, y el uso que se le puede dar a la estética. Si bien, “la arquitectura es usada por políticos para seducir, impresionar o intimidar” puede tener otros usos (Sudjic, 2005, p. 3). Como señala la filósofa mexicana Katia Mandoki “la identidad nacional y el Estado se han construido con estrategias estéticas” (Mandoki, 2007, p. 11). En la obra promovida en Michoacán, Cárdenas desplegó un concepto que aparece en las guías de turismo y legislación del periodo: lo típico. Se entiende por arquitectura típica, aquella que representa la regularidad y repetición presentes en poblados tradicionales; se definía en México con un imaginario de casas blancas con vigas de madera y teja roja, una fórmula que aparece repetidamente en el arte, el cine y en las imágenes turísticas, asociado con la idea de lo pintoresco y que se convirtió en una representación genérica de la arquitectura mexicana. Lo típico aparece con claridad en las reglamentaciones urbanas que se promovieron en los poblados de Pátzcuaro y Jiquilpan como un aspecto a conservar y en la arquitectura realizado por Le Duc por encargo de Cárdenas.
Este trabajo parte de las aportaciones de dos textos. El primero de ellos, Lázaro Cárdenas y su proyecto cultural en Michoacán (Cortés Zavala, 1995), es una aproximación a las políticas culturales de Cárdenas en Michoacán a través de la literatura y proporciona elementos para comprender no solo el periodo, sino también la relación entre el proyecto cardenista y las artes. Por su parte, el libro Creating Pátzcuaro . Creating Mexico (Jolly, 2018) aborda de manera específica el caso de Pátzcuaro y las actuaciones de Cárdenas para crear infraestructura turística y equipamiento cultural, dotar a la región de escuelas e implementar proyectos artísticos. En su revisión de obras de arte, pintura mural, escultura y arquitectura, la autora considera a Pátzcuaro como crisol del proyecto nacional, y en arquitectura reconoce específicamente el papel de Alberto Le Duc.
A través de la revisión documental, de recorridos de campo y de entrevistas se ha podido constatar la importancia de la obra de Alberto Le Duc. Esto es así no solo por ejecutar los proyectos más cercanos a Cárdenas, sino también por ser el encargado de traducir la admiración del General por los pueblos indígenas —y su amor por la vida rural— a lenguajes arquitectónicos, a la vez que implementaba soluciones acordes a los planteamientos de la Revolución Mexicana en la creación de escuelas y hospitales.
El presente artículo tiene el doble objetivo de visibilizar a un arquitecto poco conocido, que trabajaba a la sombra de un gobernante, y de mostrar la manera en que su obra arquitectónica participó en la invención de una propuesta estética que aludía al pueblo rural y la vida campestre. Para lograr tal fin, se parte de una breve reseña biográfica sobre Le Duc para pasar a abordar su obra en relación con Cárdenas. El recorrido por la arquitectura comienza con lo más cercano al General –sus casas: una en Jiquilpan y otra en Pátzcuaro—para después mostrar ejemplos de la obra de equipamiento cultural6 y terminar con la arquitectura escolar7 y hospitalaria.8 Se cierra con reflexiones sobre la propuesta estética de Cárdenas y Le Duc y su relación con la arquitectura neocolonial y con el turismo.

Nota biográfica

La vida profesional de Alberto Le Duc estuvo estrechamente marcada por su relación con el general Cárdenas. Había comenzado su carrera en el estudio y la conservación de edificios coloniales, pero a partir de su llegada a Pátzcuaro en 1935, se dedicó prácticamente a obras que le encargó Cárdenas o su hermano Dámaso, ya fueran públicas o privadas.
Alberto Gerardo Le Duc nació el 3 de octubre de 1899 en la Ciudad de México. Fue el mayor de los cinco hijos de Enedina Montaño y Alberto Le Duc, reconocido periodista y escritor.9 Alberto quedó huérfano de padre en 1909, lo que probablemente implicó dificultades económicas para la familia. Compartió la profesión de arquitecto con su hermano Carlos, mientras que su otro hermano, Vicente, era ingeniero.10 No se han encontrado datos sobre su formación profesional en México, pero en 1927 solicitó una visa para viajar a Estados Unidos, donde presumiblemente realizó sus estudios.11 Parece haber iniciado la carrera profesional en la Dirección de Monumentos Históricos.12 En 1935 fue comisionado para atender un proyecto prioritario del presidente de México, el General Lázaro Cárdenas del Río: la demolición del exconvento agustino de Pátzcuaro para construir en ese sitio un teatro para el pueblo.13
A partir de esa fecha, el devenir de Alberto Le Duc estuvo vinculado a la figura del general Lázaro Cárdenas, quien además de militar fuera gobernador del Estado de Michoacán (1928-1932) y presidente de México (1934-1940). Al término de su periodo como presidente siguió activo en la política, y a partir de 1947 presidió la Comisión del Tepalcatepec,14 organismo encargado del desarrollo de la Tierra Caliente de Michoacán.
Por su estrecha relación con Cárdenas se observa que la mayor parte de la obra de Le Duc, durante el periodo presidencial del General, se encuentra en Pátzcuaro y Jiquilpan. Entre 1935 y 1945 estas ciudades se transformaron gracias a una nueva infraestructura (caminos, puentes) y equipamientos educativos, culturales y hospitalarios. En esta labor participaron varios constructores, algunos de ellos eran ingenieros militares, como Antonio Rojas García (constructor de varias escuelas en la región lacustre de Pátzcuaro) y Antonio Llamosa (encargado del mirador Estribo Chico). Destacaba entre ellos Le Duc, quien realizó escuelas, hospitales y la mayoría de los equipamientos culturales, varios de ellos mediante la restauración o adecuación de monumentos coloniales. Su colaboración con Cárdenas siguió durante el periodo en que el General se encargaba del desarrollo de la Tierra Caliente. También realizó obras en Apatzingán y los planos urbanos reguladores de Morelia, Uruapan y Zacapu con Enrique Cervantes (2015, pp. 50-79).

Las casas del General

Alberto Le Duc realizó tres obras de arquitectura doméstica para el General Cárdenas: la remodelación de la Quinta Eréndira en Pátzcuaro, la reconstrucción de la casa familiar que había heredado en Jiquilpan, y el diseño y construcción de una casa en la calle Andes en la Ciudad de México, donde aún reside la familia. En esta sección, se ahondará en las primeras dos viviendas, en un reconocimiento de su capacidad de dilación de los valores que Cárdenas promovía, en particular la promoción de un imaginario pueblerino.
La Quinta Eréndira, que era la casa de Cárdenas en Pátzcuaro, se había iniciado en 1927 y es la que mejor evidencia la conciencia de la función estética de la arquitectura. Fotografías de la época muestran su aspecto terminado con estructura de concreto y muros de ladrillo de barro, que, si bien no tiene una estética moderna propiamente, sí presenta, de manera honesta y clara, sus materiales y estructura. La remodelación de la casa respondía a la necesidad de darle un aspecto regional, acorde a las propuestas de fortalecimiento de un imaginario rural en aras del turismo.
La intervención de Le Duc en la Quinta Eréndira data de 1936 y respeta a grandes rasgos la estructura original.15 Un plano, que probablemente se elaboró en 1950,16 muestra cambios en los grosores de los muros que podrían ser indicios de las actuaciones de Le Duc sobre la estructura original, y que corresponden a la inserción de baños y closets. Sin duda, la aportación más contundente de Le Duc radica en la conversión de una estructura de ladrillo y concreto aparentes a una cuidada interpretación de la arquitectura regional. La casa tiene una función discursiva, al expresar la propuesta cardenista de una arquitectura mexicana que deriva de alusiones a los pueblos mexicanos. Los marcos de cantería, los pisos de mosaico de pasta de cemento en color barro y la simulación de una estructura de viga de madera (que era en realidad de concreto) fueron algunos de los artificios que usó el arquitecto para convertir la estructura original en una manifestación de la región. El particular emplazamiento de la casa establece una relación con la estatua de Morelos en la isla de Janitzio. Desde el mirador del tercer piso se desarrolla un eje visual que conecta la casa con un nuevo muelle y el monumento, ya icónico, de este paisaje lacustre (Figuras 2 y 3).17


Figura 2: La Quinta Eréndira antes de la intervención de Le Duc. Fuente: Tarjeta postal. Zavala. Dominio público.


Figura 3: La Quinta Eréndira. Fuente: fotografía de Eder García Sánchez.

Probablemente fue después de la experiencia con la Quinta Eréndira que Cárdenas le encargó a Le Duc la adecuación de la casa familiar en Jiquilpan. De nuevo, el arquitecto se enfrentó a una construcción existente. La modernización de la vivienda se realizó durante la implementación de un reglamento detallado que buscaba conservar la imagen tradicional del poblado. Por ello, la fachada sigue una línea horizontal que forma el paramento de la calle, enfatizada por los aleros con puntas de viga y ladrillo de barro.
La remodelación incluyó la introducción de una estructura de concreto armado que aprovechaba algunos de los muros preexistentes. En el relevamiento realizado se observa la falta de continuidad en los ejes, lo que sugiere que no se trató de un proyecto nuevo sino de una adaptación. La casa se desarrolla en torno a un patio con áreas de servicio y huerto al fondo. Una de las novedades de la propuesta de Le Duc fue la manera de introducir baños entre las habitaciones, con un vestíbulo que no desvirtuaba el partido ni la geometría rectangular de éstas. El primer patio tiene varios espacios para recibir visitas (amplios corredores, dos salas y comedor) y dos recámaras. La cocina se ubica en la transición hacia el segundo patio y el área de servicio. El tercer patio tiene un despacho, con acceso desde la calle, que utilizaba el General, y una casa para choferes. En la planta alta se desarrolla una suite que incluye dos habitaciones, un costurero y un amplio baño (Figura 4).

Figura 4: Fachada y planta de la casa Cárdenas en Jiquilpan. Fuente: Relevamiento de Catherine Ettinger, Flavio Martínez y dibujo de Libertad Castillo.

Ambas casas visibilizaban la idealización de la vida campestre a través de dispositivos como terrazas y porches que establecen un contacto con el exterior: la introducción en Pátzcuaro de caminos, quiscos, fuentes y bancas y el cuidado de elementos similares en menor escala en Jiquilpan, que revela plantas de ornato, una fuente, bancas y árboles frutales. Se puede decir que la estética de lo típico se impuso en el caso de la Quinta Eréndira, mientras que en Jiquilpan se conservó.

Las conversiones para la creación de equipamiento cultural

En relación con el proyecto de sustituir el poder de la Iglesia a favor de la educación, durante el sexenio cardenista se refuncionalizaron templos y conventos para albergar instituciones culturales. Le Duc participó en varios proyectos de esta índole. En Pátzcuaro realizó el Teatro Emperador Caltzontzin y la Biblioteca Gertrudis Bocanegra (que hospeda una pintura mural de Juan O’Gorman), en el conjunto conventual agustino, y el Museo de Artes e Industrias Populares en el antiguo Colegio de San Nicolás. En Jiquilpan hizo las adecuaciones necesarias para establecer en el Santuario de la Virgen de Guadalupe la Biblioteca Pública Gabino Ortiz, que alberga una obra al fresco de José Clemente Orozco. También se hizo un proyecto para la creación de un cine-teatro en otro templo en la misma ciudad. En Apatzingán se creó un museo, en otro edificio histórico. Adicionalmente, Le Duc participó en otros proyectos de reutilización de monumentos históricos para convertirlos en equipamientos educativos u hospitalarios. En muchos casos resulta difícil distinguir con claridad las actuaciones de Le Duc en estos edificios históricos debido a la falta de documentación sobre su estado anterior.
Entre las obras mencionadas, destaca el teatro en Pátzcuaro. En 1935 el director del Departamento de Monumentos Históricos, Jorge Enciso, comisionó a Alberto Le Duc para realizar en Pátzcuaro el Teatro Emperador Caltzontzin, referido en los documentos como Teatro Popular Lázaro Cárdenas.18 Es extraño ver que un departamento encargado de la salvaguarda patrimonial demuela un monumento para albergar en su lugar el nuevo edificio. Toussaint (1942, p. 130) señala que las columnas del claustro se reutilizaron en la fachada de la nueva obra.19 El cine-teatro contenía un programa iconográfico regional presente en el amplio vestíbulo y en la galería de la planta alta, a través de la carpintería y la pintura mural de Roberto Cueva del Río y Ricardo Bárcenas. El auditorio también está decorado con frisos de Cueva del Río. La fachada del teatro usa un tema compositivo tripartito que aparece en diversas obras de Le Duc: la sección central con arcadas está flanqueada por dos volúmenes masivos y una cubierta de teja roja (Figura 5). Cabe mencionar que en 1939 el arquitecto trabajaba en un proyecto similar para la creación de un teatro en Jiquilpan a partir de la refuncionalización de la Capilla del Sagrado Corazón.20 Parece que el proyecto no se llevó a cabo, pero el recinto aún guarda una pintura mural de la época que indicaría su uso como espacio cultural.


Figura 5: Proyecto original para el Teatro Emperador Caltzontzin en Pátzcuaro. Planos del Teatro Popular “Lázaro Cárdenas” (1935). Fuente: Fondo Presidentes. Sección LCR. Exp. 609/210. Caja 1105. fs. 13-16. AGNM.

La conversión de templos en bibliotecas se dio en muchas ciudades mexicanas durante este periodo. En Pátzcuaro se refuncionalizó el templo de San Agustín (junto al teatro) para este uso. Se eliminaron los aplanados y se retiraron los escalones que separaban el presbiterio de la congregación para dejar el piso con un solo nivel. La gran pintura mural Historia de Michoacán, obra de Juan O’Gorman, data de un par de años después y retoma los personajes que el mismo Cárdenas promovió como símbolos de la región: la princesa purépecha Eréndira y el obispo Vasco de Quiroga. De manera similar, en 1939 el arquitecto trabajó en Jiquilpan en la creación de la Biblioteca Pública Gabino Ortiz, a partir del Santuario de la Virgen de Guadalupe, este último con pintura al fresco de José Clemente Orozco (Figura 6).21


Figura 6: Interior de la Biblioteca Gabino Ortiz. Jiquilpan. Fuente: Fotografía de la autora.

El tercer rubro en refuncionalizaciones fue el de los museos, que se realizaron en Pátzcuaro, Jiquilpan y Apatzingán, y que ocuparon edificios históricos sin la necesidad de efectuar mayores transformaciones. Por ejemplo, en el edificio que había hospedado el Colegio de San Nicolás en el siglo XVI Cárdenas le encargó a Le Duc la conversión a museo de artes y oficios22 con una obra de restauración y adecuación menores (Ramírez Romero, 1986, pp. 246-250). Al comparar la fotografía de Enrique A. Cervantes (1949, p. 36) con el estado actual se puede constatar que se respetó la fachada, salvo por dos nichos que aparecen arriba del alfiz, sin saber si éstos se introdujeron o eran preexistentes. El edificio se dispone en torno a un patio central con arcadas en sus cuatro lados.
Esta obra de adecuación fue sumamente relevante en la consolidación del proyecto cardenista, al permitir el establecimiento de equipamiento cultural en edificios icónicos de las localidades mencionadas, aunque es menos visible la mano del arquitecto, con excepción del teatro de Pátzcuaro.

La arquitectura escolar y hospitalaria

Aunque durante la gobernación de Cárdenas en Michoacán (1928-1932) se habían dotado de escuelas a numerosos poblados michoacanos, aún estaba incompleto el proyecto educativo y la labor continuó durante el sexenio presidencial. En el marco del proyecto anticlerical, las escuelas construidas durante este periodo tendrían amplias funciones comunitarias, en aras de minar el poder de la Iglesia en los poblados e insertarse, a la vez, en las políticas de atención a comunidades indígenas y la creación de casas del pueblo. Es decir, las escuelas rurales debían funcionar como centros comunitarios para atender también a la población adulta (Calderón Mólgora, 2018, pp. 143-145). Los edificios resultantes de esta política tenían espacios como cocina y comedor comunitario, áreas de cultivo, talleres (forjas, carpintería, imprenta) y regaderas públicas, para fomentar la higiene en comunidades donde las viviendas no contaban con este tipo de instalaciones. Estas nuevas escuelas fueron construidas en piedra o adobe, por lo general con cubiertas de viguería y teja, y en algunas ocasiones de concreto. Le Duc diseñó escuelas en las principales ciudades de Michoacán, como Jiquilpan, Uruapan y Apatzingán, y en varios poblados de la región lacustre de Pátzcuaro, incluidos Tzintzuntzan y la isla de Jarácuaro, todas por orden directa del general Cárdenas.23
En esta línea destacan dos obras: la Escuela Tipo Francisco I. Madero de Jiquilpan y la Escuela Primaria Federal Sevangua, de la Isla de Jarácuaro, en el Lago de Pátzcuaro. La escuela de Jarácuaro se construyó en 1936, según la documentación de archivo que menciona solicitudes de mobiliario y herramientas.24 La Escuela Tipo de Jiquilpan también se construyó a finales de la década de los treinta sin que se tenga la fecha precisa. Los proyectos comparten un partido general con una disposición en U, donde destaca un volumen central que alberga un vestíbulo y las direcciones (matutina y vespertina). En la planta alta se encuentran las casas de los maestros. A partir del volumen central se extienden dos alas con algunos salones; las alas perpendiculares a la calle tienen salones, talleres y otras dependencias.
Por su ubicación urbana, la Escuela de Jiquilpan tiene una fachada principal esmerada.25 Es un edificio que destaca en el contexto por su escala. Cuenta con ricas molduras en torno al acceso principal, que está flanqueado por pilastras tableradas, y sobre el que se aprecian roleos barrocos. Las fachadas interiores tienen menos tratamiento y los vanos son simples perforaciones en el muro. Dos lados del patio son circundados por corredores cubiertos que dan acceso a los salones. A partir del patio cívico se desarrolla una amplia escalinata que conduce al nivel inferior, donde había un área de cultivo. Los servicios sanitarios y los talleres se ubican en esta zona de transición entre el patio y los campos de cultivo, en el nivel inferior. La escuela tenía, además de los salones y talleres, una imprenta ubicada abajo del ala sur, donde se encuentran varios salones (Figura 7).

Figura 7: Fachada de la Escuela Francisco I. Madero en Jiquilpan. Fuente:  Relevamiento de Antonio Castillo, Emmanuel Regalado y Jesús Nuñez. Dibujo de Daniel González.

En la Escuela Primaria Federal Sevangua, construida para la comunidad indígena de la isla de Jarácuaro, es patente la intención de crear un centro comunitario. En el momento de la construcción de la escuela, la isla no contaba con electricidad, drenaje ni agua potable, por lo que el proyecto contempló un depósito de agua, una caseta de bombas y la instalación de un generador. También se tuvo que construir un muelle para el traslado de materiales de construcción a la isla. El programa incluyó, además de los salones de clase y los talleres, habitaciones para cuatro maestros (cada una con baño y cocina), comedor comunitario, dispensario médico y servicios sanitarios, además de regaderas, todo lo cual estaba al servicio de la población en general. De frente al lago había tierras de cultivo, una gradería y un espacio abierto con doble función de teatro al aire libre y estadio deportivo (Le Duc, 1938). El partido en U se abre hacia el lago de tal manera que la escuela es lo primero que se veía al llegar a la isla. Tal vez esto se relacione con la intención de establecer a la escuela como un hito, como lo había sido el templo por siglos. Esta intención se visibiliza en la imagen que aparece en la decoración del interior del Teatro Emperador Caltzontzin realizada por Roberto Cueva del Río, que destaca la escuela y deja ausente al templo (Figura 8).


Figura 8: Croquis del conjunto de la Escuela Primaria Sevangua en Jarácuaro. Fuente: Le Duc, A. (1938). Escuela primaria en la Isla de Jarácuaro. Arquitectura y Decoración, 6, p. 15.

Le Duc diseñó otras escuelas en Michoacán, como la Escuela Primaria Federal Dos de Octubre de Tzintzuntzan (1939, hoy parcialmente demolida), la Escuela Primaria 20 de noviembre en Uruapan y la Escuela Primaria Federal Morelos en Apatzingán (1955).26 Probablemente sea el autor de una escuela prevocacional en Jiquilpan (actualmente Centro Recreativo El Casino), una escuela vocacional para mujeres en Jiquilpan (hoy ocupado por el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional del Instituto Politécnico Nacional).
Con respecto a la arquitectura hospitalaria, que formaba parte del proyecto de beneficencia social cardenista, Le Duc participó en tres obras: una en Jiquilpan, otra en la ciudad vecina de Sahuayo (ambas construidas en 1940)27 y una tercera en Pátzcuaro, a través de la adecuación del Hospital de San Juan de Dios, ahora Hospital Civil. El hospital de Sahuayo fue demolido y actualmente está en un proceso de reconstrucción que sigue los lineamientos generales marcados por el proyecto general.28
El Hospital Octaviana Sánchez de Jiquilpan se creó como institución de beneficencia social y para apoyar su labor se estableció una plaza de toros, un campo de béisbol y un centro recreativo. Le Duc fue el autor de los últimos dos equipamientos.29 El edificio se desplanta en U con una fachada principal que emplea en la entrada principal molduras similares a las de la Escuela Francisco I. Madero. En el eje frontal de la planta baja se ubicaban áreas de consulta y un quirófano y en la planta alta oficinas; las dos alas laterales estaban destinadas a la hospitalización, de un lado para hombres y del otro para mujeres (Figura 9).


Figura 9: Sección central de la fachada del Hospital Octaviana Sánchez en Jiquilpan. Fuente: Fotografía de la autora.

Tanto en la arquitectura escolar como en la hospitalaria el aspecto formal era importante. Por un lado, se tenía que trabajar en la creación de nuevos hitos arquitectónicos con formas reconocibles e icónicas que pudieran competir con las torres de los templos. Las fachadas desarrolladas por Le Duc, con elementos centrales jerarquizados, muros macizos y teja roja abonaban al discurso oficial. Al mismo tiempo, las propuestas formales volvían familiares las nuevas instituciones, y contribuían a su aceptación, sobre todo en poblaciones rurales.

Reflexiones finales

Poco antes de morir, Lázaro Cárdenas mencionó una visita de Le Duc en su diario. Se refirió a él con la expresión “dilecto amigo” (Cárdenas, 1972, p. 219), pues Le Duc lo había acompañado durante décadas como el encargado de plasmar las inquietudes del General en las obras arquitectónicas, a través del empleo de una estética que refiere a los poblados tradicionales de Michoacán, con muros encalados y teja roja. Esta vertiente estilística ha sido adjetivada por diversos autores como “neocolonial”, a pesar de llevar una intencionalidad distinta a la de usar lenguajes barrocos en aras del nacionalismo; y, si bien puede tener similitudes con el llamado “estilo californiano”, en las intenciones se aleja de la idea del glamour hollywoodense.
Los lenguajes surgieron en la intersección entre el gusto personal de Cárdenas por la vida campestre y los poblados rurales y la incipiente industria del turismo, prioridad de su administración. Esto queda claro en la legislación promovida por Cárdenas en Pátzcuaro y Jiquilpan (Mercado López, 2015), donde se buscaba fortalecer una imagen “pueblerina”. La estética se usó ampliamente en estaciones de servicio y hoteles, en concordancia con lo que el visitante extranjero esperaba encontrar en México (Ettinger, 2018). En este escenario, la arquitectura escolar y hospitalaria, por moderna que fuera en su interior, debía contribuir en su fachada a esta imagen de pueblo. Los lenguajes, sin duda, se parecen a los estilos en boga de otros lugares, pero cargan con una intencionalidad distinta que se vincula con las políticas de Cárdenas en relación con lo rural, lo indígena y el turismo.
Tanto la intencionalidad detrás de esta propuesta arquitectónica como el mismo arquitecto Le Duc son poco visibles en la historiografía de la arquitectura mexicana. Mientras su hermano Carlos recibía reconocimiento como arquitecto moderno, Alberto estaba a la sombra del gobernante y trabajaba en “la provincia,” lejos de los centros de producción del conocimiento, donde realizaba obras que no se insertaban en las vanguardias modernas contemporáneas a él.
Este rescate historiográfico no se limita a la obra de un personaje relevante, sino que remite a una mejor comprensión del periodo de la posrevolución en México, de las relaciones que se establecen entre los gobernantes y sus arquitectos, y del papel que estos últimos cumplen al traducir las políticas a lenguajes arquitectónicos. Así mismo, estas líneas invitan a reconsiderar el reduccionismo en el que frecuentemente se cae al hablar de arquitectura neocolonial en México y América Latina, al reconocer la vertiente barroca y la californiana, sin reparar en otras propuestas estéticas, en este caso relacionadas con la creación de destinos turísticos y el fortalecimiento de una identidad regional.

NOTAS

1. En el presente texto se respetará la ortografía que Le Duc utilizó en su documentación oficial; su padre era Leduc, pero su madre registró a sus cinco hijos con la ortografía Le Duc para distinguirlos de los hijos de su primera esposa. Entrevista a Patricia Leduc Romero (sobrina nieta de Alberto Le Duc Montaño), 17 de octubre de 2019.

2. Entonces dependiente de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

3. El General Cárdenas nació en Jiquilpan y mantuvo allí una residencia familiar.

4. Pátzcuaro es un sitio de gran importancia histórica ya que fue la primera sede del Obispado de Michoacán y estaba ubicado en una de las zonas de mayor población indígena del Estado. Cárdenas estableció allí su residencia antes de su periodo como gobernador de 1928-1932.

5. Cerca de Apatzingán Cárdenas tenía el Rancho Galeana y a lo largo de su vida mantuvo lazos con los pobladores de la región.

6. El Teatro Emperador Caltzontzin, la Biblioteca Pública Gertrudis Bocanegra y el Museo de Artes e Industrias Populares en Pátzcuaro y la Biblioteca Gabino Ortiz en Jiquilpan.

7. La Escuela Francisco I. Madero en Jiquilpan, la Escuela Sevangua en la isla de Jarácuaro en el lago de Pátzcuaro y la Escuela 2 de Octubre en el pueblo ribereño de Tzintzuntzan.

8. El Sanatorio Octaviana Sánchez, hoy Hospital Lázaro Cárdenas de Jiquilpan.

9. Registro de bautizo de Alberto Leduc. 1 de mayo de 1900. Recuperado de: Family Search https://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:939D-P1SD-Z?i=630&cc=1615259. Documentos oficiales posteriores indican el año 1901 y Sayula o Irapuato como lugar de nacimiento.

10. Carlos Le Duc Montaño fue un importante constructor de escuelas y hospitales funcionalistas, conocido en la historiografía de la arquitectura mexicana del siglo XX por el trabajo monográfico de Guzmán Urbiola (2004). En vida recibió el Gran Premio de la Academia Nacional de Arquitectura por su relevante trayectoria.

11. Documento migratorio de Alberto Le Duc de 1927. Recuperado de: Family Search https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:Q2WJ-HTZD. Entrevista a Alberto Le Duc, 3 de febrero 2020, Ciudad de México.

12. En el marco de sus actividades en esta dependencia participó como coautor del folleto Una casa habitación del siglo XVIII en México (Le Duc y Álvarez Espinosa, 1939).

13. Teatro Popular “Lázaro Cárdenas”. Gobierno local pide ayuda para ese objeto. 1935-1940. Fondo Presidentes. Sección Lázaro Cárdenas del Río [en adelante LCR]. Exp. 609/210. Caja 1105. fs. 13-16. Archivo General de la Nación, México [en adelante AGNM].

14. Posteriormente llamado del Balsas.

15. Carta de Alberto Le Duc a Lázaro Cárdenas del Río. 12 de mayo de 1936. Fondo Presidentes. Sección LCR. Exp. 609/210. Caja 1105. s/f. AGNM. Con este dato se permite fechar el inicio de la intervención entre 1936 y 1937, a diferencia de otros autores que han manejado la fecha de 1935.

16. Con motivo de la entrega de la propiedad al Centro Regional de Educación Fundamental en América Latina (CREFAL). La casa se había terminado en 1940.

17. La escultura monumental se erigió en 1933 a instancias de Cárdenas. Es una obra escultórica de Guillermo Ruiz con pintura mural de Ramón Alva de la Canal, construida por el ejército. Repositorio: Morelos, José María. Refiérese monumento Morelos en Pátzcuaro. Nombramiento cuidador. 1935-1940. Fondo Presidentes. Sección LCR. Exp. 562.2/14. Caja 978. s/f. AGNM.

18. Teatro Popular “Lázaro Cárdenas”. Planos. 1935. Fondo Presidentes. Sección LCR. Exp. 609/210. Caja 1105. fs. 13-16. AGNM.

19. La inspección visual del edificio hace dudar de esta apreciación.

20. Beneficencia Pública. Envío Publicación. Información sobre los Decretos Presidenciales 973 y 974 que otorgan el usufructo de la ex-Capilla del Sagrado Corazón de Jesús en favor de la Beneficencia Pública de Jiquilpan. 27 y 30 de noviembre de 1940. Fondo Presidentes. Sección LCR. Exp.562.4/617. Caja 986. s/f. AGNM.

21. Mariano Cruz S. pretende hacerse mejoras materiales en Jiquilpan. Informe relativo. julio-noviembre 1940. Fondo Presidentes. Sección LCR. Exp. 609/435. Caja 1108. s/f. AGNM.

22. Es uno de los dos proyectos relacionados con la artesanía. El otro planteaba una casa para industrias indígenas cerca de la glorieta de Tanganxoan, donde los turistas podían ver el trabajo de los artesanos y comprar sus piezas. Cuando todo estaba listo para comenzar la obra se encontró que el terreno había sido ocupado por una gasolinera; se ordenó su demolición pero el proyecto no se realizó. Estaciones a gasolina. Protesta por instalación. Informe detallado del estado que guardan los diversos trabajos encomendados a Alberto Le Duc por Lázaro Cárdenas. 1936. Fondo Presidentes. Sección LCR. Exp. 523.4/132. Caja 656. s/f. AGNM.

23. Otro constructor de escuelas fue el militar José Antonio García Rojas, autor del Internado y Escuela Primaria Hijos del Ejército en Pátzcuaro, la escuela primaria de la isla de la Pacanda, una escuela en Paracho y otra en Coalcoman, además del mirador Sandio en San Jerónimo Purenchécuaro.

24. Isla Jarácuaro. SEP informa haber girado dinero para esa escuela. 21 y 23 de enero de 1936. Fondo Presidentes. Sección LCR. Exp. 534/138. Caja 689. s/f. AGNM. En este documento se solicita mobiliario. Entre agosto y septiembre de ese mismo año seguía en construcción. Al mismo tiempo se introdujo agua potable y se hizo el dragado de un canal para llegar a los muelles. Carta de Francisco J. Múgica a Lázaro Cárdenas 31 de agosto de 1936. Fondo Presidentes. Sección LCR. Serie Correspondencia. Rollo 17. s/f. AGNM y Carta de Lázaro Cárdenas a Francisco J. Múgica. 11 de septiembre de 1936. Fondo Presidentes. Sección LCR. Serie Correspondencia. Rollo 17. s/f. AGNM. Finalmente, otro documento de la Secretaría de Hacienda, señala que para octubre se llevaron a cabo los trabajos de techado de la escuela: Carta del Inspector Fiscal de Morelia al Jefe de la Oficina Central de Inspección Fiscal. 28 de octubre de 1936. Fondo Presidentes. Sección LCR. Exp. 609/210. Caja 1105. s/f. AGNM.

25. Cabe mencionar que se ubica frente a la casa familiar de Cárdenas y junto al nuevo acceso a la ciudad, que va desde la carretera y cruza un puente que la población local adjudica a Le Duc.

26. Esta escuela se mandó a hacer en 1940 con financiamiento de los productores de limón de la región. Se inauguró el 20 de abril de 1955. Presidencia municipal. Dice haber construido Junta de Mejoras. 15 de marzo de 1935. Repositorio: Fondo Presidentes. Sección LCR. Exp 609/32. Caja 1101. s/f. AGNM. Para la escuela de Tzintzuntzan se tiene la referencia: Fondo Presidentes. Sección LCR. Exp 568/9. Caja 1063. s/f. AGNM.

27. Carta de Alberto Le Duc a Lázaro Cárdenas. 17 de julio de 1940. Fondo Presidentes. Sección LCR. Exp. 609/435. Caja 1108. s/f. AGNM.

28. Entrevista al arquitecto Rodrigo Ávila Víctor, encargado de la obra. Jiquilpan, 30 septiembre 2019.

29. Entrevista a la doctora Claudia Canela Cacho, Hospital Lázaro Cárdenas, Jiquilpan, 2 julio 2019.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Calderón Mólgora, M. A. (2018). Educación rural. Experimentos sociales y Estado en México: 1910-1933. Zamora, México: Colegio de Michoacán.         [ Links ]

2. Cárdenas, L. (1972). Obras I. Apuntes 1967-1970. Vol. IV. Ciudad de México, México: Universidad Nacional Autónoma de México.         [ Links ]

3. Cervantes, E. A. (1949). Pátzcuaro en el año de mil novecientos treinta y seis. Ciudad de México, México: Impresión del autor.         [ Links ]

4. Cervantes, E. (2015). El oficio de hacer ciudades. Ciudad de México, México: Universidad Nacional Autónoma de México.         [ Links ]

5. Cortés Zavala, M. T. (1995). Lázaro Cárdenas y su proyecto cultural en Michoacán. Morelia, México: Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.         [ Links ]

6. Ettinger, C. (2018). Imaginarios Pueblerinos. Las gasolineras del cardenismo en México. Registros. Revista de Investigación Histórica, 14(2), pp. 28-50.         [ Links ]

7. Guzmán Urbiola, X. (2004). Carlos Leduc. Vida y obra. Ciudad de México, México: Universidad Nacional Autónoma de México.         [ Links ]

8. Jolly, J. (2018). Creating Pátzcuaro. Creating México. Art, Tourism, and Nation Building under Lázaro Cárdenas.Austin, Estados Unidos: University of Texas Press.         [ Links ]

9. Le Duc, A. (1938). Escuela primaria en la Isla de Jarácuaro. Arquitectura y Decoración, 6, pp. 9-19.         [ Links ]

10. Le Duc, A. y Álvarez Espinosa, R. (1939) Una casa habitación del siglo XVIII en la Ciudad de México. Ciudad de México, México: Talleres de la Editorial Cultura.         [ Links ]

11. Mandoki, K. (2007). La construcción estética del Estado y de la identidad nacional. Prosaica Tres. Ciudad de México, México: CONACULTA/FONCA.         [ Links ]

12. Mercado López, E. (2015). El turismo y la protección legal del aspecto típico de las poblaciones en el México posrevolucionario. Palapa, 3(17), pp. 57-72.         [ Links ]

13. Ramírez Romero, E. (1986). Catálogo de monumentos y sitios de la región lacustre. Tomo I. Pátzcuaro. Morelia, México: Gobierno del Estado de Michoacán.         [ Links ]

14. Sudjic, D. (2005). The Edifice Complex. The Architecture of Power. Londres, Inglaterra: Penguin Books.         [ Links ]

15. Toussaint, M. (1942). Pátzcuaro. Ciudad de México, México: Universidad Nacional de México.         [ Links ]

BIBLIOGRAFÍA

1. Pérez Montfort, R. (2011). Nacionalidad y representación en el México posrevolucionario. En P. Escalante Gonzalbo (Ed.), La idea de nuestro patrimonio histórico y cultural. (pp. 247-269). Ciudad de México, México: CONACULTA.

AGRADECIMIENTOS

Se agradece al Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas las facilidades para conocer su propiedad en Jiquilpan.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons