Introducción
El fútbol es el deporte con mayor popularidad a nivel mundial, siendo a su vez el que más seguidores tiene en Argentina. En el último censo de la Fédération Internationale de Football Association (FIFA) realizado en el año 2006, se encontraron 265 millones de jugadores alrededor del mundo, correspondiendo el 90% al fútbol masculino (más de 238 millones de jugadores) y el 10% restante, al fútbol femenino (26 millones de jugadoras).1 Sudamérica es una de las regiones con mayor porcentaje de futbolistas en relación a la densidad poblacional (7,4%).1 Según el Reporte de Fútbol Profesional de la FIFA del año 2019, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) registra unos 20.854 jugadores profesionales, correspondientes a un total de 463 clubes. En nuestro país existen 3.920 jugadores profesionales y 103 clubes profesionales, los que mayormente se encuentran repartidos en las primeras tres categorías: 26 equipos en la Superliga, 25 en la Primera Nacional y 20 en la Primera B Metropolitana.2
Los registros de lesiones, sobre todo de equipos europeos, muestran que las lesiones más prevalentes en este deporte son las musculares (31%), seguidas luego por las lesiones ligamentarias. Dentro de las lesiones musculares, el 37% involucran a los isquiotibiales, las que, además, ocupan el primer lugar en cuanto a severidad. Las lesiones subsiguientes son en el complejo aductor, esguinces de tobillo y lesiones en el ligamento colateral medial de la rodilla.3
Las lesiones conllevan un impacto negativo en el rendimiento de los jugadores y del equipo, causando además elevados costos en salud.4 Sin lugar a dudas, las presiones recibidas y los factores psicosociales aumentan la probabilidad de padecer lesiones en nuestros deportistas.5 Conocer nuestra población y la incidencia de lesiones nos permite establecer estrategias preventivas y así disminuir las tasas de lesiones, los costos en salud, las pérdidas de tiempo deportivo y los daños permanentes en los jugadores.4 Hasta el momento no existen suficientes datos epidemiológicos publicados sobre lesiones en futbolistas profesionales argentinos, por lo que el objetivo del siguiente estudio es describir la prevalencia, incidencia, severidad y el correspondiente impacto lesional de nuestra población, así como también establecer una diferenciación entre período del año, puestos y situación en la que se producen las lesiones.
Materiales y método
Estudio observacional, descriptivo, retrospectivo y longitudinal de un equipo de la tercera categoría profesional del fútbol argentino durante dos temporadas (junio de 2018 a mayo de 2019, y junio de 2019 a mayo de 2020).
Los dos kinesiólogos del club fueron los encargados de completar los datos de forma semanal, los cuales se recolectaron en una planilla digital de Excel, en la que se registraron las variables del estudio. Los mismos contaban con 1 año de experiencia previa en el registro de patologías y/o lesiones.
Se incluyó a todos los deportistas que tuvieron participación activa en entrenamientos y competencias en el primer equipo del club durante al menos una temporada completa y con una edad mayor a 18 años. Se eliminó a aquellos jugadores que al finalizar el estudio aún no tenían el alta médica de su lesión.
El diseño del estudio siguió los lineamientos del consenso de toma de datos para recolección de información de estudios epidemiológicos, incluyendo las normas “Fortalecimiento del reporte de estudios observacionales en epidemiología: vigilancia de lesiones y enfermedades deportivas” (STROBE-SIIS, por sus siglas en inglés).6 Según las mismas, se define lesión a cualquier daño tisular u otro trastorno de función física normal debido a la participación en deportes, lo que resulta de transferencia rápida o repetitiva de energía cinética. Por otro lado, se define enfermedad como una queja o trastorno experimentado por un atleta, no relacionado con la lesión.
Las lesiones musculares se clasificaron según el consenso de Munich en lesiones estructurales (3A, 3B o 4) a aquellas que según clínica y estudios complementarios presentaban daño muscular a nivel fibrilar o fascicular, y en lesiones funcionales (1A,1B, 2A o 2B) a aquellas que según clínica y exámenes complementarios no evidenciaban daño muscular.7 De todas maneras no se especificó el grado de lesión para evitar sesgos, pero sí la diferenciación entre estructural y funcional.
Los deportistas fueron evaluados y tratados en el Hospital de Agudos J. A. Fernández, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A su vez, el estudio fue aprobado por el comité de ética de dicho hospital bajo el código de registro 2773.
Variables de exposición
La exposición se registró diariamente estando el profesional presente en cada entrenamiento, tomando los minutos de cada jugador. El mismo concepto se usó para las competencias, en las cuales se tomó el tiempo exacto de cada jugador en cancha. Las variables se fueron completando semanalmente en la planilla de Excel digital. Esto mismo concuerda con lo propuesto por el último consenso de toma de datos.6 En dicho consenso se definió “competencia” como un juego organizado entre atletas opuestos o equipos de atletas o como atletas que compiten contra el tiempo y/o para obtener un puntaje (juzgado o medido). El “entrenamiento” se definió como aquellas actividades físicas realizadas por el atleta que tienen como objetivo entrenar o mejorar sus habilidades, condición física y/o rendimiento en su deporte.6
La incidencia de lesiones se registró como el número de lesiones / 1000 horas de exposición a entrenamientos y/o partidos. La prevalencia se calculó dividiendo el número de casos por la población correspondiente expuesta al riesgo.
Variables demográficas
Se recolectaron las siguientes variables de cada jugador: edad, talla, peso, índice de masa corporal (IMC).
Variables relacionadas con la lesión
A su vez, las variables registradas en relación a las lesiones fueron: zona de la lesión, lateralidad, tipo de lesión, diagnóstico, código según Orchard Sports Injury Classification System (OSICS) versión 10.08, recidiva (sí o no), causa (traumática o sobreuso), mecanismo lesional (agudo, repetitivo de aparición aguda o repetitivo de aparición gradual), contacto (sin contacto, con contacto directo o indirecto con otro jugador u objeto), posición del jugador (arquero, defensor, mediocampista, delantero), periodo del año (pretemporada o temporada), situación de la lesión (entrenamiento o partido), estudios complementarios, tipo de tratamiento (conservador o quirúrgico), y por último se registró la severidad. En base a esto último, las lesiones se registraron según el concepto de días perdidos y no se registraron las lesiones enmarcadas dentro del concepto de atención médica, ni aquellas lesiones que permitían al jugador seguir disponible para los entrenamientos o competencias. La severidad de la lesión se registró según días perdidos y clasificada en 0 días; 1 a 7 días; 8 a 28 días y aquellas que duraron más de 28 días.6
Análisis estadístico
Las variables categóricas se reportan como número de presentación y porcentaje. Las variables continuas que asumieron una distribución normal se reportan como media y desvío estándar (DE). De lo contrario, se utilizó la mediana y el rango intercuartílico (RIQ). Para determinar la distribución de las variables continuas se utilizó la prueba de Shapiro-Wilk o Kolomogorov-Smirnov, según correspondiera.
Las tasas de incidencia se determinaron utilizando los métodos sugeridos por la literatura y se expresaron como el número de lesiones por cada 1.000 horas en riesgo.6,9
El impacto lesional (Injury Burden) se define como la pérdida esperada en una determinada situación dentro de un período de tiempo establecido, y se cuantifica con el producto del tiempo de ausentismo por lesión y la incidencia de lesión.10
Se consideró significativo un p-valor < 0,05. Para el análisis de los datos se utilizó el software IBM SPSS Macintosh, versión 25.0 (IBM Corp., Armonk, NY, USA).
Resultados
En el período estudiado, de los 68 jugadores analizables, se incluyeron un total de 66 jugadores y se eliminaron 2 por no tener el alta al finalizar el estudio. En la Tabla 1 se presentan las características antropométricas según la posición de juego. Treinta jugadores (45,5%) participaron sólo durante la primera temporada, 26 (39,4%) sólo en la segunda temporada, y 10 (15,2%) participaron en ambas temporadas.
Variables* | n | % | Edad (años) | Altura (cm) | Peso (kg) | IMC (kg/m2) |
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Todos los jugadores (n= 66) | 66 | 100 | 24,9 (5,3) | 177,9 (7,1) | 76,7 (8,4) | 24,2 (1,8) |
Arquero (n= 6) | 6 | 9,1 | 25,5 (4,0) | 185,0 (4,6) | 83,2 (5,9) | 24,3 (2,3) |
Defensor (n= 20) | 20 | 30,3 | 24,3 (5,6) | 180,5 (6,2) | 78,7 (6,8) | 24,1 (1,5) |
Mediocampista (n= 29) | 29 | 43,9 | 24,5 (4,9) | 173,9 (6,5) | 73,2 (7,6) | 24,2 (1,7) |
Delantero (n= 11) | 11 | 16,7 | 26,6 (6,6) | 179,5 (6,1) | 78,9 (10,8) | 24,4 (2,4) |
IMC: Índice de Masa Corporal. *Valores expresados en media (desvío estándar).
Durante las 2 temporadas se registraron un total de 23.072 horas de exposición, siendo 1.007 horas en partidos y 22.065 horas en entrenamientos (7.937 horas en entrenamientos de pretemporada y 14.128 en entrenamientos de temporada). La mediana de tiempo de exposición en partido fue de 8,32 horas (RIQ 0,4 - 30,5) y en entrenamiento 314,5 horas (RIQ 277,4 - 390,9).
Los tiempos totales de exposición según la posición de juego fueron: 2.281 horas en arqueros, 6.624 horas en defensores, 10.291 horas en mediocampistas y 3.876 horas en delanteros.
La prevalencia de lesión fue de 80,3% en el período analizado (53 jugadores). De ellos, 11 (20,8%) presentaron una sola lesión, 19 (35,8%) dos lesiones, 13 (24,5%) tres lesiones, 6 (11,3%) cuatro lesiones y 4 (7,6%) presentaron cuatro lesiones o más. Un jugador presentó 11 lesiones.
De los 53 lesionados, 4 (7,5%) eran arqueros, 18 (34%) defensores, 21 (39,6%) mediocampistas y 10 (18,9%) delanteros.
Durante las dos temporadas se registraron un total de 139 lesiones de las cuales 54 (38,8%) ocurrieron durante partidos y 85 (61,2%) durante entrenamientos. Nueve (6,5%) requirieron tratamiento quirúrgico. Se registró una tasa de incidencia de lesión en de 53,6/1.000 hs-partido-jugador y 3,8/1.000 hs-entrenamiento-jugador. La tasa de incidencia global fue de 6,0/1.000 hs-jugador (Tabla 2).
Orchard Sports Injury Classification System | Todos n= 139 | Entrenamiento pretemporada n= 28 | Entrenamiento temporada n= 57 | Partido n= 54 | ||||||||||||||||
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n | % | A* | IL | Inc† | n | % | A* | IL | Inc† | n | % | A* | IL | Inc† | n | % | A* | IL | Inc† | |
Lesión estructural bíceps femoral (TMHB) | 15 | 10,8 | 22 | 14,3 | 0,65 | 3 | 10,7 | 27 | 10,2 | 0,38 | 8 | 14,0 | 21 | 11,9 | 0,57 | 4 | 7,4 | 22 | 87,4 | 3,97 |
Esguince lateral de tobillo (AJLA) | 13 | 9,4 | 8 | 4,5 | 0,56 | 5 | 17,9 | 6 | 3,8 | 0,63 | 5 | 8,8 | 10 | 3,5 | 0,35 | 3 | 5,6 | 17 | 50,6 | 2,98 |
Lesión funcional de isquiotibiales (TMYH) | 6 | 4,3 | 4 | 1,0 | 0,26 | 0 | 0,0 | - | - | 0,00 | 2 | 3,5 | 3 | 0,4 | 0,14 | 4 | 7,4 | 4 | 15,9 | 3,97 |
Lesión funcional de aductor (TMYA) | 6 | 4,3 | 3 | 0,8 | 0,26 | 2 | 7,1 | 3 | 0,8 | 0,25 | 2 | 3,5 | 3 | 0,4 | 0,14 | 2 | 3,7 | 7 | 13,9 | 1,99 |
Esguince medial de tobillo (AJDX) | 5 | 3,6 | 18 | 3,9 | 0,22 | 2 | 7,1 | 11 | 2,8 | 0,25 | 1 | 1,8 | 9 | 0,6 | 0,07 | 2 | 3,7 | 22 | 43,7 | 1,99 |
Lesión estructural aductor largo (TMAL) | 4 | 2,9 | 25 | 4,3 | 0,17 | 0 | 0,0 | - | - | 0,00 | 3 | 5,3 | 29 | 6,2 | 0,21 | 1 | 1,9 | 13 | 12,9 | 0,99 |
Hematoma poscontusivo en el cuádriceps (THMQ) | 4 | 2,9 | 2 | 0,3 | 0,17 | 0 | 0,0 | - | - | 0,00 | 1 | 1,8 | 9 | 0,6 | 0,07 | 3 | 5,6 | 2 | 6,0 | 2,98 |
Lesión funcional de sóleo (QMYS) | 4 | 2,9 | 4 | 0,7 | 0,17 | 2 | 7,1 | 4 | 1,0 | 0,25 | 1 | 1,8 | 1 | 0,1 | 0,07 | 1 | 1,9 | 6 | 6,0 | 0,99 |
Lesión estructural gemelo interno (QMGM) | 4 | 2,9 | 28 | 4,9 | 0,17 | 1 | 3,6 | 29 | 3,7 | 0,13 | 1 | 1,8 | 26 | 1,8 | 0,07 | 2 | 3,7 | 31 | 61,6 | 1,99 |
Esguince LLI de rodilla grado 2 (KJMB) | 4 | 2,9 | 21 | 3,6 | 0,17 | 1 | 3,6 | 22 | 2,8 | 0,13 | 1 | 1,8 | 44 | 3,1 | 0,07 | 2 | 3,7 | 18 | 35,7 | 1,99 |
Posquirúrgico LCA (YKLA) | 2,2 | 243 | 31,6 | 0,13 | 0 | 0,0 | - | - | - | 0 | 0,0 | - | - | - | 3 | 5,6 | 243 | 723,9 | 2,98 | |
Posquirúrgico menisectomía (YKCM) | 3 | 2,2 | 66 | 8,6 | 0,13 | 0 | 0,0 | - | - | - | 1 | 1,8 | 51 | 3,6 | 0,07 | 2 | 3,7 | 93 | 184,7 | 1,99 |
A: ausentismo; IL: impacto lesional; Inc: incidencia; LLI: ligamento lateral interno; LCA: ligamento cruzado anterior. *El ausentismo se reporta en días y se expresa como valor absoluto o mediana, según corresponda. †Los valores de incidencia se reportan como lesiones / 1.000 horas-jugador.
La entidad más frecuente fue la lesión muscular estructural del bíceps femoral, con un total de 16 lesiones en dos temporadas, seguida del esguince lateral de tobillo con 13 jugadores involucrados. Las lesiones subsiguientes fueron: 6 lesiones funcionales de isquiotibiales y 6 lesiones funcionales de aductores. Las incidencias totales según el periodo, así como el impacto lesional, la prevalencia y la severidad, están reportadas en la Tabla 2 según corresponde.
La mediana de ausentismo por lesión resultó de 12 días (RIQ 4 - 23). En cuanto a la severidad de las lesiones por ausentismo, en el grupo de de 0-7 días se hallaron 60 lesiones (43,2%), con una mediana de 3 días (RIQ 2,25 - 5,75) días; de 8-28 días 54 lesiones (38,8%), con una mediana de 19 días (RIQ 13 - 21,25); y mayor a 28 días en 25 lesiones (18%), con una mediana de 44 días (RIQ 32,5 - 93,5).
En las lesiones ocurridas durante el entrenamiento en pretemporada, la mediana de ausentismo resultó de 6 días (RIQ 3 - 21,5), de 14 días (RIQ 5 - 25,5) en las ocurridas durante el entrenamiento de temporada, y de 9,5 días (RIQ 3 - 21,5) en las ocurridas durante el partido.
Las 3 lesiones con mayor severidad ocurrieron en partido y fueron la ruptura del ligamento cruzado anterior (n= 3), la luxación anterior de codo (n= 1) y la luxo-fractura de codo (n= 1), con una mediana de ausentismo de 243, 226 y 118 días, respectivamente. Cabe destacar que la primera y la tercera lesión, derivaron en tratamiento quirúrgico.
En la Figura se presenta la relación entre la severidad y la incidencia de las 10 lesiones más frecuentes y 10 lesiones más severas.
OSICS: Orchard Sports Injury Classification System; TMHB: lesión estructural bíceps femoral; AJLA: esguince lateral de tobillo;TMYH: lesión funcional de isquiotibiales;TMYA:lesión funcional de aductor; AJDX: esguince medial de tobillo; TMAL: lesión estructural aductor largo; THMQ: hematoma post contusivo en el cuádriceps; QMYS: lesión funcional de sóleo; QMGM: lesión estructural gemelo interno; KJMB: esguince ligamento lateral interno de rodilla grado 2; YKLA: posquirúrgico ligamento cruzado anterior; YKCM: posquirúrgico menisectomía; EDXX: luxación de codo; YEXX: posquirúrgico codo; SFCM: fractura tercio medio de clavícula; YARX: posquirúrgico tobillo; AJSX: esguince sindesmosis de tobillo; STSP: desgarro parcial supraespinoso; KGIX: síndrome cintilla iliotibial; KJPX: subluxación rotuliana.
En la Tabla 3 se presentan las frecuencias e incidencias de los tipos de lesiones observadas según la posición de juego.
Tipo de lesión | Todas n= 139 | Arquero n= 10 | Defensor n= 41 | Mediocampista n= 68 | Delantero n= 20 | ||||||||||||||||||||
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n | % | A* | IL | Inc† | n | % | A* | IL | Inc† | n | % | A* | IL | Inc† | n | % | A* | IL | Inc† | n | % | A* | IL | Inc. | |
Desgarro muscular, distensión, contractura o calambre | 62 | 44,6 | 14 | 37,6 | 2,69 | 2 | 20,0 | 4 | 3,5 | 0,88 | 18 | 43,9 | 15 | 40,8 | 2,72 | 36 | 52,9 | 14 | 49,0 | 3,50 | 6 | 30,0 | 14 | 420,0 | 30,00 |
Esguince/lesión ligamentaria | 32 | 23,0 | 15 | 20,8 | 1,39 | 2 | 20,0 | 12 | 10,5 | 0,88 | 9 | 22,0 | 22 | 29,9 | 1,36 | 14 | 20,6 | 12 | 16,3 | 1,36 | 7 | 35,0 | 6 | 210,0 | 35,00 |
Hematoma o contusión | 16 | 11,5 | 4 | 2,8 | 0,69 | 1 | 10,0 | 2 | 0,9 | 0,44 | 4 | 9,8 | 5 | 3,0 | 0,60 | 7 | 10,3 | 4 | 2,7 | 0,68 | 4 | 20,0 | 3 | 60,0 | 20,00 |
Tendinopatía, ruptura de tendón, tendinosis o bursitis | 10 | 7,2 | 13 | 5,6 | 0,43 | 1 | 10,0 | 33 | 14,5 | 0,44 | 5 | 12,2 | 23 | 17,4 | 0,75 | 3 | 4,4 | 3 | 0,9 | 0,29 | 1 | 5,0 | 11 | 55,0 | 5,00 |
Lesión meniscal o de cartílago | 5 | 3,6 | 51 | 11,1 | 0,22 | 2 | 20,0 | 28 | 24,6 | 0,88 | 1 | 2,4 | 25 | 3,8 | 0,15 | 1 | 1,5 | 66 | 6,4 | 0,10 | 1 | 5,0 | 120 | 600,0 | 5,00 |
Fractura | 5 | 3,6 | 68 | 14,7 | 0,22 | 0 | 0,0 | - | - | - | 2 | 4,9 | 44 | 13,3 | 0,30 | 2 | 2,9 | 94 | 18,3 | 0,19 | 1 | 5,0 | 3 | 15,0 | 5,00 |
Luxación o subluxación | 3 | 2,2 | 68 | 8,8 | 0,13 | 0 | 0,0 | - | - | - | 2 | 4,9 | 53 | 16,0 | 0,30 | 1 | 1,5 | 226 | 22,0 | 0,10 | 0 | 0,0 | - | - | - |
Contusión con o sin pérdida de conocimiento | 3 | 2,2 | 4 | 0,5 | 0,13 | 1 | 10,0 | 4 | 1,8 | 0,44 | 0 | 0,0 | - | - | - | 2 | 2,9 | 5 | 1,0 | 0,19 | 0 | 0,0 | - | - | - |
Otras | 3 | 2,2 | 4 | 0,5 | 0,13 | 1 | 10,0 | 1 | 0,4 | 0,44 | 0 | 0,0 | - | - | - | 2 | 2,9 | 12 | 2,3 | 0,19 | 0 | 0,0 | - | - | - |
A: ausentismo; IL: impacto lesional; Inc: incidencia. *El ausentismo se reporta en días y se expresa como valor absoluto o mediana, según corresponda. †Los valores de incidencia se reportan como lesiones / 1.000 horas-jugador.
Del total de 139 lesiones, el tipo de lesión más frecuente fue la muscular [n= 62 (44,6%)], seguida de la ligamentaria [n= 32 (23%)].
En cuanto a la causa de lesión, 102 (73,4%) de las lesiones fueron traumáticas. El mecanismo más prevalente fue el agudo [n= 103 (74,1%)] y en su mayoría ocurrieron sin contacto [n= 101 (72,7%)] (Tabla 4).
Característica | n | % |
---|---|---|
Causa | ||
Traumática | 102 | 73,4 |
Sobreuso | 37 | 26,6 |
Mecanismo | ||
Agudo | 103 | 74,1 |
Repetitivo de aparición brusca | 24 | 17,3 |
Repetitivo de aparición gradual | 12 | 8,6 |
Contacto | ||
Sin contacto | 101 | 72,7 |
Contacto indirecto con otro jugador | 7 | 5,0 |
Contacto indirecto con un objeto | 2 | 1,4 |
Contacto directo con otro jugador | 29 | 20,9 |
Discusión
Este estudio muestra que las lesiones más prevalentes en un equipo de la tercera categoría del fútbol profesional argentino fueron la lesión estructural del bíceps femoral, el esguince lateral de tobillo y la lesión funcional de los isquiotibiales. Por otro lado, es importante destacar aquellas lesiones que tienen una baja incidencia pero alta severidad, analizadas en la Figura, que fueron las lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA), la luxación anterior de codo y la luxo-fractura de codo. Si bien estas últimas dos no son frecuentes en el fútbol, las lesiones del LCA están más presentes en el mismo y conllevan, no sólo una gran pérdida de días fuera de competencia, sino que también una disminución en la performance de los deportistas.
En nuestra población, la prevalencia de lesiones fue de 80,3% en una muestra de 66 jugadores. Estos datos son similares al estudio de Hagglund et al. en el cual estudiaron a equipos profesionales de Dinamarca y Suiza. La prevalencia de lesiones en el mismo fue de 81% y 67% respectivamente. También encontraron que la mayor prevalencia de lesiones se dio durante los entrenamientos comparados con los partidos, valores que también se asemejan a nuestra muestra.11 Estos valores también son similares a los de un estudio nigeriano y otro griego, sin embargo, en el estudio africano, la forma de recolección de datos y la inclusión de deportistas amateurs no permiten realizar una relación directa con nuestros hallazgos.12,13
La tasa de incidencia global fue de 6,0/1.000 hs-jugador, esta fue significativamente mayor durante partidos que durante entrenamientos. La mayor incidencia en partidos concuerda con varios estudios, sin embargo, en nuestra muestra estos números fueron más altos. En el estudio de Ekstrand et al., el cual involucró 14 equipos de la Unión de Federaciones Europeas de Fútbol (UEFA) durante 7 temporadas, la tasa de incidencia global fue de 8,0 ± 3,4 /1.000 hs y la incidencia en partido fue mayor comparada a la de los entrenamientos.14 En otro estudio del Málaga Fútbol Club los números son llamativamente inferiores al nuestro, encontrando una tasa de incidencia de 6,9 /1.000 hs de juego y de 0,2 /1.000 hs de entrenamiento.15 Nos llama la atención esta diferencia, ya que su muestra involucró una cantidad similar de jugadores durante 3 temporadas.
La mayoría de las lesiones fueron musculares y los grupos más afectados fueron los isquiotibiales, aductores, pantorrilla y cuádriceps, en ese orden. Estos datos pueden ser comparados con el estudio de Ekstrand et al., en el cual evaluaron las lesiones musculares en 51 equipos de distintas ligas de Europa, encontrando que la mayor prevalencia se daba en un orden similar, aunque la diferencia radica en que las lesiones en el cuádriceps fueron más prevalentes que las del complejo sóleo gemelar.16
Como nombramos anteriormente, la lesión más frecuente fue el daño estructural del bíceps femoral. Este resultado es similar en varios estudios epidemiológicos europeos.14,16,17,18
En cuanto a la severidad, obtuvimos una mediana de ausencia de 22 días, siendo ésta más elevada que en el estudio de Ekstrand et al., en el cual la misma fue de 13 días. Esta discrepancia se puede deber a que en el estudio citado se abarcan todas las lesiones de los isquiotibiales y en nuestro estudio las dividimos por grupo muscular especifico.19,20 No podemos dejar de lado las lesiones funcionales de isquiotibiales, las cuales ocuparon el tercer diagnóstico más frecuente y su mediana de ausentismo fue de 4 días, número que se asemeja al estudio nombrado anteriormente, en el cual la mediana fue de 5 días.20
Siguiendo el orden de la frecuencia lesional, el esguince lateral de tobillo ocupó el segundo lugar en nuestra población. Los datos arrojados por otros estudios son muy similares a los nuestros en cuanto a las tasas de incidencia y a la severidad de la misma.21,22 Sin embargo, el impacto lesional es menor en nuestro estudio que en el estudio de Walden et al., lo cual se puede deber a la mayor cantidad de población analizada en dicho estudio.21
Las lesiones funcionales y estructurales de aductores ocupan el 4° y 6° lugar. En concordancia con todas las lesiones, también tuvieron una mayor incidencia durante partidos que durante entrenamientos de temporada y pretemporada. En el estudio de Ekstrand et al., la incidencia global fue mayor, siendo de 0,57 /1.000 hs, sin embargo la incidencia en partidos fue similar a la de nuestra muestra. Además, en dicho estudio, el impacto lesional fue de 8 días de ausentismo /1.000 hs de exposición, cuando en nuestro estudio los números fueron menores (0,8 y 4,3 días de ausentismo /1.000 hs de exposición), diferencia que también puede deberse al mayor tamaño muestral del estudio europeo.16
En nuestro estudio ocurrieron 3 lesiones del LCA de tratamiento quirúrgico, representando una mediana de 243 días (8,1 meses) hasta el retorno a la competencia. Estos datos coinciden con el trabajo de Schiffner et al. de 2017, en el cual obtuvieron una mediana de 244 días de ausencia en el transcurso de 7,5 temporadas en la Bundesliga Alemana.23 En cuanto a la posición de juego, se vieron involucrados un defensor, un mediocampista y un delantero. Según el trabajo de Grassi et al. de 2019 acerca de la Serie A del fútbol italiano durante 7 temporadas entre 2011 y 2018, estas lesiones ocurren un 43% en defensores, 31% en mediocampistas y 20% en delanteros.24 La edad promedio de nuestra muestra fue 29,4 años, la cual fue un poco más elevada que la expresada por la mayoría de los trabajos.25
Es importante mencionar que por la baja muestra de nuestro estudio en comparación a los demás, no es correcto realizar una relación directa con los resultados de los mismos.
Más del 70% de las lesiones fueron de causa traumática con un mecanismo agudo y sin contacto (Tabla 4). Esto concuerda con varios estudios como el de Nielsen et al., en el cual el 63% de su muestra tuvo un origen traumático.26
Las limitaciones de este estudio son el diseño de carácter retrospectivo y el tamaño muestral. En relación a esto último, creemos de importancia invitar a los colegas de los diferentes equipos del país a tomar datos y generar una base de datos para la realización de un futuro estudio prospectivo multicéntrico.
Las fortalezas del estudio fueron la inclusión del último consenso de toma de datos, el entrenamiento en los sistemas de recolección de datos y clasificación de lesiones y, por último, el cálculo de la exposición de los jugadores, ya que se contaba con los minutos exactos de cada jugador durante los entrenamientos y partidos.
Conclusión
La prevalencia de lesión fue de 80,3% en el período analizado. La lesión estructural del bíceps femoral, el esguince lateral de tobillo y las lesiones funcionales de isquiotibiales fueron las de mayor incidencia en nuestra población, seguidas por las lesiones funcionales y estructurales de aductores. Sin embargo, las lesiones del LCA fueron las de mayor impacto lesional causando una mediana de ausencia de 243 días.